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Programa de Maestría para Docentes de la

Región Callao

AUTOESTIMA SEGÚN GÉNERO EN


ESTUDIANTES DEL QUINTO GRADO DE LA RED
EDUCATIVA Nº 4 – VENTANILLA

Tesis para optar el grado académico de Maestro en Educación


Mención en Psicopedagogía de la Infancia.

BACHILLER NADINE EULALIA PIERA PINEDO

LIMA – PERÚ

2012
AUTOESTIMA SEGÚN GÉNERO EN
ESTUDIANTES DEL QUINTO GRADO DE LA RED
EDUCATIVA Nº 4 – VENTANILLA

II
JURADO DE TESIS

Presidente: Dra. Esther Mariza Velarde Consoli

Vocal: Dr. Juan Aníbal Meza Borja

Secretario: Mg. Miguel Ángel Rimari Arias

ASESOR

Dr. Juan Aníbal Meza Borja

III
A Dios, mi Padre Celestial, que preparó el

camino para cumplir mi meta.

A Edmundo, mi esposo; a Sara, Leila y Gabriel,

mis hijos, todo mi amor y agradecimiento por su

comprensión, paciencia e invalorable apoyo.

IV
Índice de contenido

INTRODUCCIÓN 1

Problema de investigación 2

Planteamiento. 3

Formulación. 4

Justificación. 4

Marco referencial 5

Antecedentes. 5

Nacionales. 5

Internacionales. 7

Marco teórico. 8

Concepto de autoestima. 9

Deslindes conceptuales entre autoconcepto y autoestima. 10

Formación de la autoestima. 12

Autoestima y necesidades. 13

Tipos de autoestima. 15

Componentes de la autoestima. 16

Cognitivo. 16

Afectivo. 17

Conductual. 17

Dimensiones de la autoestima. 17

Niveles de la autoestima. 19

V
Nivel alto. 19

Nivel medio. 20

Nivel bajo. 20

Importancia de la autoestima. 22

La autoestima en el nivel de Educación Primaria. 24

Formación de la autoestima de los niños desde la escuela. 25

Concepto de género. 27

Naturalización de los roles de género. 28

Objetivos e hipótesis 29

Objetivo general. 29

Objetivos específicos. 29

Hipótesis general. 30

Hipótesis específicas. 30

MÉTODO 31

Tipo y diseño de investigación 31

Variables 31

Autoestima. 31

Definición conceptual. 31

Definición operacional. 32

Género. 32

Definición conceptual. 32

Definición operacional. 32

Participantes 33

VI
Instrumento de investigación 37

Ficha técnica. 37

Descripción del instrumento. 37

Puntaje y calificación. 38

Validez y confiabilidad. 39

Procedimientos de recolección de datos 39

RESULTADOS 41

DISCUSIÓN, CONCLUSIONES Y SUGERENCIAS 50

Discusión 50

Conclusiones 54

Sugerencias 55

REFERENCIAS 57

Anexos

Inventario de Autoestima de Coopersmith

VII
Índice de tablas

Tabla 1. Promedios de los niveles de autoestima por dimensiones según género. 42

Tabla 2. Resultado de la prueba de autoestima en la categoría Sí mismo según


género. 43

Tabla 3. Resultado de la prueba de autoestima en la categoría Social-pares


según género. 44

Tabla 4. Resultado de la prueba de autoestima en la categoría Hogar-padres


según género. 45

Tabla 5. Resultado de la prueba de autoestima en la categoría Escuela según


género. 46

Tabla 6. Resultado de la prueba de autoestima en la Escala General según


género. 47

Tabla 7. Evaluación de la normalidad de las variables medidas mediante la


prueba de Kolmogorov-Smirnov . 48

Tabla 8. Resultados obtenidos en los niveles de autoestima según la prueba


U de Mann Whitney. 48

VIII
Índice de figuras

Figura 1. Niveles de autoestima en la dimensión Sí mismo según género. 43

Figura 2. Niveles de autoestima en la dimensión Social pares según género. 44

Figura 3. Niveles de autoestima en la dimensión Hogar padres según género. 45

Figura 4. Niveles de autoestima en la dimensión Escuela según género. 46

Figura 5. Niveles de autoestima en la Escala General según género. 47

IX
Resumen

La investigación es descriptivo comparativa. Tuvo como objetivo determinar si existen


diferencias según género en los niveles de autoestima en estudiantes del quinto grado
de la Red Educativa Nº 4 de Ventanilla. La muestra que se utilizó fue probabilística de
tipo estratificado en la primera etapa y en la segunda etapa fue no aleatoria por
disponibilidad, conformada por 128 niños y 128 niñas entre 10 a 12 años. El
instrumento que se utilizó fue el Inventario de Autoestima de Coopersmith (1967),
forma escolar, adaptado por Panizo (1985). Los resultados mostraron que en la
dimensión Sí mismos, la mayoría alcanzó un promedio alto de autoestima; en las
dimensiones Social pares, Hogar padres y Escuela la mayoría presentó una alta
autoestima. En la Escala General, el 57,8 % de niños y el 63,3 % de niñas alcanzaron
un promedio alto de autoestima, no existiendo diferencias en los niveles de autoestima
según género.

Palabras claves: autoestima, autoconcepto.

Abstract

This research is a descriptive comparison. It had the objective to determine if


differences exist in levels of self-esteem by gender of students in the fifth grade
Educational Network No. 4 of Ventanilla. The sample used was probabilistic stratified in
the first stage, and in the second stage it was not random by availability. It was
comprised with 128 boys and 128 girls between the ages of 10 to 12. The instrument
used was the school form, Coopersmith Self-Esteem Inventory (1967), adapted by
Panizo (1985). The results showed that in the dimension Themselves, the majority of
the students had a high average of self-esteem; in the dimensions: Social-pairs, Home-
parents and School, most had a high self-esteem. In the General Scale, 57.8% of boys
and 63.3% of girls had a high average of self-esteem, not existing differences in the
levels of self-esteem by gender in the fifth grade.

Keywords: self-esteem, self-concept.

X
1

Introducción

En el Perú, en el contexto social actual, se observa con creciente preocupación la


existencia de frecuentes conflictos que generan una crisis afectiva y psicosocial que se
manifiesta de forma negativa en el desarrollo personal y la pérdida de valores, lo que
trae como consecuencia baja autoestima o una pérdida de la misma. En las
instituciones educativas, a diario se ven casos de intolerancia y violencia, los cuales
afectan la vida cotidiana de niños y adolescentes en cuanto a la percepción que tienen
de sí mismos, sintiéndose rechazados, lo que incide negativamente en su desarrollo y
formación personal y académica. Asimismo, el uso de una metodología tradicional en
la enseñanza y la creencia equivocada de que las mujeres deben desarrollar algunas
destrezas (especialmente las relacionadas con el hogar) y los varones otras, dificulta
la formación de habilidades creativas e innovadoras que permitan vincular la vida de
los estudiantes con los frecuentes cambios en la sociedad y el conocimiento y los
haga sentirse capaces, con plena seguridad y confianza, lo que conlleva a que sus
metas y aspiraciones se vean disminuidos originando problemas en su autoestima.

Muchos estudiosos como Branden (1993), Chirre (2004), Coopersmith (1990),


Eguizabal (2007), Feldman (2005) y otros, hablan sobre autoestima y señalan que es
de suma importancia para todas las personas el desarrollo de una autoestima alta o
positiva que las pueda conducir al éxito; por el contrario, su bajo nivel ocasiona
pérdida de confianza en sí mismo y por ende problemas en todos los aspectos de la
vida. Branden señala que la autoestima debe ser entendida como factor que permite
la superación personal, puesto que se encuentra ligada a todas las manifestaciones
humanas, es “la disposición a considerarse competente para hacer frente a los
desafíos básicos de la vida y sentirse merecedor de la felicidad” (1993, p. 46). Para
Chirre (2004), la autoestima es el valor que otorga cada persona a la imagen que
tiene de sí misma y este sentimiento de valoración se obtiene desde la niñez sin hacer
diferencias en los sexos, siendo la familia quien se encarga de formarla.

Además, el Ministerio de Educación (2009), afirma que la autoestima juega un


papel trascendente en el proceso de enseñanza-aprendizaje; dentro del ámbito
escolar, los maestros pueden favorecer u obstaculizar el proceso por el cual uno
puede encontrarse a sí mismo. Su comprensión o la ausencia de la misma, pueden
favorecer o afectar negativamente la consolidación de la personalidad que se
2

desarrolla. Por tanto, es fundamental que las instituciones educativas ayuden a los
estudiantes a descubrirse, respetando su individualidad, promoviendo la equidad de
género y al mismo tiempo fortaleciendo su autoestima.

Problema de investigación

De acuerdo a los estudios realizados por Werthein (2000), representante de la


UNESCO en Brasil, la escuela enfrenta hoy el problema del aumento de la violencia.
Si analizamos el fenómeno de la violencia en la escuela primaria, podemos encontrar
a partir de la comparación entre muchos casos, que hay un punto fundamental que los
une: la violencia está estrechamente ligada con la crisis socioeconómica. La familia al
carecer de los medios económicos debe generar estrategias para sobrevivir;
entendiendo por éstas a las distintas alternativas que el ingenio popular desarrolla
para dar respuesta a sus necesidades básicas. Niños y niñas que alternan el mundo
del trabajo con el mundo escolar, con pautas totalmente opuestas, en su labor de
subsistencia aprenden por fuerza conductas violentas que luego repiten en la escuela,
lo que originaría problemas en la autoestima, en el concepto que tienen de sí mismos,
en la aceptación o rechazo por parte de sus compañeros y amigos y en su desempeño
académico, mostrando una baja autoestima.

Esta realidad no es ajena al ámbito nacional, ni regional. En la Región Callao,


la problemática social que se desencadena en el peligroso aumento de la
delincuencia, el pandillaje, la drogadicción y la inseguridad ciudadana, se ha
convertido en constante preocupación de padres, docentes y de la sociedad en
general, quienes observan consternados que la edad de los niños y adolescentes que
se sumergen en esta problemática es cada vez más temprana, encontrándose niños
desde los 9 años a más, no sólo varones sino también mujeres, lo que nos induce a
pensar que la autoestima de estos niños presenta dificultades y urge un trabajo
coordinado entre familia y escuela para poder revertir esta situación.

Asimismo, los cambios socioculturales acaecidos en los últimos años en


relación a la equidad de género muestran que las mujeres tienen las mismas
oportunidades educativas y que su acceso y permanencia en el sistema educativo han
mejorado, por lo que puede haberse producido un cambio en la autoestima de niños y
niñas, lo cual requiere de comprobación, ya que la literatura sobre el tema señala que
3

las percepciones de autoestima en las niñas están en desventaja con respecto a los
varones. Por ende, es necesario también aunar esfuerzos para crear un espacio de
diálogo que mejore la autoestima de los alumnos y permita que desarrollen confianza,
pues es en la escuela donde empieza la construcción de una sociedad que ofrece las
mismas oportunidades de crecimiento intelectual y laborales tanto a varones como a
las mujeres.

Planteamiento.

La actual situación socioeconómica por la que atraviesa el país impacta en la


personalidad de los niños, observándose en ellos una crisis afectiva, pérdida de
valores y baja autoestima. Nuestra práctica pedagógica en la Región Callao, nos ha
llevado a observar como muchos niños y niñas en el nivel primaria muestran
problemas de desarrollo socioemocional, caracterizado por la presencia de agresión
física a sus compañeros, indisciplina, falta de habilidades sociales y muchas veces
temor en el desarrollo de ciertas actividades de aprendizaje que requieren la formación
de grupos, indicadores notorios de percepciones negativas respecto a sus atributos
personales, sociales y académicos. Entonces, “tenemos la responsabilidad de
fortalecer la autoestima y el desarrollo personal y autónomo. No es posible concebir el
aula y el aprendizaje fuera del entorno cultural, ya que si los estudiantes no relacionan
lo que aprenden con lo que viven, no serán capaces de resolver problemas” (Ministerio
de Educación, 2009, p. 31). Es así, que resulta importante el estudio de los niveles de
autoestima de estos niños para disponer de un diagnóstico, condición necesaria para
luego elaborar estrategias que pueden servirnos de base para desarrollar o fortalecer
la autoestima de nuestros estudiantes, de manera que les permita establecer
relaciones sociales más equitativas y hacer frente a los conflictos de manera asertiva y
con una actitud más confiada.

La Red Educativa N° 4 de Ventanilla tiene instituciones que están ubicadas en


zonas consideradas por la Policía Nacional como de alto riesgo, por la existencia de
pandillas y por el alto índice de drogadicción, encontrándose los niños y niñas del nivel
primaria expuestos desde su corta edad a estos flagelos, de manera que se hace
necesario contribuir desde nuestra posición de docentes para revertir esta situación,
asumiendo que nuestra labor logrará resultados positivos en el fortalecimiento de
4

factores protectores brindando a nuestros niños oportunidades de crecimiento


individual y colectivo desde la perspectiva de la equidad de género.

Formulación.

Por las razones expuestas, la investigación tiene como pregunta central:


¿Existen diferencias según género en los niveles de autoestima en estudiantes del
quinto grado de la Red Educativa N° 4 de Ventanilla?

Asimismo, nos hacemos la siguiente pregunta específica:

¿Existen diferencias según género en estudiantes del quinto grado de la Red


Educativa N° 4 de Ventanilla en los niveles de autoestima, en las dimensiones: Sí
mismo, Social – pares, Hogar - padres y Escuela?

Justificación.

El tema escogido para el presente estudio fue seleccionado porque en los


últimos años se ha despertado un gran interés por desarrollar y fortalecer la
autoestima; existen estudios que la vinculan con otras variables, pero no existen
muchas investigaciones específicas sobre el tema que permitan conocer la autoestima
de los niños del nivel primaria; consideramos que desde el punto de vista social,
estudiar “La Autoestima según género en estudiantes del quinto grado de la Red
Educativa N° 4 de Ventanilla” es muy importante, ya que lo que cada estudiante piensa
o percibe de sí mismo, es uno de los aspectos centrales de su vida, un proceso clave
para aprender mejor, impulsa al crecimiento y a la mejora continua de los valores,
actitudes y habilidades y los resultados podrían ser aplicados para diseñar y
desarrollar estrategias preventivas que nos ayudarán a prepararlos para hacer frente
con mayores posibilidades de éxito a una sociedad cambiante y violenta.

Además, desde el punto de vista pedagógico servirá de base para proponer


temas o programas específicos que ayuden a mejorar las áreas o dimensiones de la
autoestima que se encuentren debilitadas de manera que los niños puedan pasar al
siguiente nivel educativo con una autoestima adecuada y fortalecida.
5

Marco referencial

Antecedentes.

La presente investigación ha tomado como base importantes estudios


realizados a nivel nacional e internacional, entre los cuales tenemos:

Nacionales.

