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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

LA UNIVERSIDAD DEL ZULIA


DIVISIÓN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS
FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS
PROGRAMA MAESTRÍA EN DERECHO LABORAL
Y ADMINISTRACIÓN DEL TRABAJO

ANÁLISIS NORMATIVO ACTUAL, DE LOS ADOLESCENTES


TRABAJADORES DEL SECTOR INFORMAL, DEL MERCADO LAS
PULGAS

Trabajo de Grado, para optar al título de Magister Ciencieriun en Derecho


Laboral y Administración del Trabajo Mención Maestría

Abogado: Juan Carlos Cardozo Chacín


C.I V.- 7.766.152

Maracaibo, octubre de 2016


CAPITULO I

I EL PROBLEMA
1. Planteamiento del problema
1.1. Formulación del problema.
2. Objetivos de la investigación.
2.1. Objetivo general.
2.2. Objetivos específicos.
3. Justificación de la investigación
4. Delimitación de la investigación
II. ELEMENTOS TEÓRICOS
1. Antecedentes de la investigación
2. Definición de términos básicos
III. ELEMENTOS METODOLÓGICOS
1. Tipo de investigación
2. Diseño de la investigación
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
CAPITULO I

EL PROBLEMA

1.1. Planteamiento del Problema


El trabajo de los adolescentes en el sector informal de la economía en el
mercado de las Pulgas de la ciudad de Maracaibo no es un fenómeno novedoso, ya en
épocas pasadas, los menores de edad eran contratados de manera verbal, por un
sueldo muy bajo y en situaciones de salubridad paupérrima. El Mercado Las Pulgas,
ubicado en la ciudad de Maracaibo, data del año 1972

Actualmente en Venezuela, la crisis económica y Política ha conllevado a los


grupos familiares de escasos recursos económicos, a la búsqueda de medios alternos
para obtener ingresos en su grupo familiar, en búsqueda de una solución rápida y
efectiva para satisfacer las necesidades básicas de su núcleo familiar todo ello,
producto de los bajos ingresos familiares y el alto índice de desempleo que existe
actualmente, esto conlleva a los adolescentes a tomar puestos de trabajo de manera
precaria, con sueldos por debajo del salario mínimo sin protección ni seguridad social
alguna, tal es el caso; de carretilleros, caleteros, buhonerismo, bachaqueo, ayudantes,
vendedores ambulantes, etc. A los fines disminuir y satisfacer las necesidades básicas
del núcleo familiar, en lo posible.
De ahí que, producto de esta realidad, por un lado ha ocasionado un
desplazamiento de adolescentes al sector informal de la economía, existiendo un
abandono sustancial en la educación básica y diversificada, por otra parte, los abusos
por parte del patrono, y a la explotación laboral a la cual están sometidos los
adolescentes.
En este sentido, el Estado garante de las políticas públicas y sociales, pareciera
obviar ciertas garantías y derechos establecidos constitucionalmente. Ahora bien, puede
afirmarse que se han dado importantes pasos en la dirección correcta de buscar
soluciones a la misma. Sin embargo, pareciera que se ha dado un giro al pasado y
estuviéramos retomando las políticas del pasado para la solución de estos problemas y
de los conflictos que originan estos, es decir, un retroceso por parte de los organismos
competentes del estado en la aplicación de las políticas públicas y sociales, realidad en
contrapuesta, en un intento por mejorar el acceso a la justicia en estos casos
específicos y controlar los abusos en el que se encuentran los adolescentes por parte
de quienes contratan en forma precaria al margen de la ley, la responsabilidad y
garantía del estado de insertar estas nuevas formas que han evolucionado a raíz de la
globalización, tomando en cuenta que el derecho laboral es dinámico y cambiante a
través del tiempo, insertándose en los nuevos hechos que surjan en la sociedad y de
esta manera dentro de la tendencia evidenciada de los procesos de reforma judicial que
vienen desarrollándose en Venezuela en las últimas décadas, pudiendo actualizar el
cuerpo normativo existente.
Así pues, se evidencia que el trabajo de los adolescentes en relaciones
precarias, tales como: carretilleros, vendedores ambulantes, vendedores en puestos
formales en las adyacencias del mercado, y empacadores etc. Este factor
socioeconómico emergente y en proceso de expansión actualmente, de estas nuevas
relaciones formales e informales laborales, obedece a la escasa vigilancia prestada por
parte de los organismos competentes en materia de protección y del trabajo.
En este orden de ideas, en nuestra legislación Patria el régimen especial de los
Niños, Niñas y adolescentes está regularizado fundamentalmente por los convenios
internacionales del trabajo (OIT) específicamente en el convenio números 182,
denominado Convenio sobre la Prohibición de las Peores Formas de Trabajo Infantil y la
Acción Inmediata para su Eliminación, adoptado el 17 de junio de 1999, ratificado por la
República Bolivariana de Venezuela en fecha 26 octubre 2005, en su artículo 1º prevé
que todo Estado que ratifique dicho Convenio “…deberá adoptar medidas inmediatas y
eficaces para conseguir la prohibición y la eliminación de las peores formas de trabajo
infantil con carácter de urgencia”.
Por otro lado, el Convenio 138 de la Organización Internacional del Trabajo
(OIT), sobre la edad mínima de admisión al empleo de entrada en vigor el 19 de junio
de 1976 ratificado por la República Bolivariana de Venezuela el 15 de julio de 1987,
dicho convenio indica en su artículo 1º “… la edad mínima de admisión al empleo o al
trabajo en su territorio a reserva de lo dispuesto en los artículos 4 al 8 del presente
Convenio, ninguna persona menor de esa edad deberá ser admitida al empleo o
trabajar en ocupación alguna. Todo Miembro que haya ratificado el presente Convenio
podrá notificar posteriormente al Director General de la Oficina Internacional del
Trabajo, mediante otra declaración, que establece una edad mínima más elevada que la
que fijó inicialmente. La edad mínima fijada en cumplimiento de lo dispuesto en el
párrafo 1 del presente artículo no deberá ser inferior a la edad en que cesa la obligación
escolar, o en todo caso, a quince años. No obstante las disposiciones del párrafo 3 de
este artículo, el Miembro cuya economía y medios de educación estén
insuficientemente desarrollados podrá, previa consulta con las organizaciones de
empleadores y de trabajadores interesadas, si tales organizaciones existen, especificar
inicialmente una edad mínima de catorce años...”. En este sentido, Venezuela asumió la
edad de 14 años como requisito base para ingresar a la actividad laboral.
En este sentido, se puede colegir conforme a nuestra Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela 1999, en el artículo 23, el cual instituye que: “ Los
tratados, pactos y convenciones relativos a derechos humanos, suscritos y ratificados
por Venezuela, tienen jerarquía constitucional y prevalecen en el orden interno, en la
medida en que contengan normas sobre su goce y ejercicio más favorables a las
establecidas en la constituciones y en las leyes de la república, y son de aplicación
inmediata y directa por los tribunales y demás órganos del Poder Público”.
En este orden de ideas, La constitución de la república bolivariana de Venezuela
(1999) en su artículo 78 establece: “los niños, niñas y adolescentes son sujetos plenos
de derecho y estarán protegidos por la legislación, órganos y tribunales especializados,
los cuales respetarán, garantizarán y desarrollarán los contenidos de esta Constitución,
la ley, la Convención sobre Derechos del Niño y demás tratados internacionales que en
esta materia haya suscrito y ratificado la República. El Estado, la familia y la sociedad
asegurarán, con prioridad absoluta, protección integral, para lo cual se tomará en
cuenta su interés superior en las decisiones y acciones que les conciernan. El Estado
promoverá su incorporación progresiva a la ciudadanía activa y creará un sistema rector
nacional para la protección integral de las niñas, niños y adolescentes”.
Por otro lado, es menester acotar, el paso importante que el Estado ha dado es
el de la inclusión de la justicia laboral que debe tener por norte la altísima misión de
proteger el hecho social trabajo, instrumento fundamental del desarrollo nacional, el
cual está inspirado en los principios establecidos en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (1999), reconociéndolos constitucionalmente, constituyendo
esto un punto de partida y fundamento para su arraigo e implementación efectiva en el
país.
En este sentido, el aporte instituido en la Exposición de motivos de la Ley
Orgánica procesal del Trabajo (2002), donde se instituyo la importancia de la
humanización del proceso laboral a través de una Ley Orgánica Procesal del Trabajo
que utilice al proceso como instrumento fundamental para lograr la justicia y la equidad,
y tener por norte la altísima misión de proteger el hecho social trabajo en los siguientes
términos: “… Es importante la humanización del proceso laboral a través de una Ley
Orgánica de Procedimiento del Trabajo que utilice al proceso como instrumento
fundamental para lograr la justicia y la equidad. El Anteproyecto de Ley Orgánica
Procesal del Trabajo es una respuesta a la urgente y necesaria transformación de la
administración de justicia en Venezuela, y en particular de la justicia laboral que debe
tener por norte la altísima misión de proteger el hecho social trabajo, instrumento
fundamental del desarrollo nacional y está inspirado en los principios establecidos en la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela…”
Así mismo, este Régimen especial cuenta con una regulación en La Ley
Orgánica para la Protección del Niño Niña y adolescentes (2007), en su artículo 94
instituye: “Todos los niños, niñas y adolescentes trabajadores y trabajadoras tienen
derecho a estar protegidos o protegidas por el Estado, las familias y la sociedad, en
especial contra la explotación económica y el desempeño de cualquier trabajo que
pueda entorpecer su educación, sea peligroso o nocivo para su salud o para su
desarrollo integral.
Parágrafo Único. El Estado, a través del ministerio del poder popular con
competencia en materia de protección integral de niños, niñas y adolescentes, dará
prioridad a la inspección del cumplimiento de las normas relativas a la edad mínima, las
autorizaciones para trabajar y la supervisión del trabajo de los y las adolescente”.
En este sentido, no es difícil dilucidar que los derechos laborales de los
adolescentes, se hayan fijado en normas protectoras, confiriéndoles carácter de
trabajador, aunque su cumplimiento por parte del Estado venezolano es deficiente.
Pues bien, el paradigma plantea la necesidad de una administración de justicia
proveedora de seguridad y certidumbre jurídica, pues, a raíz de la globalización las
nuevas formas productivas tienden a la flexibilización de las normas laborales y el
nacimiento de nuevas formas de contratación flexibles, pero al mismo tiempo precarias
para los trabajadores, en este caso de los adolescentes, que se convierten en abusos
por parte del patrono en detrimento del laborante naciente, en este caso los
adolescentes, sin protección social al margen de la ley, se revela realmente insuficiente
los avances en el ámbito de protección y un retroceso por parte de los organismos
competentes en la aplicación de las normas protectoras y laborales.
Por tal motivo, lo que se está requiriendo actualmente son estructuras sociales,
una sociedad organizada en la construcción de una cultura de avenencia y educación
que rompa con el paradigma del conflicto y abusos en las relaciones laborales de los
adolescentes, como fenómeno necesariamente inherente a los derechos humanos,
estableciendo la exigencia de realizar cambios de fondo en el sistema de protección de
niños niñas y adolescentes, administrativo y judicial laboral, que impulsen, y protejan la
inclusión de estas nuevas formas de relaciones laborales precarias a los adolescentes
en el hecho social del trabajo, plasmado en la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela.
Si bien es cierto, el ordenamiento jurídico venezolano, regula las relaciones
laborales, este no afina o más bien los organismos del estado no cumplen con su rol
impuesto por este, en el contexto que se vive actualmente en Venezuela, pues, la gran
mayoría de estos adolescentes laborantes no poseen la preparación Educativa
adecuada, previa o escasa e incluso sin estudios, muchos viven en forma efímera sin
protección familiar, expuestos a ser entregados a personas inescrupulosas y obligados
a realizar ciertas faenas, por un plato de comida y un lugar donde pernoctar.
En virtud de ello, surge la presente investigación, en el sentido, que ya existiendo
instrumentos normativos con carácter imperativo y de orden público, es necesario
determinar, si estas leyes en cuestión, son aplicadas cabalmente, por los organismos
competentes en materia de menores o es necesario ampliar el cuerpo normativo
competente en la materia de menores y como complemento el judicial laboral,
tratándose en este caso de adolescentes.
Esta inquietud surge, en virtud del rol esencial del Estado en la protección de
los laborantes adolescentes, que son el futuro del País, y lamentablemente en este
momento se proyectan a la sociedad, de manera precaria en nacientes relaciones
laborales, de manera que, al resolver las controversias y atendiendo a los asuntos
sociales involucrados, lograrían evitar un conflicto Administrativo o judicial, asimismo
fomentaría una cultura de paz que impactará progresivamente las generaciones futuras
en Venezuela.
Por otro lado, la presencia de diversos cuerpos normativos, puede generar en la
práctica, los conflictos de competencia entre las atribuciones conferidas a los Concejos
de Protección en el marco de la Ley Orgánica para la Protección de niños, niñas y
adolescentes (2007) y las potestades atribuidas a los funcionarios judiciales del sistema
de protección de niños niñas y adolescentes, lo cual podría crear un estado de
inseguridad jurídica a los ciudadanos.
Cabe destacar, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999)
en su artículo 299, instituye: “el Estado, conjuntamente con la iniciativa privada,
promoverá el desarrollo armónico de la economía nacional con el fin de generar fuentes
de trabajo, alto valor agregado nacional, elevar el nivel de vida de la población y
fortalecer la soberanía económica del país, garantizando la seguridad jurídica, solidez,
dinamismo, sustentabilidad, permanencia y equidad del crecimiento de la economía”.
Así pues, por lo antes expuesto cuando se crean, cambian o modifican las leyes,
la ley se concibe en forma estable y segura, creando en las personas confianza legítima
de cuál es la interpretación de las normas jurídicas a la cual se acogerán, por lo tanto se
hace necesario unificar criterios creando una ley especial en la materia de derechos
laborales de los adolescentes trabajadores, unificando las relaciones formales
protegidas por el cuerpo normativo vigente y las relaciones informales precarias al
margen de la ley, fruto de las nuevas formas emergentes de las relaciones laborales
producto de la globalización.
1.2. Formulación del Problema
En virtud de todo lo expuesto y de evitar la violación de los derechos de los
trabajadores adolescentes en general, y la proliferación de leyes que atentan contra el
principio de seguridad jurídica, entre otros principios garantizados constitucionalmente,
surge la siguiente formulación del problema, ¿En qué medida las previsiones
contenidas en la ley se hace necesaria la creación de un nuevo cuerpo normativo,
especial, que unifique y regule estas relaciones laborales formales e informales
precarias de los adolescentes Trabajadores en el mercado de las pulgas, actualmente?.
Todo ello, conforme a lo establecido en el cuerpo normativo especial en la materia de
niños, niñas y adolescentes, teniendo en cuenta el interés superior del niño y la
progresividad de sus derechos y el reconocimiento a los adolescentes, a partir de los
catorce años de edad, el derecho a celebrar válidamente actos, contratos y
convenciones colectivas relacionados con su actividad laboral y económica; así como,
para ejercer las respectivas acciones para la defensa de sus derechos e intereses,
inclusive, el derecho de huelga, ante las autoridades administrativas y judiciales
competentes, sin discriminación alguna fundada en motivos de raza, color, sexo, edad,
idioma, pensamiento, conciencia, religión, creencias, cultura, opinión política o de otra
índole, posición económica, origen social, étnico o nacional, discapacidad, enfermedad,
nacimiento o cualquier otra condición de los niños, niñas o adolescentes, de su padre,
madre, representante o responsable, o de sus familiares.

