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UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA DE LA SELVA

FACULTAD DE RECURSOS NATURALES RENOVABLES


ESCUELA PROFESIONAL DE RECURSOS NATURALES RENOVABLES

TEMA:
RESTAURACIÓN DEL ECOSISTEMA, ÁREAS PROTEGIDAS Y CONSERVACIÓN
DE LA BIODIVERSIDAD.

NOMBRE DE LOS AUTORES: Meza Ramírez, Juan Carlos.


Cuenca Gonzales, Yetzin Melvin.
CURSO: Restauración de áreas degradadas.
DOCENTE: Ing. Ruiz Gonzales, Jenri.
CICLO: II-2019

TINGO MARIA – PERU


OCTUBRE - 2019
INTRODUCCIÓN

La degradación y destrucción de muchos ecosistemas en el mundo, ha acelerado la crisis

ambiental debido a la reducción rápida de los múltiples servicios ambientales que prestan los

ecosistemas, como producción de agua, fijación de CO2, ciclos de materia, productividad del

suelo, biodiversidad, coberturas que previenen erosión, etc. Las tasas de destrucción de todos los

ecosistemas continúan ocurriendo apresuradamente, debido a prácticas agrícolas, ganaderas,

industriales y de explotación no sostenibles, con el agravante que muchos ecosistemas tendrán

variaciones desfavorables para la humanidad con el cambio climático global.

Ante esta situación, el manejo de ecosistemas a través de conservación y restauración

ecológica toma fuerza cada día como solución para revertir procesos de degradación de

ecosistemas y pérdida acelerada de biodiversidad. Ya no basta conservar y proteger áreas

representativas, sino que se debe aprender a restaurar paisajes, ecosistemas, comunidades y

poblaciones de plantas y animales, para garantizar sustentabilidad de sistemas naturales,

seminaturales y sociales en grandes extensiones, y de esta forma garantizar la disponibilidad de

servicios ambientales regionales, los cuales mantienen las economías funcionando. El aumento de

desastres por inundaciones, derrumbes, deslizamientos de tierra se debe a la pérdida de servicio

ecosistémico de coberturas vegetales en laderas. Ecosistemas como los páramos son vitales para

el mantenimiento de economías regionales por la producción de agua para agricultura y bienestar

humano de alta calidad. La relación entre conservación, biodiversidad y restauración ecológica es

cada día más evidente. El funcionamiento de los ecosistemas solo se puede mantener en tiempo y

espacio con altos valores de biodiversidad y la restauración ecológica solo es posible si se

conservan grandes extensiones de ecosistemas originales en donde se expresa todo el potencial de

especies a escala local y regional. La conservación de ecosistemas y restauración de la


biodiversidad van de la mano. Perú, como país megadiverso, tiene gran responsabilidad en la

conservación y restauración de su biodiversidad.


I. RESTAURACIÓN DEL ECOSISTEMA

Antes de llegar a una definición de restauración del ecosistema es necesario mencionar

algunos conceptos fundamentales para su comprensión:

- Un ecosistema es un área de tamaño variable, con estrecha relación o asociación de sus

componentes físicos (abióticos) y biológicos (bióticos), organizado de manera tal que al cambiar

un componente, o subsistema, se comprometen los otros y en consecuencia el funcionamiento de

todo el ecosistema.

- Los ecosistemas son dinámicos, cambian como resultado de factores internos y externos dicha

dinámica se conoce como sucesión ecológica.

- Los ecosistemas se recuperan por si solos cuando no existen o se eliminan tensionantes o barreras

que impidan su regeneración, en un proceso conocido como restauración pasiva o sucesión natural.

Es por esto que una de las primeras acciones para recuperar un ecosistema es retirar factores que

impiden la expresión de mecanismos de regeneración natural.

- Cuando los ecosistemas están muy degradados o destruidos, han perdido sus mecanismos de

regeneración y en consecuencia es necesario asistirlos, en lo que se denomina restauración activa

o asistida (sucesión dirigida o asistida). La restauración activa implica, que con intervención

humana, se ayude el ecosistema para superar tensionantes que impiden la regeneración y garantizar

el desarrollo de procesos de recuperación.

- La capacidad de restaurar un ecosistema depende de gran cantidad de conocimientos, como por

ejemplo: estado del ecosistema antes y después del disturbio, grado de alteración de la hidrología,

geomorfología y suelos, causas por las cuales se generó el daño, estructura, composición y

funcionamiento del ecosistema preexistente, información acerca de condiciones ambientales


regionales, interrelación de factores de carácter ecológico, cultural e histórico: es decir la relación

histórica y actual entre el sistema natural y el sistema socioeconómico, disponibilidad de la biota

nativa necesaria para la restauración, los patrones de regeneración, o estados sucesionales de las

especies (por ejemplo, estrategias reproductivas, mecanismos de dispersión, tasas de crecimiento

y otros rasgos de historia de vida o atributos vitales de las especies), tensionantes que detienen la

sucesión y el papel de la fauna en los procesos de regeneración.

- La restauración ecológica a escala de paisaje debe ser prioridad, pues el mantenimiento de la

biodiversidad se expresa a grandes escalas. Si se quiere restaurar biodiversidad y todo su potencial

de regeneración es necesario aprender a manejar paisajes.

- El éxito en la restauración también dependerá de costos, de las fuentes de financiamiento y

voluntad política de las instituciones interesadas en la restauración; pero ante todo de la

colaboración y participación de las comunidades locales en los proyectos.


