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Bautismo vs.

Llenura del Espíritu Santo

Se trata de que el Espíritu Santo posea más de nosotros; más de


nuestros pensamientos, de nuestras decisiones y de cada área de
nuestra vida.

JOSÉ DANIEL ESPINOSA CONTRERAS ESPAÑA 25 DE ENERO DE


2017 19:50 h

El apóstol escribe a la iglesia de Corinto que: «por un solo


Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo». Sin embargo,
añade: «no pude hablaros como a espirituales, sino como a
carnales, como a niños en Cristo» (3:1); «se oye que hay entre
vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra
entre los gentiles» (5:1).

Los cristianos de Corinto habían sido bautizados por


el Espíritu (1 Corintios 12:13) y estaban dotados de
ricos dones espirituales (12:7). Sin embargo, está
claro que no presentaban la llenura del Espíritu
Santo, pues eran carnales y faltos de poder. Esto
nos da a entender que «llenura» y «bautismo» no
son sinónimos.

Además, el Nuevo Testamento nos enseña algunas otras diferencias entre ambas experiencias.

1º La llenura del Espíritu es presentada como un mandato que todo cristiano debe anhelar y
buscar (Efesios 5:18); sin embargo no existe ni una sola orden a ser bautizados en el Espíritu.
Esto me parece un claro indicativo de que ambas experiencias son distintas.

2º El bautismo del Espíritu es una experiencia única e irrepetible (Gálatas 3:27). No existe ni un
solo caso en el Nuevo Testamento de creyentes que recibieran más de una vez el bautismo del
Espíritu. No obstante, encontramos múltiples referencias de cristianos que recibieron una y
otra vez la llenura del Espíritu, lo que apunta a que ésta es una experiencia que puede ser
repetida de forma ilimitada. Los mismos apóstoles buscaron ser llenos del Espíritu poco
después de Pentecostés.

3º La llenura del Espíritu ya se daba en el Antiguo Testamento. El bautismo del Espíritu ocurrió
por primera vez en Pentecostés.
4º Que la llenura del Espíritu sea presentada en el Nuevo Testamento como un mandato
muesra que no todos los cristianos lo reciben. Que el bautismo del Espíritu no sea un mandato
para ningún cristiano es evidencia de que todos los cristianos auténticos lo han recibido para
poder formar parte del cuerpo místico de Cristo (1 Corintios 12:13).

5º Tanto el bautismo como la llenura aparecen en las Escrituras en voz pasiva indicando que la
acción es efectuada en el creyente por el Espíritu Santo. Con todo, que la llenura, a diferencia
del bautismo del Espíritu, se presente como un mandato indica que el cristiano debe
«permitir» al Espíritu Santo hacerlo por nosotros y en nosotros.

Esto enseña a la iglesia de Cristo que no debemos conformarnos con haber sido bautizados en
el Espíritu y unidos al cuerpo Cristo, sino que debemos anhelar y buscar continuamente la
plenitud del Espíritu. De lo contrario, solo conseguiremos templos llenos de personas vacías.

Solo una vida llena del Espíritu evitará toda una vida llena de pecado. Solo andar en la
dinámica del Espíritu nos prevendrá de un cristianismo mediocre y conformista.

La plenitud del Espíritu significa que el cristiano es llenado por completo, controlado,
conducido, enseñado y guiado por el Espíritu Santo. La llenura del Espíritu no significa que el
creyente posea más cantidad del Espíritu, pues el Espíritu no se da por medida (Juan 3:34),
sino que el Espíritu Santo posea más de nosotros; más de nuestros pensamientos, de nuestras
decisiones y de cada área de nuestra vida.
¿Cuándo fue la última vez que buscaste ardientemente ser lleno del Espíritu?

¡Que Dios nos ayude!

José Daniel Espinosa Contreras – Profesor del CEIBI – España

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Plenitud

Llenura

Bautismo

Espíritu Santo

José Daniel Espinosa Contreras

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EZEQUIEL JOB25/01/201721:20 h1 0 1

En Juan 3:34, relaciona al ES con la Palabra de Dios, son inseparables, o lo mismo, como se
muestra en dos pasajes equivalentes, en donde la LLENURA del ES (Ef5:18-20), es estar LLENO
de la Palabra de Dios (Col3:16-17), lo signos son los mismos del que está lleno del ES con aquel
donde la Palabra mora en ABUNDANCIA. Asi que, a leer, memorizar, practicar La Palabra, y asi
ser mas lleno del ES.
Respondiendo a EZEQUIEL JOB

Paco27/01/201709:46 h4 2 0

Que me parece muy correcto todas las alusiones que usted dice de la Palabra de Dios, yo no
cuestiono para nada la Palabra, pero que no tiene nada que ver con el artículo en sí y menos
con la búsqueda de la plenitud del Espíritu Santo. Que lo que los primeros cristianos
experimentaron en el día de Pentecostés, no fue una llenura de las Escrituras, sino una llenura
del Espíritu Santo. Y lo que la iglesia (en general) necesita es una experiencia con el Espíritu
Santo, El que nos guía a toda verdad.

