Eneagrama

ESCUELA TRANSFORMACIÓN HUMANA
DESARROLLO PERSONAL Y DE LA CONCIENCIA
ENEAGRAMA
Desen- Máscara- Miento
Caracterología y Eneagrama: Protoanálisis

SEGÚN LAS CHARLAS, TALLERES Y ENSEÑANZAS DEL
DR. CLAUDIO NARANJO
Escuela Transformación Humana

Desarrollo personal y de la conciencia
2019
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I. VISIÓN DE LA NEUROSIS
EL ENEAGRAMA DE LA PERSONALIDAD
Es el estudio de la personalidad o carácter y del proceso de degradación de la conciencia: el “olvido de sí”
(técnicamente, neurosis). Se refiere a la “caída de la conciencia”, la degradación de la vida emocional y la
pérdida de nuestra motivación primaria e instintiva.
Ante la falta de aquello que necesitaba, el niño, en su proceso de crecimiento, necesitó manipular para
obtener atención y afecto, y, por lo tanto, se puede decir que el carácter es un aparato contra-manipulativo. La
vida ya no está guiada por el instinto, sino por la persistencia de tempranas estrategias de adaptación
(manipulaciones). Así, se pierde la libertad individual y la capacidad de responder creativamente en el
presente, pues se ha aprendido que la manipulación da buenos resultados y, por consiguiente, se sigue
respondiendo de tal manera. Si sabemos que una forma de actuar nos llevará a conseguir el resultado que
esperamos, ¿confiaríamos en nuestros instintos para actuar de una manera diferente? ¿Nos arriesgaríamos a
seguir instintivamente lo que deseamos?
A estas respuestas adaptativas, en las tradiciones espirituales se les denomina “ego”, “personalidad”, o,
también, “carácter”. Carácter viene del griego “charaxo”, que significa grabar, y hace referencia a lo que es
constante en una persona porque ha sido grabado, es decir, a los condicionamientos cognitivos, emocionales
y de comportamiento. El conflicto básico, es la interferencia de nuestro carácter con la autorregulación
organísmica, con lo que nuestro ser instintual haría en cada momento.
El carácter es un compuesto de rasgos, los cuales han sido tomados de la identificación o no identificación
con alguno de los padres; si hubo identificación, el rasgo fue adquirido, si no la hubo, fue adquirido el rasgo
contrario.
Oscar Ichazo (quien introdujo el Eneagrama en Occidente) ofrece una visión de la personalidad siguiendo la
de Gurdjieff (maestro místico, filósofo, escritor y compositor ruso, introductor de las enseñanzas del Cuarto
Camino en el mundo occidental): según esta visión, la personalidad humana está compuesta de tres
“centros”: intelectual, emocional y motor o instintivo (que a su vez se divide en tres: la supervivencia, el placer
y la relación), que en la conciencia despierta serían la Esencia y en la conciencia contaminada dan lugar a la
Personalidad. Esta noción de trinidad en unidad es característica del Cuarto Camino y de la tradición
cristiana*.
Se divide así la multiplicidad de la motivación humana en tres instintos y fines básicos: el placer, la
supervivencia y la relación. Hoy en día algunos Gestaltistas preferirían anotar que la neurosis implica una
perturbación de la autorregulación organísmica, pero pocos cuestionarían la importancia de los impulsos de
*Los orígenes del Eneagrama se remontan a Oriente Próximo. Fue transmitido oralmente por los maestros sufíes hasta principios
del siglo XX como una tradición viva. Gurdjieff introdujo el término por primera vez y lo popularizó en Occidente a través de sus
enseñanzas a Oscar Ichazo, quien en un peregrinaje en Chile lo transmite a Claudio Naranjo, a quien se le atribuye su integración
a la Psicología Occidental.
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sexo, conservación y relación, ni su posición central como objetos profundos del comportamiento. En su
teoría psicoanalítica de interpretación humana, Freud hizo énfasis en el primero, Marx en el segundo y los
teóricos actuales de las relaciones objetales en el tercero.
Mapa de la Noción de Trinidad en Unidad.

“Cuarto Camino”: Esencia
Instinto
libre
CONCIENCIA PLENAMENTE
DESPIERTA
Conocimiento
Virtudes superior-
Ideas Santas
Mapa de Degradación de la Conciencia: Personalidad o Ego
Pasión
Fijación
CONCIENCIA DISMINUIDA
Conser
vación
Sexual Social
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EL NÚCLEO DINÁMICO DE LA NEUROSIS

El núcleo fundamental del carácter tiene una doble naturaleza: un aspecto motivacional en interacción con un
prejuicio cognitivo, una «pasión» asociada a una «fijación». En esta visión de la neurosis, las distorsiones
emocionales (pasiones) se basan en distorsiones cognitivas (fijaciones). El proceso de la formación del
carácter puede ser considerado en más detalle como una interferencia de la pasión en el instinto bajo la in-
fluencia continua de una percepción cognitiva distorsionadora.
Las pasiones son las primeras manifestaciones de nuestro proceso de degradación en la primera infancia. La
noción psicoanalítica de oralidad es apropiada para describir las pasiones son La palabra pasión es
apropiada para referirse a las emociones inferiores no sólo porque existe en interdependencia con el dolor
(pathos), sino también por su connotación de pasividad y deseo frustrado. Entonces estamos sujetos a ellas
como agentes pasivos, agentes que por desear aquello que no pueden obtener, están condenados a desearlo
eternamente.
Las fijaciones hacen referencia al funcionamiento cognitivo (lo aprendido en la temprana infancia con
respecto a la forma de conseguir lo que se quiere), es decir, a las racionalizaciones, creencias, valores y
formas de ver el mundo que siguen sosteniendo la pasión dominante en cada estructura de carácter. La
palabra fijación sugiere la idea de que nos quedamos enganchados a causa de la perturbación cognitiva y
que cada fijación es, digamos, una racionalización de la pasión correspondiente.
Las pasiones surgen de un fondo de oscurecimiento óntico o pérdida del Ser. La pérdida de una sensación de
yo soy mantiene un anhelo de ser que se manifiesta en las formas diferenciadas de las nueve emociones
básicas del ego. Las pasiones son el núcleo primero de la psicopatología, de la cual emergen las fijaciones y
luego son las fijaciones las que estructuralmente sirven de base a las pasiones. Según esta visión, existen
nueve caracteres principales, cada uno de los cuales presenta, a su vez, tres variantes o subtipos, según sea
el predominio de intensidad de los impulsos de autoconservación, sexual o social.
Claudio Naranjo vincula estas nociones al estudio de la personalidad y al conocimiento psicológico moderno,
mezclando elementos de la mística oriental con la psicología occidental, describiendo con cada una de las
pasiones una patología del carácter. En total, nueve estilos de personalidad o egotipos que describiremos a
continuación.
PENSAMIENTO, EMOCIÓN Y ACCIÓN

La caracterología definida por Claudio Naranjo contempla tres grupos fundamentales, distintos entre ellos por
su orientación i) hacia el pensamiento o el intelecto (egotipos V, VI y VII); ii) hacia el sentimiento o la emoción
(egotipos II, III y IV); iii) hacia el cuerpo, hacia el comportamiento entendido como acción (egotipos VIII, IX y I).
Cada uno de estos grupos tiene su núcleo en cada uno de los vértices del triangulo central del eneagrama,
que representan las pasiones del Olvido o Indolencia (IX), la Cobardía o Miedo (VI) y la Vanidad (III). Los tres
estados mentales representados por estos puntos se pueden ver como las piedras angulares de todo el
edificio emocional, y los estados situados entre éstos pueden ser explicados como interacción (en diferentes
proporciones) de los mismos. El budismo interpreta la caída humana en función de los llamados tres venenos:
la inconciencia activa o ignorancia, la aversión y la avidez. Es posible diagramar estos venenos en un
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triángulo equivalente al triángulo central del eneagrama, queriendo mostrar que la inconciencia, en el vértice
superior, está en interdependencia con un par de opuestos que constituyen formas alternativas de la
motivación deficitaria: la aversión y la avidez.
II. ENEATIPOS: PASIONES Y FIJACIONES

Olvido
Pereza
Lujuria 9 Ira
Castigo 8 1 Perfeccionismo
Gula Orgullo
Indulgencia 7 2 Falso Amor
Cobardía Vanidad
Acusación 6 3 Engaño
5 4
Avaricia Envidia
Desapego Patológico Insatisfacción
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Nueve formas de ver la vida,

Nueve caminos para encontrar nuestra Esencia.
1. IRA Y PERFECCIONISMO
El Modelo, El Reformador, El Purista, El Juez.
Lo más característico de su infancia es que el padre, la madre u otra persona adulta fuera exigente o
muy crítica. A los Unos se les reprendía vivamente cuando trasgredían las reglas. Lo más corriente es
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que les explicaran que la conducta ortodoxa era necesaria para recibir amor, para sobrevivir o para su
propio bien. Muchos unos recuerdan haberse prometido que jamás volverían a cometer un error.
La expresión de la ira es inconsciente y racionalizada. Gran parte de esta personalidad puede entenderse
como una negación de la destructividad mediante una actitud deliberadamente bien intencionada. La fijación
cognitiva de este carácter es el perfeccionismo, lo que le da un estilo interpersonal supercontrolado y
supercivilizado. La orientación al perfeccionismo implica una obsesión por mejorar las cosas que se traduce
en empeorar la propia vida y las de los demás, y un concepto cerrado de la perfección que se basa en
comparar todo suceso o experiencia con un código preestablecido de valores, modelos, ideas, gustos,
normas, etc.
Su síndrome corresponde a la personalidad obsesivo-compulsiva del DSM-IV-TR*, cuyos rasgos

característicos, en torno a los cuales giran todos los demás en la personalidad con este trastorno, son el
perfeccionismo, el control mental y la inflexibilidad en todos los ámbitos. Desde la Bioenergética corresponde
a una estructura de carácter Rígido-Obsesivo-Compulsivo.
ESTRUCTURA DEL RASGO
Ira
La ira puede considerarse como el trasfondo emocional y la raíz original de esta estructura. La manifestación
más específica de la experiencia emocional de la ira es el resentimiento, que, por lo general, se experimenta
en conexión con un sentido de injusticia ante las responsabilidades y esfuerzos que el individuo realiza en
mayor medida que los otros. La expresión de ira más visible aparece cuando ésta se percibe como justificada
y adopta la forma de una vehemente “justa indignación”.
Crítica
La crítica puede describirse como una ira intelectual más o menos inconsciente de su motivo; aunque es
posible que la crítica aparezca en el contexto de la ira sentida, la cualidad más destacada de esta crítica es
un sentido de propósito constructivo, un deseo de mejorar a los otros o a sí mismo.
Una forma específica de crítica en el eneatipo I es el que se refiere al etnocentrismo (tendencia emocional
que hace de la cultura propia el criterio exclusivo para interpretar los comportamientos de otros grupos, razas
o sociedades) y a otras formas de prejuicio, en cuyo caso se produce denigración, invalidación y el deseo de
“reformar” inquisitoriamente a aquellos que constituyen un grupo diferente al de la propia raza, nación, clase,
iglesia, etc.
Exigencia
La exigencia también puede ser entendida como una forma de ira. Se pueden agrupar ciertas características
que hacen de estos individuos los más disciplinarios, tanto en el sentido de inhibir en los demás la
espontaneidad y la búsqueda del placer como en el de exigir un trabajo duro y un cumplimiento excelente.
Tienden a sermonear, predicar y enseñar sin considerar si tal papel es adecuado, aunque esta compulsiva
característica suya pueda encontrar su lugar en actividades como la de maestro de escuela y predicador.
*DSM es la sigla del Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (en español, Manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales), libro de la Asociación Americana de Psiquiatría que clasifica y describe los diversos tipos de trastornos
mentales. La versión vigente del DSM es el DSM-IV-TR (texto revisado).
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Dominación
La dominación puede también considerarse como una expresión implícita de la ira o una transformación de
ésta. Tal orientación hacia una posición de poder implica estrategias veladas como las mencionadas, así
como un sentido de derecho propio basado en unos altos resultados, en la diligencia, en la proveniencia
cultural y familiar, en la inteligencia, etc.
Perfeccionismo
La búsqueda de supremacía en el tipo iracundo implica el apoyo al sistema moral o jerarquía humana sobre el
que se sustenta la autoridad. Se puede decir que el perfeccionista es más obediente a la autoridad abstracta
de las normas o funciones que a la autoridad concreta de las personas. Del mismo modo que es difícil
separar crítica, exigencia y dominación, el hipercontrol, la autocrítica y la disciplina -tres actitudes hacia uno
mismo que constituyen, por así decirlo, la cara oculta del perfeccionismo- están íntimamente relacionadas
como facetas de una misma disposición subyacente. El perfeccionismo puede ser resaltado, junto con la ira,
como un factor dinámico que impregna todo el carácter y como su estrategia de raíz.
Hipercontrol
El control excesivo de la propia conducta va unido a una rigidez característica, una sensación de
desasosiego, una falta de espontaneidad, con la consecuente dificultad para desenvolverse en situaciones no
estructuradas y en las que se requiere improvisación.
Autocrítica
Aunque puede que el menosprecio de sí mismo no sea aparente para un observador externo y tienda a
permanecer oculto tras una imagen virtuosa y digna, la incapacidad de aceptarse a sí mismo y el proceso de
auto-denigración no constituyen sólo la fuente de una frustración emocional crónica, sino también un fondo
psicodinámico siempre presente, una necesidad perfeccionista de poner más ahínco en busca del mérito.
Disciplina
La autoexigencia implica una voluntad de esforzarse a expensas del placer, lo que hace que los individuos del
eneatipo I sean trabajadores y disciplinados.
MECANISMOS DE DEFENSA
La noción de formación reactiva fue propuesta por Freud en 1905 en su obra “Tres ensayos para una teoría
sexual”, donde observó que existen fuerzas “psíquicas opuestas” que surgen a fin de suprimir sensaciones
incómodas mediante el accionamiento de la “repugnancia, la modestia y la moralidad”. Como es bien sabido
su interpretación plantea que el impulso de manchar durante la etapa anal sádica del desarrollo del niño es
rechazado mediante la repugnancia, lo que induce a una excesiva preocupación por la limpieza.
Se puede decir que el mecanismo de formación reactiva subyace y es también el funcionamiento mental por
el que la energía psicológica de la ira se transforma en “impulsividad” obsesiva. Por otro lado, la formación
reactiva puede considerarse como el proceso que marca la transformación de la gula en ira, pues la
autoindulgencia de la gula puede considerarse la actitud más evitada del perfeccionista, cuyo carácter es el
menos autoindulgente de todos, el más altamente dotado de una “austeridad virtuosa”.
La formación reactiva tanto genera ira como supone una defensa contra su reconocimiento, además de
constituir el mecanismo subyacente al perfeccionismo, la moralidad, la benevolencia, la crítica
“bienintencionada”, la ética antihedonista del trabajo duro, etc.
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LA BLANQUISIDORA*
La Blanquisidora es blanquísima y respira en lencerías. Sus dedos son estrictos, sus ojos angulosos.
Aunque no recuerda haberse resfriado nunca su voz es sin embargo un poco más ronca. Dice que
jamás ha tenido un sueño y uno le cree.
Muchos acuden a ella en busca de orden. Es irresistible. Habla poco, pero lo que dice tiene la fuerza
dogmática de toda una iglesia. No se ha estipulado que rece, ella es su propia iglesia. Cuando
celebra la blancura, uno se avergüenza de haber vivido tanto tiempo en la inmundicia. Todo es
inmundo comparado con ella, no hay mentís que valga. Abre mucho sus ojos angulosos, los dirige
serenamente hacia uno y le hace sentir un resplandor que surge desde dentro. Es como si uno mismo
llevara dentro de todos sus manteles estrictamente doblados, nunca estirados, formado un
blanquísimo montón para siempre, para siempre.
Sin embargo, jamás esta del todo contenta, pues hasta ella encuentra manchas entre la blancura de
su lencería. ¡Y hay que ver como se pone al descubrir un punto diminuto! Se vuelve un peligro, una
serpiente venenosa. Abre la boca y muestra sus horribles colmillos ponzoñosos. Se yergue y silva
antes de atacar: ¡Ay de la pobre manchita! Ha habido casos en que el miedo la hacía desaparecer, y
la Blanquisidora se pasaba horas y horas buscándola con insistencia. Pero otras veces no desaparece,
y es como si pasara un huracán. Coge la pieza de lencería- no la coge sola, sino con otras 20 que ya
estaba apiladas – y, sin perder un instante, comienza a alabar de nuevo el enorme fardo.
En momentos como ese, es preferible dejarla sola, pues su furia no conoce limites. Lava también
todo cuanto esté a su alcance: mesas, sillas, camas, gente, animales. Es como en el juicio final. Nada
halla gracia ante sus angulosos ojos. Hombres y animales son lavados hasta morir. Es como antes de
la creación del mundo. La luz es separada de las tinieblas. Y ni el mismo Dios esta ya muy seguro de
lo que hará.
2. ORGULLO Y FALSO AMOR
El Ángel Custodio, El poder Oculto tras el Trono, El Pobre Generoso.
Los Dos eran niños muy atractivos centrados en las relaciones personales; los querían por ser niños
serviciales, atentos y cariñosos. Los Dos aprendieron temprano que el camino que los conduciría al
* Cuentos sacados de El Testigo Escuchón. Elias Canetti. Editorial Grupo Anaya. Madrid. 1993.
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éxito estaría en las sonrisas de adoración de las personas que los rodeaban. Es frecuente que se les
encomienden tareas superiores a las fuerzas propias de su edad y en consecuencia se sienten
indispensables por sus servicios, pero no consideran que la gente se fije mucho en ellos por sí
mismos.
En este eneatipo es fundamental la necesidad de dar, que está al servicio tanto de la seducción como de la
auto-elevación. “La psicología oficial” del eneatipo II no ha descrito correctamente la característica de falsa
generosidad de este carácter, ya que las descripciones del carácter histérico han puesto el acento en el
egocentrismo impulsivo, cuando sería más exacto hablar de una complementariedad de egocentrismo y
generosidad aparente. Al explicar el carácter histérico, se tiende también a interpretar el erotismo de la
personalidad histérica como un fenómeno de origen sexual, pero sería más real considerar el erotismo como
un medio de seducción inspirado por un deseo de amor.
Se puede contemplar el orgullo como una pasión por el auto-ensalzamiento, en otras palabras, como una
pasión por el engrandecimiento de la propia imagen. Este eneatipo corresponde al «trastorno histriónico de la
personalidad» (excesiva emotividad y búsqueda de atención) del DSM-IV-TR y a la estructura de carácter
Rígido Histérico de Lowen.
Orgullo
Exaltación imaginaria de la propia valía y atractivo, “interpretar el papel de la princesa”, el exigir privilegios, la
jactancia, una necesidad de ser el centro de atención.
Necesidad de Amor
La intensa necesidad de amor de los individuos del eneatipo II puede verse a veces oscurecida por su
característica independencia, particularmente en momentos de frustración y de humillación del orgullo. La
persona orgullosa raramente se realiza en la vida sin un gran amor. La orientación excesivamente romántica
hacia la vida puede entenderse como el resultado de una frustración amorosa temprana asociada a una
pérdida del apoyo en la experiencia propia del valor personal.
Hedonismo
El hedonismo puede entenderse como un rasgo relacionado con la necesidad de amor, ya que el deseo de
placer puede considerarse normalmente como un sustituto del amor. La búsqueda compulsiva de placer
sustenta de forma natural el papel alegre que adopta. También se refleja una propensión a sentirse frustrados
cuando no están especialmente complacidos.
Seducción
Hay rasgos que podemos entender, a su vez, como herramientas de seducción, ya sea erótica o social. Los
que están necesitados de afecto por estar secretamente inseguros de él son, a su vez, cálidos, solícitos,
sensibles y enfáticos. La seducción supone no sólo una manifestación histriónica del amor, sino también una
incapacidad de entrega y, en términos de motivación, una generosidad del tipo “dar para recibir”.
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Asertividad
Este eneatipo manifiesta sus deseos con una asertividad atrevida. Otro descriptor perteneciente a esta
categoría de la asertividad es el de la obstinación, un rasgo de «salirse con la suya», incluso a costa de una
«escena» emocional.
Tendencia a cuidar y falsa abundancia

