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familiar
Aportes fundamentales
sobre teoria y técnica
Cregory Bateson
Antonio J. Ferreira
Don D. Jackson
Theodore Lidz
John Wealdand
Lyman C. Wynne
Gerald H. Zuk
Selección y Prólogo:
Carlos E. Sluzld
■■■■
Biblioteca MA-PUCSP
Página 19 Capítulo 1
Hacia una teoria de Ia esquizofrenia
Gregory Bateson, Don D. Jackson,
Jay Haley y John H. Weakland
Página 57 Capítulo 2
-r El medio íntrafamiliar de los pacien
tes esquizofrênicos: cisma marital y
sesgo marital
Theodore Lidz, Alice R. Cornelison,
Stephen Fleck y Dorothy Terry
Carlson
Página 81 Capítulo 3
4' El medio íntrafamiliar dei paciente
esquizofrênico: la transmisión de la
irracionalidad
Theodore Lidz, Alice R. Cornelison,
Dorothy Terry Carlson y Stephen
Fleck
Gerald H. Zuk
La primera sección de este volumen está destinada
a revisar teorias y observaciones que adscriben a la
interacción familiar un papel fundamental en la etio-
patogenia de la esquizofrenia. Se transcriben en ésta
artículos que constituyen el exponente principal de la
producción de tres equipos de investigación cuyo apor
te ha sido considerado el más importante para el tema,
trascendiendo ampliamente la esfera restringida dei
medio acadêmico para pasar a configurar paradigmas
de trabajos de la especialidad: se trata de los equipos
coordinados por Gregory Bateson, Theodore Lidz y
Lyman C. Wynne. Al mencionar este hecho, cabe agre
gar otro menos afortunado: desde que estos trabajos
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fueron publicados —en 1956 el de, Bateson que aqui re- tema familiar con la presencia de esquizofrenia en un
producimos, en 1957/58 los de Lidz y en 1958 el de miembro socializado en ese medio. Deteniéndonos en
Wynne—, la pobreza de la producción sustantiva so ese comentário, eludimos la tentación de efectuar una
bre el tema contrasta con las expectativas creadas a revisión histórica exhaustiva dei tema, ya que existen
causa de la formulación de esas hipótesis sobre família buenas actualizaciones: dos corresponden fundamental
y esquizofrenia. Pueden citarse un centenar de tra- mente a la “prehistoria” dei desarrollo de los concep-
bajos de investigación que siguieron diversas varian tos interaccionales sobre familia, la de Spiegel y Bell
tes de estas líneas, pero seria prematuro afirmar que (1959) y la de Sanua (1961), y dos son más recientes,
algunos de ellos constituyen una confirmación pal la de Mishler y Waxler (1965), muy elaborada y pe
maria de hipótesis previas, o bien un aporte concep- netrante, centrada en el tema esquizofrenia, y la de
tual de talla científica comparable a los de estos pri- Alanen (1966), algo más panorâmica y completada
meros. por un valioso estúdio propio.
Una adecuada pesquisa de los comienzos de este La primera sección de este volumen comprende,
campo ubica en un lugar destacado a los trabajos de decíamos, aportes fundamentales sobre el tema “Fa
Kasanin y de Fromm-Reichmann, quienes, tomando milia y esquizofrenia”.
como punto de apoyo los modelos psicoanalíticos, ges-
Dadas las características de la comunicación dei
taron las primeras hipótesis patogênicas en las que se
esquizofrênico, quê condiciones dei proceso de socia-
proponía una causación de conductas desviadas en
lización pueden suponerse necesarias y suficientes co
términos de conductas adecuadas a un medio familiar
mo para producirlas? Tal fue el interrogante, de reso-
desviado. Estas hipótesis embrionárias se referían ya
lución puramente deductiva, que se propuso responder
a la patogenia de la esquizofrenia. En esos primeros
el equipo de Paio Alto integrado por Gregory Bateson
aportes se nota con claridad la poderosa atracción que
—antropólogo, especialista en comunicación, episte-
ejercía el pensamiento derivado de la psicologia indi
mólogo, de quien conocemos en castellano dos obras
vidual : el concepto de “madre esquizofrenógena”, por
(Ruesch y Bateson, 1951, y Bateson, 1970)—, Don D.
ejemplo, referia en realidad a la psicopatología de un
indivíduo —la madre—, al que se adscribía caracter Jackson —psiquiatra, pionero dei enfoque interaccio-
inductor de patologia en el hijo. Sólo en el ano 1956 nal en familia—, Jay Haley, investigador y terapeuta
surgen a la arena científica, en forma independiente familiar, de quien se han editado también varias obras
y casi simultânea, los, trabajos de los tres equipos de en castellano (Haley 1966, 1969, 1970)— y John Weak-
investigación mencionados, lanzados de lleno ai estúdio land, antropólogo y especialista en familia. La res-
de los fenômenos de interacción familiar en un esfuer- puesta a ese intérrogante, redondeada mediante la
zo por elaborar modelos que correlacionaran causal- observación clínica, se concreto en “Hacia una teoria
mente las modalidades estables de interacción dei sis de la esquizofrenia”, artículo que impacto profunda
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mente al mundo psiquiátrico cuando su publicación y
Lyman C. Wynne sucedió a Murray Bowen —uno
que incluímos en este volumen. A éste siguieron diver
de los pioneros de la terapia familiar— en el cargo de
sos artículos complementarios producidos por el mis-
jefe de la Sección Psiquiatria de Adultos dei National
mo equipo —compilados por Jackson (1968), poco
Institute of Mental Health, y desde ese puesto coor-
antes de su muerte— así como diversos desarrollos
dinó un equipo de investigación que tomó como punto
conceptuales que, enmarcados en la línea pragmáti
de partida conceptos tradicionales de la psiquiatria so
ca de la teoria de la comunicación, reconocen la in
cial sobre socialización e identidad. En la primera se
fluencia mentora de Bateson (tales como, por ejemplo,
rie de trabajos de ese equipo —dei que es colaborado-
Watzlawick et al., 1967, Verón y Sluzki, 1970— espe-
ra principal la psicóloga Margaret T. Singer—, se
cialinente capítulo 9). puso el énfasis en la identificación de aquellos rasgos
El equipo coordinado por Theodore Lidz —actual- dei medio familiar que perturban el proceso evolutivo
mente profesor titular y jefe dei Departamento de dei indivíduo, desentranando el mundo rígido o caótico
Psiquiatria de la Universidad de Yale— desarrolló un que subyace a las fachadas “pseudo-mutuales” esas
cuerpo teórico en todo momento coherente con los mo familias. El artículo de Wynne y colaboradores, que in
delos dei psicoanálisis: aun cuando su unidad de aná- cluímos en este volumen, es, con toda probabilidad, el
lisis es la familia, o díadas dentro de ésta, las formu- fundamental de ese período. Tiempo después, Wyn
laciones y la terminologia empleada son de neta rai- ne y Singer han centrado su interés en estúdios de co-
gambre psicodinámica. Lidz y sus colaboradores estu- rrelación “a ciegas” entre características parentales
diaron en profundidad un conjunto relativamente pe y patologia dei hijo (cf. Wynne, 1970). Los trabajos
queno de familias de pacientes esquizofrênicos, entre de este equipo aún no han sido compilados, pudiendo
vistando y tratando conjunta y separadamente a sus consultarse, para una orientación conceptual y biblio
miembros, a partir de lo cual elaboraron un modelo gráfica, por ejemplo, Wynne (1968).
acerca de la causación familiar de la esquizofrenia. De La segunda parte de este volumen contiene artícu
este equipo incluímos acá dos artículos, uno centrado los centrados en terapêutica conjunta dei grupo fami
en la trasmisión generacional de la irracionalidad, y liar, algunos valiosos por su amplitud, otros por su
otro en el que se propone una tipologia de parejas re profundidad.
ferida a las modalidades de interacción de los padres Don D. Jackson conceptualizó a la familia en tér
de los pacientes, cuya aplicación ha excedido con mu- minos de sistema interaccional poniendo el acento en
cho el área de la esquizofrenia. El conjunto de los el carácter equilibrador que posee todo sintoma indi
trabajos dei equipo de Yale ha sido reunido en Lidz
vidual, planteo que propuso en una conferência ti
et al. (1965), pudiendo también hallarse un buen pa
tulada The question of family homeostasis. Al finalizar
norama reflexivo de ese enfoque en Lidz (1968).
esa presentación, fue abordado por Bateson e invitado
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jjitegrar el equipo sobre comunicacion en la esqui plícitamente con la de mistificación”, elaborado pos
zofrenia”, que este último coordinaba. Las nociones teriormente por Ronald D. Laing (1965). Méndez
básicas de ese primer aporte fueron enriquecidas por (1970) y Shugurensky et al. (1970) han efectuado
la tarea conjunta dei equipo, y el resultado de esta ela- asimismo interesantes aportes sobre el tema, en cas-
boración fue el artículo de Jackson que incluímos en tellano.
este volumen. En él Jackson propone asimismo una Gerald, H. Zuk, investigador dei Eastern Pennsyl-
tipologia de famílias centrada en dos parâmetros, de vania Psychiatric Institute de Filadélfia, posee una
acceso más intuitivo que formalizado, pero de induda- vasta producción de artículos centrados en aspectos
ble interés clínico. En ese artículo el autor esboza técnicos de la terapia familiar. De entre éstos hemos
también algunas consideraciones acerca de la teoria seleccionado uno que describe un aspecto esencial de
de la técnica de la terapia familiar conjunta, que serán su enfoque —es tal vez una formalización de un as
elaborados posteriormente por Jackson y John H. pecto esencial de toda técnica familiar conjunta__ de
Weakland en otro artículo, también incluído en este manera resumida y clara.
volumen, donde especifican aspectos técnicos de la te Una lectura cuidadosa de los artículos aqui com
rapêutica dei grupo familiar basada en el enfoque in- pilados permitirá comprobar que algunos de los con-
teraccional. ceptos clave aportados por los diferentes autores se
Lyman C. Wynne, en el curso de su actividad co encuentran muy relacionados entre sí: los planteos
mo coordinador dei equipo de investigación dei NIMH, desarrollados por el equipo de Lidz sobre la “trasmi-
fue familiarizándose también con aspectos técnicos de sión de la irracionalidad” encuencran, por ejemplo,
la terapia familiar. La importante experiencia que algunos puntos estrechos de contacto con los aportados
adquiriera como terapeuta y observador de cientos de por Wynne y colaboradores en sus estúdios sobre pseu-
sesiones conjuntas fue volcada en un vasto artículo, domutualidad. Estos se emparentan a su vez explícita
cronologicamente posterior a los mencionados más arri mente con el concepto de “mito familiar” —véase, por
ba, en que da cuenta de sus critérios para la prescrip- ejemplo, la idea previa de Lidz sobre “enmascara-
ción y la contraindicación de esta técnica terapêutica. miento” desarrollado por Ferreira. El modelo comuni-
Antonio J. Ferreira, terapeuta familiar e investi cacional aportado por Bateson reaparece obviamente
gador asociado al Mental Research Institute de Paio en el enfoque interaccional desarrollado por otros
Alto, Califórnia, desarrolla en el trabajo sobre mitos miembros de ese equipo, Jackson y Weakland, y el
familiares, que incluímos, un concepto que a nivel modelo homeostático aplicado a la família por Jack
de la estructura familiar equivaldría al de la fantasia son influye el pensamiento de la mayor parte de los
inconsciente subyacente a los trastornos egosintónicos otros autores. ’
dei carácter. Esta noción, tan valiosa para quienes La producción bibliográfica referida al campo de
efectúan tratamientos familiares, se emparenta ex los procesos familiares ha ido en progresivo aumento
14 15
eds. (1968): The transmission of schizophrenia. Oxford
desde la aparición de los primeros trabajos sobre el
Pergamon.
tema. Una recorrida por esa ya abundante literatura
Lidz, Theodore, S. Fleck y A. Cornelison (1965) : Schizophre
permite apreciar hasta qué punto han influído las nia and the family. New York, International U. Press.
ideas aportadas en los artículos que hemos compilado Méndez Elizalde, Miguel (1970): Mito y familia. En: C. E.
en este volumen en la producción posterior. Con todo, Sluzki et al. (1970).
su carácter pionero no les resta absoluta vigência: en Mishler, Elliot G. y Nancy E. Waxler (1965): Family inter-
el campo de la interacción familiar, la espiral dei co- action processes and schizophrenia: a review of current
theories. The Merrill-Palrner Quarterly of Behavior and
nocimiento no ha dado todavia otra vuelta completa. Development. 11: 269-315. También en E. Mishler y N.
Waxler, eds.: Family process and schizophrenia. New York,
Carlos E. Sluzki Science House, 1968.
Ruesch, J. y G. Bateson (1951): Communication. The social
matrix of psychiatry. New York, Norton (ed. caste.: Co-
municación. La matriz social de la psiquiatria. Buenos
Bibliografia Aires, Paidós, 1965).
Sanua, Victor D. (1961): Sociocultural factors in families of
Alanen, Yrjõ O. (1966): The family in the pathogenesis of schizophrenics. Psychiatry, 24: 246.
schizophrenic and neurotic disorders. Acta Psychiatrica Schugurensky, Maria L. L., Helena Lygo y Samuel Krynski
Scandinavica, Suplementum 189 (ad volumen 42, 1966). (1970): “Los inviolables”: una pareja y su mito. En: C.
Haley, Jay (1966): Estratégias en psicoterapia. Barcelona, E. Sluzki et al. (1970).
Toray. Sluzki, Carlos E., Janet Beavin, Alejandro Tarnopolsky y Eli-
Haley, Jay (1969): The power tactics of Jesus Christ, and seo Verón (1966): Transacciones desca}ificadoras: investi-
gaciones sobre el doble vínculo. Acta Psiquiát. Psicol.
others essays. New York, Grossman (ed. cast.: Las tácticas
Amér. Lat., 12: 329.
de poder de Jesucristo, y otros ensayos. Buenos Aires, Tiem-
po Contemporâneo, 1971 —en prensa—). Sluzki, C. E., I. Berenstein, H. B. Bleichmar e I. Maldonado
Allende (1970): Patologia y terapêutica dei grupo fami
Haley, Jay (1970): Terapia familiar, un cambio radical. En:
liar. Buenos Aires, Acta.
C. E. Sluzki et al. (1970).
Spiegel, John P. y Norman W. Bell (1959): The family of
Jackson, Don D., ed. (1968): Communication, family and the psychiatric patient. Cap. 5 de: S. Arieti, ed.: American
marriage y Therapy, communication and change (Volúme- Handbook of Psychiatry (Vol. I). New York, Basic Books,
nes 1 y 2 de la serie Human Communication). Paio Alto, 1959.
Science and Behavior.
Verón, Eliseo y Carlos E. Sluzki (1970): Comunicación y
Laing, Ronald D. (1965): Mystification, confusion and con- neurosis. Buenos Aires, Editorial dei Instituto.
flict. En: I. Boszormenyi-Nagy y J. L. Framo, eds.: Inten- Watzlawick, Paul,,Janet H. Beavin y Don D. Jackson (1967):
sive family therapy. New York, Harper & Row. Pragmatics of human communication. New York, Norton
Lidz, Theodore (1968): The family, language and the trans- (ed. cast.: Teoria de la comunicación humana. Buenos Ai
mission of schizophrenia. En: D. Rosenthal y S. S. Kety, res, Tiempo Contemporâneo, 1971).
16 17
Wynne, Lynian C.: Methodologic and conceptual issues in the
study of schizophrenics and their families. En: D. Ro- Capitulo 1
senthal y S. S. Kety (1968): The transmission oj schizo-
phrenia. Oxford, Pergamon.