1.1. ¿Cómo empezar un proceso de restauración de un ecosistema?

Al escoger un área para restaurar se presentan gran variedad de factores, tanto naturales como

sociales, de los cuales dependerán las estrategias para restaurar, las cuales serán diferentes para

cada sitio dentro de un mismo ecosistema; por ejemplo, sectores muy cercanos unos de otros

podrían tener una historia de transformación y de uso actual muy diferente, como es el caso de

áreas sometidas a agricultura y/o pastoreo, con plantaciones forestales con especies exóticas, áreas

con especies invasoras, áreas quemadas y/o pastoreadas, o erosionadas y utilizadas para minería.

En este tipo de sectores se presenta gran heterogeneidad ambiental y una historia de uso difícil

de reconstruir. Otras áreas, también muy difíciles de restaurar son aquellas que no presentan

relictos o fragmentos del ecosistema original. Aunque no existen recetas para restaurar un

ecosistema, por la particularidad intrínseca de cada sitio, si existen recomendaciones generales

basadas en las teorías y conceptos de la ecología de la restauración y en las experiencias

acumuladas en los intentos de restaurar diferentes ecosistemas en el mundo.

Preguntas centrales durante el proceso de restauración ecológica:

- ¿Cómo establecer el tipo de ecosistema que se va a restaurar?

- ¿Cuáles son los conocimientos básicos sobre el sitio que se va a restaurar?

- ¿Cuáles son los factores tensionantes para la restauración que impiden la regeneración natural

de los sitios a restaurar?

- ¿Cómo se pueden superar estos tensionantes?

- ¿Qué variables se pueden monitorear, para saber si la restauración se está desarrollando?

- ¿Cómo garantizar la continuidad de un proceso de restauración?


A continuación, se recomiendan 13 pasos a tener en cuenta en un proyecto de restauración de

un ecosistema. No se trata de una receta para restaurar, sino de una forma de pensar la complejidad

y particularidad de los sitios a restaurar. Los pasos propuestos no necesariamente se deben seguir

en el mismo orden, ni es necesario aplicarlos todos. Qué pasos aplicar depende de la particularidad

de los sitios, el grado de alteración, de las escalas y los objetivos propuestos.

Paso 1. Definir el ecosistema de referencia. El ecosistema de referencia sirve de modelo para

planear un proyecto de restauración y más adelante, para su evaluación. No siempre es fácil

identificar este referente pero la reconstrucción con base en la información de diferentes fuentes,

puede dar mayor certeza de las condiciones previas anteriores a los disturbios

A continuación se presentan recomendaciones para establecer el ecosistema de referencia

(SER, 2004; Vargas, 2007) con ejemplos para Perú:

a. Descripciones ecológicas y listas de especies antes de la perturbación.

b. Fotografías históricas y recientes, tanto aéreas como terrestres y mapas del sitio del

proyecto antes del daño.

c. Remanentes del sitio que se ha de restaurar que indiquen las condiciones físicas

anteriores y la biota. En los paisajes aún quedan relictos o parches de la vegetación

original, que pueden indicar trayectorias sucesionales posibles del ecosistema original y

que tienen una muestra importante de las especies sucesionales tempranas y tardías del

ecosistema original.

d. Descripciones ecológicas y listas de especies de ecosistemas similares e intactos. Con

base en la información de especímenes de herbario y museos.

e. Versiones históricas e historias orales de personas familiarizadas con el sitio del

proyecto antes del daño.


Paso 2. Eevaluar el estado actual del ecosistema. Se hace una evaluación de las

condiciones previas y actuales del ecosistema. En esta fase se empieza a tener evidencia del

problema para poder precisar posteriormente los objetivos de restauración. Recomendaciones

para evaluar los atributos del estado actual del ecosistema.

Condiciones del paisaje:

a. Ubicación de relictos o parches del ecosistema original.

- Número de parches, tamaño, forma, conectividad.

b. Tipos de usos de la tierra donde se encuentran los relictos (potreros, cultivos,

plantaciones). Usos de la tierra en un ciclo anual y su relación con las áreas a restaurar.

Condiciones bióticas

a. Tipos de comunidades: composición de especies, dinámica de la vegetación (tipos de

sucesiones ecológicas: herbáceas, arbustivas, arbóreas), estratificación.

b. Ubicación de poblaciones de especies sucesionales tempranas y tardías.

c. Fauna dispersora de semillas.

Condiciones abióticas

a. Estado de suelo y agua: valoración fisicoquímica, contaminación, erosión, niveles

freáticos.

b. Hidrología y geomorfología: flujo de agua superficial, hidrodinámica estacional, cambios

en niveles freáticos, acumulación de sedimentos, tipos de pendientes.


c. Clima regional: distribución de las precipitaciones, duración de la estación seca,

fluctuaciones diarias de las temperaturas, frecuencia de heladas.

Paso 3. Definir las escalas y niveles de organización. Los proyectos de restauración

ecológica abarcan diferentes niveles de organización, desde poblaciones de especies y

comunidades a ecosistemas o paisajes (Ehrenfeld, 2000; Lake, 2001). En cada nivel se definen

objetivos de trabajo diferentes y consecuentemente los procesos críticos que se deben tener en

cuenta para la restauración cambian según la escala y el nivel de análisis. Para definir los objetivos

de un proyecto de restauración es necesario primero precisar escalas y su relación con niveles de

organización.