El orgulloso está supuestamente bien y mucho mejor que bien, y para mantenerse en esto debe perseguir el
placer de una manera compensatoria. En esta fijación no puede necesitar amor, porque el orgulloso, en el
curso del desarrollo de personalidad, se ha ido aficionando particularmente a una imagen de sí mismo como
dador, más que como receptor, alguien lleno de satisfacción hasta el punto de desbordar generosidad.
Histrionismo
La característica de ser afectuoso puede considerarse como sólo una de las facetas de la típica imagen ideal
que el orgulloso representa y con la que se identifica. La presunción histriónica del eneatipo II contrasta con
los esfuerzos del eneatipo III por cumplir con una personalidad idealizada mediante el logro y la realización,
igual que su manifestación histriónica contrasta con la explosión del eneatipo III, que sobreviene como
consecuencia del fracaso del exceso de control.
Emocionalidad impresionable
El eneatipo II puede considerarse más específicamente emocional, porque en el eneatipo IV la emocionalidad
coexiste frecuentemente con el interés intelectual, mientras que el eneatipo II no sólo es un tipo sensible, sino
que es también, con frecuencia, anti-intelectual.
La asociación entre personalidad histérica y simple represión no es sólo la primera relación observada de
confluencia entre un mecanismo de defensa y una actitud neurótica, sino que es también hoy la más
ampliamente documentada y aceptada.
En este eneatipo no sólo hay una amplificación emocional, hay también una impulsividad característica, un
“empujar” en las relaciones interpersonales, una impaciente necesidad de satisfacción y una incapacidad
infantil de aplazar la gratificación.
Hablar de la represión de la necesidad es prácticamente equivalente a hablar de represión de la atmósfera
psicológica de la envidia, y así como en el caso del eneatipo I la ira es una transformación reactiva de la gula,
en este caso el orgulloso transforma la envidia mediante la acción conjunta de la represión y de la
emocionalidad histriónica. Para el orgulloso no hay nada tan evitado como la sed de amor y el sentimiento de
no ser digno de merecerlo, tan característicos de la envidia.
LA RECHAZADA
La rechazada no despierta nunca en la misma cama y se frota los ojos. ¿Dónde está? ¡Ahí jamás
había estado¡ ¿Cómo llegó? ¿Quién pudo haberla rechazado? Su asombro, sin embargo, no dura
mucho, pues tiene planes personales y no le gusta perder su precioso tiempo resolviendo enigmas.
Se despierta, se despereza, se incorpora, aún no sabe quién se ocupará hoy de ella.
No puede decirse que sea una buscona, pero hay que encontrarla. Tiene lugares donde la toleran y
no pasa mucho tiempo sin que se le acerque un hombre bastante extraño, de buena presencia e
importante posición, con un corte especial – sea de traje, sea de pelo -, que la estaba mirando hacía
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rato, pues ella nunca es la primera en ver a alguien, sólo ve hombres que se le acercan decididos.
Pero antes de la primera frase – basta una mirada, cierta inclinación de la insólita cabeza, una sonrisa
de suficiencia semioculta bajo el bigote, una mano apenas levantada, un índice noble, una boca a
punto de abrirse admirativamente-, antes de la primera frase ya se siente rechazada y recuperada y
llevada y vuelta a rechazar y nota cómo la fidelidad va invadiendo su cuerpo, no se ve a nadie
fuera de él, hoy no verá a nadie más, se dejaría partir en mil pedazos antes de mirar siquiera a otro;
y si el destino dispone que algún día se le acerquen dos hombres a la vez, de buena presencia e
importante posición los dos, con un corte especial – de traje, sea de pelo- se sentirá rechazada por
ambos, les será fiel y no discriminará a uno en favor del otro.
Son ésas, si se quiere, veladas perdidas, pues los dos insisten, ninguno cede, ella misma se encarga de
que ninguno ceda; jamás llega al punto de olvidarse o ignorar dónde está, el auténtico rechazo no
se produce y, por no perder a ninguno, se pasa la noche entera conversando con ambos. Se habla
entonces tan poco de dormir como de rechazo; dondequiera que se encuentre, ella sabe dónde está,
y es una lástima porque ambos merecen, pero así es ella, y la fidelidad, sí, la fidelidad es
precisamente su rasgo distintivo.
3. VANIDAD Y ENGAÑO
El Cumplidor, El Motivador, El Directivo, El Vencedor, El Realizador.
Los Tres recuerdan una infancia en la que los padres valoraban los logros por encima de todo lo demás,
descuidando atender sus sentimientos y ayudarles a superar los obstáculos emocionales de la infancia.
Sus padres dicen: “Tus buenas notas demuestran tu valía”. Los Tres llegaron al convencimiento de que
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no tenían ningún valor intrínseco. “Tú valía reside en tus logros y no en lo que eres ni en lo que sientes”.
De niños, eran unos adultos muy responsables y trabajadores, mucho tiempo antes que les
correspondiese.
La vanidad es una preocupación apasionada por la propia imagen o una pasión de vivir para los ojos de los
demás. Vivir de las apariencias implica que el foco de interés no está en la experiencia propia, sino en la
anticipación o fantasía de la experiencia del otro, y de aquí la insustancialidad de la búsqueda del vanidoso.
En contraste con la vena cómica del eneatipo II y la vena trágica del eneatipo IV, el estado de ánimo
característico del eneatipo III es el de la neutralidad o el control de los sentimientos, en el que sólo se
reconocen y expresan los “sentimientos correctos”.
Es interesante que el eneatipo III no tenga clasificación directa dentro de las últimas versiones del DSM, sin
embargo, está relacionado con la personalidad histérica (no idéntica a la histriónica). Fromm le atribuiría la
orientación mercantilista a este eneatipo, con su preocupación por cómo se presenta en el mercado de la
personalidad. La mayoría de los ejemplos clínicos que presenta Lowen en su libro “Narcisismo” son individuos
del eneatipo III. Desde la Bioenergética, este eneatipo está dentro de una estructura de carácter fálico-
narcisista.
Necesidad de atención y vanidad

El estado emocional más característico y, al mismo tiempo, el que subyace en el interés por la exhibición,
hasta el punto de la auto-falsificación, es la necesidad de atención: una necesidad de ser visto que se frustró
en el pasado y que busca ser satisfecha mediante el cultivo de la apariencia. Además del sentimiento
percibido de querer ser visto, oído, apreciado, hay en el eneatipo III un sentimiento correspondiente de
soledad que surge no sólo de la frustración crónica de la necesidad de ser a los ojos de los demás, sino
también del hecho de que cualquier éxito que se alcance tiene que ser atribuido a la falsedad del yo y a la
manipulación.
Orientación al logro
Este eneatipo se esfuerza por el logro y el éxito, lo cual puede implicar una lucha por la riqueza y por el
status social. Los Tres tienen una gran capacidad de hacer las cosas precisa y expeditivamente, son
implacables en las relaciones interpersonales, tienen gran control sobre sí mismos y los demás, necesitan
sobresalir para alcanzar el logro y el éxito y sufren de ansiedad y tensión, resultados del esfuerzo exagerado
por el éxito y del implícito temor al fracaso
Sofisticación y habilidad social

Este rasgo podría llamarse «brillantez social» o «actuación social». La preocupación por el status puede
considerarse como una motivación complaciente. “Dime con quién te asocias y te diré quien eres”.
Cultivo del atractivo sexual

Del mismo modo que el cultivo del atractivo sexual va acompañado de frigidez, hay, hablando más
generalmente, un tipo especial de belleza vanidosa: una belleza de porcelana fría, de muñeca, formalista pero
emocionalmente hueca.
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Engaño y manipulación de la imagen

El engaño es la fijación, el defecto cognitivo del eneatipo III. El engaño va más allá de la experiencia
emocional propiamente dicha, porque conlleva racionalización y maniobras. Algunos descriptores específicos
de este engaño son: «convertirse en la máscara», «creer en lo que venden», «afectado», «falso», «farsante».
Orientación hacia los demás

Los valores según los cuales toma forma la personalidad ideal no son intrínsecos ni originales, sino externos
al individuo, que es, de todos los caracteres, el más orientado hacia los demás. El rasgo de identificación con
los valores predominantes se concreta tanto en la orientación hacia los demás como en la cualidad
camaleónica del eneatipo III en general, es decir, su disponibilidad para cambiar de actitud o de apariencia
según las modas.
Pragmatismo
Es al servicio de la eficiencia como se pueden entender las habilidades más racionales que, típicamente, dan
al eneatipo III una mentalidad de ingeniero o de empresario y se manifiestan también en una orientación a la
tecnología y la tecnocracia.
Vigilancia activa
La persona del eneatipo III no sólo es hipervigilante, sino también incapaz de rendirse, de auto-abandonarse.
Necesita tener todo bajo control y aprendió todo pronto en su vida: a arreglárselas con base a una actitud de
auto-confianza surgida del sentimiento de que los demás no lo cuidan adecuadamente.
Superficialidad
Se manifiesta en la conciencia del individuo como una sensación de no tener acceso a sus sentimientos
profundos, como un problema de identidad, en el sentido de no saber quién se es y de no conocer sus
verdaderos deseos.
La cuestión central en el eneatipo III es la identificación con una auto-imagen ideal construida como
respuesta a las expectativas de los demás, de modo que podemos suponer que desde muy temprana edad
esto implicó una identificación con los deseos, valores y comportamientos de los padres.
A diferencia de la introyección, que se refiere a sentir como el otro, la identificación es definida como un
proceso por el cual la persona adopta la característica del otro, transformándose, hasta cierto punto, según un
modelo externo.
También destaca en la psicología del eneatipo III el mecanismo de racionalización, pero es más
característico, aparte de la identificación, el de negación: aquel por el cual se declara que eso no es así,
anticipándose a que alguien se dé cuenta de que sí lo es.
LA ENCANDILADORA
La encandiladora es una florescencia curva, y le gusta erguirse. Una vez erguida, levanta el brazo
lentamente y lo mantiene en alto con un gesto muy estudiado. Cuando todos, deslumbrados,
cierran los ojos, lo deja caer un poco más de prisa. Después mira a lo lejos como si no hubiera
nadie, da un giro de 180 grados, levanta más lentamente aún el otro brazo y se arregla con aire
ensoñador el peinado, no menos cuidado que sus axilas.
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No dice palabra, ¿Qué podría decir que realzara su esplendor? Permanece en silencio y da pábulo a
hondas meditaciones. En su vida privada la llaman señora Brillaxilas, ¿Cuándo ha habido un nombre
más apropiado? Donde quiera que se encuentre, con gente o en su casa, no se cansa de estar erguida
¡Qué figura!, y levantar ora el brazo izquierdo, ora el derecho. Conviene insistir en que también lo
hace en casa, incluso estando a solas, ante el espejo.
Lo hace para sí, dijo una vez, la única frase suya que ha sido transmitida; no deja de ser una
insolencia llamarla Encandiladora. De día está tranquila, puede quedarse en pie y gozar sin
interrupción con sus brazos en alto. De noche es más difícil, no siempre sueña consigo misma y le
disgusta olvidarse. Duerme intranquila, duerme con luz. A ratos se despierta, se desliza del lecho… y
ya se está viendo, ya levanta un brazo, su axila ya refulge, ya está mirando a lo lejos. Más tarde
vuelve a acostarse, me dignamente calmada. Cuando esto no le basta, el otro brazo también entra
en función.
¿Cómo admirarse, pues de que tantos hombres vayan en pos de sus axilas? Pero ella no los ve, esta
inmunizada, ¿Qué culpa tiene que los hombres interpreten mal sus esplendores? Vinculan a si
mismos algo que existe sin motivo, ¿Acaso ella es culpable de que la hayan echo así? Ha de cuidar
mucho su cutis, que el amor deteriora. La perfección no pertenece a nadie, y exige distanciamiento;
por eso y sólo por eso, la Encandiladora mira a lo lejos.
La señora Brillaxilas, vive sola y no soporta perros falderos ni gatos, que jamás comprenderían quién
es ella. Inconcebible le resultaría un niño por el cual tuviera que agacharse; pues aun cuando lo
levantase, el no lograría verla y nada entendería de sus partes relucientes. Condenada a vivir sola,
ha asumido con entereza su destino y nadie, nadie ha oído jamás una queja de sus labios.
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4. ENVIDIA E INSATISFACCION
El Romántico, El Entendido, El Autor, El Individualista, El Árbitro de la Elegancia, El Creador.
Muchos Cuatros recuerdan una época de su infancia en la que todo iba bien en su mundo; después, toda
su experiencia vital cambió, de manera repentina. Fue la pérdida de un paraíso y el fin de la inocencia.
Tienen un recuerdo muy sentido de pérdida y de separación. La vida les parece una experiencia tan
conmovedora y llevan consigo sentimiento de destierro. Se sienten en el exilio, temen de alguna manera
no ser lo bastante grandiosos, fascinantes, atractivos o profundos. O sienten que son excesivos: que son
demasiado profundos, auténticos, abiertos emocionalmente, vulnerables e intensos. Al sentirse heridos
en su dignidad se vuelven demasiados dignos, demasiado elegantes y demasiado profundos, hasta el
punto de sentirse arrogantes.
El estado emocional de la envidia implica un doloroso sentimiento de carencia y un ansia por aquello cuya
falta se percibe. Mediante una reacción a la privación y frustración tempranas, la envidia constituye un factor
de auto-frustración en la psique, porque la excesiva ansia de amor que conlleva nunca sacia el sentimiento
crónico de escasez interna y de maldad. El individuo del eneatipo IV se identifica con esa parte de la psique
que no consigue ajustarse a la imagen idealizada y está siempre procurando lograr lo inalcanzable.
El aspecto más característico del eneatipo IV, además de la motivación de la envidia, puede verse en la
tendencia a la auto-victimización y la frustración. Este carácter esta descrito a través de varios diagnósticos
en el DSM-IV-TR. Está relacionado con la clasificación Borderline (trastorno límite de personalidad: estar
constantemente en el límite, cargado de problemas y necesitado de ayuda) y la Personalidad Masoquista-
Depresiva. Así mismo en la clasificación Bioenergética, estaría más relacionado con el carácter Oral.
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Envidia
Una voracidad y avidez generalizadas que nace de una gran carencia de afecto desde su infancia. Desde ahí
se busca “ser llenado por otros”. Un campo de expresión de la envidia es el social, donde se puede
manifestar como una idealización de las clases superiores y un fuerte impulso de ascenso social. Aún más
sutilmente, la envidia puede manifestarse como una búsqueda constante de lo extraordinario y lo intenso, con
la correspondiente insatisfacción con lo ordinario y lo no dramático. Hay un choque entre la percepción de una
intensa envidia y el correspondiente sentimiento de vergüenza y vileza por ser envidioso, lo que causa una
auto imagen pobre.
Auto imagen pobre

Entre sus características específicas figuran, además de la «mala autoimagen» en sí, otras como
«sentimiento de inadecuación», «inclinación a la vergüenza», «sentido del ridículo», «sentimiento de poco
inteligente», «feo», «repulsivo», «podrido», «venenoso», etc. Tal autodenigración es la que origina el
«agujero» del que surge la voracidad de la envidia propiamente dicha en sus manifestaciones de
aferramiento, exigencia, mordacidad, dependencia y apego excesivo.
Concentración en el sufrimiento
Uso del dolor como venganza y esperanza inconsciente de obtener el amor mediante el sufrimiento, que se
expresa a través de la lamentación, la queja, la autocompasión, el desánimo y la exageración de la postura de
víctima. Adhesión al luto, no sólo por las personas sino también por los animales domésticos; aquí se
manifiesta la maniobra de concentrarse en el sufrimiento y expresarlo para obtener amor. El llanto puede
significar no sólo dolor, sino también satisfacción.
Necesidad de conmover
Más que cualquier otro carácter, los individuos del eneatipo IV pueden ser llamaos adictos al amor, y su ansía
de amor es a su vez mantenida por una necesidad de reconocimiento que son incapaces de darse a sí
mismo. Por eso, buscan llamar la atención desde la compasión.
Ansia de cariño
Hay una incapacidad motivacional para cuidarse a sí mismo y una necesidad inconsciente de atraer
protección y cariño.
Prodigalidad
Excesiva preocupación por cuidar, por agasajar al otro. La dinámica de esta característica actitud cuidadora
del eneatipo IV puede entenderse como una forma de seducción al servicio de la intensa necesidad del otro y
de su dolorosa frustración. El cuidado de los demás puede ser exagerado masoquistamente hasta el punto de
autoesclavizarse, contribuyendo entonces a la autofrustración y al dolor, que a su vez activa los aspectos
exigentes y disputadores del carácter.
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Emocionalidad
Es el carácter más emocional. La cualidad de emocionalidad intensa se refiere no sólo a los sentimientos
románticos, a la dramatización del sufrimiento y a las características de adicción al amor y dedicación a los
demás, sino también a la expresión de ira. Las personas envidiosas sienten el odio intensamente y sus gritos
son de lo más impresionante. También presente en los eneatipos II y III, en la esquina emocional del
eneagrama, está esa cualidad que la psiquiatría ha llamado «plasticidad», en referencia a la capacidad de
interpretar papeles (relacionada con la capacidad para modular la expresión de los sentimientos).
Arrogancia competitiva
Relacionada con la emocionalidad del odio, a veces existe una actitud de superioridad junto a –y en
compensación de– una mala auto-imagen.
Refinamiento
Hay una inclinación hacia el refinamiento (y su correspondiente aversión a la grosería) manifiesta en
descriptores tales como «con estilo», «delicado», «elegante», «con gusto», «artístico», «sensible». El querer
encajar en estos descriptores refleja un esfuerzo de compensar una mala autoimagen y de ser diferente de lo
que se es.
Intereses artísticos
La inclinación artística del IV esta sobredeterminada por su refinamiento, por su orientación al sentimiento y
por la posibilidad de idealizar el dolor mediante el arte e, incluso, de transmutarlo hasta el punto de que se
convierte en un elemento en la configuración de la belleza.
Fuerte Superego
Persiguiendo un ego ideal más estético que ético hay tenacidad, disciplina, propensión a las normas,
propensión a la culpa y auto-denigración.
Introyección: la mala autoimagen que tiene el tipo IV es la expresión directa de haber introyectado un padre
o madre que se rechazaba a sí mismo, y que del odio a sí mismo que implica dicho introyecto resulta una
necesidad envidiosa de aprobación externa y de amor, como necesidad de compensar la incapacidad de
amarse a sí mismo.
Retroflexión: La ira generada como consecuencia de la frustración es dirigida no sólo a la fuente externa de
frustración (y al frustrador original de la propia vida), sino, a causa de la introyección, a uno mismo. Se hace a
sí mismo lo que desearía hacerle al otro, generalmente impulsos agresivos.
Represión de la emoción de la ira y su transformación en la envidia.
EL CALDEALAGRIMAS
El Caldealágrimas va cada día al cine. No tiene por qué ser siempre una novedad, también lo atraen
los programas viejos, lo importante es que cumplan su objetivo y le arranquen un profuso caudal de
lágrimas. Ahí, sentado en la oscuridad e inadvertido, aguarda a que se cumplan sus deseos. Estamos
en un mundo frío y cruel, y si no fuera por esa cálida humedad en las mejillas, las ganas de vivir nos
abandonarían. En cuanto empieza la efusión de lágrimas, se siente reconfortado; inmóvil y sin
pestañear, evita a toda costa enjugarse con el pañuelo, cada lágrima ha de prodigar su calor hasta el
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final, y ya llegue hasta la boca o la barbilla, ya logre deslizarse por el cuello y siga hasta el pecho, la
acepta con recato y gratitud, y sólo vuelve a levantarse después del abundante baño.
La suerte no siempre acompaña al Caldealágrimas, ha habido épocas en las que dependía
únicamente de su propio infortunio, y cuando este no llegaba y se hacia esperar, más de una vez
pensó que se congelaría. Inseguro, deambulaba por la vida, buscando una pérdida, un dolor, una
aflicción irrestañable. Pero la gente no siempre muere cuando uno quiere estar triste, la mayoría
tiene 7 vidas y aguanta. A veces, cuando estaba pendiente de algún suceso patético, una agradable
sensación de laxitud iba invadiendo sus miembros. Y luego, cuando ya creía estar al borde, no
pasaba nada, había desperdiciado mucho tiempo, y tenía que buscar otra oportunidad, reiniciar el
juego de la espera.
Muchas decepciones tuvo que llevarse el caldea lagrimas, hasta descubrir que nadie sufre en su vida
contratiempos suficientes como para quedar satisfecho. Probó entonces con muchas cosas, probó
incluso con alegrías. Más todo el que tenga cierta experiencia en estas cosas, sabe que con lágrimas
de felicidad no se va muy lejos. Pues aunque inunden los ojos – cosa que a veces sucede – no llegan
propiamente a fluir, y en cuanto a la duración de sus efectos, es asunto de lo más lamentable. La
rabia o la ira apenas son más eficaces. Hay un sólo móvil que actúa indefectiblemente: las pérdidas,
de preferencia las irreparables frente a las de cualquier otro tipo, sobre todo cuando afectan a
quienes no las merecen.
El Caldealágrimas tiene en su haber un largo aprendizaje, pero ahora es un maestro. Lo que no se le
otorga, lo busca él mismo en otros. Si le son totalmente indiferentes – extraños, lejanos, bellos,
inocentes, grandes-, su efectividad aumenta hasta hacerse inagotable. Él, sin embargo, no sale
perjudicado y regresa tranquilamente del cine a su casa. Todo vuelve a ser como antes, nada lo
preocupa y el mañana no consigue inquietarlo.
5. AVARICIA Y DESAPEGO PATOLÓGICO
El Pensador, El Sabio/ La Sabia, El Artífice de Ideas, El Observador, El Filósofo.
Los cinco desarrollaron de niños el dominio intelectual como defensa de las intromisiones de los demás.
Levantaron un muro para defenderse de los embates de las exigencias de los padres o como reacción a
la falta de apoyo. Sus padres son personas que pudieron ser sobre protectores o simplemente nunca
fueron satisfechas las necesidades de espacio o de atención. Los Cinco tienen un sentimiento de
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angustia y de pérdida semejante a la del Cuatro, pero optaron por apartarse de estos sentimientos.
Eligieron un planteamiento minimalista: arreglárselas con muy poco, no confiar en la gente y no desear
muchas cosas. Los Cinco son contra dependientes. Ocultan sus sentimientos, incluso consigo mismo.
La actitud de la avaricia es contenerse y dominarse. La codicia de la avaricia se manifiesta sólo mediante la