Wynne, Lyman C. (1970): Los esquizofrênicos y sus famílias: Hacia una teoria de la esquizofrenia
orientaciones y hallazgos de investigaciones recientes. En:
C. E. Sluzki et al. (1970).
19
Este es un informe 1 sobre un proyecto de investiga- cha teoria es que existe una discontinuidad entre una
ción que ha formulado y puesto a prueba una concep- clase y sus miembros. La clase no puede ser miembro
ción sistemática y amplia de la naturaleza, la etiología de si misma y tampoco puede uno de sus miembros ser
y la terapia de la esquizofrenia. Nuestra investigación la clase, ya que el término utilizado para la clase está
en este campo se ha realizado mediante el examen de en un nivel de abstracción distinto —un Tipo Lógico
una variada serie de datos e ideas, en Ia que todos con distinto— dei de los términos usados para los miem
tribuímos según nuestra diversa experiencia en antro bros. Aunque en la lógica formal se trata de mantener
pologia, análisis de las comunicaciones, psicoterapia, esta discontinuidad entre una clase y sus miembros,
psiquiatria y psicoanálisis. Actualmente hemos llegado sostenemos que, en la psicologia de las comunicaciones
a un acuerdo acerca de los lineamientos generales de reales, esa discontinuidad es constante e inevitable-
una teoria comunicacional dei origen y la naturaleza mente quebrada (2), y que debemos esperar a priori
de la esquizofrenia. Este trabajo constituye un infor que se produzca una patologia en el organismo humano
me preliminar sobre nuestra investigación. cuando ciertos patrones formales de esa fractura lógica
tienen lugar en la comunicación entre la madre y su hi-
jo.- Trataremos de mostrar que esa patologia presenta,
La base en términos de la teoria de en su forma extrema, sintomas cuyas características
la comunicación formales llevarian a clasificarla como esquizofrenia.
Los siguientes campos proporcionan ilustraciones
Nuestro enfoque está basado en esa parte de la teo de la manera en que los seres humanos manejan moda
ria de la comunicación que Russell ha llamado la Teo
lidades comunicacionales que incluyen múltiples Tipos
ria de los Tipos Lógicos (17). La tesis central de di-
Lógicos.
1 Este trabajo deriva de las hipótesis que se desarrolla- 1. El uso de los diversos modos comunicacionales
ron por primera vez en un proyecto de investigación finan
ciado por la Rockefeller Foundation entre 1953 y 1954, admi en la, comunicación humana. Algunos ejemplos son el
nistrado por el Departamento de Sociologia y Antropologia juego, el no-juego, la fantasia, el sacramento, la metá
de la Universidad de Stanford y dirigido por Gregory Ba-
teson. Este proyecto ha continuado desde 1954 contando con fora, etcétera. Incluso entre los mamíferos inferiores
un subsidio de la Josiah Macy Jr. Foundation. Jay Haley fue parece haber un intercâmbio de senales que identifican
quien reconoció que los sintomas de la esquizofrenia sugie-
ren una incapacidad para discriminar los Tipos Lógicos, cri ciertas conductas significativas como “juego”, etcéte
tério que fue ampliado por Bateson, quien agregó la noción ra 2. Estas senales son evidentemente de un tipo lógico
de que los sintomas y la etiología podían describirse formal
mente en términos de la hipótesis dei doble vínculo. Dicha superior al de los mensajes que ellas clasifican. Entre
hipótesis fue comunicada a D. D. Jackson y resultó adecuarse
estrechamente a las ideas de este último sobre homeostasis los seres humanos, este encuadre y rotulamiento de
familiar. Desde entonces, el doctor Jackson ha colaborado
estrechamente en el proyecto. A John H. Weakland y Jay 2 Existe una película preparada para este proyecto, “The
Haley se debe la labor relacionada con el estúdio de las Nature of Play; Part I, Rivers Otters”.
analogias formales entre la hipnosis y la esquizofrenia.
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mensajes y de acciones significativas alcanza conside- mismo su propia hostilidad real bajo la apariencia de
rable complejidad, con Ia particularidad de que nuestro un juego metafórico— o como una falsificación incons
vocabulário ai servicio de esa discriminación sigue es ciente de la comprensión que el sujeto tiene de las se
tando muy poco desarrollado, y recurrimos sobre todo nales identificadoras dei modo de la otra persona. Pue
a médios no verbales tales como ia postura, Ios gestos, de confundir timidez con desprecio, etcétera. De hecho,
Ia expresión facial, la entonación y el contexto para Ia la mayoría de los errores de autorreferencia correspon-
comunicación de estos rótulos sumamente abstractos, den a este item.
pero vitales. 4. Aprendizaje. EI nivel más simple de este fenô
2. El humor. Este parece ser un método de explo meno queda ejemplifiçado por una situación en la que
rar los temas implícitos en el pensamiento o en una re- un sujeto recibe un mensaje y actúa adecuadamente se-
lación. Este método de exploración implica el uso de gún aquél: “Oí dar la hora y rne dí cuenta de que era
mensajes caracterizados por una condensación de Ti el momento de almorzar, así es que me dirigí a la mesa”.
pos Lógicos o modos comunicacionales. Por ejemplo, se En los experimentos de aprendizaje, el análogo de esta
produce un descubrimiento cuando, de pronto, se hace secuencia de hechos es observado por el experimentador
evidente que un mensaje era no sólo metafórico, sino y, habitualmente tratado como un único mensaje de
también más literal, o viceversa. Es decir, el momento un tipo superior. Cuando el perro produce saliva entre
explosivo en el humor es el momento en que el rotula- el sonido y el alimento, esta secuencia se acepta como
miento dei modo sufre una disolución y una nueva sín- un mensaje que indica que “el perro ha aprendido que
tesis. Por lo común, las palabras clave obligan a reeva- el sonido significa comida”. Pero esto no es el fin de
luar las senales previas que atribuían a ciertos mensa la jerarquía de tipos implicados. El sujeto experimen
jes un modo particular (por ejemplo, literalidad o fan tal puede volverse más hábil en lo que se refiere a
tasia). Esto tiene el peculiar efecto de atribuir modos aprender. Puede aprender a aprender (1, 7, 9), y no es
a las senales que previamente tenía el status de ese Tipo inconcebible que puedan darse en los seres humanos
Lógico superior que clasifica Ios modos. ordenes aún más altos de aprendizaje.
3. La falsificación de las senales identificadoras 5. Niveles múltiples de aprendizaje y la Tipificación
de modos. Entre los seres humanos, es posible falsifi Lógica de senales. Estos dos conjuntos de fenômenos
car los identificadores dei modo, y tenemos así Ia risa son inseparables porque la capacidad para manejar los
artificial, la simulación manipulativa de cordialidad, tipos múltiples de senales es en sí misma una habilidad
tomaduras de pelo, etcétera. Falsificaciones similares aprendida y, por ende, una función de los niveles múl
se han observado en los mamíferos (3, 13). En los seres tiples dei aprendizaje.
humanos nos encontramos con un extrano fenômeno: De acuerdo con nuestra hipótesis, el término “fun
la falsificación inconsciente de estas senales. EIlo puede ción yoica” (tal como se lo utiliza cuando se dice que
ocurrir dentro dei self —el sujeto puede ocultarse a sí un esquizofrênico tiene una “función yoica débil”, es
22 23
precisamente el proceso de discriminar modos comuni- fin de cuentas, más que metáforas rotuladas. La pecu-
cacionales tanto dentro dei self como entre éste y los liaridad dei esquizofrênico no consiste en utilizar me
otros. El esquizofrênico exhibe debilidad en tres áreas táforas, sino en emplear metáforas no rotuladas como
de esa función: a) tiene dificultad para atribuir ei mo tales. Tiene particular dificultad para manejar senales
do comunicacionai correcto a los mensajes que recibe de la clase cuyos miembros asignan tipos lógicos a otras
de otras personas; b) tiene dificultad para atribuir el senales.
modo comunicacionai correcto a los mensajes que él Si nuestro resumen formal de la sintomatologia es
mismo expresa o emite en forma no verbal; c) tiene correcto, y si la esquizofrenia en nuestra hipótesis es,
dificultad para atribuir el modo comunicacionai co en esencia, el resultado de la interacción familiar, de-
rrecto a sus propios pensamientos, sensaciones y per- bería sei* posible llegar a priori a una descripción for
ceptos. mal de esas secuencias de experiencia que provocan tal
A esta altura conviene comparar lo dicho en el pá- sintomatologia. Lo que se sabe de la teoria dei apren-
rrafo prévio con el enfoque de von Domaras (16) para dizaje se combina con el hecho evidente de que los se
la descripción sistemática dei lenguaje esquizofrênico. res humanos utilizan el contexto como una guia para
Sugiere que los mensajes (y el pensamiento) dei esqui la discriminación de modos. Por ende, no debemos bus
zofrênico presentan una estructura silogística desvia car alguna experiencia traumática específica en la
da. En lugar de las estructuras que derivan dei silo etiología infantil sino, más bien, patrones secuenciales
gismo, el esquizofrênico utiliza, según esta teoria, es característicos. La especificidad que buscamos estará,
tructuras que identifican predicados. Un ejernplo de tal sin duda, en un nivel abstracto o formal. Las secuen
silogismo distorsionado es: cias deben tener la siguiente característica: que el pa
ciente adquiera de ellas los hábitos mentales que se
Los hombres mueren.
ejemplifican en la comunicación esquizofrênica. Es de
La hierba muere.
cir, debe vivir en un universo donde las secuencias de
Los hombres son hierba.
hechos son tales que sus hábitos comunicacionales no
Pero, en nuestra opinión, la formulación de von Do- convencionales resultan en cierto sentido apropiados.
marus sólo es una manera más precisa y, por ende, La hipótesis que presentamos es que la presencia de
valiosa, de decir que el habla dei esquizofrênico es rica secuencias con estas características en la experiencia
en metáforas. Estamos de acuerdo con esa generali- externa dei paciente es responsable de los conflictos
zación, pero la metáfora es una herramienta indispen- internos de tipificación lógica. Utilizamos el término
sable dei pensamiento y de la expresión, una caracte “doble vínculo” s para referimos a estas secuencias in-
rística de toda comunicación humana, incluso de la dei solubles de expèriencias.
científico. Los modelos conceptuales de la cibernética
y las teorias energéticas dei psicoanálisis no son, a 3 El verbo inglês to bind significa, según el contexto de
la frase en que aparece, vincular, atar, enlazar, aprisionar,
24 25
T
26 27
indivíduo para discriminar entre los tipos lógicos. Es
puramente negativos. Por ejemplo, prornesas. capricho tas son las características generales de tal situación:
sas de amor, etc.
6. Por último, todos estos ingredientes ya no son 1. Cuando el indivíduo participa en una relación
necesarios cuando la víctima ha aprendido a percibir intensa, esto es, una relación en la que siente que es
su universo en patrones de tipo doble vínculo. Casi cual- de importância vital discriminar acertadamente qué
quier parte de la secuencia dei doble vínculo puede tipo de mensaje se le comunica, para poder responder
bastar entonces para desencadenar pânico o rabia. El adecuadamente.
patrón de instrucciones conflictuales puede incluso que 2. El indivíduo se ve atrapado en una situación en
dar a cargo de voces alucinatorias (14). la que la otra persona expresa dos ordenes de mensajes
y uno de ello,s niega al otro.
3. El indivíduo .es incapaz de efectuar un comen
El efecto dei doble vínculo tário acerca de los mensajes que recibió para corregir
así su discriminación en cuanto a qué orden de men
En la religión oriental, el budismo Zen, la meta con saje debe responder, esto es, no puede hacer una inter-
siste en alcanzar la Iluminación. El maestro Zen trata vención metacomunicativa.
de Ilevar a su alumno a la iluminación, de diversas ma-
Hemos sugerido que éste es el tipo de situación que
neras. Una de las cosas que hace es sostener una varilla
se produce entre el pre-esquizofrénico y su madre, pero
sobre la cabeza dei discípulo y decir ferozmente: “Si
también existe en las relaciones normales. Cuando una
dices que esta varilla es real, te golpearé con ella. Si
persona se ve atrapada en una situación de doble víncu
dices que esta varilla no es real, te golpearé con ella.
lo, responde defensivamente de una manera similar a
Si no dices nada, te golpearé con ella”. Pensamos que
la dei esquizofrênico. Un indivíduo adscribirá un sentido
el esquizofrênico se encuentra constantemente en la
literal a una metáfora cuando se encuentre en una si
misma situación que el discípulo, pero lo que alcanza
tuación en la que le es preciso responder, en la que
es desorientación antes que iluminación. El discípulo
enfrenta mensajes contradictorios y cuando no puede
Zen podría incorporarse y quitarle la varilla al maes
comentar acerca de las contradicciones. Por ejemplo,
tro y éste podría aceptar esa respuesta, pero el esqui
cierto día un empleado volvió a su casa en horas de
zofrênico no cuenta con esa posibilidad ya que, en su
oficina. Una compaiiera lo llamó por teléfono y le dijo
caso, no se trata de que la relación no le importe, y las
en tono jocoso: “Bueno, icómo llegaste aíZí?” El em
metas y la capacidad de discriminación de su madre
pleado respondjó: “En auto”. Respondió literalmente
no son como las dei Maestro.
porque enfrentaba un mensaje en el que se le pregun-
Sugerimos que toda vez que se produce una situa taba qué estaba haciendo en su casa cuando, en reali-
ción de doble vínculo cesa la capacidad de cualquier
29
dad, tendría que haber estado en Ia oficina, pero que,
debido a la forma en que estaba expresado, negaba de la madre) ver una acusación en el mensaje o pasar-
que esa pregunta se hiciera (puesrto que ei emisor con- la por alto si lo prefiere. Si el terapeuta acepta la acu
sideraba que en realidad no era asunto suyo, habló en sación en la metáfora, entonces el paciente puede acep-
términos metafóricos). La relación era lo bastante in tar que su aseveración con respecto a Sam es metafó
tensa como para que la víctima sintiera dudas acerca rica. Si el terapeuta senala que ese relato no parece
de cómo seria utilizada la información y, por ende, res- verdadero, para evitar así la acusación contenida en
pondió en forma literal. Esto es característico de todo él, el paciente puede argüir que en realidad existió un
el que se siente interrogado, como lo demuestran las cui hombre que se llamaba Sam. Como respuesta a la si-
dadosas respuestas literales de un testigo en un tribunal. tuaeión de doble vínculo, el uso de una aseveración me
El esquizofrênico se siente constantemente bajo un in tafórica proporciona seguridad; sin embargo, también
tenso interrogatório, por lo que habitualmente responde irnpide que el paciente .formule ia acusación que desea
con una insistência defensiva en el nivel literal cuando hacer. Pero, en lugar de transmitir esa acusación indi
éste resulta totalmente inadecuado, por ejemplo, cuan cando que se trata de una metáfora, el paciente esqui
do alguien bromea. zofrênico parece tratar de mostrar que es una metáfora
Asimismo, los esquizofrênicos confunden lo literal haciéhdola más fantástica. Si el terapeuta pasa por alto
y lo metafórico en sus propias manifestaciones, cuando la acusación contenida en el relato sobre Sam, el esqui
se sienten atrapados en un doble vínculo. Por ejemplo, zofrênico puede recurrir entonces a un cuento en el que
un paciente puede experimentar deseos de criticar al viaia a Marte en un cohete espacial, con el propósito
terapeuta porque éste llega tarde a la sesión, pero puede de hacer su acusación. La indicación de que se trata de
sentirse inseguro con respecto a quê clase de mensaje una aseveración metafórica radica en el aspecto fan
constituyó el acto de llegar tarde, sobre todo si el tera tástico de la metáfora, no en las sehales que habitual
peuta ha anticipado la reacción dei paciente y le pide mente acompanan a las metáforas para informar al
dísculpas. El paciente no puede decir: “iPor quê llegó que escucha que se trata de una metáfora.
tarde? ;Es porque no quiere verme hoy?” Esto seria No sólo es más seguro para la víctima de un doble
una acusación, por lo que utiliza en cambio una aseve- vínculo recurrir a un orden metafórico de mensaje, sino
ración metafórica y dice: “Una vez conocí a un tipo que, en una situación imposible, conviene cambiar y
que perdió un barco, se llamaba Sam y el barco casi convertirse en otra persona, o bien cambiar e insistir
se hundió. . . etc.”. Así, desarrolla un relato metafórico en que se está en otra parte. El doble vínculo no puede
y el terapeuta puede o no descubrir en él un comentá entonces actuar sobre la víctima, porque no se trata
rio acerca de su tardanza. Lo que Ia metáfora tiene de de él y, además, está en otro lado. En otras palabras,
conveniente es que hace que dependa dei terapeuta (o las aseveraciones que muestran que un paciente está
desorientado pueden interpretarse como maneras con
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que éste se defiende de la situación en que se encuen- toda la vida. Si elige esta alternativa, se dedicará a
tra. La patologia aparece cuando la víctima misma no buscar significados detrás de todo lo que la gente dice
sabe que sus respuestas son metafóricas o no puede de- y de los acontecimientos casuales en el medio, y mos
cir que lo son. Para reconocer que habla en términos trará una típica conducta suspicaz y desafiante.