Paso 4. Establecer las escalas y jerarquías de disturbio. Todos los ecosistemas están sujetos

a un régimen de disturbios naturales y antrópicos, la combinación de estos establece una dinámica

espacial y temporal en los paisajes (Pickett y White, 1985; Collins, 1987). Por ejemplo, algunos

ecosistemas presentan un régimen de disturbio complejo que incluye fuego, pastoreo y disturbio

del suelo por animales; cada uno de los cuales difiere en escala, frecuencia e intensidad. Los

disturbios naturales principales son: deslizamientos, vulcanismo, huracanes, tormentas, lluvias y

vientos fuertes, inundaciones, heladas, disturbios producidos por animales y fuegos naturales.

Disturbios antrópicos se relacionan con ganadería y agricultura, minería, deforestación,

quemas, la construcción de obras civiles (embalses, oleoductos y carreteras), explotación de

especies, siembra de especies forestales exóticas, invasiones biológicas.

Paso 5. Consolidar la participación comunitaria. Como hemos mencionado la restauración

ecológica es una actividad con diferentes escalas espaciales y temporales en las cuales los

disturbios antrópicos juegan un papel importante en cualquier escala que se elija. La pérdida de
servicios ambientales de los ecosistemas es también una preocupación de la gente en cualquier

región y por consiguiente hay que tener en cuenta tanto el manejo regional como las necesidades

de las comunidades locales. Por eso es muy importante que la gente participe activamente desde

su formulación en los proyectos de restauración, lo que puede garantizar su continuidad y

consolidación (Cano y Vargas, 2007).

Paso 6. Evaluar el potencial de regeneración. En la fase diagnóstica la evaluación del

potencial de regeneración se refiere a la disponibilidad de especies en la región, su ubicación,

abundancia, su etapa sucesional. El potencial de regeneración se define entonces, como el conjunto

de especies nativas y trayectorias sucesionales que ofrece un paisaje. En esta fase se tiene una

aproximación a las especies pioneras y a las especies de sucesión tardía, a las especies dominantes,

codominantes y raras y sobre todo a las especies que potencialmente pueden ser utilizadas en

experimentos y programas de restauración. Algunas de las trayectorias sucesionales pueden servir

como ecosistema o comunidad de referencia y es importante conocer muy bien su composición de

especies, estratificación y los mecanismos de regeneración de las especies: bancos de semillas,

bancos de plántulas, bancos de retoños y los mecanismos de dispersión en el paisaje. Muchas

especies pueden estar extintas localmente, pero no regionalmente, por lo que es necesario tener

muy claro el contexto regional.

Paso 7. Establecer los tensionantes para la restauración a diferentes escalas. Por

tensionantes o barreras a la restauración ecológica se entiende todos aquellos factores que impiden,

limitan o desvían la sucesión natural en áreas alteradas por disturbios naturales y antrópicos

(Vargas et al., 2007). Los tensionantes para la restauración ecológica pueden clasificarse en dos

tipos: ecológicos y socioeconómicos. Los de tipo ecológico se relacionan con factores bióticos y

abióticos resultantes del régimen de disturbios natural y antrópico, los cuales influyen en los
diferentes mecanismos de regeneración y colonización de las especies, es decir, los procesos

necesarios para que ocurra dispersión de propágulos (principalmente semillas), establecimiento de

plántulas y persistencia de individuos y poblaciones de plantas. Los de tipo socioeconómico son

todos los factores políticos, económicos y sociales que limitan los procesos de regeneración

natural, principalmente los tipos de uso de la tierra.

Paso 8. Seleccionar las especies adecuadas para la restauración. La selección de especies

para la restauración es un aspecto muy importante, puesto que el éxito de los proyectos depende

de la capacidad para dicha selección. Del listado de especies y sus trayectorias sucesionales

registrado en el potencial de regeneración, se seleccionan las especies más importantes bajo una

escala de atributos o rasgos que pueden ser útiles en los sitios que se van a restaurar. Por ejemplo,

para áreas en donde hay que recuperar el suelo es muy importante combinar especies fijadoras de

nitrógeno con especies que produzcan gran cantidad de hojarasca. En esta fase es necesario

combinar el conocimiento de la gente y el conocimiento de expertos locales y científicos.

Paso 9. Propagar y manejar las especies. Una vez seleccionadas las especies se presenta el

problema de la consecución de material, dado que muchas especies no se consiguen en viveros

locales, o las cantidades no son suficientes para las necesidades del proyecto. La propagación es

la capacidad de las plantas para reproducirse, ya sea de forma sexual o vegetativa (asexual); la

primera de estas se da por medio de semillas y la segunda mediante células, tejidos y órganos.

Existen tres tipos de propagación vegetativa:

1. propagación por rizomas, estacas, esquejes, bulbos, tubérculos, estolones y segmentos de

órganos como tallos y hojas;


2. propagación por injertos donde segmentos de una planta se adhieren a otra receptiva más

resistente, de mejores características, y

3. propagación in vitro, en la cual células, partes de tejido u órganos son cultivados en

condiciones controladas de laboratorio (Cardona, 2007). Un problema muy común para la

restauración ecológica, es la escasez de propágulos de especies pioneras que inicien la sucesión y

de especies de estados sucesionales más avanzados que permitan no solo la recuperación de la

estructura del ecosistema, sino también de la composición del mismo. La construcción de viveros

o invernaderos es muy importante para la propagación y crecimiento permanente del material

requerido. En ciertos casos, los costos de construcción de un vivero son altos. En estos casos es

posible conseguir plántulas o rebrotes o sembrar directamente las semillas en el área a restaurar.

