Bellas

Frontis de la Ensabap, Lima.

Artes en
el Perú
Por Mary Ann Ricketts

Hace cien años, el 15 de abril de 1919, se dio inicio a la

primera cátedra en la Escuela Nacional de Bellas Artes
(ENBA). Meses antes había sido fundada mediante Decreto
Supremo del 28 de septiembre de 1918, suscrito por el
presidente José Pardo y Barreda. A través de un siglo de
existencia ha cambiado varias veces de nombre y hoy se
le conoce como Escuela Nacional Superior Autónoma de
Bellas Artes del Perú (Ensabap).

C
orrían finales del siglo XIX, en Europa comenzaron a surgir diferentes
movimientos como el impresionismo, el puntillismo, el fauvismo, el
cubismo y el surrealismo, que rompieron con los cánones, tradicio-
nes e instituciones establecidas para las artes plásticas. Varios artis-
tas peruanos como Daniel Hernández, Teófilo Castillo, Carlos Baca-
Flor, Ricardo Palma, Abraham Valdelomar, José Santos Chocano,
César Vallejo y muchos más enrumbarían a París, Madrid, Roma y demás capitales
europeas, para embeberse con las obras clásicas de Miguel Ángel, Da Vinci, Rafael,
Velázquez, El Greco, Goya y Rembrandt, entre otros. También deseaban conocer
a pintores vanguardistas del momento como Renoir, Van Gogh, Degas, Gauguin,
Picasso y Monet; o a literatos como Flaubert, Wilde, Shaw, Conrad, Machado, Una-
muno y tantos más. Algunos de estos viajeros peruanos permanecieron brevemente
en Europa, varios retornaron al Perú tras la guerra del Pacífico y unos pocos no vol-
vieron nunca como César Vallejo, el autor de Los heraldos negros, Trilce y Poemas
humanos, quien escribió:
 Clases de dibujo.

Juan M. Ugarte Eléspuru y profesores de la escuela.

Manuel Piqueras Cotolí.

Fachada en 1924.
Me moriré en París con aguacero,
un día del cual ya tengo el recuerdo.
Me moriré en París –y no me corro–
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.
Sus restos reposan en el cementerio de
Montparnasse (París), con el epitafio “J´ai
tant neigé pour que tu dormes” (“He ne-
vado tanto para que duermas”), que le
dedicó su viuda Georgette.
De vuelta a casa
posa en la letra L de la Quinta Heeren en
Barrios Altos y montó allí el primer taller
de pintura al aire libre.
Como antecedentes de instituciones for-
mativas artísticas en la capital peruana
pueden mencionarse una academia patro-
cinada por el virrey Abascal, el taller del ita-
liano Leonardo Barbieri y la Escuela Muni-
cipal, bajo la dirección de Federico Torrico.
La tarea docente de Castillo causó revuelo
porque sus pinturas tenían acercamien-
to al impresionismo, tan en boga en ese
espacios públicos cerrados. Más adelante
se incorporaron varones. A Castillo le gus-
taba llevar a sus alumnos al Morro Solar, a
los pantanos de Villa o a las playas de Cho-
rrillos y La Herradura para que bosqueja-
sen acantilados, sembríos, huertos y natu-
raleza muerta o “bodegones” (derivado de
bodega, término peyorativo que se le dio
a los cuadros de Diego Velázquez con re-
Joaquín Roca Rey, escultor,
exalumno y luego docente
presentaciones de frutas, flores, utensilios
de la escuela. de cocina o de mesa, etc.). La temática del
taller de Castillo ha quedado evidenciada
La fachada es de
estilo neoperuano,
en los cuadros de sus alumnas Mercedes
Dammert, Clotilde Porras de Osma, María
Angélica Quincot y Julia Codesido. Luego
aparecieron otras academias como la de
Adelinda Concha (1895), que impartió cla-
ses en la Biblioteca Nacional bajo la atenta
dirección de Ricardo Palma, o la de Re-
beca Oquendo que funcionó en la Casa
Oquendo o Casa Osambela.
Teófilo Castillo viajó al interior del país y
quedó prendado del imponente nevado
Huascarán y de la sierra huaracina, plas-
mándolos con frecuencia en su obra. Así
mismo, fue fotógrafo y relevante crítico de
arte, con artículos escritos para Ilustración
Peruana, Prisma, Variedades, La Prensa y
La Crónica, donde inicia una intensa cam-
paña para la creación de una Escuela de
Bellas Artes.
El primer director
Durante esos mismos años, Daniel Her-
nández Morillo (Huancavelica, 1856) viajó a
Europa con una beca del gobierno perua-
no por su obra “Muerte de Sócrates”, pero
una vez llegado a Francia la subvención no
se materializó y tuvo que mantenerse ha-
ciendo retratos y obras menores. Su amigo
y compatriota, el pintor Ignacio Merino, le
aconsejó trasladarse a Roma, donde per-
maneció diez años recibiendo clases, al
igual que Castillo, del pintor español Ma-
riano Fortuny.
De regreso en París logró presidir la Aso-
ciación de Pintores Españoles. También
fue miembro de la Sociedad de Artis-

