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Facultad de Humanidades y Arte.

Bachillerato en Humanidades.
Sociología Clásica.

EL CONTEXTO DE APARICIÓN DE LA SOCIOLOGÍA


“Una perspectiva desde el devenir de la Sociedad Industrial”

Profesor Pablo Martínez.


Kevin Inostroza B.
25 de Septiembre, 2019
La constitución de la Sociología como disciplina (Y como tecnología que pretende
problematizar el mundo de lo social) se desarrolla en la sociedad industrial, su contexto
geográfico e histórico está situado en la sociedad Europea (Alemania, Francia e Inglaterra)
de finales del siglo XVIII y principios del XIX, atribuible a la figura de Augusto Comte,
teórico de corriente positivista y a Claude-Henri de Rouvroy teórico creador del Régimen
Industrial a través de la ciencia, considerado el primer teórico de la sociedad industrial. Sin
embargo no debemos desconocer de ninguna forma qué la aparición de esta tecnología de
saber está influenciada indudablemente por precedentes históricos que brindaron forma a la
conceptualización de la misma, esto es, la llamada edad Moderna.

Por “Modernidad” entenderemos una serie de rasgos, de características, que definirán dicho
periodo, y que suponen una cierta ruptura con los anteriores precedentes, la aparición de un
nuevo clima social, cultural, y por tanto intelectual. Hitos históricos como la invasión de
América, la invención de la imprenta, el fortalecimiento de la burguesía y la constitución
del sistema capitalista, la escisión de la Iglesia Cristiana a partir de la Reforma impulsada
por Lutero y el progresivo distanciamiento entre poder político y poder religioso, la
Secularización, pueden darnos cierta visión comprensiva del espíritu de la época moderna,
de cómo se comportaban y pensaban. Se denota por tanto la presencia de un cambio de
paradigma (Y del sistema de creencias, moral, cartografías cognitivas instaladas, pautas y
conductas ejecutadas) importante entre la “Edad Media” y “Edad Moderna”, cambio que
está mediado por los saberes generados en la Ilustración, la aparición del “Sujeto” pensador
y la objetivación de la realidad.

El inicio de la Edad Moderna se sitúa acordadamente entre el siglo XIV y el siglo XVI,
momento histórico en donde aparecen fervientes intentos humanos de conquistar y hallar la
“verdad” del mundo, de encontrar leyes invariables, de no solo describirla y darle forma,
sino que de controlarla; El humano logra con la “Ciencia”, sea natural o social, la capacidad
de manipular la realidad a través de un “Método” riguroso gracias la ideación e
implementación de “Técnicas eficientes”. Mediante la constitución de disciplinas en las
distintas ramas del saber.

Es en esta época histórica en donde se abandona la creencia de que todo puede, y debe, ser
explicado mediante la fe irracional, y se procede a elaborar explicaciones humanas
racionales de fenómenos, se logra distinguir pues un nuevo comportamiento colectivo
histórico en la humanidad, nuevas conductas y voluntades del hombre frente la
reproducción de su vida, la del “Sujeto”, mediante sujeciones/afinidades. El ser humano se
apropia de la naturaleza mediante la técnica, y los medios productivos dejan de aparecer
como sagrados y dados, desde esta época serán producidos y perfeccionados por los
hombres mismos de forma sistemática y mecanizada. En este periodo se puede distinguir
una mutación en el rol del humano y la visión que tiene de sí mismo. Es decir, el hombre se
vuelve una suerte de esteta de la realidad, dotados (Y fundamentados por) de la razón que
Dios les brindó. El “arquitecto supremo” de la realidad sigue siendo Dios, sin embargo, una
“máxima creación” por sobre las demás se sitúa, “perfecta”, capaz de conocer, interpretar y
modificar la realidad a voluntad por medio de lo que no es sino su capacidad más auto-
distinguible, y quizá hasta sobrevalorada: La racionalidad. Las y los seres humanos, ya
conscientes de su posición en el universo, y ya conscientes de su capacidad de
problematizar de forma metódica se vuelven seres creados capaces de dominar y someter al
resto de creaciones, sean naturales, sean sociales, sean humanas.

