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Condiciones históricas, sociales y culturales que propician la creación narrativa mexicana

del siglo XX

En México, el siglo XX inicia con el fin del porfiriato, cuyo ámbito cultural y social estaba
guiado por el positivismo. En este periodo se agota el nacionalismo cultural que le precedió
para dar paso a la civilización moderna. Orden y progreso fueron los ejes para lograr la paz
porfiriana, la cultura y educación estarían dirigidas por intelectuales cuya era inclinación
filosófica era positivista, como Justo Sierra.
Sin embargo, el gobierno de Díaz la injusticia se marcaba cada vez más, la cultura, el
capital y el poder se concentran en reducidos grupos. Ante el caciquismo y el latifundismo
surge una oposición formada por trabajadores en los que aparecen doctrinas anarquistas y
socialistas que no dejan pasar de largo la injusticia. La revolución social se inicia gracias a
la crítica al sistema de los hermanos Flores Magón.
Poco antes de la renuncia de Díaz, en 1909 se crea el Ateneo de la Juventud, cuyos
integrantes tenían un espíritu humanista, una posición de rebeldía contra la cultura porfiriana
y apostaban por una revolución moral. Sin embargo, su ideal de rescatar los verdaderos
valores no tenía cabida dentro del caos que significaba la Revolución.
Después del triunfo de Madero, las luchas por la concentración del poder van
conformando la nación. En 1915, después de la renuncia de Huerta, Villa y Zapata entran en
la capital, lo que representa el punto más alto de la revolución popular. No pasa mucho tiempo
antes de que el carrancismo se consolide militar y políticamente.
Después del estado de desamparo en el que se encontraban los intelectuales, se ven
dirigidos por José Vasconcelos para dar un fondo ideológico a la Revolución. Vasconcelos
elabora un plan de salvación de México por medio de la cultura cuyo principal objetivo era
educar. Además se establece contacto con el resto de la cultura latinoamericana.
Surgen a la par dos manifestaciones en extremos opuestos, la Escuela Mexicana de
Pintura y la novela de la Revolución. El muralismo reconoce los triunfos de la Revolución y
busca la identificación de la sociedad, sin embargo lo importante de las obras pictóricas no
son ellas en sí mismas, sino la forma en que el Estado use sus significaciones. Por otro lado,
en 1924, Puig Casauranc, como secretario de Educación Pública, permite la publicación de
obras que se alejen de lo idílico y expongan la gravedad de los hechos. Además, entre 1920
y 1932 actúan los Contemporáneos, quienes representan un proyecto de cultura al margen o
en contradicción con la realidad mexicana.
La narrativa mexicana se centrará en el proceso social y político del país: el fin del
período porfirista y las nuevas instituciones, la cuestión indígena, la guerra cristera, la
reforma agraria y la expropiación petrolera. En este periodo predomina un ánimo pesimista
y de desencanto, se cimienta la desconfianza en la revolución y se desmitifican sus hazañas.
La novela de la Revolución se vuelve el vehículo de denuncias políticas.
Durante el Callismo se implantó un nacionalismo que buscaba sacar a flote al país
económicamente al crear un mercado interno. Como oposición aparece el realismo socialista
que tenía en cuenta el papel social del arte. Cárdenas vuelve al nacionalismo revolucionario,
a partir del cual crece la demagogia. Surge la revista Taller Poético, sus integrantes, como
Octavio Paz y Efraín Huerta, anhelan modificar al hombre y a la sociedad. Se concibe la
poesía como revolución y renovación. Sin embargo, la cultura se oficializa, las academias y
críticos dictan los temas y cómo deben ser tratados. Se escribe novela de costumbres y el
principal tema de la narrativa es la sociedad mexicana.
Surge la Generación del 50, que busca desprenderse del nacionalismo cultural, el cual
había perdido su efecto y sólo funcionaba para la promoción oficialista. La narrativa de
Rulfo, por ejemplo, escapa del realismo que se había vuelto ya una imposición; Rulfo habla
de la revolución pero le da un cambio a sus espacios, ambientes y personajes.
A mediados de siglo se debilita el nacionalismo cultural gracias a la
desnacionalización económica y social. Durante el gobierno de Miguel Alemán se comienza
a consolidar el capitalismo, se da paso a la inversión extranjera que se adueña de la economía.
Existe un auge de las clases medias, quienes buscan la internacionalización y
norteamericanización. La cultura se transmite a través de los medios masivos de
comunicación y se vuelve un signo de modernidad.

Fuente: Monsiváis, Carlos. “Notas obre la cultura mexicana en el siglo XX”, En Historia
general de México, coord. Daniel Cosío Villegas, México: El Colegio de México, 1994.

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