Uno de los artistas que regresó a su patria

fue Teófilo Castillo Guas (Áncash, 1857).
Antes de ello realizó estudios libres en
museos de Bélgica, Francia y España, y
también recibió clases del pintor español
Mariano Fortuny. Desde Europa viajó a
Argentina, donde contrajo nupcias, y ya
58 de regreso en Lima se instaló con su es-
momento. Sin embargo, el pintor pensaba
que su arte no era algo nuevo, sino un re-
greso a lo antiguo, a la simplicidad de la
ejecución, y debía ser constante, esencial,
perenne. Su alumnado estuvo conforma-
do por señoritas de la burguesía limeña,
en horarios diurnos, pues las normas de
la época prohibían que las damas andu-
viesen solas de noche, mucho menos en
mezcla del tas Franceses y expuso sus cuadros
en galerías parisinas durante siete años
misticismo inca con consecutivos. Por su obra “La perezo-
el barroco español, sa” (1899) fue condecorado con la Le-
gión de Honor y en 1900 le otorgaron la
diseñada por el Medalla de Oro por su creación “Amor
arquitecto Manuel La Promoción de Oro en la exposición colectiva realizada en el Instituto Cultural Peruano Norteamericano el 5 de octubre
de 1959. De izq. a der.: Gerardo Chávez, Alberto Quintanilla, Alfredo Ayzanoa, Alfredo González Basurco, Tilsa Tsuchiya,
cruel”. A partir de entonces, figuró como
Honoris Causa en todos los salones de
Piqueras Cotolí. Bruno Roselli, Martín Kushinsky, Juan M. Ugarte Eléspuru, Dante Gavidia, Oswaldo Sagástegui, Enrique Galdos Rivas y
Milner Cajahuaringa. la Ciudad Luz. Además, por su cuadro 59
 de Francisco Pizarro obtuvo el premio Apertura del taller de grabado durante la doro Núñez Ureta, doctor en filosofía y
Sabogal y sus alumnos.
Exposición Iberoamericana de Sevilla. En gestión de Ugarte Eléspuru. letras por la Universidad de San Agustín,
1916, el presidente José Pardo y Barreda fue un eximio muralista.
lo designó director de la Escuela Nacio-
nal de Bellas Artes (ENBA). Siguieron luego José Bracamonte, Al-
berto Dávila, Carlos Aitor Castillo –hijo
A pesar de su intensa labor para la crea- de Teófilo Castillo–, Miguel Baca Rossi,
ción de la escuela, Teófilo Castillo no Andrés Molina, Alberto Tello y Leslie Lee
fue llamado a integrar la plana docente. Crosby, hasta llegar a su actual director
Escribió: “Ha sido inútil toda mi labor de desde el 2015, Carlos Valdez Espinoza,
enseñanza en la Quinta Heeren, pintan- pintor egresado de la Ensabap, quien
do del natural rompiendo la tradición de opina que el arte es un importante me-
las copias y dando por primera vez entre canismo de desarrollo humano, ya que
nosotros gran importancia a la luz”. En tiene que ver con el mundo interno de
1920 partió a Argentina, donde falleció las personas. Está convencido de que el
dos años después. Perú es un país ganador: donde se levanta
una piedra hay un creador haciendo arte;
Flamante local por eso considera esencial el apoyo del
gobierno a tan emblemática institución.
Para la puesta en marcha de la ENBA,
Daniel Hernández.
el presidente Pardo y Barreda cedió una Legado inestimable
casona que en los planos virreinales se
Modelo posando en sesión.
ubicaba en la esquina de la calle Cole- Durante este fructífero siglo de existen-
gio Real (actual jirón Áncash) con la ca- cia, han pasado por sus aulas artistas
lle San Ildefonso (hoy segunda cuadra
del jirón Andahuaylas). Ahí funcionaban Germán Suárez de la talla de Jorge Vinatea Reinoso,
Cristina Gálvez, Cota Carvallo, Enrique
una iglesia y un hospital de la Cofradía
de San Pedro, para clérigos enfermos de
Vértiz, marcó Camino Brent, Elena Izcue, Víctor Hu-
mareda, Carlos Quizpez Asín, Enrique
bajos recursos. Tras la expulsión del Perú distancia del Galdos Rivas, Joaquín Roca Rey, Sa-
de la orden de los jesuitas, el lugar alber-
gó al Beaterio de Amparadas, al Colegio
europeísmo e impuso bino Springett, Oswaldo Sagástegui,
Milner Cajahuaringa, Alberto Quintanilla,
de Obstetricia y a la Maternidad de Lima, un concepto más Víctor Delfín, Gerardo Chávez, Tilsa Tsu-
entre otros, hasta que dichas institucio-
nes fueron reubicadas.
liberal, para que los chiya y tantísimos más, en los campos
de pintura, escultura, grabado, restau-
propios estudiantes ración-conservación y demás manifes-
La fachada es de estilo neoperuano,
mezcla del misticismo inca con el barro-
escogiesen sus taciones artísticas que forman parte vital
de nuestra identidad cultural y patrimo-
co español, diseñada por el arquitecto propuestas. nio inmaterial.

