La solubilidad de una sustancia es la máxima cantidad de la misma que puede
disolverse en un determinado volumen (o masa) de disolvente o disolución a una temperatura determinada. Corresponde a la concentración de la disolución saturada. Los casos más interesantes son las disoluciones acuosas. La solubilidad de una sustancia en agua, a una temperatura dada, es un valor constante y característico de cada sustancia. Se mide generalmente en moles o gramos de sólido disuelto por litro de disolvente (mol/litro o gramos/litro). Por ejemplo, la solubilidad de la sal común (cloruro de sodio) es muy alta, de 359 gramos por litro de agua, de manera que el volumen de la disolución formada es mucho mayor de un litro al disolver los 359 g de sal. Sin embargo, como vas a tratar sustancias poco solubles, al añadir una cantidad de sólido muy pequeña a un litro de agua, disolviéndose todo el sólido, el volumen de la disolución casi no varía, y sigue siendo prácticamente de un litro. Por esta razón, son equivalentes las medidas de solubilidad por litro de disolvente o por litro de disolución, con la ventaja en este último caso de que ya es una medida de concentración (moles de sólido disueltos por litro de disolución). En la experiencia a realizar el grado de solubilidad se puede correlacionar hallando las conductividades específicas de las soluciones acuosas de los sulfatos de los metales alcalinos térreos. A mayor cantidad de iones habrá mayor solubilidad y también mayor conductividad especifica. Determinación de la constante de celda En teoría, una celda de conductividad de valor k = 1 cm-1 estaría formada por dos electrodos de 1 cm2 de superficie, separados una distancia de 1 cm. Sin embargo, el valor de la constante de la celda no queda determinado exclusivamente por los valores de l y A, ya que la superficie de los electrodos no es perfectamente lisa. Así, solamente una superficie de platino pulida a espejo posee un área real prácticamente igual a la geométrica. Sin embargo, una superficie de platino rugoso (platino platinado o negro de platino) posee un área real 100 o 1000 veces mayor que la geométrica. Como esto no se conoce a priori, lo que se hace es calibrar la celda con una disolución de conductividad conocida. Entre ambos electrodos se establece un campo eléctrico homogéneo que provoca el movimiento de los iones de acuerdo con sus cargas. Pero en los bordes de los electrodos, las líneas de campo eléctrico no son perpendiculares a la superficie del electrodo, lo que implica una mayor área efectiva, en una cantidad dada. Conductividad específica La conductividad (o conductancia específica) de una solución de electrolito es una medida de su capacidad para conducir la electricidad. La unidad SI de conductividad es el siemens por metro (S/m). Las medidas de conductividad se utilizan de forma rutinaria en muchas aplicaciones industriales y medioambientales como un modo rápido, barato y fiable de medir el contenido iónico en una solución. La conductividad eléctrica de una solución de un electrolito se mide determinando la resistencia de la solución entre dos electrodos planos o cilíndricos separados por una distancia fija. Se utiliza una tensión alterna para evitar la electrólisis. Las frecuencias más utilizadas están en el rango 1-3 kHz. La dependencia de la frecuencia suele ser pequeña. La resistencia se mide con un conductímetro. La unidad SI de conductividad es el S/m y, sin otro calificativo, se refiere a 25 ° C (temperatura estándar). A menudo, en la industria se utiliza la tradicional unidad de μS/cm. Los valores de μS/cm son más altos que los de μS/m en un factor de 100. De vez en cuando se encuentra en la escala de los instrumentos una unidad denominada como "CE" (conductividad eléctrica): 1 CE = 1 S/cm. A veces se encuentra la llamada mho (recíproco de ohmio): 1 mho/m = 1 S/m.