En el ámbito nacional, Bardales (1993), realizó un estudio correlacional con la


finalidad de indicar si existen diferencias entre la autoestima y el rendimiento
académico en función al tipo de familia a la que pertenecen los estudiantes de primaria
de colegios nacionales de Lima metropolitana. El instrumento utilizado fue el Inventario
de Autoestima de Coopersmith y se aplicó a 379 alumnos del mismo nivel
socioeconómico, llegando a la siguiente conclusión: no existe diferencia correlacional
significativa de la autoestima con el rendimiento académico en función al tipo de
familia a la que pertenece el estudiante de primaria. Asimismo, se encontró que los
alumnos que viven con ambos padres tienen mayor autoestima que los alumnos que
viven dentro de familias disfuncionales.

Roggero (1996), realizó un estudio comparativo sobre cómo se presenta la


autoestima en 97 niños institucionalizados (albergados en una institución del Estado
por encontrarse en situación de abandono o peligro moral) y 93 niños no
institucionalizados, varones y mujeres entre 9 y 13 años, del distrito de Carabayllo,
comparando ambas muestras elegidas. Aplicó el Inventario de Autoestima de
Coopersmith, forma escolar. Los resultados obtenidos fueron que no existe diferencia
significativa entre los niños institucionalizados (varones y mujeres) en la valoración
total de la autoestima, pero si existen diferencias entre los niños institucionalizados de
ambos sexos en la sub-área social-pares y no en las otras tres sub-áreas. Las niñas
institucionalizadas y las no institucionalizadas presentan diferencias en todas las sub-
áreas de la autoestima, siendo las niñas institucionalizadas quienes presentan un
promedio más alto en las sub-áreas: sí mismo, hogar-padres y escuela.

En un investigación de diseño experimental, realizado por Pequeña y Escurra


(2006), en Lima, con niños del Instituto Nacional de Rehabilitación, utilizando un grupo
experimental y un grupo de control, en una muestra de 30 niños entre 8 y 11 años de
6

edad que tenían diagnóstico de problemas específicos de aprendizaje, elaboraron un


programa para evaluar el mejoramiento de la autoestima. Se encontró que existen
diferencias significativas en todas las dimensiones de la autoestima, notándose en
todos los casos que los resultados obtenidos en el post test son mayores que el pre
test, demostrándose la efectividad del programa en el mejoramiento de la autoestima.

En una investigación descriptiva correlacional, Coras (2009), determinó la


relación entre el nivel de autoestima y el estado nutricional en escolares de 10 a 12
años de instituciones públicas de San Juan de Lurigancho, en Lima, en una muestra
de 465 estudiantes, utilizando para ello el Test de Autoestima de Ruíz. Encontró que
el 14 % de escolares presentó una baja autoestima y el 16 % una tendencia a baja
autoestima; estos estudiantes a su vez presentaron altos índices de sobrepeso y
obesidad, mientras que los niños con autoestima en riesgo y niveles altos tienen un
estado nutricional normal. Concluyó que existe una relación significativa entre el
estado nutricional y el nivel de autoestima de los estudiantes, por lo que la autoestima
debe ser considerada como un factor relevante en la evaluación del estado nutricional.

Otro importante estudio cuyo propósito fue establecer la relación entre la


autoestima y el rendimiento académico en el área de personal social en estudiantes
del quinto ciclo de educación primaria, fue el realizado por Calla (2010), quien utilizó
un diseño descriptivo correlacional con una muestra de 100 estudiantes entre varones
y mujeres, aplicando la Escala de A.H. Eagly, obteniéndose la validez y confiabilidad
para el contexto de estudio. Los resultados demostraron que existe correlación
significativa entre la autoestima y el rendimiento académico en esta área.

Para determinar la relación entre el déficit de atención y la autoestima en


alumnos del sexto grado de primaria de las instituciones educativas del distrito de
Ventanilla, Torres (2010), realizó un estudio de tipo cualitativo transversal, con un
diseño descriptivo correlacional en una muestra de 300 niños entre 11 y 13 años.
Utilizó para ello el Inventario de Autoestima de Coopersmith, obteniendo como
resultados que existe una relación directa entre el déficit de atención y la autoestima
en niños del sexto grado, pero además concluyó que los niños del sexto grado de las
instituciones educativas de Ventanilla, presentan un bajo nivel de autoestima.

También Gonzales (2010), estudió la influencia de la autoestima en la


comprensión lectora en alumnos de ambos sexos del quinto grado de primaria en el
Colegio de Aplicación de la Universidad Nacional de Educación. Realizó una
7

investigación descriptiva explicativa. Los instrumentos usados fueron el Test de Aysen


para medir la autoestima y la prueba de Complejidad Lingüística Progresiva CLP de
Allende, Condemarín y Milicic, aplicados a una muestra de 136 alumnos. Los
resultados fueron que el 60 % de estudiantes presenta una baja autoestima, el 32 %
presentó un nivel medio y el 8 % autoestima alta o positiva. Concluyó que la
autoestima influye significativamente en la comprensión de lectura de los estudiantes
de quinto grado y que existe un bajo nivel de autoestima entre los estudiantes.

Internacionales.

En el ámbito internacional, Goróstegui (2004), realizó un estudio longitudinal


con un diseño no experimental, ex post facto en ambiente natural, para comparar las
diferencias por género en el autoconcepto de niños de EGB entre 1992 y 2003, en
Chile. Se aplicó el Inventario de Autoestima de Coopersmith a una muestra de 935
alumnos entre varones y mujeres de tercero a sexto grados de Educación General
Básica, de niveles socioeconómicos alto, medio y bajo, en un primer momento (1992),
y a 1303 alumnos en un segundo momento (2002). Concluyó que en 1992, los niveles
de autoestima de los varones son ligeramente superiores al de las niñas, pero en el
año 2002, la relación se invierte y las niñas superan a los varones significativamente
en todas las dimensiones de la autoestima.

Una investigación cuasi experimental fue la realizada por Ramírez, Duarte y


Muñoz (2005), cuyo propósito fue probar un tratamiento basado en un programa de
refuerzo de intervalo variable para modificar la autoestima escolar de 180 niños entre
10 y 11 años de la escuela La Bandera E-97, de Antofagasta, Chile, definidos como de
“alto riesgo” por presentar altos índices de repetición de cursos, ausentismo y
deserción. El instrumento utilizado antes de iniciar el tratamiento fue el test de Aysén,
el grupo experimental modifica su autoestima al finalizar el tratamiento disminuyendo a
cero el porcentaje de alumnos con autoestima baja e incrementando de 12,8% a
20,5% el grupo de autoestima de rango alto. Por su parte, el grupo control presenta un
7,7% en el grupo de niños con autoestima baja y una disminución de 20,5 a 15,4% en
los estudiantes que se ubican en el rango superior de autoestima.
8

Otra importante investigación pre – experimental, fue realizada por Salazar y


Uriegas (2006), en la ciudad de México Distrito Federal, cuyo objetivo fue diseñar e
implementar un taller que proporcione experiencias de autoconocimiento que puedan
mejorar la autoestima de los niños. La muestra fue de 21 niños entre 10 y 12 años y el
instrumento usado fue el Inventario de Autoestima de Coopersmith. Se encontró
diferencias significativas entre el pre-test y el post-test en todas las categorías,
resultando el taller un instrumento favorable para la mejora de la autoestima en los
niños. También se encontró que el taller tuvo mayor impacto en las niñas.

Otro aporte importante acerca de la autoestima en estudiantes de los “primeros


medios” (equivalente a nuestra secundaria) es el realizado por Alvarez, Sandoval y
Velásquez (2007) quienes en un estudio descriptivo en los tres liceos más vulnerables
de Valdivia (Chile), aplicaron el inventario de Coopersmith con el objetivo de identificar
el nivel de autoestima en una muestra de 296 estudiantes. Las conclusiones más
significativas obtenidas de este estudio fueron: que la mayoría de los estudiantes
alcanzaron un promedio bajo de autoestima siendo las sub-áreas más involucradas las
de hogar-padres y escuela, que resultaron ser los más desmejorados. Los estudiantes
presentaron un mejor resultado en la sub-área social-pares, lo que quiere decir que
ellos se sienten conformes con las relaciones que establecen con sus compañeros de
curso y profesores.

Es importante señalar que todas las investigaciones realizadas sobre


autoestima la relacionan con otras variables como rendimiento académico, nutrición,
déficit de atención, etc. demostrando así la relevancia de su estudio no sólo en el
aspecto educativo, sino también en el ámbito de la salud y otros, de manera que la
contribución de la presente investigación también servirá de base a estudios futuros
sobre el tema.

Marco teórico.

A continuación, se presentan las bases teóricas que sirven de referencia a la


presente investigación:
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Concepto de autoestima.

Existen diferentes formas de entender la autoestima, sin embargo no hay una


definición que cuente con el consenso general, para Coopersmith (1990), filósofo y
psicólogo, la autoestima es la evaluación que una persona hace y comúnmente
mantiene con respecto a sí mismo expresando una actitud de aprobación que indica la
medida en que una persona cree ser importante, capaz, digna y exitosa; es decir, un
juicio de mérito. Esta acepción coincide con lo que expresa Branden (1993), quien
indica que la autoestima es el componente evaluativo del sí mismo, entendiendo por
concepto de sí mismo, quién y qué pensamos que somos consciente y
subconscientemente respecto a los rasgos físicos y psicológicos, en cuanto a
cualidades, defectos, creencias, valores, necesidades y motivaciones.

Coopersmith (1990), en su definición, se centra en la autoestima en general y


no en cambios transitorios y específicos, para él, la autoestima puede variar a través
de diferentes áreas de experiencia y de acuerdo al género, la edad y otras condiciones
definitorias de roles, de manera que el término “autoevaluación” se refiere a un
proceso de juicio en el cual una persona examina su desempeño, capacidades y
atributos de acuerdo a las normas y valores personales, llegando a la decisión de su
mérito; mientras que Branden (1993), expresa que la manera en que nos sintamos con
nosotros mismos afecta de modo determinante todos los aspectos de nuestra
experiencia: cómo nos relacionamos con los padres, hermanos, pareja, amigos y cómo
funcionamos en el campo académico laboral. Concordando con esta idea, Feldman
(2005), expresó lo siguiente:

Los padres, hermanos, amigos y profesores tienen un profundo impacto en el


desarrollo de la autoestima. La manera en que la sociedad ve al niño influye en
la manera en que éste se ve a sí mismo. Todos los niños, independientemente
de su sexo, su raza, cultura o capacidad, necesitan amor incondicional y
confianza en que se les quiera por lo que son y no por lo que hacen. (p. 8).

Podemos deducir entonces que la autoestima es una condición humana que


surge del aprecio personal que hace que las personas se acepten a sí mismas, se
sientan satisfechas y orgullosas, conformes con su forma de ser y de desempeñarse
en la vida, lo que les ayuda a proyectar una imagen apreciada por los demás; es
confianza, respeto por uno mismo, incluyendo el hecho de respetar a los demás y vivir
con una paz de conciencia. Es así que de la autoestima se desprenden las
10

posibilidades que se tienen para progresar y alcanzar el éxito o fracaso en la vida. Por
eso, la autoestima más que el reconocimiento de las cualidades positivas de sí mismo,
se debe entender fundamentalmente como la actitud de aceptación de sí mismo.

De acuerdo con Chirre (2004), para lograr la comprensión de un concepto de


autoestima, es importante señalar que todas las personas cuentan con un principio
que los ayuda a mantenerse en equilibrio, en términos biológicos este principio se
conoce como homeostasis y su equivalente psicológico vendría a ser el autoconcepto,
el cual se construye desde la niñez partiendo de sus antecedentes biológicos y
culturales, además de la propia experiencia. Se hace necesario entonces una
diferenciación entre autoconcepto y autoestima pues muchas veces se usan estos
términos como sinónimos, lo cual es un error, sin embargo se acepta que tanto uno
como otro representan diversos aspectos de la imagen que la persona tiene de sí
misma.

Deslindes conceptuales entre autoconcepto y autoestima.

Al revisar los trabajos realizados sobre autoestima, encontramos que existen


diversos términos para referirse al tema: autoconfianza, autorrealización,
autoaceptación, autoconcepto, autoconocimiento, etc. De acuerdo con Núñez y
González-Pienda (1994), los términos mencionados se refieren a algún aspecto de dos
conceptos más globales como son el autoconcepto y la autoestima cuyas definiciones
han levantado polémica; estos autores señalan que en la actualidad existen dos
puntos de vista sobre este tema, uno de ellos asume que la autoestima estaría incluida
dentro del autoconcepto, aunque no confundida, de modo que el autoconcepto estaría
formado por autopercepciones representativas en las dimensiones: personal, física,
intelectual, académica, social, etc.; las cuales estarían en un plano descriptivo,
mientras que la autoestima sería la apreciación valorativa de dichas autopercepciones
(plano valorativo). El otro punto de vista es que tanto el autoconcepto y la autoestima
son diferenciables y así deberían ser tratados. Algunos autores han argumentado que
la diferencia radica en que el autoconcepto se refiere a lo que la persona piensa que
es ella misma y la autoestima es lo que la persona evalúa de sí misma. Esta
diferencia es compartida por Byrne (1996, citado en García, 1998), quien señaló que la
definición del autoconcepto incluye aspectos cognitivos, afectivos y conductuales, y la
autoestima es un componente evaluativo del autoconcepto.
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Estas afirmaciones coinciden con los planteamientos de Bermúdez (2004), para


quien el autoconcepto consiste en la descripción mental que una persona hace de sí
misma en tres dimensiones: cognitiva, afectiva y comportamental y en varias áreas de
desenvolvimiento: familiar, relaciones sociales externas a la familia, apariencia física,
escolar. Esta descripción se forma por la suma de todas las experiencias acumuladas
y la valoración que se haya hecho de ellas. Sin embargo, según la postura de
Coopersmith (1990), la autoestima constituye un constructo global y es entendida
como la actitud positiva o negativa que la persona tiene hacia sí misma, el valor que
asigna a las diferentes representaciones que posee de sí misma, resultado de la
evaluación que realiza al compararse con otras, es decir, que tiene que ver con la
autoevaluación y la autovaloración. En general, se acepta que autoestima y
autoconcepto representan diferentes aspectos del Sí mismo.

Una perspectiva diferente es la propuesta por Rodríguez (1986), para quien la


autoestima presenta seis fases que son más conocidas como “escalera de la
autoestima”, dentro de las cuales estaría comprendido el autoconcepto y son las
siguientes:

Autoconocimiento, es el conocer las partes que componen el yo, sus


manifestaciones, necesidades y habilidades.
Autoconcepto, es el conocer una serie de creencias que se tiene acerca de sí
mismo, que se manifiestan en la conducta.
Autoevaluación, es la capacidad interna de evaluar las cosas tanto positivas
como negativas dependiendo si nos satisfacen o interesan.
Autoaceptación, es la forma de admitir y reconocer todas las partes de sí
mismo como la forma de ser y sentir, ya que sólo a través de la aceptación se puede
transformar lo que somos.
Autorespeto, es la forma de atender y satisfacer las propias necesidades y
valores, expresando de forma adecuada nuestros sentimientos y emociones para
sentirnos orgullosos de nosotros mismos.
Autoestima, es cuando una persona se conoce y está consciente de sí mismo,
desarrolla sus capacidades, se acepta y se respeta y por lo tanto tendrá autoestima.

