Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Motivación para formar parte de una pandilla: Las motivaciones que tienen
los jóvenes y adolescentes para vincularse a las "pandillas" son muy diversas,
entre ellas, resaltan las posiciones de carácter personal (como la curiosidad,
tener amigos y adquirir estatus) y los que están vinculados a los problemas
familiares (provienen de familias desestructuradas, en algunos casos, los
jóvenes han establecido una vida independiente de la familia).
Las motivaciones que tienen los jóvenes y adolescentes para vincularse a las
"pandillas" son muy diversas, entre ellas, resaltan las posiciones de carácter
personal (como la curiosidad, tener amigos y adquirir estatus) y los que están
vinculados a los problemas familiares (provienen de familias desestructuradas,
en algunos casos, los jóvenes han establecido una vida independiente de la
familia).
Las normas y los valores son compartidos por el grupo de pares, y es en las
pandillas donde los jóvenes expresan sus sentimientos, emociones y pasiones
de su vida cotidiana.
Cuando se enfrentan dos chicos, si uno está involucrado con una pandilla, toda
su pandilla le defiende y le defienden, hasta le pueden llegar a matar (Juan
Carlos, miembro continuo de la pandilla Los Paisas, Unidad Educativa 2,
entrevista, 20 de abril de 2014).
En otros casos, la protección es uno de los motivos por los cuales se ingresa a
las pandillas, más allá de ser cierto, es una justificación encubierta; el motivo
principal para el ingreso a la pandilla es por la búsqueda de "respeto" que se
expresa en reconocimiento (estatus) frente a sus semejantes, por lo que
señalan abiertamente: "yo soy de tal pandilla y nadie me jode, el que me jode,
caga conmigo."
Nosotros tenemos que demostrar que somos los mejores y los más cabrones
(violentos) de todo del barrio. Ni un pinche puto tiene que venir a jodernos. Si
existe alguna agresión a algún miembro del grupo, rapidito vamos y los
buscamos para sacarle la mierda. Les obligamos a pedirle perdón por su lisura
(atrevimiento) y que nunca más nos jodería (Pocho, miembro continuo de la
pandilla Los Paisas, Unidad Educativa 1, entrevista, 20 de mayo de 2014).
Las integrantes de las pandillas de El Alto, que superan las 200, exigen
pruebas de iniciación delictivas. A los varones les obligan, entre otras, a robar,
a participar en golpizas o a violar; y a las mujeres, a tener relaciones sexuales
con ellos.
“Una de las adolescentes dijo que ella ya había pasado por este tipo de actos.
Llevó a su amiga hasta su casa, luego llegaron cuatro miembros de la pandilla,
bebieron con ellos y las violaron. Los gritos provocaron que los vecinos invadan
el inmueble”, relató el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen
(FELCC) de El Alto, coronel Ramiro Magne.
Demostración. Según Magne, los grupos delincuenciales exigen a los nuevos
miembros diversos tipos de iniciación. “Las que se les ocurra y no hay límites
en sus exigencias”. En el caso de los varones, demandan, por ejemplo,
hacerse heridas punzocortantes en los brazos, muslos o estómago, como
muestra de valentía. También piden robar dinero a sus propios padres y
tatuarse en determinadas partes de su cuerpo.
Una muchacha, cuyo nombre no fue dado a conocer, rescatada de la calle por
una institución que se dedica a trabajar con este tipo de jóvenes, relató que las
obligaciones para que las mujeres ingresen a una banda son mucho más
duras que las que se determinan para los varones.
“Si bien a los hombres les piden que roben, que tomen o que golpeen a
alguien, eso se resuelve en medio día, pero las chicas debemos pasar pruebas
durante una y hasta dos semanas, en las que debemos tener relaciones
sexuales con los miembros del grupo”, comentó.