Paso 10. Seleccionar los sitios. La selección de los sitios a restaurar, o donde se van a realizar

experimentos, debe hacerse cuidadosamente. En este paso ya hay un conocimiento de lo que

sucede a diferentes escalas, principalmente como actúa el régimen de disturbios naturales y

antrópicos. El conjunto de recomendaciones para la selección de los sitios hace referencia

principalmente a una combinación de factores abióticos, bióticos y las poblaciones humanas

locales.

Paso 11. Diseñar estrategias para superar las barreras a la restauración. Se plantean cinco

conjuntos de estrategias para superar las barreras a la restauración (Brown y Lugo, 1994; Vargas,

2007):

1. Basadas en la remoción y control de los tensionantes leves (frecuencia de quemas,

sobrepastoreo, tasa de cosecha, erosión moderada).


2. Basadas en la adición de especies (plantas, animales o microorganismos) o materiales

(fertilizantes, materia orgánica, agua).

3. Basadas en la regulación de la tasa de procesos ecosistémicos, es decir, los flujos entre los

compartimientos (ej: regular composición y estructura del suelo para sincronizar liberación de

nutrientes y captación vegetal de estos).

4. Basadas en remoción de tensionantes severos.

5. Basadas en regulación de fuentes de entradas de energía.

Paso 12. Monitorear el proceso de restauración. Dentro de un proceso de restauración

ecológica, el monitoreo consiste en el seguimiento y evaluación continuos de los cambios que

experimenta el ecosistema, bajo los diferentes tratamientos de restauración aplicados. Este

monitoreo constante tiene como objetivo final asegurar el éxito de la restauración ecológica,

porque brinda la información necesaria para evaluar y ajustar las prácticas de restauración, de

modo que puedan ser modificadas en cualquier momento; de esta manera, si los resultados

obtenidos en los tratamientos aplicados son negativos o indeseables, dichos tratamientos se

modifican o detienen; por el contrario, si se obtienen resultados positivos, estos tratamientos se

continúan, multiplican, y si es posible, se mejoran (Brunner y Clark, 1997; Block et al., 2001;

Díaz, 2007).

Paso 13. Consolidar el proceso de restauración. La consolidación de un proyecto de

restauración implica que se han superado casi todas las barreras a la restauración y que el

ecosistema marcha de acuerdo a los objetivos planteados, las labores de mantenimiento y

monitoreo deben indicar que el proceso marcha satisfactoriamente y el ecosistema empieza a

mostrar variables de autosostenimiento, como enriquecimiento de especies, recuperación de fauna,


restablecimiento de servicios ambientales relacionados con calidad del agua y suelo. La

importancia de consolidar áreas en proceso de restauración se fundamenta en los siguientes

aspectos (Vargas, 2007):

1. Garantizan la permanencia de procesos que se pueden monitorear a largo plazo.

2. Permiten ajustar trayectorias sucesionales del ecosistema que se pretende restaurar, según

los resultados del monitoreo.

3. Consolidan el conocimiento de las especies adecuadas (tasas de crecimiento, estrategias

reproductivas).

4. Se ponen a prueba conocimientos en ecología.

5. Facilitan el ensayo de nuevos grupos de especies sucesionales tempranas y tardías, dentro

del potencial total de regeneración del ecosistema.

6. Se recupera adecuadamente fauna nativa, principalmente su estructura trófica.

7. Son áreas permanentes de investigación, educación y divulgación para conservación y

restauración de ecosistemas.

8. Generan conocimiento aplicable a otras áreas del mismo ecosistema y a otros tipos de

ecosistemas.

9. Permiten que las comunidades locales (niños y niñas, jóvenes y adultos), tengan una

participación permanente en los programas de restauración.


II. RESTAURACIÓN DE ÁREAS PROTEGIDAS

2.1. Restauración ecológica en la Zona de Amortiguamiento del Parque Nacional

Cordillera Azul:

RESUMEN: El proyecto Restauración Cordillera Azul viene impulsando procesos de

restauración ecológica en los poblados de San Juan y Lejía en la región San Martín desde el 2018,

en 50 hectáreas que conectan con un paisaje de 500 ha, en la Zona de Amortiguamiento del Parque

Nacional Cordillera Azul (PNCAZ). Para ello CIMA (organización que ejecuta el contrato de

administración del PNCAZ) ha suscrito un convenio de cooperación entre la Universidad Nacional

Agraria de la Selva, el caserío de San Juan y el centro poblado de Lejía.

Las comunidades tienen Acuerdos Azules de colaboración, como estrategia participativa de

planificación territorial y de los Planes de Calidad de Vida.


RETOS:
 Consolidar una relación de trabajo conjunto que incluye acciones de conservación entre

los pobladores de San Juan y Lejía con la Jefatura del Parque y con CIMA – Cordillera

Azul como Ejecutor del Contrato de Administración del área protegida.

 Consolidar la articulación de acciones de conservación con herramientas locales de

gestión como el Mapeo de Usos y Fortalezas, la Zonificación Participativa Comunal y los

Planes de Calidad de Vida.