De manera que, según Rodríguez (1986), la autoestima es conocimiento propio


de su ser biopsicosocial, conciencia de los cambios que se sufren, creación de una
escala de valores, desarrollo de capacidades, el propio concepto y aceptación de sí
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mismo; todo esto va como una secuencia lógica, entonces, el autoconcepto sería parte
de la construcción de la autoestima. Esta posición también es aceptada por el
Ministerio de Educación quien señala que “en forma didáctica, podemos concebir que
la autoestima se desarrolla a modo de una escalera cuyo primer peldaño es el
autoconocimiento, de ello se entiende que trabajar el autoconocimiento es básico para
desarrollar una autoestima positiva” (Ministerio de Educación, 2007, p. 62).

Es decir, que al conocer todas sus partes, su totalidad como ser integrado, el
individuo logrará tener una personalidad fuerte y unificada. Si una de estas partes
funciona de manera deficiente las otras se verán afectadas y su personalidad será
débil y dividida, con sentimientos de ineficiencia y desvaloración.

Formación de la autoestima.

Desde que somos niños recibimos palabras de aliento o desaliento, directa o


indirectamente de nuestros padres y de otras personas. En este proceso nos
sentimos apoyados en mayor o menor grado. Chirre (2004), nos dice que la formación
y el correcto desarrollo de la autoestima tiene su origen en las relaciones familiares
primarias, desde el mismo momento en que el niño se siente amado, querido y
respetado por sus padres; por otra parte, los acontecimientos positivos refuerzan la
autoestima positiva y los fracasos activan la negativa, es más, esto puede suceder de
manera simultánea en la vida cotidiana, pues ciertos aspectos de la vida son
satisfactorios y otros no, de modo que no se puede asegurar que una persona goza de
una autoestima alta o baja de forma absoluta y permanente.

En sus estudios realizados, Eguizabal (2007), indica que la autoestima resulta


de la interrelación entre el temperamento del niño (genéticamente determinado) y el
ambiente en que éste se desenvuelve. “Se construye a través de un proceso de
asimilación e interiorización desde el nacimiento y que puede modificarse a lo largo de
la vida” (p. 76). La etapa desde el nacimiento hasta la pubertad es la que
generalmente marca la autoestima global que tendremos, porque es en este período
cuando somos más vulnerables. En la conformación de la autoestima, influyen
diversos factores como: los personales (imagen corporal, habilidades físicas e
intelectuales, etc.), las personas significativas (padres, hermanos, profesores, amigos,
otras figuras de apego) y los factores sociales (valores, cultura, creencias, etc.). Por lo
13

tanto, su desarrollo está estrechamente ligado a los valores de la sociedad en que


nacemos y vivimos.

Coincide con esta afirmación Feldman (2005), quien señala que los niños en
edad escolar gustan de los contactos sociales y le satisfacen; para que un niño acepte
y se sienta satisfecho con los vínculos sociales y afectivos con el mundo que lo rodea
tendrá que sentirse aceptado y querido por los demás y en especial por el núcleo
familiar. Asimismo, cuando un niño aprende a comprenderse y a aceptarse, puede
lograr adaptarse de modo satisfactorio a los demás. Sin embargo, para Lindelfield
(1998), “lo importante en el desarrollo de la autoconfianza no es nuestra naturaleza
heredada, sino la forma en que nos educan. Y es la calidad de esta educación lo que
determina nuestra capacidad para asirnos al precioso sentido de la autoestima que
tuvimos al nacer y para poyarnos en nuestro potencial para llegar a ser unos adultos
superautoconfiados” (p. 32).

En su institución educativa, el niño adquiere nuevos conceptos de sí mismo. El


ambiente escolar favorece el intercambio de experiencias y opiniones entre alumnos,
las que pueden ser importantes para que la autoestima varíe entre alta y baja. De la
misma forma, las valoraciones que hagan los profesores acerca de las destrezas y
habilidades para aprender de sus alumnos adquieren vital importancia para definirla.

Autoestima y necesidades.

Maslow (1991), en su jerarquía de las necesidades humanas, describe la


necesidad de aprecio, que se divide en dos aspectos: el aprecio que se tiene uno
mismo (amor propio, confianza, pericia, suficiencia, etc.) y el respeto y estimación
que se recibe de otras personas (reconocimiento, aceptación, etc.). Para él, la
expresión de aprecio más sana es la autoestima, la que define como el centro de
nuestra conciencia personal.

Según Maslow (1991), las necesidades pueden ordenarse por superposición,


desde las más básicas, que dan respuesta a las necesidades elementales o
fisiológicas ya que nacen de estados corporales, hasta las más complejas, como son
14

las necesidades de seguridad, estimación y autorrealización. De acuerdo a su teoría,


tenemos:

Necesidades fisiológicas, están en primer lugar, si no se satisfacen las


necesidades de alimentación, vestido, salud y todo lo relacionado al aspecto físico,
resultará imposible vivir el tiempo suficiente para lograr satisfacer otras necesidades
de origen psicológico o social.

Necesidades de seguridad, una vez satisfechas las necesidades básicas, el


niño está preparado para explorar el ambiente que lo rodea; es característica del niño
explorar algo seguro, si tiene temor o inseguridad, no lo hace. Una vez que sabe lo
que puede esperar del mundo, es posible pasar a satisfacer otras necesidades. En
este nivel también se contemplan las necesidades de tener una vida cómoda, dinero,
lujos, etc.

Necesidades de pertenencia, el hombre tiene una necesidad innata de afecto y


amor que pueden satisfacer sólo otras personas; se requiere ser parte de un grupo, de
una familia, de un barrio, etc. Cuando nos identificamos con otros, aprendemos a
percibir parte del mundo desde otro ángulo, ya no estamos solos, nos sentimos
aceptados, tenemos un lugar y un trato adecuado, causando buena impresión en los
demás.

Necesidades de estimación, es en este nivel que la autoestima cobra un papel


muy importante en el proceso de autoafirmación de la persona. Una de las razones
por las que se necesita a otra gente es para que nos ayude a definir nuestras metas
en la vida; el grupo puede ofrecernos modelos a seguir y retroalimentación externa
sobre lo que nuestra conducta futura pueda o deba ser. Cada persona necesita
aprobación y reconocimiento, sentir que es aceptada por los demás. Necesita sentir
que es un miembro importante de su familia, su escuela y su comunidad.

Necesidades de autorrealización, según Maslow (1991), éste es el motivo más


evolucionado de la jerarquía, aquí el deseo de desarrollar al máximo las
potencialidades de la persona, tomando en cuenta lo que deseamos ser ante nosotros
mismos, sin importar la opinión de terceros. Este es el nivel máximo de autoestima,
que nos hace reflexionar sobre: ¿Estoy satisfecho con lo que soy? ¿Con lo que hago?
¿Con mi vida, con mi trabajo? ¿Estoy en paz conmigo mismo, con lo que amo y con
los que amo?
15

Apoyando lo señalado por Maslow, Feldman (2005) afirma que “los


sentimientos positivos hacia nosotros mismos nos permiten desarrollar nuestro
potencial, fijar metas, afrontar problemas, relacionarnos con otros, asumir riesgos,
aportar algo a la sociedad y convertirnos en adultos felices y autorrealizados” (p. 8).
Hay personas con mayor o menor autoestima, es decir, con mayor o menor aprecio,
aceptación y amor a sí mismas. Cuando no hay desarrollo positivo pueden
presentarse alteraciones de la conducta como: el temor al éxito y el afán de poseerlo,
también la búsqueda del poder o la extrema timidez.

Las personas frecuentemente expuestas al éxito o fracaso, ven crecer o


decrecer su autoestima debido a las circunstancias de la vida; lógicamente que aquél
que vive estimulado constantemente logra satisfacciones, pero en nuestro país, en que
la mayoría vive en condiciones de pobreza, las personas van perdiendo confianza y fe
en ellas mismas, esto las hace menos atrevidas, calladas, introvertidas y tímidas,
dependiendo cada vez más de otros; esto puede suceder en cualquier etapa de la
vida, en la niñez, en la juventud o a una edad avanzada.

Tipos de autoestima.

La autoestima, según señala Eguizabal, tiene dos connotaciones diferentes:


una es la autoestima positiva o alta autoestima, que implica que el individuo piense
que es “muy bueno” y “aporta un conjunto de efectos beneficiosos para nuestra salud y
calidad de vida, que se manifiestan en el desarrollo de una personalidad más plena y
una percepción más satisfactoria de la vida” (Eguizabal, 2007, p.16), y otra es la
autoestima negativa o baja, que se relaciona con el hecho de que la persona cree no
ser “lo suficientemente bueno” en la cual nuestra salud se resiente porque nos hace
falta confianza en nosotros mismos para abordar los sucesivos retos que nos presenta
la vida.

Cuando una persona tiene una autoestima positiva siente que es digna de la
estima de los demás, se respeta por lo que es, pero no se teme ni espera que otros le
teman; no se considera superior a los otros, es decir, reconoce sus limitaciones, sus
habilidades y destrezas y espera madurar y mejorar sus deficiencias. La autoestima
negativa, en cambio, implica la insatisfacción, el rechazo, el desprecio por el sí mismo
que observa, la autoimagen es desagradable y se desearía ser distinto. Cuando una
persona tiene autoestima negativa, se define como inútil y poco apreciado por los
16

demás, pudiendo reaccionar con actitud defensiva o de ataque a aquellas personas o


situaciones que percibe como agresoras.

La autoestima positiva nos permite establecer relaciones sociales más


igualitarias y satisfactorias, al ser más asertivas y enfrentarnos a los conflictos con una
actitud más confiada. “Las personas con una autoestima positiva tienden a desarrollar
más sus potencialidades, establecen mejores relaciones interpersonales, enfrentan
mejor las situaciones nuevas, así como las diversas dificultades que se le presentan
en la vida y se sienten más satisfechos consigo mismo” (Ministerio de Educación,
2007, p. 62). Lo importante es sentirse bien consigo mismo.

Por el contrario, la autoestima negativa hace que nuestra calidad de vida no


sea del todo óptima, porque al faltarnos autoconfianza, hace que evitemos los
compromisos y abordemos nuevas responsabilidades, con ello nos privamos de
nuevas experiencias vitales para nuestro crecimiento personal. “Las actitudes que
establecemos con otras personas no son de igualdad, dado que nuestra falta de
confianza nos impide abordar los conflictos personales desde una perspectiva
igualitaria, adoptando muchas veces actitudes sumisas o bien agresivas” (Eguizabal,
2007, p. 17). Las personas con autoestima negativa o baja se vuelven retraídas y
tienen dificultades para relacionarse con los demás.

Componentes de la autoestima.

Calero (2000), coincide con Eguizabal (2007) al expresar que la autoestima


tiene tres componentes: cognitivo, afectivo y conductual.

Cognitivo.

Se refiere al autoconcepto definido como la opinión que se tiene de la propia


personalidad y de la conducta, este componente posee un conjunto de auto esquemas
que organizan las experiencias vividas y sirven para interpretar los estímulos del
ambiente social. El auto esquema es la opinión sobre sí mismo, organiza la
información y nos llega, a través de él y dan un significado a los datos sobre nosotros
mismos. Este componente es la base sobre la cual se desarrollan los otros dos,
además acompaña a la persona en sus aspiraciones futuras, siendo de gran
importancia la autoimagen para el desarrollo de la autoestima.
17

Afectivo.

Se refiere a la valoración de lo positivo y negativo que existe en el individuo.


Ello implica un sentimiento de lo favorable o desfavorable, de lo agradable o
desagradable que observamos en nosotros mismos. Este elemento está referido a la
autoestimación que nace de la observación propia de uno mismo y de la asimilación e
interiorización de la imagen y opinión que las demás personas tienen y proyectan de
nosotros. En este sentido, la autoconfíanza contribuye a la autoestima.

Conductual.

Está referido a la autoafirmación y a la autorrealización dirigida a llevar a la


práctica un comportamiento consecuente, lógico y racional. Entonces se puede afirmar
que la autoestima se basa en la formación del aspecto cognitivo plasmado en el
autoconcepto, con el desarrollo de la dimensión afectiva y valorativa en autoestimación
y el cultivo de la autorrealización con toda la secuencia de conductas y
comportamientos.

Pero además, según Eguizabal (2007), el componente cognitivo supone actuar


sobre los pensamientos para modificarlos, el componente afectivo implica actuar sobre
las emociones y sentimientos que se tienen acerca de sí mismos y el componente
conductual supone actuar sobre el comportamiento para modificar nuestros actos.
Estos tres componentes están muy relacionados entre sí, de manera que actuando
sobre uno de ellos, se obtienen efectos sobre los otros dos.

Dimensiones de la autoestima.

Coopersmith (1990), considera que la autoestima posee cuatro dimensiones o


autoestimas específicas que la persona va evaluando y asimilando de acuerdo a sus
debilidades y fortalezas, las cuales se caracterizan por su amplitud y radio de acción.
Estas son:

Sí mismo, consiste en la evaluación que el individuo realiza y con frecuencia


mantiene de sí, en relación con su imagen corporal y cualidades personales,
considerando su capacidad, productividad, importancia y dignidad, lleva implícito un
juicio personal expresado en la actitud hacia sí mismo. Es la dimensión afectiva de la
imagen personal que se relaciona con datos objetivos, con experiencias vitales y con
18

expectativas. También se refiere al hecho de sentirse atractivo físicamente, en ambos


sexos.

Social – pares, se refiere a las dotes y habilidades en las relaciones con los
amigos y compañeros, así como relaciones con extraños en diferentes marcos
sociales. Incluye el sentimiento de sentirse aceptado o rechazado por los iguales y el
sentimiento de pertenencia, es decir, el sentirse parte de un grupo. También se
relaciona con el hecho de sentirse capaz de enfrentar con éxito diferentes situaciones
sociales; por ejemplo, ser capaz de tomar la iniciativa, ser capaz de relacionarse con
personas del sexo opuesto y solucionar conflictos interpersonales con facilidad.
Además, incluye el sentido de solidaridad.

Hogar – padres, revela las buenas cualidades y habilidades en las relaciones


íntimas con la familia, la independencia y consideración, compartir ciertas pautas de
valores y sistemas de aspiraciones y la concepción acerca de lo que está bien o mal
dentro del marco familiar. La familia es la principal influencia socializadora sobre el
niño y transmisor de conocimientos, valores, actitudes, roles y hábitos que una
generación pasa a la siguiente. Por medio de la palabra y el ejemplo la familia moldea
la personalidad del niño y le infunde modos de pensar y actuar que se vuelven
habituales. Es la dimensión más importante y la que constituye prácticamente la
autoestima inicial.