Javier otra persona con la que habló La Razón expresó que a él y su amigo les
pidieron golpear a una persona, para integrarse a una caterva del Distrito 8. En
una plaza, el líder les señaló a quién lastimar. “Nos acercamos, le dijimos que
porque molestaba a mi hermana, aunque no tengo una. Ese chico se
sorprendió y asustó. No le dimos tiempo para que reaccione y empezamos a
golpearle, luego una señora gritó y nos escapamos, pero habíamos pasado la
exigencia”.
Patricia, otra muchacha que conoció las demandas de iniciación, contó que a
su hermana la obligaron a enamorar a un profesor de su colegio para ser parte
del corrillo y logró hacerlo. “Ella era la chica del profesor, salía con él y tenían
relaciones sexuales, consiguió los exámenes del curso en varias
oportunidades”. La hermana tenía 15 años y le contó que la habían obligado a
tomar alcohol durante dos días seguidos.
Esta banda se formó en el colegio y ella quiso ser miembro porque uno de sus
allegados le gustaba. Pero tuvo que cumplir los caprichos de los bandidos.
Abusadas en su vivienda
El jueves 25 de mayo, Ruth (14 años) fue a la casa de María (16 años),
ubicada en una zona del Distrito 8. A las 19.00 tocaron a la puerta cuatro
miembros de la pandilla New Boys, que ingresaron por la fuerza. Pero más
tarde bebieron alcohol juntos. Al día siguiente, cerca de las 13.00, ellas fueron
abusadas sexualmente. Ante los gritos de ambas, los vecinos acudieron en su
socorro, forzaron las puertas, y maniataron a los cuatro jóvenes de entre 16 y
19 años, que luego fueron entregados a la Policía.
“Sus apodos eran el Jefe (porque era el líder del grupo) y El Con Dinero. Ellos
llegaron con otros dos muchachos, tocaron a la puerta y cuando los atendimos
no queríamos que entren, pero lo hicieron por la fuerza. El Jefe me dijo que no
le prohíba nada porque yo ya le conocía y que me iba a hacer lo que le hizo a
la otra chica (la abusó)”, relató.
Una vez dentro del inmueble todos empezaron a consumir bebidas alcohólicas
hasta las 21.00. Los varones se retiraron, pero regresaron a las 08.00 del día
siguiente, con más botellas de alcohol. Esta vez las adolescentes les
permitieron ingresar y a las 13.00 El Jefe llevó a Ruth a otra habitación, le quitó
la ropa y la ultrajó. La menor de edad escuchó gritos en el cuarto contiguo,
según su testimonio, y se zafó del Jefe. Cuando ingresó a la pieza su amiga
lloraba. Luego oyeron golpes en la puerta, eran los vecinos que vociferaban
para que salgan.
La psicóloga Rosario Luizaga indicó que también ellos buscan una identidad en
su espacio. “Como se sienten sin afecto o poco comprendidos llegan a formar
parte del grupo que los acoge y le incentiva o alienta en lo que hace. Pelear,
golpear a alguien, tener relaciones con una chica y robar son retos y logros a la
vez”.
Uso de armas
Entre las pruebas que se asignan a los postulantes a una pandilla están
“provocar a un peso pesado de una pandilla rival, voltear (asaltar) a un ebrio o
defender el territorio”.
Por lo tanto, las pandillas están estructuradas por niveles jerárquicos; cada uno
de los miembros ocupa un determinado lugar con funciones distintas. Las
variables están vinculadas con la edad, antigüedad en la pandilla y condiciones
para las peleas, entre otras.
Código penal
El proyecto propone la modificación del artículo 132 del Código Penal que
señala:
“Artículo 132.- (Asociación delictuosa y pandilla delictiva). La persona que
formare parte de una asociación de tres o más personas, destinada a cometer
delitos, será sancionada con reclusión de seis meses a dos años o prestación
de trabajo de un mes a un año. Igual pena se aplicará a los que formaren parte
de pandillas delictivas”.