 Escalar el proyecto a otras localidades de la región como por ejemplo en Tocache a través

de un proyecto que será implementado por CIMA- Cordillera Azul con financiamiento de

Technoserve, USAID.

IMPACTOS POSITIVOS:

El proyecto de restauración busca los siguientes resultados:

 Activar los procesos sucesionales, favoreciendo el restablecimiento de la funcionalidad

y la estructura del bosque en la zona de amortiguamiento del PNCAZ.

 Facilitar los flujos de procesos ecológicos (polinización y dispersión de semillas) a

través del paisaje y entre la Zona de Amortiguamiento del Parque.

 Fortalecer las capacidades de los pobladores locales, guardaparques, técnicos de

CIMA, estudiantes y capacitadores, a través de las escuelas de campo, creando una

comunidad de aprendizaje.

Entre los beneficios o potencialidades se encuentran:


 Mantenimiento de servicios ecosistémicos importantes para la población local, como el

aprovisionamiento de agua, la polinización y la conservación del suelo.

 Conectividad de parches de bosques contiguos a plantaciones de cacao y café, lo que

contribuye a mejorar la producción, en el mediano plazo.

 Impacto favorable sobre la disponibilidad de agua, en especial de los afluentes de las

quebradas Lejía y Humazapa en los caseríos de Lejía y San Juan, respectivamente. El

mantenimiento e incremento del servicio hídrico, contribuirá en el mediano plazo a tener

un volumen de agua adecuado no solo para el uso directo y la agricultura local sino para

el funcionamiento de la turbina eléctrica, que abastece de luz a 60 familias del caserío de

Lejía.

HISTORIA:

El proyecto busca establecer junto a los principales actores locales, 50 ha demostrativas de

restauración ecológica en la Zona de Amortiguamiento del Parque Nacional Cordillera Azul, a

partir de los cuales se logre restablecer la conectividad del paisaje en 500 ha, generando

experiencias espacialmente escalables. Esta experiencia es pionera en el país y se constituye en el

primer proyecto de restauración entorno a un área protegida en el Perú, en los centros poblados de

Lejía y San Juan. A partir de un estudio realizado en la parte noroeste del Parque, en San Martin,

una de las zonas de mayor deforestación en el país, se han identificado parches de bosques con

mayor densidad de carbono, potencial de conectividad y baja probabilidad de deforestación. Estos

complementan y ayudan a seleccionar las áreas que ya se habían identificado como zonas de

recuperación de bosques, en los procesos de zonificación participativa realizados. Mediante la

restauración ecológica en las áreas degradadas se busca conectar estos parches de bosques de la

Zona de Amortiguamiento del Parque. Con ello se logrará iniciar un proceso de recuperación de
los servicios que estos ecosistemas conservados aportan a las condiciones ambientales locales, así

como al desarrollo y la sostenibilidad de las actividades económicas y culturales de la población.

Utilizando la regeneración natural, la exclusión de amenazas y la sucesión asistida, se han

establecido dos áreas demostrativas de restauración, en los distritos de Shamboyacu y Tres Unidos

(área aproximada del paisaje: 1500 ha; ca. 200 familias) en poblados con los cuales CIMA

tiene Acuerdos Azules de colaboración, fruto de la estrategia participativa de planificación

territorial y de los planes de calidad de vida. Los diferentes procesos del proyecto generarán una

comunidad de aprendizaje, y fortalecerán capacidades técnicas y organizativas, a través de

escuelas de campo, capacitando capacitadores, produciendo herramientas que serán la base para la

gestión adaptativa, apropiación, sostenibilidad y el escalamiento espacial del modelo. La Lista

Verde de Áreas Protegidas y Conservadas de la UICN representa un reconocimiento mundial a la

cogestión y el compromiso de continuar con acciones en un AP con un fuerte componente

intercultural (D.Huamán, 2018. SERNANP).


2.2. Recuperando y conectando áreas degradadas favorecemos la conservación de especies

de fauna silvestre:

La restauración ecológica del paisaje es una práctica que ayuda a recuperar la biodiversidad y

el funcionamiento de los ecosistemas. Para integrar el paisaje actualmente fragmentado, y donde

algunos servicios ecosistémicos importantes se están perdiendo, el proceso de restauración

ecológica del paisaje, impulsa la instalación de redes de conectividad entre núcleos de restauración

y áreas agrícolas facilitando los flujos ecológicos (hábitat para la vida silvestre, interacciones entre

especies, dispersión de semillas, polinización, entre otros) a través del paisaje.

En los núcleos de restauración ubicados en la parte noroeste de la zona de amortiguamiento

del Parque Nacional Cordillera Azul se implementó el modelo de sucesión ecológica,

enriqueciendo con una diversidad de especies forestales anteriormente presentes en zonas

ocupadas por shapumbas y purmas. Estos núcleos vienen siendo reconectados con corredores en

el paisaje, aplicando acciones complementarias a la restauración (barreras de contorno, fajas de

enriquecimiento y cercos vivos) en chacras de cacao, café y maíz principalmente, y bordes de

caminos; así como, la protección de bosques remanentes que sirven como fuentes de semillas que

las aves y mamíferos dispersan.