Respondiendo a Paco

EZEQUIEL JOB27/01/201716:40 h5 0 2

Todas esas señales que se dieron en pentecostés, fueron necesarias hasta que viniese lo
Perfecto (1Cor13:8-10), lo Perfecto es LA PALABRA DE DIOS, el mensaje que emana de La Biblia
(Stg1:25), ya está completa (Ap22:18-19), no necesitamos nada más, La Palabra es mas que
suficiente, con la presencia del Señor Jesús (Espíritu) (Mat28.19-20), basta y sobra (2Tim3:16-
17). Dios se manifiesta a todo aquel que guarda (cree y hace) LA PALABRA (Jn14:21,23),
muestra en su vida los frutos del ES (Gal5:22-25

Respondiendo a EZEQUIEL JOB

Paco26/01/201709:31 h2 2 0

Si con la palabra, te refieres a la persona de Cristo, estoy totalmente de acuerdo, pero si con la
palabra te refieres a la Biblia, entonces, tengo que disentir. La iglesia que más ha crecido a lo
largo de la historia fue la iglesia primitiva, y estos no tenían siquiera la totalidad de la Palabra.
Puedes leer, memorizar, incluso saber de carretilla las Escrituras y estar lleno de ti mismo y no
del Espíritu Santo. La llenura del Espíritu Santo es una experiencia viva con Dios, e inigualable.
Respondiendo a Paco

EZEQUIEL JOB27/01/201700:06 h3 0 1

Con la PALABRA DE DIOS me refiero al MENSAJE que emana de lectura de La Biblia, que es la
SALVACIÓN. Este MENSAJE, o, La PALABRA (VERBO) DE DIOS se personificó en el Señor Jesús
(Jn1:14). Toda La Escritura es inspirada por Dios (2Tim3:16). La Escritura solo tiene un
propósito, llevarnos a Cristo (Rom 10:4 porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo
aquel que cree.)

Diez plagas de Egipto

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Sarajevo Haggadah, de Barcelona, c. 1350

Las 10 plagas de Egipto (‫ מצרים מכות‬o Makot Mitzrayim), también conocidas simplemente
como las diez plagas, son una serie de calamidades sobrenaturales que, según el Antiguo
Testamento y la Torá, Dios infligió a los egipcios para que el soberano dejara partir a los
hebreos de Egipto y llevarlos al desierto por 40 años y llegar ala tierra prometida o Canaán

La narración aparece en el segundo libro del Pentateuco, el Éxodo (en hebreo Shemot). Este
libro describe cómo Moisés y Aarón se enfrentan a el faraón para liberar a el pueblo de Israel,
Dios les castigaría de manera sucesiva con diez grandes males que caerían sobre Egipto.
Conforme al relato, sólo después de la última plaga el faraón libraría al pueblo hebreo de la
esclavitud.

Índice

1 El comienzo de las plagas (Éxodo 5:1-5:9, 7:8-7:13)

2 Las 10 plagas de Egipto

2.1 I - Las aguas se convierten en sangre (Éxodo 7,14-25)

2.2 II - La plaga de las ranas (Éxodo 8,1-15)

2.3 III - Los piojos (Éxodo 8,16-19)

2.4 IV - Las moscas (Éxodo 8,20-32)

2.5 V - La terrible peste sobre el ganado (Éxodo 9,1-7)

2.6 VI - Las úlceras (Éxodo 9,8-12)

2.7 VII - La lluvia de Granizo y Fuego (Éxodo 9,13-35)

2.8 VIII - Las langostas (Éxodo 10,1-20)

2.9 IX - Las Tinieblas (Éxodo 10,21-29)

2.10 X - El ángel exterminador (Éxodo: 《29 ,33》)

3 Interpretación científica

4 Véase también

5 Referencias

6 Enlaces externos

El comienzo de las plagas (Éxodo 5:1-5:9, 7:8-7:13)

Moisés y Aarón se acercaron al faraón y le entregaron la demanda encomendada por Dios, que
exigía que los esclavos israelitas pudieran salir de Egipto a fin de que pudieran adorar a su Dios
libremente. Tras una primera negativa del faraón, Dios envió a Moisés y a Aarón de nuevo a
mostrarle un milagroso signo de advertencia. El cayado (vara de madera) de Aarón se convirtió
en una serpiente. Los brujos del faraón también pudieron convertir sus varas en serpientes, sin
embargo, la otra serpiente se tragó a las serpientes de los brujos. Aun así el faraón rechazó las
peticiones de los hermanos regresaron donde Dios y les dijo que vayan otra vez y que le diga al
faraón que que si no dejaba ir al pueblo unas grandes plagas invadirian su reino.

Las 10 plagas de Egipto


I - Las aguas se convierten en sangre (Éxodo 7,14-25)
La primera plaga fue la de la sangre.1 Dios dio
instrucciones a Moisés para que levantara su cayado
sobre el río Nilo. Como consecuencia, toda el agua se
convirtió en sangre, matando a todos los peces del río y
llenando Egipto de un olor nauseabundo durante siete
días. Los hechiceros del faraón demostraron entonces
que también ellos podían convertir el agua en sangre y el
faraón, por lo tanto, no cedió ante las demandas de
Moisés.

II - La plaga de las ranas (Éxodo 8,1-15)


La segunda plaga de Egipto fueron los sapos. Dios
dio instrucciones a Moisés de que dijera a Aarón
que estirase su vara sobre el agua y hordas de sapos
invadieron Egipto. Los hechiceros del faraón fueron
capaces de duplicar esta plaga con su magia. Sin
embargo, dado que no pudieron eliminarla, el
faraón se vio obligado a conceder a Moisés el
permiso de salir a los israelitas, a cambio de que
éste accediera a acabar con ella. Para convencer al
faraón de que realmente la plaga era un castigo
divino, Moisés dejó que el faraón eligiera el
momento en el que terminaría la plaga. El faraón
eligió como fecha el día siguiente, y todas las ranas
murieron a la hora señalada. Sin embargo, el faraón
revocó su autorización y los Israelitas
permanecieron en Egipto.

