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Mediación

judicial y
extrajudicial

Mediación
Arbitraje y
Negociación

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1
Mediación judicial y
extrajudicial. Ámbito de
aplicación
En términos generales, la ley definió dos tipos de mediación en la
provincia de Córdoba: la mediación judicial y la extrajudicial. Esto ha sido
reivindicado por importantes autores como una gran medida, ya que

La medicación puede servir para auxiliar la labor judicial pero es


también un método de pacificación social en el que pueden
embarcarse los particulares. A partir de esa distinción se crean
esferas de acción para el poder judicial, para el poder político y
para los particulares, abriendo un abanico de posibilidades.
(Diez y Tapia, 1999 p.23).

Cabe aclarar, antes del desarrollo de la presente lectura, que en la


provincia de Córdoba conviven dos normativas: la más reciente Ley
10543, cuya aplicación se da en Córdoba Capital y Río Cuarto, y la antigua
Ley 8858 en el resto de la provincia. Todo esto con la intención de que la
nueva ley sea de implementación progresiva en todo el territorio
provincial, pero actualmente se divide de la manera detallada.

Carácter voluntario. Causas mediables. Excepciones


Un primer punto que determina un aspecto muy importante de la ley, y
que fortalece la institución de la mediación, es el hecho de que la ley en
su artículo primero declara de interés público provincial la utilización,
promoción, difusión y desarrollo de la instancia de mediación.

Artículo 1°. Institúyese en todo el ámbito de la Provincia de


Córdoba y declárese de interés público provincial la utilización,
promoción, difusión y desarrollo de la instancia de mediación
con carácter voluntario, como método no adversarial de
resolución de conflictos, cuyo objeto sea materia disponible por

2
los particulares, que se regirá por las disposiciones de la
presente Ley.1

Los efectos de esta declaración se traducen en un compromiso para el


poder político. Un compromiso superior con la mediación, que obliga al
Estado a ser el propulsor y promotor de la difusión y puesta en marcha
de este mecanismo. No es solamente reconocer el derecho de los
particulares de poder recurrir a la mediación, sino que va más allá, y
además de reconocer ese derecho, existe una obligación del Estado de
difundir, promocionar y desarrollar la mediación en toda la provincia.

La ley en su artículo primero reconoce expresamente a la instancia de


mediación con carácter voluntario, marcando así una diferencia central
con el proceso judicial. Si bien, como veremos más adelante, el mismo
texto establece excepciones a este principio, determinando en qué casos
la mediación será obligatoria, debe desatacarse que esa obligatoriedad
se limita a concurrir a la primera audiencia de mediación en sede judicial,
previendo una multa para quien no asista. Solo es obligatorio la
concurrencia una vez allí las partes pueden permanecer en el
procedimiento el tiempo que estimen conveniente. Cualquiera de las
partes o el mediador mismo puede levantar o dar por concluida la
instancia, incluso retirarse de esta o no asistir a ninguna de las audiencias
posteriores. En ningún caso y bajo ningún motivo la obligatoriedad puede
aplicarse a la necesidad de llegar a un acuerdo.

Un cambio de paradigma se puede observar en la Ley 10543, donde se


establece la mediación previa obligatoria a todo proceso judicial, en un
intento de alinearse con la Ley Nacional N.°26589.

Dentro de la clasificación de los métodos de resolución de conflictos


como adversariales y no adversariales, en relación con la posición de las
partes, se consagra expresamente a la mediación como un método no
adversarial, donde las partes se encuentran en posición de colaboración
o cooperación y no como un adversario al que se debe vencer. Se
reconoce el principio rector de ganar-ganar sobre el ganar o perder
característico de la instancia judicial.

1 Art. 1, Ley N.° 8858. (2000). Ley de Mediación. Legislatura de la Provincia de Córdoba.
Recuperado de https://goo.gl/tCeV2S

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A partir del primer artículo de la ley provincial, se puede advertir que los
legisladores buscaron darle un espacio importante a la mediación como
herramienta de resolución alternativa de conflictos, reconociendo en ella
un elemento de complementación con el sistema judicial, y nunca se la
pensó como una sustitución de este sistema, cuyos efectos están
direccionados en aumentar las posibilidades para que la ciudadanía
pueda resolver sus conflictos a través de distintos procesos y reducir la
cantidad de casos que no se resuelven porque no se tiene acceso al
servicio de justicia.

Excepciones a la voluntariedad
Se desarrolló precedentemente que en este primer artículo se consagra
expresamente al proceso de mediación como voluntario, principio rector
de todos los métodos de resolución alternativa de conflictos, pero
también se definieron algunas excepciones a esa voluntariedad, que es
necesario analizar y comprender en su justa medida.

