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Estados Unidos que tuvo como gran objetivo la Luna. En esa época el prestigio
nacional y político de las dos superpotencias estaba en juego y la tecnología
espacial fue la mejor carta de presentación al mundo de la supremacía capitalista o
comunista, por lo tanto nadie escatimó esfuerzos con tal de llegar al objetivo.
Todo ese derroche de medios tuvo una gran repercusión en el campo industrial y
tecnológico, pero sobre todo, constituyó un hecho histórico que se adelantó en al
menos un siglo al curso normal de la historia. Lo que demostró es que cuando hay
voluntad política y ganas de hacer bien las cosas el ser humano puede conseguir
cualquier cosa por muy difícil que esta sea.
La Guerra Fría
Sergei Korolev, el ingeniero jefe que diseñó el cohete R-7 en una lanzadora tipo A
que puso al Sputnik en órbita, diseñaría más tarde el N-1, cuyo objetivo era enviar
cosmonautas a la Luna.
Casi cuatro meses después del lanzamiento del Sputnik 1, Estados Unidos
consiguió lanzar su primer satélite, el Explorer I, lanzado por el cohete Juno 1, el
Explorer I pesaba 14 kilos frente a los 85 kilos del Sputnik 1. Durante ese tiempo
se habían producido varios lanzamientos fallidos y publicitariamente embarazosos
de cohetes Vanguard desde Cabo Cañaveral.
Los primeros satélites se utilizaron con fines científicos. Tanto el Sputnik como el
Explorer I fueron lanzados como parte de la participación de ambos países en el
Año Geofísico Internacional. El Sputnik ayudó a determinar la densidad de la
atmósfera superior y los datos de vuelo del Explorer I llevaron al descubrimiento
del cinturón de radiación de Van Allen por James Van Allen.
Durante aquellos primeros años de la era espacial, la supremacía de los soviéticos
estaba basada en su capacidad para fabricar lanzadores de gran potencia. Los
EE.UU, se vieron forzados a tomar medidas de importancia para intentar reducir
esta gran ventaja. Entre ellas, la más espectacular fue la creación, en Octubre de
1958, de la NASA, (Administración Nacional Aeronáutica del Espacio), reuniendo un
equipo de más de 8000 científicos y técnicos. Con dos objetivos prioritarios: el uso
militar del espacio y el prestigio nadional.
Sin embargo la hazaña de los soviéticos sólo fue alcanzada por los americanos con
John Glenn, en la Friendship 7, se convirtió en el primer estadounidense en orbitar
la Tierra, completando tres órbitas el 20 de febrero de 1962. En aquel momento los
soviéticos ya habían lanzado 48 misiones orbitales.
Si bien la cosmonave Vostok dejó de ser usada en vuelos tripulados para dar paso
a los tipos Voskhod y Soyuz, más sofisticados y con mayores capacidades, el
ingenioso diseño de la Vostok ha sido utilizado como base para varios modelos de
satélites artificiales, algunos de los cuales todavía prestan servicio, como los
satélites de reconocimiento del tipo Fotón, usados desde 1985, el último de los
cuales despegó recién el 31 de mayo desde el cosmódromo de Baikonur con una
buena parte de su carga útil proporcionada por la Agencia Espacial Europea.
Korolev había planeado más misiones Vostok con duraciones mayores, pero tras el
anuncio del Programa Apolo de la NASA, el primer secretario Jrushchov demandó
más primeros puestos. El primer vuelo con más de dos tripulantes, la Voskhod 1 de
la URSS, una versión modificada de la Vostok, despegó el 12 de octubre de 1964
llevando a bordo a Komarov, Feoktistov y Yegorov. Este vuelo también marcó la
primera vez que una tripulación no llevó trajes espaciales.
