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Historia
Formación y primeros años (1979-1985)
En marzo de 1979, Jorge González, Miguel Tapia —de catorce
años— y Claudio Narea —de trece años de edad— ingresaron al
primero año de enseñanza media (la secundaria en Chile) y se
conocieron siendo compañeros de sala en el Liceo 6 (actual
Liceo Andrés Bello) de la comuna de San Miguel, en Santiago.
González y Narea descubrieron que ambos apreciaban al grupo
Kiss, lo que constituyó la base de afinidad que los llevó a
estrechar lazos de amistad. En 1980, ambos se unieron a los
hermanos Álvaro y Rodrigo Beltrán (vecinos de Claudio), para
crear Los Pseudopillos, ocurrencia de nombre que surgió en
clase de biología, cuando su profesora mencionó la palabra
«pseudópodo». Este era un cuarteto vocal con el que grabaron
más de un centenar de canciones humorísticas, escritas
principalmente por Jorge y Claudio, para las que empleaban
únicamente objetos caseros como percusión. Paralelamente,
Jorge se reunía con Miguel a componer, mientras planificaban
un proyecto musical más ambicioso: querían ser tan famosos
como The Beatles. Inspirados en la dupla Lennon-McCartney,
sobre quienes, erróneamente, pensaban que se dividían las
labores de composición, Tapia escribía la letra de las canciones
y González componía la música en piano o guitarra, pero al
poco tiempo Jorge decidió hacerse cargo también de los textos.
Ya que Miguel se refería a los Beatles como «Los Escarabajos»,
Claudio bautizó al grupo como Los Vinchukas haciendo
referencia a la vinchuca, mencionada también en clase de
biología. Posteriormente invitaron a Claudio a unirse a la
banda, y poco después, se unió Álvaro Beltrán. Además la
banda consiguió adquirir su primera batería de segunda mano,
que le había pertenecido a un grupo de cumbia, gracias a un
préstamo obtenido por la hermana de Miguel.
La consolidación (1986-1989)
Pateando piedras
El 15 de septiembre de 1986 lanzaron su segunda
producción, Pateando piedras. El grupo pasó del sonido simple
de guitarra, bajo y batería de su disco predecesor al tecno. Este
trabajo se destacó por un sonido mucho más sintético y
elaborado, con la abundante utilización de teclados,
sintetizadores, secuenciadores, samplers y baterías
programadas. Claudio en su autobiografía indicó: «Siete de los
temas no tienen bajo, sino bajo teclado. Todas las baterías son
programadas y tres de los temas no tienen guitarra». Narea no
se sintió cómodo con esta nueva forma de trabajar, por lo que
se limitó a grabar únicamente las partes de las guitarras;
después se iba del estudio para visitar a quien sería su futura
esposa, Claudia Carvajal, mientras Jorge y Miguel seguían
grabando y mezclando. De este trabajo salieron temas como
«Muevan las industrias» sobre la cesantía, «¿Por qué no se
van?» dedicado a los artistas snob y «El baile de los que
sobran» sobre la desigualdad en la educación. La última
canción es considerada una de las más emblemáticas de la
música popular chilena de los años 1980, y tuvo resonancia en
parte de Latinoamérica. Patricio Urzua en Rolling Stone Chile,
señaló que «lo más llamativo del disco era el sonido electrónico
que insinuaba “Estar solo” o los ladridos sampleados de “El baile
de los que sobran”. En ciertos círculos, esto acarreó
comparaciones inmediatas con Depeche Mode. Más allá de esta
novedad que para entonces era cegadora, las guitarras seguían
mandando en el sonido del trío: el riff de “Quieren dinero” no
desentonaría en la banda sonora de un spaghetti western, lo
que de nuevo habla de la inteligencia de la banda».
La cultura de la basura
En octubre empezaron a grabar su tercer disco, que en un
principio iba a ser un álbum de versiones de intérpretes como
Raphael, Nicola di Bari, Camilo Sesto, Salvatore Adamo,
Sandro, entre otros. Pero finalmente se decidió grabar un
álbum con canciones originales, titulado La cultura de la basura.
