HELMUTH RODERICO YAT PAAU ADMON, DE SOCIOS EMPRESARIALES

UNIVERSIDAD GALILEO
Doctorado en Administración de Empresas y Capital Humano.
Curso: Administración de Socios Empresariales
DOCENTE: Dr. Jorge Antonio Ortega Gaytán

TALLER 2

ANALISIS DE LA ASOCIACION EMPRESARIAL DE RUSIA

Y CHINA CONTINENTAL

Helmuth Roderico Yat Paáu

Carnet No. 18012572

Guatemala, 11 de Octubre de 2019.

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HELMUTH RODERICO YAT PAAU ADMON, DE SOCIOS EMPRESARIALES

ANALISIS DE LA ASOCIACION EMPRESARIAL DE RUSIA CON CHINA

CONTINENTAL
Este taller se titula ANALISIS DE LA ASOCIACION EMPRESARIAL DE RUSIA CON
CHINA CONTINENTAL, para el curso de Administración de socios empresariales en el
Doctorado en Administración de Empresas y Capital Humano de la Universidad Galileo, de
primero partiré de un análisis de dichas relaciones bilaterales y comerciales desde el año 2008
hasta la fecha.

Desde 2008, el presidente chino, Xi Jinping, ha visitado Rusia en cinco ocasiones, mientras
que Vladímir Putin ha estado tres veces en Pekín. Ningún otro jefe de Estado ha recibido de Xi
un trato tan diferente. Como cree Xi, China está en medio de un periodo de oportunidad
estratégica, la cercanía a Rusia encaja perfectamente en ese diseño geopolítico, sobre todo desde
que en 2008 resolvieran sus últimas disputas territoriales demarcando definitivamente sus
fronteras. Desde entonces, miles de oficiales rusos han estudiado en las academias militares
chinas y viceversa.

China se ha convertido en un gran importador de armamento ruso, incluido su sistema de misiles

tierra-aire S-400 y cazas SU-35 de cuarta generación, los equipos de defensa más avanzados de
su arsenal y están planeando desarrollar proyectos conjuntos de defensa. La prensa china destacó
que la participación de sus militares en los ejercicios Vostok fue la mayor fuerza expedicionaria
enviada nunca al exterior. En el terreno político, chinos y rusos comparten su animadversión a
las revoluciones de colores e ideas similares sobre un nuevo orden mundial dividido en esferas
de influencia infranqueables para terceras potencias.

Pero sus divergencias son tan importantes como sus afinidades. Los proyectos de infraestructura
de la Nueva Ruta de la Seda china (Belt and Road, BRI) están atrayendo inexorablemente a su
órbita a las repúblicas centro-asiáticas ex-soviéticas, donde China es hoy el mayor inversor
directo. Putin ha anunciado una gran asociación euroasiática entre la Unión Económica
Euroasiática promovida por Moscú y la BRI. Pero en ese tándem, Rusia es el socio más pequeño
por menor población y desarrollo de sus territorios orientales, por lo que si la relación se
desequilibra demasiado, es el que más perdería.

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Según estimaciones que para el año 2019, el comercio bilateral alcanzará los 100.000 millones
de dólares, frente a los 84.000 de 2017 y los 5.000 millones de 1991. Ya en 2011, China se
convirtió en el mayor socio comercial de Rusia. Desde 2016, Rusia es el principal proveedor de
petróleo y gas de China, que valora especialmente que esos suministros lleguen por tierra y no
por inseguras vías marítimas. Cuando se termine, en diciembre de 2019, el gasoducto Poder de
Siberia de Gazprom que se extenderá a lo largo de 3.000 kilómetros, desde los campos gasíferos
siberianos rusos hasta la frontera china del sureste, conectará al mayor productor mundial de gas
con su mayor consumidor.

Con una inversión de 55.000 millones de dólares, el gasoducto es el más grande proyecto
energético de la historia rusa. Enterrado, en parte, a cuatro metros de profundidad, el gasoducto
aguantará terremotos y cambios de temperatura de hasta 80 grados. Desde la firma del acuerdo
para su construcción en 2014, empresas y bancos chinos han invertido 40.000 millones de
dólares en proyectos como una planta de gas natural licuado en el Ártico ruso o la compra por
CEFC China Energy del 14,2% de Rosneft.

Este 5 de Junio del presente año, China y Rusia acordaron elevar sus relaciones a una asociación
estratégica integral de coordinación de la nueva era, lo que inicia una nueva fase de cooperación
bilateral favorable para la estabilidad y la prosperidad mundiales. Siete décadas después de su
establecimiento, las relaciones diplomáticas China-Rusia han alcanzado su nivel más alto en la
historia bajo la dirección estratégica del presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo ruso,
Vladimir Putin. Ahora que los dos líderes han decidido una vez más elevar los lazos entre sus
respectivos países, este par de grandes países vecinos están listos para abrir un nuevo capítulo de
cooperación bilateral para alcanzar logros mayores.

En la nueva era de lazos bilaterales, China y Rusia cooperarán más de cerca en una más amplia
gama de áreas con una mayor profundidad. Los dos países tienen estrategias de desarrollo
coincidentes, lo cual les permite trabajar juntos en proyectos importantes, a lo largo de las
regiones fronterizas e incluso por toda Asia. China y Rusia tienen ventajas diferentes en recursos
naturales y tecnologías, y sus economías son altamente complementarias, lo cual puede
traducirse en un incremento sustancial en comercio e inversión en los próximos años. El

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comercio bilateral subió un 27,1 por ciento en 2018 para alcanzar la cifra récord de 107.100
millones de dólares, la más alta tasa de crecimiento entre los 10 principales socios comerciales
de China. Los analistas esperan que el fuerte impulso continúe y que el volumen comercial se
duplique en un futuro cercano. Mientras los proyectos estratégicos en campos tradicionales como
la energía, el ámbito aeroespacial y la interconectividad han logrado avances sólidos, la
cooperación en sectores como agricultura, finanzas, ciencia y tecnología y comercio electrónico
se ha desarrollado rápidamente.

El primer barco con gas natural licuado procedente de la península rusa de Yamal, en el Artico,
atravesó el mar hasta China el verano pasado, y se espera que millones de toneladas más sean
suministradas cada año gracias al proyecto financiado en parte por China. Una segunda línea del
oleoducto China-Rusia, inició su operación comercial en 2018, y se espera que el gasoducto de la
ruta este suministre gas natural a China para finales de este año. El puente ferroviario de
Tongjiang y el puente carretero de Heihe serán terminados este año, para hacer que el transporte
transfronterizo sea mucho más sencillo.

La floreciente relación entre China y Rusia también está acercando más a los dos pueblos. En
2018, los turistas chinos realizaron 1,8 millones de viajes a Rusia y los viajeros rusos efectuaron
cerca de dos millones de viajes a China. Los dos países se han convertido en fuentes principales
de turistas y en sitios de destino importantes para ambos grupos de viajeros. Beijing y Moscú
también han llevado a cabo actividades con motivo del Año del Turismo. Una asociación más
estrecha y más fuerte entre China y Rusia, ambos miembros permanentes del Consejo de
Seguridad de la ONU, también hará que el mundo sea más pacífico, estable y próspero. China y
Rusia tienen puntos de vista similares sobre muchos temas regionales e internacionales. A
medida que buscan coordinar mejor sus políticas exteriores, seguirán constituyendo un lastre y
un estabilizador en el mundo, el cual está lleno de incertidumbres.

Como lo han afirmado ambos países en repetidas ocasiones, Beijing y Moscú defenderán
firmemente el multilateralismo y buscarán construir una economía mundial más abierta en el
contexto de un unilateralismo y un proteccionismo crecientes.

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También han prometido coordinarse más estrechamente dentro de marcos multilaterales como
las Naciones Unidas, la Organización de Cooperación de Shanghai y el Grupo de los Veinte para
hacer que el sistema internacional sea más equitativo, justo e inclusivo. Han establecido una base
sólida para un futuro brillante en las últimas siete décadas, sobre todo en años recientes con Xi y
Putin al frente a los lazos bilaterales. Este es el momento de que los dos países avancen a partir
de este impulso y traduzcan la más reciente elevación de las relaciones en logros más concretos,
con el fin de generar mayores beneficios para los dos pueblos y para el mundo en general.

Pocos líderes están tan cómodos el uno con el otro como el presidente ruso, Vladímir Putin, y su
homólogo chino, Xi Jinping. Aliados por conveniencia nacional, amigos por afinidad personal,
se han reunido 30 veces en seis años. Este miércoles, 5 de junio del año 2019, en una nueva
cumbre en Moscú firmaron una serie acuerdos comerciales y una declaración conjunta en la que
visibilizaron su posición común en temas globales clave. Con ello dieron “un nuevo impulso” a
un vínculo bilateral que Putin describió situada en un nivel “sin precedentes”. Ambos líderes se
han saludado con calurosas sonrisas y un apretón de manos. El presidente chino inició su viaje a
Rusia en Moscú, pero será invitado de honor en el Foro Económico de San Petersburgo estos
días, el evento empresarial más importante del país. “Estoy convencido de que esta visita nos
reportará nuevos éxitos impresionantes”, aseguró Xi. “Paso a paso hemos sabido llevar nuestras
relaciones al más alto nivel de su historia. No hay límites para el perfeccionamiento de nuestras
relaciones. Serán sólo mejores y mejores”, añadió.

Como hemos visto y analizado, a principios del siglo XXI la cooperación económica entre Rusia
y China se desarrolla rápidamente y se ha convertido en una parte importante de la cooperación
estratégica entre los dos países. Sin embargo, el modelo de dicha cooperación no es tan eficiente
como debería ser. En el intercambio comercial chino-ruso, han surgido y se profundizan ciertas
disparidades en la dirección prioritaria de la cooperación económica bilateral. El problema
fundamental de las relaciones comerciales entre los dos países consiste en que la estructura
sectorial del comercio chino-ruso es muy desfavorable para Rusia. Resulta que este país vende
cada vez más materia prima, incluyendo petróleo, carbón, madera y oro, entre otros. De esa
manera representa el papel de abastecedor de recursos naturales para la creciente economía
china. Por otra parte, China aumenta las ventas de productos manufactureros, entre ellos

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maquinaria y equipo de transporte, los cuales se han convertido en el renglón fundamental de sus
exportaciones a Rusia. Lo último crea una base necesaria para la expansión de la presencia china
en el mercado ruso y de esa manera representa una amenaza para el desarrollo de muchas ramas
de la industria rusa, provocando ciertos problemas para la seguridad económica de ese país.

Se considera que una de las causas fundamentales de dicha situación es la de un rublo

sobrevaluado, lo que alienta las importaciones y desincentiva el desarrollo exportador de las
empresas nacionales, y el yuan subvaluado, lo que fomenta las exportaciones chinas a Rusia. Es
importante subrayar que el rublo sobrevaluado es uno de los factores que lleva a la
desindustrialización y, por lo tanto, merma el potencial exportador de las empresas rusas que
funcionan en el sector manufacturero. Como consecuencia, para acelerar el desarrollo económico
de Rusia y estimular los cambios progresivos en la estructura sectorial de la economía nacional,
es necesario disminuir la brecha entre el tipo de cambio nominal y real del rublo, así como poner
en marcha las reformas estructurales.

En el Foro Económico de San Petersburgo celebrado en junio 2019, Ambos formalizaron también
el acuerdo para el desarrollo de un avión de gran fuselaje, con el que, según la prensa rusa, los dos países
quieren rivalizar con los gigantes aeronáuticos Boeing y Airbus. También desarrollarán un helicóptero
civil de carga. En materia de energía, el gigante estatal químico ChemChina adquirirá el 40% del
complejo petroquímico VNHK en Siberia. Putin indicó que los dos países negocian un total de 58
acuerdos por valor de cerca de 50.000 millones de dólares, y buscarán finalizar un acuerdo para la
construcción de una línea de tren de alta velocidad en Rusia para final de este año.