En ese sentido, en el artículo 2 se dispuso expresamente lo siguiente:

EXCLUSIÓN

Artículo 2. Excepcionalmente será de instancia obligatoria en


toda contienda judicial civil o comercial en los siguientes casos:
a) En contiendas de competencia de los jueces de primera
instancia civil y comercial que deban sustanciarse por el
trámite del juicio declarativo abreviado y ordinario cuyo
monto no supere el equivalente a cinco mil pesos (204
jus);
b) En todas las causas donde se solicite el beneficio de
litigar sin gastos;
c) Cuando el Juez por la naturaleza del asunto, su
complejidad los intereses en juego, estimare
conveniente intentar la solución del conflicto por la vía
de la mediación.

El intento de solución del conflicto por vía de la mediación,


realizada en sede extrajudicial a través de un mediador o Centro

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de Mediación público o privado, debidamente acreditado,
eximirá a las partes del proceso de mediación en sede judicial.2

Es importante que se comprenda, y por ello la necesidad de desarrollarlo


puntualmente, qué es lo que comprende este artículo 3.

Se ha dicho anteriormente que esa obligatoriedad se limita a concurrir a


la primera audiencia de mediación en sede judicial, previendo una multa
para quién no asista. Efectivamente, la ley establece con carácter de
excepción la concurrencia obligatoria a la primera audiencia de
mediación en sede judicial, previéndose en el artículo 20 la imposición de
una multa a la parte que no comparezca injustificadamente.

Tal como lo manifiestan Norberto Barmat y Silvia Rivero en la ley


comentada que publicaron en el año 2001, donde refuerzan la idea de la
comparecencia obligatoria pero siempre destacando la potestad de las
partes de finalizar el procedimiento cuando así lo estimen conveniente y
resaltando que jamás será obligatorio arribar a un acuerdo.

En el debate parlamentario realizado en oportunidad de la aprobación,


mucho es lo que se ha discutido en este punto, ya que el solo hecho de
establecer la obligación de asistir a una mediación significa, para algunos
legisladores, una contradicción con la esencia de la mediación. Estos
legisladores sostenían la necesidad de mantener sin excepción alguna la
voluntariedad de esta.

Que la instancia de mediación sea obligatoria para determinadas causas,


en razón de su monto, naturaleza o complejidad, consideramos que da
cumplimiento a dos razones centrales. Por un lado, se puede encontrar
para esos temas una forma más ágil, rápida y efectiva para resolver la
contienda que se ha planteado y, de esta manera, evitar juicios que
tarden años en ponerle fin. Y, por el otro, también es una forma de
otorgarle mayor valor a esta herramienta de resolución alternativa de
conflictos y favorecer a partir de las instituciones su promoción y difusión
para que la sociedad se vaya familiarizando con esta forma. No se debe
olvidar que al momento del dictado de la ley, en el año 2000, estos
procedimientos eran absolutamente novedosos, salvo por algunas
pruebas piloto desarrolladas previamente.

2Art. 1, Ley N.° 8858. (2000). Ley de Mediación. Legislatura de la Provincia de Córdoba.
Recuperado de https://goo.gl/tCeV2S

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Incluso al día de hoy no es un herramienta lo suficientemente conocida
por el común de las personas, incluso por aquellos vinculados a la vida
judicial. Entonces, el hecho de obligar a las partes a tener que asistir a la
primera audiencia, acompañadas por sus respectivos letrados, es una
forma de ponerla en práctica pero además de difundirla y promocionarla.
Fundamentalmente, si se toma en cuenta el inciso C de este artículo
segundo, donde se otorga facultades al juez para que en todo caso que
por su naturaleza y complejidad él considere prudente se intente
resolverlo por medio de acuerdo entre partes.

Incluso, el último punto del artículo en cuestión viene a confirmar lo que


se está exponiendo, ya que si en algún momento, en sede extrajudicial,
se intentó buscar la solución por este medio y no ha tenido resultado
positivo, con solo presentar el certificado que acredite tal situación se
exime a las partes de concurrir nuevamente a mediación.

En conclusión, la provincia de Córdoba adoptó en este aspecto un sistema


mixto, ya que, tal como se ha expuesto precedentemente, la regla
principal es la voluntariedad pero con determinadas excepciones.
Siguiendo la comparación normativa que hemos venido mencionando, en
la Ley 10543 la obligatoriedad es el principio, dejando la voluntariedad
como excepción, por ejemplo, como es el caso de juicios ejecutivos
donde las partes podrán solicitar una mediación previa voluntariamente
o podrán iniciar directamente la vía judicial.

Causas excluidas de la mediación


En oportunidad de analizar el artículo 1 de la ley, se destacó que todo
aquello “cuyo objeto sea materia disponible por los particulares” 3 es
posible ser sometido a mediación.

