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Conservación Marina y Costera en Chile: trayectorias institucionales, innovaciones

locales y recomendaciones para el futuro1

Francisco Araos,2 Cecilia Godoy,3 Roberto De Andrade,4 Francisco Ther,5 Stefan


Gelcich,6 Cadudzzi Salas 7

Resumen

El capítulo tiene por objetivo analizar el desarrollo de la Conservación Marina en Chile y


su paulatino enfoque hacia la inclusión, participación y empoderamiento de múltiples
actores sociales. A partir de la descripción de la trayectoria histórica de las políticas de
conservación implementadas en el país, se identifican algunas iniciativas innovadoras de
conservación marina desarrolladas en diversos municipios costeros que representan
alternativas locales a los modelos centralizadores comúnmente implementados en Chile.
La contrastación de las políticas nacionales y las experiencias locales permite reconocer
las convergencias y los desafíos que imponen las nuevas condiciones sociales,
ambientales y culturales en el país, así como identificar las alternativas institucionales
que estas iniciativas promueven para la gobernanza costera en Chile.

                                                                                                               
1
Araos, F.; Godoy, C.; Andrade, R.; Ther, F.; Gelcich, S.; Salas, C. (2017). “Conservación Marina y
Costera en Chile: trayectorias institucionales, innovaciones locales y recomendaciones para el futuro”. En
Cima de Tensão. Ação humana, biodiversidade e mudanças climpaticas, editado por Ferreira, Lúcia, Luísa
Schmidt, Mercedes Pardo, Jorge Calvimontes y Eduardo Viglio. Campinas: Editora UNICAMP. pp. 529-
544.
2
Programa ATLAS, Universidad de Los Lagos & Centro de Desarrollo Sustentable de Pichilemu
(CEDESUS).
3
Instituto de Ciencia y Tecnología (ICyT), Puerto Montt-Universidad Arturo Prat.
4
Consultor de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
5
Programa ATLAS, Universidad de Los Lagos.
6
Center for Applied ecology and sustainability (CAPES) & Centro de Conservación Marina, Departamento
de Ecología, Pontificia Universidad Católica de Chile.
7
Centro de Desarrollo Sustentable de Pichilemu (CEDESUS).
INTRODUCCIÓN

Diversos informes internacionales destacan que las zonas costeras del planeta son una de
las áreas más vulnerables a los cambios climáticos y ambientales.8 Entre los principales
efectos de este fenómeno global se encuentran el aumento del nivel del mar, la
intensificación de eventos climáticos extremos, la modificación de la circulación
oceánica global y alteración en la distribución geográfica de las especies marinas.9
Por otro lado, tanto a nivel mundial como en Chile, los mayores desembarques pesqueros
son de especies capturadas en las primeras millas cercanas a la costa. En los últimos años
se ha visto una disminución de las capturas debido a la sobrepesca10 y, en el caso Chile,
estudios recientes muestran que el 48% de las principales pesquerías se encuentran
sobreexplotadas o agotadas.11
Asimismo, las mayores concentraciones urbanas se localizan en áreas costeras, generando
problemas relacionados a las descargas domiciliarias e industriales, el aumento de la
erosión litoral, la transformación de la cobertura vegetal y la ocupación de áreas de
riesgo.12
Como resultado de estos fenómenos ambientales y sociales la biodiversidad marina se ha
reducido drásticamente aumentando el número de especies y ecosistemas amenazados. La
alteración de los principales ciclos biológicos, físicos y químicos marinos ha afectado la
provisión y calidad de sus servicios ecosistémicos, comprometiendo el bienestar de las
poblaciones humanas.13
Entre las iniciativas para enfrentar estos problemas se encuentran las Áreas Marinas
Protegidas (AMPs), definidas como:
“un espacio geográfico claramente definido, reconocido, dedicado y manejado, a través
de medios legales u otros medios efectivos, para lograr la conservación en el largo plazo
de la naturaleza con sus servicios ambientales y valores culturales asociados”.14

                                                                                                               
8
IPCC, 2014.
9
Adger et al., 2005; Nicholls et al., 2007; Nellemann et al., 2008; Doney et al., 2012; Cheung et al., 2013.
10
FAO, 2012.
11
SUBPESCA, 2014.
12
Mcgranahan et al., 2007
13
MA, 2005; Worm et al., 2006.
14
Dudley, 2008, p. 8.

2  
 
Se ha reconocido, internacionalmente, que las AMPs generan beneficios para la
conservación y restauración de ecosistemas marinos degradados, la protección de
especies emblemáticas, el aumento de los estoques pesqueros, la recuperación de
pesquerías artesanales, la diversificación económica de comunidades locales y el
empoderamiento político de los actores sociales.15
En los últimos años la creación de AMPs se ha intensificado considerablemente en todos
los océanos del mundo16, transformándose en el “mecanismo clave de gestión (marino-
costera) usado para mitigar los impactos antropogénicos sobre sistema marino”.17 A nivel
internacional, esta tendencia aparece como resultado del proceso de institucionalización
de la política de conservación de la biodiversidad, impulsado por las agencias
ambientales de la ONU y grandes ONGs internacionales de conservación, con el objetivo
de cumplir las metas de la Convención de la Diversidad Biológica18 y los Objetivos de
Desarrollo del Milenio.19 Esta tendencia se sintetiza en cuatro puntos claves, a saber: a)
concentración de las AMPs en la zona costera; b) creación de AMPs de gran tamaño (más
de 100.000 km²); c) reciente implementación de AMPs en aguas internacionales; d)
inclusión en las estadísticas de conservación de áreas de manejo pesquero y de áreas
protegidas asociadas a acuerdos de protección del patrimonio natural y cultural, como los
sitios Ramsar y Unesco.20
A partir de los datos reunidos en el World Data Base on Protected Areas (WDPA), el
Centro Mundial de Monitoreo de la Conservación del PNUD en conjunto con la IUCN

                                                                                                               
15
Agardy, 1994; Halpern & Warner, 2002; Christie et al., 2003; Poomeroy et al., 2004; Toropova et al.,
2010.
16
Thorpe et al., 2011; Spalding et al., 2012.
17
Pollnac et al., 2010, p. 18262.
18
Durante la Conferencia de las Partes de la Convención de la Diversidad Biológica, celebrada en Nagoya
Japón (COP 10), fue revisada la meta de proteger y manejar efectivamente el 10% de los océanos del
mundo a través de Áreas Marinas Protegidas, extendiendo el plazo inicial del 2012 hasta el año 2020.
Disponible en: www.cbd.int/sp/targets/. Accesada en: 10/02/2016.
19
Acuerdo internacional firmado por los países miembros de la ONU para la erradicación de la pobreza. El
acuerdo se compone por 7 objetivos, denominados Objetivos de Desarrollo de Milenio. El Objetivo nº 7
busca: “garantir la sustentabilidad del medio ambiente”. Entre las metas de este objetivo se destaca la 7B
que busca: “reducir la pérdida de la biodiversidad, alcanzando, para el año 2010, una reducción
significativa de la taza de pérdida”, cuyo indicador 7.6 apunta para: “una proporción de áreas terrestres y
marinas protegidas”. Este acuerdo fue actualizado el año 2015 estableciendo una nueva agenda de trabajo
hasta el año 2030 que está orientada por 17 Objetivos de Desarrollo Sustentable que incluyen un objetivo
dedicado exclusivamente al cuidado y protección de los Océanos. Disponible en:
http://www.un.org/sustainabledevelopment/es/oceans/. Accesada en: 10/02/2016.
20
Spalding et al., 2013.