Este trabajo contó por primera vez con Narea y Tapia como
compositores. De esta dupla salieron cuatro canciones, todas
incluidas en el disco: «Somos sólo ruido», «Algo tan moderno»,
«El vals» y «Lo estamos pasando muy bien», tres de las cuales
son de autoría de Narea. Jorge les prometió que iban a
componer los tres juntos pero finalmente él lo hizo por su lado,
haciendo un total de diecisiete canciones, por lo que debió
descartar varias, entre ellas, «Lo estamos pasando muy mal»,
un siniestro spoken word sobre un agente de la CNI que іbа
narrando en primera persona la misión que tenía de asesinar a
un dirigente opositor a la dictadura. Cuando Max Quiroz
(ejecutivo de EMI) escuchó la canción, le dijo a Caco Lyon:
«Viejo, si esto lo sacamos, nos vamos todos a la cárcel».
Además, Claudio debutó como cantante siendo el vocalista
principal en «Lo estamos pasando muy bien» y «El vals».
Mientras grababa esta última canción, Caco le insistía que tenía
que afinar más la voz, pero el guitarrista no podía. Lyon
recuerda la grabación como un «parto».
Receso (1992-2001)
Dos meses después de dejar Los Prisioneros, Claudio formó el
grupo Profetas y Frenéticos con el que publicó dos álbumes de
corte rockabilly: Profetas y Frenéticos (1991) y Nuevo
orden (1992). Aunque no obtuvo éxito comercial con ninguno
de estos trabajos, Profetas y Frenéticos se la considera una de
las bandas más influyentes de la década de los noventa en
Chile. En 2000 publicó su primer disco solista, Claudio Narea,
que recibió buenas críticas pero una tibia recepción del público.
Miguel formó un dúo con Cecilia Aguayo y, con el respaldo de
Robert Rodríguez y otros músicos, crearon la banda tecno-pop
Jardín Secreto. Editaron dos álbumes que pasaron
inadvertidos, Jardín Secreto (1993) y El sonido de
existir (1997); este último tenía una versión de «El Albertío» de
Violeta Parra, que fue producido por Jorge González.
Reunión (2001-2003)
El 5 de septiembre, la formación original de Los Prisioneros
anunció su regreso después de doce años y lanzó un nuevo
sencillo de una antigua canción regrabada especialmente para
la ocasión, «Las sierras eléctricas», originalmente registrada
antes de la salida de Claudio Narea en 1989 para Corazones,
publicada póstumamente en Ni por la razón, ni por la fuerza. El
tema se presentó en las radios sin mucha difusión. Ese año EMI
editó el álbum doble recopilatario Antología, su historia y sus
éxitos, un disco más completo que el mezquino Grandes
éxitos de solo cincuenta y cinco minutos de duración, por lo que
decidieron retirar este último de los catálogos. El sello tuvo
problemas contractuales, ya que por contrato no podían editar
un disco sin el consentimiento de la banda, por lo que tuvieron
que adecuarse a las exigencias de ellos. Además, incluía «Las
sierras eléctricas» en su versión grabada en 1989, que no era
propiedad de la casa disquera. Más tarde, González acusó a
EMI de no pagar ningún derecho por sus producciones cuando
pertenecían al sello.
Después de la separación
Tras la disolución definitiva en 2006, ha habido múltiples
ofertas para reunir al trío sanmiguelino, desde tentativas de
privados hasta algunas de mayor perfil, como la del Maquinaria
Festival 2012. Sin embargo, Miguel Tapia ha sido el único que
se ha manifestado dispuesto a volver a tocar con sus ex
compañeros. Jorge González, radicado en Berlín entonces,
rechazó una propuesta en septiembre de 2014, formulada por
personeros del canal Chilevisión, que pretendía juntarlo con
Tapia en un concierto en el Estadio Nacional. La ausencia de
Claudio Narea en esta propuesta se debió, en primer lugar, al
quiebre de su amistad con Jorge, que llegó a un punto sin
retorno con la publicación del guitarrista de su libro
autobiográfico Los Prisioneros: Biografía de una amistad (2014)
—versión revisada y aumentada de su primer libro, Mi vida
como prisionero (2009)— en el que acusó a González de estar
obsesionado con él, y de acosarlo durante años a él y a su
familia (tanto en persona como por internet, e incluso a través
de canciones), lo que atribuyó a una posible atracción
homosexual no asumida; y, en segundo lugar, por las críticas
de Narea contra la serie televisiva Sudamerican Rockers,
emitida precisamente por Chilevisión.