Pero también se establecieron expresamente determinadas causas que


se excluyen de la posibilidad de ser resueltas por esta vía, y se encuentran
enumeradas en el artículo 3 de la ley.

Artículo 3. QUEDAN excluidas del ámbito de la mediación las


siguientes causas:

3Art.
1, Ley N.° 8858. (2000). Ley de Mediación. Legislatura de la Provincia de Córdoba.
Recuperado de https://goo.gl/tCeV2S

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a. Procesos penales por delitos de acción pública, con
excepción de las acciones civiles derivadas del delito y que se
tramiten en sede penal. Las causas penales donde se haya
instado la constitución de actor civil y en las cuales el imputado
no se encuentre privado de su libertad, podrán ser sometidas a
mediación en el aspecto civil, una vez vencidos los términos de
la oposición a la constitución del mismo, sin que ello implique la
suspensión de término alguno;
b. Acciones de divorcio vincular o personal, nulidad
matrimonial, filiación, patria potestad, adopción; con excepción
de: las cuestiones patrimoniales provenientes de estas,
alimentos, tenencia de hijos, régimen de visitas y conexos con
éstas;
c. Procesos de declaración de incapacidad y de
rehabilitación;
d. Amparo, hábeas corpus e interdictos;
e. Medidas preparatorias y prueba anticipada;
f. Medidas cautelares;
g. Juicios sucesorios y voluntarios, con excepción de las
cuestiones patrimoniales derivadas de éstos;
h. Concursos y quiebras;
i. En general, todas aquellas cuestiones en que esté
involucrado el orden público o que resulten indisponibles para
los particulares.4

A partir de la redacción del inciso 1 del artículo 3, se entiende que todos


los procesos penales por delitos que dan lugar a la acción privada
previstos en el Código Penal quedan incluidos en el ámbito de la
mediación, ya que la ley excluye solamente a los delitos de acción pública.

Debe destacarse que si el delito es de acción pública, queda excluido


expresamente de la posibilidad de ser resuelto por la vía de la mediación,
pero sí se puede mediar lo referido a las acciones civiles derivadas de ese
delito, aun cuando estas se tramiten en sede penal.

Por otro lado, es un derecho de las personas tanto contraer matrimonio


como divorciarse, el reconocimiento de su identidad, adoptar, etcétera,
pero “el ejercicio de tales derechos solo adquiere status jurídico y

4Art.
3, Ley N.° 8858. (2000). Ley de Mediación. Legislatura de la Provincia de Córdoba.
Recuperado de https://goo.gl/tCeV2S

7
adecuación legal cuando el Estado así lo declara mediante una
resolución judicial” (Barmat y Rivero, 2001, p. 40).

Así como el Estado, por medio de la autoridad competente, declara y


reconoce el matrimonio entre dos personas, de igual modo deberá existir
el pronunciamiento del mismo Estado para modificar esa situación
jurídica. Pero sí pueden ser sometidos a mediación aspectos puntuales
vinculados a esas situaciones, particularmente aquellos que se relacionan
con cuestiones patrimoniales y que perfectamente pueden ser acordados
por las partes, como son alimentos, tenencia de hijos, régimen de visita,
etcétera.

También se excluyen expresamente del proceso de mediación todas las


medidas preparatorias y prueba anticipada, como así también las
medidas cautelares. Este tipo de medidas, como son el embargo
preventivo, inhibición general de bienes, anotación de litis, etcétera,“ son
actos destinados a garantizar el resultado de los juicios. Normalmente se
adoptan sin escuchar a la parte contra la cual se dirigen” (Barbosa y
Magris, 1998, p.16). Es por ello que resulta claro que queden excluidos
de la mediación.

De igual modo, las acciones correspondientes a las garantías


constitucionales, como son amparo o habeas corpus, son remedios
jurídicos que el sistema ha previsto para responder con mayor rapidez
que, incluso, un proceso de mediación, por lo que sería contradictorio con
la esencia de esta vía, que es dotar de mayor celeridad y eficiencia al
procedimiento para resolución de conflictos.

En el último párrafo de dicho artículo, se establece un principio general


muy claro y amplio, excluyendo del ámbito de la mediación a todas
aquellas cuestiones en que esté involucrado el orden público o que sea
indisponible para las partes, y siempre que sea necesario el
pronunciamiento del Estado, ya sea porque es facultad de este reconocer
o modificar determinadas relaciones jurídicas o porque el interés general
de la sociedad así lo ameriten.

Hoy se encuentra en discusión si es posible la existencia de la mediación


penal. Al respecto, las opiniones se encuentran divididas entre aquellos
que ven en ella una forma de lograr una solución ágil y eficiente,
tomando en cuenta diversos aspectos, entre ellos la ineficiencia de la
pena, y otros que consideran importante preservar el pronunciamiento
del Estado a los fines de restablecer el orden jurídico quebrado, pero
además como señal ejemplificadora para el resto de la sociedad.