El escenario estaba dispuesto para otro gran triunfo soviético, el primer paseo por
el espacio. Alexei Leonov, en la Voskhod 2, lanzada por la URSS el 18 de marzo de
1965, llevó a cabo el primer paseo espacial. Esta misión casi termina en desastre;
Leonov estuvo cerca de no poder regresar a la cápsula y, debido a una deficiencia
en el retropropulsor, la nave aterrizó a 1600 km de su objetivo. Por aquel entonces
Jrushchov había abandonado el cargo y el nuevo liderazgo soviético no se iba a
comprometer a un esfuerzo completo. Este sería el último triunfo soviético del
programa espacial tripulado. Ese año un americano también flotó en el espacio,
Edward White
Aunque los logros conseguidos por EEUU y la URSS proporcionaron mucho orgullo
a sus respectivas naciones, el clima ideológico aseguró que la carrera espacial
continuaría al menos hasta que el primer humano caminara sobre la Luna. Antes
de este logro, hizo falta que naves sin tripular exploraran primero la Luna mediante
fotografías y demostraran su habilidad para alunizar con seguridad.
La URSS mostró una mayor ambivalencia sobre la visita humana a la Luna. El líder
soviético Jrushchov no quería ni ser "vencido" por otra potencia ni los gastos de un
proyecto así. En octubre de 1963, afirmó que la URSS "no planeaba en la
actualidad ningún vuelo de cosmonautas a la Luna",
Alexei Leonov pasó 10 minutos en el vacío del espacio.
al tiempo que añadía que no habían abandonado la carrera. Pasó un año antes de
que la URSS se comprometiera a intentar un alunizaje.
Sin embargo los americanos se sobreponieron a esta tragedia. La nave Apolo fue
rediseñada, se aplicaron nuevas medidas de seguridad y después de muchas
pruebas se lanzó Apolo 8 el 21 de diciembre de 1968, fue el primer viaje espacial
tripulado que alcanzó una velocidad suficiente para escapar del campo
gravitacional del planeta Tierra; el primero en entrar en el campo gravitacional de
otro cuerpo celeste; el primero en escapar del campo gravitacional de otro cuerpo
celeste; y el primer viaje tripulado en regresar a la Tierra desde otro cuerpo
celeste. Los tres hombres de la tripulación formada por el Comandante de la Misión
Frank Borman, el Piloto del Módulo de Mando Jim Lovell, y el Piloto del Módulo
lunar Bill Anders se convirtieron en los primeros seres humanos en ver la cara
oculta de la Luna con sus propios ojos, así como los primeros en ver la Tierra
desde una órbita alrededor de otro cuerpo celeste. La misión fue también el primer
lanzamiento tripulado de un Saturno V y la segunda misión tripulada del Programa
Apolo.
I-D: Lovell, Anders y Borman en el simulador
Esta misión fue una combinación de las dos anteriores, ya que por primera vez se
situó el módulo lunar L.M. en una órbita próxima a la Luna, y se realizaron allí las
maniobras necesarias que ya se habían efectuado en órbita alrededor de la tierra.
El día del alunizaje estaba cada vez más cerca.
Habían transcurrido poco más de diez años desde el lanzamiento del Sputnik 1,
durante los cuales la actividad espacial en EE.UU. había sido muy intensa y
encaminada principalmente a preparar el primer viaje del hombre a la Luna. Se
había proyectado, construído y probado un cohete gigante y una extraña nave
lunar. Se habían hecho dos ensayos generales (Apolo 8 y 10) del viaje definitivo a
la Luna. A pesar de su gran complejidad, toda aquella parafernalia había
funcionado increíblemente bien. Ahora sólo quedaba ir a la Luna, pisarla y
explorarla, aunque esto último tuviera que reducirse a zonas muy pequeñas y
debiera realizarse con muy pocos medios técnicos y científicos.
El día 18, a las 05:12, la nave Apolo alcanzó su mínima velocidad: 3280 Km/h. A
partir de este momento entró en la esfera de influencia gravitatoria de la Luna y su
velocidad empezó a aumentar progresivamente. El día 19, a las 19:28, cuando la
nave se encontraba precisamente en el antípodo lunar, sin ninguna posibilidad de
comunicarse con la Tierra, pues la Luna se interponía entre ambas, los astronautas
encendieron de nuevo el motor del Módulo de Servicio, esta vez durante seis
minutos aproximadamente, con lo cual la nave entró en una órbita lunar elíptica
(113x313 km), que posteriormente se circularizó (100x122 km) con un período
orbital de dos horas aproximadamente.