Sabino Springett.
Manuel Piqueras Cotolí. En el antiguo au-
ditorio funcionó el cine Novedades, don-
de cobraron vida películas en blanco y
negro como Vida de perros, El circo, Ar-
mas al hombro de Charles Chaplin, Cleo-
patra, Tarzán de los monos, Atila, etc.
Otra importante sede de esta centenaria
casa de estudios es la Casa Canevaro o
Casa Villegas, ubicada en Barrios Altos,
adquirida durante la gestión de Juan Ma-
nuel Ugarte Eléspuru. La casona de estilo
neoclásico –imperante en el siglo XIX– fue
declarada Patrimonio Cultural Inmueble
Colonial en 1973 por el entonces Instituto
Nacional de Cultura. En la cuarta cuadra
del jirón Huallaga se ubica el Centro Cultu-
ral de la Escuela de Bellas Artes, de estilo
republicano, inmueble construido por el ar-
quitecto Ricardo Malachowski, y existe así
mismo un local en La Molina.
Tendencias formativas
Daniel Hernández siguió la formación
clasicista europea. El segundo director,
José Sabogal, la orientó hacia el hombre
y su entorno, dando nacimiento al indi-
genismo. Su sucesor, Germán Suárez
Vértiz, marcó distancia del europeísmo
e impuso un concepto más liberal, para
que los propios estudiantes escogiesen
sus propuestas.
En 1945 Ricardo Grau asumió la direc-
ción de la ENBA y se empeñó en alejar
a sus estudiantes del indigenismo, para
que se acercaran a la modernidad pictó- Agradecimientos: Fotografías cortesía de
rica. Los siguientes directores mostraron Ensabap.
tendencias disímiles: Francisco González
Gamarra optó por el clasicismo y la re-
construcción histórica; Julio Málaga Gre- Carlos Aitor Castillo.
net, destacado caricaturista arequipeño,
apostó por la enseñanza de la técnica del
afiche, que sirvió para el desarrollo de la
caricatura y la ilustración periodística a ni-
vel latinoamericano.
Por su parte, Juan Manuel Ugarte Elés-
puru admiraba lo vernáculo mezclado
con el arte recogido de sus viajes por el
Viejo Mundo, propiciando la creación de
las especialidades de grabado, pintura
mural y escenografía. El arequipeño Teo- 61