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1 TESALONICENSES 2:1-16

Iniciemos contextualizando un poco la carta.

Pablo es el autor de la carta a la iglesia en Tesalónica. Probablemente fue escrita alrededor del 49
o 51 Antes de Cristo desde Corinto, fundada durante su segundo viaje misionero (Ver Hechos 18: 1-
18). Al enterarse del progreso de esta iglesia decidió escribirles para elogiar su crecimiento en el
Señor e instarlos a corregir algunos malentendidos. Pablo estaba satisfecho con la vitalidad de la
iglesia, la cual está formada por convertidos de diferentes orígenes. Pero él pensaba que era
necesario corregir ciertos errores en sus pensamientos, particularmente con respecto a la segunda
venida de Cristo, este se convertiría en el tema principal de la carta: La segunda venida de Jesús.

Cuando Él regrese los muertos que creyeron se levantarán y junto a los creyentes que aún viven, se
encontrarán con Jesús (1 Tesalonicenses 4:15-17). Los no creyentes experimentarán la ira de Dios,
mientras los creyentes la salvación (1 Ts 1:10, 5: 2-4 y 5: 9-10). Adicionalmente la importancia de la
preparación para este día siendo llamados a ser “irreprensibles en santidad” (1 Ts 3:13) sabiendo
que es Dios quien produce esto en nosotros (1 Ts 5:4).

Encontramos que es una carta con un rico contenido escatológico (doctrina de los últimos tiempos),
que no busca alimentar nuestra curiosidad por lo que pasará, si no mas bien hacernos refugiarnos
en la promesa de que Jesús regresará y cualquier sufrimiento actual no se compara con la gracia
venidera.

Cómo todas las cartas de Pablo, inicia presentándose, en este caso también presenta a Timoteo y a
Silvano. Esto con el propósito de mostrar que tanto Timoteo como Silvano son auténticos ministros
del evangelio y por lo tanto sus palabras han de ser tenidas en cuenta por parte de la iglesia. Continua
a dar gracias y a animar a la iglesia haciéndoles recordar la gracia del evangelio y el privilegio de
sufrir por este.

Entramos ahora en los versículos que nos interesa detallar. 1 Ts 2:1-16.

1 tesalonicenses 2 Nueva Versión Internacional (NVI)

Ministerio de Pablo en Tesalónica

2 hermanos, bien saben que nuestra visita a ustedes no fue un fracaso. 2 y saben también
que, a pesar de las aflicciones e insultos que antes sufrimos en Filipos, cobramos confianza
en nuestro Dios y nos atrevimos a comunicarles el evangelio en medio de una gran lucha.

Pablo inicia defendiéndose, algo necesario ya que, al parecer aquellos que buscaban alejar a la
gente del cristianismo sabían que, si el ministro es desacreditado, el mensaje moriría naturalmente
por la desconfianza generada. Por el prestigio del evangelio, era necesario responder a estas
acusaciones, el amor por éste requería autodefensa. Es por ello que Pablo les recuerda lo que ellos
vieron y fueron testigos, la visita que tuvo, aunque efímera, implicó sacrificios para ellos (aflicciones
e insultos que sufrieron en Filipos). Pero señala que, por el contrario, estos sufrimientos hicieron que
su confianza en Dios creciera y con mayor ímpetu compartieran el evangelio ahora en Tesalónica.
Posteriormente Pablo procede a explicar su defensa a partir de lo que ellos “saben bien” en los
versículos 2:17 y 3:10.

Algo que se debe rescatar acá es que, la defensa que presenta Pablo es veraz, tiene testigos que
pueden confirmar lo que el está diciendo y las aflicciones que sufrieron por el evangelio y creer en
Jesús son motivo de aliento para cobrar fuerzas en Dios, sabiendo que su poder se perfecciona en
la debilidad.

Nosotros como creyentes estamos llamados a predicar el evangelio y el sacrificio de Jesús en la cruz
con más fuerza a medida que hay más oposición, por que sabemos que cobramos animo en El
Señor, nuestra esperanza no está puesta en las circunstancias, si no en aquel que es fiel y justo,
que no cambia de parecer y ha prometido cumplir sus promesas por amor a su nombre.

Es importante el hecho de que se presentará oposición, habrá burlas y vendrán personas dispuestas
a atacar el evangelio y a nosotros mismos, no estamos exentos de sufrir por causa del evangelio,
por el contrario, es normal ya que Jesús mismo lo dijo en Juan 15:18-27 y Juan 16:1-4. “Ningún
siervo es más que su amo”.[a] Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán.
Si han obedecido mis enseñanzas, también obedecerán las de ustedes. 21 Los tratarán así
por causa de mi nombre, porque no conocen al que me envió.” Así que pueden tomarlo como
algo certero, habrá dificultades y existirán momentos de angustia, pero es donde cobramos animo
en el Señor y podemos crecer en fe y amor.