metafóricos tendría que tomar conciencia de que se está Podría elegir otra alternativa y aceptar literalmen
defendiendo y que, por ende, teme a la otra persona. te todo lo que la gente le dice. Cuando el tono o el gesto
Para él, tal toma de conciencia implicaria condenar a o el contexto contradice lo que la gente manifiesta, po
la otra persona y, en consecuencia, provocaria un de dría establecer un patrón consistente en reírse de esas
sastre. senales metacomunicativas. Renunciaria entonces a tra
tar de discriminar entre niveles de mensaje y trataria
Si un indivíduo ha tenido toda su vida el tipo de
todos los mensajes como triviales o risibles.
relación de doble vínculo descripta aqui, su manera de
Si no se vuelve suspicaz con respecto a los mensa
relacionarse con la gente después de un derrumbe psi
jes metacomunicativos ni trata de reírse de ellos, pue
cótico tendrá un patrón sistemático. En primer lugar,
de preferir pasarlos por alto. Para tal fin le resultaria
no compartirá con las personas normales las senales
necesario ver y oír cada vez menos lo que sucede a su
que acompanan a los mensajes para indicar lo que una alrededor y hacer lo posible por evitar respuestas por
persona quiere decir. Su sistema metacomunicativo parte dei medio. Trataria de apartar su interés dei
—las comunicaciones sobre la comunicación— se habría mundo externo y de concentrarse en sus propios pro-
desecho, y no sabría de qué clase de mensaje se trata. cesos internos y, así, daria una impresión de retrai-
Si una persona le dijera: “iQué te gustaría hacer hoy?”, miento y mutismo.
seria incapaz de juzgar acertadamente por el contexto
Esto significa que si un indivíduo no sabe a qué
o por el tono de voz o el gesto si se lo condena por lo clase de mensajes pertenece un mensaje puede defen
que ha hecho el dia anterior, si se le hace una invita- derse de maneras que han sido descriptas como para-
ción sexual o simplemente qué se le quiere decir. Dada noide, hebefrénica o catatónica. Estas tres alternativas
esta incapacidad para juzgar con precisión lo que una no son las únicas. Lo importante es que no puede ele
persona realmente quiere decir y dada la excesiva pre- gir precisamente aquella alternativa que lo ayudaría
ocupación por lo que realmente se quiere decir, un in a descubrir qué quiere decir la gente; no puede des-
divíduo podría defenderse eligiendo entre varias alter entranar sin ayuda externa los mensajes de otros. En
nativas. Por ejemplo, podría suponer que detrás de tales condiciones, el ser humano se asemeja a cualquier
cada aseveración hay un significado oculto que amenaza sistema autocorrector que ha perdido su regulador y
su bienestar. Se preocuparia entonces excesivamente que gira en distorsiones inacabables, aun cuando siem-
por los significados ocultos y estaria decidido a demos pre sistemáticas.
trar que es imposible enganarlo, como le ha ocurrido
32 33
2. Una madre que no puede aceptar sus propios
Una descripción de la situación fa sentimientos de ansiedad y hostilidad para con el nino,
miliar y cuya manera de negarlos consiste en tener una con-
ducta amorosa manifiesta, para lograr que el nino le
La posibilidad teórica de las situaciones de doble responda como a una madre afectuosa, y que se aparta
vínculo nos llevó a buscar estas secuencias comunica- de él si no lo hace. “Conducta amorosa” no implica ne-
cionales en el paciente esquizofrênico y en su situación cesariamente “afecto”; por ejemplo, puede estar incrip-
familiar. Con tal propósito, hemos examinado los in ta en un marco consistente en hacer “lo que se debe”,
formes escritos y verbales de psicoterapeutas que efec- inculcar “bondad”, etc.
tuaron tratamientos intensivos de pacientes con ese 3. La ausência de alguien en la familia, como un
diagnóstico; estudiamos grabaciones de entrevistas psi- padre fuerte e intuitivo, capaz de intervenir en la rela
coterapéuticas, tanto de nuestros pacientes como de ción entre la madre- y el nino y apoyar a éste frente a
los de otros colegas; entrevistamos y grabamos a padres las contradicciones existentes.
de esquizofrênicos; hicimos que dos madres y un padre Puesto que se trata aqui de una descripción formal,
participaran en psicoterapia intensiva, y realizamos y no nos interesa averiguar específicamente por quê la
grabamos sesiones conjuntas de padres y pacientes. madre se siente así con respecto al nino, pero sugerimos
Sobre la base de estos datos desarrollamos una hipó- que ello podría deberse a varias razones. Quizás el mero
tesis sobre la situación familiar que, en última instân hecho de tener un hijo le despierte ansiedad con res
cia, hace que el indivíduo padezca de esquizofrenia. Tal pecto a si misma y a sus relaciones con su propia fa
hipótesis no ha sido sometida a verificación estadísti- milia, o bien sea importante para ella que el hijo sea
ca; sólo selecciona y destaca un conjunto bastante sim- varón o nina o que naciera el día en que uno de sus
ple de fenômenos interaccionales y no intenta describir propios hermanos cumple anos (8) o que el nino ocupe la
en forma amplia Ia extraordinária complejidad de una misma posición en la serie de hermanos que ella en su
relación familiar. propia familia, o que signifique algo especial para ella
De acuerdo con nuestra hipótesis, la situación fa por otros motivos relacionados con sus propios proble
miliar dei esquizofrênico presenta las siguientes carac mas emocíonales.
terísticas generales: Dada una situación con estas características, suge
rimos que la madre de un esquizofrênico expresa simul
1. Un nino cuya madre experimenta ansiedad y se
taneamente por los menos dós ordenes de mensaje. (Para
retrae si el nino le responde como a, una madre afec
asegurar la simplicidad en esta presentación, nos limi
tuosa. Esto es, la existência misma dei nino encierra
taremos a doss ordenes.) Estos ordenes de mensajes
un significado especial para la madre, despierta en
pueden caracterizarse en líneas generales como: a) con
ella ansiedad y hostilidad cuando corre peligro de esta-
ducta hostil o retraída que surge toda vez que el nino
blecer un contacto íntimo con el nino.
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se acerca a la madre, y b) conducta amorosa simulada mir”. Esta manifestación abiertamente afectuosa está
o de acercamiento que surge cuando el nino responde a destinada a negar un sentimiento que podría verbali-
la conducta hostil o retraída de la madre, para negar zarse así: “Apártate de mi vista porque estoy harta
que ésta se está retrayendo. El problema de la madre de ti”. Si el nino discriminara correctamente esas se
consiste en controlar la ansiedad controlando la cerca nales metacomunicativas, tendría que enfrentar el he-
nia y la distancia existente entre ella y el hijo. En otros cho de que ella no lo quiere y, al mismo tiempo, lo en
términos, si la madre comienza a experimentar un sen- gana con su conducta afectuosa. Seria “castigado” si
timiento de carino y cercania a su hijo, empieza a sen- aprendiera a discriminar acertadamente ordenes de
tirse en peligro y debe apartarse de él; pero no puede mensajes. Por lo tanto, tiende a aceptar la idea de que
aceptar este acto hostil y, para negarlo, debe simular está cansado en lugar de reconocer el engano de la
afecto y cercania. Lo importante es que su conducta madre, lo cual significa, que debe enganarse a sí mismo
amorosa constituye entonces un comentário (ya que es con respecto a su propio estado interno para apoyar a
compensatorío) sobre su conducta hostil y, en conse- la madre en su engano. Para sobrevivir junto a ella
cuencia, es de un orden distinto de mensaje que la con debe discriminai’ falsamente sus propios mensajes in
ducta hostil. Es decir, se trata de un mensaje sobre una ternos así como los de otros.
secuencia de mensajes. Con todo, por su misma natu- È1 problema es compíejo para el nino porque la ma
raleza, niega la existência de los mensajes a que se re- dre “con toda bondad” define por él lo que siente y ex-
fiere, es decir, el retraimiento hostil. presa preocupación maternal manifiesta por el cansan-
La madre utiliza las respuestas dei nino para afir cio dei nino; en otros términos, la madre controla las
mar que su conducta es amorosa y, puesto que esa con definiciones que el nino da de sus propios mensajes así
ducta amorosa es simulada, el nino se encuentra en como la definición de sus respuestas frente a la madre
una posición en la que debe evitar interpretar acerta (por ejemplo, diciendo: “En realidad no quieres decir
damente la comunicación de la madre si quiere mante- eso”, si él Ia critica) e insistiendo en que no se pre
ner su relación con ella. En otras palabras, no debe ocupa por sí misma sino sólo por el nino. En conse-
discriminar acertadamente entre ordenes de mensajes, cuencia, el camino más fácil para éste consiste en acep
en este caso, la diferencia entre la expresión de senti- tar como real la conducta afectuosa simulada de la
mientos simulados (un tipo lógico) y los sentimientos madre, y sus deseos de interpretar lo que sucede que-
reales (otro tipo lógico). Como resultado, el nino debe dan frustrados. Con todo, el resultado es que la madre
distorsionar de manera siátemática su percepción de se aparta de él, y esa retracción pasa a ser definida
las senales metacomunicativas. Por ejemplo, si la ma como conducta amorosa.
dre comienza a sentirse hostil (o carinosa) con el nino Sin embargo, aceptar como real la conducta afec
y también se siente obligada a apartarse de él, podría tuosa simulada de la madre no constituye una solución
decir: “Vete a la cama, estás cansado y necesitas dor para el nino. Si hiciera esa falsa discriminación, se
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acercaria a ella y esa cercania despertaria en la madre contradictoria en que la madre lo ha colocado. Con
sentimientos de temor y desvaümiento que la obligarían
todo, si lo hiciera, la madre se sentiría acusada de no
a retraerse. Pero, si el nino se apartara de ella, la ma
dre tomaria entonces esa actitud como una prueba de ser afectuosa y lo castigaria e insistiría en que su per-
cepción está distorsioaada. Al impedir que el nino hable
apartarsen°oeS afectuosa lo castigaria por sobre la situación, la madre le prohibe utilizar el nível
el nÍo a ° acerca™ a él. En este último caso, si
metacomunicativo, el nivel que empleamos para corre-
* XV6Z-Se acercara’ eIla respondería tomando
gir nuestra percepción de la conducta comunicativa.
distancia. El nino es castigado por discriminar acer-
tadarnente lo que la madre expresa, y es castigado por
La capacidad para comuniearse acerca de >“
ción para comentar las acciones significativas de u
^~i^~e’ tapado en
mismo y de otros, es esencial para el intercâmbio so
cial exitoso. En cualquier relación normal hay un inter
El nino podría intentar diversas maneras de salir câmbio constante de niensajes metacomunicativos tale,
de esa situación. Por ejemplo, podría tratar de apoyar-
como- “iqué quieres decir?” o “tpor que hiciste eso .
sV Pa ° en algÚn °tr° miembro de la família, o ‘7te estás burlando de mi?”, etc. Para discriminar
nnrp bar5°’ observaciones preliminares nos
acertadamente qué es lo que en reahdad ^-toee
sonTV"! IOS Pa<JreS es<Juizofrénicos no gente debemos estar en condiciones de comentar direc
son bastante solidos como para apoyarse en ellos. Se
ta o indirectamente esa expresión. El esquizofren
encuentran tambien en la incômoda situación de que parece incapaz de utilizar con eficacia ese nivel meta
si concuerdan con el nino en cuanto a la índole de los comunicativo (2). Dadas las características mencionada
prfnra°re?ia ern°S’ reconocer la naturaleza de su de la madre, los motivos de esa mcapacidad resultan
s7n none CI°n r * * COSa QUG n° pueden bacer evidentes. Si la madre niega un orden de mensaje, en
□ r Pa aI mÍSm° tÍemp°’ eI modus tonces cualquier comentário acerca de sus ma™f
quZ tiene 1 df°Ilado entre a™bos. La necesidad ciones la pone en peligro, por lo que debe Pro^birl°a
Q., + t madre de sentirse buscada y querida im-
En consecuencia, el nino crece sin haber a quin
pide tambien que el nino obtenga apoyo de alguna otra
persona a su alrededor, por ejemplo, un maeítro. Una capacidad para comuniearse acerca de la comunica
y, en consecuencia, para determinar que quiere dec
Z cuaClm , características se sentiría amenazada
realmente la gente y expresar que quiere eeir e
n d í- VInCU'° si^ifi^üvo dei nino, al realidad, lo cual es esencial para las relaciones nor-
aún ‘ f’n para ,o»rar 'lu« el nino se le acerque
cuandcTeí nis d C°nSfu“nte ansiedad que experimenta En sintesis, pues, sugerimos que el doble vínculo
cuanao el nino depende de ella.
imperante en la situación familiar de un esqmzofremco
«ate V?r\”ane-ra en 9US el nifio puede realmente
salir de la situac.on consiste en comentar Ia posición coloca al nino en una posición en la que, si respon
al afecto simulado de su madre, despierta la ansiedad
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de ésta, quien lo castiga (o insiste, para protegerse, cual su madre se puso tensa. El joven retiro los brazos
en que las conductas dei nino son simuladas, confun- y ella le preguntó: “iYa no me quieres?” El paciente
diéndolo así acerca de la naturaleza de sus propios men- se sonrojó y la madre le dijo: “Querido, no debes aver-
sajes), para defenderse de toda cercania con respecto gonzarte con tanta facilidad ni temer tus propios sen-
a él. Así, el nino no puede establecer asociaciones ínti timientos”. El paciente sólo pudo permanecer con ella
mas y seguras con la madre. Sin embargo, si el nino unos pocos minutos más y, luego de su partida, atacó
no tiene gestos afectuosos, la madre siente que ello im a un asistente y hubo que recurrir a la contención
plica que no es una madre carinosa, lo que le despierta física.
ansiedad. En consecuencia, lo castiga por apartarse o Evidentemente, tal resultado podría haberse evitado
trata de que el nino insista en sus demostraciones de si el joven hubiera podido decir: “Mamá, es evidente
afecto. Si el nino responde y le muestra afecto, ella que te pusiste incômoda cuando te abracé, y que tienes
no sólo se siente otra vez en peligro, sino que la fas- dificultad para aceptar un gesto de afecto mío”. Sin
tidia el hecho de haber tenido que obligar al nino a embargo, el paciente esquizofrênico no cuenta con esta
responder. En cualquier caso, en la relación más im posibilidad. Su intensa dependencia y su entrenamiento
portante de su vida y modelo de todas Ias otras, el nino le impiden hacer comentários sobre la conducta comu
es castigado si manifiesta amor y afecto castigado tam- nicativa de la madre, aunque ella sí los hace con res
bién si no lo hace, y sus rutas de escape con respecto pecto a la dei hijo y lo obliga a aceptar y a tratar de
a la situación, tales como obtener el apoyo de otros, manejar la complicada secuencia. Entre las complica-
están bloqueadas. Esta es la naturaleza básica de la ciones que debe enfrentar el paciente están las siguien-
relación de doble vínculo entre madre e hijo. Esta des- tes:
cripción no ha incluído, desde luego, esa gestalt de 1. La reacción de la madre, de no aceptar el gesto
encastre mutuo más complicada que es la “familia” de afectuoso dei hijo, queda ingeniosamente encubierta por
la cual la “madre” es una parte importante (11, 12). el comentário condenatorio que hace sobre el retrai-
miento de éste, y el paciente, por el hecho de aceptar
ese comentário, niega su percepción de la situación.
Ilustraciones con datos clínicos
2. La afirmación: “Ya no me quieres” en este con
texto parece implicar:
Un análisis de un incidente que tuvo lugar entre
un paciente esquizofrênico y su madre ilustra la situa a) “Yo soy querible”.
ción de “doble vínculo”. Un joven que se había recu b) “Deberías amarme y si no lo haces eres maio o
perado bastante bien de un episodio esquizofrênico estás en falta”.
agudo recibió en el hospital la visita de su madre. Se c) “Antes me querías, pero ahora no me quieres”,
alegro de veria e impulsivamente la abrazó, ante lo y así lo central ya no es la expresión de afecto dei
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hijo, sino su incapacidad para mostrarse afectuoso. Así, el dilema imposible se convierte en el siguiente:
Puesto que el paciente también la ha odiado, la madre “Si quiero conservar mi relación con mi madre no debo
se encuentra aqui en terreno seguro y el hijo responde mostrarle que la amo, pero si no se lo demuestro, la
adecuadamente con culpa, que ella entonces ataca. pierdo”.
d) “Lo que acabas de expresar no era afecto”, y, La importância que para la madre tiene su método
para aceptar tal afirmación, el paciente debe negar lo especial de control puede ser ilustrada con nitidez re
que ella y la cultura le han ensenado acerca de la ma latando la situación interfamiliar de una joven esqui
nera en que se expresa el afecto. Asimismo, debe cues- zofrênica que saludó de la siguiente manera al terapeuta
tionar las veces en que, junto a ella o a otros, creyó en la primera entrevista: “Mamã tuvo que casarse y
que experimentaba afecto y en que los demás parecieron aqui estoy”. Esta afirmación significaba para el tera
tratar la situación como si así fuera. Experimenta aqui peuta que:
fenômenos de tipo pérdida de apoyo y siente dudas
acerca de la confiabilidad de la experiencia pasada. 1. La paciente era el resultado de un embarazo
ilegítimo.