De esta forma es el sujeto quien empieza a conceptualizar ritmos y geometrías y ponerle


nombres, darle funciones, crear patrones, leyes, tanto en la naturaleza como en lo social. En
esta línea la producción metódica y sistemática de verdades y saberes fue progresivamente
problematizando/comprendiendo diversos fenómenos, como lo es la convivencia entre
human-s y la relación que tiene el humano con el humano (Y lo humano/Social). En
concreto, para la “Sociología”, disciplina que problematiza y estudia la convivencia y las
relaciones de un “Yo” con diversos “Otros”, los medios por los cuales se organizan las
diversas mecánicas-flujos, pautas y conductas que puedan surgir desde dicho
relacionamiento. Pensadores “Contractualistas” tales como Hobbes, Locke, Rousseau
fueron fundamentales en cuanto a lo que ellos denominaron “Contrato Social” y abrir paso
hacía la conceptualización/verbalización de las interacciones entre human-s.

El cambio de noción, la búsqueda de verdades, la administración de geometrías a la


realidad, la sed de racionalizar la misma, la sed de poder, la concepción y el interés de
problematizar la relación del humano con lo humano hizo posible el plantear “El Mundo”
de lo social como un objeto de estudio científico que se someterá a los más diversos
intereses, fundamentando la perspectiva de abordaje de aquellos primitivos estudios en la
posibilidad de como señala Ritzer (1993) que el comportamiento del mundo social se
rigiera por leyes propias del mismo, tal cual el mundo físico se regía por las suyas, y la
expectativa de descubrir aquellas leyes, esto con el fin de eventualmente, manipular y
brindar orden-estética al mundo de lo social.

Dicha necesidad de brindar orden/estética está fundamentada en, desde una perspectiva
psicológica, la necesidad de dar un orden/estética deseado a lo que carece de ella dentro de
la subjetividad de quien problematiza dicha cuestión y/o al miedo ante el descontrol y/o
potencial pérdida de dicho orden/estética si es que ya existiese, vale decir que pensadores
posteriores a las problemáticas planteadas por la corriente “Contractualista” buscaron el
control/manipulación de la “Sociedad” basados en la instrumentalización de la tecnología
“Sociología” y la “Ingeniería Social” para dominar eficientemente desde lo humano/social
al resto de creaciones sociales, para así obtener los beneficios que surgen desde la técnica
metódica y la producción del conocimiento científico. Por ende, el control de lo social
surge así tanto como para brindar/imponer/mantener una suerte de estabilidad, un
planeamiento de lo social y una eficiente y rápida solución que sustentara la funcionalidad
de la “Sociedad” en caso de que eventualmente surgieran “fallas”, o más bien situaciones
“indeseables”, dentro de “la mecánica social”, vale decir, de la “Sociedad” concebida como
un sistema compuesto por engranes, una máquina productiva (Kaczynski, 1995).

Como anteriormente se mencionó la Revolución Industrial juega un papel clave en las


dinámicas sociales puesto que implicó migración de masas humanas, y al mismo tiempo,
componentes individuales, desde zonas rurales a zonas urbanas. Esto generó situaciones
que fueron identificadas como problemas para pensadores de la convivencia y las
relaciones de un “Yo” con diversos “Otros”. De problemas tales como la
contaminación/higiene, tráfico, la administración de recursos, normas de convivencia, etc.
Surge la necesidad de brindar un orden social de forma consciente, racional. Esto
convergió en el análisis de la sustentabilidad y viabilidad de dicha migración y los
problemas que de allí surgieran para brindar aquél orden social deseado, aquella solución
social que solo podría ser obtenida a través de la ciencia, la ciencia social. Es por tanto así
como que estos problemas surgidos fueron objetos de estudio para los “Sociológos
Clásicos”, entre ellos Comte, Claude-Henri de Rouvroy, Marx, Weber, Mill, Durkheim, etc.
En la misma línea de problematización metódica de lo racional los principales tópicos
clásicos fueron la relación del “Sujeto” y la “Sociedad” en cuanto a mecánicas, la
“Fisiología” Social, la “Socialización” a través de las “Instituciones”, el
aparente/ficticio/supuesto protagonismo del “Individuo” frente las y los demás “Otros”.

Heidegger en su ensayo “La época de la imagen del mundo” analiza al ser occidental desde
la época moderna ya “madura”, desde lo que se podría considerar el proyecto moderno ya
acabado, su implementación y resultado: Las sociedades industriales, Las sociedades de
control, las sociedades de vigilancia, las sociedades de cansancio y/o las sociedades
“eficientes” y/o “desarrolladas”.

