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FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES

Lic. En Psicología

Plan de Trabajo de Integración Final

“Rasgos de personalidad y FoMO (Fear of Missing Out)”

 Alumna:
Bernstein, Ana Paula LU 1064241

 Tutor:

Dr. Resett, Santiago


1. Introducción:

Con el avance de internet, se ponen en juego diferentes expresiones de


comportamiento y formas de vincularse, que significan nuevos interrogantes para
responder. Ante este nuevo reto a resolver, es necesario que la investigación
psicológica plantee soluciones y brinde herramientas a los profesionales de la salud
mental (Chamorro et al. 2011).

Los individuos exteriorizan sus emociones a través de la red, establecen relaciones


y se vinculan. Esta nueva expresión de relacionamiento debe ser abordada por la
psicología.

Los integrantes de la red pueden establecer vínculos con personas afines


posibilitando el contacto a usuarios que puedan sentirse excluidos en las
actividades sociales presenciales (Castells, 2001). Este es un mérito de las redes
online que se ha relacionado con una mejora del autoestima y la creación de nuevos
círculos sociales (McKenna, Green y Gleason, 2001).

Esta nueva configuración de relaciones trae aparejados nuevos fenómenos relativos


al vínculo con el otro, y allí es donde se plantea necesaria una actualización y
adaptación de la psicología a las nuevas Tecnologías de la Información y la
Comunicación. La psicología no puede obviar la virtualidad, y debe amoldarse y a la
vez prepararse para los cambios que advienen.

El avance de las tecnologías puede alentar nuevas patologías desarrolladas a partir


del uso desadaptativo de internet, del celular -como nomofobia- o adicción a las
redes sociales, entre otros. Estos fenómenos pueden afectar a las personas y
generar un malestar significativo a nivel psicológico (Gil, Valle y Oberst, 2015).
Un fenómeno singular que ha tenido lugar los últimos años es el “FoMO”, término
acuñado por primera vez por Dan Herman a fines de la década de los 90, y que
nace en el contexto de la psicología del consumidor. Las siglas representan la
expresión “fear of missing out”, que se traduce como miedo a quedarse fuera o
perderse de algo. Ha sido estudiado como un factor de la personalidad y está
relacionado con la motivación (Fear of missing out, s.f.)
Przybylski, Murayama, DeHaan y Gladwell (2013) definen FoMO como una
“aprehensión generalizada que otros pueden estar teniendo experiencias
gratificantes de las cuales uno está ausente” (p.1841).
El FoMO puede derivar en síntomatología psicopatológica, relacionado en forma
directa con la ansiedad (Gil et al., 2015). Es por ello que, en la presente
investigación, se buscará determinar si las personas con Fear of Missing Out
(FoMO) presentan determinados rasgos de personalidad. Para ello se utilizará el
cuestionario de fear of missing out de Gil, Chamarro y Oberst (2015), y se explorará
su estructura factorial y confiablidad por primera vez en Argentina.
La personalidad es el constructo más importante de la psicología: resulta medible,
observable, y su evaluación ha permitido desarrollar infinidad de investigaciones
desde las vastas corrientes psicológicas, y fue objeto de estudio de otras ciencias,
mucho antes del nacimiento de la ciencia del comportamiento (Montaño Sinisterra,
Palacios Cruz y Gantiva 2009).
En el presente estudio, la personalidad será abordada a través del modelo de los
“Cinco Grandes”; teoría que agrupa las diferencias singulares en las siguientes
dimensiones, junto con sus respectivos antagónicos: Neuroticismo, Extroversión,
Apertura, Amabilidad y Responsabilidad (Costa y McCrae, 1992).
Dada la importancia de las nuevas formas de relacionarse y las controversias que
de ellas pudieran surgir, el presente trabajo tiene la finalidad de responder a la
pregunta: ¿qué relación existe entre rasgos de personalidad y FoMO?
2. Objetivos
2.1 Objetivo general:
Determinar cómo es la relación entre rasgos de personalidad y FOMO en adultos
de 18 a 35 años residentes de CABA y GBA.

2.2 Objetivos específicos:


2.2.1 Explorar la estructura factorial y confiabilidad del cuestionario de fear of
missing out de Gil et al. (2015) en una muestra de adultos de 18 a 35
años residentes de CABA y GBA de la Argentina.
2.2.2 Describir niveles de FOMO y rasgos de personalidad.
2.2.3 Analizar si existen diferencias significativas de FoMO en función de sexo y
edad.
2.2.4 Examinar si los rasgos de personalidad son predictores de FoMO.

2.3 Hipótesis:

2.3.1 La estructura factorial del FoMO es unifactorial al igual que la versión de


los autores y su consistencia interna es adecuada.

2.3.2 Los hombres presentan más FoMO que las mujeres y los grupos de menor
edad.

Existe una relación entre el FoMO y los rasgos de personalidad:.