Escuela, consiste en la evaluación que el individuo hace y habitualmente


mantiene con respecto a sí mismo en relación con su desempeño en el ámbito escolar,
es la sensación de capacidad para resolver problemas eficazmente, rescatando no
sólo el concepto de inteligencia global, sino el de inteligencias múltiples, puesto que
cada persona es capaz y competente en determinadas áreas y es muy importante que
sienta esa competencia.

En pocas palabras, la persona realiza frecuentes estimaciones de sus


interacciones consigo mismo y con el ambiente en el que se desenvuelve, logrando
monitorear constantemente como influye dentro de ella, posteriormente y de acuerdo
con la satisfacción que esto le brinde, va a asumir una actitud hacia sí misma. Es
decir, de acuerdo a sus relaciones en los ámbitos ya mencionados, la actitud asumida
ante sí, viene a ser su autoestima.
19

Para Haeuessler y Milicic (1996, citados en Díaz, 1997), la autoestima tiene


las siguientes dimensiones:

Dimensión física, se refiere en ambos sexos al hecho de sentirse atractivo


físicamente.

Dimensión social, incluye el sentimiento de pertenencia, es decir, ser aceptado


por los iguales y sentirse parte de un grupo; también sentirse capaz de enfrentar con
éxito diferentes situaciones sociales.

Dimensión afectiva, se refiere a la auto-percepción de la personalidad, como


sentirse simpático o antipático, estable o inestable, valiente o asertivo, tranquilo o
inquieto.

Dimensión académica, se refiere a la auto-percepción de la capacidad para


enfrentar con éxito las situaciones de la vida académica y específicamente a la
capacidad de rendir bien y ajustarse a las exigencias sociales. También es la
autovaloración de las capacidades intelectuales, sentirse inteligente, creativo,
constante.

Dimensión ética, se relaciona con el hecho de sentirse bueno y confiable,


responsable, trabajador. La dimensión ética depende de la forma en que la persona
interioriza los valores y las normas.

Se puede notar que las dimensiones mencionadas por las autoras anteriores
no se contradicen con lo señalado por Coopersmith (1990), por el contrario, están
englobadas dentro de las cuatro dimensiones que él indica forman parte de la
autoestima global.

Niveles de la autoestima.

Vidal (2001) y Eguizabal (2007), coinciden con Coopersmith (1990), en


considerar que la autoestima presenta los niveles: alto, medio y bajo.

Nivel alto.

Es consecuencia de un historial de competencia y merecimiento altos. Son


personas que tienen una sensación permanente de valía y de capacidad positivos que
20

les conduce a enfrentarse mejor a las pruebas y retos de la vida, en vez de tener una
postura defensiva. Su auto-concepto es suficientemente positivo y realista. No
significa un estado de éxito total y constante, sino la conciencia de las propias
debilidades y limitaciones, sentirse bien por las capacidades y habilidades, tener
confianza en la naturaleza interna para tomar decisiones.

Nivel medio.

Suele ser la más frecuente, las personas con nivel de autoestima media tienen
una buena confianza en sí mismas, pero en ocasiones esta puede llegar a ceder. Son
personas que intentan mantenerse fuertes con respecto a los demás, pero en el
interior sufren. La autoestima posee una estructura consistente y estable, pero no es
estática, por tanto puede crecer, fortalecerse y en ocasiones puede disminuir en forma
situacional por fracaso.

Nivel bajo.

Implica grandes deficiencias en los dos componentes que la forman


(competencia y merecimiento). La persona tiende a hacerse la víctima ante sí mismo
y los demás. El sentirse no merecedor puede llevar a la persona a mantener
relaciones perjudiciales que además de reforzarlo negativamente dificultan la
búsqueda de fuentes de merecimiento tales como el hecho de ser valorado por los
demás o saber defender sus derechos.

Ellos también señalan que “existe una “franja” de autoestima sana. El individuo
que tiene una autoestima alta dentro de esa franja se caracteriza por su madurez,
tolerancia a las diferencias y aprobación de sí mismo. Las personas que tienen
autoestima por debajo de aquella franja sana, se reconocen por su permanente actitud
defensiva o de repente agresiva y sin motivo, evitan la controversia sometiéndose
fácilmente al criterio ajeno” (Vidal, 2001, p.13). De acuerdo con Eguizabal (2007), la
autoestima sana reside en el hecho de poder responder de manera activa y positiva a
las oportunidades que se nos presentan en el aspecto laboral, afectivo y en la
diversión, es también la base de una serenidad de espíritu que nos permite disfrutar de
la vida. Señala también que para tener una autoestima alta, se deben dar estas cuatro
condiciones:

Seguridad y singularidad, un niño que se siente seguro puede actuar con libertad
en la forma que le parezca más oportuna y efectiva. Si se siente seguro y a su vez se
21

considera especial, tendrá una autoestima alta. Para ello el niño necesita se aceptado,
valorado y querido como es. Esto no se da en ambientes donde el niño percibe que es
juzgado continuamente o es amenazado con experiencias de fracaso, rechazo o
indiferencia.

Sentido de competencia, el niño debería sentirse capacitado para hacer frente a


las distintas situaciones que ocurren durante su desarrollo. Para ello debe dársele la
oportunidad de elegir, de acertar y de equivocarse, también de asumir
responsabilidades y sus consecuencias.

Sentido de pertenencia, es la sensación de sentirse aceptado por parte de su


grupo familiar, escolar, comunal, para que se reconozca vinculado y formando parte
“de” y “con” otros.

Sentido de motivación y finalidad, la motivación es el impulso a actuar de forma


lógica y razonable para alcanzar objetivos específicos, los niños con autoestima alta
perciben sus éxitos y fracasos en gran parte determinados por su propio esfuerzo y
habilidad, en cambio, aquellos con una autoestima baja tienden a creer más en la
suerte y tienen menos confianza en sus capacidades de éxito en el futuro.

Si un niño logra desarrollar estas condiciones tendrá mayores posibilidades de


alcanzar el éxito. Feldman (2005), nos dice que:

No es sorprendente que los que poseen autoestima sean más atractivos para
compañeros y profesores. Ellos son los líderes de los equipos y el tipo de
persona que todos quieren como amigo. Desgraciadamente, los niños con baja
autoestima son más proclives a abandonar los estudios, unirse a pandillas o
buscar consuelo en las drogas y alcohol. Esto llega a ser una profecía que se
cumple y que afecta al individuo y toda la sociedad. (p.9).

Según como se encuentre la autoestima de los niños, ésta será responsable de


muchos fracasos o éxitos. Una autoestima adecuada, vinculada a un concepto positivo
de sí mismos, los motivará a elevar sus capacidades para desarrollar habilidades y
aumentará el nivel de seguridad personal, así como también es la base de una salud
mental y física adecuada, mientras que una autoestima baja los llevará hacia la derrota
y el fracaso.
22

Importancia de la autoestima.

La autoestima tiene gran importancia, ya que influye en el sentido de vida de la


persona, en la forma que piensa, actúa y siente acerca de sí misma y de los demás.
Rodríguez (1986), señaló que una persona con una autoestima adecuada vive y se
siente importante, tiene fe en sus propias decisiones y se percibe a sí mismo como su
mejor recurso. Es así que se vuelve relevante porque facilita la capacidad de
conocernos, evaluarnos las potencialidades que tenemos para dar una satisfacción
interna y valor a nosotros mismos. Alcántara (1993), argumentó que la autoestima es
importante porque:

Condiciona el aprendizaje: las críticas de los padres, profesores y de los


propios compañeros hacen que el estudiante se forme un concepto negativo, que
influye posteriormente en el rendimiento escolar.

Supera las dificultades personales: cuando una persona tiene una autoestima
alta puede superar cualquier problema que se le presente, lo cual lo lleva a un
progreso en su madurez y competencia personal.

Fundamenta la responsabilidad: una persona sólo se compromete cuando


tiene confianza en sí mismo y normalmente encuentra en su criterio los recursos
requeridos para superar las dificultades.

Apoya la creatividad: una persona creativa sólo puede surgir si posee una gran
fe en sí mismo, en su originalidad, en su capacidad.

Determina la autonomía personal. Uno de los objetivos más importantes de la


educación, es la formación de alumnos autónomos, autosuficientes, seguros de sí
mismos, capaces de tomar decisiones, que se sienten a gusto, que sepan orientarse
en medio de una sociedad en permanente cambio.

Posibilita una relación social saludable: el respeto y aprecio hacia sí mismo son
la base para relacionarse con los demás personas las cuales se sentirán cómodas
porque formarán un ambiente positivo en su entorno.

Garantiza la proyección futura de la persona: durante toda su vida se


proyectará a futuro, tendrá aspiraciones y expectativas de realización.
23

Para lograr esto, se debe cultivar una autoestima positiva, que garantice una
formación y convicción lo suficientemente sólida. Según Coopersmith (1990), la
autoestima es importante en todos las etapas de la vida, de manera esencial en la
infancia y adolescencia, ahí juega un papel fundamental en el conocimiento del niño
como persona. Su importancia radica en que concierne a nuestro ser, a nuestra
manera de ser, al sentido de estar manera de estar y de actuar en el mundo y de
relacionarnos con los demás. Nada escapa al influjo de nuestra autoestima, es decir,
está presente en el pensar, sentir, decidir y actuar. Si no nos valoramos en lo que
realmente valemos, si no reconocemos y apreciamos las cualidades y talentos que
realmente poseemos, si no apreciamos con serenidad nuestras limitaciones, entonces
seremos presa fácil de la inseguridad y la desconfianza en nosotros mismos; no nos
será fácil afrontar y superar los problemas de nuestra vida cotidiana.

Los niños son personas en proceso de desarrollo, nacen, crecen, sienten,


experimentan y adquieren valores en sus interrelaciones con las personas de su
entorno social. De acuerdo con Lindenfield (1998), si los niños poseen autoconfianza,
actuarán de este modo:

Frenarán su natural inclinación a valorar sus necesidades físicas y anímicas y


las colocarán al mismo nivel que las necesidades de los demás. Serán francos en sus
peticiones de elogio, aliento y recompensa, y no tratarán de manipular a ninguna
persona.

Estarán orgullosos de su aspecto y tratarán de sacarle el mayor partido.


Querrán tener buena salud y no será necesario forzarlos a mantener un aspecto
adecuado. No insistirán en hacer cosas que sepan que puede afectar sus
posibilidades de éxito, de felicidad o su vida.

“Los niños con alta autoestima son con frecuencia optimistas y entusiastas con
respecto a la vida; confiados, amistosos, interesados por los otros y corteses, felices y
con sentido del humor; dispuestos a asumir riesgos y abordar situaciones nuevas,
responsables de sus tareas” (Feldman, 2005, p. 8). En cambio los niños con una baja
autoestima suelen mostrarse tímidos y temerosos de tratar cosas nuevas, cambiantes;
inseguros, egoístas, de bajo rendimiento, estresados, agresivos y coléricos, necesitan
refuerzo constante.
24

La autoestima en el nivel de Educación Primaria.

Uno de los fines de la Educación Primaria es “formar personas capaces de


lograr su realización ética, intelectual, artística, cultural, afectiva, física, intelectual y
religiosa, promoviendo la formación y consolidación de su identidad y autoestima y su
integración adecuada y crítica a la sociedad para el ejercicio de su ciudadanía en
armonía con su entorno” (Ministerio de Educación, 2009, p.10).

En el marco del cambio educativo necesario en el mundo moderno y


globalizado, el Ministerio de Educación ha establecido propósitos que traducen las
intenciones pedagógicas de la educación peruana, para poder responder a las
demandas actuales que la sociedad plantea, uno de estos propósitos es el desarrollo
de la identidad personal, social y cultural, la cual “constituye el desarrollo y
fortalecimiento de la autoestima y la autoestima por el otro, preparando a los
estudiantes para vivir en una sociedad multicultural; una sociedad que acoja a todos
con iguales derechos y oportunidades respetando las diferencias individuales y
colectivas que surgen de nuestra condición de seres con historia, raíces culturales y
tradiciones” (Ministerio de Educación, 2009, p. 22).

Para poder poner en práctica este principio y lograr la mejora de la autoestima


de los niños en el nivel primaria, el docente debe convertirse en tutor y brindar
confianza a los niños de manera que se pueda asegurar un clima afectivo en el aula
que favorezca las condiciones para el aprendizaje y un buen rendimiento escolar. Una
de las áreas curriculares que desarrolla la construcción de la identidad y la convivencia
democrática es Personal Social, ya que las competencias, capacidades,
conocimientos y actitudes que se trabajan favorecen el desarrollo de la identidad
personal y social de los estudiantes. Asimismo, al desarrollar competentemente esta
área se desarrollará en los niños habilidades sociales, actitudes y valores que
contribuirán a la convivencia democrática en la institución educativa, la familia y la
comunidad.

La educación que se debe impartir según Cornejo (1994), debe ser un conjunto
de prácticas o formación de hábitos o maneras culturales de ser en los niños; una
serie de valores agregados que definen el perfil de una nueva cultura educativa; de
nuevas acciones y maneras de ser del maestro con respecto al alumno, del alumno
con respecto al maestro; de nuevas maneras de ser de los padres de familia, de las
autoridades educativas; es decir, de todos y de los nuevos roles de trabajo, porque la
25

educación formativa y con calidad total no se refiere a crear esa cultura nueva sólo en
los niños de educación primaria, sino entre todos los que estén involucrados en el
proceso educativo, de tal manera que se puedan detectar los errores y sacar alumnos
que tengan real autoestima.

Entendemos por enseñanza de calidad a aquella que está formada por


materias congruentes con el desarrollo humano y manifestaciones psicológicas del
educando, es decir: “las asignaturas tienen que considerar criterios como: la
percepción, la creatividad, la memoria, la inteligencia, la voluntad y la autoestima. Así
pues el hecho de no tener en cuenta este punto de vista, origina un caos en la
enseñanza y por ende en todo el proceso educativo”. (Lazo, 1995, p.19).

Cabe señalar que los colegios en el futuro tendrán que lidiar con un mundo
cada vez más tenso, complicado, complejo y violento, por ello deberán ofrecer
espacios de catarsis, comunicación, recreación y crecimiento personal, para
desarrollar en el alumno su seguridad, autoestima y autoconfianza, siendo éste un
gran desafío para la educación.

Formación de la autoestima de los niños desde la escuela.

A lo largo de la vida, las personas experimentamos procesos de cambio que se


expresan en el desarrollo de nuestro cuerpo, en la manera de pensar, de sentir, en las
conductas, en las relaciones que establecemos y en los roles que desempeñamos. Es
así que de acuerdo al momento de desarrollo en que nos encontremos, las personas
presentan características y necesidades específicas. Los niños y niñas, de acuerdo a
su edad, difieren de los adolescentes, de los adultos y de niños de otra edad. En este
sentido, el docente debe tener en cuenta las características evolutivas de los niños a
su cargo para seleccionar criterios que ayuden en el diseño de las actividades de
aprendizaje y tutoriales dentro del aula.