3  
 
señalan que para el año 2014 el 3,4% de la superficie marina mundial se encuentra
protegida.21
En América Latina existen aproximadamente 690 AMPs, de las cuales 33 se encuentran
en la Zona Económica Exclusiva de Chile y su mar territorial. Las AMPs chilenas cubren
una superficie de 460.000 km² que representan 4,3% de los 3.681.989 km² de área marina
de Chile. La mayor parte de este porcentaje está representado por el Parque Marino
“Motu Motiro Hiva”, creado el año 2010, que protege 150.000 km² en la zona adyacente
a la Isla de Sala y Gómez, y el Parque Marino “Nazca-Desventuradas”, creado en el
2015, que protege 297.528 km2 en la zona marina adyacente a las Islas San Félix y San
Ambrosio. En contraste, el litoral central de Chile, uno de los hot spots a nivel mundial,
la región con mayor densidad poblacional y donde se concentran las actividades
económicas del país, el número y la magnitud de áreas marinas protegidas es mínimo22,
colocando en evidencia la tensión entre el desarrollo económico y la conservación de la
biodiversidad en el país.
La construcción de una Política Nacional de Conservación Marina en Chile que incorpore
las diferentes categorías de protección y objetivos de la conservación aún es una tarea
pendiente. Mientras el establecimiento de un organismo de gestión de la conservación y
de un sistema integrado de áreas protegidas ha permanecido como proyecto de ley en el
Congreso Nacional por seis años, diversas iniciativas municipales han movilizado a los
actores y las comunidades locales con el objetivo de proteger su patrimonio marino
natural y cultural. Estas iniciativas muestran los desafíos que la conservación marina
enfrenta en Chile y las alternativas que se abren para su desarrollo.

1. HACIA LA CONSOLIDACIÓN DE UNA POLÍTICA DE CONSERVACIÓN MARINA EN

CHILE

La conservación de la biodiversidad en Chile está viviendo un período de transformación.


Tras la entrada en vigor de la Ley Nº 20.417/2010 que crea el Ministerio de Medio
Ambiente, ha crecido la expectación en torno al establecimiento de un sistema nacional

                                                                                                               
21
Disponible en: http://www.protectplanetocean.org/official_mpa_map. Accesada en: 10/10/2015
22
Fernández & Castilla, 2005.

4  
 
de áreas protegidas capaz de reunir la diversidad de categorías de protección, terrestres y
marinas, en un modelo integrado de gestión.
Esta contingencia política resulta de un largo proceso de desarrollo institucional iniciado
en la década de 1970, con los primeros Santuarios de la Naturaleza que incorporaron
porciones de territorio marino-costero y las Concesiones Marinas destinadas a la
investigación científica.23
A pesar de este comienzo promisor, durante las décadas de 1970 y 1980, se registró un
tímido avance en la creación de Áreas Marinas Protegidas24 producto, principalmente, de
la atención entregada a la protección de ecosistemas terrestres, a partir del
establecimiento del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado
(SNASPE) y de la Corporación Nacional Forestal (CONAF).25
No obstante, la apertura comercial y la intensificación productiva experimentada por el
sector pesquero en este período, producto de la implementación de la política económica
neoliberal en el país, produjeron el colapso de las principales pesquerías industriales y
artesanales, tornando urgente el establecimiento de medidas para su regulación.26 De esta
manera, la conservación marina se concentró en la protección de hábitats y en la
investigación aplicada, con el objetivo de apoyar en la elaboración de una nueva ley de
pesca al final de los años de 1980.

                                                                                                               
23
Idem, Ibidem.
24
Hasta1991 habían sido declarados siete Santuarios Marinos: Isla de Salas e Gomez (1976), Rapa Nui
(1976), Península de Hualpén (1976), Islote Pájaro Niños (1978), Isla de Cachagua (1979), Islote de Peña
Blanca (1982), Rocas Oceánicas de Viña del Mar (1990), y cuatro Concesiones Marinas: Montemar a la
Universidad de Valparaíso (1941), Mehuín a la Universidad Austral (1978), Las Cruces a Universidad
Católica de Chile (1982), Punta Coloso a la Empresa Minera Escondida Ltda. (1990) (Fernández y Castilla,
2005). 25 El SNASPE fue creado en 1984 con el objetivo de organizar, en un sistema único, la
administración de las áreas protegidas terrestres de Chile, considerando las siguientes categorías: Parque
Nacional, Reserva Nacional, Monumento Nacional y Reserva de Regiones Vírgenes. Sin embargo, el
proyecto de ley nunca entró en vigor ya que dependía de la confirmación de la CONAF como un organismo
público encargado de la administración de las áreas protegidas, situación que no se concretizó. A pesar de
esto, hoy la CONAF administra aproximadamente 100 unidades de conservación terrestres que representan
aproximadamente una quinta parte del territorio nacional.
25
El SNASPE fue creado en 1984 con el objetivo de organizar, en un sistema único, la administración de
las áreas protegidas terrestres de Chile, considerando las siguientes categorías: Parque Nacional, Reserva
Nacional, Monumento Nacional y Reserva de Regiones Vírgenes. Sin embargo, el proyecto de ley nunca
entró en vigor ya que dependía de la confirmación de la CONAF como un organismo público encargado de
la administración de las áreas protegidas, situación que no se concretizó. A pesar de esto, hoy la CONAF
administra aproximadamente 100 unidades de conservación terrestres que representan aproximadamente
una quinta parte del territorio nacional.
26
Gallardo, 2008