â. La afirmación: “No debes avergonzarte con tan
ta facilidad ni temer a tus propios sentimientos”, pa 2. .Tal hecho estaba relacionado con su psicosis ac-
rece implicar: tual (en opinión de la paciente).
a) “Tú no te pareces a mi y eres distinto de otras 3. “Aqui” se referia tanto al consultorio dei psi
personas agradables y normales porque nosotros expre- quiatra como a la presencia de la paciente en la tierra,
samos lo que sentimos'”. cosa por Ia cual debía estar eternamente agradecida a
b) “Los sentimientos que expresas están bien, pero la madre en particular, puesto que ésta había pecado
tú no puedes aceptarlos”. Sin embargo, su propia rigi y sufrido para traerla al mundo.
dez podría indicar “estos son sentimientos inacepta- 4. “Tuvo que casarse” se referia al apresuramiento
bles”, por lo tanto lo que se le dice al joven es que no con que se celebro Ia boda de Ia madre y la respuesta
debería sonrojarse por esos sentimientos inaceptables. de ésta ante la presión para que se casara y, recípro
Puesto que ha tenido un largo adiestramiento acerca camente, que experimentaba resentimiento por esa si
de qué es y qué no es aceptable para la madre y la so- tuación forzada y responsabilizaba a la paciente en
ciedad, vuelve a estar en conflicto con el pasado. Si no tal sentido.
teme a sus propios sentimientos (que la madre parece En realidad, todas estas suposiciones demostraron
dar a entender que son buenos), no debería temer a su luego ser de hecho correctas y fueron corroboradas por
afecto y se daria cuenta entonces de que es la madre la madre durante un intento abortado de psicoterapia.
quien tiene miedo, pero no debe percibirlo porque toda El sentido de la comunicación de Ia madre a la pacien
la serie de conductas de Ia madre tiende a encubrir la te parecia ser en esencia éste: “Yo soy querible, y afec
dificultad de ella. tuosa, y estoy satisfecha conmigo misma. Tú eres que-
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íible cuando te pareces a mí y cuando haces lo que te que el exceso de elogios fingidos revelaba que se sen
digo”. Al mismo tiempo, la madre ie indicaba a la hija tia infinitamente más hermosa. Uno de los primeros
a través de las palabras y la conducta: “Eres fisica actos de la hija durante un período psicótico consistió
mente delicada, nada inteligente y distinta de mí (‘no en anunciar a la madre que se iba a cortar todo el ca-
eres normal’). Me necesitas, y a mí únicamente, por tus bello, y procedió a hacerlo mientras la madre le rogaba
dificultades y yo me ocuparé de ti y te amaré”. Así,
que se detuviera. A partir de ese momento, la madre
la vida de la paciente era una serie de comienzos, de solía mostrar a la gente una foto de si mis ma cuando
intentos de experiencia, que traían como resultado fra- ioven y explicarle qué aspecto tendría la paciente si
casos y un retorno al refugio materno debido al engano no se hubiera cortado su hermoso cabello.
compartido entre ella y la madre.
Aparentemente sin darse cuenta de la importância
En la terapia colaborativa se observo que ciertas de lo que hacía, la madre solía afirmar que la enfer-
áreas que eran importantes para la autoestima de la medad de la hija consistia en no ser muy inteligente
madre configuraban situaciones partiçularmente con- y padecer algún tipo de trastorno cerebral orgânico.
flictivas para la paciente. Por ejemplo, la madre nece- Invariablemente comparaba esta situación con su pro
sitaba la ficción de un vínculo cercano con su propia pia inteligência, demostrada por su propio desempeno
familia y de que entre ella y su madre existia un hon- acadêmico. Trataba a su hija de una manera comple
do afecto. Por analogia, la relación con la abuela era tamente protectora y aplacadora, que no era sincera.
el prototipo para la relación entre la madre y su pro Por ejemplo, en presencia dei psiquiatra prometió a la
pia hija. En cierta ocasión, cuando ésta tenía siete u hija que no permitiría que le hicieran más shocks eléc
ocho anos de edad, la abuela, en un momento de furia, tricos y, en cuanto la paciente salió de la habitación,
le arrojo un cuchillo que pasó muy cerca de la nina. La le preguntó al médico si no creia que la joven debía
madre nada le dijo a la abuela, pero sacó a la nina de internarse y someterse a ese mismo tratamiento. Una
la habitación mientras le decía: “Abuelita en realidad
clave para la comprensión de esta conducta enganosa
te quiere . Es significativo que la abuela opinara que surgió durante la terapia de la madre. Aunque la hija
la paciente no estaba suficientemente controlada, y solía
había estado internada en tres ocasiones, la madre ja-
senalarle en broma a la hija que no era bastante severa más había mencionado a los médicos que ella misma
con la nina. La abuela estaba viviendo en la casa du había sufrido un episodio psicótico al descubrir que
rante uno de los episodios psicóticos de la paciente, y estaba embarazada. La familia la despacho prontamen
ésta se deleito arrojando diversos objetos a la madre y
te a un pequeno sanatorio en una ciudad cercana y,
la abuela mientras éstas permanecían paralizadas por
según sus propias palabras, la mantuvieron atada a una
el terror.
cama durante seis semanas. Su familia no la visito du
En su juventud, la madre se había sentido muy
rante ese período y nadie, salvo sus padres y su her-
atractiva y creia que la hija se le parecia bastante, aun-
mana, sabían que estaba internada.
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ío inhibitorio y controlador. El paciente psicótico puede
Hubo dos ocasiones durante la terapia en que la ma hacer observaciones astutas, agudas, a menudo metafó
dre manifesto una intensa emoción. Una de ellas se ricas, que revelan su comprensión de las fuerzas que
produjo mientras relataba su propia experiencia psi
lo atan. Pero, él mismo puede llegar a ser bastante ex
cótica y la otra, en su última sesión, cuando acusó al
perto en crear situaciones de doble vínculo.
terapeuta de tratar de volvería loca obligándola a ele-
g-ir entre su hija y su esposo. Contrariando el consejo 3. Según nuestra teoria, la situación comunicativa
medico, mterrumpió la terapia de la hija. descripta es esencial para la seguridad de la madre,
El padre participaba tanto como la madre de los v, por lo tanto, para la homeostasis familiar. De ser
aspectos homeostáticos de la situación intrafamiliar. así, entonces, cuando la psicoterapia ayuda al paciente
or ejemplo, manifesto que había debido abandonar a ser menos vulnerable frente a los intentos que liace
un importante empleo como abogado para poder tras- la madre por controlarlo, ésta responderá con ansiedad.
■ ladarse con su hija a una zona donde se podia obtener Dei mismo modo, si el' terapeuta interpreta a la madre
ayuda psiquiátrica competente. A partir de ese momen la dinâmica de la situación que vive con el paciente,
to, y basándose en indícios proporcionados por la pa debe provocar una respuesta de ansiedad en ella. Nues
ciente (por ejemplo, a menudo se referia a una persona tra impresión es que un contacto sostenido entre el pa
apodada “el nervioso Ned”), el terapeuta logró que el ciente y la familia (en particular cuando el paciente
padre dijera que había odiado ese empleo y que durante vive en su hogar durante la psicoterapia), trae como
anos había estado tratando de librarse de él. Con todo, resultado una perturbación, a menudo severa, en la ma
hacia sentir a la hija que ese cambio había sido pro dre, y a veces también en el padre y otros hermanos
vocado por ella. (10, 11).
Sobre la base de nuestro examen de los datos clíni
cos, nos han impresionado una serie de observaciones
a saber: Posición actual y perspectivas fu
turas
1. El desvalimiento, el temor, la exasperación y la
rabia que una situación de doble vínculo provoca en Ia
Muchos autores han tratado la esquizofrenia en
paciente, pero que la madre puede serena e incompren-
términos dei contraste más extremo con cualquier otra
sivamente pasar por alto Hemos observado en el padre
forma de pensamiento y conducta humanos. Si bien se
reacciones que crean situaciones de doble vínculo o bien trata de un fenômeno aislable, tanto énfasis en las di
amplían las ya creadas por Ia madre, y hemos visto al
ferencias con respecto a lo normal —algo bastante pa
padre pasivo e indignado, pero desvalido, quedar atra-
recido a la temerosa segregación física de los psicóti
pado de una manera similar a Ia de la paciente.
cos__ no ayuda a comprender los problemas. En nues
2. La psicosis parece, en parte, una manera de ma
tro enfoque, suponemos que la esquizofrenia incluye
nejar situaciones de doble vínculo para superar su efec-
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princípios generales que son importantes en toda co más bien los problemas formales implícitos en la exis
municación y, por ende, que pueden encontrarse mu- tência simultânea de múltiples niveles de mensajes en
chas similitudes esclarecedoras en situaciones “norma- la presentación fictícia de la “realidad”. El teatro en-
les” de comunicación. cierra particular interés en este sentido, pues tanto los
Nos han interesado en particular diversos tipos de actores como los espectadores responden a mensajes
comunicación que implican significación emocional, y tanto acerca de la realidad verdadera como de la tea
también la necesidad de discriminar diversos ordenes tral.
de mensajes. Tales situaciones incluyen el juego, el Estamos prestando considerable atención a la hip-
humor, el ritual, la poesia y la novela. El juego, sobre nosis. Innumerables fenômenos que aparecen como sin
todo en los animales, ha sido objeto de estúdios bas tomas esquizofrênicos —alucinaciones, delírios, altera-
tante detallados (3). Es' una situación que ilustra clara ciones de la personalidad, amnésias, etc.—, pueden apa
mente la existência de metamensajes cuya discrimina recer temporariamente en sujetos normales hipnotiza
ción correcta resulta vital para la cooperación de los dos. No es necesario que se los sugiera directamente
indivíduos que participan; por ejemplo, una falsa dis como fenômenos específicos, sino que pueden ser el re
criminación podría fácilmente llevar al combate. En sultado “espontâneo” de una secuencia comunicativa
estrecha relación con el juego se encuentra el humor, preparada. Por ejemplo, Erickson (4) produce una alu-
tema constante en nuestra investigación; implica câm cinación induciendo primero catalepsia en la mano dei
bios súbitos en los Tipos Lógicos, así como la discrimi sujeto y diciendo luego: “Es imposible que la mano se
nación de tales câmbios. El ritual es un campo en el pueda mover, a pesar de lo cual cuando yo le dê la se
que se hacen atribuciones insólitamente reales o litera- rial, se moverá”. Esto es, le dice al sujeto que Ia mano
les de Tipos Lógicos que se defienden con tanto vigor permanecerá en su lugar y, no obstante, que se moverá,
como el esquizofrênico defiende la “realidad” de sus de y de una manera que el sujeto no puede conscientemente
lírios. La poesia ejemplifica el poder comunicativo de comprender. Cuando Erickson da la senal, el sujeto alu
la metáfora —incluso de la metáfora muy insólita— cina que la mano se ha movido, o sea, se alucina a si
cuando diversos signos la senalan como tal, en contraste mismo en un lugar distinto, y, por lo tanto, la mano se
con la oscuridad de la metáfora esquizofrênica no ro movió. Este uso de Ia alucinación para resolver un pro
tulada. Todo el campo de la comunicación novelística, blema planteado por instrucciones contradictorias que
definido como la narración o la descripción de una serie no pueden discutirse, ilustra, en nuestra opinión, la so-
de hechos hasta cierto punto tildados de reales, es muy lución de una situación de doble vínculo mediante un
pertinente a la investigación de la esquizofrenia. No cambio en los Tipos Lógicos. Las respuestas hipnóticas
nos interesa tanto la interpretación dei contenido de a las sugestiones o aseveraciones directas también sue-
la novela —aunque el análisis de los temas orales y des- len incluir câmbios en el tipo, como ocurre al aceptar
tructivos aporta al estúdio de la esquizofrenia— sino las palabras: “He aqui un vaso de agua” o “Usted está
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cansado” como realidad externa o interna, o como res- vínculo y la transformación de “él no da” en “no yo
puesta literal a afirmaciones metafóricas, de manera no quiero”.
muy similar a lo que ocurre con los esquizofrênicos. Aunque hemos incursionado en estas áreas colatera-
Confiamos en que el estúdio ulterior de la inducción, les, nuestro principal campo de observación ha sido la
los fenômenos hipnóticos y la voluntad despierta, en esquizofrenia misma. Todos nosotros trabajamos di-
esta situación eontrolable, contribuirán a esclarecer rectamente con pacientes esquizofrênicos, y gran parte
nuestra comprensión de las secuencias comünicaciona- de este material clínico se grabó para su posterior es
les esenciales que dan lugar a fenômenos como los de túdio detallado. Además, en la actualidad registramos
la esquizofrenia. entrevistas conjuntas de pacientes y sus famílias, y es
Otro experimento de Erickson (12) parece aislar una tamos realizando películas sonoras con madres e hijos
secuencia comunicacional de doble vínculo sin el uso perturbados, probablemente pre-esquizofrénicos. Lo
específico de la hipnosis. Erickson organizo un seminá hacemos con la esperanáa de que ello proporcione un
rio de modo tal que tenía sentado junto a él a un fu registro claramente evidente dei doble vínculo conti
mador en cadena, pero sin cigarrillos; los otros parti nuo y repetitivo que, según nuestra hipótesis, existe
cipantes sabían de antemano qué debían hacer. Todo ininterrumpidamente desde la infancia en la situación
estaba preparado de modo tal que Erickson se volvia familiar de los indivíduos que se vuelven esquizofrê
una y otra vez al joven para ofrecerle un cigarrillo, nicos. El presente trabajo se ha centrado en esta si
pero siempre lo interrumpía alguien con una pregunta, tuación familiar básica, y en Ias características abierta-
por lo cual, “inadvertidamente”, los cigarrillos queda- mente comunicacionales de la esquizofrenia. Con todo,
ban fuera del alcance dei fumador. Más tarde, otro par esperamos que nuestros conceptos y algunos de nues-
ticipante preguntó a ese joven si había recibido un ci tros datos resulten también útiles en la elaboración fu
garrillo dei Dr. Erickson, y el fumador replico: “iQué tura de otros problemas referidos a la esquizofrenia,
cigarrillo?” Demostro claramente que había olvidado tales como los otros muchos sintomas, el carácter dei
toda la secuencia e incluso rechazó un cigarrillo que “estado adaptado” prévio a la aparición manifiesta de
le ofrecía otro participante, diciendo que le interesaba la esquizofrenia, y la naturaleza y las circunstancias dei
demasiado el debate como para fumar. Este joven pa derrumbe psicótico.
rece estar en una situación experimental similar a la
de doble vínculo entre el esquizofrênico y la madre:
Consecuencias terapêuticas de es
una relación importante, mensajes contradictorios (en
ta hipótesis
este caso, ofrecer y privar) y el bloqueo dei comentá
rio : porque estaba en un seminário y, de cualquier ma La psicoterapia misma es un contexto de comunica-
nera, todo fue “inadvertido”. Y obsérvese el resultado ción en múltiples niveles, que exploran las líneas ambí
similar: amnésia con respecto a la secuencia de doble guas entre lo literal y lo metafórico, o la realidad y la
50 5/
fantasia y, de hecho, se han utilizado en ella diversas y se le anuncia al paciente que esas medidas se to-
formas dei juego, el teatro y la hipnosis. Nuestro in- man en su beneficio, se perpetúa así la situación es-
terés se ha centrado en la terapia y, además de nuestros quizofrenizante. Este tipo de engano lleva al paciente
propios datos, hemos reunido y examinado registros, a responder como en el caso de una situación de doble
transcripciones textuales y descripciones personales vínculo, y esa respuesta será “esquizofrênica” en el
proporcionadas por otros terapeutas. En tal sentido, sentido de que será indirecta y el paciente no podrá
preferimos los registros textuales, pues creemos que la hacer comentários sobre su sensación de engano. Una
manera en que un esquizofrênico habla depende en gran vineta, afortunadamente divertida, ilustra esa respues
medida, aunque muchas veces sutilmente, de la forma ta. En una sala a cargo de un médico esforzado y
en que otra persona le habla; resulta sumamente difí “benevolente”, se había colocado un cartel en la puerta
cil determinar qué ocurrió realmente en una entrevista de su consultorio que decía: “Consultorio Médico. Por
terapêutica si sólo se cuenta con una descripción de favor, golpee”. El médico tuvo que capitular frente
ella y, en particular, si esa descripción está formulada al internado obediente que golpeaba la puerta cada
ya en términos teóricos. vez que pasaba junto a ella.