El grupo de niños de acuerdo al tema de la investigación se encuentra


comprendido entre los 10 y 12 años, quinto grado de educación primaria,
pertenecientes al V ciclo de la Educación Básica Regular; en esta edad, según el
Ministerio de Educación (2007), su interés por los amigos los lleva a mejorar su
desenvolvimiento social, pueden actuar de acuerdo a reglas; de otro lado la aceptación
de los compañeros se torna cada vez más importante y permite predecir el ajuste que
26

tendrán en la adolescencia. A esta edad son capaces de crear estrategias de trabajo y


estudio, tienen un desarrollo intelectual adecuado, emplean el lenguaje con
pertinencia, desean tener más libertad para comunicarse y movilizarse dentro y fuera
del aula. En esta época las niñas dan más valor a las relaciones interpersonales,
mientras que los niños dan mayor importancia a los juegos y actividades.

Su desarrollo sexual y emocional está caracterizado por el inicio de la pubertad


y por tanto, en sus interacciones ”empiezan a emplear más el contacto físico:
empujones, mensajes, bromas y diversos actos a veces torpes para llamar la atención.
Su vida emocional puede oscilar entre una alegría desbordante y una sentida tristeza
debido a que se han iniciado los cambios de la adolescencia” (Ministerio de
Educación, 2007, p. 27). Según el Instituto de Fomento de una Educación de Calidad
EDUCA (1998, citado en Ministerio de Educación, 2007), los aspectos básicos que
debemos tomar en cuenta los maestros para desarrollar la autoestima de nuestros
estudiantes, son:

El trato cálido: el niño que establece una relación positiva con su maestro y se
sabe apreciado por él, tendrá una mejor disposición para el aprendizaje.

Reconocimiento de las acciones y características positivas: es importante


decirle al niño todo lo bueno que tiene y que hace, esto los fortalecerá en su
autoestima.

Favorecer un clima de respeto y solidaridad entre los niños: se pueden diseñar


actividades que faciliten la expresión de sentimientos y mensajes positivos de unos a
otros.

Promover actividades grupales que permitan la participación de los niños:


buscar que los niños tengan contacto con otras experiencias, lugares, personas, de
este modo se fortalecerá su seguridad.

Preocuparse por conocer a cada uno de los niños: para saber aquello que les
afecta. Llamarlos por sus nombres, esto les permitirá saberse importantes y queridos.

Fomentar en los niños la disciplina y la actitud de corrección frente a sus fallas:


cuidando de no generar sentimientos de culpa que los avergüence o disminuya.

Ofrecer posibilidades para que los estudiantes tomen sus propias decisiones:
así se fortalecerá su autonomía y no se limitarán a obedecer órdenes e instrucciones.
27

Fomentar en los niños el reconocimiento de sus capacidades y cualidades: de


tal forma que aprendan a reconocerlas como causas de sus éxitos en la vida y no
como producto de la suerte o factores externos.

La vida de un niño está ligada a cómo es educada su autoestima o la forma de


quererse a sí mismo. El respeto y el cariño hacia sí mismo y hacia los demás, es algo
que tendrá presente a lo largo de su vida, para Eguizabal (2007), la autoestima es
pieza clave para la formación personal, el aprendizaje, las relaciones satisfactorias, la
autorrealización y la felicidad de las personas. Cuando un niño tiene una buena
autoestima, se siente valioso y competente, entiende que aprender es importante, con
lo cual no se siente disminuido cuando requiere ayuda, es responsable, se comunica
bien y es capaz de relacionarse adecuadamente con otros. Todo niño necesita límites
precisos, consistentes, adecuados y claros, pero esto puede hacerse con respeto,
firmeza, delicadeza y amor. Disciplina no es sinónimo de humillación. Como tantas
cosas en la vida no hay recetas y tenemos que manejar éste y otros temas con
flexibilidad y sentido común.

Concepto de Género.

El género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales, es una


construcción social que supone un conjunto de acuerdos tácitos o explícitos
elaborados por una comunidad determinada en un momento histórico determinado y
que incluye a los procesos de enseñanza-aprendizaje. Sánchez (2010), sostiene que
mientras el sexo biológico está determinado por características genéticas y
anatómicas, “el género es una identidad adquirida y aprendida que varía ampliamente
intra e interculturalmente”. El género está basado en relaciones, ya que no se refiere
exclusivamente a las mujeres o a los hombres, sino a las relaciones entre ambos.

Como parte importante de las relaciones sociales, según indica el Centro


Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional,
CINTERFOR, organismo perteneciente a la Organización Internacional del Trabajo
(OIT), el género se expresa en símbolos culturales, los que visualizan las
representaciones sociales de ambos sexos; conceptos normativos, los que polarizan y
reprimen comportamientos y tareas; instituciones y políticas, las cuales reproducen y
valorizan la asignación de roles y capacidades y la identidad subjetiva, que posiciona y
28

determina el proyecto de vida de unos y otras. Sánchez (2010), señala que igualdad
de género significa que los derechos, responsabilidades y oportunidades no
dependerán del hecho de haber nacido hombre o mujer.

Naturalización de los roles de género.

Cuando se habla de género, según Sánchez (2010), se refiere a la gama de


roles, relaciones, características de la personalidad, actitudes, comportamientos,
valores, poder relativo, e influencia, socialmente construidos, que la sociedad asigna a
ambos sexos de manera diferenciada. Para Canela (2010), las características
femeninas o masculinas se transmiten por generaciones de manera que los hombres y
mujeres no nacen sino que “se hacen”, de modo que las personas aprenden a
comportarse como hombres y mujeres de acuerdo a lo que la sociedad determina
como funciones de género. Entonces, los roles o papeles de género son
comportamientos aprendidos en una sociedad, comunidad o grupo social determinado,
que hacen que sus miembros perciban como masculinas o femeninas ciertas
actividades, tareas y responsabilidades y las jerarquicen y valoricen de manera
diferenciada.

La constante asignación social de funciones y actividades a las mujeres y a los


hombres naturaliza sus roles. Esta naturalización de los atributos de género es lo que
lleva a sostener que existe una relación determinante entre el sexo de una persona y
su capacidad para realizar una tarea.

Considerar como innatos los roles y las capacidades, es creer que son
inmutables. Reconocer y descubrir que estas características, supuestamente fijas e
inamovibles, son asignaciones culturales, es lo que permite transformarlas.
Desnaturalizar la percepción que se tiene del ser varón o mujer y reconocer que sus
roles y capacidades han sido socialmente adjudicados permite pensar de otro modo
los lugares que ambos pueden ocupar en la sociedad.

Es así que, la autoestima, el sentido del valor propio y del autoaprecio, es un


logro personal que se aprende y que requiere de mucho tiempo y de una labor
perseverante. La niñez, etapa que corresponde al nivel de educación primaria, es
clave para el desarrollo de la misma, reto importante que compromete no sólo a los
docentes sino también a los padres de familia, porque la educación formativa no es
29

exclusiva de niños y niñas sino que todos tienen la oportunidad de crecer y aprender
unos de otros, sin hacer distinción de género. La autoestima es imprescindible en
todas las etapas de la vida, pues a diario debemos enfrentar situaciones
problemáticas, las cuales podremos afrontar con éxito o fracasar en el intento
dependiendo de cómo nos sentimos y nos autovaloramos.

El presente estudio es un primer paso en el sentido de determinar cómo se


encuentra la autoestima de nuestros niños para que pueda ser base de posteriores
investigaciones sobre sus cambios, las áreas o dimensiones específicas de los
cambios y la importancia de la evolución sociocultural en relación a autoestima y
género.

Objetivos e hipótesis

Objetivo general.

Determinar si existen diferencias según género en los niveles de autoestima en


estudiantes del quinto grado de la Red Educativa N° 4 de Ventanilla.

Objetivos específicos.

Determinar si existen diferencias según género en los niveles de autoestima en


la dimensión Sí mismos en estudiantes del quinto grado de la Red Educativa N° 4 de
Ventanilla.

Determinar si existen diferencias según género en los niveles de autoestima en


la dimensión Social, en estudiantes del quinto grado de la Red Educativa N° 4 de
Ventanilla.

Determinar si existen diferencias según género en los niveles de autoestima en


la dimensión Hogar, en estudiantes del quinto grado de la Red Educativa N° 4 de
Ventanilla.

Determinar si existen diferencias según género en los niveles de autoestima en


la dimensión Escuela, en estudiantes del quinto grado de la Red Educativa N° 4 de
Ventanilla.
30

Hipótesis general.

Existen diferencias según género en los niveles de autoestima en estudiantes


del quinto grado de la Red Educativa N° 4 de Ventanilla.

Hipótesis específicas.

Existen diferencias según género en los niveles de autoestima en la dimensión


Sí mismos, en estudiantes del quinto grado de la Red Educativa N° 4 de Ventanilla.

Existen diferencias según género en los niveles de autoestima en la dimensión


Social pares, en estudiantes del quinto grado de la Red Educativa N° 4 de Ventanilla.

Existen diferencias según género en los niveles de autoestima en la dimensión


Hogar padres, en estudiantes del quinto grado de la Red Educativa N° 4 de Ventanilla.

Existen diferencias según género en los niveles de autoestima en la dimensión


Escuela, en estudiantes del quinto grado de la Red Educativa N° 4 de Ventanilla.
31

Método

Tipo y diseño de investigación

La presente investigación tiene como objetivo central determinar si existen diferencias


según género en los niveles de autoestima en estudiantes del quinto grado de primaria
de la Red Educativa N° 4 de Ventanilla.

De acuerdo con Sánchez y Reyes (2006), la presente investigación es de tipo


sustantivo descriptivo y en cuanto al diseño de investigación, corresponde a un diseño
descriptivo comparativo, porque se pretende describir información relevante de un
fenómeno de la realidad o aspecto de interés y luego caracterizarlo en base a la
comparación de los datos recogidos. En este caso, describir y comparar los niveles de
autoestima según género que presentan los estudiantes del quinto grado de primaria
de la Red Educativa N° 4 de Ventanilla.

A continuación mostramos la representación gráfica de nuestro diseño:

M1 ------------- O1

M2 ------------- O2

Donde M1 representa a los niños del quinto grado de primaria y M2 representa a


las niñas del quinto grado de primaria, de la Red Educativa N° 4 de Ventanilla. O1 y O2
representan los resultados de la evaluación del Inventario de Autoestima de
Coopersmith, forma escolar (1967).

Al final demostraremos si O1 = O2 o si O1 ≠ O2.

Variables

Variable: Autoestima

Definición conceptual.

Según Coopersmith (1990), la autoestima es la evaluación que una persona


hace con respecto a sí misma expresando una actitud de aprobación que indica la
medida en que cree ser importante, capaz, digna y exitosa, es decir, un juicio de
mérito.
32

Definición operacional.

Condición humana que surge del aprecio personal que hace que las personas
se acepten a sí mismas, se sientan satisfechas y orgullosas, conformes con su forma
de ser y de desempeñarse en la vida, lo que les ayuda a proyectar una imagen
apreciada por los demás en los ámbitos: social, familiar y escolar.

Variable Dimensiones Indicadores

Sí mismo - General Expresa valoración por sus atributos


personales.

Social - Pares Demuestra seguridad al entablar


relaciones sociales.

Autoestima
Hogar - Padres Mantiene relaciones armoniosas en
su entorno familiar.

Escuela Muestra satisfacción con su


rendimiento académico.

Variable: Género

Definición conceptual.

Para Sánchez (2010), el género es una gama de roles, relaciones,


características de la personalidad, actitudes, comportamientos, valores e influencia,
socialmente construidos, que la sociedad asigna a ambos sexos de manera
diferenciada. El sexo biológico está determinado por características genéticas y
anatómicas mientras que el género está basado en relaciones entre ambos sexos.

Definición operacional.

Conjunto de características biológicas, psicológicas, sociales y culturales,


socialmente asignadas a las personas, que determinan la pertenencia al sexo
masculino o femenino.
33

Participantes

La muestra que se utilizó fue probabilística de tipo estratificado bietápico por


cuanto se hizo en dos etapas, en la primera etapa se determinó el tamaño de la
muestra tomando como unidad de análisis a los niños y niñas de quinto grado de
primaria de la Red Educativa N° 4 de Ventanilla por ser de acceso inmediato para el
investigador. La población total fue de 763 estudiantes entre niños y niñas, los cuales
se encuentran distribuidos de la siguiente manera:

Institución Educativa N° Sec. N° niños N° niñas Total

N° 1 5 93 85 178

N° 2 5 63 75 138

N° 3 1 13 21 34

N° 4 4 59 55 104

N° 5 2 34 24 58

N° 6 4 72 56 128

N° 7 3 43 35 78

N° 8 1 19 20 39

Fuente: Unidad de Gestión Educativa Local de Ventanilla

Para determinar el tamaño de la muestra, se usó la siguiente fórmula:

N.p.q.z2
n = _____________
(N-1)Ε2 + pqz2

Donde:

n = tamaño de la muestra

N = 753 = población

p y q = 0.5 = probabilidad de ser seleccionado o no respectivamente (50 %)

E = 0.05 (5% de error)

z = 1.96 = constante que equivale al 95 %.


34

753 x 0,5 x 0,5 x (1,96)2


n = ____________________________
(752) (0,05)2 + 0,5 x 0,5 x (1,96)2

723,18 723,18
n = __________ n = _________ n = 254.64
1,88 + 0,96 2,84

El tamaño de la muestra fue de 256 entre niños y niñas del quinto grado de
primaria de la Red Educativa N° 4 de Ventanilla.

Determinado el tamaño de la muestra se procedió a encontrar la fracción de


muestreo, con la siguiente fórmula:
n
fm =____ = 0,34

Después se determinó la cantidad de niños que serían examinados en cada


Institución Educativa y en cada sección, multiplicando el total de niños por la fracción
de muestreo, tal como se indica en el siguiente cuadro:

Institución Educativa Total Sec. N° fm fm Niños Niñas


Alum. Alum. =0,34 aula

A 35 12 6 6

B 33 11 6 5

N° 1 178 C 36 61 12 6 6

D 37 13 6 7

E 37 13 7 6

A 28 10 5 5

B 26 9 5 4

N° 2 134 C 28 46 10 5 5

D 24 7 3 4

E 28 10 5 5

N° 3 34 A 34 12 12 6 6

A 25 8 4 4
35

N° 4 104 B 23 35 7 3 4

C 28 10 5 5

D 28 10 5 5

N° 5 A 30 10 5 5

58 B 28 20 10 5 5

A 30 10 5 5

N° 6 128 B 33 44 12 6 6

C 35 12 6 6

D 30 10 5 5

A 27 9 5 4

N° 7 78 B 26 26 9 4 5

C 25 8 4 4

N° 8 39 A 39 12 12 6 6

La segunda etapa de muestreo fue probabilístico no aleatorio por


disponibilidad, porque se seleccionaron los primeros niños de cada sección de
acuerdo a nómina y a la cantidad requerida, tratando de equilibrar las muestras de
niños y niñas.