8
Sin duda que el tema es muy complejo y amerita un análisis más
profundo y detallado que no corresponde a este material, pero se
considera necesario dejar sentado su existencia.

Principios que consagra la ley. Oportunidad


Otro punto importante para desarrollar del marco normativo provincial
está relacionado con los principios y garantías del proceso de
mediación, consagrados expresamente en la ley.

“Principios
Artículo 4. El procedimiento de mediación deberá asegurar:
a) Neutralidad;
b) Confidencialidad de las actuaciones;
c) Comunicación directa de las partes;
d) Satisfactoria composición de intereses;
e) e- Consentimiento informado.”5

Los principios y garantías consagrados en el artículo 4 citado


precedentemente deben ser informados y explicados a las partes que
concurran a la instancia de mediación en el discurso inicial. Es decir que,
a partir de la primera acción del mediador en el procedimiento
propiamente dicho de la mediación, debe informar y además explicar
cada uno de los principios y garantías que la ley establece para este.

Neutralidad

La neutralidad consagrada en el primer inciso de este artículo está


dirigida al mediador y se traduce en la falta de un compromiso que lo
acerque a alguna de las partes. No podrá emitir opiniones o valoraciones
acerca de lo dicho por cada parte o adoptar cualquier decisión o posición
que signifique incidir en la forma o en el contenido de la resolución del
conflicto.

No se debe olvidar que la voluntariedad permite que cualquiera de las


partes pueda desistir del proceso de mediación en cualquier momento, y
la falta de neutralidad manifiesta por parte del mediador puede ser el
factor desencadenante para que la parte afectada decida no continuar
con el proceso y retirarse de la mesa de mediación.

5 Art. 4, Ley N.° 8858. (2000). Ley de Mediación. Legislatura de la Provincia de Córdoba.
Recuperado de https://goo.gl/tCeV2S

9
El mediador no puede, bajo ningún punto de vista, perder la neutralidad
en el proceso del que forma parte, y si esto ocurriera, debería él mismo
al percibir esa dificultad apartarse del proceso, de manera que no afecte
la credibilidad del proceso y así poder continuar con este con la
participación de otro mediador. En la nueva normativa, se cambia el
nombre de neutralidad por imparcialidad con iguales efectos.

Confidencialidad de las actuaciones

Todo lo dicho o expresado en una mesa de mediación debe quedar en la


mesa de mediación, y nada de ello debe ser trasladado fuera de esta ni
utilizado por ninguno de los participantes en el proceso en una instancia
posterior.

Esta garantía abarca a todas las personas que de alguna manera han
tomado intervención en el proceso. Incluso si se hubiera previsto la
presencia de observadores, estos también quedan comprendidos en este
punto, tal como lo establece el Decreto Reglamentario N.° 1773/00.

La confidencialidad es uno de los principios fundamentales del proceso


que se está analizando, y el legislador lo entendió de esa manera a punto
tal que de todos los principios consagrados en la norma el único que es
desarrollado en un artículo específico es la confidencialidad.

De esa manera, en el artículo N.° 5 de la ley se expresa que:

Confidencialidad

Artículo 5: EL procedimiento de mediación tendrá carácter


confidencial. Las partes, sus abogados, el o los mediadores, los
demás profesionales o peritos, y todo aquél que intervenga en
la mediación, tendrán el deber de confidencialidad, el que
ratificarán en la primera audiencia de la mediación mediante la
suscripción del compromiso.

No deberán dejarse constancias ni registro alguno de los


dichos y opiniones de las partes ni podrán éstos ser
incorporados como prueba en un proceso judicial posterior. En
ningún caso las partes, el o los mediadores, los abogados, los
demás profesionales y peritos y todo aquél que haya intervenido
en un proceso de mediación, podrán absolver posiciones ni

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prestar declaración testimonial sobre lo expresado en dicha
mediación.6

De este artículo surge la obligación de suscribir un convenio o acuerdo de


confidencialidad en la primera audiencia que se lleve a cabo. En ella, el
mediador deberá en el discurso inicial hacer saber a las partes y a todos
los intervinientes que el proceso en marcha tiene carácter confidencial, y
que en virtud de ello, invita a todos a suscribir el respectivo convenio,
que será posteriormente archivado por el centro de mediación en el que
transcurre el proceso junto con el legajo del caso en cuestión.