retención. Se maneja una avaricia temerosa que tiene de fondo la fantasía de que dejar escapar algo
causaría un catastrófico quedarse sin nada, un impulso de atesoramiento, de cosas, de saber, de sí mismo.
Así, la retención constituye la mitad de la psicología del Eneatipo V, la otra mitad es abandonar con
demasiada facilidad. Debido a una excesiva renuncia al amor y a las personas, hay un aferramiento a sí
mismo compensatorio, que puede o no manifestarse en un aferramiento a las posesiones, pero que
constituye más un apegarse a la propia vida interior, así como una economía de esfuerzos y recursos.
Este carácter corresponde en el DSM-IV-TR a la Personalidad Esquizoide, en la que se acentúa el
alejamiento de las relaciones interpersonales y una gama restringida de expresión emocional y afectiva.
Igualmente, en la clasificación de Bioenergética, corresponde más con la estructura Esquizoide.
Retención
Implica un aferramiento al contenido presente de la mente, como si se quisiera elaborar o extraer hasta la
última gota de significado. Esta una forma sutil de rigidez que lo limita en el contacto con el medio, con los
otros. A nivel interpersonal el aferramiento supone una preferencia por la autosuficiencia antes que vincularse
con otro. Ello, a su vez, implica una consideración pesimista tanto de las perspectivas de recibir cuidado y
protección como de ser capaz de pedir o tomar lo que se necesita.
No dar
No se dan en las relaciones. El no-compromiso expresa la necesidad de los individuos del eneatipo V de
permanecer completamente libres, sin límites, sin impedimentos, en posesión de la totalidad de ellos mismos.
Desapego Patológico
Distanciamiento, soledad, aislamiento, llegando a una indiferencia emocional y represión de la necesidad de
relacionarse. El abandono de las relaciones está en interdependencia con la inhibición de las necesidades, ya
que difícilmente sería compatible el abandono de las relaciones con la necesidad de éstas y, por lo tanto,
dicho abandono implica ya una renuncia o minimización de las necesidades.
Miedo a ser engullido

El miedo y la evitación de ser «tragado por los demás» puede expresar un miedo a una potencial
dependencia. La gran sensibilidad a la intromisión va ligada a una hiperdocilidad por la cual el individuo, en
presencia de los demás, interfiere demasiado fácilmente en su propia espontaneidad, en sus preferencias y
en su actuar de modo coherente con sus necesidades.
Autonomía
La gran necesidad de autonomía es un resultado comprensible del abandono de la relaciones. E individuo
necesita ser capaz de seguir adelante sin ayudas externas. Estrechamente ligada a su autonomía -e incluso
un rasgo en sí misma- es la idealización de la autonomía, que refuerza la represión de los deseos
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Insensibilidad Emocional
La insensibilidad emocional está relacionada con la pérdida de conciencia de los sentimientos e incluso con
una interferencia en la generación del sentimiento, que resulta de la evitación de la expresión y la acción. No
atiende necesidades de placer: el placer amenaza.
Aplazamiento de la acción
Cuando el impulso de relacionarse es bajo, el impulso de hacer queda concomitantemente reducido. Alguien
que desea mantener escondidas sus intenciones (como típicamente hace el avaricioso) inhibirá su actividad y
desarrollará, en lugar de un movimiento y una iniciativa espontáneos, una excesiva reserva. El riesgo
característico del aplazamiento puede considerarse como un híbrido entre el negativismo y la evitación de la
acción.
Orientación al conocimiento
El Cinco es un eneatipo intelectual, que sustituye el vivir por el leer y entender. Un aspecto de su
intelectualismo es la preparación para la vida, una preparación intensa hasta el punto de que el individuo
nunca se siente lo suficientemente preparado. Los individuos del eneatipo V tienden a la actividad de
clasificar y organizar, y no sólo muestran una fuerte atracción por el proceso de ordenar la experiencia, sino
que tienden a perderse en abstracciones, evitando al mismo tiempo la concreción.
Sentimiento de vacío
Sentimientos de esterilidad, sequedad y falta de sentido como resultado del empobrecimiento del objetivo de
su vida, relaciones, sentimientos y acciones.
Culpa
La culpa se manifiesta en una vaga sensación de inferioridad, en una vulnerabilidad a la intimidación, en un
sentimiento de inadecuación y timidez, y, más típicamente, en la característica ocultación de la persona.
Aunque puede entenderse la culpa a la luz del fuerte superego del eneatipo V, también se la puede ver como
una consecuencia de la implícita decisión temprana de apartarse del amor (como respuesta a la falta de amor
del mundo exterior).
Fuerte Superego
Exigencia de perfección más interna que externa. Identificación con el «perro de abajo» interior.
Negativismo
Contravenir las exigencias percibidas en sí mismo y en los demás. Rebeldía interna. Una manifestación de
tal negativismo es que cualquier cosa que el individuo se proponga hacer, sobre la base de un deseo verda-
dero, se convertirá probablemente, una vez sea un proyecto explícito, en una «obligación» que produzca una
pérdida de motivación mediante una rebeldía interna.
Hipersensibilidad
Implica una sensación de debilidad, vulnerabilidad y también de sensibilidad en el trato con el mundo.
Insensibilidad como una defensa contra la hipersensibilidad. La propia hipersensibilidad constituye un factor
en la decisión del individuo de evitar el dolor de las relaciones frustrantes mediante la elección del aislamiento
y la autonomía.
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Aislamiento: El característico desapego tanto de la gente como del mundo, y de las propias experiencias
(incluyendo el propio cuerpo) ocurre por la evitación y represión de los sentimientos y corresponde también a
una evitación de la situación en que normalmente surgen éstos: una interrupción del curso de la vida al ser-
vicio de la evitación del sentimiento.
Escisión del Yo: Pensamientos, roles, actitudes coexisten en la psique sin conciencia de contradicción.
LA FINOLORA
La Finolora teme a los olores y los rehuye. Abre las puertas con cautela y vacila antes de cruzar un
umbral. Gira a medias, se detiene un momento para oler con una de sus fosas nasales y reserva la
otra. Estira un dedo hacia el espacio desconocido y se lo lleva a la nariz. Luego obstruye con él una
fosa nasal y olisquea con la otra. Si no sufre un desvanecimiento inmediato, espera otro poco.
Después avanza de costado, introduciendo un pie por el umbral y dejando el otro afuera. Ya le
falta poco y hasta podría atreverse, pero aún hay tiempo de una última prueba. Se pone de
puntillas y vuelve a olfatear. Si el olor no se altera pierde el temor a las sorpresas y arriesga también
la otra pierna. Ya esta adentro. La puerta por la que podría salvarse queda abierta de par en par.
La Finolora produce una impresión de aislamiento; donde quiera que esté, anda envuelta en una
capa de cautela; otros cuidan de su indumentaria al sentarse, ella, de su capa aisladora. Teme a las
frases violentas que podrían perforarla, se dirige a la gente en voz baja y espera respuestas
igualmente suaves. No sale al encuentro de nadie, desde la distancia que mantiene sigue los
movimientos ajenos: es como si, separada de los demás, fuese a bailar eternamente con ellos. La
distancia permanece idéntica, sabe eludir toda proximidad e incluso cualquier contacto.
Mientras dura el invierno, la Finolora se siente muy a gusto al aire libre. Con inquietud ve
acercarse, en cambio, la primavera. Todo empieza a florecer y a perfumar, y ella sufre de torturas
insoportables. Por prudencia evita ciertos arbustos; sigue sus propios e intrincados caminos.
Cuando ve a lo lejos como un insensible mete la nariz entre las lilas, comienza a sentirse mal. Para
su desgracia, es atractiva y suelen perseguirlas con rosas, de las que sólo se salva sufriendo breves
vahídos. Esto se considera exagerado y mientras ella sueña con agua destilada, sus admiradores
juntan sus malolientes cabezas y deliberan sobre qué perfumes de flores podrían atraerla.
La Finolora pasa por distinguida porque evita cualquier contacto. Ya no sabe qué hacer con las
propuestas de matrimonio. A amenazado incluso con ahorcarse. Pero no lo hace, no soportaría la
idea de tener que oler eventualmente al salvador que la descuelgue.
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6. COBARDIA Y ACUSACIÓN
El Escéptico Fiel, El Abogado del Diablo, El Verdadero Creyente, El perseguidor perseguido.
Cuando eran jóvenes, los Seis atravesaron por una crisis de fe con la autoridad, por falta o dominancia de
ésta. Es posible que los padres o una figura de autoridad incompetente o poco de fiar no cumplieran unas
promesas importantes. Los Seis cargan con abusos de confianza, secretos de familia, intrigas y
confabulaciones que producían vértigo emocional. El Seis tiene miedo, pues tenía que valerse por sí
mismo; ante unas emociones y unas preocupaciones tan fuertes, el joven Seis no era capaz de pensar
con claridad.
El miedo es la pasión dominante en este carácter, sin embargo, este estado emocional no se manifiesta
necesariamente en la conducta. Más característica que el miedo y la cobardía es la presencia de la ansiedad,
ese derivado del miedo que puede caracterizarse como miedo sin la percepción de peligro externo o interno.
El equivalente cognitivo del miedo puede encontrarse en una actitud de auto-invalidación, auto-oposición y
auto-inculpación, un convertirse en enemigo de sí mismo (es mejor oponerse a uno mismo primero que a una
posible oposición exterior).
La definición del carácter paranoide («una desconfianza y sospecha excesiva hacia los demás») que ofrece el
DSM-IV-TR es menos amplia que la del eneatipo VI, que comporta tres variedades diferentes de pensamiento
paranoide, según la manera de arreglárselas con la ansiedad. Hay un paranoide belicoso, fuerte y fanático,
que se defiende de la duda y la inseguridad contrafóbicamente, es decir, reacciona y lucha vehementemente
contra aquello que lo atemoriza. El carácter fóbico del psicoanálisis, que se reconoce en las personalidades
evasiva y dependiente del DSM-IV-TR, es otra variedad del eneatipo VI (este es un tipo de personalidad
paranoide débil –externamente cobarde- y fría -busca calor-). Por último, el tercer estilo, predominantemente
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y autoritario, es comúnmente diagnosticado como trastorno mixto de personalidad, entre el paranoide y el
obsesivo.
Miedo, Cobardía y Ansiedad

La ansiedad puede asimilarse a un miedo congelado o una alarma congelada ante un peligro que ha dejado
de amenazar (aunque continua siendo imaginado). El miedo puede también manifestarse explícitamente en:
miedo al cambio, miedo a cometer errores, miedo a lo desconocido, miedo a soltarse. Otros reflejos del miedo
serían la inseguridad, la duda, la indecisión y paralización de este carácter.
Hiperintencionalidad supervigilante
Actitud suspicaz y excesivamente cauta. Además de constituir un estado de excitación crónica al servicio de
interpretar la realidad (potencialmente peligrosa), propende a una excesiva deliberación sobre lo que, para
otros, sería una cuestión de elección espontánea.
Orientación teórica
El miedo vuelve al cobarde incapaz de estar seguro para actuar, de modo que nunca tiene la suficiente
certeza y siempre quiere conocer mejor. Es un eneatipo devoto de la razón para resolver y crear sus
problemas. En su hipervigilancia, su carácter paranoide está al acecho de problemas; es un «detector de
averías» en relación consigo mismo y tiene dificultades para aceptarse sin problemas.
Amistad congraciadora
Calidez como forma de congraciarse y la amistad como búsqueda compulsiva de protección. Buscar y dar
calor.
Rigidez
Obediencia y temor a la ley y autoridad. Miedo a cometer errores; controlados, correctos, puntuales y
responsables. El temor a la autoridad y el miedo a cometer errores hacen que necesiten directrices bien
definidas sobre lo que es correcto e incorrecto, por lo que son muy intolerantes con la ambigüedad.
Belicosidad
Competencia con la autoridad para luego utilizar la posición de autoridad para sentirse seguro y obtener lo
que desea. Crítica, escepticismo. En la medida en que exista una usurpación competitiva, habrá culpa, temor
a las represalias y una perpetuación de la inseguridad paranoide.
Orientación hacia autoridad e ideales

Vive en un mundo jerárquico, en el que muestra agresión hacia quienes están debajo y sumisión hacia los
que están por encima. Odia y ama a la vez, conscientemente, a la autoridad (siendo, a pesar de su ansiedad
frente a la ambigüedad, el más explícitamente ambivalente de todos los eneatipos). El eneatipo VI muestra,
más que ningún otro, una idealización de las figuras de autoridad. Su devoción por estas figuras y por los
ideales lo convierte en un idealista o un fanático.
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Acusación de sí mismo y de los demás

Auto-culpa y auto-oposición que se manifiestan en una actitud defensiva de auto-justificación e inseguridad.
El mecanismo de producción de la culpa va acompañado de un notable mecanismo de exculpación a través
de la proyección y la creación de enemigos exteriores.
Duda y ambivalencia: Duda de sí mismo y de los demás. Vive en ambivalencia intelectual y emocional. Duda
de sí mismo y duda de su duda; recela de los demás, pero teme poder estar equivocado. El resultado de esta
doble perspectiva es una incertidumbre crónica para escoger un curso de acción y la consiguiente ansiedad,
necesidad de apoyo y guía, etc.
Proyección: Atribuye a otros motivos, sentimientos o pensamientos no reconocidos. La proyección también

pretende la evitación de la excesiva culpa, que está relacionada con el mecanismo de defensa de la
identificación con el agresor que también tiene este carácter.
Externalización: Transfiriendo un hecho intrapersonal a una relación interpersonal.
Inhibición: Por temor a sus sentimientos y cuerpo.
EL TIENTAHEROES
El Tientahéroes merodea en torno a los monumentos y tira de sus pantalones a los héroes. Sean de
piedra o de bronce, en sus manos cobran vida. Muchos se alzan en zonas transitadas y es mejor
dejarlos. Pero los de los parques le vienen de maravilla. Merodea un rato alrededor o acecha entre
los arbustos. Cuando el último visitante ha desaparecido, salta de su escondite, trepa con habilidad
hasta el pedestal y se instala junto al héroe. Se queda inmóvil un instante y cobra ánimos. Es muy
respetuoso y no actúa de inmediato. Piensa también por dónde le sería más cómodo. No basta con
poner la mano en una curva, hay que tener algo entre los dedos, de lo contrario no podría tirar:
necesita algún pliegue. Cuando agarra alguno no lo suelta en mucho rato. Es como si lo tuviera
entre los dientes. Siente cómo la grandeza va invadiéndolo y se estremece. Ahí descubre su
verdadero ser y sus múltiples capacidades. Ahí vuelve a proponérselo todo, tira firmemente y
pronto rebosa de energía; se pondrá en acción mañana.
El Tientahéroes no sigue trepando, sería indecoroso. Podría subirse hasta el hombro de piedra y
susurrar algo al oído del héroe. Podría tirarle de la oreja y reprocharle muchas cosas. Pero eso sería
el colmo de la infamia. Se conforma con el modesto lugar que le corresponde y no suelta los
pliegues del pantalón. Pero si persevera, si no desperdicia ni una noche, tira y tira cada vez con
mayor fuerza, llegará el día, un día luminoso, en el que se suba de un poderoso salto y, con sorna y
ante todo el mundo, le escupa al héroe en la cara.
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7. GULA E INDULGENCIA
El Imaginario, El Planificador, El Epicúreo, El Optimista.
Los Siete hablan siempre de su infancia feliz, pero poco a poco que se escarbaba por debajo de la
superficie se descubre que fue en realidad una infancia problemática y dolorosa. En general, llegó un
punto de la infancia de los Siete (divorcio de los padres o el niño quedo abandonado, paso de mano en
mano entre sus parientes o simplemente no le hacían caso) en que el niño se dio cuenta que el mundo
era doloroso y temible. En aquel instante, los Siete se limitaron a negar que aquello pudiera ser así, le
dieron la espalda y siguieron jugando.
Se entiende la gula en un sentido más amplio como una pasión por el placer. El fondo de la búsqueda de
placer está en la búsqueda de amor. También esta implícita la necesidad de querer siempre más pero no de
lo mismo. Una búsqueda de lo diferente, la variedad, la aventura. El glotón se acerca al mundo mediante la
palabra y manipula mediante el intelecto. También es un soñador y ofrece los sueños como realidades.
En el lenguaje del DSM-IV-TR, el síndrome del eneatipo VII recibe el nombre de personalidad narcisita (que
implica un comportamiento social con cualidades de calma y seguridad en sí mismo). En la clasificación
Bioenergética de Lowen, estaría más relacionado con la estructura oral-receptivo.
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Gula
Insaciabilidad escondida tras un entusiasmo que parece compensar la frustración y, al mismo tiempo, la
mantiene inconsciente. Van a lo extraordinario en cualquier área (comida, geografía, cultura).
Permisividad hedonista
Tendencia al placer, evitación del sufrimiento y auto-indulgencia. Muy relacionado con la autoindulgencia está
el rasgo de ser un «consentido», normalmente usado en referencia a una actitud de tener derecho a la
gratificación. En algunos casos, podemos hablar de un «estar bien cósmico», en el que el contento del
individuo se mantiene por una visión del mundo en la que no existen el bien y el mal, no hay culpa, ni
deberes, ni necesidad de esforzarse, porque basta con disfrutar.
Rebeldía
Hacia lo convencional, hacia las autoridades (aunque haciendo un trato igualitario). El glotón ha «aprendido»
pronto en la vida que no hay ninguna autoridad buena, pero adopta hacia la autoridad una actitud más
diplomática que de oposición. Ni se toma la autoridad demasiado en serio (pues esto iría en contra de su
permisividad, falta de culpa y superioridad) ni se presenta ante los demás como una autoridad, a no ser de
una forma velada (buscando impresionar con falsa modestia).
Falta de disciplina
Inestabilidad, falta de compromiso e incapacidad para aplazar el placer.
Satisfacción imaginaria del deseo