Sin embargo, exceptuando unos pocos comentários 2. La comprensión dei doble vínculo y sus aspectos
generales y algunas especulaciones, no estamos aún pre comunicativos puede dar lugar a innovaciones en la
parados para hablar sobre la relación entre el doble técnica terapêutica. Resulta difícil determinar cuáles
vínculo y la psicoterapia. Por el momento, sólo pode pueden ser esas modificaciones pero, sobre la base de
mos senalar lo siguiente: nuestra investigación, suponemos que en la psicotera
pia se producen continuamente situaciones de doble
1. El marco psicoterapéutico y el ambiente hospi- vínculo. A veces pasan inadvertidas, en el sentido de
talario promueven y contienen situaciones de doble que el terapeuta impone una situación de doble vínculo
vínculo. Desde el punto de vista de esta hipótesis, nos similar a la que ya existe en la historia dei paciente,
preguntamos cuál es el efecto de Ia “benevolencia” mé o bien el paciente impone una situación de doble
dica sobre el paciente esquizofrênico. Puesto que los vínculo al terapeuta. En otras ocasiones, los terapeutas
hospitales existen en beneficio dei personal así como en parecen imponer situaciones de doble vínculo, sea de-
beneficio dei paciente —en la misma medida o tal vez liberadamente o intuitivamente, que obligan al pa
menos—, es inevitable que surjan a veces contradic- ciente a responder de una manera distinta de la que
ciones en Ias secuencias donde se asumen actitudes utilizo en el pasado.
“benevolentes” para con el paciente cuando, en rea- Un incidente en la experiencia de una talentosa psi-
lidad, están destinadas a aumentar la comodidad dei coterapeuta ilustra la comprensión intuitiva de una se-
personal. Nos inclinaríamos a suponer que, toda vez cuencia comunicacional de doble vínculo. La doctora
que el sistema está organizado con fines hospitalarios Fríeda Fromm-Reichmann (5) tenía en tratamiento a
52 53
una joven que, desde los siete anos de edad, había cons dualmente al paciente a emanciparse de ellos. Muchos
truído una religión sumamente compleja Rena de dio- de los gambitos terapêuticos sumamente adecuados que
ses poderosos. Era muy esquizofrênica y abrigaba se realizan los terapeutas parecen ser intuitivos. Com-
rias dudas con respecto a la posibilidad de iniciar una partimos la meta de aquellos psicoterapeutas que sue-
relación terapêutica. Al comienzo dei tratamiento dijo: nan con el día en que esas intenciones generales hayan
“El Dios R dice que yo no debería hablar con usted”. sido suficientemente esclarecidas como para ser utiliza
La Dra. Fromm-Reichmann replico: “Mire, aclaremos das de modo sistemático y habitual.
esto. El Dios R y todo ese mundo suyo no existe para
mí. Existe para usted, y lejos de mí creer que puedo
quitárselo, pues no tengo idea de quê significa. Por Bibliografia
lo tanto, estoy dispuesta a hablar con Ud. en términos
de ese mundo, siempre y cuando Ud. recuerde que no 1. Bateson, G.: Social plahning and the concept of “deute-
existe para mí. Ahora vaya a ver al Dios R y dígale rolearning”. Conference on Science, Philosophy and Reli-
gion, Second Simposium. Harper, New York, 1942.
que Ud. y yo tenemos que hablar y que debe darle 2. Bateson, G.: A theory of play and fantasy. Psych. Res.
permiso. Además, debe decirle que soy médica y que Rep., 2: 39-51, 1955.
Ud. ha vivido con él en su reino desde los siete hasta los 3. Carpenter, C. R.: A field study of the behavior and so
dieciséis anos —son nueve anos— y que él no la ha cial relations of howling monkeys. Comp. Psychol. Mo-
ayudado, por lo que ahora debe permitirme tratar de nogr., 10: 1-168, 1934.
4. Erickson, M. H.: Personal communication, 1955.
ver si Ud. y yo podemos hacer esa tarea. Dígale que 5. Fromm-Reichmann, F.: Personal communication, 1956.
soy médica y que eso es lo que quiero intentar”. 6. Haley, J.: Paradoxes in play, fantasy, and psychotherapy.
La terapeuta impone así a su paciente un “doble Psych. Res. Rep., 2: 52-58, 1955.
vínculo terapêutico”. Si la paciente experimenta du 7. Harlow, H. F.: The formation of learning sets. Psychol.
das en su creencia en ese dios, entonces concuerda con Rev., 56: 51-65, 1949.
8. Hilgard, J. R.: Anniversary reactions in parents preci-
la doctora Fromm-Reichmann y admite su vínculo tera
pitated by children. Psychiatry, 16-73-80, 1953.
pêutico. Si insiste en que el Dios R es real, entonces 9. Hull, C. L. et al.: Mathematico-deductive Theory of Rote
debe decirle que la Dra. Fromm-Reichmann es “más po Learning, Yale Univ. Press, New Haven, 1940.
derosa” que él, con lo cual vuelve a admitir su relación 10. Jackson, D. D.: An episode of sleepwalking J. Amer.
con la terapeuta. Psychoanal. Assn., 2: 503-508, 1954.
11. Jackson, D. D.: Some factors influencing the Oedipus
La diferencia entre el vínculo terapêutico y la si-
complex. Psychoanal. Quart., 23: 566-581, 1954.
tuación original de doble vínculo radica, en parte, en 12. Jackson, D. D.: The question of family homeostasis. Psy-
el hecho de que el terapeuta no participa él mismo en chiat. Quart., SuppL, 31, Part 1: 79-90, 1957.
una lucha de vida o muerte, por lo cual puede esta- 13. Lorenz, K. Z.: King Solomorís Ring, Crowell, New York,
blecer vínculos relativamente benévolos v ayudar gra 1952.
54 55
14. Perceval, J.: A Narrative of the Treatment Experienced Capitulo 2
by a Gentle en during a Staie of Mental Desangement,
Designe d to Explain the Causes and N ature of Insanity, El medio íntrafamiliar de los pacien
etc. Effingham Wilson, London, 1836 and 1840. tes esquizofrênicos: cisma marital y
15. Ruesch, J. y Bateson, G.: Communimtion: The Social
Matrix of Psychiatry. Norton, New York, 1951. sesgo marital °
16. von Domarus, E.: The specific laws of logic in schizo-
phrenia. En: J. S. Kasanin (ed.), Language and Thought Theodore Lidz, Alice R. Cornelison,
in Schizcrphreniat Univ. of Califórnia Press, Berkeley, Stephcn Fleck y Dorothy Terry
1944.
Carlson 1
17. Whitehead, A. N. y Rusell, B.: Principia Mathematics,
Cambridge Univ. Press, Cambridge, 1910.
196 197
darias con sus dificultades, cada vez más evidentes. en la práctica, se ha segregado al paciente y al tera
Así comenzó nuestra propia labor en terapia familiar. peuta y excluído a todos los familiares dei contacto
Sin embargo, resulta interesante senalar que, como con el tratamiento dei paciente. Con todo, en el trata
sucedió una y otra vez en la historia de la ciência, en miento de ninos se ha hecho una excepción importante
otros lugares ocurrían hechos similares en forma casi y cada vez más f recuente: la madre se ha convertido
simultânea; retrospectivamente, es posible bosquejar también en objeto de terapia. No obstante, esto deja en
con bastante claridad una explicación de este amplio pie algunos problemas, por ejemplo, qué se debe hacer
desarrollo así como una especificación de la necesidad con el padre, y plantea otros nuevos con respecto a la
para la que constituyó una respuesta. necesidad de tiempo y de una comunicación adecuada
A medida que nos hemos ido dedicando cada vez entre los terapeutas cuando los padres y el nino no son
tratados por el mismo profesional. En el tratamiento
más al estúdio y al tratamiento de famílias durante
de cónyuges surgen .dificultades similares. Mientras
los últimos cinco anos, nos ha sorprendido encontrar
otras personas que, en forma independiente, cumplían tanto, existen sérios problemas prácticos relacionados
idêntica tarea. Algunos de ellos —por ejemplo Lyman con el tratamiento individual, que se hacen particular
mente obvios en el caso de los esquizofrênicos hospita
Wynne y sus colaboradores, Murray Bowen y su grupo
lizados. Por un lado, el personal hospitalario suele ex
(ambos originariamente en el NIMH), e Ivan Boszor-
perimentar dificultades en relación con los parientes,
menyi-Nagy y sus colaboradores en Filadélfia— se
a veces en lo que concierne a reunirse con ellos de ma
han interesado en particular, al igual que nosotros,
nera efectiva cuando resulta necesario y, a veces, sim-
en la esquizofrenia. Otros se ocuparon de una variedad
plemente porque no pueden librarse de ellos. Por otro
de problemas psiquiátricos, como Nathan Ackerman
lado, cuando se logra proporcionar a los pacientes una
en Nueva York, Kalman Gyarfas y Virgínia Satir en
ayuda eficaz en el aislamiento relativo dei hospital,
Chicago, John Bell dei Public Hêalth Service de los
Estados Unidos y Eugene Mac Donald en Galveston, su regreso a la familia origina trastornos, en los padres
o en el paciente, que sufre entonces una recaída, o en
mientras que otros manifestaron particular interés por
otros problemas, como ocurre con el trabajo de Char ambos.
les Fulweiler con famílias de delincuentes en Alameda Lo esencial que cabe deducir de todas estas cues-
County, Califórnia. Todos ellos comparten una orien- tiones, que son ya conocidas, es que el tratamiento de
tación basada en la comprensión y el tratamiento de un paciente psiquiátrico necesariamente implica tratar
la familia como un sistema unitário. con miembros de su familia, y con relaciones familia
Algunos de los antecedentes de este desarrollo re- res, sea de manera directa o indirecta. Evidentemente,
sultan bastante claros. Desde los primeros trabajos de incluso establecer una regia según la cual se excluye
Freud se ha reconocido, por lo menos de manera con- a la familia de la terapia, implica una manera drástica,
ceptual, que la familia dei paciente es importante. Pero, aunque quizás simple, de manejar estos problemas. Lo
198 199
que está en discusión, entonces, no es si los miembros
una familia constituye un sistema dinâmico de estado
de la família de un paciente han de ser tratados, sino
constante; los caracteres de los miembros y la natura-
cómo debe tratárselos. Este trabajo se ocupa de des-
leza de su interacción, incluyendo a cualquier paciente
cribir nuestra tarea en el tratamiento familiar conjun
identificado y su conducta enferma, son tales que man-
to como medio para resolver este problema, sobre todo
tienen un status quo típico de la familia, y reaccionan
en el caso de pacientes esquizofrênicos.
tendiendo a restaurar ese status quo frente a cualquier
cambio, tal como el que supone el tratamiento de cual-
quiera de sus miembros.
Consideraciones teóricas
El concepto de doble vínculo está basado en nuestra
Para comprender nuestros intentos de tratar a es concepción más esencial acerca de la comunicación
tás famílias y formular nuestro enfoque terapêutico, como principal medio de interacción e influencia hu
es necesario entender la teoria en que nos basamos, ya manas : en la comunicación humana concreta nunca
que nuestra práctica y nuestras concepciones actuales hay un mensaje único y simple; en cambio, la comuni
se han desarrollado a partir dei interjuego de algunas cación implica siempre y necesariamente una multi-
orientaciones originales muy amplias y de nuestros va plicidad de mensajes, de diferentes niveles, simultá-
cilantes intentos de tratar famílias concretas. neamente. Tales mensajes pueden trasmitirse por
Al comienzo de nuestro programa de trabajo con diversos canales, tales como palabras, tonos y expresio-
famílias de esquizofrênicos, nuestros dos conceptos nes faciales, o mediante la variedad de significados
y referencias de cualquier mensaje verbal en relación
centrales eran: 1) el doble vínculo 1 y 2) la homeostasis
con sus contextos posibles. Las relaciones entre estos
2. El concepto de homeostasis familiar surgió
familiar 1
mensajes pueden ser muy complejas. No existen dos
de la observación de que los esfuerzos psicoterapéuti-
mensajes, en diferentes niveles de comunicación, que
cos con un miembro de la familia podían verse obstacu-
puedan ser idênticos, pero sí pueden ser similares o
lizados por la conducta de otros miembros, o bien que
diferentes, congruentes o incongruentes. La diferencia
otro miembro podia llegar a sufrir trastornos a me
y la incongruência parecen ser fundamental es para la
dida que mejoraba el que estaba en terapia. Estas ob-
riqueza de la comunicación humana, como ocurre cuan
servaciones, en relación con las ideas existentes sobre
do ciertas combinaciones de palabras y tonos definen
los sistemas homeostáticos en general, sugerían que
estilos de expresión, tales como ironia o humor; empero,
también parecen fundamentales en lo que se refiere
1 Gregory Bateson, Don D. Jackson, Jay Haley y John
Weakland, “Toward a Theory of Schizophrenia”, Behav. Sei., al origen y el çarácter de mucha psicopatología, como
1: 251-264, 1956. [cf. dicho artículo en el presente volumen. en el sintoma de “afecto inadecuado”, considerado como
N. dei C.J
2 Don D. Jackson, “The question of family homeostasis”, una incongruência evidente entre las palabras y el tono
Psychiatric Quart., Suppl., 31: 79-90, 1959. o la expresión. Adernás, el uso de mensajes de doble
200
201
nivel parece cada vez más importante para la terapia, los de Sullivan, y que gana aceptación día a día, sigue
en formas que describiremos más adelante. siendo considerablemente distinta de la fuerte orienta
El concepto de doble vínculo se refiere a un patrón ción tradicional de la psiquiatria que destaca al pa
de pares o conjuntos de mensajes, a diferentes niveles, ciente individual y a las construcciones acerca de lo
que están estrechamente relacionados pero son neta irreal y de lo inobservable: las fantasias o percepcio-
mente incongruentes, que se dan junto con otros men nes distorsionadas de la realidad, las experiencias pa-
sajes que, mediante el ocultamiento, la negación u otros sadas, en particular las infantiles, y la organización y
médios, hacen muy difícil que el receptor perciba cla el contenido intrapsíquicos.
ramente la incongruência y la maneje de manera efi En síntesis, nos interesa mucho más la influencia,
caz, como seria, por ejemplo, hacer un comentário sobre la interacción y la interrelación entre personas, inme-
ella; En cambio, se ve llevado a producir respuestas diatamente observables en el presente, que cuestiones
incompatibles a nivel de la conducta, al tiempo que se individuales, internas; imaginarias e infan\.'is. Vale
intenta que no perciba siquiera la influencia o la in- la pena hacer explícita esta diferencia en cuanto a la
compatibilidad. Creemos que, dentro de una relación orientación básica, pues ello contribuye a esclarecer la
importante, donde no es posible simplemente pasar naturaleza de nuestros principales conceptos específi
por alto o evitar los mensajes, la combinación de una cos, indica algunas conexiones importantes entre ellos
amplia experiencia en ese tipo de comunicación y el y proporciona una base esencial para comprender todo
aprendizaje que hace el receptor en lo que se refiere nuestro enfoque terapêutico: lo que hacemos y lo que
a participar aceptando la incongruência sin cuestionarla no hacemos y, en particular, algunas de nuestras dife
puede dar lugar a la conducta esquizofrênica. rencias con respecto a otros enfoques y prácticas
terapêuticos.