5  
 
La conservación marina ganó un nuevo enfoque con la promulgación de la Ley General
de Pesca y Acuicultura del año 1991.27 Esta legislación estableció el primer marco
institucional de conservación estrictamente marino, al crear los Parques y Reservas
Marinas, y formalizó el establecimiento de Derechos Territoriales de Uso para la Pesca
Artesanal a través del Sistema de Áreas de Manejo y Explotación de Recursos
Bentónicos (conocidas como “áreas de manejo” o AMERB).
El comienzo de la década de 1990 significó la formalización efectiva de la preocupación
ambiental al interior del Estado. Por medio de la promulgación de la Ley de Bases del
Medio Ambiente (nº 19.300), en el año 1994, y la creación de la Comisión Nacional de
Medio Ambiente (CONAMA), se otorgó al país de un marco institucional ambiental que
permitió regular y legitimar el proceso de desarrollo económico estimulado por los
gobiernos de la época.
A pesar del impulso dado por la ratificación de la Convención de la Diversidad Biológica
en 1995 y la nueva institucionalidad ambiental, la consolidación de una política pública
de conservación de la biodiversidad se mantuvo como una cuestión secundaria en el
debate ambiental chileno. El objetivo de la conservación marina se restringió entonces a
la solución de lagunas de conservación, sin conseguir revertir la inercia institucional de
años anteriores.28
Paralelamente, como una manifestación de la orientación productiva de la política de
regulación pesquera, se experimentó un aumento explosivo de AMERB.29 Este sistema
de manejo pesquero se basa en la designación de áreas de uso exclusivo para las
organizaciones de pescadores artesanales administradas en conjunto con el Estado.
Dirigido, originalmente, a la regulación de la explotación de un recurso específico, el
molusco llamado “loco” (Concholepas concholepas), este instrumento se extendió por el
litoral chileno regulando la explotación de más de sesenta especies de invertebrados y

                                                                                                               
27
La Ley General de Pesca y Acuicultura integró en un cuerpo legal unificado la Ley de Pesca nº18.892 del
año 1991, junto con otras modificaciones legales, siendo promulgada por el Decreto nº430 del año 1991 y
publicada en el diario oficial en 1992.
28
Entre 1970 y 1979 se estableció 1 AMP; entre 1980 y 1989 se crearon 4 AMPs; entre 1990 y 1999 se
crearon 7 AMPs; y entre 2000 y 2010 se crearon 13 AMPs (contemplando Parques Marinos, Reservas
Marina, Áreas Marinas Costeras Protegidas y Santuarios de la Naturaleza) (Sierralta et al., 2011)
29
Entre 1997, año en que fue implementada la primera AMERB, y el año 2010 existían en Chile “707 áreas
decretadas para organizaciones de pescadores artesanales. Este número abarca más de 1.100 km², con una
distancia entre ellas de 4 a 10 km” (Gelcich et al., 2010:16797).

6  
 
algas marinas, permitiendo a los pescadores artesanales reconocer y proteger legalmente
sus territorios de pesca.30
A pesar que son reconocidos los problemas generados por la aplicación indiscriminada de
este instrumento de manejo,31 el gran número de AMERB implementadas en la costa
chilena emergió como una alternativa efectiva de conservación de la biodiversidad a nivel
local, cuyas implicaciones sobrepasaron su objetivo original de ordenamiento pesquero.32
La década del 2000 representó una nueva coyuntura política para la conservación marina,
caracterizada por la complejización de la arena ambiental; producto de nuevas exigencias
internacionales, la implementación de políticas públicas de ordenamiento costero y la
emergencia de nuevas demandas y actores sociales.
Este proceso político, que culminará al final de la década con la creación del Ministerio
de Medio Ambiente, se desarrolló en torno de tres ejes de acción: i) la creación de las
primeras Áreas Marinas Protegidas de Múltiplos Usos (AMCPMU); ii) el ingreso de
Chile a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE); iii) la
implementación de la Política Nacional de Uso del Borde Costero (PNUBC). Cada una
de estas situaciones fue promoviendo, en diferentes niveles políticos, transformaciones en
la arena ambiental chilena que definieron la implementación de Áreas Marinas
Protegidas.
Como hito histórico que dio inicio a esta nueva etapa, se reconoce la aprobación, en el
año 2003, de la Estrategia Nacional de la Biodiversidad que, entre otras medidas,
identificó los sitios prioritarios para la conservación a nivel nacional y regional. En este
mismo año se decretó la creación del primer Parque Marino de Chile; denominado
“Francisco Coloane”, localizado en el extremo sur de Chile.
En el año 2004 fueron creadas las primeras tres AMCPMU: “Lafken Mapu Lahual”, en la
Región de Los Lagos, “Isla Grande de Atacama” en la Región de Atacama y “Francisco
Coloane” en las zonas adyacentes al Parque Marino del mismo nombre en la Región de
Magallanes y de la Antártica Chilena. Este tipo de área protegida permite el uso
sustentable de los recursos naturales y promueve un modelo de gestión compartida entre

                                                                                                               
30
Castilla, 1994; Stotz, 1997; Castilla & Fernández, 1998; Castilla & Gelcich, 2008.
31
Gelcich et al., 2009.
32
Gelcich et al., 2008.

7  
 
los distintos usuarios y el Estado.33 Para el escenario institucional de conservación marina
en Chile, la creación de las AMCPMU significó la inserción de un modelo que colocaba
como prioridad la participación social en la gestión de las áreas, una cuestión inexistente
hasta ese momento en el debate conservacionista chileno. Se reconocía, por lo tanto, la
presencia de grupos humanos en territorios de alta biodiversidad y su buscaba integrarlos
en el proceso decisorio.
En el ámbito del ordenamiento costero, se destaca la implementación de la Política
Nacional del Uso del Borde Costero, que promovió la elaboración de zonificaciones
regionales y comunales. El objetivo de esta política pública es regular, planificar y
gestionar los diversos usos de las zonas costeras, por medio de la articulación de los
distintos tomadores de decisiones. La implementación del proceso de zonificación
permitió reconocer otros beneficios de las áreas protegidas, incorporándose nuevas
funciones y actores.34
En el ámbito internacional, en el año 2005, se publicó la “Evaluación del Desempeño
Ambiental de Chile”, informe elaborado por la CEPAL y la OCDE en el contexto de la
incorporación de Chile a ésta última organización multilateral. El documento identificó
importantes brechas institucionales y apuntó una serie de recomendaciones relacionadas
con la conservación de la biodiversidad. Diversos autores han reconocido que las
recomendaciones presentadas por la OCDE, así como las cláusulas de los diferentes
tratados de libre comercio firmados por Chile, tuvieron un rol fundamental en la
consecución de las reformas de la política ambiental chilena de la última década.35
Así, en 2005, se configuró un momento político apropiado para la formulación de una
Política Nacional de Áreas Protegidas, cuyo objetivo central fue el establecimiento de un
Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNASP).36 De esta manera, en los años sucesivos
se han desarrollado una serie de proyectos con la finalidad de establecer los mecanismos
de gestión y financiamiento del SNASP. En el año 2007 se construye el Plano de Acción
de la Política Nacional. En el 2008 se inicia el proyecto para la elaboración de un Sistema
                                                                                                               