Además, y tal como lo expone el párrafo segundo, no debe quedar


registro de nada de lo dicho y de las opiniones que se hubieran expresado
en el proceso, pero nada dice de las notas o apuntes que las partes, el
mediador o los observadores hubieran tomado en el transcurso del
proceso. Pero como todos están incluidos en el convenio de
confidencialidad, más allá de que la ley no exige la destrucción de esa
información, no puede ser incorporada como elemento probatorio en un
proceso judicial posterior, y todos los que han participado quedan
excluidos de absolver posiciones o prestar declaración testimonial.

En varias ocasiones, han sido citados mediadores que habían participado


en procesos que no llegaron a un acuerdo y que, posteriormente,
ejerciendo el derecho que les corresponde, una de las partes llevó
adelante una acción judicial. Ante esas situaciones, los profesionales
notificados se excluyeron de presentarse como testigos, en virtud del
convenio suscripto oportunamente. En verdad, no deberían ni siquiera
haber sido notificados, ya que los debería haber excluido el propio
tribunal de oficio, pero al efectuarse la notificación, y ante la
presentación del convenio en cuestión, automáticamente fueron
desafectados del proceso judicial.

En relación con el convenio de confidencialidad, el Decreto


Reglamentario N.° 1773/00 estableció los requisitos que deberá
contener, a saber:

Artículo 5°: El compromiso de confidencialidad deberá contener:

6 Art. 5, Ley N.° 8858. (2000). Ley de Mediación. Legislatura de la Provincia de Córdoba.
Recuperado de https://goo.gl/tCeV2S

11
a. Nombre y apellido de las partes y número de causa;
b. Fecha de suscripción del compromiso;
c. Expresión clara y precisa de que nada de lo dicho,
conocido, ocurrido o información obtenida por medio de la
documentación aportada, deberá ser revelada, excepto casos en
que se ejerza o se haya ejercido violencia contra un menor, o se
hubiere transgredido lo dispuesto en las convenciones sobre
derechos del niño ratificadas por la República Argentina;
d. Firma, aclaración y número de documento de identidad
de todos los intervinientes en el proceso de mediación;
e. Se deberán confeccionar tantas copias como
participantes haya en el procedimiento de mediación, debiendo
entregar a cada uno copia autorizada.7

Obsérvese que por medio del decreto reglamentario se incorpora una


excepción a la confidencialidad que no está prevista en la ley. En el inciso
C se establece como excepción a la confidencialidad cuando se tuviera
conocimiento de situaciones de violencia que afecten a menores o se
hubieran violado las convenciones sobre los derechos del niño ratificadas
por Argentina.

La excepción que se incorpora se circunscribe solamente al ámbito de


protección legal de la minoridad, en virtud de convenios internacionales
que en el sistema jurídico argentino adquieren supremacía frente a las
normas nacionales, según lo establecido por la Constitución Nacional en
los artículos 31 y 75, inciso 22. Pero es cuestionable, y así lo ha observado
gran parte de la doctrina, el hecho de que el instrumento que fija la
reglamentación excede el alcance de la ley que reglamenta y, por lo tanto,
la excepción allí consagrada podría ser considerada inconstitucional por
lo dicho anteriormente.

A partir de consagrarse está excepción al deber de confidencialidad, surge


un interrogante, al que el marco normativo no ha dado respuesta, y tiene
que ver con cuál debe ser la actitud del mediador cuando al desempeñar
su rol en un proceso tomase conocimiento de la existencia de un delito
grave.

Son diversas las respuestas a este interrogante. Algunos alegan el derecho al


secreto profesional y, por lo tanto, la posibilidad de mantener la
confidencialidad. Por otro lado, algunos marcos normativos, como por caso la

7Art. 5, Decreto N.° 1773. (2000). [Decreto reglamentario]. Legislatura de la Provincia de


Córdoba. Recuperado de https://goo.gl/nWBddU

12
ley de mediación de Santiago del Estero, contienen una excepción más amplia
que la prevista en Córdoba, expresando que

el mediador quedará relevado del deber de confidencialidad,


cuando tomare conocimiento de la tentativa o comisión de un
delito que de lugar a la acción pública, o de la existencia de
delitos contra la honestidad de un menor o estado de violencia
o peligro del mismo.8

Una situación intermedia es considerar que “el mediador podrá merituar en el


caso concreto si la gravedad de un delito llegado a su conocimiento, que aún se
está consumando, amerita omitir su deber de confidencialidad, en resguardo
de otros bienes jurídicos que merecen mayor protección” (Barmat y Rivero,
2001, p. 56).