2. Objetivos de la Investigación
2.1. Objetivo General

Analizar la eficacia en la protección a los adolescentes trabajadores del sector


informal, actualmente en el mercado las pulgas.

2.2. Objetivos específicos

Diagnosticar los instrumentos normativos que rigen en la protección a los


adolescentes trabajadores del sector informal, actualmente en el mercado las pulgas.

Precisar los avances y retrocesos por parte del Estado en el ámbito de aplicación
de los instrumentos normativos que rigen en la protección a los adolescentes
trabajadores del sector informal, actualmente en el mercado las pulgas.

Determinar el alcance de los instrumentos normativos que rigen en la protección


a los adolescentes trabajadores del sector informal, actualmente en el mercado las
pulgas.

3. Justificación de la Investigación
El análisis normativo actual, de los adolescentes trabajadores del sector informal,
del mercado las pulgas, permite no perder de vista los derechos y garantías de los
adolescentes al acceso a la justicia, garantizando que las decisiones judiciales y
administrativas en materia laboral tomadas por los Órganos Competentes en la Materia
de protección, no violenten el principio del interés superior y de prioridad absoluta del
adolescente entre otros, cuando sean decisiones de hechos controvertidos no
regulados en el ordenamiento jurídico, en vista de que dicho procedimiento no se
encuentre establecido en la ley, producto del nacimiento de nuevas formas atípicas en
las relaciones laborales actuales, fruto de la Globalización.
Entorno a la importancia práctica de esta investigación, la misma radica en el
hecho, del trabajo como hecho social y tiene fundamento en diversos derechos y
garantías constitucionales. En primer término, se observa que conforme a nuestra
legislación Patria el régimen especial de los adolescentes está regularizado
fundamentalmente por los convenios internacionales del trabajo (OIT) específicamente
en el convenio números 182, denominado Convenio sobre la Prohibición de las Peores
Formas de Trabajo Infantil y la Acción Inmediata para su Eliminación, adoptado el 17 de
junio de 1999, ratificado por la República Bolivariana de Venezuela en fecha 26
octubre 2005.
En este sentido, se puede constatar lo explanado conforme a nuestra
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela 1999, en el artículo 23, el cual
instituye que: “ Los tratados, pactos y convenciones relativos a derechos humanos,
suscritos y ratificados por Venezuela, tienen jerarquía constitucional y prevalecen en el
orden interno, en la medida en que contengan normas sobre su goce y ejercicio más
favorables a las establecidas en la constituciones y en las leyes de la república, y son
de aplicación inmediata y directa por los tribunales y demás órganos del Poder Público”.
Por otro lado, La norma comentada en su artículo 78 establece: “los niños, niñas
y adolescentes son sujetos plenos de derecho y estarán protegidos por la legislación,
órganos y tribunales especializados, los cuales respetarán, garantizarán y desarrollarán
los contenidos de esta Constitución, la ley, la Convención sobre Derechos del Niño y
demás tratados…”.
Resulta evidente que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(1999), desarrolla el contenido esencial del derecho de los adolescentes a ser
reconocidos como sujetos plenos de derechos y a su protección por parte del Estado.
Pues, se evidencia que la Constitución propende a que el acceso a la justicia pase de
ser un simple postulado formal a una realidad práctica que beneficie a los adolescentes,
y en consecuencia se produce una plena garantía del derecho constitucional a la tutela
judicial efectiva y sobre todo una solución a los conflictos que se susciten atendiendo a
criterios de justicia material.
Por todo lo expuesto, resulta evidente que el estudio reviste importancia
práctica, por su estrecha vinculación con los fines del Estado Democrático y Social de
Derecho, tales como alcanzar la igualdad en el acceso a la justicia, y el ejercicio
democrático de los derechos ciudadanos, desde la perspectiva del acceso a la justicia
y la tutela judicial efectiva de los ciudadanos es aún más relevante si se toman en
cuenta las consecuencias que ello acarrearía para la comunidad.
Por otro lado, debe hacerse referencia a la importancia metodológica de esta
investigación, dirigida a proporcionar los lineamientos para el desarrollo posterior de
otras investigaciones, específicamente aquellos referentes a la relaciones laborales
informales y precarias de los laborantes adolescentes, siempre tomando en
consideración las normativas existentes para la realización de esta investigación en
cuanto a su estructura y forma de desarrollo, bajo los principios que rigen la
metodología de la investigación como fuente de consulta para otros investigadores, a
los fines que se constituya en documento de consulta para estudios posteriores en la
materia, con la garantía que se han cumplido los parámetros necesarios que garanticen
la información y contenido en el mismo, pues, surge de fuentes confiables.
Asimismo, reviste importancia científica, teniendo en cuenta, que este tema ha
sido escasamente estudiado por la doctrina y jurisprudencia nacional, por lo difícil y la
dificultad de acceder al trabajo de campo en la materia bajo estudio, resulta notorio lo
importante del presente análisis que profundiza el asunto bajo estudio y el cual aportará
elementos fundamentales para la solución de diversas situaciones que acontecen en el
quehacer diario de los órganos de administración de justicia. Además, podrá ser una
valiosa herramienta para los colegas miembros de la comunidad que ejercen un rol
activo, al brindar de manera clara y expresa las nociones sobre la materia.
Por otro lado, la investigación reviste de una importancia académica, debido a
que el objeto de estudio está referido al alcance en la protección de los adolescentes
trabajadores del sector informal, actualmente en el mercado las pulgas, pues, la materia
ha sido abordada escasamente, razón por la cual, en esta, se recogerán criterios
doctrinarios y jurisprudenciales que lo constituye en un instrumento de consulta, por
parte de los estudiantes y profesionales del Derecho y ramas afines, para nutrirse de los
conocimientos aquí demostrados, e incluso que este aporte constituya una base sobre
la que se levanten nuevas investigaciones y temas de discusión en la materia laboral de
los adolescentes.
En el ámbito social aportará a la sociedad una herramienta para conocer de una
manera clara y precisa, los derechos de los trabajadores adolescentes, cuando sus
derechos sean violentados, como una instrumento para establecer el Marco jurídico
necesario para el buen desarrollo y equilibrio del adolescente, por su condición
intelectual en las capacidades y medidas en que puedan obtenerla siempre que cubran
sus necesidades esenciales.
Finalmente, el presente estudio posee gran relevancia puesto que las relaciones
laborales en materia de adolescentes es sumamente importante en la sociedad, y las
leyes que están siendo analizadas no genera un impacto únicamente a un grupo
determinado de personas sino a toda la población en general. Este factor
socioeconómico emergente y en proceso de expansión, en las nuevas relaciones
formales e informales laborales, obedece a la escasa vigilancia prestada por parte de
los organismos competentes en materia de protección del trabajador adolescente.
En virtud del rol esencial del Estado en la protección de los laborantes
adolescentes, que son el futuro del País, y lamentablemente en este momento se
proyectan a la sociedad, de manera precaria, de manera que, al resolver las
controversias y atendiendo a los asuntos sociales involucrados, lograrían evitar un
conflicto Administrativo o judicial, asimismo fomentaría una cultura de paz que
impactará progresivamente las generaciones futuras en Venezuela.

4. Delimitación de la Investigación

En cuanto a la delimitación de contenido, la presente investigación se


circunscribe en el ámbito del derecho Laboral, específicamente en la línea del Derecho
Individual del Trabajo, en virtud que, conforme al objetivo general planteado, es decir,
Analizar la eficacia en la protección a los adolescentes trabajadores del sector informal,
actualmente en el mercado las pulgas, haciendo mención en primer lugar a los Tratados
suscritos y ratificados por Venezuela y a la Ley Orgánica para la Protección de niños,
niñas y adolescentes (2007), y supletoriamente la Ley Orgánica del Trabajo los
Trabajadores y las Trabajadoras (2012).
A tal efecto, se tomarán en consideración los criterios jurisprudenciales que en la
materia se hayan adoptado en relación al objeto de estudio, vale decir, la contenida de
manera expresa en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999). De
igual manera, los Elementos Teóricos estará conformado por los Antecedentes y la
doctrina relacionada con la materia estudiada, tales como Araujo (2011), Ramírez
(2014), Centro de Investigación Social CISOR (2010), entre otros autores.

En cuanto a la delimitación espacial, esta investigación se desarrolla en la ciudad


de Maracaibo, del estado Zulia, no obstante, en virtud de que el objeto de estudio
comprende una ley Nacional, Especial, como es Ley Orgánica para la Protección de
niños, niñas y adolescentes (2007), los resultados pueden ser considerados en el
territorio nacional, y por otro lado, reviste una delimitación local, en virtud que la misma
se llevara a cabo en el municipio Maracaibo, específicamente en el Mercado de las
Pulgas.

Por otro lado, esta investigación se delimita espacialmente, considerando el


lapso de tiempo en el cual la misma va a ser desarrollada, en tal sentido, se estima que
la misma será realizada en un periodo de tiempo comprendido, desde el mes de octubre
del año 2016 hasta el mes de octubre del año 2017.
CAPITULO II

II. ELEMENTOS TEÓRICOS

1. Antecedentes de la Investigación

Araujo (2011), llevó a cabo un trabajo especial de grado, para Optar al título de
Especialista en Derecho al Trabajo y la Seguridad Social, titulado, “Alcance de la
Protección Jurídica de los Niños Niñas y Adolescentes Trabajadores de la Economía
Informal en el Mercado las Pulgas, Maracaibo Estado Zulia” cuyo propósito fue analizar
el Alcance de la Protección Jurídica de los Niños Niñas y Adolescentes Trabajadores de
la Economía Informal en el Mercado las Pulgas, Maracaibo Estado Zulia, bajo el
contexto teórico del Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), la
Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (2007), La Ley
Orgánica del Trabajo los Trabajadores y las Trabajadoras (2012), La Roche (2009),
Caicedo (2010), entre otros.

El tipo de investigación fue descriptiva, con diseño de Campo y un estudio


documental, ya que se basa en la recolección de material bibliográfico o documentos
que aportaron la información necesaria para la elaboración del estudio, se consideró
como población de estudio, la población conformada por 51 Niños, Niñas y
Adolescentes Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), la Ley
Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (2007), La Roche (2009),
Caicedo (2010), entre otros, además de otros textos legales.

En cuanto a la técnica de recolección de datos, se utilizó como instrumento, la


guía de observación, la misma fue validada por los expertos del Comité Académico de
la Universidad Dr. Rafael Belloso Chacín, quienes revisaron la pertinencia de los ítems
para la categoría, subcategorías, y unidades de análisis establecidos.
Ahora bien, en relación a los resultados de dicha investigación, se puede indicar
que el derecho al Juez natural se encuentra regulado en el ordenamiento jurídico
venezolano, el cual sirve de protección para las personas implicadas o acusadas de la
comisión de un hecho punible; a través de este derecho se le garantiza a los sujetos del
proceso, un procedimiento judicial justo y transparente, donde no existan preferencias,
singularidades o tratos especiales.

El aporte de la investigación referida, radica en el hecho, que la misma tiene


como objetivo general, el análisis del efecto de la cosa juzgada en las decisiones de los
jueces de paz según la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz
Comunal, siendo este instrumento normativo objeto de estudio de la presente
investigación, razón por la cual, ha resultado de mucha utilidad para llevar a cabo la
misma.

Almarza (2012), desarrolló una investigación que lleva por título, “Análisis
comparativo entre las decisiones dictadas por el juez de paz comunal y la jurisdicción
ordinaria en materia de matrimonio, divorcio y disolución de comunidad de bienes”,
cuyo objetivo fue, analizar comparativamente las decisiones dictadas por el juez de paz
comunal y la jurisdicción ordinaria en materia de matrimonio, divorcio y disolución de
comunidad de bienes.