III - Los piojos (Éxodo 8,16-19)


Dijo el Señor a Moisés: "Di a Aarón: Extiende tu bastón y
golpea el polvo de la tierra que se convertirá en
mosquitos sobre todo el país de Egipto." Así lo hicieron:
Aarón extendió su mano con el bastón y golpeó el polvo
de la tierra; y hubo mosquitos sobre los hombres y sobre
los ganados. Todo el polvo de la tierra se convirtió en
mosquitos sobre todo el país de Egipto." (Éxodo 8,16-19)
Éxodo 8:25
El sustantivo hebreo ‫( כִּ נִּ ים‬kinim) podría traducirse como
"mosquitos", "piojos" o "pulgas".

IV - Las moscas (Éxodo 8,20-32)

La cuarta plaga de Egipto fue de animales que dañan a las


personas y al ganado. La Torá enfatiza que los ‘arob (‫עָ רֹוב‬, que
significa "mezcla" o "enjambre") sólo vinieron en contra de los
Egipcios, y que no afecto la Tierra de Gosén (donde vivían los
Israelitas). El Faraón le pidió a Moisés eliminar esta plaga y
prometió permitir la libertad de los Israelitas. Sin
embargo, después de que la plaga se fue, el Señor
"endureció el corazón de Faraón," y rehusó mantener su
promesa.

La palabra ‘arob ha causado diferencias de opiniones entre intérpretes tradicionales. El


significado puede estar relacionado con "mezcla". Mientras la mayoría de los intérpretes
tradicionales entienden la plaga como "animales salvajes" (tales como leones, serpientes
venenosas, rinocerontes), Gesenius, junto con muchos intérpretes modernos, entienden la
plaga como un enjambre de moscas o tábanos.

V - La terrible peste sobre el ganado (Éxodo 9,1-7)


La quinta plaga de Egipto fue una terrible peste que
exterminó a los ganados egipcios, ya fueran caballos,
burros, camellos, vacas, ovejas y/o cabras. El ganado
israelita resultó, una vez más, ileso. De nuevo, el faraón
no hizo concesiones.

VI - Las úlceras (Éxodo 9,8-12)


La sexta plaga de Egipto fue una enfermedad cutánea que
suele traducirse como "úlcera" o "sarpullido". Dios le dijo
a Moisés y Aarón que cada uno tomase dos puñados de
hollín de un horno, el cual Moisés dispersó en el cielo en
presencia del faraón. El hollín provocó úlceras en el
pueblo y el ganado egipcio. Los hechiceros egipcios
resultaron afectados junto con todos los demás y
murieron, sin poder sanarse, mucho menos el resto de
Egipto, pero ninguna de las plagas tocaron Israel.

VII - La lluvia de Granizo y Fuego (Éxodo 9,13-35)


La séptima plaga de Egipto fue una destructiva tormenta.
Dios le dijo a Moisés que estirase su vara hacia el cielo,
punto en el cual la tormenta comenzó. Era incluso más
sobrenatural que las plagas anteriores, una poderosa
ducha de granizo mezclada con fuego. La tormenta dañó
gravemente a los huertos y cultivos egipcios, así como a
las personas y al ganado. La tormenta azotó todo Egipto
excepto la tierra de Gosén. El faraón le pidió a Moisés que
eliminara esta plaga y prometió permitir a los israelitas
adorar a Dios en el desierto, diciendo que "este tiempo
he pecado; Dios es justo, yo y mi pueblo somos
malvados". Como una demostración de dominio de Dios
sobre el mundo, la lluvia se detuvo tan pronto como
Moisés comenzó a orar a Dios. Sin embargo, después de
que la tormenta cesara, el faraón de nuevo "endureció su
corazón" y se negó a mantener su promesa.

VIII - Las langostas (Éxodo 10,1-20)


La octava plaga de Egipto fueron las langostas.
Antes de la plaga, Moisés llegó al faraón y le
advirtió de la inminente plaga de langostas. Los
funcionarios del faraón le suplicaron que permitiera
que los israelitas fueran libres, ya que iban a sufrir
los efectos devastadores de una plaga de langostas,
pero éste aún era renuente a ceder. El orador
propuso entonces un compromiso: los hombres
israelitas serían autorizados a marcharse, mientras
que las mujeres, niños y ganado se quedarían en
Egipto. Moisés demandó que cada persona y animal
se fuera, pero el faraón se negó. Dios entonces le
dijo a Moisés que estirase su vara sobre Egipto y
recogió un viento del este. El viento se mantuvo
hasta el día siguiente, trayendo un enjambre de
langostas. La nube cubrió el cielo, arrojó sombras
sobre Egipto y consumió el resto de los cultivos
egipcios, acabando con todos los árboles y las
plantas. El faraón volvió a pedirle a Moisés que
eliminase esta plaga y se comprometió a permitir
que todos los israelitas pudiesen adorar a Dios en el
desierto. La plaga desapareció, pero de nuevo no
permitió a los israelitas salir.

IX - Las Tinieblas (Éxodo 10,21-29)


En la novena plaga, Dios le dijo a Moisés que estirase sus manos al cielo, para que la oscuridad
cayera sobre Egipto. Esta oscuridad era tan pesada que un egipcio podía sentirla físicamente.
Duró tres días, tiempo durante el cual solo hubo luz en las casas de los israelitas. El faraón
entonces hizo llamar a Moisés y le dijo que dejaría salir a todos los israelitas si las tinieblas
eran retiradas de su tierra. Sin embargo, exigió que las ovejas y vacas se quedasen; Moisés lo
rechazó y dijo que en poco tiempo el faraón ofrecería muchos animales para ser sacrificados.
El faraón, indignado, amenazó con ejecutar a Moisés si volvía a aparecer ante él. Moisés
contestó en efecto que no visitaría al faraón nuevamente.