Simulación de la nave Apolo 11 en órbita lunar
A las 00:57 del día 20, Armstrong y Aldrin realizaron una breve visita de inspección
al Módulo Lunar, entrando en él por el túnel de acoplamiento. Como encontraron
todo en perfecto estado, regresaron al Módulo de Mando. A las 15:27 los dos
astronautas volvieron a pasar al Módulo Lunar para preparar la separación y el
alunizaje. A las 19:46 el Módulo Lunar se separó ligeramente del Módulo de Mando
y Servicio.
Michael Collins procede a la separación
Vista frontal del Módulo de Mando y de Servicio, llamado Columbia, a bordo el astronauta
Michael Collins una vez concluída la separación.
El Módulo Lunar con los astronautas Armstrong y Aldrin dentro iniciando las maniobras de
descenso
Michael Collins se quedará en órbita lunar dentro del Módulo de Mando con forma de cono
mientras sus compañeros descienden en el LEM (Módulo de Excursión Lunar) o también
llamado Módulo Lunar.
Interior del Módulo lunar, llamado "Águila". la histórica nave que iba a descender y aterrizar en
la Luna por primera vez en la historia de la humanidad
A las 21:08 se encendió brevemente y por primera vez el motor de la Etapa
Descendente del Módulo Lunar y éste, poco después de alejarse del Módulo de
Mando, inició un descenso balístico (sin propulsión) hacia la superficie de la Luna.
Hasta el momento todo había salido perfecto y exactamente igual a como lo habían
planeado y simulado en innumerables ejercicios. Sin embargo a partir de ahora
surgirían algunas dificultades, pues en contra de lo que se había creído, aquel
histórico viaje no estuvo carente de sobresaltos. Hubo que realizar muchas
maniobras que jamás se habían efectuado, salvo en los innumerables ejercicios de
entrenamiento. En cualquier momento hubiera podido surgir un imprevisto
catastrófico.
A los 6 minutos de frenado, el Águila se había enderazado hasta llegar a los 60º y
los astronautas podían ver la Luna. Volaban a 500 km/h en horizontal y perdían
altura a 140 Km/h.
A sólo 125 metros del suelo los astronautas caen en la cuenta de que la dirección
automática que lleva la nave parece conducir hacia un peligroso cráter de unos 200
metros lleno de rocas sueltas, con el consiguiente peligro de volcar. La única
salvación posible será la de maniobrar ellos mismos y dirigir personalmente la
nave. Armstrong quien en su calidad de comandante se hace cargo de esta
situación. Armstrong teclea P-66; este control hace que el impulso del retrocohete
siga en funcionamiento automático menos el control de traslación.
El siguiente mensaje desde Houston tenía dos palabras: "30 segundos" (de
combustible), lo cual significaba ahora o nunca. El ritmo cardíaco de Armstrong
subió rápidamente. Si se terminaba el combustible, el Módulo Lunar caería
bruscamente al suelo y aunque ya estaba muy cerca de la superficie era muy
endeble y podría dañarse lo que imposibilitaría el regreso. Armstrong sabía que a
los 15 segundos de reserva tendría que abortar la misión.
-Voy a bajar del Módulo Lunar ahora. Este es un pequeño paso para el hombre...un
salto gigantesco para la humanidad.
Con la cámara funcionando desde un encuadre mucho mejor, que incluía el Águila
recortado contra el negro cielo lunar. Armstrong desplegó la bandera , y la clavó -
no sin dificultades- en el suelo y los dos astronautas saludaron militarmente. La
bandera americana ondeaba con una barra de aluminio sujeta al asta que la
mantenía extendida. En ese momento se recibió una llamada telefónica de
felicitación desde la Casa Blanca. Con ello terminaban los actos protocolarios y
quedaba escasamente una hora de trabajo útil.
Armstrong se fue a recoger más muestras a unos 30 metros de distancia para
evitar que quedaran contaminadas por los gases de escape de la nave; Aldrin se
dedicó a fotografiar el Águila por sus cuatro costados primero y luego a extraer los
dos experimentos científicos (un sismómetro y un reflector láser) para llevarlos
hasta su emplazamiento. La última tarea que quedaba era la obtención de
muestras documentadas. Hasta ese momento, ambos habían actuado como quien
recoge conchas en una playa; ahora había que hacerlo con un poco más de rigor
científico.