El tipo de investigación fue documental. La población de estudio estuvo


conformada por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), el
Código Orgánico Procesal Civil (1997), el Código Civil (1982), la Ley Orgánica de la
Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz Comunal (2012), y la Ley 497 de Colombia.
En cuanto a los autores consultados se tiene a: Balzán, (1986), Berdejo (2004),
Cabanellas (2004), Calamandrei (1945), Couture (1978), Echandía (1994), Puppi
(2004), entre otros.

La técnica e instrumento de recolección de datos se realizó mediante la guía de


observación y la validez del contenido que efectuó el Comité Académico. Se concluyó
que en las decisiones dictadas por el juez de paz comunal y la jurisdicción ordinaria, la
justicia de paz quedó inserta como una manifestación de democracia directa.

Asimismo, se concluye, que la justicia de paz tiene una entidad propia y no debe
confundirse con formas sucedáneas de justicia, es un medio alternativo de justicia que
promueve el arbitraje, la conciliación, la mediación y cualquier otra forma de solución de
conflictos, ante situaciones derivadas directamente del ejercicio del derecho a la
participación y a la convivencia comunal, de acuerdo a los principios constitucionales
del Estado Social de Derecho y de Justicia, sin contravenir las competencias legales
propias del sistema de justicia ordinario como lo es finalidad resolver los conflictos que
se suscitan entre los particulares, mediante un órgano especial del Estado, que
persigue la actuación del derecho.

El aporte de el estudio citado, consiste en que de las conclusiones que se


alcanzaron, se destaca la autonomía de la justicia de paz, distinguiéndolas claramente
de la jurisdicción ordinaria, así como la importancia que de ella se deriva, como un
medio alterno de resolución de conflictos, siendo este elemento, objeto de análisis de
esta investigación, como se aprecia de los objetivos planteados.

Huyke (2012), elaboró un estudio, el cual lleva por título, “Análisis de las
innovaciones en materia civil contenidas en la nueva Ley Orgánica de la Jurisdicción
Especial de la Justicia de Paz Comunal, cuyo objetivo fue el análisis de las
innovaciones en materia civil contenidas en la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial
de la Justicia de Paz Comunal.

La investigación fue de tipo documental y la población de estudio estuvo


conformada por la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999),
Código de Procedimiento Civil (1987), Ley de Propiedad Horizontal (1983), Ley de
Arrendamientos Inmobiliarios (2011), Código Civil Venezolano (1982), dentro del marco
doctrinal de Aguilar (2011), Carbonier (2002), Peña (2008), Mikio (2008), Núñez (2008),
Cabanellas (2008), Castro (2009), Carnelutti (2002), Peñaranda (2010), Grisanti (2002),
entre otros. Y el instrumento de recolección de datos fue una guía de observación
documental.

Los resultados obtenidos se observó innovaciones en la competencias para


conocer de los conflictos y controversias en el ámbito de su jurisdicción en asuntos
patrimoniales, que no superen las 250 unidades tributarias, de igual forma, los
conflictos derivados de las relaciones arrendaticias y de la propiedad horizontal, los que
se causen entre los vecinos por la aplicación de ordenanzas municipales y de los
consejos comunales.

Asimismo, se desprende de los resultados, que los conflictos de las medidas de


manutención decretadas por los tribunales ordinarios en materia de protección de los
niñas, niños y adolescentes; podrán celebrar matrimonios y decretar el divorcio o la
disolución de uniones estables de hecho, sin procedimiento previo, en presencia de la
pareja cuando sea por mutuo consentimiento, logrando así la celeridad en los procesos
y descongestionando la vía ordinaria.

De la investigación aludida, se desprenden resultados referidos a las amplias


competencias que la Ley le otorga a los jueces y juezas de paz, asunto este, que forma
parte importante de estudio, por cuanto, del estudio estas competencias, se derivarán
resultados importantes en el presente estudio.

Cortes (2010) realizó una investigación titulada, “Análisis comparativo entre la


justicia de paz y la justicia ordinaria en Venezuela”, cuya finalidad principal es analizar
de forma comparativa la justicia de paz y la justicia ordinaria en el sistema judicial
Venezolano, dentro del marco legal de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, el Código Civil Venezolano, la Ley Orgánica de la Justicia de Paz y la Ley
Orgánica del Poder Judicial, así como también dentro del marco doctrinal de Amado
(2005), Linares (2005), Peña (1999), Cabanellas (1975), Balsan (2001), Puppio (1998),
Balzan (1986), Ossorio (2000), Rivera (2009), entre otros.

El tipo de investigación fue documental. El instrumento de recolección fue una


guía de observación, para el desarrollo y conclusión de la presente investigación. La
validez del contenido se efectuó por los expertos que conforman el comité académico
de investigación de la facultad de ciencias jurídicas y políticas, escuela de derecho de
la Universidad Rafael Belloso Chacín. .

Los resultados obtenidos expresan que de la comparación entre la justicia de


paz y la justicia ordinaria se desprenden una serie de ventajas y desventajas, dentro de
cada uno de los procedimientos contemplando mecanismos procesales, etapas, formas
y lapsos diferentes; ya que la Justicia de Paz propone un procedimiento comprendido
en dos fases, denominadas Fase de conciliación y la Equidad, mientras que la Justicia
Ordinaria, se presenta con cuatro fases, denominadas Fase de Alegación, Fase de
conocimiento, Fase de Decisión y Fase de Ejecución, sin embargo, ambos procesos
aunque muy diferentes, tienen la finalidad de poner fin a una controversia existente
entre dos o más partes.

De los resultados de dicha investigación se desprende la gran diferencia


existente entre la justicia de paz comunal con la jurisdicción ordinaria, destacando
algunas ventajas y desventajas de ambas jurisdicciones, lo cual ha resultado de gran
aporte para el presente estudio, por cuanto ha permitido tener una visión más clara de
esta jurisdicción especial, en relación a la ordinaria.

Bases Teóricas

Medios Alternativos de Resolución de Conflictos

Los Medios Alternativos de Resolución de Conflictos se pueden definir, de


acuerdo a lo expuesto por Ramírez (2008), como un conjunto de métodos,
procedimientos, o técnicas que, tiene por objeto solucionar las desavenencias o
dificultades, entre personas u organizaciones, no recurriendo a los tribunales, ni a la
decisión impuesta por un juez, con la característica intervención activa de ambas partes
involucradas.

En ellos, señala el autor citado, la solución del conflicto nace, de la confrontación


y armonización de los valores e intereses contrapuestos de las partes, no de la
imposición de valores impuestos por el juez, porque no pretende mirar exhaustivamente
las normas existentes, costumbres y jurisprudencia, sino que más bien se dirige al
conflicto en sí, y sus posteriores consecuencias hacia el futuro, viendo las reacciones
que tiene en las mismas partes. Por lo tanto los medios alternativos (MARC), son un
sistema en sí mismo que puede actuar complementariamente con la justicia.
En ese mismo orden de ideas, sostiene el autor, que son un sistema circular en
donde no existe juez, ni demandado, no hay principio, ni final, y tiene como propósito
entonces juntar a las partes y que ambas se escuchen mutuamente. Existen diferentes
sistemas que actualmente están siendo utilizados por personas y compañías para
solucionar sus diferencias, permitiendo así un ahorro de tiempo y dinero. Asimismo
acota, que cualquier método de negociación debe ser juzgado por tres criterios: debe
producir un sabio acuerdo (siempre que sea posible el arreglo), debe ser eficiente y
debe mejorar o por lo menos no dañar la relación entre las partes.

Asimismo, Martí, citado por Velásquez (2012), define a los medios alternos de
resolución de conflictos, como aquellos procedimientos ajenos a los aparatos judiciales
estatales, es decir, procedimientos extrajudiciales que permiten a dos o más partes
implicadas en un conflicto la superación del mencionado conflicto, por lo general por
medio de un acuerdo voluntario.

En torno a ello, señala Velásquez (2012), se hace referencia a distintos


procedimientos, que comportan modelos que establecen pautas de tipo procesal que
tienen un fin determinado. En ese sentido son procedimientos de carácter alternativo, es
decir, que no son procedimientos tradicionales de resolución de controversias. De ahí
su característica de ser un procedimiento alternativo y extrajudicial. En el mismo orden
de ideas y tomando en cuenta la definición antes dada de los medios alternativos de
resolución de conflictos, los mismos tienen como principal finalidad la resolución de un
conflicto de forma voluntaria entre dos o más partes.

En ese mismo orden de ideas, acotan Hightony otro, citados por Velásquez
(2012), que los objetivos que se conocen en doctrina de los medios alternativos de
resolución de conflictos son los siguientes: mitigar la congestión de los tribunales, así
como también reducir el costo y la demora en la resolución de los conflictos;
incrementar la participación de la comunidad en los procesos de resolución de
conflictos; facilitar el acceso a la justicia y suministrar a la sociedad una forma más
efectiva de resolución de disputas
En tal sentido, destaca Velásquez (2012), se le reconoce a la conciliación un
carácter de equivalente jurisdiccional, es decir que surte efecto tal como si fuese una
sentencia con la correspondiente característica de cosa juzgada, conforme al artículo
262 del Código de Procedimiento Civil venezolano vigente (1990).
.
La Negociación

La negociación, es un medio alterno de resolución de conflictos, el cual consiste,


como o expresa Ramírez (2008) en el proceso mediante el cual dos o más personas,
que tienen intereses comunes o diferentes, intercambian información veraz y suficiente,
a lo largo de un periodo, con miras a lograr un acuerdo para sus relaciones futuras. Se
pretende influir sobre la conductas del otro para lograr un comportamiento deseado sin
usar el poder o la fuerza.

Por su parte, Medina (2008), define a la negociación como un proceso voluntario


de comunicación directa, interpartes, interdependientes por un conflicto que trabajan
conjuntamente para arribar por sí mismos a un acuerdo que satisfaga los intereses
mutuos, maximizando los resultados. Los negociadores poseen el control total del
proceso y del resultado, pues excluye la intervención de un tercero en el proceso.

La Mediación

De acuerdo a la doctrina de Ramírez (2008), la mediación es un medio informal y


voluntario de solución de conflictos en el que un tercero imparcial trata mediante
técnicas de negociación que las partes identifiquen las posibles zonas de acuerdo.
Asimismo, para Medina (2008), la mediación es un procedimiento no adversarial de
negociación asistida o facilitada a ambas partes por un tercero neutral que no esta por
encima sino por el contrario entre las partes.

Este tercero neutral, señala Medina (2008), debe actuar pasivamente, pues no
puede proponer soluciones al conflicto, sólo los asiste para que se acerquen y
encuentren puntos de coincidencia, de convergencia y arriben por si mismos a un
acuerdo que se ajuste a las necesidades de ambas partes y satisfaga ampliamente los
intereses mutuos.

La mediación, como se recoge de la sentencia dictada por el Tribunal de


Protección del Niño y del Adolescente de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, de
fecha 29 de Marzo de 2011, como método tiene como base la negociación, pues deja
también en manos de los implicados el poder de la decisión referido a las posibles
soluciones en sus desacuerdos, y añade una tercera persona en la situación. Implica
una negociación asistida tal como algunos autores la han definido. Se refiere a un
proceso en el que interviene la figura de un tercero, el mediador, aceptado por las
partes contendientes para alcanzar voluntariamente el arreglo de los temas de
discusión.

Siguiendo a Reina citado en Vallejo y otro (2008), la mediación es una técnica o


forma de actuar que implica y se nutre de un conocimiento práctico basado en: a) el
aporte de diversas áreas de conocimiento (psicología social, teoría de la comunicación,
etc.); b) un proceso o modo de intervención específico para transformar la situación de
conflicto a través de unas etapas, a la vez que evita el desarrollo del conflicto
destructivo y c) utiliza un repertorio de técnicas, algunas propias y otras importadas de
otras disciplinas, algunas de las cuales son la escucha activa o la generación de
alternativas, entre otras.

Asimismo, Folberg y otro (1988), definen la mediación como un proceso


temporalmente limitado que aumenta la comunicación, maximiza la exploración de
alternativas, atiende las necesidades de todos los participantes, busca un acuerdo
percibido por las partes como neutro y provee un modelo para futuras resoluciones de
conflictos.

De igual manera, señalan los autores citados, en la medida en que enfatiza la


responsabilidad de los participantes para tomar decisiones que afectan a sus vidas, se
trata de un proceso de autoapoderamiento que consiste en el aislamiento sistemático
de puntos de acuerdo y desacuerdo y de alternativas de resolución, mediante el empleo
de una tercera parte neutral cuyo rol es descrito como un facilitador de comunicaciones,
un guía en la delimitación de los temas y un agente de acuerdo que asiste a los
disputantes en sus negociaciones.

Acotan también los autores, que la mediación ayuda a educar a las partes en la
percepción de las necesidades del otro, y provee una resolución personalizada de la
disputa. El énfasis no está en quien tiene razón y quien no, o en quien gana y quien
pierde, sino en el aprendizaje de la resolución conjunta de problemas y el
reconocimiento de que la cooperación puede ser una ventaja mutua.

Asimismo, la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz


Comunal (2012), en su artículo 6 contempla la mediación, como el medio alternativo de
resolución de conflictos a través del cual el juez o jueza de paz comunal procura
reconciliar y facilitar el diálogo entre las partes en conflicto, a los fines de llegar a una
solución mutuamente aceptable. En la mediación el juez o jueza de paz comunal debe
ayudar a la identificación de los puntos de controversia y exponer los distintos
escenarios para un acuerdo consensuado.