2.3. Evaluando las Oportunidades de Restauración a Escala de Paisaje en San Martín:

En el marco de la Iniciativa 20x20 -esfuerzo liderado por los países de Latinoamérica para

iniciar la restauración de tierras degradadas al 2020- y otros compromisos en materia de

restauración, CIMA-Cordillera Azul, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza

(UICN) y el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR) del Ministerio de

Agricultura apoyan los esfuerzos para promover la restauración de bosques y tierras degradadas

en el país. Para la óptima implementación de iniciativas de restauración en San Martín, es necesario

la identificación de experiencias regionales para aprovecharlas y ampliar los esfuerzos para

restaurar los paisajes forestales.

Es así que el 25 y 26 de julio en la ciudad de Tarapoto, se realizó el Taller “Evaluando las

oportunidades de restauración a escala de paisaje en San Martín con la Metodología de Evaluación

de Oportunidades de Restauración (ROAM)”. Con la participación de los equipos técnicos de las

instituciones del Gobierno Regional de San Martín (Gerencia de Desarrollo Económico, Dirección

Regional de Agricultura, Autoridad Regional Ambiental y Proyecto Especial Huallaga Central y

Bajo Mayo); que junto al equipo técnico de CIMA-Cordillera Azul y la orientación y facilitación

de los especialistas de la UICN y SERFOR, lograron evaluar los paisajes priorizados en San Martín

con la ROAM.

En este taller se identificaron las oportunidades potenciales de restauración para cinco paisajes

en San Martín (Chambira-Huañipillo-Quinillal, Ahuashiyacu, Gera-Sisa, Barranquita y Tocache);

los grupos sociales claves y la estructura de gobernanza; las fuentes de datos que se necesitan para

llevar a cabo el análisis de datos espaciales y el mapeo para las evaluaciones de oportunidades de

restauración; y las intervenciones de restauración adecuadas para los paisajes. Con los insumos
obtenidos a partir de las orientaciones de la metodología, cada equipo técnico de las instituciones

participantes desarrolló una hoja de ruta de actividades y cronogramas acordados para su paisaje.

Este taller fue una iniciativa del Proyecto Restauración Chambira implementado por la

Comunidad Nativa Kichwa Chambira y CIMA-Cordillera Azul, con el apoyo del Fondo de Las

Américas (FONDAM) y el Grupo Técnico de Restauración Ecológica del Paisaje de la Comisión

Ambiental Regional de San Martín; contribuyendo así a la restauración eficaz de ecosistemas

forestales degradados y deforestados, cuya recuperación de la funcionalidad ecológica, mejora los

medios de vida y el bienestar de la población, haciendo posible el desarrollo integral en la región

San Martín.

2.4. Comunidad Nativa Kichwa Chambira aprovecha su potencial de regeneración natural

para la restauración de sus áreas disturbadas:

El Gobierno Regional de San Martín -autoridad forestal y de fauna silvestre en el ámbito

regional- reconoció en diciembre de 2018 las tierras comunales de la Comunidad Nativa Kichwa

Chambira (Distrito de Shamboyacu y zona de amortiguamiento del Parque Nacional Cordillera

Azul) a través de Cesión de Uso para el acceso, uso, disfrute y aprovechamiento de las tierras de

producción forestal y de protección, de sus recursos forestales y de fauna silvestre y los servicios

de los ecosistemas que en ellas se encuentran. Para asegurar los usos tradicionales y los sistemas

de vida, sus pobladores cuentan con un Plan de Calidad de Vida, que prioriza la conservación y

recuperación de este bosque comunal y cabecera media de su quebrada Chambira, y la conexión

de sus áreas agrícolas con sistemas más funcionales. Es por ello que la Comunidad Nativa junto al

apoyo técnico de CIMA-Cordillera Azul vienen implementando actividades de restauración en la

práctica, que evidencian aportes al logro de estos objetivos territoriales.


Como parte de este proceso, se desarrolla la etapa de reproducción y mantenimiento de plantas

en los viveros familiares. Para mejorar capacidades entre los actores locales en el manejo y

tratamiento de semillas y plántulas forestales para lograr su reproducción, se llevó a cabo la tercera

Escuela de Campo en la red de viveros familiares de la Comunidad Nativa. Durante esta Escuela

de Campo Identificamos que el entorno de la comunidad son espacios de vida generadores de

material propagativo, permitiéndonos colectar semillas y plántulas de diferentes estadios

sucesionales y posiciones fitosociológicas dentro de un ecosistema. Se evidenció que este material

propagativo es útil, esencial y clave para el éxito de la restauración ecológica en las áreas de

intervención de la comunidad. Entre ellas, encontramos Hura sp. “catahua”, Cariocar

sp. “almendro”, Clarisia racemosa “mashonaste”, Terminalia oblonga “yacushapana”, Inga

sp. “shimbillo” y Pseudomalmea sp. (Annonaceae), especie muy interesante para la restauración

por la producción de sus frutos comestibles.

Esta práctica nos permitirá mejorar la reproducción de plantas con biomasa radicular y relación

raíz-tallo, características esenciales para su reintroducción en las áreas de intervención de la

comunidad. Cabe señalar que estas especies forestales serán reintroducidas en las áreas prioritarias

disturbadas y/o degradadas identificadas participativamente. Por otro lado, las especies forestales

de crecimiento rápido se plantarán en linderos, fajas de enriquecimiento, cercos vivos, árboles

dispersos y en los caminos, promoviendo la conectividad del paisaje en el territorio comunal.


2.5. ¿Por qué restaurar áreas protegidas?