Esta novena plaga era especialmente significativa. Se trataba de un ataque directo al Faraón,
ya que Ra era el dios egipcio del Sol. La plaga de oscuridad demostraba que el Dios de Moisés
era más poderoso que el del faraón.

X - El ángel exterminador (Éxodo: 《29 ,33》)

La décima y última plaga fue la muerte de todos los primogénitos de Egipto. Dios ordenó a los
hebreos marcar sus puertas con la sangre de un cordero, ya que de esta forma no entraría el
ángel de la muerte en sus casas para matar a sus primogénitos. Primero, el ángel de la muerte
fue al pueblo de Gosén para comenzar su misión, pero no actuó gracias a la sangre del cordero
puesta en los umbrales de las puertas. Continúo su avance por Egipto y como no había ninguna
puerta marcada con la sangre de cordero, éste mató a los primogénitos egipcios, incluyendo al
hijo del faraón. Este fue el golpe más duro a Egipto y la plaga que finalmente convenció al
faraón de que debía liberar a los hebreos. Después se arrepintió y fue en su busca pero, fue
atajado por los muros de agua marina que volvieron a su estado natural por orden de Moisés y
el gobernante, junto con su ejército mueren en el Mar Rojo.

Interpretación científica

Expertos de todo el mundo ofrecen diversas explicaciones científicas, muchas veces


controvertidas, que darían cuenta de las diez plagas bíblicas y del éxodo masivo del pueblo
hebreo de Egipto.2

En el documental El secreto de las diez Plagas de National Geographic3 apuntan a dar una
serie de explicaciones climatológicas sobre cómo podrían haberse dado las 10 plagas de forma
natural. Por ejemplo, explican que la causa podría haber comenzado con la erupción del volcán
de la isla de Santorini, Grecia, en torno al año 1500 a. C. 4 que habrían provocado terremotos
que causarían escapes de dióxido de carbono y de hierro cerca del Nilo, los cuales al entrar en
contacto con el oxígeno, formarían hidróxido de hierro. Éste tornaría el agua de color rojo,
desencadenando la serie de sucesos que explicarían las diez plagas. La falta de oxígeno
generada por la precipitación del hidróxido de sodio en el agua, provoca que todos los peces
mueran. Esto da origen a la segunda plaga, las ranas, que a diferencia de los peces, pueden
salir de las aguas contaminadas. La carencia de agua limpia crea el ambiente propicio para la
aparición de los piojos (tercera plaga), las moscas (cuarta plaga) y las epidemias bacterianas
entre los seres humanos y los demás animales (quinta plaga). Paralelamente, el dióxido de
carbono mezclado con el aire indujo a la gente a una especie de coma, reduciendo la
circulación sanguínea en la piel causando sarpullidos (sexta plaga). El granizo con fuego, a lo
que los científicos llaman granizo volcánico (séptima plaga), era procedente de la erupción en
Santorini. Cuando la nube de cenizas alcanzó la estratósfera, se mezcla con la humedad y
forman una piedra muy similar al granizo. Las bajas temperaturas provocan que nubes de
langostas en masa se posen en Egipto (octava plaga). La nube de cenizas de 40 km de altura
por 200 km de diámetro alcanza el delta del Nilo y provoca oscuridad (novena plaga). Tras la
ceremonia que Moisés había ordenado realizar a los israelitas - y que acabaría siendo conocida
como la cena de Pascua (en hebreo, Pesáj). Los egipcios dormían, entonces, la fuga de gas que
había provocado las primeras plagas al fin entró en erupción. El dióxido de carbono se filtró a
la superficie, y dado que es más pesado que el aire, mataría por asfixia a la gente que dormía
antes de disiparse en la atmósfera. Como los primogénitos de los egipcios gozaban de
privilegios por ser los herederos de las propiedades y demás bienes, dormían en camas casi
pegadas al suelo, mientras que los demás miembros de la familia dormían en los segundos
pisos. Los israelitas, sin darse cuenta de lo que pasaba, pintaron con la sangre de cordero las
puertas de sus casas para evitar que sucediera lo mismo que con los egipcios.
Las normas son reglas que se formulan con el objeto de que sean respetadas y seguidas, a fin
de establecer ciertas conductas y comportamientos en el ser humano acordes al espacio y la
circunstancia en la que se encuentre.

En este sentido, el objetivo principal de las normas es asegurar una sana convivencia social
entre todos los individuos que forman parte de un grupo, comunidad y sociedad. Se trata
también de una necesidad por alcanzar el bienestar individual y social en el que se respeten y
cumplan diversos tipos de valores éticos, morales, sociales, humanos, entre otros.

Al regular las conductas humanas se pretende evitar el abuso de poder, el irrespeto, las malas
conductas, entre otras acciones que pueden ser ejercidas solo por alcanzar el bienestar
individual.

Las normas procuran la convivencia armoniosa y respetuosa entre las personas más allá de sus
diferencias. Es una manera de guiar el comportamiento humano según el ámbito en el cual se
encuentre, ya que cada circunstancia amerita una actitud en particular.

Por ejemplo, nuestro comportamiento y trato entre amigos es muy diferente al que tenemos
ante cualquier figura de autoridad como un juez, profesor, padre, entre otros.

También cabe mencionar que las normas a cumplir varían a medida que el ser humano crece y
pasa por las diferentes etapas de la vida, es decir, a menor edad tenemos menos reglas que
cumplir que cuando somos personas adultas e independientes, por lo que debemos afrontar
mayor cantidad de responsabilidades.