Un foto de la roca con el Sol a la espalda: otra con el Sol de costado; un primer
plano con una cámara provista de mango para apoyarla en el suelo ya que el traje
no permitía doblar la cintura: una descripción verbal detallada; recoger la muestra,
ponerla en una bolsa de plástico con su número de referencia y otra foto más del
suelo con la huella de la roca. En total se trajeron consigo 21 kg de rocas lunares.
Los dos astronautas habían cenado antes de dar el paseo. Ahora sólo tenían que
responder a unas cuantas preguntas transmitidas desde Houston y luego
descabezar un sueñecito hasta la hora del despegue. Armstrong se acomodó sobre
la cubierta del motor de ascenso, manteniendo los pies en alto y apoyándolos en
los arneses del puesto de pilotaje. Aldrin se acurrucó en sentido transversal en el
suelo de la cabina. Ambos conservaron sus cascos de vuelo, por miedo a respirar
las nubes de polvo que flotaban a su alrededor. Naturalmente en las 6 horas
siguientes, ninguno pudo pegar ojo. Después de todo estaban en la Luna.
Sin embargo poco antes de iniciar la cuenta atrás para despegar de la Luna Buzz y
Neil descubieron algo que podía ser desastroso. El interruptor del circuito que
activaba el motor de ascenso, el único modo de salir de la Luna, estaba roto. Si no
conseguían activar el interruptor, no podrían volver a casa. Buzz Aldrin utilizó un
boli, uno de los que tenían a bordo que no tenía metal en la punta, y lo usaron
para empujar el circuito hacia adentro.
La etapa ascendente enciende por segunda vez su pequeño motor para circularizar
la órbita.
La atmósfera original de la Luna es tan ténue que se estima que cada aterrizaje de
un Apolo contribuye a incrementarla en un 10%. Pero la gravedad de la Luna no
puede retener todos los gases y al cabo de pocas horas, la mayor parte habían
escapado al espacio.
Vista del paisaje lunar tal y como lo vieron los astronautas, se puede apreciar algún instrumento
científico.
La etapa ascendente del Módulo Lunar en órbita para unirse con el Columbia
Recreación simulada de la etapa ascendente acoplándose al Columbia
3 horas y media después del despeque lunar la Etapa Ascendente se encontró con
el Módulo de Mando que pilotado por Collins les estaba esperando en órbita lunar.
23 horas después del despegue lunar, cuando la nave pasaba exactamente por el
antípodo sin posibilidad alguna de comunicación con la Tierra, se encendió el motor
del Módulo de Servicio para producir la inyección en órbita transterrestre (Luna-
Tierra). Era otra operación muy delicada por el peligro de no alcanzar la órbita de
regreso y quedarse en una órbita lunar sin posibilidad alguna de retorno. La nave
aceleró hasta la velocidad de escape de la Luna (8450 km/h). Finalmente, después
de algo menos de una hora de silencio, en Houston hubo otro estallido de alegría
en el preciso momento en que se restablecieron las comunicaciones con la nave, al
salir de la zona de sombra. Si este momento hubiera sido después de lo previsto,
significaría que el encendido del motor no había funcionado correctamente, pero al
coincidir con el momento calculado teóricamente era muestra evidente de que la
nave ya estaba regresando hacia la Tierra.
El resto del viaje (unas 57 horas), fue tan perfecto que, a pesar de la emoción del
regreso, se hizo aburrido.
El Apolo 11 se acerca a la Tierra
14 minutos antes de la reentrada, el Módulo de Servicio se separó del de Mando en
preparación para la reentrada.