La Conciliación

La conciliación, de acuerdo a la doctrina de Medina (2008), es un proceso no


adversarial de negociación facilitada o asistida a ambas partes por un tercero neutral e
imparcial, que actuando activamente ya que puede proponer soluciones no vinculantes,
los asiste para que encuentren por si solos la solución al conflicto y satisfagan intereses
mutuos. Ambos conciliantes se lanzan a la conquista de un acuerdo altamente
inteligente. El tercero se encuentra interpartes y no encima de ellos.

Por su parte, Ramírez (2008), al referirse a este medio alterno de resolución de


conflicto, expone que la conciliación es muy parecida a la mediación, la diferencia
radica en el nivel de participación activa por parte del tercero. Es decir, el conciliador
puede emitir opiniones cuando las partes no pueden solucionar rápidamente sus
asuntos.
Asimismo, en sentencia emitida por el Juzgado Superior Primero del Trabajo de
la Circunscripción Judicial del Estado Lara, de fecha 11 de marzo de 2009, que uno de
los medios de autocomposición procesal, es la conciliación, mediante la cual las partes,
haciendo mutuas concesiones, pueden poner fin a la controversia existente en cualquier
etapa del proceso.

Por su parte, la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz


Comunal (2012), en su artículo 6 define la conciliación, como un medio alternativo de
resolución de conflictos, en el cual las partes involucradas plantean sus puntos de vista
para lograr la solución del conflicto. En la conciliación el juez o jueza de paz comunal
canaliza el diálogo entre las partes.

En cuanto a la conciliación, Escalona (2004), expone que conciliar significa poner


de acuerdo a los que están opuestos entre si, la función principal de la justicia de paz es
crear un clima comunitario que favorezca la solución de los conflictos entre las
personas, de manera de desterrar la violencia y la prepotencia de algunos sobre la
sumisión de otros. Por ello, el espíritu conciliador debe estar presente en el que
pretende ser juez de paz.

En un sentido técnico jurídico, acota la autor, se concibe a la conciliación como


un acto que procura poner de acuerdo a las partes en disputa, para evitar el juicio, esta
es la herramienta más importante, en atención que constituye el rol fundamental que
debe cumplir el Juez de Paz, y es el rol de conciliador procurando que sean las dos
partes en conflictos que superen sus diferencias, para lo cual actúa como un mediador.
En este caso debe saber escuchar a las partes con interés, mostrarse imparcial,
convertirse en un gran negociador, donde la idea central sea ganar ganar y que así lo
perciban las partes y por el contrario que no sienta que existe un ganador a costa de
otra persona que resulte perdedora.

El Arbitraje

El arbitraje, de acuerdo con Ramírez (2008), es el medio por el cual las partes,
de manera voluntaria, llevan su diferencia ante uno o varios terceros quienes la
resolverán mediante un arbitral de laudo, es decir, mediante una sentencia emitida por
el o los árbitros siendo obligatoria para las partes.

Por su parte, Gozaíni (1995), define el arbitraje como una institución práctica
para el descongestionamiento de los tribunales, considerándola como un mecanismo
alterno a la jurisdicción, cuya base está precisamente en el acuerdo de las partes que
voluntariamente requieren de dicha metodología para la solución de la controversia que
los ocupa; radicando su esencia en el principio de libertad y disposición de las partes
para elegir la vía mediante la cual resuelven sus diferencias.

De igual manera, Hung (2001), define el arbitraje como aquella institución


conforme a la cual dos o más personas, en el ejercicio de la facultad que les confiere la
autonomía de su voluntad, acuerdan someter, a uno o varios árbitros, la solución de un
conflicto jurídico determinado que versa sobre materia de la cual tengan libre
disposición y, paralelamente, se obligan a cumplir con la solución acordada por los
árbitros; teniendo tal solución fuerza ejecutiva.

Procedimiento de Equidad

El procedimiento de equidad es un medio alternativo de resolución de conflictos,


consagrado en la la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz
Comunal (2012), según el cual, el juez o jueza de paz comunal decide la controversia
con base a la proporcionalidad y a la condición real de cada una de las partes, que
conduce a decidir, de manen justa, constructiva y pertinente, el asunto concreto
sometido a su arbitrio, orientándose para ello en el principio constitucional de justicia
social y en las leyes relacionadas con la materia.

La Justicia de Paz

En cuanto a la Justicia de Paz, como medio alternativo de resolución de


conflictos, señala Ramírez (2008), es la que procura resolver de una manera rápida,
sencilla y económica, los eventos que se pueden producir en una comunidad, a través
de la equidad y que permite que la comunidad elija así sus propios jueces y
procedimientos. La ley de paz ordena que no necesariamente se cumpla con la
legalidad, más si con la equidad; es aplicar justicia a casos muy concretos observando
las circunstancias. Se le denomina también justicia de vecindad.

Por su parte, Zubillaga (2007), sostiene que la justicia de paz es un mecanismo


alternativo para solucionar las pequeñas desavenencias surgidas en el devenir de las
relaciones cotidianas entre vecinos o familiares. En el marco de un estado social de
derecho y de justicia constituye, además, un mecanismo de participación ciudadana en
la resolución de los conflictos.

Régimen Legal

Los Medios Alternativos de solución de Conflictos en Venezuela, poseen rango


constitucional, por cuanto, se encuentran consagrados en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (2000), la cual contempla en su artículo 253, que la
potestad de administrar justicia emana de los ciudadanos y ciudadanas y se imparte en
nombre de la República por autoridad de la ley. Además dispone, que corresponde a los
órganos del Poder Judicial conocer de las causas y asuntos de su competencia
mediante los procedimientos que determinen las leyes, y ejecutar o hacer ejecutar sus
sentencias.

De igual manera, se recoge en esta disposición, que el sistema de justicia está


constituido por el Tribunal Supremo de Justicia, los demás tribunales que determine la
ley, el Ministerio Público, la Defensoría Pública, los órganos de investigación penal, los
o las auxiliares y funcionarios o funcionarias de justicia, el sistema penitenciario, los
medios alternativos de justicia, los ciudadanos o ciudadanas que participan en la
administración de justicia conforme a la ley y los abogados autorizados o abogadas
autorizadas para el ejercicio.

Como se aprecia, los medios alternos de resolución de conflictos, tal como están
concebidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000), forman
parte del sistema judicial y fortalecen el ordenamiento jurídico, pues se fundamentan en
la oralidad como principio procedimental que lleva implícita la inmediación, la
concentración y la publicidad, que propicia un ambiente flexible, no formal, privado,
voluntario.

En efecto, se incorporan al sistema de justicia, los medios alternos para la


resolución de controversias, tales como el arbitraje, la mediación y la conciliación, todo
ello con el objeto de que el Estado los fomente y promueva sin perjuicio de las
actividades que en tal sentido puedan desarrollar las academias, universidades,
cámaras de comercio y la sociedad civil en general

Por otro lado, el Código de Procedimiento Civil, publicado en la Gaceta Oficial N°


4.196. Extraordinario, de fecha 2 de agosto de 1990 que prevé tanto la conciliación
como el arbitraje. Por su parte, la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y
Trabajadoras, publicada en Gaceta Oficial n° 6.076, de fecha 08 de mayo de 2012, que
regula la Conciliación y Arbitraje como mecanismos para solucionar los conflictos
colectivos.

Asimismo, la Ley Sobre el Derecho de Autor, publicada en Gaceta Oficial n°


4.638 Extraordinario, de fecha 1º de octubre de 1993, se refiere al arbitraje institucional
ante la Dirección Nacional de Derecho de Autor, el cual es un arbitraje voluntario y se
tramita conforme a las previsiones sobre arbitraje del Código de Procedimiento Civil
(1990); la Ley de la Actividad Aseguradora, publicada en Gaceta Oficial Nº 5.990
Extraordinario del 29 de julio de 2010, también prevé el arbitraje como mecanismo de
solución de controversias entre particulares y empresas de seguros.

Por su parte, la Ley para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y
Servicios, publicada en Gaceta Oficial n°. 39.16 de fecha 24 de abril de 2009, establece
la conciliación y el arbitraje como mecanismos voluntarios para la resolución de
controversias que se susciten entre consumidores, usuarios y proveedores de servicios,
en este caso, corresponde a la parte afectada elegir entre uno u otro mecanismo.

Asimismo, la Ley de Arbitraje Comercial, publicada en Gaceta Oficial nº 36.430 de


fecha 7 de abril de 1998, conjuntamente con el Decreto con Rango y Fuerza de Ley de
Promoción y Protección de Inversiones, publicada en la Gaceta Oficial nº 5.390
Extraordinario de fecha 18 de noviembre de 1999, surgen de la necesidad de brindar
mayor seguridad jurídica a los inversionistas.

La Ley Orgánica Procesal del Trabajo, publicada en Gaceta Oficial n° 37.504 de


fecha 13 de agosto de 2002, también contempla la conciliación y el arbitraje como
medios alternos de resolución de conflictos. Además la conciliación está consagrada en
otros dispositivos legales tales como en la Ley Orgánica sobre el Derecho a la Mujer a
una Vida Libre de Violencia, publicada en Gaceta Oficial n° 38.668 de fecha 23 de abril
de 2007.

La conciliación también se encuentra prevista en el Código Orgánico Procesal


Penal, publicado en Gaceta Oficial nº 6.078 Extraordinario del 15 de junio de 2012, en el
cual ésta es usada como medio para llegar a los acuerdos reparatorios, que sirven
como medida compensatoria para el agraviado por parte del agraviante en hechos
punibles que afecten bienes materiales, poniendo fin al procedimiento penal.

Por otro lado, en el ámbito internacional, Venezuela es parte de un buen número


de acuerdos internacionales que promueven la resolución alternativa de controversias.
En este sentido Venezuela es parte de los siguientes acuerdos; entre otros: La
Convención sobre el Reconocimiento y Ejecución de las Sentencias Arbitrales
Extranjeras, celebrada en Nueva York el 10 de junio de 1958 (Convención de Nueva
York), el Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y
Nacionales de Otros Estados (Convenio de CIADI).

También forma parte de Convención Interamericana sobre Arbitraje Comercial


Internacional, fumada en Panamá el 30 de enero de 1975 (Convención de Panamá); y
de la Convención Interamericana sobre Eficacia Extraterritorial de las Sentencia y
Laudos Extranjeros, suscrita en Montevideo el 8 de mayo de 1979.

Ahora bien, tal como lo establece Escalona (2004), mención especial merece la
Justicia de Paz, ideada para resolver conflictos comunitarios, la cual tiene sustento
constitucional, por cuanto la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(2000), la contempla expresamente en el artículo 258, el cual dispone, que la ley
organizará la justicia de paz en las comunidades, y que los jueces o juezas de paz
serán elegidos o elegidas por votación universal, directa y secreta , conforme a la ley.
Asimismo, se recoge en esa disposición, que la ley promoverá el arbitraje, la
conciliación, la mediación y cualesquiera otros medios alternativos para la solución de
conflictos.

En virtud de lo expuesto, se puede afirmar, que la Justicia de Paz constituye una


nueva forma de administrar justicia que produce una ruptura de paradigmas en
comparación al modelo de administración de justicia conocida, por cuanto ésta se
encuentra orientada hacia la conciliación como primer peldaño en la resolución de
conflictos interpersonales, vecinales, enrumbándose a la consecución de soluciones
aportadas por las partes en conflicto, en aras de la convivencia pacífica.

Es pertinente hacer referencia a lo que expone Escalona (2004), quien señala,


que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000), echó por tierra
todas las discusiones que se presentaron entre estudiosos de la materia en torno a la
inconstitucionalidad de la justicia de paz, por cuanto, esta figura no estaba contemplada
en forma expresa en la Constitución Nacional de 1961, sobre los que se apoyaron los
proyectistas de la ley de 1993, para darle vida a la justicia de paz, con la promulgación
de la Ley Orgánica de la Justicia de Paz, publicada en Gaceta Oficial nº 4.817
Extraordinario del 21 de diciembre de 1994, la cual fue derogada por la Ley Orgánica de
la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz Comunal (2012).

En efecto, el artículo 258 de la Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela (2000), expresamente establece la justicia de paz, y en consecuencia viene
a representar su base constitucional, dejando sin efecto los argumentos de
inconstitucionalidad que se habían debatido en relación con la Constitución Nacional de
1961.

La Potestad de Administración de Justicia


La intervención del Estado en la Administración de Justicia, según lo expone
Escalona (2004), tiene la justificación en buena parte en el hecho de evitar que el
hombre se haga justicia por si mismo como en los tiempos de la barbarie. Es así como
la función judicial está enmarcada dentro de las funciones básicas del Estado, debido a
que existe la imperiosa necesidad que exista un sector público que provea justicia y en
consecuencia se convierta ese sector en el principal sostenedor del Estado de Derecho,
pues el la administra. Ese sector público al que le viene asignada la delicada función de
distribuir justicia, está representado por el Poder Judicial, el cual forma parte del Poder
Público Nacional.

Ahora bien, acota la autora citada, esa potestad jurisdiccional no es propiedad


del Estado, dicha potestad se la ha conferido el ciudadano. En este sentido, Rondón de
Sansó, (2002: 227) plantea: "La potestad de administrar justicia ha sido vista como
propia del Estado, olvidarse que el Estado no tiene otra existencia que no sea la que
deriva de la voluntad de los ciudadanos".

En efecto, en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000),


se alude el origen de la potestad jurisdiccional. Ese origen está plasmado en el artículo
253 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el cual expresa en su
encabezamiento: La potestad de administrar justicia emana de los ciudadanos o
ciudadanos y se imparte en nombre de la República y por autoridad de la ley.