No resulta difícil notar que estos dos conceptos cen-
Lqs conceptos de homeostasis familiar y doble víncu
trales se refieren a la descripción y especificación de
lo, sujetos a cierta ampliación y modificación3, si-
la interacción entre personas reales, por diversos mé
guen siendo de importância fundamental en nuestra la
dios de comunicación, en el nivel de la conducta di-
bor con famílias. Dado que tales ideas no siempre se
rectamente observable. Este enfoque implica, además,
han entendido claramente, sobre todo en lo que con-
un énfasis en lo que es real y en lo que es presente y
cierne a la importância de la diferencia en los niveles
ocurre continuamente. Considerados conjuntamente, es
de mensajes, conviene hacer aqui algunas observaciones
tos énfasis definen una amplia orientación “comunica-
más concretas sobre ellas. Algunos de nuestros críti
cional” y transaccional para el estúdio, la comprensión
cos senalan que la situación de doble vínculo constituye,
y el tratamiento de la conducta humana, incluyendo
esa clase especial, de gran interés para los psiquiatras, 3 Ppr ejemplo, John H. Weakland, “The ‘Double Bind’
que es la conducta sintomática. Esta orientación, si Hypothesis of Schizophrenia and Three-Party Interaction”,
en Etiolog-y of Schizophrenia, Don D. Jackson (ed.), Basic
bien relacionada con trabajos prévios, en particular Books, Nueva York, págs. 373-388, 1960.
202 203
en eseneia, una situación de tipo “esto o lo otro”, o de pone en juego un autoengano que carece de limites cla
tipo “al demonio contigo si lo haces y al demonio con ros. Supongamos que, al finalizar la prueba, el exami
tigo si no lo haces”, o nada más que una manera com nador le dijera al sujeto: “Ha estado mintiendo”. iPo-
plicada de describir la ambivalência4. En efecto, la dría el sujeto estar seguro de que el examinador se
situación de doble vínculo es todas estas cosas, pero referia sólo a su mentira deliberada? ^Podría estar
también algo más. Como ejemplo, consideremos la si seguro de que no es él mismo un indivíduo con una
tuación de una persona inocente que se somete a la incapacidad crônica para procesar los datos de que dis-
prueba dei detector de mentiras. En dichas pruebas, pone y, por ende, está sujeto al autoengano?
es habitual recurrir a una situación estándar para es-
tablecer un punto de referencia básico. Por ejemplo, se
le. pide al sujeto que extraiga una carta de un mazo El proceso terapêutico: organiza-
de naipes, la mire y la coloque en su lugar. Se le indica eión <y técnica
luego que no debe revelar qué carta extraj o aunque el
examinador lo adivine. Cuando éste lo hace y el sujeto “La familia” a la que nos referimos en la práctica
responde “no”, el trazado en el detector revela en qué suele consistir en un padre, una madre y el paciente.
medida reacciona frente a una mentira. Con todo, una Se los entrevista juntos una vez por semana durante
teoria que se limite a utilizar la culpa que se experi sesenta a noventa minutos, en una habitación equipada
menta por mentir no logra explicar algunas de las com- con un micrófono para la grabación en cinta magneto-
plejidades inherentes a la situación. La mayoría de fónica y un espejo unidireccional para la observación y
los sujetos no pueden confiar en su inocência, porque supervisión ocasionales. Las reuniones pueden realizar-
una persona no puede saber a priori qué hará su cuer- se con mayor frecuencia cuando resulta indicado, pero
po y, así, la inocência literal dei sujeto no lo protege las limitaciones de orden temporal han impedido que
contra un contexto en el cual el poder está en manos se hicieran en forma regular y, por otra parte, no pa
dei examinador. Puesto que éste le ha pedido que mien- rece esencial que así sea. Cualquier combinación de
ta, ;, se trata en realidad de una “mentira” o de Ia los miembros dei grupo básico puede ser entrevistada
verdad, esto es, una percepción correcta de lo que hace según lo dicte la necesidad externa, como viajes o en-
falta para que un aparato funcione? La situación de fermedades, o cuando el terapeuta lo considere técnica
doble vínculo vuelve al sujeto particularmente vulne- mente aconsejable. Solíamos ser bastante rígidos en
rable porque si éste niega lo que percibe totalmente, cuanto a que las reuniones se realizaran sólo si todos
los miembros estaban presentes. En la actualidad, aun
4 A pesar de nuestras consideraciones previas sobre la que se sigue dando importância a la presencia dei grupo
“ilusión de alternativas’’, en John H. Weakland y Don D.
Jackson, “Patient and Therapist Observations on the Cir- completo, existen variaciones en este sentido entre los
cumstances of a Schizophrenic Episode”, AMA Arch. Neurol. diversos terapeutas.
and Psychiat., 79: 554-574, 1958.
204 205
El stattcs de los hermanos dei paciente permaneció
En la actualidad, no vacilamos en tratar de incluir
poco claro durante algún tiempo y sigue siendo una
uno o más hermanos en las sesiones familiares si si-
cuestión que sólo se ha resuelto en parte. Los hemos
guen viviendo con los padres. Si se han mudado a otra
encontrado reacios a dejarse arrastrar a una situación
parte, en general limitamos el contacto a reuniones oca-
potencialmente desagradable. Retrospectivamente, pa
síonales, generalmente para obtener datos.
recería que les atribuímos más salud de la que en reali-
Dado este grupo básico de por Io menos tres perso-
dad tenían y aceptamos, en forma inconsciente, su de-
nas, icuál es la orientación dei terapeuta con respecto
fensa característica: “Esta es una situación en la que
a ellas y a su meta? En otras palabras, icómo enfoca
no tengo nada que ver”. Por ejemplo:
el proceso terapêutico y cómo estructura la situación
EI hermano menor de un esquizofrênico crônico se para el grupo?
encontraba en este país de vacaciones, pues vivia en Cuando empezamos a utilizar la terapia familiar en
Europa. El terapeuta se había anticipado a su Ilegada el tratamiento de Ia esquizofrenia, supusimos, a partir
y había logrado que aceptara asistir a tres sesiones de nuestra labor previa, que el paciente identificado
familiares durante su visita, pues parecia probable que se encontraba en el extremo receptor de los dobles
no se pudiera volver a contar con él en el curso de la vínculos procedentes de uno de los progenitores o de
terapia. En la primera sesión, el hermano dio Ia im- ambos; y sabíamos que necesitábamos Ia cooperación
presión de ser todo lo que sus padres decían de él y de los padres, con respecto a la cual no estábamos muy
todo lo que el paciente no era. Se mantuvo a una dis seguros, por lo menos en el sentido de que asistieran
tancia cordial y afirmo no recordar ninguno de los a las sesiones durante un período de tiempo. En conse-
hechos que, según el terapeuta, habían sido importan cuencia, nuestros esfuerzos iniciales constituyeron bur-
tes en la vida dei paciente. Al finalizar la sesión, la dos intentos de proteger al paciente de los padres y de
madre manifesto que estaba segura de que le alegraria impresionar a éstos planteándoles cuánta ayuda po
volver, pero el terapeuta, desalentado, manifesto que díamos obtener de los datos que nos proporcionaran
comprendía que era una gran exigencia debido al tiem sobre el paciente. Sin embargo, no tardamos en perca-
po limitado de que disponía el hermano y, sin darse tarnos, primero, que el paciente no era una tierna vio
cuenta de ello, le dio así una excelente oportunidad para leta y sí muy capaz de perturbar a los padres y bloquear
alejarse. Con todo, volvió a la sesión siguiente y mani las ambiciones dei terapeuta; segundo, que los padres
festo que los dias que había pasado junto a los padres eran personas desdichadas que podían obtener benefí
le permitieron recordar más datos de lo que podia es- cios de la psicoterapia.
perarse. Al finalizar la tercera sesión, manifesto su Actualmente, los diez terapeutas que participan en
pesar por no poder seguir participando en las reuniones el proyecto sobre esquizofrenia parecen estar razonable-
familiares y senaló que probablemente su vida en el mente de acuerdo en cuanto a por qué se reúnen ellos
extranjero lo había protegido de un derrumbe. y la familia. Todos los terapeutas, cuando carecían aún
206
207
de experiencia, centraron su atención en el paciente in defectos dei paciente que, desde luego, carga con el ró
dividual, pero no tardaron en comprender que las tres tulo de enfermo, y se establece un diálogo interminable
personas que los enfrentaban estaban ligadas en una entre ellos y el terapeuta con respecto a detalles de la
forma mutuamente destructiva y que el sintoma primá terapia, la frecuencia de las sesiones, etcétera.
rio que las tres presentaban era un enredo paralizante En la segunda sesión, los padres han estado pen
que, a primera vista, sólo se hace evidente en el pa sando en la enfermedad dei paciente y recuerdan anéc-
ciente. Al comienzo, los padres tratan de mantener esa dotas pasadas que tienen que ver con hechos exteriores
impresión superficial y, por ende, cada sesión inicial o circunstancias fortuitas que, según sugieren, pueden
abunda en observaciones sobre el pobre X y su lamen- haberla provocado. Tipicamente, cargan la culpa a la
table enfermedad. Con todo, cuando responden al se- escuela y los maestros. En esa sesión, el paciente exhibe
. nuelo de la curiosidad que el terapeuta expresa con res algunos de sus sintomas, cosa que los padres alientan.
pecto a ellos, esa frágil superfície se quiebra y comien- En la tercera sesión, el terapeuta manifiesta curio
za a hacerse manifiesta esa tremenda desolación que sidad con respecto a los padres, sus antecedentes, cómo
sólo pueden experimentar dos personas que viven juntas se conocieron y la primera época de su matrimônio.
y están apartadas una de la otra. Es en ese momento Introduce intencionalmente esos temas, dado que así
cuando el interés humano dei terapeuta puede salvar se lo ha sugerido su supervisor. Aunque al comienzo
la situación. Es en ese momento cuando ya no basta los padres se refieren a hechos concretos, parece haber
con que los padres asistan a las sesíones en beneficio más tensión en el aire. Por último, casi al finalizar la
dei paciente. La siguiente es una típica secuencia, abre sesión, la madre dice al esposo: “i Por qué no le cuen-
viada, de una sesión familiar temprana: tas al doctor lo de Nueva York?”. Se refiere a una tra-
El paciente es un hombre de treinta anos, que tiene vesura no muy virtuosa dei padre, quien responde con
unos cinco de hospitalización y que, en la actualidad, un intento poco feliz, pero elegante, de manejar la si
vive en su hogar. Los padres se sienten perturbados por tuación. Pero el foco de atención no se mantiene en
su inactividad, su desalino y sus delírios. Sus intentos los padres y lejos dei paciente durante mucho tiempo.
de empujarlo a la actividad o de conseguir que salga Mientras relatan este episodio, manifiestan que el pa
de la casa traen como resultado situaciones desagra- ciente vivia temporariamente con el padre, lo cual es
dables no sólo entre ellos y el paciente, sino a veces cierto, pero irrelevante. El hijo tenía por ese entonces
también entre los padres mismos. En la entrevista ini sólo diez anos y estaba con el padre temporariamente
cial, el paciente se muestra tremendamente desalinado, en una ciudad, mientras la madre permanecia en otra,
silencioso y tratando de demostrar que no tiene nada por decisión de lós progenitores, decisión que sin duda
que ver con lo que ocurre. Los padres cuidan de seha- tenía mucho que ver con el problema bajo discusión.
lar sus propios logros en contraste con los múltiples Pero, en cuanto se menciona al hijo, los padres vuelven
208 209
a referirse a Ias dificultades de éste y el padre respira desarrollado para manejar los problemas que esos ras
aliviado. gos plantean, y considerar luego de manera similar el
En Ia cuarta sesión, el terapeuta trata de clarificar curso ulterior de la terapia.
Ia experiencia mencionada en la sesión previa y de se En la mayoría de las famílias que hemos visto, qui-
guir examinando ciertos aspectos de la relación entre zás sobre todo en las de clase media, la madre parece
los padres. El paciente parece interesado y en varias ser la que da el impulso inicial tendiente a la terapia,
ocasiones se ríe abiertamente cuando el padre se coloca poniendo el énfasis en su preocupación por el hijo; mu-
de protagonista de una anécdota jocosa. Se tiene la chas madres se presentan también como “expertas le
impresión rnás clara de que, por desdichados que sean, gas” en la esquizofrenia y su tratamiento, sobre ia base
los tres comparten algo. de su prolongada experiencia con la enfermedad dei
En la sesión siguiente el padre se presenta solo. La hijo, además de lecturas sobre el tema, en algunos casos.
madre está en cama debido a alguna vaga enfermedad A veces el padre ocupa el primer plano, pero un exa-
y el paciente aguarda en el auto. EI padre ha acudido men más cuidadoso revela que en la mayoría de Ios
sólo para informar ai terapeuta que no vendrán esa casos actúa en gran medida como vocero de la madre.
noche. Con todo, se queda a charlar y, con gran sor- Con. frecuencia se comprueba que el padre está fisica
presa dei terapeuta, escribe en la tapa de una revista mente ausente de la vida familiar, por ejemplo, absor-
que lleva consigo (probablemente para que el grabador bido por sus actividades comerciales. De hecho, en mu-
no lo registre) que él y su esposa tienen peleas terri- chas de las famílias parecería que sus miembros nunca
bles. Luego se arrepiente y destruye la hoja sobre la están juntos salvo en las sesiones terapêuticas, si bien
que había escrito. El padre es casi totalmente incapaz tampoco tienen mucha vida independiente como indi
de franquearse y de permitir que el terapeuta se con- víduos.
duela de sus problemas maritales; sin embargo, se ha
El padre y la madre centran sus comentários ini
abierto una brecha, y las sesiones posteriores revelan
ciales en el tema dei hijo, en particular su enfermedad;
que la madre no estaba enferma sino que había habido
podría parecer natural dadas las circunstancias, si no
una pelea familiar antes de la sesión y ella se había
fuera por el hecho de que excluye todo otro tema y que
negado a venir. Esto lleva a examinar sus dificultades,
la atención se centra a menudo en aspectos secundários
así como las dei paciente.
de la enfermedad, como detalles sobre la vestimenta
Este ejemplo ilustra alguna de las características y los modales dei paciente. Los padres pueden unirse y
típicas de nuestras famílias y las respuestas típicas estar de acuerdo cuando la enfermedad dei paciente
que dan frente a la situación planteada por su partici- constituye el tema en discusión, aunque ambos se re-
pación inicial conjunta en la terapia. Cabe resumir ex fieran a él de una manera incongruente o inarticulada,
plícitamente algunas de ellas, antes de enumerar e ilus esto es, en determinado momento afirman que el pa
trar ciertos movimientos iniciales estándar que hemos ciente está demasiado enfermo como para que se lo
210
haga responsable de nada y poco después se quejan en momentos en que los padres encaran algún tema de
amargamente de su conducta irresponsable, y esta hecho peligroso para ellos, y lo hacen con tanta inten-
abrupta transición se produce sin los indícios o sin la sidad que incluso el terapeuta puede tender a dirigir
estructuración que por lo común acompanan a tales su atención al paciente, apartándola de los padres, sin
câmbios. Con todo, esta área de acuerdo resulta notable, darse casi cuenta de lo que está haciendo.
sobre todo en cuanto se hace evidente que esas dos per- Si el terapeuta intenta centrar su atención en la
sonas casi no pueden estar de acuerdo sobre ningún otro familia, o definir a los padres como pacientes también,
tema. Mientras tanto, el paciente parece desvalido y cabe esperar otras dificultades. La madre o el padre
desesperanzado y, sin embargo, mediante el retraimien- pueden tratar de envolver al terapeuta en una comuni-
to o el acting out, influye sobre todos los demás y per cación individual y privada, mediante llamadas telefô
turba en parte la situación terapêutica. Así, resulta nicas bien antes o después de la sesión familiar. El
muy fácil comprobar a través de estas primeras sesio- padre tiende a evitar la participación emocional en la
nes por quê los observadores carentes de experiencia terapia familiar mediante recursos de distanciamiento;
tienden naturalmente a trazar claros distingos entre a veces está ausente de las reuniones, en otras se retrae
el paciente “enfermo” y los padres y hermanos “sa- mediante el silencio o la intelectualización que él llama
nos”. Empero, luego de un contacto más estrecho y pro “objetividad”. Las madres parecen sentirse más culpa-
longado con estas familias, nos ha sorprendido la ob- bles por su posible conexión con la enfermedad dei hijo
servación no sólo de que también los padres experimen- y tienden a mostrarse correspondientemente activas en
tan considerables dificultades personales, sino de que un sentido o en otro. En algunos casos, existe el peligro
esas dificultades suelen ser fundamentalmente simila de que la madre esté tan preocupada que tienda a ter
res a las que el paciente exhibe a través de su sintoma minar rápidamente Ia terapia cuando comprende real
tologia 5. mente qué es una “terapia familiar’”. En otros casos,
Una serie de problemas vinculados con estas carac las sesiones continúan, pero bajo el dominio de la ma
terísticas tiende a surgir rápidamente en la terapia. La dre, quien puede asumir la posición dei terapeuta al
conversación de los padres sigue estando centrada en respaldar todo lo que éste dice, mostrándose más ex
el paciente, lo cual les permite no hablar de sí mismos perta y científica que él, por lo común proponiendo
y de su relación. El paciente a menudo los ayuda me teorias biológicas y químicas de la esquizofrenia que
diante algún comentário obviamente desatinado o bien niegan su culpa e incluso, en algunos pocos casos, asu-
mediante conductas atípicas, lo cual contribuye a que miendo toda la responsabilidad de manera tan intensa
se lo rotule como el paciente; suele ocurrir sobre todo e indiscriminada que obstaculiza el examen de las in-
teracciones familiares concretas. De hecho, tal examen
° Don D. Jackson y John H. Weakland, “Schizophrenic resulta difícil en el mejor de los casos, puesto que todo
symptoms and family interaction”, AMA -Arch. Gen. Psychia-
try, 1: 618-621, 1959. intento de aclarar algo con respecto a estas familias
212 213
constituye una empresa muy difícil; Ias manifestacio- peuta establece dichos encuadres ilustran gran parte
nes de los diversos rniembros no concuerdan entre sí, de nuestra orientación y prácticas técnicas generales.