33
PNUD-CONAMA, 2007.
34
Hasta el año 2013 habían sido decretadas las macro-zonificaciones de las regiones de Aysén (2004) y
Coquimbo (2005). En el año 2006 se finalizó la zonificación de la región del Bío Bío; pero sin contar aún
con un decreto oficial. El resto de las regiones de Chile muestran diferentes grados de avance. Disponible
en: http://bordecostero.ssffaa.cl/2010/02/zonificacion-del-borde-costero/ Accesada en: 31/03/2014.
35
Cordero, 2010; Praus et al., 2011.
36
CONAMA, 2005.

8  
 
Regional de Áreas Protegidas (SIRAP), contemplando áreas de protección estricta y uso
sustentable.37
Todas estas iniciativas culminaron en el año 2010 con la creación del Ministerio de
Medio Ambiente y, bajo su dependencia, el Servicio de la Biodiversidad y de Áreas
protegidas (SBAP) y el Sistema Nacional de Áreas Protegidas, los que hasta el año 2016
aún están siendo discutidos en el parlamento.38
Una de las principales falencias de estas medidas fue la exclusión del reconocimiento de
los pueblos indígenas en la zona costera y por ende, de sus usos ancestrales. Según el
Primer Censo Nacional de Pesca y Acuicultura, desarrollado en el 2008, un 16,7% de los
pescadores artesanales pertenecen a un pueblo indígena, los que realizan actividades de
recolección de orilla, pesca artesanal y/o buceo.
La legislación nacional de pesca es de aplicación general para toda la población, sin hacer
distinción respecto del origen étnico. Sin embargo, mediante la Ley n° 20.249 del 2008,
conocida como “Ley Lafkenche”, se creó la figura jurídica “Espacio Costero Marino de
los Pueblos Originarios (ECPMO)”, con el objeto de preservar el uso consuetudinario de
los territorios costeros indígenas, a fin de mantener las tradiciones y el uso de los recursos
naturales por parte de las comunidades. 39 Hasta septiembre de 2012 sólo se había
aprobado una solicitud de ECMPO, quedando en situación de trámite otras veinte y
cuatro. Varias solicitudes han sido modificadas o rechazadas, debido a las
sobreposiciones con áreas concesionadas para la acuicultura y áreas de manejo otorgadas
a sindicatos de pescadores artesanales. Además, la tramitación de una solicitud, que en
términos reglamentarios debiera demorar aproximadamente seis meses, requiere de la
elaboración de una serie de informes técnicos y de varios actos administrativos por parte
de diversas agencias públicas, lo que en la práctica ha demorado más tiempo.

                                                                                                               
37
Sierralta et al., 2011.
38
Bajo la dependencia del Ministerio de Medio Ambiente (MMA) fueron instituidos también los
Tribunales Ambientales, la Superintendencia Ambiental y el Servicio de Evaluación Ambiental, los que se
encuentran en etapa de implementación.
39
Ley 20.249. Conforme a esta ley, se destina un espacio marino delimitado, cuya administración es
entregada a comunidades indígenas o asociaciones de ellas, cuyos integrantes han ejercido de manera
habitual prácticas o conductas que reconocen como manifestaciones de su cultura. Se permiten distintos
usos – pesquero, medicinal, religioso, recreativo, entre otros-, y la administración de estos espacios debe
asegurar la conservación de los recursos naturales y propender al bienestar de las comunidades, conforme a
un plan de administración. Disponible en: www.conadi.gob.cl. Accesada en: 31/03/2014

9  
 
En este contexto, los pueblos indígenas han solicitado ser consultados por cualquier
proyecto de ley, de infraestructura, de inversión y conservación que los involucre,
conforme al Convenio 169 de la OIT, que fue aprobado por el parlamento y ratificado por
el Estado de Chile. La consulta es una herramienta fundamental para prevenir conflictos,
crear un clima de diálogo y concretar la participación de los pueblos y comunidades
indígenas que tradicionalmente han tenido acceso al borde costero.
Los últimos avances en materia institucional se relacionan con la implementación de las
Metas de Aichi de la CDB, cuya aplicación en Chile está asociada a la elaboración de una
Estrategia Nacional de Conservación Marina y de la Política Nacional de la
Biodiversidad.
Como queda en evidencia, y en concordancia con una reforma ambiental más amplia, la
conservación de la biodiversidad terrestre y marina en Chile pasa por un momento de
transformación. En la actualidad, la definición del modelo institucional de conservación
se ha tornado el foco central del debate, manifestando las tensiones que confluyen en esta
arena política: el cumplimiento de los acuerdos internacionales, la atribución de
responsabilidades entre diversos órganos del Estado, las formas de financiamiento, la
definición de las categorías de conservación y los modelos de gestión de la áreas
protegidas.
Estos elementos conforman la arena ambiental a nivel nacional y responden,
principalmente, al desarrollo inacabado de una política de conservación de la
biodiversidad que consiga regular efectivamente el conflicto entre el desarrollo
económico y la conservación de los recursos naturales.
Sin embargo, esta arena ha encontrado en el espacio local nuevas formas de
manifestación; asociadas a la acción política de diversos actores a nivel municipal.40 La
articulación de gestores públicos, pescadores artesanales, científicos y ONGs ha
permitido configurar nuevas espacios para la toma de decisiones que han relevado la
complejidad de las dimensiones humanas de la conservación y la importancia de la
construcción de modelos participativos en la gestión de las áreas marinas protegidas.41

                                                                                                               
40
Gelcich et al., 2011.
41
Araos & Ferreira, 2013.

10  
 
2. INICIATIVAS LOCALES: EL SURGIMIENTO DE LA CONSERVACIÓN MARINA A NIVEL

MUNICIPAL

A continuación se presentan cuatro estudios de casos sobre experiencias municipales de


conservación marina y gestión costera desarrolladas a lo largo de la costa chilena. Los
casos muestran la articulación de diversos actores sociales: gobierno municipal,
pescadores artesanales, académicos, ONGs de base local, con el objetivo de generar
instrumentos de protección y gestión del patrimonio natural costero de los municipios.