Como se han considerado dos muestras para nuestro estudio, la muestra 1


estuvo conformada por 128 niños de quinto grado de 10 años 0 meses a 11 años 11
meses de edad y la muestra 2, por 128 niñas de quinto grado de 10 años 0 meses a
11 años 11 meses de edad de las diferentes Instituciones educativas comprendidas en
la Red N° 4 de Ventanilla.

No se tomaron en cuenta para nuestra investigación a los niños o niñas que


presentan una edad por encima de lo establecido en nuestro estudio o presentan
deficiencias de tipo sensorial, motora, intelectual o emocional severa.

Los niños que conforman las muestras que estudian en las Instituciones
Educativas N° 1, N° 2, N° 3 y N° 4, los cuales se encuentran ubicados en la Ciudad
Satélite de Ventanilla, provienen en su mayor parte de los asentamientos humanos
que se encuentran ubicados en la periferia, como son: Los Licenciados, Angamos,
Defensores de la Patria, Susana Higuchi, Kenyi Fujimori, etc. Sus viviendas en su
36

mayoría se encuentran en construcción y cuentan con servicios básicos de agua, luz y


desagüe. Algunos tienen viviendas de material precario, pero cuentan con los
servicios básicos. Los padres de estos niños son en su gran mayoría de origen
provinciano, de nivel educativo medio (la mayoría cuenta con secundaria completa).
La mayor parte de ellos son empleados en fábricas o empresas dedicadas al
almacenamiento, a la conservación de alimentos o de vigilancia, algunos dirigen
pequeños comercios o son taxistas y un sector importante se encuentra en condición
de sub-empleado en trabajos de construcción y también hay los que se encuentran
desempleados.

Los niños que conforman las muestras que estudian en las Instituciones
Educativas N° 5, N° 6 y N° 7, que se encuentran ubicadas en Asentamientos Humanos
como son Ventanilla Alta e Hijos de Ventanilla, provienen de éstos lugares y también
de Asentamientos Humanos de creación relativamente reciente como son: Santa
Rosa, Francisco Tudela, Moisés Woll, Alberto Fujimori, etc. Sus viviendas en su
mayoría son de material noble y cuentan con todos los servicios básicos. Los padres
son jóvenes o adultos ventanillenses, quienes invadieron estos terrenos y ahora son
sus hijos quienes estudian en estas instituciones. La mayoría cuenta con secundaria
completa, pero son muy pocos los que tienen un nivel educativo superior. Como en la
muestra anterior, la mayor parte de ellos son empleados en las fábricas que existen a
lo largo de la carretera a Ventanilla, algunos dirigen pequeños comercios o son
taxistas, un sector importante se encuentra en condición de sub-empleado en trabajos
de construcción y también desempleados.

La institución educativa N° 8 se encuentra ubicada en la Ampliación B de


Ventanilla Alta, es relativamente nueva y recibe estudiantes de los Asentamientos
Humanos Las Lomas, Las Flores, José Gabriel Condorcanqui. Sus viviendas son en
su mayoría de material precario, cuentan con el servicio de luz, se abastecen de agua
por medio de cisternas y no tienen servicio de desagüe. Los padres son de origen
provinciano, de bajo nivel educativo (no cuentan con secundaria completa) y la
mayoría se encuentra en condición de sub-empleado en trabajos temporales y otra
parte está desempleado.

La situación económica baja de la mayoría de hogares origina que las madres


se vean obligadas a trabajar fuera de casa como empleadas del hogar u otros, hecho
por el cual descuidan su responsabilidad para con sus hijos, lo que conlleva a que los
niños pasen gran parte del día solos, que se atiendan como puedan y sin control, por
37

lo que generalmente se dedican al juego, al internet o a estar en las calles expuestos a


las amistades inadecuadas, al pandillaje y a los vicios perniciosos como son: las
drogas, el alcohol, etc. desde muy temprana edad.

Instrumento de investigación

Ficha Técnica.

Nombre: Inventario de Autoestima de Coopersmith (SEI), versión escolar

Autor: Stanley Coopersmith

Adaptación: María Isabel Panizo (1985)

Administración: Individual y colectiva

Duración: 30 minutos

Ámbito de Aplicación: De 10 a 12 años

Significación: Medir las actitudes valorativas hacia el Sí mismo, en las áreas: académica,
familiar y personal de la experiencia de una persona.

Material: Manual, Inventario, Hojas de respuesta.

Descripción del instrumento.

El inventario de Autoestima de Coopersmith está constituido por 58


afirmaciones con respuestas dicotómicas (Sí – No), en los que se encuentran incluidas
8 afirmaciones correspondientes a la escala de mentiras, las cuales brindan
información acerca de las características de la autoestima a través de la evaluación de
cuatro sub-test. Este instrumento está diseñado para medir las actitudes valorativas
en estudiantes de 08 a 15 años.

Áreas que explora: El inventario está subdividido en cuatro sub-test más un


sub-test de mentiras, ellos son:

Sub-test (L) mentira.- Indica falta de consistencia en los resultados por lo que
el inventario queda invalidado.
38

Sub-test Sí mismo.- Los puntajes altos indican valoración de sí mismos y altos


niveles de aspiración, estabilidad, confianza, adecuadas habilidades sociales y
atributos personales.

Sub-test Social – Pares.- Una puntuación alta significa que la persona posee
mayores dotes y habilidades en las relaciones con los amigos y colaboradores, así
como con extraños. La aceptación social y de sí mismos están muy combinadas.

Sub-test Hogar.- Un nivel alto revela buenas cualidades y habilidades en las


relaciones íntimas con la familia, se siente respetado, tiene independencia y una
concepción personal propia.

Sub-test Escuela.- Los niveles altos indican que la persona aprecia


adecuadamente las principales tareas académicas, posee buena capacidad para
aprender. Trabaja con satisfacción a nivel individual y grupal.

Puntaje y calificación.

El puntaje máximo es de 100 puntos y el test de mentiras (ítems: 28; 32; 36;
41; 45; 50; 53; 58) invalida la prueba si es un puntaje superior a cuatro. La calificación
es directa, cada respuesta vale un punto. Los puntajes se obtienen sumando el
número de ítems respondidos en forma correcta y multiplicando este por dos, sin
incluir el puntaje de mentiras.

Así por ejemplo: N° de ítems x 2 = nivel de autoestima 40 x 2 = 80

De acuerdo a la categoría de autoestima, a 80 le corresponde un nivel de


autoestima alto.

Cabe señalar los ítems cuyas repuestas deberán ser Sí (1; 4; 5; 8; 9; 14; 19;
20; 26; 27; 28; 29; 32; 36; 38; 41; 42; 43; 46; 47; 50; 53; 58), para los ítems restantes
la respuesta será No.

Los intervalos para cada nivel de autoestima son:

De 0 a 24 Baja autoestima 50 a 74 Promedio alto

25 a 49 Promedio bajo 75 a 100 Alta autoestima


39

Validez y confiabilidad.

Coopersmith (1967, citado en Vizcarra, 1997), halló que la confiabilidad de su


inventario a través del test – retest es de 0.88 de los alumnos de su muestra,
conformada por 647 estudiantes. En nuestro medio, Panizo (1985, citada en Vizcarra,
1997) utilizó el coeficiente de confiabilidad por mitades al azar, obteniendo luego de
ese procedimiento que la correlación entre ambas mitades fue de 0.78. Hasta el
momento las investigaciones que se han realizado con esta prueba; arrojan un nivel de
confiabilidad necesario.

Panizo (1985, citada en Vizcarra, 1997), validó la forma escolar de esta


prueba en nuestro medio. Realizó una investigación donde estudió la relación de
autoestima y rendimiento académico en niños de 10 a 12 años de distinta clase social.
Para establecer la validez, primero tradujo el inventario al español y realizó la validez
de contenido, cambiando algunas formas de expresión de los ítems de acuerdo a
sugerencias. Para realizar la validez del constructo de la prueba, la sometió a una
correlación ítem por ítem. En éste encontró un nivel de significancia de 0.001 en todas
las preguntas y todas las sub-escalas, estableciendo igual que Coopersmith el criterio
de invalidación de la prueba cuando el puntaje de mentiras superaba 4 puntos.

Procedimientos de recolección de datos.

Para establecer los niveles de autoestima de los estudiantes de la mención


objeto de estudio, se empleó el Inventario de Autoestima de Coopersmith, forma
escolar para niños entre 10 y 12 años, en una muestra probabilística estratificada en
dos etapas de niños y niñas del quinto grado de la Red Educativa N° 4 de Ventanilla.
La evaluación se realizó en el mes de Setiembre, de acuerdo al horario establecido
para el nivel primaria en las Instituciones Educativas que conforman dicha Red. Se
procuró que el ambiente asignado cuente con las condiciones mínimas de iluminación
y comodidad adecuada para la administración de la prueba, asimismo se tomaron las
medidas del caso para que este ambiente no tenga distractores que puedan alterar los
resultados de la investigación.

Los procedimientos que se realizaron para ejecutar dicho estudio fueron los
siguientes:
40

En un primer momento se precisó el instrumento de medición a utilizarse, en


este caso el Inventario de Autoestima de Coopersmith, versión escolar y se identificó
su grado de confiabilidad y validez así como se procedió a elaborar la ficha técnica y
conocer sus formas de aplicación y calificación. Luego se envió una solicitud a la
Unidad de Gestión Educativa de Ventanilla solicitando los nombres de las instituciones
educativas que conforman la Red N° 4, la cantidad de secciones y el total de alumnos
de quinto grado que estudian en cada una de ellas. Después se envió una carta a los
Directores para presentarles el proyecto de investigación y solicitarles el permiso
respectivo para ejecutar dicho estudio. Enseguida se acordaron las fechas y horarios
respectivos para aplicar el instrumento y el ambiente más adecuado para
administrarlo.

Durante el proceso de ejecución de la investigación se contó con el número


adecuado de pruebas según la cantidad de niños que formaron parte de la muestra,
asegurándose de la correcta impresión y tomando en cuenta el lugar y el horario
determinado. Las instrucciones se dieron de manera precisa, para lo cual el
investigador aseguró un conocimiento profundo del instrumento. Asimismo, se contó
con una persona que colaboró con el investigador durante la aplicación de la prueba
para evitar situaciones que perjudiquen la recogida de la información. Se tomaron en
cuenta todas las previsiones posibles para que los examinados encuentren un
ambiente cómodo y tuvieran toda la disponibilidad para desarrollar la prueba sin
contratiempos.

Una vez administrada la prueba se procedió a calificarla tal como se señala en


el Manual de Aplicación. Enseguida se registró la información colocándose las
puntuaciones obtenidas por cada uno de los integrantes de la muestra, tanto los
puntajes parciales como los totales. Una vez registrada la información y codificada
según las características del estudio, se procedió a aplicar los estadísticos respectivos
no paramétricos luego de evaluar la forma cómo se han distribuido los datos mediante
la prueba de Kolmogorov-Smirnov. Finalmente se seleccionó el estadístico más
adecuado, en este caso la Prueba U de Mann Whitney y se utilizó el programa SPSS
(versión 15) para encontrar los resultados del estudio y realizar las interpretaciones del
caso tomando en cuenta los objetivos e hipótesis de la investigación.
41

Resultados

A continuación se presenta el análisis de los datos y los resultados obtenidos con la


aplicación del Inventario de Autoestima de Coopersmith en los niños y niñas del quinto
grado de primaria de la Red educativa N° 4 de Ventanilla. Registrada la información y
codificada según las características del estudio, se procedió a aplicar los estadísticos
respectivos no paramétricos luego de evaluar la forma cómo se han distribuido los
datos mediante la prueba de Kolmogorov-Smirnov, la cual determinó que los mismos
no seguían una distribución normal. Luego se seleccionó el estadístico más adecuado,
en este caso la Prueba U de Mann Whitney para muestras independientes y se utilizó
el programa SPSS (versión 15) para encontrar los resultados del estudio y realizar las
interpretaciones del caso tomando en cuenta los objetivos e hipótesis de la
investigación.

Se quiere determinar si existen diferencias significativas en los niveles de


autoestima según género en estudiantes del quinto grado de la Red Educativa N° 4 de
Ventanilla, para lo cual se tomó en cuenta las siguientes hipótesis, las cuales serán
analizadas y contrastadas en base a los resultados:

Ho: No existen diferencias significativas en los niveles de autoestima según género en


estudiantes del quinto grado de la Red Educativa N° 4 de Ventanilla.

H1: Existen diferencias significativas en los niveles de autoestima según género en


estudiantes del quinto grado de la Red Educativa N° 4 de Ventanilla.

Asimismo, se quiere determinar si existen diferencias significativas según


género en estudiantes del quinto grado de la Red Educativa N° 4 de Ventanilla en los
niveles de autoestima, en las dimensiones: Sí mismo, Social – pares, Hogar – padres y
Escuela, tomando en cuenta las siguientes hipótesis:

Ho: No existen diferencias significativas según género en estudiantes del quinto grado
de la Red Educativa N° 4 de Ventanilla en los niveles de autoestima, en las
dimensiones: Sí mismo, Social – pares, Hogar – padres y Escuela.

H1: Existen diferencias significativas según género en estudiantes del quinto grado de
la Red Educativa N° 4 de Ventanilla en los niveles de autoestima, en las dimensiones:
Sí mismo, Social – pares, Hogar – padres y Escuela.
42

Los resultados, ordenados en tablas y gráficos, abordarán las diversas


dimensiones del inventario:

Tabla 1.

Promedios de los niveles de autoestima por dimensiones según género (N=256)

Dimensiones Masculino Femenino


M DE M DE
Sí mismo 65.60 12.49 64.94 13.06
Social pares 70.80 18.84 72.16 17.34
Hogar padres 71.87 17.11 70.81 19.61
Escuela 73.24 17.58 75.58 19.00
Escala General 68.62 11.93 68.65 12.12

En la tabla podemos observar que en la dimensión Sí mismos, el promedio de


autoestima en varones es de 65,60, mientras que en las niñas es de 64,94, no
existiendo diferencia significativa. En la dimensión Social pares, el promedio en los
niños es de 70,80 y el de las niñas es de 72,16, no existiendo tampoco diferencias
significativas. Igualmente se observa que en la dimensión Hogar padres, los niños
obtienen un promedio de 71,87 frente a las niñas que tienen como promedio 70,81; en
la dimensión Escuela los varones tienen como promedio 73,24 y las niñas 75,58;
comprobándose que no se verifican diferencias significativas.

Del mismo modo, en la Escala General, el promedio de autoestima de los


varones es de 68,62 y el de las niñas es de 68,65, ambos corresponden a un promedio
alto de autoestima por lo que podemos afirmar que no existen diferencias significativas
en los niveles de autoestima según género.