De tal manera, expone Escalona (2004), que siendo consecuente con el


pensamiento de Juan Jacobo Rousseau, el ciudadano se despoja de ese derecho
natural que le asiste de solucionar sus conflictos y la encomienda a través de la ficción
de un contrato social a los órganos del Estado, allí se encuentra el origen del derecho a
administrar justicia y por ende del derecho a castigar que proviene del hombre cuando
sacrificó parte de su libertad en pro de un mayor bienestar.

Las leyes son las condiciones con que hombres independientes y aislados se
unieron en sociedad, fatigados de vivir en un continuo estado de guerra y de gozar una
libertad convertida en inútil por la incertidumbre de conservarla. Sacrificaron una parte
de ella para gozar la restante con seguridad y tranquilidad. La suma de todas estas
porciones de libertad sacrificadas al bien de cada uno constituye la soberanía de una
nación y el soberano es el legítimo depositario y administrador de ellas.

Como se evidencia del Tratado de Beccaria, destaca la autora, se palpa la


coincidencia con el pensamiento de Rousseau, el cual de una u otra forma es
compartida por el constituyente y vaciado en el aludido artículo 253 de la Constitución
Bolivariana de 1999. En ese aspecto la referida Carta Magna se erige dentro de sus
principios fundamentales y rector del Estado Venezolano el de ser un Estado
Democrático Social de derecho y de justicia. Quiere decir que si bien es cierto que el
ciudadano envistió al Estado de dicha potestad y que este Estado se erige como
democrático y de justicia y derecho.

La Participación Ciudadana en la Justicia

Todo el mecanismo jurisdiccional está destinado a que el juez sea un instrumento


realizador del Estado de derecho, tal como lo señala Escalona (2004), entendido este
como aquel que garantiza los derechos básicos del hombre, al tener esta función el juez
adquiere un rol protagónico. Empero de acuerdo a la crisis judicial que se ha venido
presentado, el juez como cabeza visible del Poder Judicial, no deja de tener una cuota
de responsabilidad en todas sus debilidades, las cuales se inician desde la forma como
son escogidos estos funcionarios, que la mayoría tienen cargos provisorios, es decir, no
han obtenido cargos por concurso de acuerdo al mandato constitucional.

Ante todas estas fallas, acota la autora citada, surge la necesidad de modernizar
el Sistema Judicial y abrir canales de participación ciudadana en lo que hasta ahora
significaba un monopolio del Estado y de los profesionales del derecho, tal como lo
señala Urdaneta (1999), la participación en poco tiempo transciende de instrumento
para estimular y facilitar el acercamiento del ciudadano al Estado, mayor acceso o
influencia en la toma de decisiones, para consolidar y desarrollar el sistema
democrático.

En tal sentido, señala Escalona (2004), una de las formulas para facilitar ese
acercamiento al ciudadano y reconciliarlo con la justicia está representado por la
Justicia de Paz, cuya esencia es participativa de acuerdo a lo que se ha venido
exponiendo, esta Justicia de Paz que consiguió resistencia al traer consigo la
posibilidad cierta que el ciudadano común no abogado participará activamente en el
arte de administrar justicia lo que hasta ahora había sido monopolio de los abogados.

Por supuesto, destaca la autora, que la realidad forzó esta situación, es el


desafío de los nuevos tiempos que conducen a que el ciudadano se involucre en la
toma de decisiones, no sólo de índole económica, política, social sino que también tome
parte en la justicia, lo cual redunda en una nueva relación Estado Sociedad y que
derrumbe viejos paradigmas del Estado benefactor y todopoderoso, donde el ciudadano
permanece apacible esperando que le resuelvan y cubran todas sus necesidades.

Vale destacar, que en tomo a esta materia expresa Feo La Cruz (1999), citado
por Escalona (2004), que hay que reeducar igualmente al ciudadano, para formarlo en
los verdaderos valores democráticos, que no se agotan en la participación en las
contiendas electorales, sino que deben orientar la vida cotidiana. Por lo expresado por
el autor, cabe destacar, que si se reafirman esos valores democráticos entre ellos la
justicia, esto coadyuvaría a un mejor clima de convivencia social que concluye en un
clima de paz. Por consiguiente si la justicia es un servicio público, el primer interesado
en que este funcione correctamente es el usuario del servicio, que no es otro que el
ciudadano común,

Resulta comprensible que se le conceda la oportunidad a éste de involucrarse en


su creación, control, organización, bien sea, en forma directa o indirecta y puede
terminar en un mecanismo idóneo que lo reconcilie con la legitimidad hasta ahora
perdida y como punta de lanza de la Justicia de Paz, un ciudadano no abogado dotado
más de principios morales y de ética que de letras, reduce el abismo entre el formalismo
jurídico y la cotidianidad, llena de sentido común y con metas ligadas a las aspiraciones
sociales.

De acuerdo a lo que se ha venido exponiendo, la Ley Orgánica de la Jurisdicción


Especial de la Justicia de Paz Comunal (2012), representa más que un instrumento
jurídico para la administración de justicia, una verdadera cátedra de participación
vecinal, donde la comunidad ocupa un puesto de honor en la resolución de su conflictos
particulares, así lo señala Ponce (1997), para quien, la Justicia de Paz, representa una
escuela de organización vecinal, de rescate de los líderes comunitarios reales de
respeto, unión y trabajo común para alcanzar las metas de la comunidad. Representa
una nueva forma de participar, representa el fortalecimiento de nuestros movimientos
vecinales.

Es decir, es un verdadero instrumento educativo. Asimismo señala Mago


Bendahan (1994), citado por Escalona (2004), la educación va a ser el puntal
imprescindible para el éxito de la Justicia de Paz y se educa participando, tomando
parte de su problemática cotidiana y no estando de espalda a la misma.

Los tiempos modernos, como se desprende de la doctrina citada, obligan a


ampliar canales de participación que estén orientados a profundizar la democracia
como forma de gobierno y hacerle sentir al pueblo que se está en la búsqueda de
perfeccionar el sistema, un viraje de democracia representativa a democracia
participativa; la complejidad de la sociedad así lo demanda, surgen movimientos
vecinales, ecológicos, culturales y ellos estimulan la participación y apuntan hacia un
poder de decisión cada día mayor hacia la Sociedad en aras de democratizar la
democracia.

La propia Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000), invoca


en su Preámbulo entre otras cosas, establecer una sociedad democrática participativa y
protagónica, así lo ratifica en el articulo 6 del que se desprende que el gobierno de la
República Bolivariana de Venezuela. es y será siempre democrático, participativo.

Es así como la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000), en


diversidad dispositivos deja establecidos medios de participación y dentro de ellos en el
sistema de justicia, al quedar plasmado en el artículo 253, la potestad de administrar
justicia como emanación de los ciudadanos y ciudadanas y no como monopolio del
Estado; y asimismo incluye a los ciudadanos que participan en la administración de
justicia dentro del aludido Sistema de justicia.
Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz Comunal

La Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz Comunal


(2012), en su artículo 3, establece la jurisdicción especial de la justicia de paz comunal,
y en tal sentido indica, que es la potestad que tiene el juez o jueza de paz comunal de
tomar decisiones, a través de medios alternativos para la resolución de conflictos o
controversias, en el ámbito territorial de su actuación.

Esta jurisdicción especial, a la luz de la disposición citada, comprende la facultad


de conocer, investigar, decidir los asuntos sometidos a su competencia y la potestad de
avalar acuerdos sobre la base de la vía conciliatoria, el dialogo, la mediación, la
comprensión y la reparación del daño, con la finalidad de restablecer la armonía, la paz,
el buen vivir y la convivencia comunitaria.

Asimismo, abarca la facultad de conocer y decidir en todo lo relacionado con las


actuaciones, abstenciones, negativas o vías de hecho de los consejos comunales,
comunas y organizaciones del Poder Popular, así como sobre las situaciones, que en
razón del funcionamiento interno de esas instancias, vulneren, afecten o restrinjan el
ejercicio del derecho a la participación y al protagonismo popular.

Por otro lado, se hace referencia al ámbito territorial, así, conforme al artículo 4,
en cada entidad local territorial se elegirá, por iniciativa popular, un juez o jueza de paz
comunal, considerando una base poblacional entre cuatro mil y seis mil habitantes,
conforme al proceso electoral previsto en la presente Ley. Asimismo, se indica que en
las comunas se elegirán tantos jueces o juezas de paz comunal, como resulte de la
aplicación de la base poblacional establecida en este artículo, sobre la cantidad de
habitantes de cada comuna.

De igual manera, la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de


Paz Comunal (2012), establece su ámbito de aplicación, y de acuerdo al artículo 5, las
disposiciones de esa Ley son aplicables a los y las habitantes donde se organice la
justicia de paz comunal y a las instancias y organizaciones del Poder Popular de la
respectiva entidad local territorial. Es importante acotar, que a los efectos de esta Ley,
de acuerdo al artículo 6, se entiende como entidades locales, las comunas, en su
condición especial de entidades locales, de acuerdo a la ley que regula la materia, así
como las parroquias y demás demarcaciones dentro del territorio del municipio.

Requisitos para ser Juez o Jueza de Paz Comunal

Los requisitos para ser Juez o Jueza de Paz Comunal están consagrados en el
artículo 20 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz Comunal
(2012), según el cual, para ser juez o jueza de paz comunal se requiere: ser venezolano
o venezolana; mayor de veinticinco años; saber leer y escribir; tener, para el momento
de la elección, al menos tres años de residencia en la entidad local territorial o en la
comuna; no estar sometido o sometida a condena mediante sentencia definitivamente
firme, ni a interdicción civil, inhabilitación política o administrativa.

Asimismo, se exige, que no pertenecer a la directiva de alguna organización


política, gremial o sindical, ni ser vocero o vocera de alguna organización del Poder
Popular, al momento de la postulación, a menos que renuncie a dicha condición; ser de
estado seglar y no pertenecer a ningún estamento militar o policial.

Ahora bien, en cuanto a los requisitos del juez o jueza de paz en municipios
fronterizos, el artículo 21 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de
Paz Comunal (2012), dispone, que en las entidades locales territoriales o comunas
ubicadas en municipios fronterizos, los candidatos a juez o jueza de paz comunal
deberán ser venezolanos o venezolanas por nacimiento.

Como se aprecia, la ley no exige la condición de Abogado, y esto ha implicado


las observaciones del gremio y de algunos jueces y magistrados. No obstante, de
conformidad con la filosofía de la ley y lo que siempre ha sido la justicia de paz, el
requisito de ser Abogado no es indispensable, pues se trata de la justicia de la
conciliación y la equidad.

Y tal como lo señala Escalona (2004), el requisito de ser Abogado, atentaría


contra la fundamentación filosófica de esta institución. Por tanto, la tarea del gremio
debe ser la de estimular a su agremiados a participar en el proceso para ganar y no
pueden ser Abogados comunes y corrientes, con excesivo apego el pensamiento
dogmático y formal y a la interpretación restrictiva de las normas jurídicas, por cuanto el
papel que corresponde al Juez de Paz, exige un cambio profundo en esa mentalidad
tradicional, muy lejana del espíritu creativo y emprendedor que debe cumplir en aras de
la consecución de sus importantes metas sociales.

De igual manera, destaca la autora citada, el abogado que habite en determinada


parroquia, y además reúne las condiciones antes señaladas, tendría, lógicamente,
derecho a competir en ese proceso electoral, pero la sola condición de Abogado
resultaría insuficiente, ya que no garantiza la obtención de las metas propuestas y, en
algunos casos, podría ser hasta un obstáculo para el desarrollo de las actividades del
Juez de Paz.

Por otra parte, acota Escalona (2004), el juez de paz es una persona que vive en
una comunidad, en esa comunidad donde ejerce sus atribuciones, es residente, lo cual
es un requisito indispensable. Aquí hay una diferencia con el juez ordinario, por cuanto,
este último, que por general, no habita en dicha localidad. Se trata de una persona con
características muy particulares, pues debe tener una gran sentido de la solidaridad
social, un gran sentido común, pues va a resolver problemas sencillos, conflictos de
hechos para los cuales se requieren una persona de gran respetabilidad en la
comunidad para que pueda lograr el fin primordial de la Justicia de Paz, como lo es la
conciliación de intereses en disputa.

Competencias de los Jueces y Juezas de Paz Comunal

Las competencias del Juez de Paz están contempladas en el artículo 8 de la Ley


Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz Comunal (2012), disposición
esta, que contiene 17 numerales, de lo que se infiere la amplitud de competencias que
les otorga la Ley a los Jueces y Juezas de Paz Comunal.

En efecto, los jueces y juezas de paz comunal son competentes para conocer:
según el numeral 1, de todos aquellos conflictos o controversias que en su ámbito local
territorial se susciten entre personas naturales o jurídicas, y que les hayan sido
confiados pasa decidir. Cuando el asunto controvertido sea de naturaleza patrimonial,
conocerá de éste si la valoración que le dan las partes no excede de doscientas
cincuenta Unidades Tributarias (250 U.T.). De acuerdo al numeral 2, de todos aquellos
conflictos o controversias derivados de la relación arrendaticia o de la propiedad
horizontal, salvo aquellos asignados a tribunales ordinarios y especiales o autoridades
administrativas.

Asimismo, son competentes para conocer, según el numeral 3, de los conflictos o


controversias entre miembros de la comunidad derivados de la aplicación de
ordenanzas relativas a la convivencia, cartas comunales y Reglamentos de convivencia
de los consejos comunales. Asimismo, de acuerdo al numeral 4, de los casos de
violencia de género, funcionará como órgano receptor de denuncia, en los términos
establecidos en la ley especial que regula la materia, pudiendo dictar cualquiera de las
medidas de protección y seguridad pertinente a favor de la víctima o el núcleo familiar.