La Ley 10543 introduce y amplía el universo referido a confidencialidad


enunciado en su artículo 4. De esa manera, en el artículo se expresa que

el proceso de mediación tiene carácter confidencial. Las partes,


sus abogados, los terceros intervinientes, los mediadores, los
demás profesionales, expertos y todo aquel que intervenga en
la mediación tienen el deber de confidencialidad, el que debe
ratificarse en la primera reunión mediante la suscripción del
compromiso.9

Luego, continúa con lo que se denomina la excepción a la confidencialidad,


enunciando dos situaciones en las que las partes pueden revelar lo
sucedido en el proceso de medicación:

Los participantes mencionados precedentemente quedan


relevados del deber de confidencialidad en los siguientes casos:
1) Por dispensa expresa de todas las partes que intervinieron, y

8 Art. 14 Ley 6452 ( 1998) Ley de Mediación de la Provincia de Santiago Del Estero, Recuperado de
http://www.jussantiago.gov.ar/jusnueva/Normativa/Ley6452.php
9 Art. 4, Ley N.° 10543. (2018). Ley 10543. Legislatura de la Provincia de Córdoba. Recuperado de
https://goo.gl/XrRmjt

13
2) Para evitar la comisión de un delito o, si éste se está
cometiendo, impedir que continúe.

El cese de la confidencialidad debe ser interpretado con


carácter restrictivo y los supuestos de excepción surgir de
manera evidente.10

Por último, y no menos importante, hace referencia a la exclusión de todos


los intervinientes en un proceso de mediación de la posibilidad de ser
llamados como testigos. Imaginate que uno de los propósitos de la
mediación es poder hablar de manera directa entre las partes, por lo que
se intenta garantizar el diálogo con la mayor franqueza posible para poder
aumentar las chances de un acuerdo. Así, el artículo finaliza diciendo: “En
ningún caso las partes, los mediadores, los abogados, los demás
profesionales, expertos y todo aquel que haya intervenido en un proceso
de mediación pueden absolver posiciones ni prestar declaración
testimonial sobre lo expresado en dicha mediación”11.

Mediación en sede extrajudicial

La Ley 8858 establece en su artículo 37 que “habrá mediación en sede


extrajudicial cuando las partes, sin instar proceso judicial previo, adhieran
voluntariamente al proceso de mediación para la resolución de un
conflicto, ante un mediador, centro de mediación público o privado
habilitado a tal fin”12.

En relación con el procedimiento, establece que se regirá por todo lo


dispuesto para la mediación en sede judicial y que se ha desarrollado
precedentemente.

A diferencia de lo previsto para la mediación judicial, el artículo 39


determina que el efecto del acuerdo será el mismo que tiene un convenio
entre partes y tendrá igual validez independientemente del centro de
mediación y del mediador.

10 Art. 4, Ley N.° 10543. (2018). Ley 10543. Legislatura de la Provincia de Córdoba. Recuperado de
https://goo.gl/XrRmjt
11 Art. 4, Ley N.° 10543. (2018). Ley 10543. Legislatura de la Provincia de Córdoba. Recuperado de
https://goo.gl/XrRmjt
12 Art. 37, Ley N.° 8858. (2000). Ley de Mediación. Legislatura de la Provincia de Córdoba.
Recuperado de https://goo.gl/tCeV2S

14
Seguidamente, en el artículo 40 prevé para la homologación que

cualquiera de las partes podrá solicitar la homologación del


acuerdo ante el Juez en turno con competencia en la materia,
con las previsiones del Artículo 80 de la Ley Nº 8465 y el Artículo
4 de la Ley Nº 8226. El trámite de homologación estará exento
de tasa de justicia, aportes y todo otro gasto.13

Para el resto de lo referido a la ejecución del acuerdo una vez


homologado, se aplica lo previsto para la mediación judicial.

Otra diferencia que se presenta en relación con la mediación judicial tiene


que ver con los requisitos para actuar como mediador en sede
extrajudicial, ya que para este último se exige poseer cualquier título
universitario, además de haber aprobado la capacitación para
mediadores y estar matriculado14,mientras que en sede judicial se exige
el título de abogado, además de la capacitación como mediador y estar
matriculado.

Para todo lo demás, se rige por lo establecido para la mediación judicial


y que ha sido desarrollado precedentemente.

Otros aspectos considerados en la ley provincial

Por último, y concluyendo con el análisis del marco normativo, deben


considerarse algunos aspectos más que quedan comprendidos dentro de
este.