3 Nuestra exhortación no se origina en el error ni en malas intenciones, ni procura engañar a


nadie. 4 Al contrario, hablamos como hombres a quienes Dios aprobó y les confió el
evangelio: no tratamos de agradar a la gente, sino a Dios, que examina nuestro corazón.

En los versículos anteriores Pablo defiende su posición como ministro, y lo defiende a partir del
hecho de que su visita no fue un fracaso, ya que el llegó como alguien dispuesto a dar y no a tomar
algo de ellos, por lo que procede a explicar sus intenciones.

En una época donde era común encontrar filósofos y charlatanes que querían lucrarse, Pablo deja
en claro que lo que hacen, su predicación y el mensaje que llevan no tiene otro propósito que agradar
a Dios. Señala que tienen plena autoridad ya que el mensaje que les ha sido confiado bien de Dios
mismo (tienen su aprobación) y adicionalmente su intención es examinada por alguien que puede
sondear con total seguridad lo que hay dentro de sus corazones, Dios mismo.

Como cristianos nuestro interés por predicar el evangelio debe ser puro y por amor, es tal la alegría
del mensaje de salvación que debe existir un deseo profundo de contárselo a todos. Es un privilegio
saber que contamos con total autoridad para hablar la verdad, sabiendo que tenemos el respaldo de
Dios mismo al expresar aquello que es veraz y que ofrece tal esperanza. Pero también debemos
tener en cuenta que la intención de nuestro corazón es “transparente” ante los ojos de Dios, por lo
tanto, es un llamado al creyente a examinar su conducta y saber que Dios examina nuestros
corazones. Esto no es para preocuparse, por el contrario, sabemos del poder revitalizador del
evangelio y su capacidad de transformar nuestras vidas, nuestra mente e incluso las intenciones de
nuestro corazón.

Por otra parte, algunas veces nos podemos sentir tentados a “ablandar” o “endurecer” el mensaje
del evangelio para convencer a las personas, pero en esto hemos sido llamados a ser buenos
administradores, nuestro interés debe ser predicar el evangelio como es, sin añadirle o quitarle nada.
Debemos recordar que el evangelio es “poder de Dios para la salvación” y es Dios quien produce el
crecimiento. Nuestro llamado es a esparcir la semilla, convencer de juicio de justicia y de pecado es
obra del espíritu santo.

5 Como saben, nunca hemos recurrido a las adulaciones ni a las excusas para obtener dinero;
Dios es testigo. 6 Tampoco hemos buscado honores de nadie; ni de ustedes ni de otros.

Al parecer aquellos que acusaban a Pablo y su ministerio buscaban hacer creer que las intenciones
de él al predicar eran obtener ganancias económicas y el favor de las personas, después de todo
era lo que normalmente se veía en el culto pagano en las ciudades Romanas, donde existía un
comercio en torno a lo religioso.

Retomando parte de lo que vimos en el versículo pasado, el interés de Pablo es presentar el


evangelio tal como es, con palabras sinceras y transparentes, exento de motivos hipócritas.

Acá acude a Dios mismo como testigo, algo que cobra más peso sabiendo que habla del Dios vivo,
con poder para juzgar toda obra y todo acto, usa este recurso para refutar toda acusación que puedan
hacer, ya que coloca como testigo a aquel que es completamente veraz.

7 Aunque como apóstoles de Cristo hubiéramos podido ser exigentes con ustedes, los
tratamos con delicadeza.[a] Como una madre[b] que amamanta y cuida a sus hijos, 8 así
nosotros, por el cariño que les tenemos, nos deleitamos en compartir con ustedes no solo el
evangelio de Dios, sino también nuestra vida. ¡Tanto llegamos a quererlos! 9 Recordarán,
hermanos, nuestros esfuerzos y fatigas para proclamarles el evangelio de Dios, y cómo
trabajamos día y noche para no serles una carga.

Habiendo defendido su autoridad como apóstol, recalca que estaban en completa capacidad de
serlo, el sabe que los nuevos conversos requieren cuidado y acompañamiento. Utiliza la ilustración
del amor de madre amamantando y cuidando a sus hijos, algo que expresa una entrañable ternura
y amor, algo que debe ser característico de aquellos que enseñan y predican el evangelio.

Es increíble ver que el deseo y el amor por aquellos que están perdidos debe ser como el de Jesus,
quien vino a dar su vida por el rescate de muchos (Mateo 20:28). Esto es parte de imitar a Cristo, el
estar dispuestos a dar nuestra vida por nuestros hermanos y por la predicación del evangelio.

La vida del creyente debe ser caracterizada por un espíritu servicial, dispuesto a dar más que a
recibir y a compartir su gozo con aquellos que lo rodean. El amor por la iglesia debe ser evidente,
estando dispuesto a compartir la alegría y el amor de Jesús con todos.