De igual manera, los jueces y juezas de paz comunal tienen competencia, según
el numeral 5, en los casos de medidas relativas a la convivencia familiar y a la
obligación de manutención decretadas por los Tribunales de Protección de Niños, Niñas
y Adolescentes, como coadyuvante en el cumplimiento de las mismas. Y conforme al
numeral 6, aún de oficio, sobre el respeto a los derechos de los adultos y adultas
mayores, de las personas con discapacidad, de los niños, niñas y adolescentes y de las
personas en situación de vulnerabilidad, tomando las medidas respectivas conforme a
la ley y remitiendo las actuaciones al órgano o ente competente.

Por otra parte, los jueces y juezas de paz comunal son competentes según el
numeral 7, para celebrar matrimonios de conformidad con la ley. Asimismo, conforme al
numeral 8, para declarar, sin procedimiento previo y en presencia de la pareja, el
divorcio o la disolución de las uniones estables de hecho cuando sea por mutuo
consentimiento; los solicitantes se encuentren domiciliados en el ámbito local territorial
de juez o jueza de paz comunal; y no se hayan procreado hijos o de haberlos, no sean
menores de 18 años a la fecha de la solicitud.
De igual manera, de acuerdo al numeral 9 del artículo 8 de la Ley sub examine,
los jueces y juezas de paz comunal son competentes para conocer de la disolución
amigable de la comunidad de bienes solicitada por las partes en forma escrita. De todo
ello se remitirá copia certificada al Registro Civil respectivo.

Asimismo, conocerán, conforme al numeral 10, de la acción emanada de la


propiedad, tenencia y protección de animales domésticos y en peligro de extinción,
prevista en la ley especial que rige la materia, así como las ordenanzas municipales, en
materia de control y protección animal. Según el numeral 11, de los conflictos o
controversias que se susciten entre los miembros de las organizaciones socio
productivas de las comunidades.

Por otro lado, los jueces y juezas de paz comunal conocerán, de acuerdo al
numeral 12, de las actuaciones, abstenciones, negativas o las vías de hecho de los
consejos comunales, comunas, demás instancias y organizaciones del Poder Popular,
relacionadas con la aplicación de mecanismos, procedimientos y normas de
funcionamiento y las derivadas del derecho a la participación ciudadana con relación a
las instancias y organizaciones del Poder Popular.

Y según lo previsto en el numeral 13 del artículo 8 de la Ordenanza examinada,


los jueces y juezas de paz comunal podrán conocer de las denuncias y acciones
interpuestas, relacionadas con consejos comunales, comunas, demás instancias y
organizaciones del Poder Popular, que se deriven directa o indirectamente del ejercicio
del derecho a la participación.

Asimismo, los jueces y juezas de paz comunal deberán, según el numeral 14 del
artículo referido, colaborar con los organismos encargados del control y fiscalización de
la comercialización y mercadeo de los bienes y servicios de consumo en su ámbito local
territorial. Asimismo, el numeral 15, los faculta para promover campañas educativas en
materia de valores ciudadanos, de paz, convivencia ciudadana, derechos humanos y
resolución de conflictos en las comunidades de su ámbito local territorial.
Entre otras competencias concedidas a los jueces y juezas de paz comunal, se
encuentra la prevista en el numeral 16 del artículo 8 ejusdem, que los faculta para
solicitar el apoyo de la policía municipal, estadal o nacional, cuando así lo requiera para
di efectivo cumplimiento de sus funciones. Y conforme al numeral 17, están facultados
para conocer de todos aquellos casos que les hayan sido confiado expresamente por
las partes para so decisión o por la ley, siempre que no vulnere el orden público.

Herramientas del Juez de Paz para Resolver Conflictos

Es importante destacar, que la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la


Justicia de Paz Comunal (2012), establece el procedimiento de conciliación y mediación
para la resolución de los conflictos. En tal sentido, señala en su artículo 39, que el
procedimiento de conciliación o mediación no excederá de quince días continuos,
prorrogable por igual período y por una sola vez a criterio del juez o jueza de paz
comunal, el cual procurará culminar con un acuerdo.

Asimismo se indica, de acuerdo al artículo 40, que el Acuerdo correspondiente a


la conciliación o mediación contendrá los derechos y obligaciones de las partes y los
medios y plazos para ser cumplidos. Las partes lo suscribirán, y el juez o jueza de paz
lo homologará, si versare sobre materias en las cuales no estén prohibidas las
transacciones. Una vez homologado, el acuerdo tendré autoridad de cosa juzgada.

Por otro lado, la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz


Comunal (2012), contempla el procedimiento de equidad sin acuerdo conciliatorio,
sobre el cual se señala en el artículo 41, que agotado el lapso previsto para la
conciliación o mediación sin que medie acuerdo, pese a la participación de ambas
partes, el juez o jueza de paz comunal así lo aclarará, y comenzará a transcurrir un
lapso de tres días hábiles para que las partes promuevan pruebas y cinco días hábiles
para evacuarlas. Finalizado el lapso probatorio, el juez o jueza de paz comunal decidirá
dentro de los diez días hábiles siguientes.

Objeto de la Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y


Privados en el municipio Maracaibo
En el mes de septiembre de 2011, el Concejo Municipal de Maracaibo sancionó
la Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el
Municipio Maracaibo (2011), la cual entró en vigencia en fecha 18 de junio de 2012, en
un intento de impulsar la educación cívica desde el punto de vista formativo y preventivo
para transformar a los habitantes en ciudadanos, con el firme propósito de clarificar o
renovar algunas normas básicas de convivencia, que permitan consolidar sus bases y
sirvan de herramienta efectiva para hacer frente a las nuevas situaciones y
circunstancias que puedan afectar o alterar la convivencia pacífica, con el fin de mejorar
la calidad de vida de quienes habitan o transitan en el municipio.

Por ello, con la referida Ordenanza, se busca elevar los niveles de conciencia
ciudadana en los vecinos y en la comunidad en general, para lo cual deben estar
articuladas las distintas instituciones del Municipio, de la sociedad civil, y de los otros
niveles del poder público. La labor formativa-preventiva es crucial para el logro de tales
objetivos.

De acuerdo a lo previsto en el artículo 1 de la Ordenanza para la Convivencia


Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el Municipio Maracaibo (2011), su objeto
es regular y consolidar las bases de la convivencia ciudadana, entendida ésta como el
comportamiento cívico y el respeto a la vida colectiva pacífica, a los derechos y deberes
de los ciudadanos y ciudadanas en su relación mutua y en su interrelación con los
espacios públicos y privados del Municipio Maracaibo, bajo los principios
constitucionales de igualdad de derechos, libertad, paz, tolerancia, orden público,
solidaridad, corresponsabilidad, no discriminación, responsabilidad social, seguridad y
respeto.

Ámbito de Aplicación.

En cuanto al ámbito de aplicación de la Ordenanza para la Convivencia


Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el Municipio Maracaibo (2011), el
artículo 3 dispone que se aplicará en la Jurisdicción del Municipio Maracaibo en toda su
extensión territorial, quedando obligadas a su cumplimiento las personas naturales y
jurídicas con independencia del ámbito jurídico-administrativo del lugar donde tengan su
domicilio.

De las Infracciones

La Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y Privados


en el Municipio Maracaibo (2011), contempla infracciones por conductas contrarias a la
convivencia ciudadana, tales como la promoción de la mendicidad y realización de
necesidades fisiológicas en espacios públicos o privados de uso público; infracciones
por arrojar objetos o líquidos contra personas o bienes; infracciones por la ingesta de
bebidas y especies alcohólicas; infracciones concernientes al humo de tabaco;
infracciones concernientes al tránsito y transporte terrestre; infracciones concernientes
a los servicios y actos sexuales; infracciones concernientes a la perturbación del orden
público.

Asimismo, establece infracciones concernientes a la contaminación ambiental;


infracciones concernientes a los funcionarios públicos y funcionarias públicas;
infracciones concernientes a la prestación de servicios públicos; infracciones por
daños ocasionados a bienes públicos o privados e inadecuado uso de las
instalaciones; infracciones concernientes a la tenencia de animales domésticos.

En efecto, en el Capítulo VI de la Ordenanza sub examine, se regulan las


infracciones por conductas contrarias a la convivencia ciudadana, así se contempla, en
la Sección Primera: la promoción de la mendicidad y realización de necesidades
fisiológicas en espacios públicos o privados; Sección Segunda: infracciones por arrojar
objetos o líquidos contra personas o bienes; Sección Tercera: infracciones por la ingesta
de bebidas y especies alcohólicas; Sección Cuarta: infracciones concernientes al humo
de tabaco; Sección Quinta: infracciones concernientes al tránsito y transporte terrestre.

Se regulan además, en la Sección Sexta: infracciones concernientes a los


servicios y actos sexuales; Sección Séptima: infracciones concernientes a la
perturbación del orden público; Sección Octava: infracciones concernientes a la
contaminación ambiental; Sección Novena: infracciones concernientes a los
funcionarios públicos y funcionarias públicas; Sección Décima: infracciones
concernientes a la prestación de servicios públicos; Sección Décima Primera:
infracciones por daños ocasionados a bienes públicos o privados e inadecuado uso de
las instalaciones; Sección Décima Segunda: infracciones concernientes a la tenencia de
animales domésticos.

Funcionarios y Funcionarias Competentes.

Otro elemento que se destaca en la Ordenanza para la Convivencia Ciudadana


en Espacios Públicos y Privados en el Municipio Maracaibo (2011), es lo contemplado
en el artículo 4, según el cual, son competentes para velar por el cumplimiento de dicha
Ordenanza en el marco de sus respectivas atribuciones constitucionales y legales: el
Alcalde o Alcaldesa del Municipio Maracaibo; los Concejales o las Concejales; el
Síndico Procurador o la Síndico Procuradora y el Contralor o Contralora Municipal; los y
las integrantes del Consejo Local de Planificación Pública.

Asimismo, son competentes para velar por el cumplimiento de la Ordenanza para


la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el Municipio Maracaibo
(2011), los Órganos que conforman el Sistema Integral de Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes; los funcionarios investidos o funcionarias investidas de autoridad pública
adscritos a las instituciones de Policía Municipal, Bomberos y Protección Civil del
Municipio Maracaibo.

De igual manera, velarán por el cumplimiento de la Ordenanza sub examine, los


funcionarios investidos o funcionarias investidas de autoridad pública de los órganos y
entes encargados de la Vigilancia Vial del Municipio Maracaibo en las materias
relacionadas con la libre circulación del tránsito y uso adecuado de las vías públicas; los
o las intendentes de seguridad ciudadana municipal o parroquiales; los Jueces y Juezas
de Paz dentro del ámbito de su competencia; el Instituto Municipal de Capacitación y
Educación Ciudadana (IMCEC); y el Servicio Desconcentrado Municipal de
Administración Tributaria (SEDEMAT).

También se regula en la disposición citada, que los órganos y entes que


conforman el Poder Publico Municipal, así como los otros poderes territoriales,
colaborarán entre sí dentro del ámbito de sus competencias, para lograr los fines
previstos en la presente ordenanza. Todo ciudadano tendrá la responsabilidad de
comunicar a los funcionarios y funcionarias competentes las infracciones de que tuviera
conocimiento.

Funcionarios y Funcionarias competentes


para aplicar sanciones

Vale destacar, que además de los funcionaros y funcionarias competentes para


velar por el cumplimiento de de la Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en
Espacios Públicos y Privados en el Municipio Maracaibo (2011), este mismo instrumento
normativo distingue, los Funcionarios y Funcionarias competentes para aplicar
sanciones, y es así como el artículo 5 de esta Ordenanza dispone que los funcionarios
adscritos al Instituto Autónomo de Policía Municipal de Maracaibo (Polimaracaibo) son
los únicos competentes para sustanciar los procedimientos respectivos y aplicar las
sanciones previstas en la presente ordenanza.

Asimismo, dispone el mismo artículo, que en el caso de la aplicación de


sanciones conmutadas por trabajos comunitarios, el órgano competente para la
asignación de tareas y supervisión del desempeño del ciudadano o ciudadana será el
Instituto Municipal de Capacitación y Educación Ciudadana (IMCEC), en coordinación
con el Instituto Autónomo de Policía Municipal de Maracaibo (POLIMARACAIBO) y
otros entes u órganos de la administración municipal.

En efecto, la Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y


Privados en el Municipio Maracaibo (2011), establece una gradación de sanciones, y así
estipula, Infracciones Leves e infracciones graves, las cuales serán sancionadas con
multas que oscilan entre dos unidades tributarias (2 U.T) a diez unidades tributarias (10
U.T.), según el caso.

De igual manera, en la Ordenanza bajo estudio, se establece, que el infractor, en


algunas situaciones, deberá asistir a un taller sobre concienciación y educación
ciudadana. Asimismo, se establece como sanción, el trabajo comunitario, que van de
desde trece (13) horas a veinticuatro (24). También contemplan la figura de la
reincidencia, en cuyos casos, se impondrá el doble de la sanción establecida, en los
casos de infracciones graves.

Es importante destacar, que en esta Ordenanza se crea el Sistema de


Información Ciudadana (SIC), constituido por un registro especial a cargo del Instituto
Autónomo de Policía Municipal de Maracaibo (Polimaracaibo), el cual sistematizará la
información actualizada de acciones, infracciones u omisiones cometidas por
ciudadanos o ciudadanas que hayan infringido cualquier normativa vigente en el
municipio Maracaibo. Su finalidad es conocer la reincidencia ciudadana en la comisión
de faltas contempladas en la normativa legal vigente, así como conocer el buen
desempeño ciudadano.