Son futuristas y toda la emoción la desplazan a sus sueños. A través de una identificación con los planes e
ideales, el individuo parece vivir imaginariamente en ellos, más que en la realidad de aquí abajo en la Tierra.
Complacencia seductora
El eneatipo VII es eminentemente seductor y tiene una tendencia a complacer, tanto siendo solícito como por
una alegría feliz y libre de problemas. Seduce con el placer e intelectualmente. La propensión feliz del
eneatipo VII se mantiene a expensas de la represión y evitación del dolor, y origina un empobrecimiento de la
experiencia
Narcisismo
Son exhibicionistas, sabelotodos, bien informados, buscan ser superiores intelectualmente o en otra área
(superioridad tapada con una no-arrogancia e igualdad). A veces se manifiesta como una compulsión a
explicar cosas.
Persuasión
Racionalizador y explicador que sugestiona. La persuasión descansa en la creencia de su propia sabiduría,
superioridad, respetabilidad y bondad de intenciones.
Fraudulencia
Ofrece una máscara que esconde la ansiedad, una suavidad que esconde la agresión, una generosidad que
esconde la explotación. Falso conocimiento y confusión entre el mapa verbal y el territorio real.
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Racionalización: Invención de una razón para una acción que tiene un motivo no reconocido. Justifica
muchas de sus acciones.
Idealización: De sí mismo y del mundo, negando la realidad y la culpa.
Sublimación: Satisface sus impulsos orientándose hacia la fantasía.
Represión: De la culpa, del dolor, del malestar.
EL LENGUIPRONTO
El Lenguipronto habla sobre patines y adelanta a los peatones. Las palabras se le desprenden de la
boca como avellanas vacías. Son livianas porque están huecas, pero hay muchísimas así. De mil
vacías sale una con fruto, aunque por casualidad. El Lenguipronto no dice nada que haya meditado
previamente, lo dice antes. No es su corazón lo que rebota, sino la punta de su lengua. Tampoco
importa lo que diga, siempre y cuando se lance a hablar. Con un parpadeo señala el discurso que
sigue, que aún no ha terminado, luego vuelve a parpadear y sigue parpadeando hasta que el otro
abandona toda esperanza y lo escucha.
El Lenguipronto no se toma la molestia de sentarse, es un proceso muy lento, prefiere lanzarse a las
pistas de patinaje donde todo es liso y brillante y otros como él lo admiran al pasar. Evita la
oscuridad. Devora el periódico. Lo lee como si él mismo lo estuviese hablando, tan rápido que al
punto son ya sus palabras las que fluyen vertiginosamente de su boca e informan sobre ayer y
pasado mañana. Sabe jugar con el tiempo, mientras otros lo arrastran como una carga, él lo deja
atrás y se le adelanta y nunca toma aliento para recuperarse. Por eso tampoco importa qué
periódicos lee, elige uno de cada montón, ninguno es viejo, siempre que sea distinto y todos lo
titulares puedan intercambiarse fácilmente.
El Lenguipronto no ha sufrido nunca un cambio, porque nada en él permanece. De la gente y la
ropa se desprende al instante: va mudando de ropa sin percatarse del todo, y en cuanto a la gente,
todos tienen nombres que se repiten. Cuando el nombre resulta imprescindible, suelta uno al azar y
vuelve a parpadear con nada más decirlo, la gente cree que es una broma y nadie le hace preguntas.
Allegados para practicar no le faltan al Lenguipronto. Son para él ni más ni menos que cualquiera,
aunque ya le fastidia que no sean del todo nuevos. Preferiría poder canjearlos por otros, y a éstos
también y así sucesivamente, pues dan excesiva importancia al hecho de conocerlo a uno y abusan
con facilidad de cualquier momento para abrir la boca y decir algo.
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8. LUJURIA Y CASTIGO
Jefe, Líder, Potentado, El Amo, El Campeón
Característicamente, los Ocho recuerdan una infancia de lucha contra la injusticia o contra grandes
dificultades en la que tuvieron que valerse por sus propios medios. Puede que el Ocho sufriera violencia o
maltratos físicos o psicológicos. El mensaje del Ocho esta entre luchar o morir y él decidió luchar. El Ocho
tomó la resolución de que si quería sobrevivir debía dejar de ser impotente y víctima y hacerse potente y
tomar el mando, hacerse valer y hacer valer su postura, y que ser débiles o sensibles nos puede acarrear
problemas.
Es la pasión por el exceso, una pasión que busca la intensidad, no sólo a través del sexo, sino en todo tipo de
estímulos: la actividad, la ansiedad, la alta velocidad, el gusto por la música fuerte, etc. La lujuria está ubicada
en el Eneagrama junto al vértice superior del triángulo interior, lo que indica su afinidad con la indolencia, con
una disposición sensomotora y con el predominio de un oscurecimiento cognitivo o “ignorancia” sobre la
“aversión” y el “ansia”.
Puede entenderse el aspecto indolente del lujurioso como un sentimiento de “no estar vivo excepto por sobre-
estimulación”, también como una concomitante evitación de la interioridad. De acuerdo a la clasificación del
DSM-IV-TR corresponde a la personalidad antisocial, que se caracteriza por la recurrente inobservancia y
violación de los derechos de los demás. Corresponde también al carácter fálico-narcisista de Reich.
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Lujuria
Así como la ira puede considerarse como la más escondida de las pasiones, la lujuria es probablemente la
más visible, porque aunque el eneatipo lujurioso está apasionadamente a favor de su lujuria y de la lujuria en
general como forma de vida, el propio apasionamiento con el que adopta esta postura denuncia una actitud
defensiva, como si necesitara demostrarse a sí mismo y al mundo que lo que todos llaman malo, en realidad
no lo es.
La disponibilidad sensomotora puede considerarse como la base natural en la que se apoya la lujuria
propiamente dicha. Otros rasgos como el hedonismo, la tendencia al aburrimiento cuando no hay estímulo
suficiente, el ansia de excitación, la impaciencia y la impulsividad, pertenecen al ámbito de la lujuria
propiamente dicha. No sólo hay placer en la lujuria, también hay placer en reafirmar la satisfacción de los
impulsos, placer por lo prohibido y, particularmente, placer de luchar por el placer.
Actitud castigadora
La venganza que está más presente en el eneatipo VIII es una venganza a largo plazo, en la que el individuo
se toma la justicia por su mano en respuesta al dolor, la humillación y la impotencia que sintió en su primera
infancia. Es como si quisiera cambiar los papeles en el mundo y, después de haber sufrido frustración o
humillación para placer de otros, hubiera determinado que ahora es su turno de obtener placer, aunque eso
conlleve dolor para otros.
El fenómeno sádico de disfrutar con la frustración o humillación de los demás puede considerarse como una
transformación de tener que vivir con la de uno mismo, igual que la excitación de la ansiedad, los gustos
fuertes y las experiencias recias representan una transformación del dolor en el proceso de endurecerse ante
la vida.
Rebeldía
Normalmente, puede buscarse el origen de la rebeldía generalizada contra la autoridad en una rebeldía frente
al padre, que es el portador de la autoridad en la familia. Con frecuencia, los individuos de carácter vengativo
han aprendido a no esperar nada bueno de sus padres e, implícitamente, han llegado a considerar el poder
paterno como ilegítimo.
Dominación
La dominación y la hostilidad están al servicio de la venganza, como si el individuo hubiera decidido en los
primeros años de su vida que no vale la pena ser débil, adaptable o seductor, y se ha orientado hacia el poder
en un intento de tomarse la justicia por la mano.
Insensibilidad
Existen rasgos de rudeza, manifiesta en descriptores tales como “confrontación”, “intimidación”,
“implacabilidad” y “encallecimiento”. Estas características son una clara consecuencia de un estilo de vida
agresivo, no compatibles con el miedo o la debilidad, el sentimiento o la pena.
Embaucamiento y cinismo
La actitud cínica hacia la vida de la personalidad explotadora se pone de manifiesto en los rasgos de
escepticismo, tendencia a considerar siempre la virtud como hipócrita, desconfianza de los motivos de los
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demás, etc. Con relación al embaucamiento y a la astucia, hay que destacar que el eneatipo VIII es más
descaradamente engañador que el eneatipo VII y es fácil verlo como estafador, el típico “vendedor de autos
usados” que sabe regatear asertivamente.
Exhibicionismo (narcisismo)
Su seducción, fanfarronería y demandas arrogantes son conscientemente manipuladoras, constituyen un
engranaje dispuesto para ganar influencia y altura en la jerarquía de poder y dominio. También constituyen
una compensación de la explotación y la insensibilidad, una manera de ganarse a los demás o de hacerse
aceptables a pesar de sus rasgos de irresponsabilidad, violencia, invasión, etc.
Autonomía
Junto con la característica autonomía del eneatipo VIII, está la idealización de la autonomía, un
correspondiente rechazo de la dependencia y de los esfuerzos pasivo-orales. El rechazo de estos rasgos
pasivos es tan notable que Reich afirmó que el carácter fálico-narcisista constituye precisamente una defensa
contra ellos.
Predominio sensomotor
Existe un predominio de la acción sobre el intelecto y el sentimiento, porque éste es el más sensomotor de los
caracteres. Existe la consecuencia de no tener nada real que no sea tangible y estímulo inmediato para los
sentidos.
Para compensar los sentimientos de culpa, vergüenza y falta de valor que evoca su desconsideración hacia
los otros, el individuo ha puesto en marcha un proceso de negación de la culpa y de represión del superego,
más allá del ello (id).
A un nivel psicológico, la insensibilidad al malestar psicológico de los individuos sádicos y de mente tosca
supone una relativa insensibilidad a la vergüenza y explica una aparente falta de culpa. Esta insensibilidad
está detrás de la típica atracción de los lujuriosos por la ansiedad y el riesgo, que no es evitada sino
“sádicamente”, transformada en un estímulo, en una fuente de excitación (un acto de sadismo contra sí
mismo). A esta característica de elevación del umbral del dolor, que puede ser entendida como la base tanto
de un embellecimiento como de un desistir de las expectativas de amor de los demás y un volverse contra los
valores de la sociedad, podemos llamarla desensibilización.
LA GRANITICA
La Granítica no cree en evasivas, hasta los asesinos intentan justificarse y hablan tanto que la gente
olvida que hay un cadáver de por medio. Si éste pudiera hablar, todo se vería bajo otra luz; no es
que ella se apiade de las víctimas, pues cómo puede un hombre dejarse asesinar. Pero por otro lado
es bueno que haya crímenes para que los asesinos reciban su castigo.
Como plegaria nocturna, la Granítica hace repetir a sus hijos: “¡Primero son mis dientes que mis
parientes!” cuando discuten, los incita hasta que arreglan su discusión por la violencia. Lo que más le
gusta es verlos boxear; poco le interesan los deportes inofensivos. Claro está que no se opone a que
los chicos naden, pero más importante es que practiquen el boxeo. Deberán ser ricos y saber ganar
millones. Ninguna piedad para con los necios que se dejan engañar. Hay dos tipos de hombres:
embaucadores y embaucados, débiles y fuertes. Los fuertes son como el granito, nadie les sacará
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nada por más que los exprima. Lo mejor es no dar nunca nada. La Granítica habría hecho dinero
pero tuvo hijos. A ellos les toca hacerlo ahora. El trabajo embrutece, les dice diariamente. Quien
tiene vista hace trabajar a los demás. La Granítica duerme bien, pues sabe que no da nada.
Su puerta está siempre cerrada. No hay hombre que atraviese su umbral. Le endilgan hijos a una y
después se olvidan de pagar. Tampoco son muy hábiles, pues no andarían probando todo el tiempo
si viniera un verdadero triunfador, lo reconocería. Pero esos nunca vienen porque no tienen
tiempo. Sólo se presentan los gandules.
La Granítica no ha llorado nunca. Cuando atropellaron a su marido se indignó mucho con él. Por
eso le guarda rencor desde hace ocho años y cuando los niños preguntan por él les dice: “papá era
un idiota, solo un idiota se deja atropellar”. La Granítica no se considera viuda. Su marido, que era
un perfecto idiota, no cuenta para ella, por eso no es viuda. En general, los hombres no sirven para
nada. Son compasivos y se dejan tomar el pelo. Ella no suelta nada, nadie le saca nada, podría
darles una lección a los hombres.
La Granítica no ama la lectura, pero tiene proverbios inflexibles. Cuando le dicen algo duro lo
registra al instante y lo incluye entre sus proverbios inflexibles.
9. OLVIDO Y PEREZA
El Mediador, el Pacificador, el Conciliador
Los Nueve aprendieron de niños a reprimir sus propios anhelos con el fin de evitar los conflictos y de
mantenerse conectados con las personas que les importaban. También aprendieron a mantenerse
conectados con los demás aparentando asentir, simpatizando con todas las partes de una cuestión y con
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todos los bandos de una discusión, y reprimiendo sus propias necesidades, sus puntos de vista, sus
deseos y su voluntad. Algunos Nueve tenían padres enfrentados y ellos estaban desgarrados entre los
dos. Otros provienen de familias numerosas en donde manifestar los deseos personales era imposible.
Algunos tenían una figura de autoridad muy entrometida u obstinada que no los tenía en cuenta.
Hace referencia a una pereza de la psique y del espíritu, más que a una tendencia a la inacción. Es alguien
que no ha aprendido a amarse a sí mismo como una consecuencia de la falta de amor, sino alguien que
olvida su frustración amorosa por medio de una especie de “paquidermismo” psicológico, una sobre-
simplificación, una amputación psicológica que hace de éste el menos sensible y el más estoico de los
caracteres.
La estrategia del Nueve fue llevar la corriente para aguantar. Aprendieron a amortiguar todo sentimiento
extremo, muy especialmente el del deseo. En virtud de este amortiguamiento en los sentimientos, el Nueve
adulto dan la impresión de tranquilidad, de estar en paz consigo mismo, incluso de estar desarrollado
espiritualmente. Parece que todo lo toma en calma, pero en realidad han renunciado a sus estados altos y
bajos de ánimo como consecuencia de este compromiso falso con el mundo. “Acéptame”, dice el nueve, “y yo
renunciaré a mi ira, a mis sentimientos fuertes, a mis planes propios, a mi ser”. Pero este sentimiento sólo se
puede reprimir por un tiempo.
En la clasificación del DSM-IV-TR corresponde a la personalidad dependiente, cuyo rasgo principal es una
excesiva necesidad de ser cuidado, lo que determina un comportamiento sumiso y temeroso de la
separación. En la Bioenergética está relacionado con el carácter masoquista y también con rasgos del oral.
Inercia psicológica (acedia)

Se caracteriza por la escasez de experiencias interiores. Una expresión intelectual de la pérdida de
interioridad como defensa, es la falta de sutileza y de imaginación; una consecuencia emocional, el
amortecimiento de los sentimientos, que puede ser aparente u oculta. El no querer ver, el no querer estar en
contacto con la propia experiencia, es algo semejante a la pereza cognitiva, un eclipse del experimentador o
testigo interior de la persona.
Sobre-adaptación
El individuo del eneatipo IX es alguien que no sólo acaba siempre “cargándose el muerto”, sino que es una
persona fiable y generosa, siempre dispuesta a llevar una carga pesada sobre sus hombros. El sobre-
adaptado pospone su propio bien y la satisfacción de sus necesidades, en una condescendencia excesiva
hacia las demandas y necesidades de los demás.
Resignación
Es una renuncia a sí mismo, una abdicación de sí mismo y de la vida. Es como si el individuo adoptara una
estrategia de jugar a estar muerto para permanecer vivo.
Generosidad
Con una orientación predominante hacia la adaptación, además de una general “naturaleza bondadosa”,
“amabilidad”, “solicitud”, “indulgencia” y, sobre todo, “abnegación”, pueden relacionarse la “cordialidad” del
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eneatipo IX, la amistosa sociabilidad y la extrovertida jovialidad del “ciclotímico”. En su relación con los
demás, suele ser un buen oyente, dispuesto a ayudar, comprensivo y confortador, quizá compasivo.
Mediocridad
Es probable que su concepto de sí mismos sea pobre; su interés por sobresalir y brillar es también bajo y
puede que descuiden su aspecto personal. El sentido de la propia valía, así como el sentido de la existencia
del eneatipo IX se satisfacen no mediante el aplauso, sino más bien mediante una participación sustitutiva, un
vivir a través de los demás. Podríamos hablar de interioridad mediante participación, sea en lo sentimental, lo
familiar o en grupos mayores.
Propensión a hábitos robóticos

Tienden a la costumbre y la regularidad. Están excesivamente preocupados por la preservación de su
equilibrio. Como resultado, tienden a ser conservadores y tradicionalistas hasta el punto de la rigidez. Por
supuesto, se puede considerar la robotización como una consecuencia de la pérdida de interioridad, de la
alienación de sí mismos.
Distracción
La naturaleza de su problema de atención parece ser una dificultad de concentración que hace que la
conciencia escape desde el centro del campo de la experiencia hacia su periferia. De todas formas, esta
distracción de la atención está apoyada por la búsqueda deliberada de distracciones por parte del individuo,
como si éste se viera impulsado por el deseo de no experimentar o no ver. La televisión, los periódicos, la
costura, los crucigramas, los puzzles y la actividad en general, además del dormir sirven al propósito de la
narcotización o del “entumecimiento”.
Un mecanismo predominante es el de “narcotización”, que denota una perdida de conciencia, un “quedarse

dormido” mediante una inmersión en el trabajo o en estímulos como la televisión o el leer los periódicos.
La auto-distracción descrita por Polster (terapeuta guestáltico) como “deflexión” como un mecanismo
neurótico utilizado para apartarse del contacto directo con otra persona. El contacto puede ser deflectado
tanto por la persona que inicia la interacción como por el interlocutor.
Otro mecanismo psicológico destacado en el eneatipo IX es el que Kaiser (psicólogo) planteó como la “raíz de
todas las distorsiones emocionales” y que se repite en la noción de terapia gestáltica de “confluencia” donde
se perturban los límites y constituye un mecanismo de defensa en el sentido de rechazar en la conciencia el
hecho del propio aislamiento, soledad y la individualidad.
EL CIEGO
El ciego no es ciego de nacimiento, aunque poco le costó llegar a serlo. Tiene una cámara, la lleva a
todas partes y se complace en mantener los ojos cerrados. Es como en los sueños, aún no ha visto
nada y ya está fotografiándolo; pues luego, cuándo tiene todas las fotos juntas, repartidas por igual
en grandes y pequeñas, con epígrafe y número, siempre rectangulares, ordenadas, recortadas,
cotejadas y expuestas, luego puede verlas mejor, de todas formas.
El ciego se ahorra el esfuerzo de haber visto algo antes. Reúne lo que habría podido ver, lo
amontona y disfruta como si fueran sellos de correo. Por mora de su cámara recorre el ancho del
mundo; nada es lo suficientemente brillante, lejano o extraño: él lo capta para la cámara. Dice: allí
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he estado y lo señala, si no pudiera señalarlo no sabría dónde estuvo; el mundo es rico, caótico y
exótico, ¿Quién podría recordarlo todo?
El ciego no cree en nada que no haya sido fotografiado. Por más que la gente hable, presuma y
rumoree, su lema es: ¡a ver esas fotos! Así sabe uno lo que en realidad ha visto, lo sostiene en la
mano, puede poner el dedo encima y hasta abrir con toda calma los ojos en vez de prodigarlos
previamente sin ningún sentido. Todo en la vida tiene su momento, excesos son excesos,
reservemos la vista para las fotos.
Al ciego le gusta proyectar sus fotografías ampliadas en la pared y agasajar de ese modo a sus
amigos. Dos o tres horas suelen durar esas fiestas: silencio, luces, alusiones, indicaciones, consejos,
humor. ¡Que júbilo cuando pone alguna al revés!, ¡que entereza cuando advierte que otra ha sido
proyectada dos veces! Imposible expresar lo bien que uno se siente si las fotos son grandes y la
proyección se prolonga, por fin se recompensa la imperturbable ceguera de todo viaje. ¡Abríos,
ojos, abríos, ahora sí podéis ver, ahí está, sí, ahí estuvisteis, ahora debéis demostrarlo! El ciego
lamenta que otros también puedan demostrarlo, pero él lo demuestra mejor.
III. VISIÓN DE LA ESENCIA

Claudio Naranjo, en Carácter y Neurosis, habla de dos etapas en el trabajo interior. La primera, de darse
cuenta. La segunda, de observar y dejar ser.
“Ante todo, me gustaría señalar la importancia del aspecto del «trabajo con uno mismo» que consiste en el
reconocimiento de la verdad sobre uno y sobre la propia vida, a pesar del malestar o el dolor que ello pueda suponer:
en otras palabras, la confesión íntima. Cualquiera que reconozca plenamente la esclavitud psicológica a que someten
las pasiones sentirá un deseo de liberación alentado por la intuición de una libertad espiritual.
Aunque la modificación de la conducta será el foco de otra etapa de trabajo interior, esta siguiente etapa de
procurar activamente el desarrollo de la virtud interpersonal apenas podría ser abordada sin el trasfondo de una
conciencia profunda de uno mismo.
Cuando uno practica la búsqueda del autoconocimiento en una actitud de aspiración devota y de reconocimiento
objetivo de la propia aberración, y al mismo tiempo intenta hacer espacio en su mente para las imperfecciones
presentes -inevitables como consecuencia de la huella de la experiencia pasada y la ineludible duración del proceso de
autorrealización- uno llega a descubrir que la autocomprensión es suficiente en sí misma. En realidad, la verdad sobre
nosotros mismos puede liberarnos, porque una vez hayamos comprendido verdaderamente algo acerca de nosotros
mismos, ello cambiará sin «nuestro» intento de cambiarlo.
Un verdadero percatarse de lo que hacemos y de cómo y por qué lo hacemos transforma nuestras respuestas
obsoletas en idioteces que probablemente caigan por el camino o que pierdan poder sobre nuestras intenciones
esenciales.”
En un primer momento, es necesario percatarnos de nuestras pasiones y fijaciones, es decir, de nuestro ego. A
partir de allí, y a través de los “antídotos” (las virtudes y las ideas santas), podremos acercarnos a nuestra Esencia.
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IV. ANTÍDOTOS DE LAS PASIONES-