Notamos también el carácter trabajador del creyente que, si bien descansa en la promesa de Dios
de provisión, se esfuerza con sus manos para tener que compartir y no ser una carga por amor a
sus hermanos.

10 Dios y ustedes me son testigos de que nos comportamos con ustedes los creyentes en
una forma santa, justa e irreprochable. 11 Saben también que a cada uno de ustedes lo hemos
tratado como trata un padre a sus propios hijos. 12 Los hemos animado, consolado y
exhortado a llevar una vida digna de Dios, que los llama a su reino y a su gloria.

El juicio de los hombres puede ser parcial e injusto, es por esto que Pablo apela a Dios mismo, y los
creyentes como testigos de su conducta y comportamientos. Aquellos comportamientos que
caracterizan al cristiano deben ser evidentes a los demás, y aún mas importantes debe ser evidente
en su corazón ya que, como vimos anteriormente, Dios examina los corazones.

Vemos 3 características del comportamiento del creyente. Santo, Justo e irreprochable.

 Santo, como hombres separados para Dios y su servicio


 Justo, siendo recto de carácter y de conducta, con un juicio imparcial.
 Irreprochable, esto hace parte de la famosa frase “eres la biblia que muchos leerán”
refiriéndose a que la conducta del creyente debe ser irreprensible delante de Dios y de los
hombres, predicando con el ejemplo de una vida digna del evangelio.

Anteriormente Pablo había usado la figura de madre como alguien tierno y amoroso, ahora utiliza la
figura del padre como alguien sabio y que aconseja. La figura paterna corrige e instruye en la
sabiduría, adicionalmente ofrece consejos y guía con su ejemplo y carácter. Como un padre a sus
hijos los exhortaba a que viviesen una vida santa, alentaba a que siguieran la buena carrera a pesar
de las persecuciones que pudiesen enfrentar, dando testimonio de la alegría y la esperanza del
llamado al reino de Dios y su gloria.

13 Así que no dejamos de dar gracias a Dios, porque al oír ustedes la palabra de Dios que les
predicamos, la aceptaron no como palabra humana, sino como lo que realmente es, palabra
de Dios, la cual actúa en ustedes los creyentes. 14 Ustedes, hermanos, siguieron el ejemplo
de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea, ya que sufrieron a manos de sus
compatriotas lo mismo que sufrieron aquellas iglesias a manos de los judíos. 15 Estos
mataron al Señor Jesús y a los profetas, y a nosotros nos expulsaron. No agradan a Dios y
son hostiles a todos, 16 pues procuran impedir que prediquemos a los gentiles para que sean
salvos. Así en todo lo que hacen llegan al colmo de su pecado. Pero el castigo de Dios vendrá
sobre ellos con toda severidad.[c]

Todo lo que Pablo les ha mencionado ahora implica que el alabe y de gracias a Dios, y es que la
obra que El Señor ha hecho en Tesalónica es para agradecer, ya que el gozo que viene de la
salvación es algo que se comparte, la alegría cuando nace un bebe en un hogar es comparable con
la alegría de alguien que escucha el evangelio y nace de nuevo.

Nuevamente Pablo hace evidente que el evangelio es palabra de Dios, debemos tener presente que
el evangelio produce un verdadero cambio, tiene poder para dar vida a los huesos secos y para
levantar a los muertos. Podemos tener plena confianza de que en la predicación del evangelio hay
poder, el poder para convencer y salvar.

Ahora vemos resultados evidentes en la vida de los que han creído, salvación y firmeza. Se espera
que el creyente verdadero produzca fruto en su vida y persevere en el mensaje de salvación.

La perseverancia del creyente se evidencia en la persecución, es imposible que el creyente no


experimente algún tipo de aflicción por creer en el evangelio, después de todo como ya hemos
revisado anteriormente “el mundo nos aborrecerá” así que es consuelo y gran gozo para los
creyentes el saber que padecemos aflicciones por causa del evangelio.

Se debe tener en mente que la persecución es resultado de la creencia en el mensaje de Salvación,


pero no debe ser un resultado de buscarla, después de todo se ve es la disposición para afrontar la
prueba, no la decisión de buscar martirizarse.

En los versículos 15 y 16 Pablo lanza una fuerte acusación sobre los Judíos como personas
dispuestas a oponerse al evangelio, y con toda razón lo sabe ya que el fue uno de los mayores
perseguidores de Cristo antes de su encuentro con Jesús camino a Damasco. Esto termina con una
afirmación que debe hacer temblar a cualquiera. En este caso no es preciso si es una declaración
general de Juicio, pero si sabemos de la destrucción del templo 20 años después (70 d.C) y la
dispersión de los judíos por todo el mundo.

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