Rostro femenino, resignificación de un Proceso Acompañamiento
Formativo
“Tengo una sola ilusión encantadora vivir
plenamente, nuevos encuentros y nuevas relaciones”
Si, hacemos memoria de nuestro transitar por los caminos de la “educación
en el Perú y Bolivia”, entrelazadas y entrelazados con la experiencia fundante de nuestra, querida M. Angélica Recharte, esta experiencia la vivimos, de manera especial, aproximadamente, ya 128 años, una presencia de Acompañamiento Formativo que sigue dejando huellas inenarrables en la vida de las mujeres y de los hombres que pasan por nuestras vidas tejiendo, con ellas y ellos, ternura desde la equidad y el cuidado.
El viento de la “Ruah Divina”, “sopla de manera fresca” este itinerario de
“nuevos encuentros y nuevas relaciones”; relaciones que van haciendo germinar reciprocidades compartidas a “prueba de fuego”, relaciones que van haciendo brotar encuentros de interdependencia y mutualidades insondables, relaciones que van haciendo retoñar como brotes nuevos, encuentros de comunión.
Acompañar procesos formativos, sólo desde una “única orilla del
conocimiento, tiene sus límites. Sin embargo, AQUÍ-AHORA, en la densidad del presente, nos toca transitar de nuestras orillas infranqueables, a orillas de lo desconocido, que están allí esperándonos para develarnos la diversidad de presencias, percepciones, intuiciones, sentires y miradas que nos permiten darnos cuenta, que en este tiempo nuevo para la humanidad, vivimos en una pluralidad de maneras de “conocer” y redescubrir la sabiduría, de reconfigurar nuestras vidas con la del Maestro Nazareno; en medio de esa pluralidad está la gran riqueza femenina, orilla que a lo largo de la historia ha sido invisibilizada en la sociedad y en Iglesia, especialmente en el ámbito “educativo”. Creo que la mediación interpretativa femenina en este proceso nos permite “salir a la vera del camino” para estar en conexión profunda con la totalidad de nuestra humanidad, la dimensión masculina y la dimensión femenina que nos habita. Sólo, así, somos seres humanos en plenitud; sólo así, la tenue luz del proceso formativo que busca reconectarnos con la TOTALIDAD DE NUESTRA EXISTENCIA, irá despertando, en cada uno y cada una de nosotras, nuevas relaciones de EQUIDA Y CUIDADO, como siempre fue el sueño de Angélica Recharte. Con estos deseos que empapan nuestro tejido de “cuerpo misionero congregacional, doy por inaugurado el VII CONGRESO DE LA RED DE INSTITUCIONES EDUCATIVAS RECHARTINAS-PIURA 2019.