Proviene del vocablo griego “pragma” que significa acción.
El pragmatismo pertenece, al igual que el subjetivismo y el relativismo, al escepticismo, ya que también postula que el hombre no puede llegar a la verdad, pero se enfoca de una manera considerada positiva (no a la doctrina llamada positivismo), es decir, no es radical como el escepticismo al negar toda posibilidad de verdad, sino que acepta que la verdad es aquella que es útil, valiosa y alentadora de la vida, el pragmatismo está en contra de la concordancia del ser con el pensamiento, pero plantea que lo verdadero es la concordancia entre el ser y la vida, relegando al pensamiento como una mera función de la vida. Para el pragmatismo, el hombre no es un ser teórico o pensante, sino que es un ser practico, un ser de voluntad y acción. El pensamiento no le es dado para encontrar la verdad, sino para poder moverse e interpretar esta realidad llamada mundo. El conocimiento humano solo tiene sentido en el camino practico. Una de sus máximas es: toda función del pensamiento es producir hábitos de acción. Se considera al filósofo y psicólogo William James, como el creador de esta corriente filosófica. También la postura de Nietzsche es pragmática al decir “la verdad no es un valor teórico, sino tan solo una expresión que designa la utilidad y expresa aquella función del juicio que conserva la vida y sirve a la voluntad de poder. También Nietzsche afirma: la falsedad de un juicio no constituye una objeción contra ese juicio. Otro autor pragmático es Hans Vaihinger, que afirma que el intelecto no le ha sido dado para conocer la verdad, sino para actuar, pero muchas veces este intelecto sirve a la acción y a sus fines, precisamente porque elabora representaciones falsas. A la corriente de Vaihinger también se le llama ficcionismo, porque para este autor nuestro intelecto trabaja con supuestos falsos, con ficciones que se presentan como fantasías mientras sean útiles para la vida. (Ficción significa acto y efecto de fingir, también significa invención). La verdad es el error más adecuado. Vaihinger afirma que el contenido del conocimiento es una ficción, pero que al mismo tiempo es una verdad, cuando dice esto se refiere a que la verdad es la congruencia del pensamiento con el objeto (la vida, la realidad) pero que este objeto puede ser falso, una fantasía que resulta practica, útil, esto dentro de la Lógica es una aberración. El pragmatismo tiene valor al afirmar la relación de la vida con el pensamiento, pero comete un error al desconsiderar la autonomía del pensamiento.