y cada uno de ellos tiende a mostrarse vago y errático En la sesión inicial, el terapeuta suele expresar una
o a enterrar todo bajo una abrumadora serie de deta- filosofia dei tipo de “Estamos aqui para trabajar uni
lles. De particular importância es el hecho de que los dos con el fin de lograr una mejor comprensión mutua,
rniembros describen su conducta en términos de res- de modo que todos puedan obtener mucho más de la
puestas a situaciones externas, de modo que incluso al vida familiar”. Tal manifestación implica que los pa
terapeuta le resulta difícil tener presente hasta qué dres participan en la desdicha familiar, especificada o
punto responden el uno al otro, y empezar a esclarecer no, tanto como el paciente, y también que ellos tienen
esta situación con ellos. la posibilidad de beneficiarse de la terapia. Esto reem-
plaza nuestra tendencia previa a iniciar la primera en
trevista preguntando qué quieren obtener de Ias sesio
Encuadre de la terapia
nes, enfoque que traía como resultado la respuesta es-
Si estos problemas iniciales típicos no se manejan tándar: “No hay nada de maio, excepto el pobre Bill”,
de manera adecuada., es probable que se vuelvan agudos o quienquiera fuese el paciente identificado. El comen
o crônicos, que pongan rápido fin a la terapia o lleven tário relativo a “trabajar con el fin de comprendernos”
a un estancamiento repetitivo similar al círculo habi implicitamente centra la atención en la comunicación
tual de interacciones en la familia, sólo que ahora el como un elemento muy importante en sus difíciles re
terapeuta se ha convertido en ur participante más en laciones y como un medio terapêutico. En nuestro ma
este juego en el que no hay ganadores. Por otro lado, nejo habitual dei problema de la comunicación privada
el manejo efectivo de estos problemas iniciales es muy existen implicaciones similares. Antes, el terapeuta so-
valioso. A nuestro entender, el “manejo dei paciente” lía recibir un llamado telefônico de uno de los padres
en la terapia familiar, que incluye el manejo de todos o de ambos durante las primeras semanas de la terapia
los rniembros de la familia que participan en la situa para preguntarle si no seria mejor administrarle tran
ción terapêutica, constituye una parte central de la quilizantes al paciente o hacerle hacer más ejercicio,
terapia, y sus efectos no son en modo alguno sólo su- etc. Luego al terapeuta le resultaba difícil hacer men-
perficiales. Así, los procedimientos estándares que hemos ción de esto en la reunión familiar siguiente y también
desarrollado para aplicar en las sesiones familiares ini no hacerlo, porque implicaba una conspiración con uno
ciales representan mucho más que un mero medio de u otro de los progenitores. Ahora, en la sesión inicial,
evitar determinadas dificultades en particular. Impli- el terapeuta anuncia que todos los rniembros serán in
can dar un encuadre a Ia terapia como un todo, el es- formados acerca de todo contacto con el terapeuta y,
tablecimiento de estándares y expectativas amplíos y como ocurre con todas las regias que se mencionan con
sostenidos. Asimismo, los médios por los cuales el tera naturalidad, ésta también se acepta.
214 275
Alternativamente, el terapeuta puede tener que ma vos en relación con muchos de los problemas más es
nejar a veces cuestiones similares no tanto por im- pecíficos que surgen al comienzo. Por ejemplo, evita
plicación como haciendo aseveraciones explícitas, al mos en general una tediosa pérdida de tiempo frustran
tiernpo que adjunta a éstas el marco de una interpreta - do cortésmente los intentos de los padres por hablar
ción prefabricada. Por ejemplo, puede afirmar que to exclusivamente de la enfermedad dei paciente. Además,
das las famílias desarrollan patrones habituales de co tendemos a disciplinar al paciente si éste intenta utili
municación, incluyendo algunas evitaciones mediante las zar la excusa de tipo “yo soy el enfermo, así que no
cüales los miembros de la familia se protegen unos de soy responsable”, como lo muestra el siguiente ejemplo.
otros y, por ende, parte de la tarea dei terapeuta con En la sesión inicial, el terapeuta interrogaba a los
siste en esclarecer tales patrones y evitaciones cuando padres sobre su forma de vivir. La madre parecia sen-
éstos impiden eliminar importantes bloqueos entre los tirse incômoda, aparentemente por su alcoholismo, so
miembros de la familia; es la responsabilidad dei te bre el que aún no se había hablado. En ese momento, el
rapeuta para con todos ellos —-al tiempo que los trata hijo esquizofrênico interrumpió para anunciar cuánto
imparcialmente, aunque como es lógico cada uno de lo había beneficiado la terapia electroconvulsiva que
ellos siente a veces que no lo hace— no dejar que ni había recibido en el hospital. Los padres se pusieron
siquiera esas tendências protectoras impidan alcanzar a discutir este tema con él y el padre le preguntó si
la solución de tales problemas. Así, se reconocen las queria seguir con ese tratamiento. La madre manifesto
buenas intenciones de la familia, al tiempo que la po- que quizás el hijo necesitaba tranquilizantes y luego
sición dei terapeuta con respecto a remover las cosas le preguntó si los tomaba, a lo cual el paciente respon-
en ciertas ocasiones se define como un deber positivo dió que no. A esa altura, el terapeuta intervino para
en beneficio de ellos. Asimismo, el terapeuta senala preguntar al paciente, con tono bastante autoritário :
que, al margen de las dificultades, tienen sin duda un “Bob, ahora no estás con terapia electroconvulsiva, ;no
vínculo importante entre sí, ya que han permanecido es verdad?”. El paciente replico que así era. El tera
juntos durante largo tiempo; además, se conocen entre peuta agrego: “Y dijiste que no estás tomando medica
sí mejor de lo que puede lograrlo cualquier otro, inclu mentos”. El paciente volvió a reconocer que así era.
yendo al terapeuta, por lo cual son los mejores tera El terapeuta continuo: “Entonces es una suerte que
peutas mutuos posibles. Este eneuadre atribuye la res tú seas tú esta manana, aqui con nosotros. En otras
ponsabilidad por la participación útil a todos los miem palabras, tú y mamá y papá y yo somos todos respon-
bros de la familia por igual, Io cual hace que los más sables de lo que décimos y eso nos hace más fácil com-
retraídos tengan una participación más activa y debi prendernos unos, a otros”.
lita la tendencia habitual de algún miembro de Ia fa Las operaciones de rescate que efectúa el pacien
milia a ocupar el papel dei terapeuta. También los te, que no hacen más que enterrarlo a mayor profun-
miembros de nuestro grupo tienden a mostrarse acti- didad, suelen discutirse en los primeros minutos de la
216 217
ai comienzo de la terapia familiar pueden enumerarse
sesión inicial. La crítica o la irritación dei terapeuta
de la siguiente manera. Primero, existe cierta oportu-
frente a esos intentos implica no sólo que se trata de
nidad para mostrarse muy claro, directo y explícito.
una maniobra inaceptable, sino también que el pacien
Esto es comparativamente limitado, y se aplica en par
te puede tener un desempeno mucho mejor. Esa actitud
ticular a los detalles prácticos tales como el horário
contrasta con la de los padres, que por lo común dejan
de las sesiones; a menos que el terapeuta se muestre
de lado lo que los ocupa en ese momento y siguen tenaz
totalmente claro y definido, incluso cuestiones tan sim
mente la intervención dei paciente. (Sin embargo, un
ples como ésa pueden desatar una larga e inútil discu-
enfoque alternativo que a veces resulta factible con
sión. En segundo lugar, hay que atenerse a ciertas mani-
siste en aceptar esa línea de interés conjunto por los sin
festaciones concretas por las cuales se transmiten de ma
tomas dei paciente, pero dirigir la indagación de tal
nera implícita mensajes importantes. Y en tercero, a
manera que incluya Ias circunstancias familiares que
las aseveraciones acerca de algún aspecto de la terapia,
rodean la conducta sintomática y su pertinência con
que se acompanan por algún comentário que sirve para
respecto a ésta.) Otra cuestión que surge en la primera
anticipar y desarmar la resistência; por ejemplo: “Me
sesión tiene que ver con qué se debe hacer si alguno de
propongo ser imparcial, aunque cada uno de ustedes
los miembros falta a una de las sesiones. Quizá parezca
düdará a veces de que lo sea”. Esto puede llevarse hasta
absurdo anticipar esta posibilidad, pero la experiencia
una aseveración de tipo “inversión dei significado”, tal
nos ha enfrentado ya con una miríada de diferentes
como: “Habrá ocasiones, precisamente cuando se hace
excusas que se dan para justificar Ia ausência de al-
algún progreso real, en que no tendrán ganas de venir
guien. Parece más eficaz anunciar a la familia que
habrá ocasiones en que no desearán venir y que esa a las sesiones”.
De lo dicho hasta ahora debe resultar evidente que
ausência es un recurso poderoso contra el terapeuta
la intervención activa en la interacción familiar y su
y contra los miembros de la familia; o bien anunciar
manejo ocupan un lugar importante en nuestra labor
que es probable que a veces se muestren reacios a ve
inicial y, de hecho, esto es válido también para el curso
nir precisamente cuando se está logrando algún pro-
ulteriór de la terapia familiar. Sin embargo, esta orien-
greso importante. Tales anúncios subrayan también
tación activa fue producto de nuestra experiencia y
nuestro critério de que los miembros de la familia ejer-
no una predisposición, salvo en el sentido de que la
cen enorme efecto unos sobre otros y que la falta de
experiencia con esquizofrênicos individuales lleva al
comentários nunca es tal, aunque se intente por medio
dei silencio o de una ausência. terapeuta a adoptar un estilo variado y activo. Con to
do, al iniciar nuestro trabajo con familias nos preocu-
En síntesis, algunos de los principales médios que
paba que una posición menos activa por parte dei te
el terapeuta puede utilizar —en forma separada, con
rapeuta pudiera oscurecer las operaciones familiares
junta o alternativa, según su gusto y las circunstan
y frustrar los propósitos de nuestra investigación. En
cias—- en el manejo de los problemas típicos que surgen
219
218
realidad, ha sido tan difícil conseguir que las famí de peso. Guando el terapeuta intento felicitarlo, la ma
lias más enfermas participaran, producir câmbios y dre interrumpió para hablar de su propio problema de
no meras repeticiones de los patrones estándar carac obesidad, y el padre recordo un episodio bastante ori
terísticos de cada una de las famílias, que ahora no ginal en el que lo habían encontrado inconsciente y lo
nos preocupa tanto que el terapeuta actúe como una habían llevado al hospital, seriamente enfermo.
mera sombra por propia voluntad como que aprenda Esta secuencia era característica de la familia. No
a evitar que la família lo coloque en ese papel tan se prestaba atención a las manifestaciones dei pacien
inútil. te o bien se las racionalizaba; la madre por lo común
Si se tiene presente que las familias tienen estratos daba la nota seria con respecto a algo, y el padre salía
tanto horizontales como verticales, el patrón de respues contando algo sobre sí mismo que, si bien dramatico,
tas a la intervención de un terapeuta puede verse sim- por lo común lo mostraba como a un tonto. Esta se
plemente como un nuevo desarrollo dentro de la gama cuencia solía cerrarse cuando el padre, tanto como la
de las transacciones de esa familia. Por vertical en madre y el hijo se sonreían burlonamente dei padre.
tendemos que retrocede en el tiempo y, por horizontal, Esta especie de secuencia cerrada, sin embargo, cons
estratos de complejidad de las comunicaciones o, como tituye el tipo de homeostasis familiar patológica que
podría llamárselas, capas de defensa en círculos con el terapeuta debe modificar.
cêntricos. Una de las cosas que el terapeuta novato debe
aprender es que tendrá que encarar el mismo problema
una y otra vez bajo diferentes formas y disfraces, Otros médios técnicos
como lo sugiere el siguiente ejemplo.
Al comienzo, el padre de un paciente paranoide A medida que la terapia familiar avanza, por lo co
se lamentaba por la obesidad dei hijo y le pidió al te mún no nos preocupan tanto los tópicos y el contenido
rapeuta una dieta para aquél. El y su esposa se de- de las discusiones familiares, salvo quizás cuando evi
clararon inútiles para hacer algo al respecto. Ocasio dentemente se habla de un tema para evitar otro. De
nalmente daban algún paso interesante en tal sentido, hecho, a veces puede ser valioso que la discusión deje
considerando la naturaleza suspicaz dei hijo; por ejem de estar centrada en un tema candente y gire alrede-
plo,~ el padre salió subrepticiamente de la casa una dor de otro menos importante que incluye el mismo tipo
manana temprano para decirle al lechero .que no de- de alianza e interacción familiares, con la esperanza de
bía tener en cuenta los pedidos. de helado que hacía entender mejor la naturaleza de la interacción y de que
el hijo. El terapeuta se mantuvo firme en su recomen- se inicie cierta revjsión mientras se trata un problema
dación de que el paciente cambiara por sí mismo cuan- secundário. ■■ ,
do estuviera en condiciones de hacerlo, y varias sesio- Esta modificación de las redes de interacción auto-
nes más tarde el paciente anuncio que había bajado rreforzadoras y mutuamente destructivas constituye la
220 221
tación comunicacional y el pensamiento y la práctica
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la familia que planearan algo que les gustaría hacer sea negado mediante un cambio dei contexto general
juntos y se indagaba luego quién estaba a cargo de la por esa misma persona u otra: “Sí, mi esposo se porta
familia. mejor conmigo ahora pero, desde luego, es sólo porque
Este tipo de problema puede enfocarse desde un ân usted se lo dijo, y no porque le importe de mi”. O se
gulo algo distinto si se consideran las dos clases de fa- puede utilizar un cambio específico para negar un cam
milias de esquizofrênicos discriminadas por Lidz 7*: una bio más general; o bien los dos progenitores cambian
de ellas (las famílias “skew”) en donde la armonía se al mismo tiempo, de modo que siguen estando en lados
expresa abiertamente, pero hay un persistente des- distintos dei escollo que los separa, aunque inviertan
acuerdo encubierto; la otra (las famílias “schism”), se sus posiciones originales. Todo esto también arroja luz
caracteriza por un desacuerdo manifiesto constante, a sobre los motivos por los cuales toda descripción de la
pesar de lo cual los miembros de la familia siguen conducta familiar suele ser terapéuticamente ineficaz,
viviendo juntos durante muchos anos. Ambas pueden incluso cuando los miembros mismos parecen compren-
entenderse como tipos de organización patológica cuya derla; es por ello que nos preocupa más la modif icación
estabilidad está relacionada con la existência de esos de la interacción que el “insight”.