Cuarentena para los tres astronautas. La NASA tuvo que tomar grandes
precauciones para evitar que los astronautas, con las rocas y las tierras que habían
recogido en la Luna, pudieran traer algún agente contaminante desconocido de
origen lunar, que posteriormente pudiera contaminar. En consecuencia, tanto los
tres hombres como las muestras lunares fueron sometidos a un período de
cuarentena. Antes de abandonar la cápsula, cuando aún estaba flotando en el mar,
se les entregaron unos trajes especiales que tuvieron que ponerse para no
contaminar a los que les ayudaban a salir de la cápsula. Una vez en el barco
Hornet pasaron inmediatamente a un habitáculo cerrado, que no era otra que cosa
que una Unidad Móvil de Cuarentena, en la que fueron transportados primero por
barco y después por tierra hasta llegar a Houston, donde entraron en un edificio
aislado y especialmente preparado para el caso y allí permanecieron por el resto
del período de cuarentena (21 días), sometidos a todo tipo de análisis y estudios.
El resultado final fue negativo: no se encontraron agentes contaminantes
procedentes de la Luna.
El Apolo 13 fue una misión espacial que tenía como objetivo llevar a la superficie
lunar a dos seres humanos, que serían el quinto y sexto de la historia en lograr ese
hito, alunizando en la región Fra Mauro. Una explosión de los tanques de oxígeno a
bordo de la nave obligó a la tripulación a abortar la misión y orbitar alrededor de la
Luna sin poder lograr su cometido. Al Apolo 14 se le reasignó esa tarea con éxito.
Jim Lovell (Voló en las misiones Gemini 7, Gemini 12, Apolo 8 y Apolo 13),
Comandante
Jack Swigert (Voló en el Apolo 13), Piloto del módulo de mando
Fred Haise (Voló en el Apolo 13), Piloto del módulo lunar
Director del vuelo: Gene Kranz.
[editar] La misión
Despegó el sábado 11 de abril de 1970 a las 13:13 hora local (UTC –5). A los cinco
minutos de vuelo,
Impactante fotografía del Módulo de servicio dañado (falta toda la sección a la derecha).
los astronautas notaron una vibración.
Días antes de la misión, el piloto de apoyo del módulo lunar, Charles Duke
inadvertidamente contagió a la tripulación con sarampión. El piloto del módulo de
mando Ken Mattingly, resultó no ser inmune y dado el riesgo de desarrollar la
enfermedad, fue reemplazado por el piloto de apoyo Jack Swigert.
Pruebas en tierra antes del lanzamiento indicaron la posibilidad de un pobre
aislamiento en el tanque de helio de la etapa de descenso del módulo lunar (un
parámetro altamente crítico). Como consecuencia, el plan de vuelo se modificó con
tres horas de anticipación para poder instalar sensores que proporcionaran lecturas
adicionales en la presión.
Los astronautas tuvieron que utilizar el módulo lunar como bote salvavidas. Gene
Kranz decidió abortar la misión en su objetivo y traer de vuelta a los tripulantes.
El módulo lunar o LEM estaba diseñado para albergar a dos astronautas durante 45
h, pero se necesitaba albergar a tres durante 90 horas. El oxígeno no era un
problema, ya que con el de los tanques del módulo lunar y el de los trajes que se
tenían que haber utilizado en los paseos lunares seria más que suficiente, además
del oxígeno de las botellas de emergencia para el amerizaje. El módulo de servicio
aún seguía perdiendo energía y oxígeno aunque la fuga pudo ser frenada cuando
el módulo estaba casi vacío. La capacidad amperimétrica(energética) de la nave
estaba en punto crítico y se tuvieron que apagar la mayoría de los sistemas de
navegación.
El verdadero problema era la energía. Las baterías del módulo lunar no tenían la
suficiente capacidad como para proveer la energía requerida. Una de las tareas
principales de los ingenieros fue proveer de energía a ambas naves. Para ello se
ahorró energía apagando todos los sistemas eléctricos que no fueran críticos,
reduciendo el consumo a un quinto de lo normal e intentando que en el momento
de la reentrada de los astronautas a la atmósfera terrestre conservaran como
medida de seguridad un 20% de la energía total disponible.
El agua era el otro problema importante, se estimaba que se quedarían sin agua
cinco horas antes de la reentrada a la Tierra. Gracias a los datos obtenidos del
Apolo 8 (cuyo módulo lunar no se envió a la Luna) se dedujo que los mecanismos
podrían seguir funcionando en el espacio por un período adicional de 7 u 8 horas
sin agua para su refrigeración, la cual pudo ser usada por la tripulación para su
soporte vital, que racionaron 177 cc diarios (un poco más de la mitad de capacidad
de un biberón), además de jugos de frutas que llevaban. La tripulación se
deshidrató y todos perdieron peso: Lovell adelgazó 7 kg y entre los tres perdieron
un total de 16 kg, casi un 50% más que cualquier tripulación anterior.