Autoridad de aplicación, Ley 10543

La autoridad de aplicación es la Dirección de Mediación dependiente del


Ministerio de Justicia y Derechos humanos y tiene las siguientes
incumbencias:

13 Art. 40, Ley N.° 8858. (2000). Ley de Mediación. Legislatura de la Provincia de Córdoba.
Recuperado de https://goo.gl/tCeV2S
14 Art. 41, Ley N.° 8858. (2000). Ley de Mediación. Legislatura de la Provincia de Córdoba.
Recuperado de https://goo.gl/tCeV2S

15
1) Fijar las políticas del Poder Ejecutivo Provincial sobre la
implementación, desarrollo y puesta en marcha de la mediación
en el territorio provincial;
2) Desarrollar programas de promoción de la autogestión de
conflictos en los diferentes ámbitos de desarrollo de la
convivencia ciudadana;
3) Celebrar convenios con el Estado Nacional, estados
provinciales, municipalidades y comunas, entes públicos y
privados, cualquiera sea su naturaleza, que tenga por finalidad
el cumplimiento de los objetivos que refiere el inciso 2);
4) Promover, desarrollar y ejecutar conjuntamente con las
instituciones mencionadas en el inciso 3) de este artículo
programas de mediación comunitaria;
5) Inscribir en el Registro de Mediadores del Ministerio de
Justicia y Derechos Humanos de la Provincia de Córdoba a los
mediadores que hayan cumplido con los requisitos que
reglamentariamente se establezcan;
6) Otorgar matrícula a los mediadores mencionados;
7) Determinar las condiciones de admisibilidad y pautas de
evaluación para la obtención por parte de los solicitantes de la
matrícula habilitante;
8) Organizar el Registro de Mediadores y llevar un legajo
personal de cada uno de ellos;
9) Solicitar información al Tribunal Superior de Justicia sobre
la cantidad de causas que tramiten por ante el Centro Judicial de
Mediación y cualquier otro dato relevante a los fines
estadísticos;
10) Receptar de los mediadores habilitados el formulario
estadístico previsto por la presente Ley y confeccionar
estadísticas de acceso público con la información allí vertida;
11) Recibir denuncias por infracción de mediadores en su
actuación;
12) Aplicar, por medio del Tribunal de Disciplina de
Mediación, las medidas correctivas del accionar de los
mediadores y centros de mediación, de conformidad a las
normas éticas que se dicten;
13) Aplicar sanciones y multas a las partes intervinientes en
el proceso de mediación;
14) Coordinar e instrumentar normas procedimentales para
la ejecución de las políticas que refiere el inciso 1) de este
artículo;

16
15) Promover la capacitación continua y la especialización de
los mediadores como condición para el mantenimiento de la
matrícula y para el desarrollo de competencias específicas para
el logro de la excelencia en el servicio que prestan los
mediadores en los diferentes ámbitos de mediación;
16) Integrar con uno o más mediadores habilitados los
comités de crisis, cuando fuere solicitado;
17) Protocolizar las actas de cierre de los procesos de
mediación llevados a cabo en centros privados y en centros
públicos, con excepción del Centro Judicial de Mediación que
protocoliza sus propias actas;
18) Verificar el correcto pago de las Tasas Retributivas de
Servicios a su cargo;
19) Habilitar los centros de mediación, propiciar actividades
de colaboración recíproca y realizar el monitoreo de su
funcionamiento;
20) Homologar las actividades de formación básica y
capacitación continua de mediadores desarrolladas por
instituciones académicas, centros de mediación y capacitación y
formadores, y
21) Realizar toda otra gestión necesaria para el cumplimiento
de los objetivos de la presente Ley.15

Designación del mediador. Pasos y plazos del


procedimiento

El procedimiento previsto para designar a los mediadores y sus


consecuencias se encuentra desarrollado en el punto 3. Mediación, 3.6.
Etapas de la mediación, a cuya lectura se remite, ya que, en definitiva, el
marco legal toma como base el proceso previsto para la mediación, lo
consagra y regula positivamente en la Ley 8858. Para su profundización,
debe acudirse también al texto de la ley.

Formularios que exige la ley y requisitos de los


mediadores

15 Art. 62, Ley N.° 10543. (2018). Ley 10543. Legislatura de la Provincia de Córdoba. Recuperado
de https://goo.gl/XrRmjt

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En muchos casos, se criticó la Ley 8858 y su decreto reglamentario por ser
demasiado detallista, aunque en la práctica debe reconocerse que ha
resultado positivo ese exceso de detalles. Estos aspectos están
contemplados en oportunidad de desarrollar el punto 3.6. Etapas de la
mediación, y deben ser complementados con el texto de la ley y su
decreto reglamentario.

Asistencia letrada. Rol del abogado en la mediación.


Honorarios

La asistencia letrada de las partes es obligatoria en la mediación judicial,


atento a que se ha iniciado una demanda judicial y se encuentra en
proceso esa instancia. Para llegar a ello, las partes cuentan con el
patrocinio de un abogado, quien participa con ellas en las distintas
audiencias de mediación.

En el supuesto de no contar con presencia del abogado, el mediador no


puede abrir el proceso, deberá convocar a una nueva audiencia y se lo
tomará como no comparecido.

En la mediación extrajudicial, el patrocinio letrado es voluntario.