Asimismo se contempla que este Sistema de Información Ciudadana (SIC) será


actualizado permanentemente por los distintos órganos o entes centralizados o
descentralizados del Municipio, pudiendo cualquier persona con interés legítimo,
personal y directo, acudir al Instituto Autónomo de Policía Municipal de Maracaibo
(Polimaracaibo) para solicitar la información que sobre sí misma conste en el referido
sistema de información. Cumplidos cinco (5) años de la comisión de la falta, se
procederá a eliminar su registro del Sistema de Información Ciudadana (SIC).

Procedimiento para la Aplicación de la Sanción.

La Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y Privados


en el Municipio Maracaibo (2011), establece el procedimiento para la aplicación de las
sanciones, y en virtud de lo contemplado en el artículo 42, la sustanciación del
procedimiento, lo llevarán a cabo los funcionarios o funcionarias del Instituto Autónomo
de Policía Municipal de Maracaibo (Polimaracaibo), quienes, al tener conocimiento de la
comisión de alguna de las infracciones previstas en la Ordenanza, estarán obligados a
sustanciar el procedimiento administrativo indicado en ese instrumento normativo.

En efecto, lo relativo al procedimiento, está previsto en el artículo 45, el cual


contempla, que si el funcionario o funcionaria del Instituto Autónomo de Policía
Municipal de Maracaibo (Polimaracaibo) actúa de oficio o a instancia de parte agraviada
mediante denuncia, deberá proceder a la notificación del infractor o infractora a fin de
que comparezca a una articulación probatoria de tres (03) días hábiles para que ejerza
su derecho a la defensa y exponga sus alegatos y razones y consigne cualquier
elemento probatorio que le favorezca. Concluido el procedimiento el funcionario o
funcionaria, dictará la Resolución respectiva debidamente motivada dentro de los tres
(03) hábiles siguientes a la conclusión del lapso probatorio.

Es importante destacar, que en este instrumento normativo local, también se


contempla la conciliación como un mecanismo alterno de resolución de conflictos, como
se desprende del artículo 46, que recoge lo relativo al acuerdo conciliatorio. Y en tal
sentido dispone, que si la infracción cometida fuese consecuencia de una denuncia
formulada a instancia de parte agraviada, las partes podrán llegar a un acuerdo
conciliatorio debiendo suscribir un acta que contendrá la identificación de las partes,
domicilio, infracción cometida y la fecha para el cumplimiento del acuerdo voluntario.

Asimismo, se señala en la misma disposición, que los funcionarios o funcionarias


homologarán el acuerdo conciliatorio, suscrito entre las partes. Si el presunto infractor o
infractora no le da cumplimento voluntario al acuerdo suscrito, el funcionario o
funcionaria procederá de oficio a la sustanciación del procedimiento contenido en la
misma Ordenanza.
MATRIZ DE ANÁLISIS
Objetivo General: Analizar el alcance de de las atribuciones conferidas al Juez de Paz Comunal en
el marco de la Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el
municipio Maracaibo como medio alterno de resolución de conflictos.
Revisar los Instrumentos -Medios alternos de -Constitución de la
instrumentos normativos que resolución de conflictos República Bolivariana de
normativos que rigen rigen la justicia de -Conciliación Venezuela (Arts. 253 y
la justicia de paz en el paz en el -Negociación 258)
ordenamiento jurídico ordenamiento -Equidad -Ley Orgánica de Justicia
venezolano en el jurídico venezolano -Arbitraje de Paz (Arts. 36-40 y 45-
marco de la como medio alterno -Justicia de paz 46)
ordenanza para la de resolución de -Régimen legal -Ley de Arbitraje
convivencia conflictos. Comercial, -Ley Orgánica
ciudadana en de Protección del Niño y
espacios públicos y del Adolescente (Arts.
privados en el 308-317)
municipio Maracaibo -Ley Orgánica Procesal
como medio alterno del Trabajo (Arts.
de resolución de 129,133,135 y 138-149)
conflictos. -Reglamento de la Ley
del Trabajo (Arts. 194 y
202)
-Código de
Procedimiento Civil (Arts.
257-260-262, 388, 799-
800)
-Código Civil de
Venezuela (Art. 1982)
-Código de Comercio
(Arts.
540,962,1005,1104,1110)
-Ramírez (2008)
Examinar las Atribuciones del -La potestad de -Ley Orgánica de Justicia
atribuciones del Juez de Paz administración de justicia de Paz (Arts. 36-40 y 45-
Juez de Paz Comunal como -La Participación Ciudadana 46)
Comunal en el medio alterno de en la Justicia
marco de la resolución de - Jurisdicción Especial de la
ordenanza para la conflictos. Justicia de Paz Comunal
convivencia -Perfil del Juez de Paz
ciudadana en - Competencias de los
espacios públicos y Jueces y Juezas de Paz
privados en el Comunal
municipio
Maracaibo como
medio alterno de
resolución de
conflictos.
Determinar el Alcance de la -Objeto de la Ordenanza -Ordenanza para la
alcance de la Ordenanza para la para la Convivencia Convivencia Ciudadana
Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios en Espacios Públicos y
Convivencia Ciudadana en Públicos y Privados en el Privados en el municipio
Ciudadana en Espacios Públicos y municipio Maracaibo Maracaibo
Espacios Públicos y Privados en el -Ámbito de Aplicación
Privados en el Municipio - De las Infracciones
Municipio Maracaibo como -Funcionarios y Funcionarias
Maracaibo como medio alterno de Competentes.
medio alterno de resolución de -Funcionarios y Funcionarias
resolución de conflictos. competentes
conflictos. para aplicar sanciones
-Procedimiento para la
Aplicación de la Sanción
Fuente: González-Sánchez (2013)
CAPITULO III

MARCO METODOLÓGICO

Tipo de investigación

Antes de hacer referencia al tipo de investigación, es importante señalar, que se


entiende como investigación. En ese sentido, es oportuno citar la definición que al
respecto plantea Arias (2000: 22), para quien, “La investigación científica es un proceso
metódico y sistemático, dirigido a la solución de problemas y preguntas científicas,
mediante la producción de nuevos conocimientos, los cuales constituyen la solución o
respuesta a tales interrogantes”.

Ahora bien, a los efectos de calificar el tipo de investigación, es pertinente hacer


referencia a lo que señala Arias (2000: 22), quien expone, que “Lo importante es
precisar los criterios de clasificación”. En tal sentido, uno de los elementos considerados
por la doctrina, a los fines de establecer los tipos de investigaciones, es el nivel de
conocimiento de la misma.

En virtud de ello, se puede afirmar que la presente investigación es de tipo


descriptiva en virtud que se ubica, como lo señala Nava (2008), en un segundo nivel
de conocimiento, por encima de la investigación exploratoria, la cual según la autora,
constituye un nivel más elemental y sencillo de la investigación, a través de la cual se
busca obtener la primera aproximación al objeto de estudio, sin embargo, señala, que
en toda investigación de carácter científico se parte de este nivel.

Por otro lado, en cuanto a la investigación descriptiva, Hurtado (2008:101)


expresa:

Tiene como objetivo, la descripción precisa del evento de estudio. Este


tipo de investigación se asocia al diagnostico. En la investigación
descriptiva es el propósito es exponer el evento estudiado, haciendo
una enumeración detallada de sus características, de modo tal que en
los resultados se pueden obtener dos niveles, dependiendo del
fenómeno y del propósito del investigador: un nivel más elemental, en
el que se logra una clasificación de la información de función de
características comunes y un nivel más sofisticado en el cual se ponen
en relación los elementos observados a fin de obtener una descripción
más detallada .

De acuerdo a esta doctrina, se puede indicar, que en efecto, en el desarrollo de


esta investigación se realiza una descripción y un diagnóstico en cuanto al alcance de
de las atribuciones conferidas al Juez de Paz Comunal en el marco de la Ordenanza
para la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el municipio
Maracaibo (2011) como medio alterno de resolución de conflictos. Y en ese sentido, se
procede a revisar los instrumentos normativos que rigen la justicia de paz en el
ordenamiento jurídico venezolano en el marco de la ordenanza para la convivencia
ciudadana en espacios públicos y privados en el municipio Maracaibo como medio
alterno de resolución de conflictos.

Por otro lado, se examinan las atribuciones del Juez de Paz Comunal en el
marco de la Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y
Privados en el Municipio Maracaibo como medio alterno de resolución de conflictos y
finalmente, se determinan los elementos jurídicos establecidos en la referida
Ordenanza.
.
A esto puede añadirse que la presente investigación también es jurídico
descriptiva, por cuanto, como señala Sánchez, (2007), tiene como objeto lograr la
descripción del tema que se estudia, interpretando (lo que es). Utiliza el método de
análisis, y de esta forma el problema jurídico se descompondrá en sus diversos
aspectos, permitiendo ofrecer una imagen del funcionamiento de una norma o
institución jurídica tal y como es.

En efecto, tratándose que la materia objeto de esta investigación, pertenece al


ámbito jurídico, se infiere que la presente, es una investigación jurídica, entendiendo,
según lo expresado por Estévez, citado por Nava (2008: 10):
Que la investigación jurídica constituye el proceso mediante el cual el
investigador, guiándose por lo pautado por el método científico,
pretende descubrir las soluciones adecuadas para transformar la
realidad social, es decir, encontrar las repuestas más acertadas para
los problemas que plantea la vida en sociedad, a través de aplicación
de la norma jurídica y la creación de nuevas instituciones, o
modificación de las ya existentes, así como también, la elaboración de
proyectos , o nuevas leyes o la reforma de las vigentes, solventar
lagunas en la doctrina, entre otros aportes.

En efecto, para alcanzar los objetivos planteados en esta investigación, son


analizados diversos instrumentos normativos, entre los cuales se destacan, la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000), la Ordenanza para la
Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el Municipio Maracaibo
(2011), la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz Comunal
(2012), entre otras normativas, de cuyo análisis se deprenderán los resultados que
permitan despejar la problemática planteada en torno el alcance de las atribuciones
conferidas al Juez de Paz Comunal en el marco de la Ordenanza para la Convivencia
Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el municipio Maracaibo como medio
alterno de resolución de conflictos.

Diseño de investigación

El diseño de la investigación está referido a los aspectos operacionales de la


investigación, lo cual está íntimamente vinculado con las fuentes que originan la
información, en ese sentido, Martín, citado por Balestrini (2002: 131), señala:
Un diseño de investigación se define como el plan global de
investigación que integra de un modo coherente y adecuadamente
correcto, técnicas de recogida de datos a utilizar, análisis previstos y
objetivos… el diseño de una investigación intenta dar de una manera
clara y no ambigua, respuestas a las preguntas planteadas en la
misma.

En ese mismo orden de ideas, de la doctrina de Hurtado (2007: 147), se


desprende, que: “El diseño se refiere a dónde y cuándo se recopila la información, así
como la amplitud de la información a recopilar, de modo que se pueda dar respuesta a la
pregunta de investigación de la forma más idónea posible”.

En ese sentido, esta investigación se enmarca como documental, entendiendo la


misma, según Finol (2008) como un proceso sistemático de búsqueda, selección,
lectura, registro, organización, descripción, análisis e interpretación de datos extraídos
de fuentes documentales existentes en torno a un problema, con el fin de encontrar
respuesta a interrogantes planteadas en cualquier área del conocimiento humano.

Al respecto, señala Arias (2006: 23):


La investigación documental es un proceso basado en la búsqueda,
recuperación, análisis, crítica e interpretación de datos secundarios, es
decir, los obtenidos y registrados por otros investigadores, en fuentes
documentales: impresas, audiovisuales o electrónicas. Como en toda
investigación, el propósito de este diseño es el aporte de nuevos
conocimientos.
Tal es el caso de la presente investigación, en la cual se procede a obtener y
analizar datos contenidos en fuentes documentales, tales como textos, leyes,
jurisprudencias, entre otros documentos, entendiendo documento en su concepción
más amplia, como bien lo señala el autor, ya que los medios electrónicos han
constituido una importante fuente de información actualizada en la materia, por cuanto
han permitido consultar las páginas web relacionados con la materia de investigación,
así como revisar los pronunciamientos jurisprudenciales al respecto, resultando de gran
utilidad en esta investigación.

Técnica e instrumentos de recolección de datos.


De acuerdo con Arias (2006: 67): “Se entenderá por técnica, el procedimiento o
forma particular de obtener datos e información”. En cuanto al instrumento, señala
Arias (2006: 69), que “es cualquier recurso, dispositivo o formato (en papel o digital),
que se utiliza para obtener, registrar o almacenar información”. En ese mismo sentido,
Ramírez (2007: 108), indica que el instrumento de recolección de datos “es un
dispositivo de sustrato material que sirve para registrar los datos obtenidos a través de
las diferentes fuentes”.

En efecto, en esta etapa se identifican las diversas técnicas e instrumentos


utilizados en el diseño y desarrollo de la investigación, las cuales deben contener
principios sistemáticos y normas prácticas indispensables en la elaboración de la
misma, y que al mismo tiempo, permitan el desarrollo de los objetivos planteados y en
consecuencia, se obtengan los resultados.

Siendo la presente investigación de tipo descriptiva y de diseño documental, la


técnica de recolección de datos que se ha utilizado para alcanzar los objetivos
trazados, es la observación documental, definida por Perdomo (1989: 69), como la
“atención sistemática de cualquiera de los sentidos, con el propósito de recolectar datos
o describir relaciones que necesitamos para resolver nuestro problema de
investigación”.

