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Humanos
Los derechos fundamentales -políticos, civiles, de libertad y
sociales- han sido solemnemente consagrados en las
constituciones de todos los países civilizados como dimensiones
sustanciales de la democracia, llamada por eso mismo
“Constitucional”
“…un vacío de derecho público colmado, inevitablemente, por el derecho privado, es decir, por un
derecho de formación contractual, producido por las empresas mismas, que se sustituyen de esa
manera a las formas tradicionales de la ley y que refleja inevitablemente la ley del más fuerte…” (*)
Respecto a las grandes aspiraciones del hombre expuestas en esos instrumentos, advirtió Bobbio
que ya estamos demasiado atrasados. Intentemos no acrecentar ese retraso con nuestra
desconfianza, indolencia y escepticismo. No tenemos tiempo para perder.
(*) Bobbio, N., "Dalla priorità dei doveri alla priorità dei diritti", cit. por Ferrajoli en op. cit.
Desde esta perspectiva, cabe señalar que al celebrar un contrato de trabajo la persona no deja de
ser tal, y continúa siendo titular de los derechos humanos fundamentales que obligan al
empleador a respetarlos.
Esta eficacia horizontal de los Derechos Humanos Fundamentales fue admitida expresamente por
la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la Opinión Consultiva 17 de 2003, señalando
además en esa decisión que el principio de no discriminación en materia laboral ha pasado a
formar parte del ius cogens, cuestión esta última sumamente relevante, porque cualquier
trabajador discriminado en cualquier lugar del planeta puede invocar este principio frente a su
empleador, con fundamento en el orden público imperativo internacional.
(*) Fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina, en los casos "Giroldi" y "Simón"
y Corte Interamericana de Derechos Humanos en la sentencia del 2/02/2001, en el caso
"Baena, Ricardo y otros".
otros".
Aplicación de los principios de DH a las relaciones
laborales
La Corte Suprema de Justicia de la Nación de Argentina en el reciente caso
"Madorrán" (voto concurrente de los jueces Lorenzetti, Fayt y Petracchi) fundó
la nulidad de la cesantía de un empleado público y su consiguiente derecho a la
reinstalación en el puesto de trabajo en los principios que rigen al respecto en
materia de derechos humanos, tendientes a la plena reparación (restitutio in
integrum) de los daños irrogados por violaciones de aquéllos reprochables a los
Estados, destacando a tal efecto lo resuelto por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en el caso "Baena".
Esta solución aplicada al ámbito de las relaciones laborales privadas bastaría para
sustentar la nulidad de los despidos discriminatorios, violatorios de derechos
fundamentales de los trabajadores.
REACCIONES ANACRÓNICAS
No procede la condena obligando al empleador a reincorporar a la
actora
Frente al reclamo de “libertad de contratar” que exigía el sector empresario para oponerse a que
se le obligue pagar un salario mínimo, en ese mercado que lo llaman del trabajo, la Corte
respondió que:
CSJN, “Pratico, Carmelo y otros c/ Basso y Cía”, publicado en DT-1960, pág. 355, (Fallos 246:345).
CAMBIO DE PARADIGMA
APLICACIÓN DEL PIDESC
PRINRICIPIO DE PROGRESIVIDAD:
Progresividad en la plena efectividad de los derechos humanos que reconocen, propia de todos los textos
internacionales anteriormente aludidos y muy especialmente del mencionado Pacto ( “PIDESC” art. 2.1;
PRINCIPIO PROTECTORIO
CÓMO SE PROTEGE
La protección contra el despido arbitrario, no supone la
idea de un derecho a despedir, sino una forma de
protección en los supuestos en que haya una ruptura sin
causa justificada o un incumplimiento contractual.
DESPIDO DISCRIMINATORIO
FRENTE A UN DESPIDO DICRIMINATORIO
Tras la sombra de una supuesta libertad a despedir se borra la conducta reprochable por su ilicitud
que cae fulminada por la nulidad.
Resultaría intolerable y no podría alegarse con seriedad que por la mera circunstancia de ser
laboralmente dependiente y haber celebrado un contrato de trabajo, el trabajador afectado fuese
doblemente discriminado
2) Vedar al trabajador el acceso al amparo de los efectos por el acto ilícito, es decir la
nulidad del acto y la reincorporación.
CONCLUSIÓN:
Ante un despido discriminatorio debe examinarse el acto desde una óptica más amplia que el mero
interés de las partes del contrato, pues involucra y afecta a toda la comunidad.