2.1. Un bosque en el mar: La creación del Santuario Marino de Navidad, Región de


O’Higgins

Un ejemplo del surgimiento de la conservación marina municipal se desarrolló en


Navidad, Región de O'Higgins. En Navidad, la Municipalidad, los sindicatos de
pescadores y académicos de la Pontificia Universidad Católica de Chile solicitaron una
área para la conservación marina de forma unida. La iniciativa cuenta con la colaboración
de este diverso conjunto de actores que operan a diferentes niveles, con el objetivo de
lograr una buena gobernanza de los ecosistemas. El proceso de selección de sitios y el
desarrollo de los estudios de línea base tomó aproximadamente cuatro años y fue un
proceso de colaboración entre estos actores. Esto implicó compartir actividades tales
como buceo para describir el sitio, clasificación de los organismos y desarrollo de
talleres. 42 La socialización de las decisiones finales a los diversos miembros de la
sociedad civil estuvo a cargo del municipio y los sindicatos de pescadores. 43 El sitio
seleccionado para Santuario Marino se asocia a un bosque de algas conocido localmente
como Calabacillo (Macrocystis spp.) de aproximadamente 15 hectáreas. Este tipo de
ecosistema proporciona importantes servicios ecosistémicos y se encuentra amenazado
debido a la creciente demanda de alimento para la acuicultura del abalón en Chile.
La colaboración universidad-municipio-pescadores trajo consigo nuevas ideas sobre la
manera de conservar la biodiversidad marina y articuló redes sociales que ayudaron a los

                                                                                                               
42
Gelcich et al., 2011.
43
Oyanedel et al., 2016.

11  
 
miembros de los sindicatos de pescadores a acceder a instituciones regionales y recursos
financieros.44 La colaboración entre estos actores permitió incrementar el capital social y
reformular las preocupaciones para generar soluciones innovadoras.45
Un factor importante en el desarrollo de esta iniciativa de conservación fue la presencia
de "organizaciones de enlace" entre los actores locales y organizaciones de otras niveles y
46
escalas. Los organismos de enlace proporcionan oportunidades mediante la
incorporación de recursos, conocimientos y otros incentivos para participar en las redes
de conservación del ambiente marino.47
Es importante destacar que el generar y apropiarse de nuevas arenas para la conservación
marina en el contexto de países que tienen una historia de conservación más bien
centralizada y fondos limitados tiene trabas y lleva tiempo.48 En Navidad el proceso de
postulación y declaración del área de conservación tomo más de siete años, período en el
que se observaron ciclos de ánimo y desánimo entre los miembros de la comunidad. El
poder navegar estos procesos locales y la interacción con otras escalas de gobernanza
resulta fundamental para que en países como Chile, los actores y las comunidades locales
puedan participar de forma efectiva en la toma de decisiones.49
El Santuario de la Naturaleza de Navidad fue aprobado en Febrero de 2013. Este fue sólo
el primer paso de un proceso que aún se encuentra en desarrollo. Sin duda que Navidad
será objeto de examen por otros municipios, académicos y organismos estatales, ya que
es la primera plataforma de aprendizaje en conservación marina municipal se ha generado
en Chile durante la última década.

                                                                                                               
44
Araos & Ferreira, 2013.
45
Oyanedel et al., 2016.
46
Idem, Ibidem.
47
Folke et al., 2005.
48
Gelcich et al., 2013.
49
Araos & Ferreira, 2013.

12  
 
2.2. Territórios costeros indígenas: La experiencia de las comunidades Mapuche
Huilliche de Purranque, Region de los Lagos

La comuna de Purranque está ubicada al sur de la Provincia de Osorno en la Región de


Los Lagos. A pesar de la proximidad a la capital regional, el sector costero se mantiene
como una zona muy aislada debido a la ausencia de servicios básicos y el difícil acceso.
En su borde costero, rodeado por bosques de olivillo, canelos y alerces, habitan
comunidades indígenas que son parte del “Territorio Mapu Lahual”. El estado de
conservación de estos bosques y la constante amenaza de la industria forestal, hacen que
este territorio sea de gran interés para la conservación a nivel nacional y mundial.
Este territorio posee un Plan Maestro de Desarrollo, denominado “Rewe Mapu Lahual”,
que fue elaborado el 2006 por lonkos de ocho comunidades indígenas asociados a la
“Asociación Indígena Mapu Lahual”: Melillanca Guanqui, Maicolpi Río Sur, Hueyelhue,
Loy Cumilef, Ñirehue, Caleta Cóndor, Manquemapu y Mahuidantu. El Plan Maestro está
orientado a dar sustento a las comunidades indígenas Mapuche Huilliche que viven en el
sector, relevando el valor cultural de sus prácticas y conocimientos, y el patrimonio
natural que este territorio alberga. El Plan Maestro contiene las líneas estratégicas del
territorio, una de las cuales esta claramente relacionada con el uso del borde costero y
ríos adyacentes. A partir de esta iniciativa, durante el año 2011, se avanzó en un plan de
ordenamiento territorial que define zonas relevantes para la conservación terrestre y el
uso sustentable de los bosques.
Gracias a este marco referencial, en el año 2012, el Municipio convocó a la formación de
la “Mesa del Borde Costero”, que inició el proceso de microzonificación. En esta mesa
fueron representadas todas las fuerzas vivas y usuarias de este espacio, públicas y
privadas. Al año siguiente, la propuesta de microzonificación fue enviada a la Comisión
Regional del Uso del Borde Costero donde se definieron los usos preferentes y la
vocación del territorio: turismo de intereses especiales, pesca artesanal y comunidades
indígenas.50
Esta plataforma de trabajo, desarrollada junto a los actores locales y organismos públicos,
sirvió como base para la negociación exitosa, por parte de las tres comunidades indígenas
                                                                                                               
50
Godoy & Molina, 2012.

13  
 
de la zona costera de Purranque, para la presentación de solicitudes de tres Espacios
Costeros Marinos de los Pueblos Originarios (ECMPO). Estos acuerdos se extendieron
hacia el resto de las comunidades indígenas costeras comprendidas en el “Territorio
Mapu Lahual”, ubicadas en la comunas aledañas de Río Negro y San Juan de la Costa,
logrando validar y fortalecer una mirada de desarrollo hacia el mar.
En la actualidad se encuentra aprobado el ECMPO de las comunidades indígenas de
Manquemapu y Mahuidantu, y se están desarrollando las gestiones para una tercera,
asociada a la comunidad Lakken Mapu. Sin duda, el apoyo y compromiso del Municipio
de Purranque por el desarrollo de sus comunidades indígenas costeras ha marcado un
precedente, el cual debe seguir fortaleciéndose de manera interna con los actores de su
territorio.