A pesar de un gran esfuerzo de conservación a nivel mundial, el deterioro de la biodiversidad

está aumentando (Butchart et al., 2010) y estas pérdidas también están siendo registradas en las

áreas protegidas (Craigie et al., 2010). La degradación previa, el cambio climático, las especies

exóticas invasoras y cambios más amplios al paisaje terrestre o marino afectan aún las áreas

protegidas bien manejadas, mientras que la invasión ilegal al área protegida por parte de los seres

humanos, la caza furtiva y una gestión débil, podrían resultar en una degradación grave. Aunque

el potencial de restauración no se debe ver como un pretexto o medio de compensación para

actividades que dañan los valores de las áreas protegidas, esta puede ayudar a hacer retroceder las

pérdidas que ya han ocurrido.

La restauración de áreas protegidas es fundamental para abordar varias metas sociales

relacionadas con la conservación de la biodiversidad, tales como aquellas asociadas con la

conservación de especies o el bienestar humano. En muchos casos las áreas protegidas son los

únicos hábitats que quedan para especies vulnerables o especialistas, y la restauración podría ser

necesaria para mantener o recuperar poblaciones amenazadas. A una escala más amplia, las áreas

protegidas a menudo representan la mejor oportunidad para mantener ecosistemas de alto valor

dentro de redes terrestres o acuáticas a gran escala, que abarcan tanto áreas protegidas como no

protegidas (Worboys et al., 2010a), y una restauración de ecosistemas que aumenta la conectividad

puede ayudar a recuperar estos valores. La restauración de áreas protegidas está siendo realizada

cada vez más para recuperar los servicios ecosistémicos perdidos o degradados, incluyendo el

almacenamiento y captura de carbono, y para abordar temas relacionados con la reducción del

riesgo de desastres, la seguridad alimentaria y el suministro de agua para comunidades locales así

como comunidades más lejanas (Cairns, 1997).


Los gobiernos tienen la obligación de restaurar las áreas protegidas como resultado de sus

compromisos bajo tratados internacionales, además de políticas y legislación nacional. Por

ejemplo, el plan estratégico del Convenio sobre la Diversidad Biológica de las Naciones Unidas

hace referencia explícitamente a la restauración—en la Meta 14 de Aichi para la Diversidad

Biológica sobre los servicios ecosistémicos y la Meta 15 sobre la resiliencia de los ecosistemas y

las reservas de carbono (véase Cuadro 3). El cumplimiento de las obligaciones asociadas con los

compromisos bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático,

particularmente aquellos relacionados con la reducción de emisiones (de dióxido de carbono)

causadas por la deforestación y la degradación de los bosques, incluyendo la conservación, la

gestión sostenible y el aumento de las reservas de carbono (i.e., REDD+), también requerirá

actividades de restauración dentro y fuera de las áreas protegidas.

La restauración de áreas protegidas también puede brindar otros beneficios, aparte de su

propósito de lograr la recuperación de ecosistemas degradados. Las áreas protegidas facilitan y

proporcionan un ambiente controlado para la investigación, el aprendizaje y la enseñanza de la

restauración, y proveen ecosistemas de referencia para el monitoreo. Otra meta importante de la

restauración ecológica puede ser la mejora de oportunidades para que los visitantes disfruten de

las áreas protegidas, mediante la experiencia de ecosistemas restaurados y sanos y de esta manera,

los proyectos de restauración bien diseñados se pueden convertir en una atracción turística e

ilustrar cómo la gestión está respondiendo a las presiones o a la degradación previa del ecosistema.

Además, la restauración puede servir como un medio para aumentar el apoyo del público a las

áreas protegidas mediante la participación de visitantes y voluntarios en los proyectos de

restauración.
2.6. Restauración de la conectividad:

La restauración podría ser necesaria más allá de los límites de un área protegida para fomentar

vínculos entre áreas protegidas aisladas: una aplicación de la conservación de la conectividad

(Worboys et al., 2010a). Esto se logra muchas veces por medio de corredores grandes. La

conservación de la conectividad por medio de corredores grandes toma en cuenta la conectividad

de paisajes (la interconexión espacial de la vegetación), la conectividad de hábitats (conectividad

que se enfoca en las necesidades de hábitat de ciertas especies), la conectividad ecológica (la cual

se enfoca en una conectividad que facilita la función ecosistémica) y la conectividad de procesos

evolutivos (la cual enfatiza la retención de oportunidades para la conservación de especies)

(Worboys et al., 2010a). Los corredores tienen que ser manejados activamente para asegurar que

su integridad se mantenga, que cualquier amenaza se maneje y que los vínculos esenciales sean

restaurados. La priorización generalmente debe guiarse por un plan estratégico para el corredor y

dicho plan (idealmente) será desarrollado con el apoyo sólido de los aportes científicos de, por

ejemplo, expertos en la biología de especies y la ecología regional (Aune et al., 2011). En un

paisaje terrestre o marino más amplio.


2.7. Procesos de restauración para las áreas protegidas:
III. CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD

3.1. ¿Qué es la biodiversidad?

A menudo, cuando hablamos de biodiversidad vienen a nuestra mente imágenes de osos panda,

linces ibéricos o ballenas. Efectivamente, todos esos animales forman parte de lo que entendemos

por biodiversidad, pero este concepto es mucho más amplio y va mucho más allá de lo que

popularmente se interpreta.