VIRTUDES
Mudras
Creer en la existencia de otros seres humanos como tales es amor.
W.H.Auden
1. SERENIDAD
Mudra: Mano izquierda, dedo corazón con pulgar sobre pierna y mano derecha en espejo hacia
sí mismo, luego se gira la mano hacia el frente.
Aceptación de sí mismo, de los otros, de lo que hay. Permitirse la locura, el vivir las
emociones y especialmente la expresión de la rabia: comprender que el mundo no puede ser
perfecto sino sólo humano. “Dios sabe como hace sus cosas”.
2. HUMILDAD
Mudra: Ambas manos en corazón cruzadas y cabeza inclinada.
Reconocimiento de los propios límites, de la carencia pues el orgullo es envidia en el fondo
del ser. Es ocupar el justo lugar, ser una persona común y corriente.
“Para aquel que sabe postrarse el mundo se hace más grande y las estrellas más lejanas”
3. AUTENTICIDAD
Mudra: Las dos manos apoyadas sobre las piernas y dedo corazón con pulgar.
Ser el que se es. Autenticidad, congruencia, para mostrar lo que se siente primero
reconociendo sus verdaderos sentimientos, sinceridad emocional. Desenmascararse.
4. ECUANIMIDAD
Mudra: Ambas manos abiertas a la altura del corazón.
Equilibrio emocional “ni tan arriba ni tan abajo”. Contentamiento, mirar hacia adentro y ver lo
que si hay.
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5. DESAPEGO – NO-APEGO
Mudra: Ambas manos sueltas, en rodillas hacia arriba.
Renunciar a la renuncia. Aprender a entregarse, a soltar y amar sin apego, confiar en la vida
y vivirla. “Las avecillas que no cuidan del mañana”
6. CORAJE
Mudra: Manos cruzadas empuñadas en pecho.
Atreverse. Vivir la valentía en el placer, actuar más desde el impulso, del instinto.
Confiar en sus sentimientos.
7. SOBRIEDAD – SENCILLEZ
Mudra: Ambas manos sueltas, sobre las rodillas hacia abajo.
Aterrizar a lo cotidiano, concretarse, centrarse. Vivir el dolor de la vida. El manejo de lo
sencillo, lo simple.
8. INOCENCIA
Mudra: Ambas manos una contra otra a la altura del corazón.
Espontaneidad. Centrarse en el Aquí y el Ahora, soltando ideas del pasado, recuperando la
ingenuidad del niño.
9. ACCION
Mudra: Mano derecha hacia el piso en medio de las piernas y la izquierda dedo corazón con
pulgar y apoyada en la pierna.
Acción esencial intuitiva, desde adentro, conectada con los sentimientos. Es sentir el cuerpo y
sus necesidades. Aprender a poner límites.
Virtudes
Cuando hablamos de amor, no estamos hablando simplemente de un estado de la mente
sino de un estado de nuestra esencia fundamental. El amor no es aquello en lo que nos
convertimos sino lo que ya somos.
Stephen Levine
La reacción a la dificultad, a las circunstancias adversas, adquiere diferentes modalidades en función

de la pasión dominante y constituye un aspecto esencial de la fijación que condiciona la visión del mundo,
pero también en esta reacción está el germen de la virtud. La virtud sería la otra cara de la pasión, una vez
que ésta se libera de las emociones negativas y de su reflejo en el pensamiento que la constituyen. Gurdjieff
habla de cómo en el hombre es necesaria una “primera educación” que genera la personalidad y una
“segunda educación” capaz de trascenderla.
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Dhiravamsa habla del sufrimiento como motor en el desarrollo espiritual. Se refiere, por un lado, al
Sufrimiento Ordinario (Sufrimiento de la Vida), producido por cambios y pérdidas, como parte de las
dificultades vitales que nos ayudan a crecer y nos impulsan a una búsqueda de sentido. Por otro lado, habla
del Sufrimiento que proviene de Estados Condicionados, que nos paraliza y nos mantiene atrapados; a este
podemos ponerle fin. Para ello necesitamos una visión profunda de nuestra naturaleza real y de sus distintas
manifestaciones. El factor más básico que subyace a este tipo de sufrimiento es la ignorancia, en el sentido
de ausencia de conciencia.
Para superar la ausencia de conciencia necesitamos el trabajo de auto-observación, alcanzar la
comprensión de la naturaleza intrínseca de las cosas y encontrar el enfoque correcto (sabiendo que este
enfoque siempre estará reducido a los límites de la comprensión humana). El conocimiento interior o la “visión
profunda” es el medio más simple pero más eficaz de lograrlo, pues nos liberamos de visiones ilusorias de la
conciencia y de la ignorancia; vemos que somos libres para ser nosotros mismos tal como somos.
La “visión profunda” nos abre al mundo externo y al interno. También llamada “camino del corazón”,
nos permite una visión diferente y nos libera de los patrones fijos de actuación que se relacionan con la
conciencia condicionada. En términos de Carlos Castaneda, nos cambia el “punto de anclaje” desde el que
miramos el mundo.
Mediante la presencia de la conciencia, el proceso condicionado se corta. La meta de conseguir la
liberación del condicionamiento que supone el carácter no puede alcanzarse hasta que todo el lado oscuro
del inconsciente sea llevado a la luz. Esto se consigue sólo al permanecer totalmente consciente,
desidentificado y no-apegado frente a cualquier cosa que se presente, al observar lo que sucede sin interferir,
juzgar o comentar, sin alejarse ni enfrentarse. Cuanto mayor es la conciencia, mayor la libertad respecto a los
patrones de energía que tratan de dirigir nuestra vida. La sabiduría (capacidad de ver las cosas tal como son)
refuerza el no-apego; el no-apego implica una libertad de ser que refuerza el amor. El amor (conciencia
unitiva de sentirse conectado y unido con todo) refuerza, a su vez, la sabiduría. El carácter se cae con amor.
Naranjo propone utilizar las virtudes como material inspirador a partir de sus definiciones, estando
abiertos a la propia experiencia en la observación de la conducta virtuosa y del estado anímico que la
acompaña. Luego de la comprensión de las pasiones, es decir la comprensión del ego, se continúa con el
trabajo encaminado hacia la virtud, hacia el Ser. Nos hemos perdido buscando el amor afuera, persiguiendo
ilusiones de cómo llenar nuestros vacíos, si dejamos de huir encontraremos que el camino es hacia dentro.
“La puerta se abre hacia adentro”. La virtud es a lo que se llega en el proceso, una vez estamos más libres y
nuestro ser se puede manifestar en actos virtuosos (Atención-Intención-Acción).
Dhiravamsa sostiene que para cultivar la virtud, cada quien debe tomar conciencia de que esa virtud
no es algo extraño y ajeno, sino que, por el contrario, forma parte de su realidad y se manifiesta
espontáneamente en los momentos mejores de su vida. Sólo hay que permitir que ese estado emerja y
alcance la mente consciente.
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Como cada una de las virtudes es la herramienta adecuada para un tipo de personalidad, es muy
importante la identificación correcta del rasgo, puesto que son antídotos específicos, concretos, que van en
contra de lo habitual del carácter y promueven otras formas de pensar, sentir y actuar. Y, aunque a todos nos
venga bien el ejercicio de cualquier virtud, es mucho más transformadora la propia. El Eneagrama de las
virtudes es comprometerse con la Esencia.
Virtud 1 -La Serenidad-:

Frente a la actitud exigente consigo mismo y con los demás, la tolerancia que abre la puerta a la
serenidad, conlleva un dejarse en paz y dejar también a los otros. Sin la agitación de la ira, sin la presión de
las exigencias del perfeccionismo, sin las compulsiones a la acción, uno puede estar tranquilo. Recuperar la
confianza en la vida y sus caminos y renunciar a la idea de cargar sobre las propias espaldas la tarea de
enderezar el mundo.
Sentir que la vida funciona y ha funcionado desde siempre sin que yo la dirija. Se debe hacer hincapié
en la necesidad de parar la crítica y permitir que las cosas fluyan para alcanzar el estado meditativo.
Encontrar un espacio para lo emocional, para despertar el corazón olvidado.
Virtud 2 -La Humildad-:

La Humildad tiene que ver con el reconocimiento y la aceptación de los límites de la propia realidad.
En el orgullo hay un egocentrismo narcisista que lleva a creerse especial y a sentirse con derecho. En la
humildad puede sentirse uno más, puede renunciar a la necesidad de privilegios.
La humildad trae aparejada la renuncia a lo que Castaneda llama importancia personal, que lleva a
ofenderse fácilmente por cualquier falta de atención, critica, o cualquier actitud que ponga en duda los super-
poderes del orgullo o que haga notar la existencia de límites. La humildad permite acercarse al otro, aceptarlo
y reconocerlo como a un igual; poderlo escuchar, reconocer lo que necesita y no invadirlo. La humildad,
resolviendo la represión, permite integrar la disociación entre sentimiento y pensamiento, ligar los afectos y
los instintos con sus representaciones mentales. Debe permitirse cualquier sensación y abrir el pecho,
escuchar la voz del corazón. Conectar con aspectos reprimidos y deshacer la autoimagen permite que
aparezca el lado oscuro, lo temido y lo oculto, vivido siempre como muy peligroso y dañino, y con mucha
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carga de sentimiento de culpa (que habitualmente se mantiene inconsciente). No es fácil atravesar esta parte
del proceso, pero la humildad permite poder reconocer, aceptar e integrar estas fuerzas oscuras.
Virtud 3 -La autenticidad-:

La falsedad tiene más de renuncia que de engaño. Sólo se permite ser lo aprobado, lo adecuado,
pero se llega, en ese proceso, a olvidar lo propio. Recuperar la autenticidad supone reconocer el mundo
emocional, los deseos, sentimientos y sensaciones perdidas en aras de la aceptación, y poder ser
consecuente con lo que se siente, no tener que ocultarse. El reconocimiento interno: permitirse mirar y
nombrar lo que uno siente, saber que esa es la identidad, no lo que brinda el espejo. Dejarse ver, dejar que
se transparenten las emociones renunciando a la máscara de adecuación, a la aprobación del otro, la cual no
es suficiente porque en el fondo se sabe que sólo estamos presentando una máscara vacía.
La autenticidad permite estar en el mundo siendo. Estar presente es cada una de nuestras acciones y
relacionarnos con otros seres, saliendo del sentimiento profundo de soledad en que nos dejamos a nosotros
mismos cuando nos olvidamos de ser para complacer. Poner acento en el ser; tratar de responder la pregunta
de quién soy yo y mirar cuánto de la imagen de mí mismo que alimento se sostiene en el éxito que obtenga.
La Autenticidad es no buscar soluciones, no tratar de encontrar la fórmula nueva desde la que vamos a
funcionar, sólo aumentar el nivel de consciencia de lo que somos.
Virtud 4 -La Ecuanimidad-:

En la ecuanimidad, la mente se encuentra tranquila, mantiene un ánimo igual ante las cosas de la
vida. La ecuanimidad supone aceptar las cosas como son, dejar de estar en guerra con la vida y sus
“errores”. Supone también poder equilibrar la autoimagen de lo que nos faltó, reconociendo lo que sí hemos
tenido y tenemos. Abre la puerta al agradecimiento, al reconocimiento de lo que la vida nos ha dado, primer
paso para poder amar y renunciar al reproche implícito o explícito, a la insatisfacción constante y al agujero
negro de demandas nunca suficientemente cubiertas.
Es importante centrarse en el presente, en estar presentes en el momento, centrando la atención vital
en el aquí y el ahora, renunciando a la identidad proporcionada por un pasado doloroso. Abrirse a una
consciencia impecable, desapegada y sin juicio en la que todas las cosas están incluidas, soltar el apego a
las experiencias vividas y el anhelo compulsivo de haber sido amado y de ser amado en el presente de forma
tal que logre compensar lo que faltó, como única forma de sentir el propio valor. Abandonar el apego es una
cura permanente y tienen como resultado la verdadera independencia.
Virtud 5 -El Desapego-:

La virtud del desapego viene a contrarrestar la actitud temerosa que sostiene la dificultad para
compartir, a permitir soltar la defensa construida para protegerse de un mundo tan peligroso, un mundo que
no me va a dar nada, que sólo intentará quitarme lo que trato de conservar con tanto apego, sobre todo mi
mundo interno. La virtud del desapego ha de moverse en dos planos: por un lado, implica el desapego de esa
autoimagen tan desvalida y necesitada de protegerse frente al mundo, del equívoco de libertad como
desconexión y, por otro, desapego de todas las cosas materiales que han adquirido un valor simbólico tan
importante que han sustituido al mundo de los afectos.
Este desapego nos otorga la tan buscada libertad en el vivir, no en la renuncia a la vida. Recuperar el
gozo de estar vivo, de sentirse participe de la vida, de permitirse la espontaneidad y la afectividad en sus
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relaciones. Permite permanecer abierto a la vida, dejar de ser observador de ella para experimentarla, sin
tratar de huir y refugiarse en lo interno con el fin de evitar el supuesto peligro de vivir.
Gracias al no-apego, el yo se convierte en instrumento para comunicarse con el mundo y no en una
realidad sólida y separada: dejamos de aferrarnos a la ilusión del ego. El no-apego es amor: en el amor no
hay apego, no hay propiedad, como ocurre cuando el 5 incluye a alguien en su mundo interno, haciéndolo
parte de sí para poder confiar. El desapego permite recuperar la capacidad de dar y recibir libremente amor y
cualquier cosa que necesitemos, y permite también una libertad distinta, que no es la de la renuncia a las
necesidades y el encerrarse tras los muros de una intimidad celosamente defendida. Poner atención de la
percepción y la ideación, las sensaciones y los pensamientos, las emociones y los juicios como una manera
de salir de la confusión de lo mental con la consciencia.
Virtud 6 -El Coraje-:

El coraje permite dominar el miedo a equivocarse que tanto paraliza la acción. Los errores, desde el
miedo, son vividos como irreparables, algo que uno no se puede permitir. Si uno se equivoca, la precaria
seguridad en sí mismo corre el riesgo de derrumbarse y ya no quedaría nada en lo que confiar. La exigencia
exacerbada de hacer las cosas bien, tiene más que ver con no decepcionarse a sí mismo que con el
perfeccionismo.
El coraje permite arriesgarse, permite confiar en uno mismo por encima de lo acertado o no de las
decisiones y, también, permite confiar en un mundo del que puede formar parte aunque se equivoque, saber
que los errores no van a acarrear el abandono o el rechazo. El coraje permite arriesgarse a seguir el propio
camino, el que marca el corazón, aunque perdamos el afecto o la protección de alguien a quien amamos. Así
mismo nos permite amar, porque el miedo es el más acerbo enemigo del amor, el miedo a perder el amor del
otro o ser abandonado no permite la entrega y potencia el que, desde la desconfianza, sea yo quien
abandone para evitar ser abandonado. El coraje permite la entrega al amor.
Acceder al Coraje no supone una negación del miedo, que es lo que ocurre cuando uno se engancha
en los retos, sino que pasa por asumir el miedo, como algo individual y como algo ancestral de nuestra
especie, que no tiene por qué condicionar tanto nuestras acciones. El coraje nos permite actuar de acuerdo
con nuestras convicciones profundas y afrontar el miedo. Cuando actuamos desde el coraje, en contacto con
el corazón, podemos seguir nuestras intuiciones profundas y asumir la responsabilidad por nuestras acciones,
respaldar lo que hagamos aunque no sea lo que los demás esperan.
Poner la atención en el cuerpo y las sensaciones corporales, a fin de evitar la tendencia a razonar e
intelectualizar. La atención en la respiración es buena para alejarse de la cabeza y calmar la mente, debe ir
acompañada de un abrirse y exponerse a las sensaciones corporales, experimentándolas y observándolas de
la forma más completa posible. También habla de observar el entorno inmediato, abrir los ojos mirando lo que
sucede alrededor en lugar de permanecer en la cabeza.
Virtud 7 -La Sobriedad-:

La Sobriedad implica darse cuenta de que uno no está mejor porque se lo permita todo, que los
caprichos no logran satisfacer la carencia de amor, dárselos no significa que uno se quiera más, es sólo una
forma de aplacarse, un autoengaño. La Sobriedad permite ser consciente de las verdaderas necesidades,
dejar de intentar llenarlas con cosas de fuera, dejar de ahogar con el exceso de placeres o conocimientos el
miedo y la inseguridad.
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La Sobriedad no se refiere sólo a lo material, a los placeres concretos, también supone un recorte de
las fantasías planificadoras, en cuanto sirven para escaparse de la realidad y, una conciencia más clara de
todas las racionalizaciones auto-exculpatorias. La Sobriedad permite vivir en el presente, disfrutar de lo real,
para la insaciabilidad, sentir el ser interior pleno, la sabiduría real del organismo que no necesita tanto buscar
fuera, sino reconocerse dentro. Permite renunciar a un ideal de sí, sin límites, sin frustraciones ni dolores, que
puede conseguirlo todo.
Frente al deseo de experiencias sin límites que les hace parecer como si pudieran tragarse el mundo,
la Sobriedad evita caer en los excesos. Se ve acompañada por la calma, serenidad y sensatez. Centrar la
atención en el presente y evitar la trampa de los proyectos inacabables. Aceptar plenamente el presente y
vivirlo en plenitud acaban con la necesidad de intentar cubrir la insuficiencia buscando en el futuro, en lo
imaginado. Estar atentos aquí y ahora sin buscar alcanzar nada especial, sin tener que llegar a ninguna parte
(el futuro).
Virtud 8 -La Inocencia-:

La inocencia perdida es sustituida en el 8 con una negación de la culpa y una trivialización del dolor.
La virtud de la Inocencia logra restaurar el sentimiento de estar libre de pecado, de esta oscura culpa por ser
y, nos permite liberarnos de los prejuicios de bueno y malo. Puede parecer que desde el 8 se niega cualquier
juicio moral, pero, por el contrario, lo que ocurre es que hay una idealización tan fuerte del bien, que no
permite ninguna tregua, que no lo acepta con ninguna falla. Si no es posible ese bien, todo es malo, todo da
lo mismo. La inocencia derrumba el prejuicio sobre la maldad de los otros y permite la espontaneidad propia.
La inocencia no nos hace más frágiles, ni más tontos ni menos poderosos.
Escucharse a sí mismo desde dentro, dejando a un lado el impulso a influir sobre el mundo. Facilitar
una actitud receptiva, dejando pasar los pensamientos acerca de lo que tenemos que conseguir. Desde esa
actitud receptiva podemos establecer contacto con la esencia y, renunciar a los juicios de valor.
Virtud 9 -La Acción-:

La pereza no significa inactividad, sino que se refiere a una actividad a veces, incluso excesiva, en la
que no está presente el alma. La virtud de la Acción, frente a esa actividad, nos habla de un hacer que surge
de lo profundo, de un hacer en que estamos interesados, implicados, vivos. Un hacer conectado con la
intuición con el mundo interior, con los deseos de nuestro corazón.
La acción se convierte entonces en una manifestación de la vida, que adquiere características de
frescura, entusiasmo y libertad. Con el fin de permitirse esta acción, es necesario despertar a la vida, asumir
que uno no está aquí por casualidad y sin derecho, sino que la vida lo ha puesto aquí, que hay un lugar
legitimo para sí. La conducta deja de venir regida por la acomodaticia supervivencia y adquiere la libertad del
deseo.
La acción esencial permite que nuestro ser se manifieste a través de nuestros actos, que podamos
asumirlos dándoles el rango de propios, personales, más allá de su acierto, su adecuación o su éxito. Y a
través de esta acción esencial, sentirnos despiertos, vivos, integrados en el juego de la vida.
Para superar la pereza, se debe reconocer como una energía apasionada que domina la personalidad
hasta el punto de impedir un contacto intimo con el sí mismo. Volvernos más íntimos con el verdadero ser, no
escondernos ante nosotros mismos y permitirnos recordar quienes somos verdaderamente. Recuperar el
contacto pasa por dar carta de naturaleza a nuestro mundo emocional. La práctica de la visión profunda, que
no es más que mantenerse plenamente consciente y despierto.
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V. ANTÍDOTOS DE LAS FIJACIONES-