Legado
El legado de Los Prisioneros se ha traducido en homenajes que
han ido desde álbumes tributo, libros biográficos, obras de
teatro, murales, versiones a nivel nacional e internacional, una
serie de televisión (Sudamerican Rockers), y una película
(Miguel San Miguel). Para la reunión de Los Prisioneros en
2001, el suplemento Icarito del diario La Tercera indicó que a
pesar del éxito internacional de La Ley y del prestigio artístico
de Los Tres, Los Prisioneros eran los músicos chilenos más
influyentes de las últimas dos décadas. En 2006, el locutor
radial Sergio «Pirincho» Cárcamo, dijo: «En Chile siempre
hemos tenido tribus. Nunca ha habido movimientos musicales ni
unidad. Se habla el "movimiento" de la Nueva Ola, del
"movimiento" de la Nueva Canción Chilena, se tiraban mierda
para cada lado. [...] No hay ningún grupo que catalice todo eso.
Yo creo que los que catalizaron, que reflejaron el sentir de su
época: Los Prisioneros en los ochentas, Los Tres fueron lo más
importante de los noventas, y no ha reventado el de esta
década». Otros músicos chilenos han reconocido la importancia
que han tenido Los Prisioneros. El cantautor Florcita Motuda
dijo que «El baile de los que sobran» fue un tema
representativo para la época en que se escribió. «De hecho, es
una canción atemporal porque funciona a la perfección en los
tiempos que corren. Ningún grupo encajó mejor en el perfil de
la banda clásica de rock como Los Prisioneros», dijo. El crítico
Marcelo Contreras indicó que «El baile de los que sobran», a
casi treinta años, sigue siendo un himno que refleja la
desigualdad de la educación chilena, añadiendo que el sampleo
del ladrido de un perro en la canción «timbra una chilenidad
conmovedora».
Premios y reconocimientos
Los medios chilenos empezaron a tomar más en cuenta a Los
Prisioneros tras el éxito de su segundo álbum, Pateando
piedras. La revista Super Rock los señaló como el mejor grupo
de Chile. Además, premió Pateando piedras como mejor álbum,
a Jorge González como el mejor compositor y eligió el tema «El
baile de los que sobran» como la mejor canción del año.
Posteriormente, fueron premiados en Perú por el mismo tema,
en Ecuador por «Sexo», en Colombia como el mejor Conjunto
de Rock, además, «El baile de los que sobran» fue elegida como
la canción del año, y Pateando Piedras como el álbum del año.
En 1991 fueron premiados con el premio Laurel de Oro como
«mejor grupo rock pop». En sus presentaciones en el Festival
de Viña en 1991 y 2003, el público los premió con antorcha y
gaviota. En 1998 el videoclip de «Sexo» fue premiado con el
Coral Negro en el Festival de Cine de La Habana. El 1 de
octubre de 1993 el primer videoclip emitido por MTV
Latinoamérica al iniciar sus transmisiones fue «We are
sudamerican rockers».
Miembros
Jorge González - Robert Rodríguez - Bajo,
Vocalista, bajo, guitarra, teclado, coros (1990-
guitarra, teclado 1992, apoyo en vivo)
(1983-1992, 2001- Sergio Coti Badilla - Teclado,
2006) guitarra (2003, apoyo en vivo;
Miguel Tapia - 2004-2006)
Batería, teclado, Álvaro Henríquez - Guitarra,
segunda voz (1983- coros (2003, apoyo en vivo)
1992, 2001-2006)
Claudio Narea - Gonzalo Yáñez - Guitarra, coros
Guitarra, teclado, (2004-2005)
coros (1983-1990,
2001-2003)
Cecilia Aguayo -
Teclado, coros (1990-
1992, apoyo en vivo)
Línea de tiempo
Discografía
1984 - La voz de los '80
1986 - Pateando piedras
1987 - La cultura de la basura
1990 - Corazones
2003 - Los Prisioneros
2003 - En las Raras Tocatas Nuevas de la Rock & Pop
2004 - Manzana