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El derecho es una creación histórica y cultural, por lo cual su

significado, como el de toda actividad humana, varía de acuerdo con la


época y el lugar. Puede afirmarse, sin embargo, de manera parcial y
transitoria, que el derecho es el conjunto de reglas y de normas de conducta
establecidas o sancionadas por el Estado. Por esta razón, es imposible
concebir la existencia del derecho fuera del Estado. También, es un
elemento puramente social que el ser humano creó desde el mismo
momento en que se organizó en comunidades o sociedades es por esto que
la importancia del derecho es vital si buscamos comprender el
funcionamiento de una sociedad. Reside entonces en imponer cierto orden y
control sobre sociedades que, de otra manera, actuarían de modo caótico y
desordenado. El derecho tiene como objetivo principal actuar como un
conjunto de leyes máximas y supremas que deben ser respetadas por todos
los miembros de la sociedad por el bien de la misma sociedad. Es aquí
entonces cuando aparece la idea de bien común y pierde lugar la idea de
bien individual que sería aquel que permitiría a los individuos actuar como
quisieran sin tener en cuenta el perjuicio o daño que se puede causar a
otros. En la actualidad, no se puede visualizar un mundo en el cual no
interceda el Derecho, directa o indirectamente las mismas normas cotidianas
nos ligan a éste. Sin embargo, pocas veces nos detenemos a pensar en
donde realmente se encuentra la importancia de seguir ese conjunto de
normas jurídicas que fungen como mediadoras de la sana convivencia en
sociedad. Si bien es cierto que en la comunidad siempre habrá disturbios o
problemas, también lo es que sin una cantidad de límites establecidos
estaríamos hundidos pues todos querríamos tener la razón sin preocuparnos
de si estamos en lo correcto.

Ciertamente, los sujetos del derecho son aquellos que disponen de


capacidad para tener derechos y obligaciones. Según la doctrina legal, es
equivalente al concepto de persona. De modo similar, persona se entiende el
ser humano o el ente al que el ordenamiento jurídico reconoce la capacidad
para ser titular de derechos y obligaciones. Sin embargo, el ser humano tiene
derechos subjetivos, deberes y obligaciones. En este punto es importante
resaltar que el ser humano no es el único que puede considerarse sujeto de
derecho. El concepto persona se refería a una máscara que utilizaban los
artistas en su caracterización y que variaba el sonido de su voz. En derecho
no se equipara persona y ser humano; en consecuencia, el sujeto de
derecho y el ser humano tampoco son identificables.

Por otra parte, tenemos la idea de que una Persona Natural es una
persona humana que ejerce derechos y cumple obligaciones a título
personal.

Al constituir una empresa como Persona Natural, la persona (el dueño


de la empresa) asume a título personal todas las obligaciones de la empresa,
lo cual implica que asume la responsabilidad y garantiza con todo el
patrimonio que posea (los bienes que estén a su nombre), las deudas que
pueda contraer la empresa.

Si, por ejemplo, la empresa quiebra y es obligada a pagar alguna


deuda, la persona deberá hacerse responsable por estar a título personal y,
en caso de no pagarla, sus bienes personales podrían ser embargados.

En cambio, la persona jurídica o moral es una persona ficticia capaz de


ejercitar los derechos y adquirir las obligaciones para realizar actividades que
ocasionan plena responsabilidad jurídica que es la imputabilidad jurídica de
un hecho jurídico causada por la culpabilidad de la responsabilidad objetiva
que es un tipo de responsabilidad civil que se produce con independencia de
toda culpa por parte del sujeto responsable que supone el nacimiento de
obligaciones para el imputado y el nacimiento de derechos donde el sujeto se
encuentre en posición de reclamarlas, la persona natural o jurídica no es más
que la jurisdicción por el ordenamiento jurídico de derechos y obligaciones
por sujetos diferentes de los seres humanos. Ahora bien, las personas
jurídicas no coinciden necesariamente con el espacio de la persona física
porque es más amplio y permite actuaciones con plena validez jurídica de los
entes formados por conjuntos de personas o empresas.

Visto desde la perspectiva, en la doctrina existen tres concepciones


típicas sobre la noción del objeto del derecho. Dentro de este orden de ideas
la primera considera que es el objeto todo lo que se representa como
estando fuera del sujeto, sean cosas materiales, acciones humanas o
fenómenos inmateriales. La llamada concepción clásica, que se considera
derivada del derecho romano, identifica el objeto del derecho con las cosas
materiales. Por último, la tercera concepción, denominada a veces como
concepción moderna sostiene que el único objeto del derecho es la conducta
humana (sea de acción u omisión). Esta concepción suele llevar a algunos
partidarios a distinguir entre el objeto inmediato de los derechos que sería la
conducta humana y su objeto mediato o practico o substrato del derecho que
sería la cosa a esa conducta se refiere. En todo caso, esta concepción
frecuentemente (aunque no siempre), lleva a borrar la distinción entre los
derechos reales y los derechos de crédito, distinción que es fundamental en
el derecho privado. Puede añadirse que es uno de los términos de referencia
de la relación jurídica, o sea del deber jurídico y del derecho subjetivo. Así
pues. Por objeto debe entenderse, en general, todo lo que en una relación
jurídica no es sujeto.