IDEAS SANTAS
Donde reina el amor no existe el afán de tener poder; y donde el afán por el poder
tiene primacía, falta el amor. El uno no es más que la sombra del otro.
Carl Gustav Jung
Una Idea Santa (o Verdad) es una percepción objetiva y no condicionada de la realidad. Se utiliza el
atributo de “Santa” como sinónimo de Objetiva; no tiene nada que ver con el sentido religioso de la santidad
como bondad. No se trata de un pensamiento o una idea, sino de una “comprensión vivencial” que conlleva
un nivel de certeza diferente. Las Ideas Santas son el antídoto de las fijaciones.
Las fijaciones son los errores cognitivos que van asociados a las pasiones y que llevan a interpretar el
mundo y las relaciones desde un punto peculiar. Se mantienen como verdades incontrovertibles en lo
profundo de nuestro ser, determinando nuestro sistema de valores y nuestra conducta. Naranjo habla de ellas
como “ideas locas”. Para él, la pasión contamina el mundo intelectual, de forma que se produce una lectura
emocional que se aleja de la razón y que se constituye en verdad.
La fijación posee un matiz en cuanto a la creencia implícita que está en función de los rasgos
emocionales, instintivos o intelectuales. En los emocionales, la creencia tiene que ver con uno mismo, con el
propio ser, aunque tiña luego la visión del mundo; en los intelectuales tiene que ver con cómo tengo que
actuar en el mundo y en los instintivos, con cómo es el mundo.
Según A.H. Almaas la liberación de la fijación, que se debe a una distorsión en la percepción, sólo es
posible mediante la experiencia vivencial de la Idea Santa, que es un modo de experimentar la realidad. Las
Ideas Santas son llamadas por Ichazo “psicocatalizadores” ya que catalizan el proceso de transformación
desde la identificación con el ego a la identificación con el Ser. El ego se desarrolla por la pérdida de contacto
con el Ser. Naranjo utiliza ambos términos.
Si abandonamos nuestras mentes y experimentamos las cosas tal como son, reconocemos el Ser
bajo los distintos estados y apariencias y nos dejamos inundar por el Amor que sostiene la Vida. El Amor es
una cualidad inseparable de la existencia. La presencia del Ser es Amor y su despliegue, acción amorosa. Si
esta cualidad amorosa dejamos de verla como intrínseca a la existencia, empezamos a creer que el Amor
depende de ciertas condiciones y circunstancias que nosotros no cumplimos y, por eso, perdemos nuestro
derecho a la vida.
No sólo hemos de restaurar la confianza básica, sino que hemos de llevar a cabo el trabajo de
observación de uno mismo que nos lleva a darnos cuenta de los engaños en la manera de percibir nuestro
mundo interno y de construir nuestra cosmovisión, a separarnos de los paradigmas conceptuales que limitan
nuestra experiencia, a liberar nuestro centro intelectual inferior de las fijaciones y nuestro centro emocional de
las pasiones que ligan emociones y creencias. Así, quitados los velos, podemos acceder a otra manera de
percibir la realidad, menos egocéntrica. El Eneagrama de las Ideas Santas es comprometerse con la Esencia.
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Idea Santa 1 -Perfección-:

La fijación 1, el Perfeccionismo, se contrarresta con la Idea de la Perfección. Ésta nos permite percibir
la realidad en su perfección intrínseca. No tenemos que hacer nada para mejorarla. Ver la realidad desde la
Perfección significa ver que está bien tal como está, que no precisa de correcciones. Si lo vemos así, dejamos
de hacer muchas de las cosa que hacemos, si todo es perfecto, nuestro esfuerzo por mejorar las cosas y
mejorarnos es inútil.
Si la realidad es perfecta y nosotros formamos parte de esa realidad, el trabajo espiritual no consiste
en tratar de hacer que nuestra vida vaya mejor, sino en aceptar que todo lo que pasa es la Perfección del Ser.
El ego no puede percibir la Perfección, pues lo que desea es cambiar la realidad para que encaje con lo que
él cree que debería ser. La experiencia emocional de esta Idea tiene que ver con poder apartar el ego y sus
juicios, con darse cuenta del sentido que tiene para la vida cualquier cosa que ocurra, de cómo la vida se
generó y lleva miles de años funcionando, sin que yo existiera, desde antes del origen, para decirle cómo
debería hacerlo. Hay una caída de la soberbia que implica creer que uno sabe y, de sentir que uno lo haría
mejor que cualquier Dios. Además, esta experiencia resulta liberadora de la tensión que produce sentirse con
el deber de arreglar las cosas, de dirigirlo todo.
Si no estamos en contacto con la Idea, existe el convencimiento, la sensación de que algo va mal, la
creencia de que existe real y absolutamente algo bueno y algo malo, en el mundo y en nosotros. Desde el 1,
la Perfección nos da la perspectiva de que el universo no sólo es de naturaleza amorosa, sino que ésta
naturaleza es también perfecta, todas las cosas son adecuadas, todo lo que sucede está bien. No puede ser
de otra manera.
Idea Santa 2 -Voluntad, Libertad-:
La fijación 2, el Falso Amor, se contrarresta con la Idea de la Voluntad o la Libertad, la cual implica de
alguna manera que todo lo que sucede tiene cabida en el Ser. Partiendo de la perfección, se produce una
aceptación de la voluntad del universo Si sabemos que todo lo que pasa tiene cabida, tiene sentido
entregarse, no resistirnos y, esto genera una sensación de libertad. La libertad supone rendirnos a esa
voluntad y darnos cuenta que formamos parte del flujo de la realidad.
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La entrega a lo que está sucediendo, sin que sostengamos ninguna actitud al respecto, nos abre a
otra realidad. En ella todos los estados son pasajeros y todos tienen cabida en el Ser. Aceptamos la realidad
incondicionalmente; sabemos que cuando estamos en contacto con nuestro ser, cuando podemos sentir
nuestros deseos auténticos, éstos no se hallan tan lejos de la Voluntad, pues estamos conectados con el Ser,
somos Ser y su Voluntad, se manifiesta a través de nosotros.
Aprender a discriminar entre las reacciones del ego y la respuesta apropiada a lo que la vida depara.
Porque la entrega de la que hablamos no es resignación ni pasividad, sino que implica un nivel diferente de
actuación como respuesta que se produce de la aceptación. La comprensión de la Idea 2, permitirá que los
actos fluyan y dejen de ser reacciones, respuestas defensivas para tratar de modificas el curso de la vida y se
convertirán en respuestas espontáneas. La verdadera Libertad es la de aceptar totalmente cualquier cosa
que el Universo manifieste a través de nosotros. La libertad es una entrega completa a lo que la vida nos
traiga.
La creencia, la ilusión de que existe un yo separado que puede hacer que las cosas vayan como
queremos, nos aleja de esta Idea. La Idea de la voluntad permite percibir que en el funcionamiento total del
Universo hay una Voluntad unificada. Cuando la experimentamos actuando a través de nosotros conectamos
la Libertad, no existe conflicto alguno entre nuestra voluntad y la Voluntad del Universo. Estar en total
armonía y completamente fundidos con el todo es algo liberador. Cuando reconocemos que nuestra voluntad
forma parte de la Voluntad del todo, somos libres. No hay oposición a lo que sucede. No hay culpa ni orgullo.
En el trabajo de observación hemos de reconocer cómo interferimos con la realidad, cómo nos
ponemos en medio, cómo el ego siempre está intentando cambiar las cosas, siempre interfiriendo, sin
podernos entregar a lo que pasa ahora, creyendo que la libertad consiste en imponer nuestra voluntad.
Humberto Maturana dice que nuestro sufrimiento se genera en el afán de controlar el mundo y a los otros. Si
en lugar de controlar tratamos de entender, entonces nuestras acciones estarán en congruencia con este
entendimiento.
Idea Santa 3 -Esperanza-

La fijación 3 es el Engaño, y se contrarresta con la Esperanza, constituida por la concepción de que
las cosas van, de modo natural, en la dirección correcta: no tenemos que ocuparnos de las cosas para que
estas ocurran. Una cierta comprensión del funcionamiento y la actividad del Ser, de sus características
dinámicas, permite acceder a la Esperanza.
Desde la perspectiva de esta Idea, lo que vemos es la unidad de toda la existencia. La unicidad
implica que nada puede cambiar en forma individual, que todo el universo está continuamente
transformándose desde una condición total y unificada a otra condición total y unificada. Cuando los velos de
la separación desaparecen, todo es el Ser revelándose a sí mismo. La idea de la Esperanza se apoya en esta
comprensión del modo en que la realidad funciona y de que todas nuestras experiencias forman parte de una
realidad mayor.
La verdadera Esperanza es la percepción de que la realidad es en sí misma, independientemente de
nuestra autonomía imaginaria y que su hacer es un fluir armonioso. Esta percepción implica una sensación de
optimismo, una actitud de gozosa apertura y confiada receptividad a lo que el despliegue del Ser nos
presenta. No tiene que ver con lo que suceda en particular, se trata de un optimismo abierto acerca de la vida,
una confianza en la presencia del Ser y en su fluir armonioso y creativo. En lugar de intentar tomas las cosas
en nuestras manos podemos confiar en el dinamismo del Ser.
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Cuando estamos conectados, cuando nuestros pensamientos, sentimientos y acciones están
alineados, esta armonía se produce. Apreciamos la armonía incluso cuando hay dolor en nuestro sentir; eso
nos proporciona un optimismo, una confianza en que nuestro hacer es el adecuado.
Idea Santa 4 -Origen-

La fijación 4, la Insatisfacción, se contrarresta con la Idea del Origen. Se refiere a que el Ser es el
verdadero Origen y todas las cosas son completamente inseparables de dicho origen. Toda apariencia no es
más que la manifestación del Ser y, las apariencias que se manifiestan nunca abandonan el Ser, todo está
siempre íntimamente conectado.
La experiencia vivencial de esta Idea elimina la sensación de separación entre las cosas y su fuente
que es el Ser. Esta experiencia nos abre a la comprensión de nuestro lugar como seres humanos dentro de la
unidad de la existencia. En un primer nivel de percepción de esta Idea vemos la realidad en un proceso
constante de creación y disolución, surgiendo del Origen y regresando a él. En un nivel más profundo vemos
que no hay separación entre las manifestaciones de la realidad y el Origen, percibimos la coemergencia: el
Ser es el Origen del que todas las cosas son inseparables. Somos el Origen.
Tenemos la sensación de que si nuestras circunstancias hubieran sido otras, nosotros seriamos
mejores. Pero para poder evolucionar, seguir nuestro desarrollo, es necesario que aceptemos los
condicionamientos y límites de las circunstancias genéticas y ambientales que nos han tocado. El proceso
para recuperar el Origen, en cierto modo es el proceso de renunciar a nosotros mismos, puesto que lo que
nos desconecta es la manera en que nos pensamos, la imagen interna de lo que creemos ser. Por muy
denigrada que sea esa imagen nos apegamos y nos parece que renunciar a ella es equivalente a perder
nuestra identidad. No es posible percibir nuestra conexión con el Origen, con el Ser, si no renunciamos a esa
autoimagen. La muerte del ego no significa la muerte de nuestra personalidad, sino que nos estamos
experimentando a nosotros mismos a un nivel más profundo, lo que ha cesado es la idea de que nuestra
identidad egoica es todo lo que somos.
El Origen del 4, hace referencia a que nosotros como seres individuales, así como todo lo que existe,
provenimos de la presencia amorosa del Ser, que es nuestro Origen y nuestra naturaleza y nos da un
sentimiento de conexión, de pertenencia al Ser.
Idea Santa 5 -Omnisciencia-

La fijación 5 es el Desapego Patológico, y se contrarresta con la Idea de la Omnisciencia.
Omnisciencia significa conocerlo todo como una unidad, la comprensión de que todo lo que existe está
intercomunicado, de que las fronteras experimentadas por el ego no son reales y que la separación y el
aislamiento son ilusiones.
La omnisciencia o Sabiduría es algo muy distinto de la erudición, de la capacidad de reunir grandes
cantidades de información; con el acceso a esta Idea es posible ver y establecer conexiones entre toda esa
información, de manera que los árboles ya no impiden ver el bosque. La omnisciencia esta relacionada con la
experiencia de la unicidad, de que todo lo múltiple está interconectado; esta interconexión es lo que nos
ayuda a intuir el Ser que se expresa a través de esta multiplicidad, que se mantiene unida por encima de la
apariencia. La Omnisciencia enfoca el hecho de que no estamos separados de los demás o del entorno.
Cuando se pierde la conexión con la Idea, la consecuencia para el hombre es que nace la ilusión
específica de que somos una entidad separada, que existe por cuenta propia. Esa creencia determina nuestra
experiencia. Creemos que podemos construir muros impenetrables que nos separen de los demás. Negamos
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la dependencia, el hecho de que nuestras vidas están entrelazadas. La ilusión consiste en utilizar los límites
del cuerpo para definir y limitar nuestro sentido de quién somos.
En una visión no egoica, los límites definen una diferencia, pero no una separación; las personas son
distintas unas de otras, pero no están separadas. La diferenciación es necesaria, sin ella no existiría
experiencia, ni conocimiento, ni acción ni vida, pero podemos sentir esa diferencia, funcionar y vivir como un
ser humano sin perder la sensación de la unicidad, de la pertenencia a la unidad.
La Omnisciencia nos capacita para discriminar, conocer, funcionar y vivir la vida de un ser humano. El
organismo humano experimenta la separación, pero sabe que es el Todo.
Cuanta más fuerza adquiere esta Idea, cada persona, cada objeto se vuelve más real y sustancial
dentro del todo mayor y nuestra propia necesidad de límites separados se relaja porque también a nosotros
nos experimentamos como persona única que, al mismo tiempo, forma parte inseparable de la estructura del
universo vivo.
Idea Santa 6 -Fe-

La fijación 6 es la Acusación, se contrarresta con la Idea de la Fe, la cual trata de la certeza de que
cada uno proviene del Ser y pertenece al Ser.La Fe implica poder mantener la conexión con lo profundo de sí
mismo, con lo que Es, con la verdad del Ser que nos constituye. La conexión interna con el Ser que nos
habita permite confiar, implica la aceptación de lo que soy, de mis impulsos mis deseos, mis actos.
La Fe no es una creencia, es una experiencia, una certeza vivencial de que el Ser es la realidad
interna y la verdad interior de cada ser humano y que es realmente nuestra verdadera naturaleza.
Experimentarlo. Cuando la Fe está presente sentimos confianza, seguridad, una certeza implícita que genera
una sensación de apoyo y valor. Constituye una transformación en nuestra alma, una transformación de la
experiencia de quien somos, un saber en el corazón, que aparca el constante cuestionamiento a que nos
somete la mente.
Esta transformación que supone la Fe no ocurre sólo a nivel interno. Cesa la proyección. El mundo
vuelve a ser un lugar seguro, se instaura una confianza profunda en que la vida nos sostiene, no tenemos que
sujetarlo y controlarlo todo para estar seguros. La vida que nos constituye y, de la que formamos parte, no va
contra mí.
La sensación de conexión interna tiene un carácter amoroso que permite vivir, dejarme en paz,
aceptar lo que soy. Dejo de estar en guerra y puedo asumir lo que siento aunque esté en contradicción con
mis criterios morales, con la forma en que me gustaría sentir, desde una idealización autoinculpadora.
Automáticamente, esta conexión deriva de una confianza en la vida y en un dejar de estar en guerra también
con ella. Lo amoroso tiñe la relación con la vida, con un enamoramiento que nos conecta con una vitalidad
poderosa y fuerte, un deseo de vivir lo que nos traiga. La Fe facilita mantener la confianza en los momentos
de dificultad y no perder el corazón cuando se produce un desengaño, evitando que la desesperación pueda
dominarnos totalmente. La Fe nos lleva a recuperar la certeza de que nuestra naturaleza innata es Ser, que
podemos confiar, aunque no estemos todo el tiempo en contacto con ella.
La ausencia de Fe está presente en la falta de confianza en la naturaleza humana o en la naturaleza
del Universo. Las convicciones de fondo sobre quienes somos van a contracorriente de la experiencia de la
Fe. La sustituimos por el convencimiento de que los seres humanos somos intrínsecamente egoístas,
interesados y egocéntricos y, en consecuencia, adoptamos una actitud suspicaz. La sospecha refleja una
posición cínica de fondo, entendiendo cinismo como descreimiento en la sinceridad humana. No es el sostén
externo el que necesitamos ya, sino el apoyo interno, nuestra conexión interior sin la cual nos sentimos
siempre inquietos y asustados.
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Idea Santa 7 -Trabajo-

La fijación 7 es la Indulgencia, se contrarresta con El Trabajo. Este parte del hecho del despliegue de
la vida. Cada momento lleva al siguiente. Todos esos momentos son experimentados como el “ahora”, el
eterno presente.
No olvidemos que somos manifestaciones del Ser. Si nos escuchamos en profundidad, si conectamos
con nuestro corazón, con nuestra realidad profunda, vemos, vivimos este despliegue de la vida
manifestándose en nosotros. Para poder experimentarlo es necesario que la conciencia esté centrada en el
presente. Si estamos en el presente conectados con nuestro sentir verdadero, sabemos cuál es el siguiente
paso. No necesitamos cada vez que nos encontramos con una dificultad, recrear un plan atrayente que
vuelva a ilusionarnos.
El universo se despliega según leyes naturales e inherentes pero sin premeditación, porque el
universo es inteligente y sensible, lo que le impide ser predecible y mecánico. Nosotros tampoco somos
predecibles; si sabemos que las cosas se despliegan por sí mismas, podemos rendirnos al despliegue y vivir,
sabiendo que no es una nueva planificación lo que puede cambiar nuestra vida, sino la entrega y la acción,
conectadas con nuestro ser, en armonía con el despliegue.
El trabajo no es más que renunciar a nuestros planes y nuestra manipulación. El trabajo del hombre
es sencillamente seguir este despliegue ordenado, convirtiéndose en lo que puede ser, madurando su pleno
potencial. Este puede llevarse a cabo en el presente, no tiene nada que ver con realizar algo que tengamos
en mente. La sabiduría es vivir de acuerdo con esta comprensión de que la realidad es una presencia que se
despliega constantemente y sigue un patrón armonioso.
Cuando no se tiene conexión con esta Idea, la planificación como defensa para evitar la angustia se
suele convertir en generadora de más angustia, en cuanto nos desorienta. La sensación de estar perdidos
genera una planificación sin fin. La verdadera orientación deriva de la conexión interna, que permite a
nuestros actos ser acordes con nuestra realidad presente.
Idea Santa 8 -Verdad o Ser-

La fijación 8 es el Castigo, se contrarresta con la Idea de la Verdad o Ser. La Idea de la Unidad del
Ser es previa a cualquiera de las otras, que no podrían entenderse sin la referencia a ella.La Idea del Ser, se
refiere a la percepción de que el Ser constituye la totalidad de todas las cosas, que existe en todo y todo
existe en él. El universo es puro Ser, consciencia ilimitada.
La identidad se construye sobre lo diferente y toda la evolución psicológica nos lleva desde un bebé
fusional que no puede tener una existencia independiente a un adulto maduro cuya madurez se mide
precisamente por la capacidad de estar sólo, de ser autónomo. Esta supuesta autonomía nos hace olvidarnos
de nuestra conexión con el Ser, con la vida. Si nos dejamos experimentar el ser, podemos percibir que,
aunque los objetos aparezcan diferenciados, la separación no es real, las cosas no existen separadas las
unas de las otras, en realidad todos los objetos constituyen una sola cosa.
La experiencia vivencial de esta Idea se refleja en una sensación de que las cosas Son, simplemente
Son, con una certeza que no implica al pensamiento, una evidencia que no permite la duda. El placer y el
dolor conviven, podemos aceptar todos nuestros sentimientos, todas nuestras sensaciones, todo lo que nos
ocurre. Es la experiencia mística, con esa sensación de unidad, de totalidad, donde el yo se disuelve y los
objetos también y no queda más que la conciencia ilimitada.
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La consecuencia es la percepción de que “soy”, ni bueno ni malo, sólo soy y soy de una pieza, estoy
entero y al mismo tiempo mi yo no cuenta, sólo existe en la medida en que estoy siendo vivido. Porque
aunque funcionemos a través de nuestro ego, no hay “nadie”, ningún yo que pueda atribuirse la culpa o el
mérito de nuestras acciones: sólo es el Ser, expresándose a través de esa forma concreta en que se ha
proyectado en nosotros. El Ego también tiene cabida en el Ser, pero no tiene sentido que se considere
independiente y que se atribuya la autoría de nuestra vida. La Idea del Ser nos pone en contacto con que el
ego no es un todo separado e independiente, sino que forma parte de la Unidad. Al parar la mente,
encontramos la conciencia ilimitada de la que hacemos parte y dejamos de percibirnos separados, la
sensación de dualidad se disuelve.
Desde la Idea del Ser, nada está excluido, ni el ego ni el pensamiento ni la resistencia ni la neurosis.
No sobra nada ni nadie. No es verdad que estemos excluidos, no es verdad que tengamos ningún fallo, ni que
tengamos que arreglar las cosas, ajustar las cuentas. Sólo necesitamos reconocer que todo está bien en este
momento. Si no interferimos ni manipulamos y dejamos que las cosas sean como son, experimentaremos un
estado de unidad, que disuelve la ilusión de la dualidad y la lucha.
Idea Santa 9 -Amor-