En las siguientes tablas se analizará detalladamente cada dimensión de la


autoestima según género:
43

Tabla 2.

Resultado de la prueba de autoestima en la dimensión Sí mismo según género.

Dimensión Sí mismo
Nivel Masculino Femenino
Baja autoestima 1(0.8%) 0(0%)
Promedio bajo 10(7.8%) 19(14.8%)
Promedio alto 87(68.0%) 81(63.3%)
Alta autoestima 30(23.4%) 28(21.9%)
Nota: N = 256

En la tabla observamos que el 7,8 % de varones y el 14,8 % de niñas tiene un


promedio bajo de autoestima, se destacan los varones en promedio alto de autoestima
con un 68 %, frente a las niñas que alcanzan un 63,3 %. Asimismo se observa que en
el área Sí mismos, el 23,4 % de varones posee una alta autoestima, mientras que en
las niñas el 21,9 % alcanza este nivel.

100
68 %

63,3 % Género
80
Femenino
Masculino
Porcentajes

60

40 23,4
%
21,9
14,8 % %
20 7,8 %

0
Baja Promedio Bajo Promedio Alto Alta
Autoestima Autoestima
Dimensión Sí Mismo

Figura 1. Niveles de autoestima en la dimensión Sí mismo según género.

En la figura observamos que en esta dimensión, los varones destacan


ligeramente en el nivel de alta autoestima y promedio alto, mientras que son menos los
varones que obtuvieron un promedio bajo, no siendo significativa la diferencia.
44

Tabla 3.

Resultado de la prueba de autoestima en la dimensión Social pares según género

Dimensión Social - pares


Nivel Masculino Femenino
Baja autoestima 0(0%) 1(0.8%)
Promedio bajo 12(9.4%) 8(6.3%)
Promedio alto 41(32.0%) 46(35.9%)
Alta autoestima 75(58.6%) 73(57.0%)
Nota: N = 256

En la dimensión Social pares, la mayoría de estudiantes obtuvo un nivel alto de


autoestima: 58,6 % de varones y el 57 % de niñas; el 32 % de varones y el 35,9 % de
mujeres tienen un promedio alto de autoestima; el 9,4 % de varones y el 6,3 % de
niñas obtuvo un promedio bajo, mientras que sólo el 0,8 % de niñas presentó una baja
autoestima.

80
57 %
58,6
% Género
60 Femenino
35,9 %
Masculino
Porcentajes

32 %

40

20
9,4 %
6,3
%
0
Baja Promedio Bajo Promedio Alto Alta
Autoestima Autoestima
Dimensión Social Pares

Figura 2. Niveles de autoestima en la dimensión Social según género.

Se aprecia que en la dimensión Social, tanto los varones como las niñas
destacan con un nivel alto de autoestima y en los demás niveles no existen diferencias
significativas.
45

Tabla 4.

Resultado de la prueba de autoestima en la dimensión Hogar - padres según género

Dimensión Hogar - padres


Nivel Masculino Femenino
Baja autoestima 0(0%) 3(2.3%)
Promedio bajo 12(9.4%) 11(8.6%)
Promedio alto 35(27.3%) 35(27.3%)
Alta autoestima 81(63.3%) 79(61.7%)

Nota: N = 256

El género masculino destaca ligeramente en la dimensión Hogar – padres con


un 63,3 % que poseen un nivel alto de autoestima; un 27,3 % con un promedio alto y
el 9,4 % que obtuvo un promedio bajo de autoestima, mientras que las niñas el 61,7 %
presentó un nivel alto; el mismo porcentaje que los varones (27,3 %) tienen un
promedio alto; el 8,6 % obtuvo un promedio bajo y un 2,3 % evidencia baja autoestima.

100
63,3
61,7 %
%
80 Género
Femenino
Masculino
Porcentajes

60

27,3 %
40

9,4
20 8,6 %
%
2,3 %

0
Baja Promedio Bajo Promedio Alto Alta
Autoestima Autoestima
Dimensión Hogar Padres

Figura 3. Niveles de autoestima en la dimensión Hogar Padres según género.

En la figura observamos claramente que en esta dimensión no hay diferencias


significativas en los niveles de autoestima entre niños y niñas, los resultados obtenidos
fueron casi similares.
46

Tabla 5.

Resultado de la prueba de autoestima en la dimensión Escuela según género

Dimensión Escuela
Nivel Masculino Femenino
Baja autoestima 0(0%) 1(0.8%)
Promedio bajo 7(5.5%) 6(4.7%)
Promedio alto 42(32.8%) 39(30.5%)
Alta autoestima 79(61.7%) 82(64.1%)

Nota: N = 256

En la dimensión Escuela, el género femenino presentó un 64,1 % con alta


autoestima; el 30,5 % un promedio alto; el 4,7 % tiene un promedio bajo y sólo el 0,8
% obtuvo un nivel bajo de autoestima. El género masculino obtuvo un 61,7 % con alta
autoestima; 32,8 % presentó un promedio alto; 5,5 % un promedio bajo y ningún niño
evidenció un bajo nivel de autoestima.

100
64,1 % 61,7
%
80
Género
Femenino
Masculino
Porcentajes

60
32,8
30,5 % %

40

20
5,5 %
4,7 %

0
Baja Promedio Promedio Alta
Autoestima Bajo Alto Autoestima
Dimensión Escuela

Figura 4. Niveles de autoestima en la dimensión Escuela según género.

En esta dimensión, se aprecia que el nivel más destacado es el de alta


autoestima, seguido por el promedio alto, siendo pocos los niños que evidencian un
promedio bajo o baja autoestima.
47

Tabla 6.

Resultado de la prueba de autoestima en la Escala General según género

Escala General
Nivel Masculino Femenino
Baja autoestima 0(0%) 0(0%)
Promedio bajo 12(9.4%) 9(7.0%)
Promedio alto 74(57.8%) 81(63.3%)
Alta autoestima 42(32.8%) 38(29.7%)
Nota: N = 256

Según la tabla, se observa que en el género masculino, el 32, 8 % manifiesta


una alta autoestima; el 57,8% se ubicó en un promedio alto, mientras que sólo el 9,4 %
posee un promedio bajo. El género femenino presentó 29,7 % con alta autoestima;
63,3 % promedio alto y el 7 % promedio bajo. El promedio alto de autoestima es el
nivel que más destaca en ambos géneros, mientras que ningún niño evidenció baja
autoestima.

100

63,3 %
80 Género
57,8 %
Femenino
Porcentajes

Masculino
60
32,8 %

29,7
40 %

20 9,4 %
7%

0
Promedio Bajo Promedio Alto Alta Autoestima
Niveles de Autoestima

Figura 5. Niveles de autoestima en la Escala General según género.

En la Escala General, el nivel de autoestima alcanzado por los niños y niñas


es el promedio alto, seguido por el nivel de alta autoestima, ningún niño obtuvo un
nivel bajo de autoestima.
48

Tabla 7.

Evaluación de la normalidad de las variables medidas mediante la prueba de


Kolmogorov-Smirnov

Hogar Escala
Sí Mismo Social Pares Padres Escuela General
Z de Kolmogorov-
1.669 2.858 3.698 2.767 1.722
Smirnov
Sig. asintót. (bilateral) .008 .000 .000 .000 .005
P> 0,05

Como se puede observar en la tabla 6, los resultados de la significación


bilateral en la dimensión Sí mismo es 0,008; en la dimensión Social Pares es de 0,000;
en la dimensión Hogar Padres es de 0,000, igualmente en la dimensión Escuela y en
la Escala General es de 0,005. La significancia en cada categoría es menor a 0,05, lo
cual significa que los datos no siguen una distribución normal, por lo que se aplicó la
Prueba U de Mann Whitney para muestras independientes para realizar el
procesamiento estadístico.

Tabla 8.

Resultados obtenidos en los niveles de autoestima

Género
Masculino Femenino
Dimensiones M DE M DE U de Mann
Whitney
Sí mismo 65.60 12.49 64.94 13.06 7918.00
Social pares 70.80 18.84 72.16 17.34 7945.50
Hogar padres 71.87 17.11 70.81 19.61 8190.50
Escuela 73.24 17.58 75.58 19.00 7460.00
Escala General 68.62 11.93 68.65 12.12 8118.50

p< 0.05

En general se aprecia que los valores promedios obtenidos en los niveles de


autoestima tanto en niños como en niñas en las diferentes dimensiones no difieren
significativamente. En la dimensión Sí mismos, los niños presentaron un promedio de
49

65,60 frente a las niñas con un promedio de 64,94. (El valor p=0.642 >0.05). La
puntuación U de Mann Whitney es de 7918.00. Se acepta la hipótesis nula y se
concluye que no existen diferencias significativas según género en los niveles de
autoestima en la dimensión Sí mismos, en estudiantes del quinto grado de la Red
Educativa N° 4 de Ventanilla.

En la dimensión Social pares, la puntuación U de Mann Whitney es de


7945.50, lo que indica que no existen diferencias significativas según género en los
niveles de autoestima en esta dimensión, aceptándose la hipótesis nula.

En cuanto a la dimensión Hogar padres se obtiene una puntuación U de Mann


Whitney de 8190.50, la cual es la más alta, sin embargo, tampoco existen diferencias
significativas en los niveles de autoestima según género en esta dimensión,
aceptándose la hipótesis nula.

En la dimensión Escuela, la puntuación U de Mann Whitney alcanza 7460.00,


lo que indica que no existen diferencias significativas en esta dimensión en los niveles
de autoestima según género.

En la Escala General, los niños obtuvieron una media de 68,62, frente a una
media de 68,65 alcanzado por las niñas, siendo la puntuación U de Mann Whitney de
8118.50. No se aprecian diferencias significativas en los niveles de autoestima entre
niños y niñas del quinto grado de primaria de la Red Educativa N° 4 de Ventanilla. Por
lo tanto, se acepta la hipótesis nula de la investigación y se concluye que no existen
diferencias significativas en los niveles de autoestima según género en los estudiantes
del quinto grado de la Red Educativa N° 4 de Ventanilla.
50

Discusión, conclusiones y sugerencias

Discusión

En el presente estudio se tuvo como objetivo fundamental, determinar si existen


diferencias según género en los niveles de autoestima en estudiantes del quinto grado
de la Red Educativa N° 4 de Ventanilla. Se encontró que en la dimensión Sí mismos,
el 68 % de los varones presentaron un promedio alto de autoestima, frente a las niñas
que alcanzan un 63,3 %. El 23,4 % de varones y el 21,9 % posee una alta autoestima,
mientras que el 7,8 % de varones y el 14,8 % de niñas tiene un promedio bajo de
autoestima, no existiendo diferencias significativas en esta dimensión. Es decir, que la
mayoría de niños y niñas manifiestan una adecuada valoración de su persona,
confianza en sí mismos y seguridad en sus habilidades y atributos personales, siendo
sin embargo, el porcentaje que presenta un promedio bajo de autoestima, todavía
representativo. Es posible que estos resultados se deban al entorno en que los niños
se desenvuelven, su hogar, sus amigos, su escuela, su comunidad, que cobra
significancia relevante para desarrollar una autoestima adecuada y permite formar en
los niños una valía personal que los hace sentirse confiados y seguros.

En la dimensión Social pares, la mayoría de estudiantes obtuvo un nivel alto de


autoestima: 58,6 % de varones y el 57 % de niñas; el 32 % de varones y el 35,9 % de
mujeres tienen un promedio alto de autoestima; el 9,4 % de varones y el 6,3 % de
niñas obtuvo un promedio bajo, mientras que sólo el 0,8 % de niñas presentó una baja
autoestima, de manera que tampoco se evidenciaron diferencias significativas en los
niveles de autoestima de niños y niñas en esta dimensión. Estos resultados nos dicen
que los niños se sienten bien con las relaciones sociales que mantienen con sus
pares, que son aceptados y tienen adecuados vínculos de pertenencia, además que
son capaces de manifestar habilidades sociales que les permiten generar simpatías y
que se traducen en la aceptación social y de sí mismos. Es necesario señalar, que
todavía existe un mínimo porcentaje de niños y especialmente de niñas que presentan
un nivel bajo de autoestima en esta dimensión, lo que les dificultaría mantener una
adecuada relación con los demás y por tanto que su calidad de vida no sea del todo
óptima. Posiblemente estos niños se desenvuelvan en ambientes donde se sienten
51

juzgados continuamente o son amenazados con experiencias de fracaso, rechazo o


indiferencia.

En la dimensión Hogar – padres, el 63,3 % de varones poseen un nivel alto de


autoestima; el 27,3 % un promedio alto y el 9,4 % obtuvo un promedio bajo de
autoestima, mientras que las niñas el 61,7 % presentó un nivel alto; el mismo
porcentaje que los varones (27,3 %) tienen un promedio alto; el 8,6 % obtuvo un
promedio bajo y un 2,3 % evidencia baja autoestima, no encontrándose diferencias
significativas entre niños y niñas. Estos resultados son favorables y podrían deberse a
que existen buenas cualidades y habilidades en las relaciones familiares, que los niños
se sienten respetados, amados y apoyados por sus padres y demás parientes. Cabe
señalar que esta dimensión está constituida por los sentimientos que se tienen
respecto al hogar y las relaciones familiares que se dan dentro de éste y que al
evaluar los niveles de autoestima, prácticamente es la más importante porque
constituye la autoestima inicial.

En la dimensión Escuela, el género femenino presentó un 64,1 % con alta


autoestima; el 30,5 % un promedio alto; el 4,7 % tiene un promedio bajo y sólo el 0,8
% obtuvo un nivel bajo de autoestima. El género masculino obtuvo un 61,7 % con alta
autoestima; 32,8 % presentó un promedio alto; 5,5 % un promedio bajo y ningún niño
evidenció un bajo nivel de autoestima. No se encontraron diferencias significativas
entre niños y niñas en esta dimensión. Los resultados evidencian que los niños y
niñas aprecian adecuadamente las principales tareas académicas, poseen buena
capacidad para aprender y trabajan con satisfacción a nivel individual y grupal. Es
posible que la actual situación económica en los hogares sirva de influencia a los
padres y orienten a los niños a ser más competitivos y a estar más interesados en
obtener mejores resultados académicos, sin distinción de género, debido a que en la
actualidad, tanto el varón como la mujer pueden tener las mismas oportunidades de
estudio y realización personal y profesional.