Debido a la sistematización/mecanización del mundo como consecuencia de la Revolución


Industrial y la producción de saberes y técnicas específicas para dominar aquél mundo es
donde surge un concepto que une al “Individuo” y la “Sociedad” en cuanto a prácticas y
saberes producidos y reproducidos en un lugar específico y en un tiempo determinado: La
Cultura, y la producción de la misma, dando como resultado imágenes del mundo de forma
intencionada, “racional”, dosificada, regulada, y por tanto restringida, recordemos, por
ejemplo, el Reichsministerium für Volksaufklärung und Propaganda. Por otro lado, la
estética, el gusto, el dar forma, se convierte en la manera predilecta que tendrá el ser
humano en esta época y su devenir, a suerte de legado, de trabajar conceptualmente y de
manejar la realidad. Se consideró él mismo una pieza de arte creadora de arte, se volvió
“híper-narcisista”, y se dejó seducir por su sed de poder, buscando quizá inconscientemente
su autodestrucción al percibirse implícitamente como creador frustrado, como un “sujeto”
sujeto/objeto de sus caprichos, de sus perversiones, de sus falsas expectativas, de sus
ilusiones/desilusiones, de sus fantasías, y de su lento proceso hacia un sistema que
finalmente terminó produciendo organismos muertos en vida que solo buscan placer de
forma egoísta, frívola, vacía. Que no son capaces de relacionarse de forma sana ni con su
ambiente ni consigo mismo.

Se volvió incapaz de lograr una estética armoniosa, se perdió en el camino por no ser capaz
de asumir su propia limitación y condición humana de imperfección, de accidente histórico,
de casualidad dentro del universo. El no darse cuenta de que terminó siendo un creador de
“obras de arte” obsesivo-compulsivo, metódico, con el fin de llenar un museo con esas
mismas obras, ir allí a encerrarse y ser él mismo el único espectador, público y juez de
estas. Pasearse todos los días por aquél museo, regocijarse en las que él dictamina ciega e
ilusamente como “bien terminadas”, presumiendo inoportunamente para él mismo acerca
de ellas y que, al mismo tiempo, esconde de él mismo las obras “fallidas”. Que no es capaz
de manejar de manera eficiente su frustración, ni de darse cuenta de su absurdo
comportamiento por estar más centrado en auto satisfacer su ego humano de “creador” y de
“artista”.

La Sociología aparece en este contexto: Un ambiente de producción en serie, un sistema


alienador. Y aquél antropocentrismo alienante característico de la “Edad Moderna” sigue a
modo de herencia en la “Sociedad Globalizada” de hoy en día. Cuando surge la
transformación autónoma de la práctica y de la realidad misma en la vida cotidiana, en el
momento cuando el Humano y sus Sociedades permitieron la pérdida de identidad es
cuando tanto “Sociedad” como “Sujeto” se hicieron esclavos el uno del otro, se acoplaron,
se engranaron. Componentes de esta gran máquina que eventualmente se “averían”, y
deben ser corregidos, de no lograrse, ser escondidos. Deben ser remplazados o bien,
eliminados, y que, por ser indeseables, ya sea por la voluntad o la incapacidad de los
mismos, no se ajustan ni someten al sistema, un sistema supuestamente “integrador”.

Esto debido a conceptualizar y pensar al “sujeto” como un “objeto”, la deshumanización


del humano en el sistema y la pasividad colectiva generada en estos a nivel de actores
sociales.

La aparición tanto de la psicología social como la sociología psicológica se sitúa entre la


ideación de la modernidad hasta la falla del proyecto moderno, aquél que ilusamente
buscaba/prometía Libertad, Autonomía y Emancipación y que terminó por ser lo contrario:
Esclavitud ante la tecnología, Subordinación y dependencia ante la sociedad y finalmente
Tiranía dirigida por caprichos humanos.
REFERENCIAS

Heidegger, M. (1996). La época de la imagen del mundo. En Caminos de Bosque(s/p). Madrid,


España: Alianza.

Kaczynski, T. (1995). Industrial Society and its Future. New York Times.

Ritzer, G. (1993). Teoría Sociológica Clásica. España: McGRAW-HILL/INTERAMERICANA DE


ESPAÑA S.A.

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