Reglas éticas
La nueva Ley 10543 incorpora en su artículo 66 parámetros éticos que
anteriormente no se encontraban expresamente detallados. Se considera
de suma importancia que la profesión de mediador cuente con una
normativa ética, cuestión que ha sido planteada en numerosas
oportunidades, y si bien no se ha alcanzado un código de ética, la ley lo
expresa en su artículo 66.

1) Informar a las partes desde el inicio del proceso de mediación,


sus características, efectos y roles de cada uno de los
intervinientes, garantizando el entendimiento de las partes de
dicha información;
2) Detallar los honorarios, costas y forma de pago;
3) Actuar antes, durante y después del proceso de mediación
con prudencia y veracidad, absteniéndose de generar o insinuar
expectativas, promesas y garantías respecto de los resultados;

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4) No forzar a ninguna de las partes a aceptar un acuerdo o a
tomar decisiones;
5) Finalizar la mediación cuando lo solicite cualquiera de las
partes;
6) Hacer entrega del acta de cierre protocolizada a las partes
cuando lo soliciten, y
7) No recomendar a ninguna persona para que asesore a las
partes.16

A todo ello se aplican subsidiariamente las disposiciones éticas


reguladoras de la profesión de base de cada mediador.

Conclusiones

La mediación significa un cambio de paradigma muy importante en la


sociedad. Es modificar patrones de conducta y culturales arraigados en
nosotros y, por ello, es compleja su instrumentación cuando las
disposiciones legales sean de muy buen nivel, más allá de los defectos
que se pueden encontrar y que han sido destacados precedentemente.

Es muy difícil entender que cada ciudadano debe hacerse cargo de sus
problemas y conflictos, y tratar de enfrentarlos para resolverlos, sin tener
que recurrir a la decisión de un tercero, que es, de alguna manera,
desligarse de la responsabilidad de tener que pensar en la solución
conjunta con la otra parte de ese problema.

Lamentablemente, la cultura del diálogo no es una práctica muy común


en sociedades donde, día a día, vemos más fuerte cómo la violencia
comienza a tornarse como algo natural y ya no nos sorprenden las
noticias que nos brindan los medios periodísticos, aceptamos que son las
reglas de juego.

Bien, desde este lugar, se pretende que tú, como futuro profesional,
conozcas que existen otras formas de resolver los conflictos que pueden
ayudar a disminuir los niveles de intensidad y violencia en la convivencia
diaria con nuestros familiares, amigos, socios o simplemente vecinos,
donde resolver el problema no significa que uno gane y otro pierda, sino

16 Art. 66, Ley N.° 10543. (2018). Ley 10543. Legislatura de la Provincia de Córdoba. Recuperado
de https://goo.gl/XrRmjt

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que ambos salgan satisfechos con la resolución que se adopte y sean
protagonistas de ella.

En términos generales, la ley de mediación de la provincia de Córdoba es


considerada positiva. Aun cuando la convivencia de dos normativas al
mismo tiempo no es la situación ideal, nos brinda una herramienta
fundamental en estos procesos. Seguramente, se podrá plantear que
falta difusión, promoción, capacitación en la sociedad, pero será parte de
nuestra responsabilidad como profesionales brindar a cada cliente la
posibilidad de solucionar algunos de sus problemas por un método
alternativo y pacífico de resolución de conflictos.

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Referencias
Barbosa, G. y Magris. G. (1996). Mediación. Córdoba, AR: Marcos Lerner.

Barmat, N. D. y Rivero, S. (2001). Ley Provincial de Mediación N° 8858 y su


reglamentación. Comentada, anotada, concordada. Córdoba, AR: Marcos
Lerner.

Decreto N.° 1773. (2000). [Decreto reglamentario]. Legislatura de la Provincia


de Córdoba. Recuperado de
http://web2.cba.gov.ar/web/leyes.nsf/85a69a561f9ea43d03257234006a8594
/9d8df14891b3ecf50325833200555348?OpenDocument

Diez, F. y Tapia, G. (1999). Herramientas para trabajar en mediación. Buenos


Aires, AR: Paidós.

Ley N º 6452. (1998) Ley de Mediación de la Provincia de Santiago Del Estero,


Recuperado de
http://www.jussantiago.gov.ar/jusnueva/Normativa/Ley6452.php

Ley N.° 8858. (2000). Ley de Mediación. Legislatura de la Provincia de Córdoba.


Recuperado de
http://www.justiciacordoba.gob.ar/Estatico/justiciaCordoba/files/Contenido/
TSJ/mediacion/Ley%208858.pdf

Ley N.° 10543. (2018). Ley de Mediación de la Provincia de Córdoba Legislatura


de la Provincia de Córdoba. Recuperado de
https://www.diariojudicial.com/public/documentos/000/078/931/000078931
.pdf

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