dobles mensajes incongruentes sobre las relaciones fa En otras palabras, estas famílias exhiben una enor
miliares, a los que se suma la evitación dei reconoci- me àptitud para “plus ça change, plus c’est la même
miento de esa incongruência por parte de los miembros. chose”. Cada vez se nos hace más evidente, a medida
Por último, todo paso hacia el cambio o la terapia que trabajamos con ellas, que para ser eficaces de-
choca con dificultades similares a las mencionadas. bemos enfrentarias en su propio terreno, aunque con
Los miembros de estas famílias son expertos consuma una orientación distinta, esto es, tendiendo a un cam
dos en el uso de mensajes incongruentes. Así, si se bio positivo en lugar dei mantenimiento defensivo de
propone algún cambio en la conducta o en la organi un sistema enfermo. Es decir, el terapeuta mismo debe
zación familiar, lo más probable es que la. respuesta utilizar mensajes duales o múltiples que incluyan esas
sea un acuerdo que no lo es en realidad, una oposición incongruências que permiten enfrentar la complejidad
que tampoco lo es de hecho, la aprobación dada por uno de los mensajes de los miembros de la familia. Una
de los miembros y Ia desaprobación de otro, al tiempo reconsideración de las técnicas mencionadas más arriba
que todos insisten en que están de acuerdo sobre el muestra con suficiente claridad que, para muchos, esto
problema, etc. Si se logra un cambio específico en la ya es un critério explícito, mientras que es implícito
conducta de alguno de los miembros, probablemente para la mayoría de los otros. Es decir, nos hemos pre
ocupado por utilizar aseveraciones explícitas que trans-
7 Theodore Lidz y Stephen Fleck, “Schizophrenia, Human
Integration and the Role of Family”; en The Etiology of miten también significados implícitos ocultos e ines
Schizophrenia, págs. 323-345 (véase Nota al pie n9 3). Para perados, por emplear mensajes de contenido unidos a ase
otras referencias y un estúdio más amplio, véase Weakland,
Nota al pie n9 3, págs. 380-382. veraciones encuadradoras, por dar instrucciones cuya
228 229
ejecución ha de constituir un nuevo mensaje. Nos he-
mos referido a este tema en otro trabajo, quizás en un el significado de la conducta de otra gente en relación
sentido demasiado estrecho, cómo el “doble vínculo te con el paciente.
rapêutico” ; el amplio principio descripto aqui, es decir, 2) El terapeuta se interesa menos por el diagnóstico
el uso terapêutico de mensajes múltiples y a menudo o las formulaciones dinâmicas aceptadas y tiende más
incongruentes, necesita ser reconocido e investigado bien a describir a sus pacientes en términos de un
con mayor profundidad. sistema de encastre mutuo, que consiste principalmen
te en la situación familiar inmediata, pero que también
tiene en cuenta el contexto familiar más amplio e in-
Nosotros y los otros: la terapia fa cluye, a veces, factores étnicos o subculturales.
miliar como una enfermedad co- 3) El terapeuta aumenta en mucho el número de
municable parejas que trata, casf siempre en forma conjunta. Es
raro que nuestros terapeutas no hayan conocido a los
Exceptuando las manifestaciones políticas, los es
cónyuges de todos sus pacientes.
pectáculos deportivos, y el teatro de revistas, resulta
difícil imaginar una situación más propicia para des En otras palabras, estas tendências derivan de los
pertar el entusiasmo de los terapeutas que la terapia rasgos peculiares de nuestra orientación en terapia fa
familiar conjunta. No sabemos a ciência cierta a quê miliar: actividad por parte dei terapeuta en lugar de
se debe, pero sí nos mueve a mostrarnos cautelosos en un escuchar pasivo; mayor preocupación por la modi-
lo que se refiere a aceptar nuevos adherentes y a exa ficación de la conducta que por el “insight”; una aten
minar continuamente nuestra tarea con Ia limitada ob ción más centrada en el presente que en el pasado; y
jetividad de que disponemos. mayor importância atribuída a la interacción que a
No cabe mayor duda de que Ia experiencia con la la experiencia intrapersonal.
terapia familiar conjunta modifica el enfoque psicote- Quizás dos breves ejemplos sirvan para ilustrar de
rapéutico de quien la aplica, tanto en su labor privada qué manera el virus de la terapia familiar afecta a su
como en la investigación. La mayoría de los que parti víctima:
cipamos en el proyecto de investigación sobre terapia
familiar trabajamos parte dei tiempo con pacientes par Ejemplo A. Una joven catatónica fue dada de alta
ticulares. Es fascinante y previsible senalar que el en en un hospital estatal dei Medio Oeste porque sus pa
foque terapêutico de quienes lo han hecho sufre por lo dres se mudaban a Califórnia. Nos la enviaron para
menos los siguientes câmbios. que le recomendáramos un hospital de Ia zona. Aunque
Ia paciente presentaba mutismo y rigidez, parecia le
1) EI terapeuta se vuelve más “activo” en la tera
vemente complacida por la sugestión de que, si ella y
pia individual, sobre todo en Io que se refiere a sugerir
sus padres estaban dispuestos a iniciar la terapia fa
230
231
miliar, podíamos hacer ia prueba y dejarla vivir en su conversación, y la orientación dei terapeuta, lograron
casa, con una enfermera para que ayudara a la madre modificar lo que habría llegado a ser una estratégia
durante el día. Hace dos anos que vive fuera dei hos psiquiátrica bastante estándar.
pital y parece funcionar en forma bastante adecuada.
Antes de nuestra labor con famílias, habría sido incon-
Transferencia, contratransferencia
cebible que esta paciente catatónica, que no pafecía
establecer buen contacto, pudiera vivir fuera dei hos e interacción
pital.
Muchos analistas abrigan serias dudas con respecto
Ejemplo B. En una visita de emergencia, uno de a la terapia familiar, a menudo sobre la base de crité
nosotros conoció a una mujer de sesenta anos que había rios transferenciales y contratransferenciales. Así, los
hecho un intento suicida benigno. Parecia experimentar términos “transferencia” y “contratransferencia” crean
una depresión agitada típica, y se planteaba el problema dificultades, a menos que se tenga presente que se re-
de elegir un lugar para hospitalizaria, dependiendo si fieren estrictamente a aspectos de una situación muy
se decidia administrarle terapia electroconvulsiva o no. especial: el psicoanálisis. Estamos seguros de que nues-
Después de hablar con ella durante unos minutos, el tros terapeutas experimentan sentimientos con respecto
psiquiatra sugirió a la hija, que vivia también allí, a los rniembros de las familias, y viceversa; por otro
que participara en la conversación y observo que, a lado, no se logra claridad alguna si rotulamos esos es
pesar de una sonriente y cooperativa cordialidad, no tados de ânimo con los términos transferencia y con-
rodo andaba bien entre la hija y la madre. Cuando se tratransferencia. Ello se debe a vários motivos:
menciono este problema, la hija senaló que ella tenía
La transferencia es una manifestación relacionada
que preocuparse por su marido y por su propia hija
con la inactividad prescripta para el tratamiento psico-
de diecisiete anos y que quizás la actitud de la madre
analítico corriente. Sobre la base de indícios mínimos,
era un poco exagerada. La madre se fastidió obvia
el paciente crea un marco e inscribe en él sus referen
mente y dio a entender que la hija no vivia precisa
cias personales pasadas. En la psicoterapia familiar
mente un romance con el marido y que, en realidad, a
ello se debía en parte que hubiera invitado a la madre conjunta hay considerable actividad, aunque el tera
peuta actúe sólo como un agente de trânsito. Si se
a vivir con ellos. La paciente no fue enviada a un hos
maneja con habilidad, la interacción en gran parte
pital y, en cambio, inicio una terapia conjunta con la
tiene lugar entre los rniembros de la familia y no con
hija, el yerno y la nieta. Al cabo de un breve período,
el terapeuta. Así, consideraríamos que la intervención
la comunicación bloqueada en la familia había mejorado
adecuada cuando una esposa está haciendo trizas a su
notablemente y la madre decidió que queria vivir sola.
Retrospectivamente, parece bastante probable que el
marido no seria: “Mire lo que está haciendo con ese
pobre hombre”, sino que consistiría en preguntàrle a
hecho de incluir a la hija de la paciente en la primera
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él si ella siempre le demuestra su apego en esa forma. Idênticas dificultades surgen con respecto a la con-
La esposa quedaria fascinada, aguardando su respuesta tratransferencia. Si el terapeuta es activo, toma con
y pensará con mucho cuidado en lo que dirá después. ciencia parcial de sus sentimientos a través de la clase
Esto es, con tanta interacción entre los miembros de de acción que realiza, y a menudo esto no ocurre hasta
la familia, y estando la atención terapêutica activa cen que se efectúa una sesión super visada. Un terapeuta
trada en ella, no surgen los fenômenos transferenciales experimentado, bastante seguro, puede cambiar Ia di-
estándar. Lo que se observa podría describirse mejor rección de un sentimiento incipiente en sí mismo to
como distorsiones paratáxicas, ya que Ios datos consis- mando una acción contraria ai sentimiento. Por ejem
ten en ejemplos discretos de expectativas por parte de plo, si se siente irritado por los contínuos reganos de
un miembro de la familia que el terapeuta satisface la madre, su tono de mártir, etc., puede dirigirse al
o no. Algunos de esos casos parecen incluso ser una padre y preguntarle qué sintió mientras la esposa ha-
combinación de ignorância e información errônea en blaba. Aparentemente, todo lo que hace el terapeuta
cuanto a lo que cabe esperar legítimamente de un te es pasarle la pelota al padre, cosa que podría conside
rapeuta, mientras que otros parecen resultar de con- rarse como una técnica bastante destructiva. Por otro
ceptos explicativos que Ia persona trae consigo a Ia lado, si se recuerda que el padre ha pensado muchas
terapia, tales como ‘‘Todos los hombres son ... cosas durante anos sobre la actitud de su esposa, y que
Resulta difícil explicar la diferencia entre estos ahora tiene oportunidad de expresarlas con el apoyo
fenômenos en la terapia individual y en la familiar a de otro hombre que se encuentra presente, la situación
menos que se haya observado o practicado ambas for adquiere otro cariz. Cuando el esposo ha hecho sus co
mas de psicoterapia. Una aseveración por parte de mentários, el terapeuta puede sentirse ya dispuesto a
volver a aceptai’ a la esposa y a ayudar a averiguar de
un miembro de la familia, que si se diera en una sesión
qué se queja en realidad. Tales transacciones de encas-
psicoterapéutica individual podría entenderse como un
tre mutuo forman parte de la vida familiar corriente
signo de transferencia, puede tener un significado muy
y se ha hecho referencia a ellas en distintos trabajos
distinto en la terapia, familiar. Así, un comentário de
acerca de diversos temas, desde estúdios etiológicos so
la esposa, en el sentido de que el terapeuta es el único
bre el picoteo de Ias aves hasta los trabajos sobre de-
que la comprende, tiende a ser una expresión de insa-
sempeno de rol.
tisfacción relacionada con el esposo, o senala una di-
rección que debe considerarse y, antes de que el te
Resultados
rapeuta mismo pueda rotularia como transferencia pa
terna, le será necesario manejar Ia reacción dei marido,
Todavia no estamos en condiciones de justificar nin-
más Ia de uno de los hijos, más la reacción de la esposa
guna pretensión de que la terapia familiar sea mejor
a la reacción dei marido y así sucesivamente.
o peor que Ios métodos más habituales para el trata-
234
235
miento de la esquizofrenia. El período transcurrido es antes, cuatro entre 5 y 10 anos antes, y ocho menos de
aún insuficiente, y se nos plantean problemas de eva- 5 anos antes. Quizás cuatro de estos ocho se entrevis-
luación insólitos y difíciles debido a nuestro interés no taron con nosotros por primera vez como casos razo-
sólo por el paciente identificado, sino también por los nablemente nuevos o agudos, pero catorce de los die
padres y hermanos y, en particular, por el funciona- ciocho pacientes podían considerarse ya como casos crô
miento de la familia como un todo, al tiempo que la nicos cuando los vimos por vez primera. Algunos habían
psiquiatria actual carece todavia de técnicas de evalua- sido diagnosticados en la temprana infancia, incluso a
ción en este nivel. Así, es natural que hayamos centrado los 3 anos de edad; la edad máxima para el primer
este trabajo en nuestras ideas y métodos; hemos se- diagnóstico era 25 anos. Once de estos pacientes ha
nalado que la terapia familiar difiere de la individual, bían estado hospitalizados en algún momento, desde 2
de maneras que hemos tratado de bosquejar, y que esa meses hasta 6 anos como máximo, siendo el promedio
diferencia contribuye a configurar una nueva orienta- de 3 a 4 anos. De los siete pacientes que nunca estu-
ción en el terapeuta. Con todo, podemos finalizar exa vieron hospitalizados, probablemente tres o cuatro es-
minando brevemente los resultados, no concluyentes pero taban clínicamente enfermos en medida suficiente como
sí promisorios, de nuestros esfuerzos terapêuticos hasta para justificar la hospitalización, que habían evitado
el momento. sólo porque eran tan jóvenes o tenían una sintomato
Diversos estúdios han mostrado que el pronóstico logia tan pasiva y retraída que su conducta podia ser
de recuperación de la esquizofrenia está muy relaciona tolerada o manejada en el hoçar.
do con la historia de la enfermedad, esto es, su dura- Si bien la información sobre el tratamiento prévio
ción, tiempo de hospitalización y otros tratamientos sin que no fuera la hospitalización no es completa, por lo
êxito, etc. Por lo tanto, nuestro esquema evaluativo para menos siete pacientes habían recibido electroshocks, uno
la terapia familiar, utilizando como referencia a los de ellos terapia insulínica, ocho drogas tranquilizantes
pacientes identificados, se basa en la comparación de y doce psicoterapia individual, desde un mínimo de 3
su nivel de adaptación social antes de la terapia fami sesiones hasta un máximo de 9 anos de exámenes y tra
liar y en la actualidad, teniendo en cuenta la informa- tamiento intermitentes. En vários casos, algún miembro
ción sobre la historia previa de la enfermedad. Sobre de Ia familia, por lo general ia madre, había recibido
esta base, nuestros casos no pueden dejar de conside- también psicoterapia individual. Sólo en cuatro casos,
rarse difíciles. Hemos trabajado hasta ahora con die- todos ellos personas jóvenes y casos nuevos, no se había
ciocho famílias. De los pacientes esquizofrênicos iden intentado terapia alguna antes de iniciar el tratamiento
tificados en esas famílias, once eran varones entre 13 familiar.
y 41 anos de edad, y siete, mujeres de 14 a 34 anos de En el momento de redactar este trabajo, nuestras
edad. De los dieciocho, seis habían sido originalmente famílias habían sido tratadas, por lo común con una
diagnosticados como esquizofrênicos entre 10 y 16 anos sesión semanal de una hora o una hora y media, desde
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un mínimo de 3 meses hasta 41 meses en uno de los resulta similar en lo que se refiere a las madres, ex-
casos, siendo el promedio de 12 meses. La mayoría de cepto en dos casos, donde se considero que habían em-
nuestras famílias siguen en tratamiento, aunque cuatro peorado. Y los datos limitados sobre los- hermanos
de ellas interrumpieron la terapia contra nuestra opi- muestran un resultado parejo entre mejorías y ausên
nión. cia de câmbios, exceptuando un caso en que el hermano
empeoró.
Había siete pacientes hospitalizados al comenzar con
Por último, debemos hacer justicia agregando que
la terapia familiar. De ellos, uno sigue estando en el
este método terapêutico parece haber mejorado a todos
hospital, tres viven en su hogar y pueden salir solos,
nuestros terapeutas, sin excepción.
uno vive con su familia pero trabaja, otra vive sola y
se ocupa de su hija, aunque sigue dependiendo econo
micamente de los padres, y otra vive sola, trabaja parte
dei tiempo pero sigue dependiendo de los padres en el
aspecto econômico. Así, seis de estos siete han mostrado
considerable mejoría en términos de adaptación social
e independencia. De los pacientes restantes, nueve eran
personas jóvenes, la mayoría de las cuales nunca habían
estado hospitalizadas, que vivían con los padres y no
salían dei hogar o, si lo hacían, no eran productivas,
esto es, no trabajaban o tenían un mal desempeno es
colar. Todos, salvo dos de estos casos, mejoraron en
medida suficiente como para reanudar sus estúdios,
ahora sin fracasos, comenzar a trabajar, o por lo me
nos a salir solos, como ocurría con los otros dos pacien
tes que luego de dejar el hospital habían tenido que
permanecer confinados en sus hogares.
Aun más difícil resulta describir resultados obte-
nidos con los padres y hermanos, y con la familia como
un todo. Pero, en términos muy generales, cabe decir
que los otros miembros de la familia han mej orado en
general, aunque de manera menos notable que los pa
cientes identificados. Los terapeutas juzgaron que más
de la mitad de los padres habían mejorado, mientras
que el resto no mostraba ningún cambio claro. El cuadro
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