2.3. Proyectando el futuro del territorio: Ordenamiento costero en el sector de


Chepu, Chiloé

El sector de Chepu esta localizado a 25 kilometros al sur oeste de la ciudad de Ancud, en


la isla de Chiloé, Región de los Lagos. Posee bellos paisajes y hábitats de muchas
especies emblemáticas, como el Martin Pescador y el Huillín, y constituye una
importante zona de amortiguación por ser la puerta norte de entrada al Parque Nacional
Chiloé.
En marzo del 2010, el Sindicato de Pescadores Mar Adentro de Rio Chepu convocó a
varios actores de la zona para conformar un grupo de trabajo con el objetivo de compartir
las visiones sobre el lugar en que vivían y las expectativas futuras. A partir de esta
experiencia nació un grupo gestor; que inició el trabajo de ordenamiento territorial de la
zona a través de la “Declaración de Intenciones del Territorio y Maritorio de Chepu”.
Esta carta declaratoria fue presentada al Consejo Municipal, dando origen a los primeros
pasos en el ordenamiento y planificación de este sector costero de la comuna de Ancud.51
Con la validación de una propuesta participativa desde la comunidad, el Municipio de
Ancud convocó a una mesa de trabajo territorial denominada “Mesa de Chepu”, donde la
comunidad preparó y presentó la propuesta llamada “Construcción de un Modelo de
                                                                                                               
51
Godoy et al., 2010.

14  
 
Gestión de Desarrollo Sustentable en una Comunidad del Borde Costero de la Comuna de
Ancud, Chiloé”. Esta propuesta, además de proponer un modelo de gestión, avanzó en
otros instrumentos de ordenamiento territorial, presentando un conjunto de iniciativas
priorizadas por la comunidad.
La “Mesa de Chepu” sigue vigente y ha centrado su accionar en la planificación
estratégica y en la convocatoria de los diferentes organismos públicos y privados que
intervienen el territorio. Esta mesa ha permitido que las autoridades locales, provinciales
y regionales conozcan la propuesta comunitaria; permitiendo enfocar, paulatinamente, los
diversos proyectos y programas sectoriales hacia la cartera de iniciativas que la
comunidad había priorizado.
Experiencias como la de Navidad, Ancud y Purranque, han despertado el interés y el
apoyo de otros municipios de Chile, resultando en la creación de una alianza
intermunicipal dedicada a la conservación marina y la gestión del borde costero,
denominada “Alianza de Municipios Costeros por del Desarrollo Sostenible”
(AMCODES).

2.4. AMCODES: cuando los municipios toman la iniciativa

En enero del año 2011 se reunieron en el Municipio de Navidad alcaldes y equipos


municipales de ocho comunas costeras de Chile: Caldera, El Quisco, Santo Domingo,
Navidad, Pichilemu, Paredones, Purranque, Ancud, con el objetivo de crear la “Alianza
de Municípios Costeros por el Desarrollo Sostenible” (AMCODES). Esta iniciativa
surgió con el objetivo de integrar experiencias de conservación marina a nivel municipal
y construir una plataforma intermunicipal de gestión costera; como una forma de
capitalizar y dar continuidad a iniciativas anteriores en las cuales los municipios habían
participado, como el proyecto de creación de las Áreas Marino Costeras de Multiples
Usos.52
En su declaratoria constitutiva definieron su accionar orientándolo a: a) reivindicar, a
través de su experiencia empírica en el desarrollo de la conservación marina, el derecho a
ser reconocidos como administradores de la biodiversidad marina y, por lo tanto, el
                                                                                                               
52
Araos & Ferreira, 2013.

15  
 
derecho a participar en el diseño de políticas públicas y la ordenación del territorio; b)
desarrollar acciones a nivel social, económico y/o cultural que promuevan el uso racional
de los servicios ecosistémicos; c) considerar la protección de la biodiversidad en sus
territorios como la base ética y material para el desarrollo; d) comunicar y compartir
experiencias en conservación y manejo de la biodiversidad marina con otros municipios,
organizaciones no gubernamentales, sociedad civil, instituciones del Estado y empresas.53
La participación de las Municipalidades en la administración del borde costero nacional
se ha restringido, en general, a tres cuestiones centrales: a) tramitación de las solicitudes
de derechos de concesiones marítimas; b) administración del borde costero en los
sectores urbanos correspondientes a los balnearios; y c) en el proceso de zonificación
regional 54 , de responsabilidad del Gobierno Regional. 55 Dichos aspectos han sido
diseñados bajo una clara estructura de “arriba-abajo” (top down), sin proponer, por tanto,
una perspectiva real de ordenación del territorio y la participación de la sociedad civil
organizada. De esta manera, se advierte que los municipios se encuentran apartados del
proceso general de planificación de usos del borde costero.56
En este sentido, AMCODES agrega a la gestión municipal de sus asociados una visión
integradora; que considera procesos de involucramiento de los actores locales, de
participación responsable de la sociedad organizada y de descentralización en la toma de
decisiones.57 Este enfoque coincide con lo señalado por Salzwedel y colaboradores
(2003), en cuanto a que el Municipio es la forma organizativa del Estado más cercana al
desarrollo del territorio costero, a sus repercusiones positivas como a las negativas, el
cual debe convivir, lo quiera o no, con los conflictos relacionados al uso del territorio y
los recursos naturales. Para enfrentar la gestión de la zonificación del borde costero,
AMCODES destaca el papel de la Municipalidad en la conducción del desarrollo
comunal y del borde costero que forma parte de su territorio.
                                                                                                               
53
Gelcich et al., 2011.
54
La zonificación es un instrumento abocado a la gestión del territorio costero y cuyos resultados son la
asignación participativa de usos preferentes en el borde costero. En cuanto tal, es una herramienta
complementaria a la planificación y gestión territorial, ya que se integra con la Estrategia Regional de
Desarrollo –de la cual se desprende-, de los instrumentos de planificación territorial (Plan Regulador
Intercomunal, Plan Regulador Comunal, etc.), así como de la planificación sectorial vinculada a dicho
espacio (SUBDERE, 2011).
55
SUBMARINA, 2009.
56
Castro et al., 2009.
57
Sáez & Salas, 2012.

16  
 
En general, los municipios de AMCODES participan de los procesos de zonificación en
sus respectivas regiones y asisten como miembros de las respectivas Comisiones
Regionales de Uso del Borde Costero. Todos lo hacen en la Macrozonificación y tres se
encuentran desarrollando la Microzonificación. Ninguna de ellas ha sido aprobada. En
cuanto a ello, es útil observar lo que se informa oficialmente desde la Comisión Nacional
de Usos del Borde Costero,58 respecto del avance en las regiones donde se localizan lo
socios de AMCODES, los cuales han mantenido el mismo número desde el año 2011.59
Es pertinente indicar que el Terremoto y Maremoto del 27/F-2010, alteró la planificación
del proceso de zonificación, lo que ha afectado su tramitación.
Es relevante destacar la presencia de Oficinas de Borde Costero en las municipalidades
de Caldera y Navidad, dedicadas a atender los requerimientos de la totalidad de aspectos
relacionados a la zona costera y sus múltiples usuarios. Diferente a lo que ocurre en los
municipios de Pichilemu y Ancud, que han enfocado su gestión costera hacia la pesca
artesanal, provocando un tratamiento parcial y sectorizado del borde costero. Los demás
municipios no tienen una oficina específica que atienda esta demanda, dejando la gestión
costera bajo la responsabilidad de diferentes reparticiones: Obras, Fomento Productivo o
Desarrollo Comunitario.
De esta manera, se reconoce que el proceso de zonificación del borde costero en Chile
constituye la gran herramienta de ordenamiento territorial para este ambiente en
particular. Mas, se advierte a su vez, que las posibilidades de planificación territorial y
de conservación marina no contemplan mecanismos vinculantes para los acuerdos
construidos entre los múltiples actores del territorio, fragilizando los acuerdos tomados y,
consecuentemente, colocando en riesgo su gobernabilidad.
Según nos indica Haefner (2011), los municipios se enfrentan hoy a escenarios sociales,
culturales, económicos y políticos altamente cambiantes: las políticas públicas cada vez
mas inclusivas exigen una fuerte dosis de gestión local; se manifiestan presiones por
parte de actores privados en busca de mecanismos de articulación y asociatividad para
acceder al uso del bienes y servicios del territorio; hay una falta de coherencia y
consistencia entre los diversos instrumentos de planificación local – territorial; y se ha
                                                                                                               
58
Disponible en: http://www.ssffaa.cl/estado-de-avance-programa-zonificacion-del-borde-costero/.
Acessada en: 31/03/2014
59
Sáez & Salas, 2012.

17  
 
constituido una ciudadanía cada vez más exigente y demandante de servicios y
prestaciones de calidad y de participación sustantiva. Por lo tanto, el sistema municipal se
presenta complejo, heterogéneo y con problemas estructurales de financiamiento, gestión,
rendición de cuentas, planificación territorial y déficit de capital humano.
En este sentido, los miembros de AMCODES han definido algunos ejes para la
generación de capacidades que les permitan fortalecer a sus equipos técnicos y mejorar su
gestión: 1) Patrimonio e Identidad Natural y Cultural de los territorios costeros; 2)
Gobernanza y Gestión Costera; 3) Participación Ciudadana y Gobierno Local; 4) Gestión
de Riesgos y Cambio Climático. En función de lo señalado, se espera que AMCODES
desarrolle esta líneas de trabajo en los próximos años.

3. CONVERGENCIAS Y DESAFÍOS PARA LA CONSERVACIÓN MARINA Y COSTERA EN

CHILE

Tomando como base el contexto de transformación de la conservación marina en Chile e


identificando las convergencias entre las polítcas públicas y las iniciativas locales, en esta
sección pretendemos responder a las siguientes preguntas: 1) ¿qué elementos innovadores
surgen del análisis de las iniciativas locales destacadas en este capítulo?; 2) ¿cuáles son
los principales desafíos para un desarrollo integrado de la conservación marina y costera
en Chile?
Como ha sido demostrado, las experiencias innovadoras de conservación y gobernanza
marino-costera se basan en propuestas realizadas desde y/o con las comunidades locales y
sus actores relevantes, articuladas principalmente por los gobiernos municipales. Los
municipios han actuado como congregadores de visiones e intereses sobre el territorio y
los recursos costeros, bajo una visión de desarrollo local y sustentable. En este contexto,
la participación de algunos actores ha sido clave para “enlazar” a otros actores e arenas,
así como para “amplificar” el espacio de actuación del municipio. Esto ha permitido
movilizar nuevos recursos -políticos, económicos y culturales- e incrementar el capital
social de los actores participantes en las diversas iniciativas.
El surgimiento de la conservación marina como una preocupación pública en las comunas
se ha dado a partir del reconocimiento de los problemas ambientales locales: escacez de

18  
 
recursos pesqueros, contaminación de áreas valorizadas cultural y/o económicamente,
expansión de actividades poluentes, cuyas soluciones han sido debatidas e decididas
colectivamente. Se han creado, por lo tanto, arenas participativas para la toma de
decisiones a nivel local, en espacios públicos que carecían de ellas, lo que ha permitido
resolver conflictos de uso de los recursos naturales costeros y promover relaciones de
cooperación entre sus usuarios.
En este sentido, se ha reconocido y otorgado valor al conocimiento local y se han
buscado mecanismos (por ejemplo para la elaboración de la línea de base del Santuario
Marino de Navidad) de diálogo con el conocimiento científico. Un punto importante para
propiciar la apropiación social de la conservación de la biodiversidad entre los diversos
usuários de los recursos naturales.
La participación activa de científicos junto a organizaciones de pescadores artesanales,
organizaciones indígenas y ONGs muestra la importancia de establecer relaciones de
cooperación entre los centros de investigación y la sociedad, relevando el carácter
público de investigación científica.
La diversidad de iniciativas destacadas muestra que las soluciones no son únicas ni
homogéneas y subraya la importancia de contextualizar social, cultural y
económicamente las diversas iniciativas. En este sentido, se torna central promover la
pertinencia territorial de las iniciativas; ampliando los esfuerzos para visibilizar y
valorizar los usos locales de los recursos naturales, así como comprender y legitimar
políticamente los sistemas tradicionales de manejo.
La construcción de alianzas intermunicipales aparece como una alternativa institucional
factible para la implementación de modelos de gestión costera integrada y de desarrollo
territorial; que permita establecer instrumentos de manejo de los recursos naturales
basados en una perspectiva ecosistémica que diluya las fronteras administrativas y
reconozca las múltiples dimensiones del medio ambiente.
Ahora bien, el desarrollo histórico de la conservación marina en Chile revela que las
políticas de conservación han tendido a ser conducidas de manera centralizada, una forma
de abordar el problema que ha considerado aspectos biofísicos por sobre los impactos
socioeconómicos y la capacidad para el cuidado y vigilancia de las áreas protegidas.60 La
                                                                                                               
60
Gelcich et al., 2013.

19  
 
visión histórica y experiencias presentadas en este capítulo, sugieren que es importante
que las políticas de conservación marina puedan integrar aproximaciones
complementarias; integrando iniciativas centralizadas con experiencias locales surgidas
desde las bases -top down y bottom up-, para asegurar la efectividad socioeconómica de
las áreas protegidas y la diversidad institucional.
La conservación marina no es un proceso estático y no debe ser considerada como tal en
las políticas públicas. Un país que pretende ser pionero en conservación marina y
consolidar las metas de Aichi debe integrar un sistema gobernado centralmente que
brinda apoyo y respaldo, con un sistema de múltiples actores que incluya a las
comunidades locales, el sector privado y las ONGs. También, debe considerar una
conservación pagada por contribuyentes a una pagada por múltiples fuentes, para
asegurar su auto-sostenibilidad.
Postulamos que: para establecer un marco general a nivel nacional para la conservación,
como podría ser un Servicio Nacional de Biodiversidad y Áreas Protegidas y un Sistema
Nacional de Áreas Protegidas; que sea inclusivo socialmente, representativo de la
diversidad territorial, políticamente participativo y efectivo en la conservación de la
biodiversidad, es importante reconocer e incorporar los elementos innovadores de los
últimos años; como son las áreas de conservación municipales, los procesos
participativos de microzonificación, los espacios marino-costeros para pueblos
originários y las áreas de manejo gestionadas por pescadores. Esto también incluye
considerar el desarrollo de mecanismos de financiamiento adecuados para cada contexto
territorial y nivel administrativo.
En este sentido, cuando son implementadas y discutidas políticas públicas que afectan
directamente a los territorios litorales, tales como la Política Nacional de Uso del Borde
Costero y la Política Nacional de la Biodiversidad, la construcción de plataformas
políticas municipales e intermunicipales responde a las demanda de los actores locales
por la descentralización de las decisiones políticas y la participación en el proceso de
formulación e implementación de esas nuevas regulaciones. Afirmación que abre la
puerta para un debate más amplio, asociado al proceso democrático experimentado en los
últimos 25 años en Chile y a los objetivos sociales de la conservación de la biodiversidad.

20  
 
Se ha dado un nuevo paso para que los Gobiernos Regionales tengan un mayor
compromiso con los habitantes de las regiones en Chile, al determinar por ley que los
Consejeros Regionales sean electos por el voto popular.61 Hoy los consejeros responden
a la sociedad que lo ha elegido y no a grupos de interés que los nominaban con poca
trasparencia. Es de esperar que en los próximos años la descentralización ampliamente
resaltada por los políticos y los gobernantes se transforme en un hecho real. Donde sea
posible aportar y realizar la gestión de la biodiversidad marina y costera desde los
gobiernos locales y regionales bajo un lineamiento nacional. Lo cual da la coherencia a
las medidas de conservación y uso sostenible de los recursos naturales.

CONCLUSIONES

Las experiencias destacadas en este capítulo muestran la manera en que los actores
sociales lograron articular y construir arenas participativas para la toma de decisiones,
con el objetivo de generar mecanismos para asegurar la conservación marina y la gestión
costera. Las iniciativas analizadas emergen como innovaciones para la conservación
marina en Chile, que colocan en el centro del sistema de gobernanza a las organizaciones
locales y el municipio.
Esta nueva área de actuación de los gobiernos municipales implica el desafío de
fortalecer permanentemente sus equipos técnicos, para lo cual se requiere la construcción
de mecanismos de financiamiento específicos y la construcción de plataformas de
aprendizaje descentralizadas. Sin duda, la experiencia de AMCODES emerge como una
buena práctica a ser profundizada y emulada por otros municipios y organizaciones
sociales. Por lo tanto, se hace imprescindible la formación y/o el fortalecimiento de redes
nacionales e internacionales como plataformas de intercambio de experiencias,

                                                                                                               
61
“En cada una de las regiones de Chile existe un Gobierno Regional, constituido por el intendente y
consejo regional. El consejo regional tiene por finalidad hacer efectiva la participación de la comunidad
regional y tiene facultades normativas, resolutivas y fiscalizadoras. Puede aprobar, modificar o sustituir los
proyectos y proposiciones del intendente respecto a los siguientes asuntos: a) planes y estrategias
regionales de desarrollo y sus modificaciones; b) presupuesto del gobierno regional; c) distribución de los
recursos del Fondo Nacional de Desarrollo Regional que corresponde a la región”. Fuente: Biblioteca del
Congreso Nacional de Chile. Disponible en: http://www.bcn.cl/leyfacil/recurso/eleccion-popular-de-
consejeros-regionales. Accesada en: 31/03/2010

21  
 
investigación, proyectos de desarrollo y puestas en valor de la conservación marina y
costera.
En los últimos años se han multiplicado iniciativas ciudadanas para rebatir y contrarrestar
intereses de diversos grupos económicos sobre los recursos y espacios comunes,
revitalizando la movilización social en torno de problemas ambientales y promoviendo la
construcción de mecanismos de resolución y regulación de conflictos socioambientales.
Las experiencias descritas en este capítulo sintetizan, en parte, las estrategias de acción
de los actores sociales y señalan algunos caminos institucionales para la regulación de
esos conflictos.
Las experiencias locales también muestran cómo un paradigma moderno de conservación
marina no sólo debe beneficiar a los visitantes y turistas, sino también a las comunidades
locales que asumen el costo de oportunidad de la conservación. Ya que si no se logra que
los beneficios de la conservación sea apropiados por las comunidades, estaremos frente a
una conservación de la biodiversidad excluyente e insustentable.
Para desarrollar conservación marino-costera que aborde estas necesidades será necesario
un programa de investigación y acción planificado, que incluya equipos con una
orientación interdisciplinar y énfasis en el desarrollo local sustentable y el uso de
enfoques participativos. Es importante gatillar un proceso constante de aprendizaje social
e institucional que mejore la eficacia de la conservación y gestión de las zonas costeras, y
promueva la construcción de mecanismos de adaptación a las nuevas condiciones
sociales y ambientales que enfrenta el país.

AGRADECIMIENTOS

Se agradece al Programa de Formación de Capital Humano Avanzado, Becas Chile.


CONICYT.
Se agradece a CONICYT/FONDECYT/PROYECTO N0 3150341.

Se agradece a los proyectos FONDECYT 1120103 e Iniciativa Milenio P10-033F.


Alianza de Municipios Costeros por el Desarrollo Sustentable.
Municipalidad de Navidad.
Municipalidad de Purranque.

22  
 
Municipalidad de Ancud.
A los revisores y editores del texto.

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