Por ello nos encontramos con normas que prescriben un comportamiento a seguir y con
normas que señalan que conductas evitar. De allí que, muchas de estas también implican una
penalidad o castigo como consecuencia de nuestros actos y otras no.
Por tanto, se han establecido diferentes tipos de normas, entre las más importantes están las
de tipo social, jurídico y legal, moral y religiosa tanto para establecer una convivencia
armoniosa y digna entre las personas como, para evitar conflictos sociales que atente contra el
bienestar general de todos.

Normas sociales

Normas sociales

Las normas sociales deben ser reconocidas por todos los ciudadanos a fin de establecer
relaciones armoniosas y de mayor respeto para llegar a acuerdos que procuren el bienestar
social.

Las normas sociales son aquellas que se refieren al trato social a fin de promover y establecer
valores como el respeto, la tolerancia, la igualdad, la inclusión, entre otros, entre los
ciudadanos en general.

También se pueden mencionar las normas de cortesía y buena educación, ya que establecen
una convivencia más armoniosa y educada entre todas las personas.

Por tanto, se trata de normas o reglas potestativas, pues su cumplimiento puede ser o no
obligatorio, aunque de manera tácita todas las personas saben qué deben cumplir y por qué
razón. De hecho, a partir de estas reglas surgen muchas de las normas legales de cumplimiento
obligatorio establecidas por las instituciones del Estado.

No obstante, es importante resaltar que las normas sociales varían entre culturas y en algunos
casos puede que sin querer se incumplan algunas de éstas por desconocimiento, lo que puede
generar, en el peor de los casos, alguna sanción.

De allí que, hay casos en que el incumplimiento de diversas normas sociales conlleva a castigos
o penalidades según las circunstancias y el espacio del que se trate. Por ejemplo, botar algún
desperdicio fuera de los contenedores de basura puede generar una penalidad o multa, o ser
irrespetuoso con otro individuo puede generar exclusión social.

Normas jurídicas y legales


Normas judiciales

Las normas judiciales tienen como finalidad establecer una convivencia social más justa y
respetuosa entre todos los ciudadanos.

Se trata de normas que pertenecen al Derecho. Estas normas son dictadas por las instituciones
del Estado con la finalidad de regir el comportamiento y las conductas de los ciudadanos en
general. Algunas, incluso, están establecidas en la Constitución de cada país. Por ello, su
incumplimiento conlleva a sanciones legales o castigos penales.

Se trata de normas formales que están aprobadas y establecidas en un marco legal, por lo
tanto su cumplimiento es obligatorio aunque se desconozca su existencia y penalidad. De allí
que se diferencien de las normas sociales o morales informales cuyo cumplimiento no es
obligatorio.

Por ejemplo, el incumplimiento o atraso en el pago de un impuesto puede generar una multa.
En los casos de estafas, robos o crímenes más graves, se han establecidos normas que incluyen
penas de cárcel.

En este sentido, las normas jurídicas y legales son establecidas a fin establecer una serie de
conductas que son consideradas como correctas según el marco legal de un Estado y que
permitan el desarrollo de una convivencia social armoniosa.

Normas morales

Normas morales

Las normas morales refuerzan la importancia de los actos que se consideran correctos y
buenos en pro de la vida social.

Las normas morales se corresponden a la moral y ética del ser humano. Por medio de la moral
se establece una serie de valores y normas que son aceptadas socialmente y que determinan
las conductas que se consideran buenas o malas.

Por tanto, la moral funciona como una guía que orienta el comportamiento de las personas
según lo que se considere moral o inmoral, y busca enaltecer la dignidad humana. Sin
embargo, muchas de estas normas no son universales, ya que varían según la cultura o
comunidad a la que se pertenezca.
De hecho, el cumplimiento de las normas morales no es obligatorio aunque sí puede llegar a
generar remordimiento o sentimiento de culpa por haber actuado de manera incorrecta ante
una situación en particular.

En este sentido, el seguir las normas morales depende de cada individuo, de su conciencia y de
su capacidad para distinguir entre las acciones correctas e incorrectas.

Por ejemplo, no decirle mentiras a tus seres queridos, respetar los bienes ajenos, no cometer
adulterio, actuar de manera honesta, ser bondadoso, entre otros.

Normas religiosas

Normas religiosas

Las normas religiosas establecen las conductas que según cada religión conllevan a enaltecer la
espiritualidad humana.

Las normas religiosas se corresponden a lo religioso y a las pautas de conducta que las distintas
creencias religiosas estipulan como correctas o prohibidas.

Estas normas se encuentran redactas en los textos o documentos religiosos, en los cuales se
establecen las bases de determinada fe y su origen divino y espiritual. Asimismo, dichas
normas solo son cumplidas por aquellos que practiquen una religión o creencia, por tanto, no
se trata de normas compartidas por una sociedad en general.

En este caso, el incumplimiento de las normas religiosas puede conllevar al sentimiento de


culpa por haber caído en pecado, incluso, a recibir algún tipo de castigo divino. Tomando esto
en cuenta, se puede decir que las normas religiosas afectan, incluso, a las normas morales.