En la Escala General se observó que en el género masculino, el 32,8 %


manifiesta una alta autoestima; el 57,8% se ubicó en un promedio alto, mientras que
sólo el 9,4 % posee un promedio bajo. El género femenino presentó 29,7 % con alta
autoestima; 63,3 % promedio alto y el 7 % promedio bajo. El promedio alto de
autoestima es el nivel que más destaca en ambos géneros, mientras que ningún niño
evidenció baja autoestima. Por tanto, se puede afirmar que no existen diferencias
según género en los niveles de autoestima en estudiantes del quinto grado de primaria
52

de la Red Educativa N° 4 de Ventanilla. Una de las razones por las cuales no existen
diferencias en los niveles de autoestima según género, podría deberse a que en las
familias se establecieron vínculos tempranos y fuertes de apego y no hubo distinción
de género en la calidad de los mismos, es decir que a pesar de las dificultades
internas y externas que pueden afrontar las familias, hay un trato más igualitario, más
equitativo en la crianza de los hijos. Es un avance muy importante porque se
evidencia un buen soporte familiar debido a que la mayoría de niños vive con ambos
padres en hogares con cierta estabilidad. Es necesario recalcar que la etapa desde el
nacimiento hasta la pubertad es la que generalmente marca la autoestima global que
tendremos, porque es en este período cuando somos más vulnerables. Para el
desarrollo de la autoestima, tal como lo indica Eguizabal (2007), influyen diversos
factores como: los personales (imagen corporal, habilidades físicas e intelectuales,
etc.), las personas significativas (padres, hermanos, profesores, amigos, otras figuras
de apego) y los factores sociales (valores, cultura, creencias, etc.). Los niños llegan al
colegio portando en su interior las vivencias gratas e ingratas de las relaciones que
mantienen con las personas de su entorno social y familiar. La relación más
importante es, sin embargo, la que sostienen con sus padres y las experiencias que
tengan con sus abuelos y demás familia extensiva, especialmente si viven bajo el
mismo techo. Estas relaciones determinan en gran manera el desarrollo de la
autoestima de niños y niñas.

Estos resultados se corroboran con los estudios realizados por Bardales (1993),
quien encontró que no existen diferencias entre la autoestima y el rendimiento
académico en función al tipo de familia al que pertenecen los estudiantes y que los
alumnos que viven con ambos padres tienen mayor autoestima que los alumnos que
viven dentro de familias disfuncionales. También Roggero (1996), concluyó que no
existen diferencias significativas en la valoración total de la autoestima entre niños y
niñas y en las dimensiones Hogar – padres, Escuela y Sí mismos, aunque sí encontró
diferencias en la dimensión Social – pares, posiblemente porque las actitudes sociales
motivan a las niñas hacia las relaciones interpersonales, prestando mayor interés a su
apariencia, mientras que los varones en esta edad están más preocupados de su
grupo y suelen ser más competitivos. Asimismo, Calla (2010), puntualizó que existe
una relación significativa entre la autoestima y el rendimiento escolar en el área de
Personal Social. Tal como señala Feldman (2005), los niños en edad escolar gustan
de los contactos sociales y le satisfacen, se sienten aceptados y queridos por los
53

demás, especialmente dentro de su núcleo familiar, de manera que aprenden a


comprenderse y a aceptarse, logrando adaptarse adecuadamente a las personas de
su entorno.

Sin embargo, estos hallazgos se contradicen con lo encontrado por Goróstegui


(2004), en Chile, quien concluyó que las niñas superan a los varones
significativamente en todas las dimensiones de la autoestima, pudiendo deberse este
resultado a que en los últimos años se ha incidido mucho en la equidad de género y en
la relevancia del rol que desempeña la mujer dentro de la sociedad en todos los
ámbitos, dejando atrás la idea anticuada de que la mujer era para la casa y el varón
para la calle. También existen diferencias en los resultados presentados por Coras
(2009), quien concluyó en su estudio que un 14 % de niños entre los 10 a 12 años de
edad presentaron una autoestima baja y el 16 % tuvieron tendencia a baja autoestima,
pero además presentaron altos índices de sobrepeso y obesidad, por lo que estimó
que se debe considerar el nivel de autoestima de los estudiantes en la evaluación del
estado nutricional de los mismos. De la misma forma, Gonzales (2010), encontró en
su investigación que la mayoría de los niños del quinto grado presentan una baja
autoestima, en relación al rendimiento académico en Comprensión Lectora, también
Torres (2010), señala que los niños del sexto grado presentan una baja autoestima.
Resultados similares obtuvieron Álvarez, Sandoval y Velásquez (2007), en Chile,
encontrando que la mayoría de los estudiantes alcanzaron un promedio bajo de
autoestima siendo las sub-áreas más involucradas las de hogar-padres y escuela, que
resultaron ser los más desmejorados. Los estudiantes presentaron un mejor resultado
en el ámbito social -pares, lo que quiere decir que ellos se sienten conformes con las
relaciones que establecen con sus compañeros de curso y profesores. Estos
resultados podrían deberse a que las características sociales del entorno presentan
diferencias culturales, demográficas, educativas y que además los niveles de
autoestima podrían verse afectados por grandes deficiencias en cuanto a la
competencia y el merecimiento, como indica Vidal (2001), las personas con bajo nivel
de autoestima tienden a hacerse las víctimas ante sí mismos y los demás,
manteniendo relaciones perjudiciales que además de reforzarlo negativamente
dificultan la búsqueda de su valoración personal o saber defender sus derechos.
Cuando llegan a la edad escolar, los niños ya tienen formada una imagen de sí
mismos, imagen que puede alterarse por sucesivas experiencias con profesores y
compañeros de clase, las críticas de los padres, profesores y de los propios
54

compañeros hacen que el estudiante se forme un concepto negativo, que influye


posteriormente en el rendimiento escolar. En cuanto a la autoestima en el hogar, se
puede inferir que la familia, en especial los padres, no se interesan como debería ser
en la formación de sus hijos, lo que se vincula con la falta de participación de padres y
apoderados en la vida de los estudiantes, principalmente en el ámbito educativo.

Son de relevancia también los resultados de las investigaciones realizadas por


Ramírez, Duarte y Muñoz (2005), en Chile; por Pequeña y Escurra (2006), en Perú y
por Salazar y Uriegas (2006), en México, en las cuales aplicaron un programa de
desarrollo de la autoestima, y en las que coinciden en señalar la eficacia de éstos en
la mejora de la autoestima de los niños en todas las dimensiones. De acuerdo con el
Ministerio de Educación, uno de los propósitos de la educación para poder satisfacer
las demandas actuales de la sociedad, es el desarrollo de la identidad personal, social
y cultural, que se traduce en el fortalecimiento de la autoestima, preparando a los
estudiantes para vivir en una sociedad multicultural y equitativa y para poder lograrlo,
la educación que se debe impartir, a decir de Cornejo (1994), debe ser un conjunto de
prácticas o maneras de ser culturales de los niños, de nuevas acciones y maneras de
ser del maestro; de maneras de ser de los padres de familia, de las autoridades
educativas; en fin, de todos, porque la educación formativa no se refiere a crear esa
cultura nueva solo en los niños de educación primaria sino entre todos los que estén
involucrados en el proceso educativo, de forma tal que se puedan detectar los errores
y sacar alumnos que tengan real y alta autoestima.

Es importante señalar como una limitación de la presente investigación, la


escasez de estudios o investigaciones específicas sobre la autoestima como variable
independiente que sirvan como referente a la misma. Finalmente, se requiere seguir
investigando, puesto que existen estudios discrepantes en el tema de autoestima
según el género.

Conclusiones

Los resultados expuestos han permitido llegar a las siguientes conclusiones:


No existen diferencias significativas según género en la Escala General de la
autoestima en estudiantes del quinto grado de primaria de la Red Educativa N° 4 de
Ventanilla.
55

No existen diferencias significativas según género en los niveles de autoestima


en la dimensión Sí mismos, en estudiantes del quinto grado de primaria de la Red
Educativa N° 4 de Ventanilla.

No existen diferencias significativas según género en los niveles de autoestima


en la dimensión Social –pares, en estudiantes del quinto grado de primaria de la Red
Educativa N° 4 de Ventanilla.

No existen diferencias significativas según género en los niveles de autoestima


en la dimensión Hogar - padres, en estudiantes del quinto grado de primaria de la Red
Educativa N° 4 de Ventanilla.

No existen diferencias significativas según género en los niveles de autoestima


en la dimensión Escuela, en estudiantes del quinto grado de primaria de la Red
Educativa N° 4 de Ventanilla.

Sugerencias

Es necesario que los docentes de las instituciones educativas del nivel primaria que
conforman la Red N° 4 de Ventanilla, implementen espacios en su quehacer educativo
dedicados al desarrollo de la autoestima de sus alumnos, especialmente de aquellos
cuya autoestima se ve deteriorada por el maltrato o por la influencia negativa de su
entorno social, dando mayor énfasis a la educación formativa.

Implementar programas específicos de intervención en las instituciones


educativas, en cada dimensión de la autoestima, para optimizar resultados, los cuales
deben ser planificados, ejecutados y supervisados de acuerdo a una secuencia y un
tiempo determinado, hasta lograr mejoras en los resultados.

Capacitar a los docentes del nivel primaria con respecto al desarrollo de la


autoestima de los niños con cursos - talleres vivenciales que les permitan aprender
estrategias que les faciliten la práctica educativa en este aspecto.

Efectuar nuevas investigaciones, ya sea comparativas o correlacionales, que


puedan corroborar los resultados obtenidos o que determinen si hay cambios futuros
en cuanto a la autoestima según género y que sirvan de base para establecer sus
causas, dimensiones específicas de los cambios, la adecuación de los instrumentos y
56

metodología usadas en las evaluaciones y la importancia de los cambios


socioculturales en relación a autoestima y género. Adicionalmente pueden servir para
orientar futuras intervenciones en desarrollo de autoestima en las escuelas,
focalizándolas en las dimensiones y en los grupos más deficitarios especialmente,
informando además si los cambios detectados luego de las intervenciones pudieron
ser positivos, de manera que se promuevan estrategias preventivas que ayuden a los
docentes a preparar a los niños para hacer frente con mayores posibilidades de éxito a
una sociedad cambiante y cada vez más violenta, como:

La autoestima como factor de protección ante el bullyng.

Programas de mejora de autoestima en niños y adolescentes.

Autoestima y nutrición en niños y niñas, etc.


57

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ANEXOS
Nº FRASE DESCRIPTIVA V F
1 Las cosas mayormente no me preocupan
2 Me es difícil hablar frente a la clase
3 Hay muchas cosas sobre mi mismo que cambiaría si pudiera
4 Puedo tomar decisiones sin dificultades
5 Soy una persona muy divertida
6 En mi casa me molesto muy fácilmente
7 Me toma bastante tiempo acostumbrarme a algo nuevo
8 Soy conocido entre los chicos de mi edad
9 Mi padres mayormente toman en cuenta mis sentimientos
10 Me rindo fácilmente
11 Mi padres esperan mucho de mí
12 Es bastante difícil ser "Yo mismo"
13 Mi vida está llena de problemas
14 Los chicos mayormente aceptan mis ideas
15 Tengo una mala opinión acerca de mí mismo
16 Muchas veces me gustaría irme de mi casa
17 Mayormente me siento fastidiado en la escuela
18 Físicamente no soy tan simpático como la mayoría de las personas
19 Si tengo algo que decir, generalmente lo digo
20 Mis padres me comprenden
21 La mayoría de las personas caen mejor de lo que yo caigo
22 Mayormente siento como si mis padres estuvieran presionándome
23 Me siento desanimado en la escuela
24 Desearía ser otra persona
25 No se puede confiar en mí
26 Nunca me preocupo de nada
27 Estoy seguro de mí mismo
28 Me aceptan fácilmente en un grupo
29 Mis padres y yo nos divertimos mucho juntos
30 Paso bastante tiempo soñando despierto
31 Desearía tener menos edad que la que tengo
32 Siempre hago lo correcto
33 Estoy orgulloso de mi rendimiento en la escuela
34 Alguien siempre tiene que decirme lo que debo hacer
35 Generalmente me arrepiento de las cosas que hago
36 Nunca estoy contento
37 Estoy haciendo lo mejor que puedo
38 Generalmente puedo cuidarme solo
39 Soy bastante feliz
40 Preferiría jugar con los niños más pequeños que yo
41 Me gustan todas las personas que conozco
42 Me gusta mucho cuando me llaman a la pizarra
43 Me entiendo a mí mismo
44 Nadie me presta mucha atención en casa
45 Nunca me resondran
46 No me está yendo tan bien en la escuela como yo quisiera
47 Puedo tomar una decisión y mantenerla
48 Realmente no me gusta ser un niño
49 No me gusta estar con otras personas
50 Nunca soy tímido
51 Generalmente me avergüenzo de mí mismo
52 Los chicos generalmente se la agarran conmigo
53 Siempre digo la verdad
54 Mis profesores me hacen sentir que no soy lo suficientemente capaz
55 No me importa lo que me pase
56 Soy un fracaso
57 Me fastidio fácilmente cuando me llaman la atención
58 Siempre sé lo que debo decir a las personas.
HOJA DE RESPUESTAS
Marque con una X en la palabra
SI, si su respuesta de acuerdo con
la oración, y en NO, cuando está en
desacuerdo.
1 SI NO 30 SI NO
2 SI NO 31 SI NO
3 SI NO 32 SI NO
4 SI NO 33 SI NO
5 SI NO 34 SI NO
6 SI NO 35 SI NO
7 SI NO 36 SI NO
8 SI NO 37 SI NO
9 SI NO 38 SI NO
10 SI NO 39 SI NO
11 SI NO 40 SI NO
12 SI NO 41 SI NO
13 SI NO 42 SI NO
14 SI NO 43 SI NO
15 SI NO 44 SI NO
16 SI NO 45 SI NO
17 SI NO 46 SI NO
18 SI NO 47 SI NO
19 SI NO 48 SI NO
20 SI NO 49 SI NO
21 SI NO 50 SI NO
22 SI NO 51 SI NO
23 SI NO 52 SI NO
24 SI NO 53 SI NO
25 SI NO 54 SI NO
26 SI NO 55 SI NO
27 SI NO 56 SI NO
28 SI NO 57 SI NO
29 SI NO 58 SI NO

Nombre:........................................
PA C
SG A
SP T
HP E
ES G.
PLANTILLA DE CORRECCION
Coloque la plantilla sobre la Hoja de
Respuestas. Luego sume los ítems
de acuerdo a cada Area. Si M es
mayor que 4, se invalida.
1 SG 30 SG
2 ES 31 SG
3 SG 32 M
4 SG 33 ES
5 SP 34 SG
6 HP 35 SG
7 SG 36 M
8 SP 37 ES
9 HP 38 SG
10 SG 39 SG
11 HP 40 SP
12 SG 41 M
13 SG 42 ES
14 SP 43 SG
15 SG 44 HP
16 HP 45 M
17 ES 46 ES
18 SG 47 SG
19 SG 48 SG
20 HP 49 SP
21 SP 50 M
22 HP 51 SG
23 ES 52 SP
24 SG 53 M
25 SG 54 ES
26 M 55 SG
27 SG 56 SG
28 SP 57 SG
29 HP 58 M

PA x 2 =
SG x 3.85 =
SP x 12.5 =
HP x 12.5 =
ES x 12.5 =

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