Teniendo en cuenta que el módulo lunar estaba diseñado para mantener dos
personas por dos días y se le estaba requiriendo mantener con vida a tres personas
durante cuatro días, la contaminación resultaba un problema. Un día y medio
después del incidente, las luces de advertencia del nivel de contaminación por CO2
avisaron que se estaba llegando a niveles peligrosos.
Desde tierra, los ingenieros en una reunión de lluvia de ideas idearon y explicaron
a los astronautas la forma de adaptar dichos recipientes con bolsas de plástico,
cartones, cinta adhesiva y demás material que llevaban a bordo.
El viaje fue muy incómodo por la falta de agua y alimentos. La temperatura bajó
hasta los 3 °C debido al apagado de los sistemas eléctricos, y con la pérdida de
calor se formó condensación en todo el interior de la nave. Esto hacía que el
dormir fuera prácticamente imposible.
Uno de los mayores logros del Centro de Control de la Misión, fue el rápido
desarrollo de procedimientos para re-energizar el módulo de comando después de
haber estado desactivado a temperaturas muy bajas y reaccionar favorablemente.
Los controladores de vuelo normalmente documentan toda la información en tres
meses, pero en esta ocasión lo hicieron en tres días, gracias a los esfuerzos de Ken
Mattingly.
Después de una intensa investigación, el comité que se formó para ello identificó la
causa de la explosión. En 1965 el módulo de comando había sufrido varias
modificaciones para su mejora, las cuales incluían el elevar el voltaje permisible de
los calefactores en los tanques de oxígeno de 28 a 65 V de corriente continua.
Desafortunadamente, los termostatos interruptores de dichos calefactores no
fueron modificados para adaptarse al aumento de voltaje. Durante la prueba final
en la plataforma de lanzamiento, los calefactores estuvieron encendidos durante
mucho tiempo, esto sometió al cableado adyacente a los calefactores a muy altas
temperaturas (aprox. 500 °C) provocando un severo degradado en el aislamiento
de teflón. Los termostatos empezaron a operar con 65 V quedando soldados por el
voltaje y la temperatura, lo que provocó un cortocircuito.
Apolo 14: Decimocuarto vuelo del programa Apolo (denominado oficialmente AS-
509), lanzado en dirección a la Luna el 31 de enero de 1971 mediante un cohete
del tipo Saturn 5.
Durante sus dos EVAs o paseos por la superficie de nuestro satélite (de 4,8 y 4,6
horas de duración, de un total de 33 horas y media de alunizaje), Shepard y
Mitchell instalaron una estación científica, llamada ALSEP, y recogieron 43 kg de
rocas y polvo lunar, empleando el vehículo manual MET, dejando sobre la
superficie de nuestro satélite un paquete conteniendo la Biblia en microfilm, así
como el primer versículo del Génesis en 16 lenguas.
Para estudiar las características del interior de la Luna, se hizo chocar contra ella la
tercera fase del cohete Saturn, para que el impacto fuese registrado por los
sismómetros dejados allí por las diferentes misiones Apolo, además de hacer
explosionar sobre su superficie 13 cartuchos de explosivo de un total de 21
previstos. Del estudio de las ondas producidas por estas explosiones, se logró
conocer mejor el interior de la Luna. Durante el regreso efectúan varios
experimentos de mezclas en el vacío, consiguiendo nuevos compuestos
inexistentes anteriormente.
Anécdotas
Una de las anécdotas más curiosas de este vuelo la protagonizó Alan Shepard al
llevar hasta la superficie lunar la cabeza de un palo de golf (que ocultó a los
técnicos de vuelo) y con la que golpeó un par de bolas ante los asombrados ojos
de medio mundo.