Por ejemplo, en la religión católica muchos hombres y mujeres cumplen con un voto de
castidad y celibato para dedicarse a la vida espiritual. Otro ejemplo que es común en diversas
creencias religiosas tiene que ver con el castigo a la infidelidad por ser visto como un acto
incorrecto e inmoral.
NÚMEROS 1 – EL CENSO DE ISRAEL

A. Trasfondo al libro de Números

1. Como está registrado en el libro de Éxodo, Israel escapo de la esclavitud en Egipto – Dios
milagrosamente los libero de cientos de años de cautiverio. Atravesaron el Mar Rojo y vieron a
Dios proveer en el desierto. Vinieron al Monte Sinaí donde Dios se les apareció en una manera
espectacular; donde Moisés subió a la montaña para encontrarse con Dios y recibir la ley. En el
Monte Sinaí Israel también adopto una imagen idolatra de un becerro de oro y fue corregido
por el Señor.

a. Acampando en el Monte Sinaí, Israel construyó un tabernáculo de reunión y estableció un


sacerdocio, recibiendo el plan de Dios para los sacerdotes y la nación en general en Levítico. Al
final del libro de Levítico, han estado fuera de Egipto por un poco más de un año.

b. Éxodo cubre un año; Levito solo un mes – pero el libro de Números abarca más de 38 años.

2. Este tercer libro de Moisés nos dice que paso durante estos 38 años. El titulo hebreo de este
libro nos da una idea del tema de Números. En hebreo este libro es titulado En el desierto en
lugar de Números.

a. El desierto nunca se había pensado como el destino de Israel. La intención de Dios era de
traerlos a la Tierra Prometida de Canaán. El desierto era pensado como un lugar temporal – un
lugar para moverse a través no para vivir ahí.

i. “La palabra en hebreo para desierto (midbar) significa un lugar para conducir rebaños. No es
un desierto árido completamente, pero contiene un poco de vegetación y algunos árboles. La
lluvia en ciertas áreas es muy ligera, unas pocas pulgadas por año, para sostener el cultivo.”
(Wenham)
b. El libro de números se trata del pueblo de Dios en el desierto – como llegaron ahí, como
Dios trata con ellos en el desierto, y como El los saca del desierto en su camino a la Tierra
Prometida.

i. “El tema del libro de Números es el viaje a la Tierra Prometida de Canaán. Sus primeros diez
capítulos, cubren apenas cincuenta días, describen como Moisés organizo a Israel para la
marcha de Sinaí a la Tierra Prometida.” (Wenham)

c. El libro de Números nos da una gran visión: ¿A dónde nos está llevando Dios? ¿Qué es lo que
tomará el llegar ahí? ¿Qué cualidades internas debe desarrollar y demandar Dios en nosotros a
lo largo del camino?

i. La gente de la Tierra prometida es muy diferente a los esclavos. Israel emergió de Egipto
como esclavos, básicamente inadecuados para la Tierra Prometida. ¿Cómo Dios los
transformaría en gente de la Tierra Prometida?

ii. “Entonces los Israelitas han sido esclavos en la tierra de Gosén; sus tareas fueron
determinadas, y sus capataces obligaron su obediencia. Sus dificultades han sido grandes, su
cautividad cruel, pero ellos fueron libres de la necesidad de pensamiento y disposición.
Habiendo escapado de su capataz, ellos imaginaron que la libertad significaba escapar de la
autoridad. Han sido enseñados en su año de campamento bajo la sombra de la montaña que
ellos tenían que someterse a la ley, y eso era molesto para ellos, y se volvieron descontentos.
Este descontentamiento resulto de la falta de perfecta confianza en Dios.” (Morgan)

iii. El libro de Números se enfoca que todo es en la manera de Dios. Cuando estamos en el
desierto, somos tentados a lanzar cien diferentes esquemas y planes de escape. Pero solo la
manera de Dios es la que realmente funciona; y el libro de Números nos da la manera de Dios.
La idea de que el Señor hablo a Moisés es repetida más de 150 veces y en más de 20 maneras
diferentes en Números.

B. Israel realiza un inventario: El censo de Números 1.

1. (Números 1:1-3) El propósito del censo.

Hablo Jehová a Moisés en el desierto de Sinaí, en el tabernáculo de reunión, en el día primero


del mes segundo, en el segundo año de su salida de la tierra de Egipto, diciendo: “Tomad el
censo de toda la congregación de los hijos de Israel por sus familias, por las casas de sus
padres, con la cuenta de los nombres, todos los varones por sus cabezas. De veinte años
arriba, todos los que pueden salir a la guerra en Israel, los contaréis tú y Aarón por sus
ejércitos.”

a. Hablo Jehová a Moisés en el desierto: En lo que Moisés se reunió con el Señor en el


tabernáculo, Dios le había mandado a que Tomara el censo de toda la congregación de los
hijos de Israel -– pero solo contando todos los que pueden salir a la guerra en Israel.

b. Los contaréis tú y Aarón por sus ejércitos: Esto era predominantemente un censo militar
para ver quién podía pelear a favor de Israel para tomar la Tierra Prometida. Este era el primer
paso en tomar la Tierra Prometida – un inventario para ver donde estaba Israel y que es lo que
Israel tenía para llegar a donde Dios quería que estuvieran.

i. Aunque la Tierra Prometida ha sido mencionada durante el éxodo hasta este punto, el
enfoque ha sido llegar al Monte Sinaí y recibir la ley. Eso fue solo el principio; ahora, el
enfoque cambia hacia la toma de la Tierra Prometida y reconocer que será una batalla.

ii. ¡Imagina como este censo afectaría a la nación! En lo que el conteo se hacía, cada familia
sabía que la preparación se estaba haciendo para la guerra.

c. Por sus ejércitos: El orden para contar los soldados potenciales no pretendía dar a entender
que Israel tomaría la tierra por sus fuerzas superiores o meramente la valentía de esos
hombres – ellos recibirían la Tierra Prometida por la mano de Dios. Sin embargo, ellos aún
tenían que pelear y saber lo que tenían disponible para ellos al ir a la batalla.

i. Podemos fallar en la lucha espiritual porque no tomamos un inventario honesto acerca de


donde estamos espiritualmente. Podemos sobreestimar o subestimar nuestra fuerza espiritual
y recursos. Este conteo de Israel no les dejaría hacer eso.

d. Por sus familias, por las casas de sus padres: Dios quería la cuenta hecha por sus familias
porque la fuerza de Israel era determinada al ver la fuerza de familias individuales.

2. (Números 1:4-16) Los jefes de las tribus.


Y estará con vosotros un varón de cada tribu, cada uno jefe de la casa de sus padres. Estos son
los nombres de los varones que estarán con vosotros: De la tribu de Rubén, Elisur hijo de
Sedeur; De Simeón, Selumiel hijo de Zurisadai; De Judá, Naasón hijo de Aminadab; De Isacar,
Natanael hijo de Zuar; De Zabulón, Eliab hijo de Helón; De los hijos de José: de Efraín, Elisama
hijo de Amiud; de Manasés, Gamaliel hijo de Pedasur; De Benjamín, Abidán hijo de Gedeoni;
De Dan, Ahiezer hijo de Amisadai; De Aser, Pagiel hijo de Ocrán; De Gad, Eliasaf hijo de Deuel;
De Neftalí, Ahira hijo de Enán; Estos eran los nombrados de entre la congregación, príncipes de
las tribus de sus padres, capitanes de los millares de Israel.

a. Un varón de cada tribu, cada uno jefe de la casa de sus padres: Israel estaba organizada de
acuerdo a las tribus que descendieron de los originales doce hijos de Jacob (más tarde
renombrado Israel por Dios). Cada una de estas doce tribus designó uno que era jefe de la casa
de sus padres, que estarán con Moisés y estarán para toda su tribu.

i. En un sentido, esto es una manera representativa de gobierno, cada jefe de la casa de sus
padreseres esencialmente el “gobernador” de la tribu.

ii. Estos eran los nombrados de entre la congregación:Es posible – incluso probable – que el
jefe de la casa de sus padresfuera electo por aquellos de la tribu.

b. De la tribu de Rubén… De Simeón…: Doce tribus son mencionadas, pero no la tribu de Leví.
Aun así el número doce es mantenido porque de José hijo de Jacob, dos tribus vinieron (Efraín
y Manasés)

i. Este era un censo militar, y la ausencia de la tribu de Leví entre los soldados potenciales es
importante pero explicada después en el capítulo.

ii. Naasón:Era el jefe de la casa de Judá, y es mencionado en la genealogía de Jesús (Mateo 1:4)

3. (Números 1:17-19) La asamblea de los líderes.

Tomaron, pues, Moisés y Aarón a estos varones que fueron designados por sus nombres, y
reunieron a toda la congregación en el día primero del mes segundo, y fueron agrupados por
familias, según las casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres por cabeza, de
veinte años arriba. Como Jehová lo había mandado a Moisés, los contó en el desierto de Sinaí.

a. Fueron agrupados por familias: Los líderes de cada tribu eran responsables de contar los
soldados potenciales en su tribu, después se reunían para hacer un reporte a Moisés.

b. Cada uno individualmente: Cada individuo era importante para Dios. Esto no era solamente
el montaje de un número final, sino una mención específica de cada individuo.

C. La cuenta de las tribus.

1. (Números 1:20-21) La tribu de Rubén: 46,500 soldados potenciales.

De los hijos de Rubén, primogénito de Israel, por su descendencia, por sus familias, según las
casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres por cabeza, todos los varones de
veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra; los contados de la tribu de Rubén
fueron cuarenta y seis mil quinientos.

a. Los contados de la tribu de Rubén fueron cuarenta y seis mil quinientos: Muchas personas
se preguntan si estos números son precisos y literales. Algunos piensan que están muy
exagerados, y otros han sugerido que están aumentados por un factor de diez. A pesar de las
objeciones de los críticos, es mejor confiar el sencillo testimonio de la Palabra de Dios.
Seguramente Dios pudo proveer para tal multitud en el desierto y discrepancias ocasionales en
los números son probablemente debido a errores de los escribas

b. Cuarenta y seis mil quinientos: ¿Estos números son exactos? Lo más probable, están
redondeados a lo más cercano a una centena (excepto en el caso de la Tribu de Gad).

2. (Números 1:22-23) La Tribu de Simeón: 59,300 soldados potenciales.

De los hijos de Simeón, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
fueron contados conforme a la cuenta de los nombres por cabeza, todos los varones de veinte
años arriba, todos los que podían salir a la guerra; los contados de la tribu de Simeón fueron
cincuenta y nueve mil trescientos.
3. (Números 1:24-25) La Tribu de Gad: 45,650 soldados potenciales.

De los hijos de Gad, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la
guerra; los contados de la tribu de Gad fueron cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta.

4. (Números 1:26-27) La Tribu de Judá: 74,600 soldados potenciales.

De los hijos de Judá, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la
guerra; los contados de la tribu de Judá fueron setenta y cuatro mil seiscientos.

5. (Números 1:28-29) La Tribu de Isacar: 54,400 soldados potenciales.

De los hijos de Isacar, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la
guerra; los contados de la tribu de Isacar fueron cincuenta y cuatro mil cuatrocientos.

6. (Números 1:30-31) La tribu de Zabulón: 57,400 soldados potenciales.

De los hijos de Zabulón, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la
guerra; los contados de la tribu de Zabulón fueron cincuenta y siete mil cuatrocientos.

7. (Números 1:32-33) La Tribu de Efraín; 40,500 soldados potenciales.

De los hijos de José; de los hijos de Efraín, por su descendencia, por sus familias, según las
casas de sus padres, conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que
podían salir a la guerra; los contados de la tribu de Efraín fueron cuarenta mil quinientos.
8. (Números 1:34-35) La Tribu de Manasés: 32,200 soldados potenciales.

Y de los hijos de Manasés, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la
guerra; los contados de la tribu de Manasés fueron treinta y dos mil doscientos.

9. (Números 1:36-37) La Tribu de Benjamín: 35,400 soldados potenciales.

De los hijos de Benjamín, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la
guerra; los contados de la tribu de Benjamín fueron treinta y cinco mil cuatrocientos.

10. (Números 1:38-39) La Tribu de Dan: 62,700 soldados potenciales.

De los hijos de Dan, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la
guerra; los contados de la tribu de Dan fueron sesenta y dos mil setecientos.

11. (Números 1:40-41) La Tribu de Aser: 41,500 soldados potenciales.

De los hijos de Aser, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la
guerra; los contados de la tribu de Aser fueron cuarenta y un mil quinientos.

12. (Números 1:42-43) La Tribu de Neftalí: 53,400 soldados potenciales.

De los hijos de Neftalí, por su descendencia, por sus familias, según las casas de sus padres,
conforme a la cuenta de los nombres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la
guerra; los contados de la tribu de Neftalí fueron cincuenta y tres mil cuatrocientos.

13. (Números 1:44-46) Resumen de las tribus: 603,550 soldados potenciales en Israel.
Estos fueron los contados, los cuales contaron Moisés y Aarón, con los príncipes de Israel, doce
varones, uno por cada casa de sus padres. Y todos los contados de los hijos de Israel por las
casas de sus padres, de veinte años arriba, todos los que podían salir a la guerra en Israel,
fueron todos los contados seiscientos tres mil quinientos cincuenta.

a. Todos los que podían salir a la guerra en Israel, fueron todos los contados seiscientos tres
mil quinientos cincuenta: Al final del libro de Números – 38 años más tarde – este censo se
repite. El número total de soldados disponibles seria casi el mismo – solo una pérdida de
algunos dos mil. Pero los números de cada tribu cambiaron significativamente, y hay un
significado en lo que paso a cada tribu durante esto críticos 38 años.

b. Y todos los contados de los hijos de Israel por las casas de sus padres: En este primer censo
Manasés es la tribu más pequeña y Judá la más grande. Hay dos tribus en los 30 mil; tres en los
40 mil; cuatro en los 50 mil; una en los 60m mil, y una en los 70 mil.

c. Fueron todos los contados seiscientos tres mil quinientos cincuenta: Basado en tener
603,550 soldados potenciales, muchas personas estiman que la populación total de Israel en
este tiempo era entre dos y dos y medio millones.

14. (Números 1:47-54) El caso especial de la Tribu de Leví.

Pero los levitas, según la tribu de sus padres, no fueron contados entre ellos; porque habló
Jehová a Moisés, diciendo: solamente no contarás la tribu de Leví, ni tomarás la cuenta de
ellos entre los hijos de Israel, sino que pondrás a los levitas en el tabernáculo del testimonio, y
sobre todos sus utensilios, y sobre todas las cosas que le pertenecen; ellos llevarán el
tabernáculo y todos sus enseres, y ellos servirán en él, y acamparán alrededor del tabernáculo.
Y cuando el tabernáculo haya de trasladarse, los levitas lo desarmarán, y cuando el
tabernáculo haya de detenerse, los levitas lo armarán; y el extraño que se acercaré morirá. Los
hijos de Israel acamparán cada uno en su campamento, y cada uno junto a su bandera, por sus
ejércitos; pero los levitas acamparán alrededor del tabernáculo del testimonio, para que no
haya ira sobre la congregación de los hijos de Israel; y los levitas tendrán la guarda del
tabernáculo del testimonio. E hicieron los hijos de Israel conforme a todas las cosas que
mandó Jehová a Moisés; así lo hicieron.
a. Pero los levitas,…, no fueron contados entre ellos: Por qué este era un censo de soldados
potenciales, la Tribu de Leví no fue contada. Ellos solos entre las tribus no fueron a la guerra
porque tenían una responsabilidad especial de Dios para los deberes sacerdotales de Israel.

b. E hicieron los hijos de Israel conforme a todas las cosas que mandó Jehová a Moisés, así lo
hicieron: Contar, o tomar inventario, es un paso esencial en organización y avanzar. En
preparación para entrar a la Tierra Prometida Israel tenía que ser organizada – Dios es un Dios
organizado, y se mueve a través de la organización ¡incluso cuando no podemos descifrarlo!
Por lo tanto era esencial que Israel tomará inventario y viera donde estaban.

i. Dios cuenta cosas. Él cuenta las estrellas y tiene un nombre para cada una (Salmos 147:4;
Isaías 40:26). ¡Dios incluso cuenta y sabe el número de cabellos en tu cabeza! (Mateo 10:30)

ii. “El quien cuenta las estrellas y las llama a todas por su nombre, no deja nada desarreglado
en su propio servicio.” (Spurgeon)

c. Solamente no contaras la tribu de Leví: También debemos ver, que en el caso de Leví, hay
algunas cosas que no pueden – o deberían – ser contadas. Israel tenía que apreciar que
algunas de las cosas más importantes no pueden ser contadas.

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