La fijación del 9 es la Pereza, se contrarresta con el Amor. Esta idea trata de la percepción y
comprensión de que la verdadera realidad es amor. El Ser es Amor, consciencia amorosa que crea y
sostiene la vida, que permite que la vida siga ocurriendo.
Sin la intuición de la Idea del Amor no alcanzamos la comprensión emocional de las otras Ideas. El
Amor no es la experiencia del amor humano; la sensación de amor tiene que ver más con las experiencias
místicas en las que nos sentimos unidos con todas las formas de vida, integrados e invadidos por una
sensación de gratitud: momentos cumbres en los que podemos sentir el regalo de vivir y el agradecimiento
por estar vivos y por la vida que nos rodea. Es la experiencia de gozo ante la belleza de la creación. Sentir
dentro la vida el placer de estar vivo, de sentirse parte de esa creación, fruto amoroso de la plenitud del Ser,
hijo del Amor, con capacidad de amar.
El contacto con esta Idea, genera en nuestros corazones sensaciones de placer y gratitud, de manera
que, si bien el Amor es algo mucho más amplio que esas sensaciones: lo que permite que la vida siga su
proceso, la continuidad de la vida. Su percepción, a nivel humano, adquiere la forma de ternura o de amor. Es
el reflejo de lo cotidiano, de una vivencia profunda de la calidad amorosa de la vida.
En el Amor no hay polaridad, está más allá de las categorías, positivas o negativas, que nuestra
mente haya establecido, es independiente de nuestros juicios mentales. El Amor constituye el corazón de la
existencia. Es difícil aceptar la Idea del Amor si existe cualquier resquicio, cualquier creencia en la dualidad
bueno-malo en nuestro interior. En términos del Amor, dicha dicotomía no existe. La percepción de esta Idea,
de que todo lo que ocurre tiene cabida en el Ser, es Ser, y, con independencia de lo que nuestra mente
piense de ello, hace que nuestro corazón se abra.
La comprensión del Amor es el antídoto específico para la creencia de que no podemos ser queridos.
Esta idea, no totalmente consciente, produce un sentimiento de inferioridad. El Amor es vivido como
condicional, concreto, no como una cualidad de la existencia. Tenemos la sensación de que nosotros no
cumplimos las condiciones, no poseemos esa cualidad de lo amable y, por tanto no somos ni podemos ser
amados. La inferioridad no puede disolverse si no integramos el Amor.
Si el Amor constituye la naturaleza de la realidad, también nosotros somos Amor, podemos
experimentar en nosotros mismos los sentimientos de ternura que abren nuestro corazón, nos acercan a los
otros, nos permiten llenarnos de sentimientos amorosos que hacen que nuestra vida deje de ser monótona y
aburrida, que permiten el entusiasmo y la vitalidad. El conocimiento de que el Amor es nuestra cualidad
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intrínseca elimina la inferioridad. El Amor que permite que nuestra vida siga desarrollándose, que no nos
abandona.
Si abandonamos nuestras mentes y experimentamos las cosas tal como son, reconoceremos el Ser
bajo los distintos estados y apariencias y nos dejaremos inundar por el Amor que sostiene la Vida. El Amor es
una cualidad inseparable de la existencia.
La presencia del Ser es Amor y su despliegue, la acción amorosa. Es la naturaleza de todo lo que
existe. Si esta cualidad amorosa dejamos de verla como intrínseca a la existencia, empezamos a creer que el
Amor depende de ciertas condiciones y circunstancias que nosotros no cumplimos, y que, por eso, perdemos
nuestro derecho a la vida.
Bibliografía
Canetti, Elias. El Testigo Escuchón. Madrid, Editorial Grupo Anaya: 1993.
“Virtudes” e “Ideas Santas” tomado de: Durán, Carmen y Catalán, Antonio. Eneagrama. Los engaños del carácter y sus
antídotos. Madrid, Kairós: 2009.
Naranjo, Claudio. Carácter y Neurosis. Una visión integradora. 10ª ed. Barcelona, Ediciones La Llave: 2011.
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EGOTIPO 1. RASGOS EN EL AMOR EN LO LABORAL EN LO SOCIAL CREENCIAS LIMITANTES
Perfeccionan y repasan la ética de sus Planifican al detalle.

PERFECCIONISTA relaciones ¿Cuáles son nuestras Son autodisicplinad@s, muy
responsabilidades? trabajador@s y colaborador@s. Defienden sus creencias y
¿ Qué estamos aprendiendo? Están en la búsqueda de los consideran que son las más
mejoramientos constantes y correctas.
IDEALISTA Pueden llegar a ser muy crític@s y comprometid@s con la excelencia. "Las cosas no están
ORDENAD@ celos@s con su pareja. Son muy buen@s en trabajos que nunca lo bastante
PERFECCIONISTA requieran organización y detalles Viven con el deseo de reformar y bien, siempre se
AUTO-CRITIC@ Si la relación desarrolla un aspecto meticulosos. cambiar el mundo. pueden mejorar"
CONTROLADOR@ negativo, piensan que todo está Dificultad en tomar decisiones por
CRIITIC@ acabado, las relaciones parecen ser temor a equivocarse.
ANALITIC@ negro o blanco. Pueden caer en la inflexibilidad, no Les gusta pertenecer a grupos con “El placer y la
EQUILIBRAD@ permiten errores, ni cambios de última los que comparten ideales, o se felicidad deben ser
JUST@ Pueden llegar a tener dificultad en la hora. dedican a causas nobles. ganados y
expresión de sus sentimientos Son capaces de transmitir la merecidos"
información con gran precisión.
Son muy fieles y leales Altos niveles de exigencia consigo Están a gusto en situaciones
mism@s y con los demás. basadas en la etiqueta, el "Si las cosas son
protocolo y en los procedimientos fáciles no valen la
VIRTUD sociales formales. pena"
SERENIDAD.
ACEPTACIÓN
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EGOTIPO 2 EN EL AMOR EN LO LABORAL EN LO SOCIAL CREENCIAS
RASGOS LIMITANTES
EL/LA QUE DA Quieren ser el centro en la vida Alta orientación al servicio. Las relaciones son la faceta más importante
del/la otr@. , se hacen Les encanta asumir desafíos. de su vida.
indispensables, (yo no te Dan mucha importancia a las celebraciones
necesito, pero tú dependes de Persiguen los roles importantes o se que unen a la gente.
mí). convierten en la mano derecha del Recuerdan los cumpleaños con regalos "Mi corazón es tan
líder volviéndose indispensables. especiales, de cuidadosa elección. grande que caben dos"
ORGULLOS@ Pelean por su libertad, se sienten Tienen una necesidad imperiosa de afecto
ROMANTIC@S invadid@s por su tendencia a Necesitan la aprobación permanente y aprobación de parte de sus amigos.
SOCIALES satisfacer al otro. de sus proyectos. Desean ser protegid@s y sentirse "Los demás necesitan
LIBRES importantes en la vida de los demás. de mi ayuda especial"
SEDUCTOR@S Su énfasis en las relaciones l@s Como jefe busca el aprecio de sus Se muestran interesad@s por las personas,
ALTRUISTAS hace vulnerables al rechazo y a la subalternos, necesita ser comprendido asumen el rol de protector@s.
COMPLACIENTES pérdida. por su equipo de trabajo. Generos@s, invitan a sus casas, buenos
MANIPULADOR@S anfitriones. "Si no ayudo seré
Esperan siempre un lecho de Debido a sus habilidades sociales Son un excelente apoyo para un amigo que marginado y no
rosas. El amor se asimila a lo fácilmente pueden acceder a dificultades. querido"
erótico y a la expresión información especial. Se ganan privilegios en los grupos, donde
emocional de la ternura. saben como seducir y conseguir lo que
Les gusta marcar la diferencia en la quieren.
VIRTUD Viven en una búsqueda ideal del vida de otras personas dirigiendo
HUMILDAD. amor que termina fácilmente en proyectos altruistas.
RECONOCIMIENTO desencanto.
52
EGOTIPO 3 EN EL AMOR EN LO LABORAL EN LO SOCIAL CREENCIAS LIMITANTES

RASGOS
EL EJECUTOR El amor se expresa a través de la Agenda llena sin tiempos libres. En el mundo de las relaciones en
acción y la vida familiar se convierte general puede afirmarse que este "Debo producir y ganar para
en una secuencia de actividades Adict@s al trabajo. carácter necesita al otro, porque se que me valoren o me
perfectas; viajar juntos, jugar tenis, ir Identificados con el logro y el siente a través de su reconocimiento, quieran"
de compras… rendimiento. es amistos@, extrovertid@ y
VANIDOS@ volcad@ hacia el otro. "El éxito es lo que importa"
AMBICIOS@S Creen que el amor es fruto de lo que Reprimen las emociones mientras
EGOCENTRIC@S producen, de sus logros y no de lo trabajan. Adoptan una imagen social "Tanto tienes tanto vales"
COMPETITIV@S que son. agradable y de acuerdo al grupo al
TRIUNFADORES Llevan a cabo sus proyectos con que pertenezcan. "El valor de la persona
MOTIVADORES Profunda desconexión de sus decisión y pasión. Quieren ser la depende del logro"
BUSCADOR@S DE sentimientos íntimos. autoridad. Pueden inspirar a sus amigos para
STATUS que alcancen altos niveles de
EXITOS@S Los Tres tienen la tendencia a Son eficaces, con sentido de la excelencia.
"actuar" las emociones, a que la organización y pueden desempeñar
actividad reemplace los afectos, y más de un trabajo al mismo tiempo. Irradian alegría, benevolencia y
adoptar el papel del/la amante adaptabilidad, aunque también
perfect@. Suelen ser competitiv@s y superficialidad.
oportunist@s.
Retrasan la intimidad para no verse Buenos vendedor@s, y líderes, les Sintonizan bien con diferentes
incomodad@s con la expresión de resulta fácil influir, motivar y grupos de personas.
sentimientos. persuadir.
VIRTUD
HONESTIDAD
VERACIDAD.
53
RASGOS
EL ROMÁNTICO Demandantes, exigentes y Son muy Servicial, siempre a
dependientes. dedicad@s, disposición de los otros
expresiv@s y y un gran soporte en sus
El otro nunca es lo suficientemente creativ@s. crisis. "Me falta algo"
perfecto, o romántico para llenar tanta
INDIVIDUALISTA sensibilidad. Son capaces de Acomodatici@s, "Los demás son siempre
ARTISTA percibir el talento obsequios@s, más y reciben lo mejor"
MELANCOLIC@ Le atrae lo distante y lo inalcanzable. genuino y la empátic@s, y
VÍCTIMA cualidad de los sacrificad@s. "No merezco que me
ESPECIALY ÚNIC@ Recuerdan dulcemente a la gente del sentimientos de las amen, no soy digno de
TRÁGIC@ pasado y sueñan con los amantes y las personas. Son amables, amor"
DEPRESIV@S experiencias por venir. colaborador@s y
CREATIV@S Necesitan el refinad@s.
SENTIMENTALES En la búsqueda no es la felicidad lo que reconocimiento de
ENVIDIOS@S importa. Son impacientes con los sus actividades. Suelen ser muy
sentimientos planos y ordinarios dependientes,
("seguro que el amor es más que eso"). Se les dificulta el envidios@s y
trabajo rutinario, o temperamentales en
Intensifican las relaciones a través del aquel que no sus relaciones.
sabotaje, el sufrimiento y los actos permita desarrollar
VIRTUD dramáticos. su sentido de
ECUANIMIDAD creatividad.
CONTENTAMIENTO
54
RASGOS
El PENSADOR No involucrarse es su postura Prefieren trabajos en los que pueden Suelen ser muy
emocional habitual, se le dificulta la ser independientes y no se les independientes,
entrega al otro, no se compromete. invada su espacio. aislad@s, de escasa
disponibilidad y "Sólo se puede depender
INVESTIGADOR@) Evita los vínculos, expresa poco cariño, Suelen ser muy intelectuales y empatía, evitando las de uno mismo"
OBSERVADOR@ son frí@s, apátic@s e indiferentes. abstract@s dificultándoseles exigencias.
RADICAL transmitir sus ideas. "El conocimiento me da
EXPERT@ Su deseo de recibir amor va acorde a Sus amigos son seguridad"
AVAR@ su acomodación de vivir con lo menos Poseen una inclinación natural hacia aquellos con quienes
AISLAD@ posible, a no depender del otro. los proyectos de amplio espectro puedan compartir "No confíes y no te dejes
MIEDO A SENTIR que exigen una plataforma teórica intereses intelectuales. arrastrar por las
INTELECTUAL amplia. emociones"
INDEPENDIENTES
Mantienen la calma cuando todos No les gustan los actos
La intimidad puede estimular la están alterados. sociales, las fiestas y los
separación. Les resulta significante la chismes, excepto
frase "puedo seguir sin ti". Mantienen Son mucho más eficaces cuando son cuando están con
a su pareja separada de otros aspectos el cerebro del proyecto más que si personas de su entera
VIRTUD de su vida. se les responsabiliza de la confianza.
DESPRENDIMIENTO continuidad de éste.
DESAPEGO
55
RASGOS
EL LEAL En el amor pueden ser sumis@ y Son intelectuales, Leales, despiert@s y atent@s, como
paternalistas, el temor limita la ingenios@s, piensan las también pueden ser ansios@s,
entrega y la espontaneidad, se cosas con mucho desconfiad@s y extremadamente "Uno siempre debe estar en
ESCEPTIC@ teme ser engañad@. detenimiento, calculan todo suspicaces. guardia"
INCONDICIONAL meticulosamente antes de
GUARDIÁN Vive una continua ambivalencia actuar. En las relaciones aparece el miedo y
DUDOS@S entre el amor y odio, entre la la agresión en un continuo "La vida es peligrosa"
MIEDOS@S confianza y la desconfianza. Trabajan muy bien cuando intercambio.
DESCONFIAD@S sus obligaciones están
LEALES Cuestionan las intenciones del otro: claramente definidas. Poseen una gran capacidad de "La claridad y la franqueza
ABOGADOS DEL DIABLO se preguntan que es lo que sacrificio en nombre del deber y la son peligrosas"
realmente piensa, buscan pistas responsabilidad con los demás.
para resolver los comportamientos Prefieren lo ensayado y
de la pareja. previsible. Se les dificulta el Se identifican con las causas de los “Siempre alguien tiene la
trabajo bajo presión. desvalidos y los menos privilegiados. culpa de todo”
Un Seis puede ser un aliad@ leal,
especialmente fuerte en una Por lo general son muy Pueden ser muy dependientes o
relación de "nosotros contra el responsables y laborios@s. asumir la autoridad elevándose con
mundo". Un@ partidari@ devot@. respecto a los demás.
\\VIRTUD
VALENTIA
CORAJE
56

RASGOS LIMITANTES
EL GOLOSO Necesitan ante todo amores Hacen muchos planes, más de los que pueden Activos, optimistas,
indulgentes, donde no se les exija, realizar. abiertos y sociales
ni se les pongan límites. previendo siempre "Tener opciones es
estrategias de tener libertad"
Evitan relaciones que exijan Leen de todo un poco y saben hacer muchas acción.
ENTUSIASTA compromisos, obligaciones o cosas.
EXTROVERTID@S restricciones. Viven con un club
INMODERAD@S de amigos. "Los compromisos
SOÑADOR@S Un compañero ideal para un Siete Las decisiones limitadas y las tareas repetitivas son una trampa"
GOLOS@S es aquel que lo adore y le brinde no les gustan. Se mueven en espacios
ALEGRES su compañía mientras él pasa un creativos y en el desarrollo de proyectos Les agrada la buena
SUPERFICIALES buen rato. positivos. vida, comida fina,
NARCISISTAS distracciones y la “ Más es mejor"
OPTIMISTAS Los Siete necesitan parejas que aventura.
EXPLORADOR@S sean un reflejo de su propia y Prefieren el trabajo en equipo, son capaces de
engrandecida imagen. Se sienten organizar la gente para que tengan una
bien cuando son admirados. interacción lo más agradable posible. Asumen el rol de
distraer y hacer reír "La vida es un
Son sensibles al aburrimiento o a a los demás. banquete"
VIRTUD la rutina en las relaciones. Resultan más eficaces durante el principio de
MODERACION un proyecto en las fases de creación y
SOBRIEDAD planificación, luego pueden perder su
motivación.
57