A petición del Servicio Forestal de los Estados Unidos, a través de Stuart A. Roosa,
que había sido bombero forestal antes de ingresar en las fuerzas armadas, se
incluyó en su equipaje personal, un contenedor con 450 semillas de distintas
especies de árboles, para estudiar posteriormente, al plantarlas en la Tierra, si su
desarrollo era distinto de otras semillas similares que no hubiesen abandonado el
planeta (principalmente por las radiaciones a que se verían sometidas en el
espacio). Éstas regresaron a la Tierra y germinaron con normalidad. En el año
1976, con motivo del Bicentenario de los Estados Unidos, los árboles
originados por dichas semillas (conocidos como Árboles de la Luna, o Moon Trees),
fueron plantados, en su mayor parte en suelo estadounidense, en instituciones
públicas como hospitales, centros de investigación, universidades, etc. Algunos de
los árboles fueron enviados al extranjero, a lugares tan dispares como Suiza, Brasil,
e incluso uno que fue regalado a Hirohito, Emperador de Japón.
Expediciones a la Salyut 1
La primera misión a la Salyut fue la Soyuz 10, que se acopló a la estación el 23 de
abril, permaneciendo estacionada allí durante 5 horas y media. La tripulación no
pudo acceder a la estación por un problema técnico, debiendo regresar a la Tierra.
Apolo 15: Decimoquinto vuelo del programa Apolo (denominado oficialmente AS-
510), fue lanzado el 26 de julio de 1971 mediante un cohete del tipo Saturno 5, en
dirección a la Luna.
Apolo 16: Decimosexto vuelo del programa Apolo (denominado oficialmente AS-
511), fue lanzado el 16 de abril de 1972 mediante un cohete de lanzamiento del
tipo Saturno 5. Fue la quinta misión tripulada a la Luna.
También se disparó 19 veces el mortero que servía para realizar pruebas sísmicas,
si bien no se logró en cambio el impacto sobre la Luna del módulo de ascenso -
LEM- una vez desacoplado de la nave de mando.
El comandante Gene Cernan fue el último ser humano que pisó la superficie de la
Luna en los Montes Taurus, junto al Cráter Littrow, en la frontera entre el Mare
Tranquillitatis y el Mare Serenitatis. El módulo de descenso “Challenger” alunizó a
21,2ºN 30,6ºE (zona de Taurus Littrow) llevando como tripulantes a Eugene A.
Cernan y Harrison H. Schmitt.
Durante la permanencia en suelo lunar, realizaron tres EVAs a pie y con el rover
lunar LRV de 7 horas cada uno (35 kilómetros en total), en los cuales recogieron
110 kg de muestras de rocas lunares y dejaron instalado un ALSEP con los
siguientes instrumentos: un gravímetro de
superficie para analizar la atracción que el Sol y la Tierra ejercen sobre nuestro
satélite, un aparato medidor de masa, velocidad y frecuencia de caída de
meteoritos y erosión del material eyectado por el impacto, un aparato para
determinar el perfil sísmico a base de cargas explosivas, así como un medidor de la
composición atmosférica lunar próxima a la superficie.
También, y sin formar parte del ALSEP, se instaló un aparato para investigar la
existencia de capas de agua bajo la superficie lunar, un gravímetro móvil instalado
sobre el LRV y un aparato de sondeo de neutrones para medir el ritmo de captura
de neutrones secundarios de baja energía de rayos cósmicos en relación con la
profundidad del suelo lunar.
Esta misión batió varios récords: permanencia más prolongada en la Luna con un
total de casi 75 horas; período más largo en la superficie lunar sin interrupción (7
horas y 37 minutos), así como máximo tiempo de exploración con 22 horas y 5
minutos.
La carrera espacial se relentizó tras el alunizaje del Apolo, lo que muchos expertos
describen como su punto culminante o incluso su final. Otros, incluyendo al
historiador espacial Carole Scott, piensan que su fin se sitúa más claramente en la
misión conjunta Apolo-Soyuz de 1975. La nave soviética Soyuz 19 fue al encuentro
y se acopló con la nave estadounidense Apollo, permitiendo a los astronautas de
naciones "rivales" pasar a la nave de los otros y participar en experimentos
combinados.
Aunque la misión Apolo-Soyuz fue un evento único en el tiempo, sirvió para crear
un sentimiento de buena voluntad entre ambos países.