2.3.3 A mayor extraversión, mayor FoMO
2.3.4 A mayor neuroticismo, mayor FoMO.
2.3.5 A mayor amabilidad, menor FoMO.
2.3.6 A mayor apertura, menor FoMO.
2.3.7 A mayor responsabilidad, menor FoMO
3 Marco teórico:

3.1 Rasgos de personalidad


En psicología, la personalidad ha sido estudiada a través de distintos postulados a
lo largo de la historia. Este constructo fue abordado tanto desde la teoría
psicodinámica, fenomenológica, teoría de los rasgos, teoría conductual y la teoría
integradora (Montaño Sinisterra, et al., 2009).
De acuerdo con Lluis (2002) la teoría integradora de la personalidad pretende la
unificación de las distintas teorías mediante un modelo abarcador de personalidad,
considerando los factores o rasgos de las grandes dimensiones.
Siguiendo a Montaño Sinisterra, et Al (2009) la teoría integradora de la personalidad
abarca el temperamento, el self y la inteligencia, así como aspectos conscientes e
inconscientes, a las conductas observables e internas. Da importancia a la
psicopatología y confiere herramientas para modificar conductas o lograr cambios.
Sanchez y Ledesma (2007) definen a la Teoría de los rasgos como antecedente a la
teoría integradora. Un autor destacado de dicha teoría fue Gordon Allport, que en
1937 presentó su obra “Personalidad: una interpretación psicológica”, donde define
al rasgo como una predisposición de respuesta a estímulos, como una modalidad de
reacción al ambiente. Según Allport (1937), los rasgos existen en cada persona, no
son constructos teóricos. Originan o causan determinada conducta: en plena
interacción con el ambiente motivan a elegir una determinada respuesta al estímulo.
Los rasgos pueden verificarse empíricamente: a lo largo del tiempo puede
observarse en la conducta de una persona respuestas más o menos similares a
estímulos semejantes. Sin embargo, pueden presentarse rasgos antagónicos en
una misma persona en circunstancias diferentes. Allport (1937) señala al rasgo
como maneras de actuar, permanentes a lo largo de la vida, una tendencia estable
del comportamiento.
La teoría de los rasgos presenta dos lineamientos diferentes a la hora de
conceptualizar el rasgo (Sanchez & Ledesma, 2007). Por un lado, se encuentra la
versión que postula al rasgo como categoría, como una inclinación que se
manifiesta a través de patrones de comportamiento duraderos (Romero, 2005). Otra
acepción se caracteriza por una postura biologicista, al entender al rasgo de origen
biológico, que facilita una descripción genotípica de la personalidad y el
comportamiento (Sanchez & Ledesma, 2007).
Dentro de los factorialistas, se debe destacar a Hans Eysenck que en 1947 publica
su primera obra “Dimensiones de la personalidad”, en donde propuso dos
dimensiones biologicistas explicadas como una combinación factorial o de rasgo.
Aquellas dimensiones eran extraversión (y su correspondiente antagónico
introversión) y neuroticismo (y su opuesto estabilidad emocional).
Luego de esta primera aproximación, infirió que la base de la personalidad está
constituida por tres dimensiones: la Extraversión, el Neuroticismo y el Psicoticismo y
sus opuestos pertinentes Introversión, Estabilidad emocional y el control de
impulsos (Eysenck, 1970).
Otro autor relevante de esta teoría es Raymond Cattel, quien reunió los rasgos en
cuatro grupos contrapuestos; clasificándose de la siguiente manera: a) comunes
contra únicos; b) superficiales (observables) contra fuentes (observables sólo
mediante análisis factorial); c) constitucionales (hereditarios) contra moldeados por
el ambiente; d) los dinámicos (motivacionales) contra habilidad (capacidad para
lograr un objetivo) contra temperamento (Aiken, 2003). Cattel elaboró la herramienta
16PF para medir las 16 dimensiones de la personalidad mediante el análisis
funcional.
En la actualidad, los modelos de los rasgos de personalidad se apoyan en dos
lineamientos teóricos: la hipótesis léxica y la tradición factorial (John y Srivastava,
1999; McCrae y John, 1992). La primera se fundamenta en la hipótesis de que las
características subjetivas más significativas de cada uno se codifican en el lenguaje.
Entiende al lenguaje como fuente de referencias que describen y constituyen la
personalidad. El lenguaje da universalidad y reconocimiento a los rasgos, se
vuelven relevantes al nombrarlos en diferentes culturas y países (Sanz, Silva y Avia,
1999).
Según Saucier y Goldberg (1996a), el lenguaje de la personalidad es modelado por
el ambiente. Los adjetivos, como parte del lenguaje, permiten la descripción de
características y señalar diferencias, a través de los idiomas.
Por otro lado, la perspectiva factorial utiliza como herramienta la estadística del
análisis factorial. Arriba los rasgos de personalidad a través del análisis de datos,
desde el lenguaje. Este análisis es posible a partir de frases descriptivas dentro de
escalas y cuestionarios de personalidad (Sanchez & Ledesma, 2007).
El modelo de Los Cinco Grandes Factores de la Personalidad se arraiga
fuertemente en la actualidad, gracias a Costa, McRae y otros investigadores
(Widiger, 2005; McCrae y otros, 2000; Costa y McCrae, 1999; John y Srivastava,
1999; McCrae y Costa, 1990), quienes unificaron las distintas líneas de
investigación en un gran marco teórico.
Costa y McCrae se desprenden del tinte cognitivista-constructivista de la teoría
léxica y realizan una interpretación genotípica de los rasgos como “entidades
internas, estables, endógenas y determinadas biológicamente” (Sanchez, 2007,
p.10). Sin embargo, los despojan de influencias ambientales al afirmar que son
independientes a la determinación de éste, definiendo los rasgos como
“disposiciones endógnas que siguen patrones intrínsecos de desarrollo” (Sanchez,
2007, p. 11).
La teoría de los Cinco Grandes postula que las cinco dimensiones serían vastas
para comprender todos los rasgos de personalidad, no dependiendo de la cultura ni
del lenguaje, y son predominantemente constantes a lo largo del tiempo. Desde que
los individuos nacen, su personalidad se encuentra relacionada con una orientación
genética, no existe una tabula rasa, ya que estaría genéticamente predeterminada
(Sanchez & Ledesma, 2007).
Estas cinco dimensiones configuran la organización de la personalidad,
trascendiendo culturas y lenguajes. Siguiendo a Sanchez y Ledesma (2007) los
factores que propone esta teoría son los siguientes:
E. Extraversión (y su opuesto Introversión) (I): Evalúa la idoneidad para sociabilizar,
habilidades de comunicación y conversación, facilidad de verbalizar una idea u
opinión. El individuo extrovertido prefiere estar acompañado de otros. Por el
contrario, el introvertido se aísla y es retraído. Esta dimensión está compuesta por
las siguientes facetas: cordialidad, gregarismo, asertividad, actividad, búsqueda de
emociones y emociones positivas.
m. Amabilidad (y su opuesto Antagonismo) (II): Refiere a la capacidad de entablar
relaciones sociales y demostrar preocupación por los demás. Su polo negativo se
relaciona con la psicopatía. Los rasgos específicos son: franqueza, altruismo, actitud
conciliadora, modestia, sensibilidad social y confianza.
R. Responsabilidad (y su opuesto Irresponsabilidad) (III): Aptitud para actuar con
arreglo a un fin o meta específico. Refiere a organización, capacidad de
planificación para llegar a metas. Materializar proyectos, ideas, planes. El polo
opuesto correspondería a personas sin un rumbo específico, sin objetivos por
alcanzar. El control de impulsos es característico de esta dimensión. Sus factores
específicos que la componen son: competencia, orden, sentido del deber, necesidad
de logro, autodisciplina, reflexión.
N. Neuroticismo (y su opuesto Estabilidad Emocional) (IV): Refiere al malestar o
bienestar subjetivo., afecto y emociones como preocupación y miedo, culpa,
ansiedad social, tristeza, dependencia o enojo. Esta dimensión estima el
desequilibrio emocional y pensamientos irracionales, enmarcándose en la
antiguamente llamada estructura neurótica. Las facetas que incluye son: ansiedad,
hostilidad, depresión, timidez, impulsividad y vulnerabilidad.
Ap. Apertura a la experiencia (polo opuesto Cerrado a la experiencia) (V): Evalúa la
capacidad de imaginar, sensibilidad ante el arte y la belleza, receptividad e
introspección. Reevalúan valores existentes y la apertura a experiencias nuevas. Su
polo negativo se relaciona con el dogmatismo, el apego a lo rutinario, lo tradicional,
normal, habitual. Los factores específicos son: fantasía, estética, sentimientos,
acciones, ideas y valores.
La teoría de los cinco factores propuesta por Costa y MCrae propone que las
tendencias básicas y las adaptaciones características son el principal componente
de la personalidad. Surgen a partir de experiencias en la niñez, son heredadas y
pueden ser modificadas. Las tendencias básicas son las cinco dimensiones, son el
núcleo de la personalidad; y las adaptaciones características refieren a la manera en
la que el individuo se adapta al ambiente, son la expresión de las tendencias
(Sanchez & Ledesma, 2007).
Costa y Mc-Crae (1985), elaboraron el instrumento NEO-PI, y luego su versión
revisada (NEO-PI-R) para la evaluación de los Cinco grandes factores mencionados
y para la detección de algún trastorno de la personalidad (Costa & McCrae, 1995).

3.2 FoMO (Fear of missing out)

Gil, et al. (2015) presentan al fear of missing out como un nuevo constructo
psicológico que deviene del malestar que se genera al saber que otras personas
están realizando actividades agradables y que uno no es parte de ello.

Las personas afectadas por el FoMO sienten miedo de quedarse excluidos por no
haber estado pendientes de lo que estaba pasando en las redes sociales. Si bien el
FoMO no se concibe como una forma de adicción a las redes sociales, puede ser un
impulsor del uso desadaptativo. Este fenómeno puede dar cuenta de cómo las
redes sociales pueden ser fuentes de estrés y ansiedad y cómo perjudican la salud
mental de la persona (Gil, et al., 2015).

FoMO es el deseo de estar conectado ininterrumpidamente con lo que otros están


haciendo, y anhelar ser parte de ello. El FoMO está relacionado con la regulación
afectiva y con un uso elevado de las redes sociales; además de menor
competencia, autonomía, estar conectado con otros, y menor satisfacción con
aspectos de la vida general (Gil, et al., 2015).
Este fenómeno se ha asociado con el uso del teléfono móvil dado que a través de él
podemos estar conectados con nuestros pares de forma ilimitada.
FoMO es tener la sensación de incomodidad al observar que amigos o allegados
están pasando por momentos gratificantes de los cuales uno no participa. Es el
interés constante de estar conectado con otros, exteriorizado a través de un tipo de
ansiedad social. Se relaciona con un escaso nivel de humor y satisfacción con la
propia vida (Vega, L. E. S., Gómez, A. M., & García, L. A. F., 2019)
Según Riordan, Flett, Hunter, Scarf, y Conner (2015) el FoMo puede enmarcarse
dentro de la teoría de la autodeterminación, desarrollada por Ryan y Deci (2000). El
FoMO es originado a partir de la frustración de la satisfacción las necesidades
psicológicas innatas, tales como competencia, autonomía, y la relación con otros.
Cuando esto sucede, existe una disminución en los niveles de motivación y
bienestar. Esta teoría ubica al FoMO como un mediador entre los déficits en las
necesidades psicológicas y el uso perjudicial de las redes sociales y el teléfono
móvil, provocando que las personas revisen su teléfono celular mientras manejan,
ingresen a las redes al momento de despertarse o antes de acostarse, y durante las
clases o trabajo (Riordan et al., 2015).
El FoMO retroalimenta el mayor uso del smartphone para que las personas se
sientan conectadas entre sí y así satisfacer sus necesidades psicológicas, lo que a
su vez incita al abuso del celular (Vega et al., 2019)

Elhai, Levine, Dvrorak, y Hall (2016) infirieron que un uso en exceso del smartphone
se relaciona con variables sociales y factores críticos tales como un nivel de
ansiedad alto, la necesidad de contacto y FoMO. También así lo demostraron
Oberst et al. (2017) quienes revelaron que individuos ansiosos padecen FoMO y
hacen un uso insalubre de las redes sociales. Las personas desean que las redes
sociales incrementen sus emociones positivas y al mismo tiempo disminuyan sus
emociones negativas. No obstante, dicha disminución es transitoria y a largo plazo
el malestar aumenta (Oberst et al., 2017).

4 Estado del Arte

Para la selección de artículos que respaldan el presente trabajo se consultaron las


bases de datos Redalyc, Scielo, EBSCO y Google Scholar. El criterio de recorte es
de publicaciones académicas arbitradas. Las palabras claves utilizadas fueron
“rasgo de personalidad; personalidad, FoMO; Fear of missing out, big five” y las
combinaciones fueron: “FoMO y personalidad, internet y personalidad, factores de
personalidad y fomo, personality and fear of missing out., personality and fomo.”

3. Formatted: Font: (Default) Arial, 12 pt, Font color: Text


1
4.1 FoMO (Fear of Missing Out) Formatted: Normal, No bullets or numbering

La publicación de Przybylski, Murayama, DeHaan y Gladwell (2013) fue la que hizo


popular el concepto de FOMO, el cual es descripto como la sensación de malestar
que una persona puede experimentar al saber que otros están realizando
actividades atractivas y/o placenteras y uno no está siendo parte de ello. En el
mencionado estudio se comprobó una correlación entre el FoMO y el malestar
psicológico general.

En este estudio se observa que quienes detentan bajos niveles de competencia,


autonomía y relacionamiento presentan niveles más altos de FoMO, al igual que
aquellos individuos con un estado de ánimo decaído y bajo nivel de satisfacción de
la vida en general.

En dicha investigación casi tres cuartas partes de los adultos jóvenes informaron
que experimentaron FoMO, y los más jóvenes lo hicieron de manera más intensa.
Además, los hombres presentaron niveles más elevados que las mujeres.
Según demostraron Gil, et al. (2015) la adicción al celular y el FoMO pueden
causar ansiedad. El estudio evidenció que el teléfono móvil facilita la posibilidad de
compartir experiencias a toda hora, incrementando la necesidad de pertenecer a un
grupo, el deseo de relacionarse con otros, y el interés sobre lo que los demás hacen
y pretender ser incluido en dichas experiencias. Asimismo, se comprobó que existe
una retroalimentación entre la adicción a internet y FoMO, ya que el uso intensivo de
las redes puede provocar miedo a perderse de algo, porque los individuos dan
cuenta de las interacciones ilimitadas a través de los dispositivos, y a su vez, el
miedo a perderse algo incrementa el uso de las redes sociales.

Stead y Bibby (2017) analizaron de qué manera la relación entre la personalidad de


un individuo, el uso que hace de internet y el grado de FoMO afecta el bienestar
subjetivo en general y bienestar emocional, físico y de relaciones personales. El
estudio reveló que la conciencia, la extraversión, la estabilidad emocional y la
amabilidad presentaron correlación positiva con el bienestar subjetivo general. Tanto
el FoMO como el abuso de las redes hicieron contribuciones negativas significativas
adicionales al bienestar subjetivo general. El FoMO y el uso problemático de internet
se correlacionaron negativamente con el bienestar emocional y el bienestar de las
relaciones personales pero no así con el bienestar físico. Los autores concluyen
que, independientemente de que la personalidad afecta directamente el bienestar
subjetivo, tanto el miedo a perderse algo, como la adicción a Internet, tienen un
impacto negativo en el bienestar subjetivo.

Stead et al. (2017) hallaron que, al contrario de investigaciones anteriores


(Przybylski et al, 2013; Spraggins, 2009) las mujeres puntuaron significativamente
más alto en las escalas de Uso Problemático de Internet y FoMO que en los
hombres.

Un segundo estudio de dicha investigación tenía como hipótesis que la personalidad


podría afectar el nivel de FOMO. Investigaciones anteriores hallaron que el
neuroticismo (Amichai-Hamburger, Wainapel, y Fox, 2002) y la extroversión (Lampe,
Ellison y Steinfield, 2009) presentan una correlación positiva con FOMO.

En 2002, Amichai-Hamburger et al. Hallaron que individuos con altos niveles de


introversión y neuroticismo utilizaban las redes activamente. Se descubrió que estas
personas presentan inconvenientes para establecer vínculos sólidos en la vida real y
por lo tanto prefieren las relaciones virtuales; ya que se sienten más seguros. Sin
embargo, investigaciones más recientes encontraron que los extrovertidos son los
más involucrados en las redes sociales: a medida que las redes sociales se han
alejado del anonimato, los extrovertidos las utilizan para mejorar sus redes actuales,
con amigos existentes (Lampe, et al. 2009). Se observó que los tres rasgos de la
personalidad que utilizan más tiempo las redes sociales son neuroticismo,
extroversión, y la apertura (Bibby, 2008; Ross et al, 2009). Correa et al. (2010)
también encontró que la apertura y extroversión se relacionaron positivamente con
el uso de las redes, y que la estabilidad emocional se correlacionó negativamente
con el uso de las mismas.

En la investigación que llevaron a cabo Vega, Gómez y García (2019) para analizar
el uso excesivo del celular, el miedo a perderse experiencias o fobia a sentirse
excluidos (FoMO) y la comunicación parento-filial, se comprobó que a mayor uso
problemático del teléfono móvil mayor nivel de FoMO en adolescentes, infiriéndose
una relación positiva y significativa entre dichas variables, y coincidiendo con el
estudio de Fuster, Chamarro y Oberst (2017). En ésta investigación se examinó que
el FoMO es mediador entre la depresión, la ansiedad y el aumento del uso excesivo
del celular.

Las diferencias significativas entre sexos y el uso de internet puede observarse en el


estudio de Chóliz,, Villanueva y Chóliz (2009) en el que se infirió que las mujeres
hacen un mayor uso del teléfono celular para enfrentarse a la ansiedad, salir del
aburrimiento o no sentirse solas, y realizan un mayor número de consultas al
teléfono móvil en comparación con los hombres. Los jóvenes utilizan el celular con
fines comerciales, coordinar tareas y por entretenimiento (Beranuy & al., 2009),
presentan un mayor «temor a no sentirse conectados» (Dossey, 2014), y tienen más
inconvenientes para reducir su uso (De-la-VillaMoral, & Suárez, 2016).

Los jóvenes con FoMO tienden a usar con más frecuencia el teléfono móvil al sentir
más miedo de no estar en línea en las redes, y de no participar en las experiencias
disponibles; generándose así un círculo vicioso (Beyens & al., 2016; Elhai & al.,
2016). El FoMO puede incrementar la frecuencia de la comunicación entre pares, lo
que puede generar un uso excesivo del teléfono celular.
Siguiendo a Poch (2009), navegar por Internet en la noche, centrarse en la
búsqueda de alivio, y no encontrar soluciones alternativas o no tener expectativas a
futuro, son predictores del uso elevado de Internet.

A partir del cuestionario NEO-FFI, se obtuvo un perfil psicológico de sujetos que


pasan mucho tiempo en Internet. Como menciona Poch (2009) “Se describen como
introvertidos, emocionalmente inestables, poco amables y pesimistas o
desesperanzados, un perfil de personalidad en el que predominan más bien las
emociones negativas” (p.118)

Ante los contratiempos, no son productivos, no realizan acciones para resolver el


conflicto, y se centran en la relación que tienen con los demás. Solo toman una
postura extrovertida en un entorno donde no corren peligro, como es la red. El
navegante en la red percibe respuestas más positivas de otros usuarios, de las que
recibe habitualmente. Esto hace que se prefiera la comunicación online a la
interacción cara a cara (Caplan, 2002).

A medida que el fenómeno de Internet avanza, la psicología se ve interesada en


identificar los factores que puedan propiciar a la dependencia de Internet: por
ejemplo, baja autoestima e introversión, timidez, fobial social, etc. (Echeburúa,
1999). Según el autor, la combinación de variables sociodemográficas varía el
patrón en cuanto a frecuencias de uso de internet.

Siguiendo a del Castillo et. Al. (2008) dentro del grupo de individuos que más utiliza
internet, existen “pensamientos negativos” que frecuentemente interfieren en su vida
cotidiana, y en el momento de buscar “Relaciones y amistad”, y mejorar el “Estado
emocional”. Este grupo se caracteriza por entender Internet como un medio para la
“búsqueda de nuevas sensaciones”, y un recurso con el que pueden establecer
relaciones sociales y afectivas.

Las características comunes de un usuario excesivamente frecuente de internet


podrían ser: introvertido, con recurrencia de pensamientos negativos al relacionarse
con otros. Esta incomodidad llevaría a buscar relaciones en otros medios, donde
evite la presencia personal o la exposición social. Internet permite el anonimato o
crear una identidad falsa, y también, “desaparecer” o ausentarse sin consecuencias
negativas drásticas (Young, 1997).
Siguiendo a Echeburúa y De Corral (2010), el adicto a las nuevas tecnologías es
una persona que sufre como cualquier persona que padece otra adicción. Estos
autores hallaron características de personalidad o estados emocionales que hacen
vulnerable a una persona a tener una adicción: por ejemplo, ser impulsivo,
irritabilidad o disforia; no tolerar estímulos físicos o psíquicos displacenteros, y la
búsqueda desmesurada de emociones fuertes. Sin embargo, puede que la adicción
sea causada por un problema de personalidad, baja autoestima o un estilo de
afrontamiento desadaptativo. Una persona vulnerable, con una red de contención
familiar débil, y carente de relaciones sociales, es propenso a hacerse adicto si:
actúa impulsivamente para cubrir inmediatamente una necesidad, si tiene fácil
acceso al objeto al que es adicto, se siente presionado y está sometido a
situaciones de estrés o aislamiento social o anhedonia.

Echeburua et al. (2010) concluyen que existe dependencia a Internet cuando hay un
abuso asociado a la incapacidad de controlarse, aparición de síntomas de
abstinencia ante la imposibilidad de acceder a internet, se establece la tolerancia y
esto repercute en forma negativa en la vida del paciente.

5 Método
5.1 Diseño y tipo de estudio:

El presente trabajo corresponde a un diseño descriptivo correlacional, no


experimental, de tipo transversal., ya que se describirán niveles de rasgo de
personalidad y FoMO presente en los individuos, y se medirá el grado de relación
que existe entre las variables.

5.2 Participantes:

Se utilizará una muestra no probabilística de 400 jóvenes adultos de ambos sexos


entre 18 y 35 años de edad y que residan en Capital Federal y General Buenos
Aires.

Los criterios de inclusión son:

• Tener entre 18 y 35 años, ser varó o mujer.


• Residentes de Capital Federal y Gran Buenos Aires.

• Estudios primarios finalizados.

Los criterios de exclusión serán individuos que no sean usuarios de internet y redes
sociales.

5.3 Instrumentos:

Se administrará un cuestionario sociodemográfico que recabará datos que refieren a


las variables sexo, edad, estado civil, nivel de estudios, localidad, grupo de
convivencia y ocupación actual.

Para la evaluación de la personalidad, se utilizará el Inventario de Personalidad


NEO FFI, versión reducida del NEO PI R, de Costa y McCrae (1999), que permite
evaluar las cinco dimensiones de la personalidad sin tener en cuenta las treinta
facetas incluidas en el NEO-PI-R. EEl NEO-FFI se compone de 60 ítems que se
valoran según una escala tipo Likert de cinco puntos, que van de totalmente en
desacuerdo a totalmente de acuerdo, y corresponden a los cinco factores de la
personalidad: Neuroticismo, Extraversión, Apertura, Agradabilidad y Conciencia. La
versión original arroja niveles adecuados de consistencia interna, con coeficientes
alpha de Cronbach de .86 para Neuroticismo, .77 para Extraversión (E), .73 para
Apertura (O), .68 para Agradabilidad (A) y .81 para Conciencia (C). La estructura
factorial es congruente con el modelo de cinco factores. La adaptación española,
realizada por la editorial TEA presenta coeficientes alfa de Cronbach entre .82 y .9.
La duración estimada para la realización del test es de 15 minutos.

Para medir el fenómeno de FoMO se utilizará la adaptación española del


instrumento de auto-informe “Fear of missing out questionaire» de Przybylski y otros
(2013), quienes operacionalizaron por primera vez el concepto. La adaptación se
encuentra realizada por Gil, et al. (2015). Este instrumento evalúa niveles de
temores y preocupaciones que una persona puede alcanzar cuando se encuentra
sin contacto con las experiencias de las personas que forman parte de su entorno.
Consta de 10 ítems con 5 posibles respuestas tipo Likert que van de 1 (nada) a 5
(mucho) y evalúan los sentimientos y las emociones que experimenta la persona en
sus interacciones con los demás. El presente estudio mostró una consistencia
interna de α =.85. INFORMACION DE ESTRUCTURA FACTORIAL, VALIDEZ DE
CONSTRUCTO INFORMACION.

Se controlará con dos jueces independientes los ajustes lingüísticos al español


argentino.

5.4 Procedimiento

Se contactará a los participantes a través de las redes sociales. Participarán de


forma voluntaria, anónima y confidencial. Los cuestionarios se aplicarán de
forma online, a través de la plataforma Google Docs, y se publicará en redes
sociales como Facebook, Instagram, Whatsapp y Twitter, donde los
participantes completarán el consentimiento informado, se detallará el
propósito de la investigación y el tiempo estimado que llevará realizar los test.

5.5 Análisis estadístico

La carga de datos y el análisis de los mismos serán efectuados utilizando el


programa procesador de datos SPSS 25 para sacar estadísticos descriptivo e
inferenciales.

Para el objetivo general de esta investigación que consiste en analizar la relación


entre rasgos de personalidad y FOMO se utilizará la correlación de Pearson.

Asimismo, para el objetivo específico nro. 1 el cual refiere a “Describir niveles de


rasgo de personalidad y FOMO” se utilizará estadística descriptiva (media, max,
min, desvio estándar, rango).

Para el objetivo específico donde se propone Analizar si existen diferencias


significativas de FoMO según el género, se empleará prueba T para muestras
independientes. Para analizar si existe diferencias de FoMO según edad, se
utilizará prueba Anova.

Para el último objetivo específico en el cual se propone la estructura factorial del


cuestionario de fear of missing out de Gil, Chamarro & Oberst, (2015) en
Argentina, se corresponderá la aplicación se utilizará analisis factorial
exploratorio y alfa de Cronbach.
6 Cronograma:

Año 2019

Tiempo Marzo Abril Mayo Junio Julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre
Elección del
tema y
definición del
problema
Elaboración
del plan
Formular
objetivos e
hipótesis
Búsqueda de
antecedentes
teóricos
Recolección
de la muestra
y aplicación de
instrumentos
Procesamiento
de datos
Interpretación
de los
resultados y
conclusiones
Presentación
del Trabajo
Integrador
Final

7
87 Referencias
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98 Anexo - Instrumentos de medición

Escala de fear of missing out (FoMO-E)


«A continuación, encontrarás unas afirmaciones sobre tu experiencia del día a día.
Usando la escala de 1 a 5, por favor indica en qué medida se ajustan estas
afirmaciones a vos, dada tu experiencia en general. Por favor responde aquello que
realmente refleje tu experiencia y no lo que piensas como tu experiencia debería
ser. Por favor, considera cada pregunta sin tener en cuenta el resto»
1- nada, 2 - un poco, 3 - moderadamente, 4 - bastante, 5 - mucho
1. A veces me pregunto si dedico demasiado tiempo a estar pendiente de lo
que está pasando.
2. Cuando me pierdo una reunión entre amigos, me molesta.
3. Cuando voy de vacaciones, sigo pendiente de lo que mis amigos están
haciendo.
4. Me preocupo cuando me entero de que mis amigos se lo están pasando
bien sin mí.
5. Me pongo nervioso cuando no sé qué están haciendo mis amigos.
6. Me da miedo que mis amigos tengan experiencias más gratificantes que
yo.
7. Es importante para mí que entienda las bromas que se hacen entre mis
amigos.
8. Me molesta cuando pierdo una oportunidad de quedar con amigos.
9. Me da miedo que otras personas tengan experiencias más gratificantes
que yo.
10. Cuando me lo paso bien, es importante para mí compartir los detalles en
línea (p.ej. actualizando el estatus).

NEO FFI

Este cuestionario consta de 60 afirmaciones en referencia a su forma de ser o comportarse.


Por favor, lea cada frase con atención. Debe indicar su grado de acuerdo según el siguiente
código:

A. Total desacuerdo.
B. Desacuerdo.
C. Neutral.
D. De acuerdo.
E. Totalmente de acuerdo.
No hay respuestas correctas ni incorrectas, y no se necesita ser un experto para contestar a
este cuestionario. Conteste en la hoja de respuesta de forma sincera y exprese sus
opiniones de la manera más precisa posible.
No hay tiempo límite, pero intente trabajar lo más deprisa posible. No se entretenga
demasiado en la respuesta.

1. A menudo me siento inferior a los demás.


2. Soy una persona alegre y animosa.
3. A veces, cuando leo una poesía o contemplo una obra de arte, siento profunda emoción
o excitación.
4. Tiendo a pensar lo mejor de la gente.
5. Parece que nunca soy capaz de organizarme.
6. Rara vez me siento con miedo o ansioso.
7. Disfruto mucho hablando con la gente.
8. La poesía tiene poco o ningún efecto sobre mí.
9. A veces intimido o adulo a la gente para que haga lo que yo quiero.
10. Tengo unos objetivos claros y me esfuerzo por alcanzarlos de forma ordenada.
11. A veces me vienen a la mente pensamientos aterradores.
12. Disfruto en las fiestas en las que hay mucha gente.
13. Tengo gran variedad de intereses intelectuales.
14. A veces consigo con artimañas que la gente haga lo que yo quiero.
15. Trabajo mucho para conseguir mis metas.
16. A veces me parece que no valgo absolutamente nada.
17. No me considero especialmente alegre.
18. Me despiertan la curiosidad las formas que encuentro en el arte y la naturaleza.
19. Si alguien empieza a pelearse conmigo, yo también estoy dispuesto a pelear.
20. Tengo mucha auto-disciplina.
21. A veces las cosas me parecen demasiado sombrías y sin esperanza.
22. Me gusta tener mucha gente alrededor.
23. Encuentro aburridas las discusiones filosóficas.
24. Cuando me han ofendido, lo que intento es perdonar y olvidar.
25. Antes de emprender una acción, siempre considero sus consecuencias.
26. Cuando estoy bajo un fuerte estrés, a veces siento que me voy a desmoronar.
27. No soy tan vivo ni tan animado como otras personas.
28. Tengo mucha fantasía.
29. Mi primera reacción es confiar en la gente.
30. Trato de hacer mis tareas con cuidad, para que no haya que hacerlas otra vez.
31. A menudo me siento tenso e inquieto.
32. Soy una persona muy activa.
33. Me gusta concentrarme en un ensueño o fantasía y, dejándolo crecer y desarrollarse,
explorar todas sus posibilidades.
34. Algunas personas piensan de mí que soy frío y calculador.
35. Me esfuerzo por llegar a la perfección en todo lo que hago.
36. A veces me he sentido amargado y resentido.
37. En reuniones, por lo general prefiero que hablen otros.
38. Tengo poco interés en andar pensando sobre la naturaleza del universo o de la
condición humana.
39. Tengo mucha fe en la naturaleza humana.
40. Soy eficiente y eficaz en mi trabajo.
41. Soy bastante estable emocionalmente.
42. Huyo de las multitudes.
43. A veces pierdo el interés cuando la gente habla de cuestiones muy abstractas y
teóricas.
44. Trato de ser humilde.
45. Soy una persona productiva, que siempre termina su trabajo.
46. Rara vez estoy triste o deprimido.
47. A veces reboso felicidad.
48. Experimento una gran variedad de emociones o sentimientos.
49. Creo que la mayoría de la gente con la que trato es honrada y fidedigna.
50. En ocasiones primero actúo y luego pienso.
51. A veces hago las cosas impulsivamente y luego me arrepiento.
52. Me gusta estar donde está la acción.
53. Con frecuencia pruebo comidas nuevas o de otros países.
54. Puedo ser sarcástico y mordaz si es necesario.
55. Hay tantas pequeñas cosas que hacer que a veces lo que hago es no atender a
ninguna.
56. Es difícil que yo pierda los estribos.
57. No me gusta mucho charlar con la gente.
58. Rara vez experimento emociones fuertes.
59. Los mendigos no me inspiran simpatía.
60. Muchas veces no preparo de antemano lo que tengo que hacer.

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