Entonces, ¿qué es realmente la biodiversidad? La definición más aceptada de biodiversidad es

la que se adoptó en el seno del Convenio sobre Diversidad Biológica en 1992: la variabilidad de

organismos vivos de cualquier fuente, incluidos, entre otras cosas, los ecosistemas terrestres y

marinos y otros sistemas acuáticos, y los complejos ecológicos de los que forman parte; comprende

la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y de los ecosistemas.

La biodiversidad abarca, por tanto, la enorme variedad de formas mediante las que se organiza

la vida. Incluye todas y cada una de las especies que cohabitan con nosotros en el planeta, sean

animales, plantas, virus o bacterias, los espacios o ecosistemas de los que forman parte y los genes

que hacen a cada especie, y dentro de ellas a cada individuo, diferente del resto.

3.2. Los servicios de los ecosistemas y el valor utilitario de la biodiversidad:

La importancia de la biodiversidad reside en que es la base de los servicios y bienes que nos

proporcionan los ecosistemas. Éstos incluyen, como veremos, desde la provisión de alimentos

hasta la de fibras para confeccionar ropa, pasando por el filtrado del aire o el agua, la protección

contra desastres naturales, la formación de un suelo fértil o la regulación del clima.

La pérdida de la biodiversidad conlleva un deterioro de estos servicios que los ecosistemas nos

prestan de forma gratuita y tiene como consecuencia un empeoramiento de la salud humana, una
mayor inseguridad alimentaria, una mayor vulnerabilidad ante catástrofes y cambios ambientales

y, en definitiva, una disminución de nuestra calidad de vida.

3.3. Las amenazas de la biodiversidad:

La situación que acabamos de describir es el resultado, la mayoría de las veces, de la acción

combinada de cinco mecanismos que, a su vez, suponen las mayores amenazas para la

biodiversidad en el futuro. Éstas son: la pérdida de hábitats y espacios naturales, la introducción

de especies foráneas, la sobreexplotación de los recursos, la contaminación y el cambio climático.

Todos estos procesos se han visto incrementados por el crecimiento de la población humana y por

nuestros hábitos de consumo.

Consideramos como causas de pérdida de hábitats naturales a un conjunto de acciones humanas

entre las que se incluyen la agricultura, la ganadería, las infraestructuras, la industria maderera, las

plantaciones, la minería, el pastoreo o los asentamientos humanos. La pérdida de hábitats se

traduce de forma directa en pérdida de los ecosistemas que se dan en ellos, de las especies que los

forman y de su diversidad genética.

3.4. Instrumentos para la conservación de la biodiversidad:

A nivel internacional se han establecido multitud de fórmulas para tratar de proteger la

biodiversidad de las amenazas que acabamos de describir. Las responsabilidades a este respecto

se reparten entre varios actores internacionales. En el seno de las Naciones Unidas destacan el

Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Programa de Naciones

Unidas para el Desarrollo (PNUD), responsable este último de los ocho Objetivos de Desarrollo

del Milenio, entre los que se encuentra la meta de reducir la pérdida de diversidad biológica,

logrando, para 2010, una reducción significativa de su tasa de pérdida. Este objetivo fue
sobrepasado en 2006 por la UE, que se fijó la meta de detener la pérdida de biodiversidad para

2010 en el seno de la Unión. Este objetivo probablemente no se podrá cumplir a tiempo, pero sí

en pocos años gracias a la ambiciosa agenda de trabajo que se ha fijado la UE.

Muchas otras organizaciones internacionales, como la FAO o la UNESCO, se implican

también en la conservación de la biodiversidad. No obstante, el peso de su protección internacional

recae sobre los tratados internacionales, ya que el medio ambiente, en general, a diferencia de otros

sectores como la salud o el comercio, no goza de una organización fuerte que aglutine y coordine
todos los esfuerzos. El medio ambiente, tras el comercio, es el sector que cuenta con el mayor

número de tratados internacionales que lo regulan.

Hoy en día existen más de 500, de los que 155 se relacionan con la biodiversidad35. El

Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB)48 es el principal acuerdo internacional en este

ámbito y tiene como objeto principal promover la conservación de la biodiversidad, la utilización

sostenible de sus componentes y la participación justa en los beneficios que se derivan de la

utilización de los recursos genéticos.

Este acuerdo es uno de los tres que, junto con la Convención Marco de Naciones Unidas sobre

Cambio Climático (UNFCCC) y la Convención de Naciones Unidas de Lucha contra la

Desertificación (UNCCD), surgieron fruto de la Cumbre de la Tierra de 1992 en Río de Janeiro.

3.5. ¿Qué puedo hacer yo por la biodiversidad?

La biodiversidad hace grandes cosas por ti. Ahora te toca a ti hacer algo por ella. Nuestros

hábitos de consumo y gestos cotidianos tienen un gran impacto sobre la biodiversidad y los

servicios que ésta nos brinda. Sin hacer un gran esfuerzo –e incluso en la mayoría de los casos

ahorrando dinero–, muchos comportamientos y gestos cotidianos pueden reducir las presiones que

amenazan a la biodiversidad. Para gastar menos energía, menos recursos y generar menos

contaminación, es tan importante favorecer los productos “ecológicos” como revisar nuestros

hábitos de consumo.
IV. BIBLIOGRAFIAS

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con participación comunitaria. O. Vargas y Grupo de Restauración Ecológica (eds).

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 http://www.minam.gob.pe/proyecolegios/Curso/curso-

virtual/Modulos/modulo1/biodiversidad/Lectura-Peru-Pais-Maravillosp_p99-p112.pdf

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