Los bienes patrimoniales corresponden a un tipo específico dentro de


los llamados bienes culturales. Estos se caracterizan por estar compuestos
tanto por un valor simbólico como por un valor funcional o utilitario, que
además pueden ir acompañados de un valor de cambio si son puestos en
circulación en el mercado. Otra característica de los bienes culturales, es que
implican alguna forma de creatividad y que potencialmente pueden estar
sujetos a algún tipo de propiedad intelectual. Para el caso del patrimonio, se
observan estas implicancias especialmente con respecto al acervo intelectual
y artístico de una sociedad. Una cualidad fundamental que se le reconoce a
los bienes patrimoniales, es el carácter de bien público que pueden adquirir
en la medida que se permita el acceso público a ellos, aun cuando estén
sujetos a una propiedad privada particular.

Los bienes patrimoniales pueden clasificarse en:

 Herencia Aceptada a Beneficio de Inventario


 El Hogar
 Patrimonio del Menor no Emancipado
 Patrimonio de la Comunidad Conyugal
 Patrimonio del Ausente
 Patrimonio de la Herencia Yacente
 Patrimonio del Nasciturus

En general, podemos contribuir que un hecho jurídico se trata de una


acción que provoca un efecto jurídico (es decir, una consecuencia legal). Es
un acto realizado por un ser humano que, una vez concretado, ya no puede
dejar de ser, el efecto del anteriormente mencionado, puede consistir en la
adquisición, la modificación o la pérdida de un derecho. Esta consecuencia
dependerá del ordenamiento jurídico en el cual se enmarca el hecho.
Siempre se encuentran tipificados de manera objetiva en las normas. De
acuerdo a sus características, puede ser humano (se realiza
voluntariamente) o natural (se concreta de modo involuntario). También
puede clasificarse como negativo o positivo por su contenido, o como simple
o complejo según su composición.

Siguiendo la clasificación establecida por Vélez Sársfield, podemos


reconocer las siguientes clases de actos jurídicos:

1. Positivos y negativos
2. Unilaterales y bilaterales
3. Entre vivos o de última voluntad
4. Onerosos y gratuitos
5. Formales y no formales
6. Principales y accesorios
7. Puros, simples y modales
8. De administración y de disposición
9. Patrimoniales y extrapatrimoniales

La relación jurídica es el elemento intelectual. Es el nexum, lazo,


vínculo, entre los sujetos activo y pasivo que implica derechos y deberes,
solamente exigibles a las personas y no a las cosas. Cuando hay relación
jurídica entre personas que afecta al ordenamiento jurídico se produce
derechos y deberes que estamos obligados a observar voluntaria o
coercitivamente a través de la fuerza pública. La coercibilidad es el empleo
habitual de la fuerza legítima que acompaña al Derecho para hacer exigibles
sus obligaciones y hacer eficaces sus preceptos. La coercibilidad significa la
posibilidad del uso legítimo y legal de la fuerza para su cumplimiento de la
ley. Se diferencia diametralmente de la coacción (Fuerza o violencia que se
hace a una persona para precisarla que diga o ejecute alguna cosa). En este
sentido el empleo de la coacción origina múltiples consecuencias de orden
civil, ya que los actos ejecutados, bajo coacción adolecen del vicio de
nulidad, y en el orden penal, por que daría lugar a diversos delitos,
especialmente los atentatorios contra la libertad individual.

Los elementos que configuran la estructura básica permanente de la


relación jurídica (los sujetos, el objeto y el vínculo) pertenecen al núcleo
central de la estructura, de modo que pueden y deben ser caracterizados
como internos y primarios. En cambio, los otros dos (el hecho jurídico y la
norma) determinan a la relación desde fuera, pudiendo ser calificados como
externos. El hombre dentro de la sociedad se relaciona con otras personas, y
cuando esas relaciones tienen importancia jurídica se habla de relaciones
jurídicas.

Concluyo que para cada uno de nosotros el derecho, sólo es real


nuestra subjetividad, percepción, sensibilidad. También se relaciona el
desarrollo de la propia subjetividad (o conciencia) con el problema de poner a
prueba la autenticidad de la subjetividad ajena, aventurando que la hipótesis
de una unión o conexión subyacente.

Es importante resaltar que el derecho es una potestad de hacer o exigir


todo lo que la ley o autoridad establece en favor de alguien o que le permite
quien puede hacerlo.

Referencia Bibliográfica

www.cedro.org/conceptos_basicos.asp

www.iieh.com/doc/doc200206080051.html

www.monografias.com/trabajos13/origder/origder.shtml/derecho

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