RASGOS LIMITANTES
EL LÍDER Exige un amor que se Saben liderar grupos y ofrecer a los Aman la excitación y el estímulo y
confirme a través del demás dirección clara. les atraen las personas de su
sometimiento y del dejarse estilo.
explotar. Son independientes y tienen "Tú estás
facilidad para negociar y ejercer conmigo o contra
DESAFIANTE Le cuesta mucho recibir y presión. Son muy independientes y mí"
PROTECTOR@ vive probando el amor del autónomas, necesitan tiempo
PROVEEDOR@ otro. No se someten a reglas ni límites. para estar a solas.
INCONFORMISTA "Sólo se puede
INTENSIDAD El Ocho necesita controlar Saben ceder responsabilidades y depender de uno
EMOCIONES FUERTES y por lo tanto, intentará motivar a las personas. Son muy protectores de sus seres mismo"
COMBATIV@S predecir las intenciones del queridos y de los débiles, los
CONTROLADOR@S otro. Así mismo, pueden ser demasiado defienden con tal intensidad que
dominantes, exigentes y pueden llegar a ser muy "Come o serás
Su miedo de ser controlado controlador@s. agresiv@s. comido"
se desplaza hacia el control
del espacio físico, de los Les gusta el poder, saben
horarios, del territorio, de conseguirlo y mantenerlo. Son de excesos en todas sus
VIRTUD los objetos personales. actividades.
INOCENCIA Acción rápida y eficaz.
TERNURA
58
RASGOS LIMITANTES
EL MEDIADOR Está dispuest@ a dar mucho en el plano de Son conciliadores, colaboradores y de Son sociales, amistosos y
la acción pero le falta atención a la trabajo en equipo, cargándose en ocasiones muy generosos.
verdadera necesidad del otro, le falta las responsabilidades de otros.
comunicación, empatía y entusiasmo. Dan mucha seguridad y
Son buenos líderes si la situación muestra confianza. " Las necesidades de
Es difícil separar a un Nueve una vez que se un curso de acción clara y no tienen que los otros son más
PACIFICADOR@ une a su pareja. Sus relaciones pueden asumir muchos riesgos, que les implique Son pasivos y evitan los importantes que las
PERESOZ@ continuar por muchos años más allá del toma de decisiones. conflictos, relacionándose mías"
CONCILIADOR@ punto natural de separación. de una manera muy
PASIV@S Son de hábitos y rutinas fijas y se acomodan pacífica y armoniosa.
RUTINARI@S Son a menudo lacónicos y no comunican lo a todo.
COMOD@S que sienten ("dejemos que lo no dicho se Suelen anteponer las "Todo está bien"
mantenga así"). Son excelentes mediadores pues tienen la necesidades de otros a las
capacidad de identificarse con todas las propias y prefieren ceder
Dicen lo que el otro quiere escuchar. Eso no opiniones en juego. antes que imponer su
significa que estén de acuerdo con el otro. criterio. “Si algo está bien hay
Es difícil que un Nueve diga que NO. Se afilian a los colectivos para promover que dejarlo quieto, no
causas y estructurar su tiempo. hacer olas”
VIRTUD
ACCIÓN CONCRETA
CONEXIÓN
59
Rasgo Pasión Creencia Errónea Ilusión Especifica Reacción Específica Dificultad Especifica Fijación Defensa Virtud Idea Santa
1 Ira Hay una manera Existe objetivamente Voy a mejorarme a mí Sensación de Perfeccionismo Formación Serenidad Perfección
correcta de hacer lo bueno y lo malo y al mundo imperfección interna reactiva
las cosas
2 Orgullo Soy Especial Puedo lograr Obstinación en lograr Orgullo herido, sensación Falso Amor Represión Humildad Voluntad o
cualquier cosa que mi deseo de humillación Libertad
desee
3 Vanidad Soy lo que los Si me valoran valgo Esfuerzo constante Sensación de soledad y Engaño Identificación Autenticidad Esperanza
otros ven para ser reconocido vacío, de no existencia.
4 Envidia El mundo ha sido Mi dolor me hace Reclamo cargado de Sensación de exclusión, Insatisfacción Introyección Ecuanimidad Origen
injusto conmigo especial y me da dolor y rabia de insatisfacción de vacío
derecho
5 Avaricia El mundo es Estoy aislado y no Retirada a un mundo Sensación de soledad, Desapego Aislamiento Desapego Omnisciencia
peligroso y necesito nada del propio seguro abandono, pequeñez, Patológico No-apego
dañino mundo falta de recursos, vacío.
6 Miedo No se puede Tengo que descubrir Suspicacia defensiva. Inseguro y asustado, Acusación Proyección Coraje Fe
confiar en la la verdad Desconfianza. Duda vulnerable y sin apoyos.
naturaleza Angustia permanente
humana
7 Gula La vida puede ser Si planifico bien las Planificación Sensación de estar Indulgencia Racionalización Sobriedad Trabajo
vivida sin dolor cosas, seré feliz perdido y desorientado Sencillez
8 Lujuria En este mundo o Yo solo puedo Hacerse el fuerte Sentimiento inconsciente Castigo Negación Inocencia Ser
dominas o te de maldad culpa
dominan
60
9 Pereza Nada es No soy digno de Me olvido de mí, me Sensación de profunda Pereza Renuncia Acción Amor
importante y yo amor. Algo falla en resigno y me pierdo deficiencia altruista.
tampoco importo mí. en lo cotidiano Supresión
61
ENCUENTRO CON NUESTRO PERSONAJE
EGOTIPO UNO
□ 1. Tengo deseos de arreglar el mundo, de reformarlo.
□ 2. Soy muy crític@, sever@ y estrict@, busco constantemente la perfección.
□ 3. Creo profundamente en los valores morales.
□ 4. Me ocupo de los detalles mínimos y de que todo salga como debe ser.
□ 5. Me evalúo continuamente de acuerdo con mis criterios perfeccionistas y

me auto critico si me alejo de ellos.
□ 6. Me exijo mucho en corregir mis deficiencias y busco el perfeccionamiento

en todo lo que hago.
□ 7. Tiendo a pensar en forma valorativa y comparativa, en términos de

bueno/malo, correcto/incorrecto, falso/verdadero.
□ 8. Descalifico a quienes no siguen principios ni valores.
□ 9. Es muy difícil relajarme, vivo autocontrolad@, lo que me genera mucha

presión y una mayor exigencia.
□ 10. Creo que si no soy lo suficientemente buen@ no seré aceptad@ por los
demás.
□ 11. Me molesto cuando los otros no tienen disciplina, son desordenados y no

se exigen a sí mismos.
□ 12. Puedo poner límites claramente y reacciono susceptiblemente si los

traspasan o los rompen.
□ 13. Me irrita que los demás me critiquen o me juzguen.
□ 14. Siempre tengo la razón, porque sigo lo que es correcto y obvio.
□ 15. Planeo cuidadosamente todas las actividades y evito cualquier alteración

que atente contra el orden.
62
□ 16. La gente me percibe como una persona muy seria.
□ 17. Tengo compulsión por la limpieza y la pulcritud.
□ 18. Soy frí@ en las comunicaciones y no dejo ver en ellas mi parte emocional.
□ 19. En general no me enojo.
□ 20. Mido a las personas de acuerdo con mis criterios morales y de acuerdo
con ellos las acepto o no.
EGOTIPO DOS
□ 1. Fácilmente me doy cuenta de las necesidades y problemas del otro y hago

lo posible para ayudarle.
□ 2. Seduzco a todas las personas en cualquier situación que se presente.
□ 3. Necesito ternura, protección y afecto, pero me cuesta mucho pedir lo que

necesito.
□ 4. Requiero un ambiente de libertad para sentirme a gusto.
□ 5. Me gusta ser vist@ y valorad@ por las personas que considero más
importantes y de mayor jerarquía.
□ 6. Entablo relaciones de amistad muy fácilmente, converso agradablemente

y me tuteo con todo el mundo.
□ 7. Tiendo a ser muy sobreprotector@ con los demás.
□ 8. Es muy difícil para mí reconocer los errores, pues siempre hago las cosas
con la mejor de las intenciones.
□ 9. Procuro ser indispensable en las relaciones que establezco.
□ 10. Mi vida está claramente orientada al servicio.
□ 11. Me olvido muchas veces de satisfacer mis propias necesidades, pues

antepongo las de los demás.
□ 12. Es de gran importancia para mí recibir de las personas cariño y aprecio.
63
□ 13. Soy poco tolerante con la frustración.
□ 14. Tengo gran habilidad para elegir los regalos perfectos y me encanta
recibir el agradecimiento del otro.
□ 15. Soy voluntarios@, algo rebelde y desobediente.
□ 16. Algo mágico siempre está por suceder y siento que voy a conquistar el
mundo.
□ 17. Exagero mi emotividad para llamar la atención.
□ 18. Siento que es un privilegio que las personas estén conmigo.
□ 19. Tengo necesidad de vivir un gran amor.
□ 20. Doy y espero mucho de la gente.
EGOTIPO TRES
□ 1. Me adapto fácilmente a todas las situaciones y entornos.
□ 2. Organizo mi agenda de actividades en forma sistemática, sin tener

muchos espacios de descanso.
□ 3. Luzco siempre atractiv@, dinámic@ y llen@ de energía.
□ 4. Trabajo para lograr el éxito. Los lugares bajos sólo son escalones en mi
carrera por el triunfo.
□ 5. Mi ritmo de vida y mi energía suelen ser muy intensos para los demás.
□ 6. Siempre tengo metas claras en mi mente y me motivo permanentemente

para alcanzarlas.
□ 7. Me ocupo de causar una excelente impresión, así que soy cortés, amable
y amigable.
□ 8. Soy esclav@ de la buena figura.
□ 9. Soy amig@ de los espejos y me encanta observarme para monitorear mi

aspecto.
64
□ 10. Tengo todo organizado en check-lists, en las que verifico lo que tengo que
hacer.
□ 11. Soy un líder natural y puedo guiar a otros con responsabilidad y

entusiasmo.
□ 12. Necesito tener todas las cosas bajo control.
□ 13. Tengo gustos yuppies y el síndrome de orientación al marketing.
□ 14. Soy frí@ a la hora de tomar decisiones.
□ 15. Me encanta que me observen y me digan qué bien me veo.
□ 16. Tengo buena intuición para saber quiénes pueden serme útil y me adapto
a ell@s para caerles bien.
□ 17. Siempre soy optimista, todo funciona maravillosamente.
□ 18. No estoy hech@ para el dolor, lo vivo como algo abismal.
□ 19. No entiendo porqué la gente se aburre, pues yo nunca estoy sin hacer
nada.
□ 20. Es muy importante que los demás reconozcan la excelencia en todo lo

que hago.
EGOTIPO CUATRO
□ 1. Para mí es más importante sentir que pensar.
□ 2. Creo que el pasto del vecino siempre es más bonito que el mío.
□ 3. Me siento profundamente herid@ cuando no me comprenden o me

ignoran.
□ 4. Soy de emociones intensas que vivo con gran dramatismo e identidad.
□ 5. Me obsesiono con pensamientos del pasado, con el dolor y sufrimiento

que aún me causan.
65
□ 6. No me gusta la rutina ni todo aquello que no me permita desarrollar mi
sentida creatividad.
□ 7. En ocasiones no puedo controlar el llanto y me quedo pegad@ a las

lágrimas.
□ 8. Ser auténtic@ y expresar honestamente mis sentimientos es muy

importante para mí.
□ 9. Siento una gran afinidad por todas las expresiones artísticas.
□ 10. Soy muy consciente de mis intuiciones y generalmente resultan

verdaderas.
□ 11. Soy el rey o la reina de la tragedia y me suelo identificar con el papel de

víctima.
□ 12. Quiero recibir la atención exclusiva de mis amigos.
□ 13. Soy artístico e imaginativ@.
□ 14. Soy hipersensible y demasiado susceptible.
□ 15. Me encanta estar junto a mis amigos, especialmente si están mal.
□ 16. A veces siento odio profundo, aunque lo sepa disimular.
□ 17. Vivo en una permanente búsqueda de mi Yo.
□ 18. Pongo mi sello personal a todo lo que hago, así que tenga que saltarme
las reglas.
□ 19. Soy adict@ al amor.
□ 20. En muchas ocasiones siento vergüenza de mí mism@.
EGOTIPO CINCO
□ 1. Soy muy independiente, me basto a mí mism@ para sobrevivir e intento

no necesitar de nadie.
66
□ 2. Trato a los demás sin mucha expresividad emocional.
□ 3. Puedo tomar decisiones fácilmente ante cualquier decisión, dada mi

claridad mental.
□ 4. Me gusta ser invisible y pasar desapercibid@.
□ 5. Creo que hablar con los demás es una pérdida de tiempo porque no me
entienden.
□ 6. Me contacto con los demás a través de mi intelecto.
□ 7. Sintetizo fácilmente y puedo manejar conceptos, categorías y otras

abstracciones.
□ 8. Es fundamental que los demás respeten mi individualidad y comprendan

mis épocas de aislamiento
□ 9. Ante una confrontación prefiero tomar distancia y retirarme.
□ 10. Estoy ávid@ de experiencias que me conduzcan a la iluminación.
□ 11. Soy algo torpe en mis relaciones.
□ 12. Los demás me consideran algo excéntrico y fuera de este mundo
□ 13. A veces me trabo cuando hablo o no me escuchan y me piden

frecuentemente que repita.
□ 14. Me aparto del mundo para protegerme.
□ 15. Me encanta coleccionar objetos.
□ 16. Pienso que tengo muy poco que ofrecer emocionalmente al otro.
□ 17. Las masas de gente me abruman, prefiero experiencias conocidas y

familiares.
□ 18. No confío mucho, pero cuando lo hago espero que el otro cumpla
completamente.
□ 19. No espero nada de nadie, no tengo esperanza.
□ 20. Suelo tomar distancia del mundo para dedicarme a lo mío.
67
EGOTIPO SEIS
□ 1. El miedo es mi compañero constante, mi amigo fiel.
□ 2. Tiendo a ser algo paranoico.
□ 3. Soy responsable, leal y cumplo con todas mis obligaciones.
□ 4. Necesito argumentos y explicaciones sólidas para resolver mis problemas.
□ 5. A veces utilizo mi fuerza a la defensiva.
□ 6. Me siento más segur@ haciendo lo que se espera de mí que obrando por

mi cuenta.
□ 7. Soy solidario, fiel y buen amigo.
□ 8. Soy desconfiado con las figuras de autoridad, temo que me vayan a

lastimar.
□ 9. Por lo general dudo de mis impulsos, sentimientos y pensamientos, no

puedo seguirlos espontáneamente.
□ 10. Necesito tener el control de las situaciones para sentirme segur@.
□ 11. Soy muy buen@ en temas de sistematización y seguridad.
□ 12. Tengo miedo de no dar la talla.
□ 13. Ayudo a los demás a tomar decisiones y a evaluar alternativas,

confrontándoles con dudas constructivas y apartándome de mi intuición
para lo verdadero.
□ 14. Para mí es muy importante la aceptación del grupo.
□ 15. Vivo con una permanente sensación de angustia y ansiedad.
□ 16. Siempre estoy alerta y previendo el peligro.
□ 17. Mi rigidez física refleja la rigidez de mis ideas.
□ 18. Tengo miedo a que me rechacen o me abandonen.
68
□ 19. Pienso que las jerarquías están correctas y no me salgo de ellas.
□ 20. Me hago amig@ de quien siento que me amenaza y puede poner en

riesgo mi seguridad.
EGOTIPO SIETE
□ 1. Soy una persona feliz, optimista.
□ 2. En situaciones difíciles y problemáticas siempre busco el lado positivo.
□ 3. Me enfoco siempre en las cosas bellas que la vida tiene para mí.
□ 4. Necesito tener a mi lado gente que me escuche, pero a mí no me gusta

escucharles.
□ 5. Tengo una gran necesidad de aventura.
□ 6. Soy idealista y me encantaría mejorar el mundo y la vida de la gente.
□ 7. Quiero llamar la atención para ganar seguridad
□ 8. No uso la autoridad ni la fuerza, prefiero organizar a mi gente para

trabajar en equipo y pasarla rico.
□ 9. Soy insaciable, me muevo en los excesos.
□ 10. No me gusta que me digan lo que tengo que hacer, sin embargo nunca
me enfrento abiertamente a la figura de autoridad.
□ 11. Me gustan los eventos sociales en donde pueda divertirme con otros.
□ 12. Tengo gran capacidad para influenciar a los demás, encanto con lo que
digo.
□ 13. Encuentro la vía fácil de las cosas y me especializo en ella.
□ 14. Mi cabeza no para de parlotear, pienso en miles de cosas al tiempo.
□ 15. Uso la mentira para enganchar al otro.
□ 16. Evito situaciones de conflicto o aquellas en las que tenga que presionar a
alguien.
69
□ 17. Soy inconstante, me falta disciplina.
□ 18. Me cuesta trabajo contactar con el dolor, lo reprimo y lo evito.
□ 19. No me gusta sentirme obligado o comprometido.
□ 20. Olvido fácilmente los conflictos y las situaciones desagradables.
EGOTIPO OCHO
□ 1. Creo que la gente me pertenece.
□ 2. Soy muy impaciente y no soporto la lentitud de los demás.
□ 3. Soy un ser justo y fuerte, ayudo a los débiles.
□ 4. Me aburro cuando no hay un estímulo suficiente.
□ 5. Rompo las reglas antes que estar sometid@ a ellas, no soy conformista.
□ 6. Vivo en ansiedad permanente y con necesidad de adrenalina, busco

intensidad al extremo.
□ 7. Tomo decisiones con gran facilidad.
□ 8. Tengo tendencia a la confrontación y quiero ganar siempre.
□ 9. Lidero grupos y les ofrezco protección.
□ 10. Digo las cosas sin pensar, las suelto como se me ocurren.
□ 11. Soy muy independiente, no me gusta depender de nadie para lo que

necesito.
□ 12. Tiendo a sobrepasar los límites normales.
□ 13. Me gusta el riesgo, así como comprobar que soy capaz de vencer los
peligros.
□ 14. Me fastidian las personas melosas, aduladoras y comediantes.
□ 15. Mi voluntad es fuerte, no renuncio ni me echo para atrás fácilmente.
70
□ 16. No tolero la falta de lealtad y la castigo.
□ 17. Me encanta ostentar el poder, sé cómo conseguirlo, usarlo y mantenerlo.
□ 18. Respeto a la gente que sabe defenderse sola.
□ 19. Necesito complacerme permanentemente, vivo para el placer.
□ 20. Tengo gran confianza y seguridad en mí mismo.
EGOTIPO NUEVE
□ 1. Comprendo fácilmente y siento las opiniones y puntos de vista de los

demás.
□ 2. Me cuesta trabajo decir no.
□ 3. Soy una persona muy generosa.
□ 4. No contacto con mis propias necesidades, son más importantes las de los
demás.
□ 5. Para mí todo está bien, no hay porqué preocuparse.
□ 6. Soy convencional.
□ 7. Necesito fusionarme con el otro, me sobreadapto a mi pareja.
□ 8. Me perciben como una persona tranquila, serena y relajada.
□ 9. Dejo todo para última hora y me coge la tarde.
□ 10. Me encanta pertenecer a grupos, me diluyo en ellos.
□ 11. Cuando me relaciono con los demás espero pasivamente a ver qué
ocurre.
□ 12. Me cuesta trabajo soltar las rutinas.
□ 13. Si me afanan reacciono con resistencia pasiva y terquedad.
□ 14. Siempre tengo hambre de algo y puedo comer compulsivamente.
71
□ 15. Soy social y amistos@.
□ 16. A las personas les encanta estar junto a mí porque se sienten seguras.
□ 17. Busco la comodidad en todos los aspectos.
□ 18. Soy muy generos@.
□ 19. A veces ando en piloto automático.
□ 20. Soy percibido como una persona lenta.
PRIMER ACERCAMIENTO
MI PERSONAJE:
72
73
74
HAZ UN DIBUJO DE TI MISMO
75

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ESCUELA TRANSFORMACIÓN HUMANA

DESARROLLO PERSONAL Y DE LA CONCIENCIA

Caracterología y Eneagrama: Protoanálisis

Escuela Transformación Humana

Mapa de la Noción de Trinidad en Unidad.

Mapa de Degradación de la Conciencia: Personalidad o Ego

EL NÚCLEO DINÁMICO DE LA NEUROSIS

PENSAMIENTO, EMOCIÓN Y ACCIÓN

II. ENEATIPOS: PASIONES Y FIJACIONES

Nueve formas de ver la vida,

El Modelo, El Reformador, El Purista, El Juez.

Su síndrome corresponde a la personalidad obsesivo-compulsiva del DSM-IV-TR*, cuyos rasgos

ESTRUCTURA DEL RASGO

2. ORGULLO Y FALSO AMOR

El Ángel Custodio, El poder Oculto tras el Trono, El Pobre Generoso.

ESTRUCTURA DEL RASGO

Tendencia a cuidar y falsa abundancia

El Cumplidor, El Motivador, El Directivo, El Vencedor, El Realizador.

ESTRUCTURA DEL RASGO

Necesidad de atención y vanidad

Sofisticación y habilidad social

Cultivo del atractivo sexual

Engaño y manipulación de la imagen

Orientación hacia los demás

El Romántico, El Entendido, El Autor, El Individualista, El Árbitro de la Elegancia, El Creador.

ESTRUCTURA DEL RASGO

Auto imagen pobre

5. AVARICIA Y DESAPEGO PATOLÓGICO

El Pensador, El Sabio/ La Sabia, El Artífice de Ideas, El Observador, El Filósofo.

La actitud de la avaricia es contenerse y dominarse. La codicia de la avaricia se manifiesta sólo mediante la

ESTRUCTURA DEL RASGO

Miedo a ser engullido

El Escéptico Fiel, El Abogado del Diablo, El Verdadero Creyente, El perseguidor perseguido.

ESTRUCTURA DEL RASGO

Miedo, Cobardía y Ansiedad

Orientación hacia autoridad e ideales

Acusación de sí mismo y de los demás

Proyección: Atribuye a otros motivos, sentimientos o pensamientos no reconocidos. La proyección también

El Imaginario, El Planificador, El Epicúreo, El Optimista.

ESTRUCTURA DEL RASGO

Satisfacción imaginaria del deseo

Jefe, Líder, Potentado, El Amo, El Campeón

ESTRUCTURA DEL RASGO

El Mediador, el Pacificador, el Conciliador

ESTRUCTURA DEL RASGO

Inercia psicológica (acedia)

Propensión a hábitos robóticos

Un mecanismo predominante es el de “narcotización”, que denota una perdida de conciencia, un “quedarse

III. VISIÓN DE LA ESENCIA

IV. ANTÍDOTOS DE LAS PASIONES-

La reacción a la dificultad, a las circunstancias adversas, adquiere diferentes modalidades en función

Virtud 1 -La Serenidad-:

Virtud 2 -La Humildad-:

Virtud 3 -La autenticidad-:

Virtud 4 -La Ecuanimidad-:

Virtud 5 -El Desapego-:

Virtud 6 -El Coraje-:

Virtud 7 -La Sobriedad-:

Virtud 8 -La Inocencia-:

Virtud 9 -La Acción-:

V. ANTÍDOTOS DE LAS FIJACIONES-

Idea Santa 1 -Perfección-: