Las características que posee el plástico, como su fácil moldeamiento, versatilidad
y resistencia química, han hecho que sea producido de forma masiva para utilizarlo de materia prima para una serie de productos, lo que, acompañado a su consumo elevado, conlleve a un incremento desmesurado en millones de toneladas desde hace décadas. Esto ha generado una gran cantidad de residuos sólidos, que ha contaminado tanto el medio ambiente como el marino. Se han hecho estimaciones que hasta el 30% de los residuos sólidos generados por el humano son plásticos, y a causa de estos mencionados no son degradables, se quedan acumulados en los suelos, ríos, océanos, así afectando al ecosistema y a los animales y plantas que lo conforman. Además, el petróleo como materia prima para la producción de plástico es un recurso no renovable, que produce muchos gases de efecto invernadero como el metano y CO2. Una de las soluciones que se han estudiado son los bioplásticos, especialmente los del tipo de los polihidroxialcanoatos (PHA) que son biodegradables bajo condiciones tanto aerobias como anaerobias, que podrían reemplazar el uso de plásticos derivados del petróleo, ya que poseen características similares como su densidad y resistencia de tracción, y, además, presentan un menor punto de fusión, una mayor elasticidad y su biodegradabilidad, por lo que han resultado ser mucho más interesantes. El primer PHA fue detectado en la especie Bacillus megaterium en 1925, y posteriormente se encontraron estos cuerpos de inclusión en una gran variedad de especies bacterianas. Los PHA son sintetizados por una serie de microorganismos que lo utilizan como una reserva de carbono y energía, y puede constituir hasta el 90% del peso seco de la célula. Además, al ser extraídos de estos, presentan características similares a los de los plásticos utilizados actualmente. Estos microorganismos producen estos materiales cuando el medio de cultivo se encuentra desbalanceado con limitación de nitrógeno, fosforo, azufre, magnesio u oxígeno y con exceso de fuente de carbono. Estos son utilizados como fuente de carbono y energía para el enquistamiento y la esporulación, para la degradación de compuestos tóxicos, y como fuente de poder reductor. Los más producidos industrialmente son el polihidroxibutirato y el polihidroxibutirato-co-hidroxivaleriano. La desventaja de estos bioplásticos son su coste elevado, ya que los petroplásticos son mucho más baratos. Esto debido a los costosos procesos de fermentación, recuperación y purificación del producto, además del uso de sustratos que no son económicos. El coste de producción de un solo kilogramo de bioplástico es de 2 a 6 dólares, mientras que el de los petroplásticos es de 1.45 dólares aproximadamente. Se han estudiado alrededor de 300 especies de microorganismos que producen PHA, entre los que, destacan las bacterias halófilas, que poseen un rendimiento del 70%. Los factores que afectan el rendimiento en cuanto a la producción de PHA por un microorganismo, son su estabilidad, velocidad de crecimiento, velocidad de acumulación, contenido y peso molecular del polímero, entre otros. Por lo que se está investigando sobre cepas microbianas que produzcan una mayor cantidad de PHA, que utilice sustratos baratos como medio de crecimiento, para así, disminuir los costos de producción de estos polímeros. Algunos de los medios que se busca utilizar son el glicerol y residuos agrícolas, como las cascaras de la papa, entre otros. Actualmente, existen varios procesos desarrollados para la producción de PHA por fermentación a partir de sustratos económicos, como la melaza de caña, y de varios sustratos de origen vegetal. Se ha encontrado que Azotobacter sp. FA8 es productora de PHB, y que puede ser aislada de muestras de suelo, y, además, es capaz de utilizar la sacarosa o la melaza de la caña como medio de cultivo para la producción de este polímero. Los PHA poseen pesos moleculares altos, características termoplásticas y elastoméricas y otras propiedades que fueron mencionadas anteriormente, los hacen candidatos perfectos para varias aplicaciones en diversas industrias, como empaques, medicina, farmacia, agricultura y alimentos, así como materia primar para la síntesis y producción de diferentes productos. También se pueden utilizar para la fabricación de botellas desechables para champú, contenedores para productos alimenticios, bolsas y otros productos desechables como pañales, servilletas, rastrillos, vasos y cubiertos. Otro uso que se le puede dar a estos polímeros es para la agricultura, ya que se pueden fabricar macetas biodegradables, tubos de irrigación y matrices para la liberación controlada de factores de crecimiento, pesticidas y fertilizantes. Tiene aplicaciones biomédicas basándose en su propiedad de ser biocompatibles con el tejido humano y ser reabsorbidos a una baja velocidad, además de poder ser utilizados para la fabricación de jeringuillas desechables y lubricantes para guantes de cirugía. El futuro de los bioplásticos en la industria va tomando un buen camino, sólo se necesita de disminuir los costos de producción y así, producirlo de forma masiva con un menor coste, y reemplazar al plástico, que tanto daño ocasiona al medio ambiente y todos los seres vivos que residen en él.