Con respecto a la recolección de información documental, Márquez, (1997: 65 y


66), señala:
La revisión de la documentación existente sobre el tema nos permitirá
conocer el estado del arte sobre el área de nuestro interés (cuántos y
cuáles estudios se han realizado, enfoques teóricos y metodológicos,
resultados etc.), además de darnos los elementos teóricos que nos
ayudarán a comprender mejor el tema investigado.

En ese sentido, Balestrini (2002: 169), al referirse a las técnicas documentales,


señala, que “para el análisis profundo de las fuentes documentales, se utilizarán las
técnicas de observación documental, presentación resumida, resumen analítico y
análisis crítico.” En relación a esta doctrina, en la presente investigación se aplicó la
técnica de observación documental, a partir de la lectura general del material
bibliográfico escogido para el desarrollo de este estudio, el cual se clasifica en dos
fases.

En efecto, conforme a la doctrina expuesta, en la presente investigación, se realizó


una primera lectura para la selección asertiva del material a utilizar y posteriormente
descartar el material innecesario. Luego se realizó, una lectura detenida y rigorosa
con el objeto de extraer los datos que aportan mayor utilidad para la investigación.

En tal sentido, una de las técnicas que se llevó a cabo en esta investigación es la
observación documental bibliográfica de textos legales, doctrinarios y jurisprudenciales,
que permitieron obtener la información suficiente para llevar a cabo los objetivos
planteados en relación a la materia objeto de investigación, y con ello, arribar a los
resultados que se derivan de los mismos.

En general, con la observación documental se persigue realizar el análisis de las


diversas fuentes para así lograr indagar de manera precisa y veraz el objeto de
estudio. Siendo la técnica de recolección de datos de esta investigación, la observación
documental, es preciso hacer referencia a los instrumentos de observación, referidos
por Nava (2008: 248-250), entre los cuales señala, la guía del observador, diario de
campo, cuadros de trabajo, mapas e instrumentos mecánicos.

Plan o método de análisis

En la doctrina patria, algunos autores destacan la importancia de la selección del


método o plan de análisis de los datos obtenidos en la investigación, el cual va
íntimamente vinculado al tipo de investigación. En ese sentido, si la investigación es
descriptiva, como el presente caso, requerirá del análisis de contenido. Lo importante,
es que el investigador seleccione el método o plan de análisis, cualquiera sea el tipo de
investigación.
En ese sentido, al referirse a la etapa de análisis e interpretación de datos,
expresa Balestrini (2002: 169):
Esta etapa es de carácter técnico, pero al mismo tiempo de mucha
reflexión, involucra la introducción de cierto tipo de operaciones,
ordenadas, estrechamente relacionadas entre ellas, que facilitarán
realizar interpretaciones significativas de los datos que se recogerán,
en función de las bases teóricas que orientarán el sentido del estudio
y del problema investigado. En este sentido, esta fase de desarrollo del
proyecto de investigación, comprende, además de la incorporación de
algunos lineamientos generales para el análisis e interpretación de los
datos; su codificación y tabulación; sus técnicas de presentación; y el
análisis estadístico que se introducirán en los mismos.

En ese mismo sentido, Selltiz y otros, citado por Balestrini (2002: 169),
con respecto al análisis e interpretación de los datos obtenidos en la investigación,
acotan lo siguiente: “El propósito del análisis es resumir las observaciones llevadas a
cabo de forma tal que proporcionen respuestas a las interrogantes de investigación”.

El método de análisis según Méndez (2008: 325):


Es el proceso de conocimiento que se inicia por la identificación de
cada una de las partes que caracterizan una realidad. De esta manera
se establece la relación causa-efecto entre los elementos que
componen el objeto de investigación.

En tal sentido, para el desarrollo de los objetivos específicos, y así alcanzar el


objetivo general de esta investigación, se aplicó el análisis deductivo, siendo este el
razonamiento que va de lo general a lo particular o específico, de acuerdo con Arias
(2000). Asimismo, se utilizó la hermenéutica, cuya base radica en ir al núcleo del
significado de las fuentes y fijar desde allí el verdadero sentido de las mismas,
guardando con ello profunda relación con la interpretación de los textos legales.

En efecto, la hermenéutica se compadece con una doctrina metódica que se


encuentra dirigida, no a un saber teorético, sino a su uso práctico, específicamente a la
aplicación técnica de la interpretación correcta de un texto. Para Jánez (1996:24), el
método hermenéutico es aplicable a las ciencias humanas y científicas, hace uso de los
denominados enunciados cognoscitivos-veritativos, definidos como:

Aquellos que en alguna manera, nos comunican verdad y gozan de


veracidad, han de apoyarse en algún dato o experiencia de lo real, han
de tener algún fundamento predicativo controlable. Estos saberes o
conocimientos los distinguimos de las apreciaciones o meras
opiniones, por ir acompañadas de algún grado de objetividad y razón
precisa defendibles.

Por otro lado, es aplicable el método de interpretación de las leyes, entendida,


según Cabanellas, (1993) como la aclaración fundada de la letra y el espíritu de las
normas legales, para conocer su verdadero sentido y determinar el alcance o eficacia
general o en un caso particular. Es de esta manera como se interpreta el espíritu,
propósito y razón de la ley, de la cual emanan elementos a considerar en las posibles
soluciones a la problemática objeto de la presente investigación.

Por su parte Hernández y Col. (2006), consideran que el análisis de la información


para la investigación documental se denomina “Análisis Descriptivo”, el cual está
basado en la determinación de los factores intervinientes en la investigación y su
descripción analítica, bajo el criterio del autor, que deberá siempre estar sustentado en
fuentes documentales.

En efecto, con la finalidad de llevar a cabo el proceso de investigación enmarcado


dentro de la categoría que ha sido tipificada la misma, siendo el presente caso, una
investigación documental descriptiva, amerita el análisis descriptivo de fuentes
documentales, a los efectos de desarrollar los objetivos planteados y de esta manera
obtener los resultados de este estudio, que deben derivar en aportes y posibles
soluciones a la problemática sub examine.
CAPÍTULO IV
RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN

Analizar el alcance de de las atribuciones conferidas al Juez de Paz


Comunal en el marco de la Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en
Espacios Públicos y Privados en el Municipio Maracaibo como medio alterno de
resolución de conflictos.

Revisar los instrumentos normativos que rigen la justicia de paz en el


ordenamiento jurídico venezolano en el marco de la Ordenanza para la
Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el Municipio
Maracaibo como medio alterno de resolución de conflictos.

El primer objetivo planteado, relativo a revisar los instrumentos normativos que


rigen la justicia de paz en el ordenamiento jurídico venezolano en el marco de la
Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el
Municipio Maracaibo como medio alterno de resolución de conflictos, requirió la
definición de los medios alternativos de resolución de conflictos, para lo cual, se recurrió
a lo expuesto por Ramírez (2008).

En efecto, el referido autor, define a los medios alternativos de resolución de


conflictos, como un conjunto de métodos, procedimientos, o técnicas que, tiene por
objeto solucionar las desavenencias o dificultades, entre personas u organizaciones, no
recurriendo a los tribunales, ni a la decisión impuesta por un juez, con la característica
intervención activa de ambas partes involucradas.

Por otro lado, señala el autor citado, la solución del conflicto nace, de la
confrontación y armonización de los valores e intereses contrapuestos de las partes, no
de la imposición de valores impuestos por el juez, porque no pretende mirar
exhaustivamente las normas existentes, costumbres y jurisprudencia, sino que más bien
se dirige al conflicto en sí, y sus posteriores consecuencias hacia el futuro, viendo las
reacciones que tiene en las mismas partes. Por lo tanto los medios alternativos son un
sistema en sí mismo que puede actuar complementariamente con la justicia.

Asimismo, sostiene el autor, que son un sistema circular en donde no existe juez,
ni demandado, no hay principio, ni final, y tiene como propósito entonces juntar a las
partes y que ambas se escuchen mutuamente. Existen diferentes sistemas que
actualmente están siendo utilizados por personas y compañías para solucionar sus
diferencias, permitiendo así un ahorro de tiempo y dinero. Asimismo acota, que
cualquier método de negociación debe ser juzgado por tres criterios: debe producir un
sabio acuerdo (siempre que sea posible el arreglo), debe ser eficiente y debe mejorar o
por lo menos no dañar la relación entre las partes.

En ese mismo orden de ideas, Martí, citado por Velásquez (2012), define a los
medios alternos de resolución de conflictos, como aquellos procedimientos ajenos a los
aparatos judiciales estatales, es decir, procedimientos extrajudiciales que permiten a
dos o más partes implicadas en un conflicto la superación del mencionado conflicto, por
lo general por medio de un acuerdo voluntario.

En relación a ello, señala Velásquez (2012), se hace referencia a distintos


procedimientos, que comportan modelos que establecen pautas de tipo procesal que
tienen un fin determinado. En ese sentido son procedimientos de carácter alternativo, es
decir, que no son procedimientos tradicionales de resolución de controversias. De ahí
su característica de ser un procedimiento alternativo y extrajudicial. En el mismo orden
de ideas y tomando en cuenta la definición antes dada de los medios alternativos de
resolución de conflictos, los mismos tienen como principal finalidad la resolución de un
conflicto de forma voluntaria entre dos o más partes.

Por su parte, Hightony y otro, citados por Velásquez (2012), acotan que los
objetivos que se conocen en doctrina de los medios alternativos de resolución de
conflictos son los siguientes: mitigar la congestión de los tribunales, así como también
reducir el costo y la demora en la resolución de los conflictos; incrementar la
participación de la comunidad en los procesos de resolución de conflictos; facilitar el
acceso a la justicia y suministrar a la sociedad una forma más efectiva de resolución de
disputas

Finalmente, destaca Velásquez (2012), se le reconoce a la conciliación un


carácter de equivalente jurisdiccional, es decir que surte efecto tal como si fuese una
sentencia con la correspondiente característica de cosa juzgada, conforme a lo
establecido en el artículo 262 del Código de Procedimiento Civil (1990).
.
A los efectos de alcanzar al primer objetivo planteado, se hizo necesario hacer
referencia a la negociación, como otro medio alterno de resolución de conflictos, el cual
consiste, como lo expresa Ramírez (2008) en el proceso mediante el cual dos o más
personas, que tienen intereses comunes o diferentes, intercambian información veraz y
suficiente, a lo largo de un periodo, con miras a lograr un acuerdo para sus relaciones
futuras. Se pretende influir sobre la conductas del otro para lograr un comportamiento
deseado sin usar el poder o la fuerza.

Es torno a la negociación este medio alterno de resolución de conflictos, se


acudió a la doctrina de Medina (2008), quien la define como un proceso voluntario de
comunicación directa, interpartes, interdependientes por un conflicto que trabajan
conjuntamente para arribar por sí mismos a un acuerdo que satisfaga los intereses
mutuos, maximizando los resultados. Los negociadores poseen el control total del
proceso y del resultado, pues excluye la intervención de un tercero en el proceso.

Por otro lado, fue pertinente hacer mención de la mediación como medio alterno
de resolución de conflictos, la cual, según lo expone Ramírez (2008), es un medio
informal y voluntario de solución de conflictos en el que un tercero imparcial trata
mediante técnicas de negociación que las partes identifiquen las posibles zonas de
acuerdo. Asimismo, para Medina (2008), la mediación es un procedimiento no
adversarial de negociación asistida o facilitada a ambas partes por un tercero neutral
que no esta por encima sino por el contrario entre las partes.

En ese mismo sentido, este tercero neutral, señala Medina (2008), debe actuar
pasivamente, pues no puede proponer soluciones al conflicto, sólo los asiste para que
se acerquen y encuentren puntos de coincidencia, de convergencia y arriben por si
mismos a un acuerdo que se ajuste a las necesidades de ambas partes y satisfaga
ampliamente los intereses mutuos.

Ahora bien, la jurisprudencia patria también ha hecho referencia a la mediación,


como se recoge de la sentencia dictada por el Tribunal de Protección del Niño y del
Adolescente de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, de fecha 29 de Marzo de
2011, en la cual se recoge que la mediación, como método tiene como base la
negociación, pues deja también en manos de los implicados el poder de la decisión
referido a las posibles soluciones en sus desacuerdos, y añade una tercera persona en
la situación.
En ese mismo sentido, se deja sentado en el referido fallo, que la mediación
implica una negociación asistida tal como algunos autores la han definido. Se refiere a
un proceso en el que interviene la figura de un tercero, el mediador, aceptado por las
partes contendientes para alcanzar voluntariamente el arreglo de los temas de
discusión.

Por otro lado, siguiendo la doctrina de Reina citado por Vallejo y otro (2007), la
mediación es una técnica o forma de actuar que implica y se nutre de un conocimiento
práctico basado en: a) el aporte de diversas áreas de conocimiento (psicología social,
teoría de la comunicación, etc.); b) un proceso o modo de intervención específico para
transformar la situación de conflicto a través de unas etapas, a la vez que evita el
desarrollo del conflicto destructivo y c) utiliza un repertorio de técnicas, algunas propias
y otras importadas de otras disciplinas, algunas de las cuales son la escucha activa o la
generación de alternativas, entre otras.

En ese mismo orden de ideas, Folberg y otro (1988), definen la mediación como
un proceso temporalmente limitado que aumenta la comunicación, maximiza la
exploración de alternativas, atiende las necesidades de todos los participantes, busca
un acuerdo percibido por las partes como neutro y provee un modelo para futuras
resoluciones de conflictos.
Asimismo, en torno a la mediación, señalan los autores citados, en la medida en
que enfatiza la responsabilidad de los participantes para tomar decisiones que afectan a
sus vidas, se trata de un proceso de autoapoderamiento que consiste en el aislamiento
sistemático de puntos de acuerdo y desacuerdo y de alternativas de resolución,
mediante el empleo de una tercera parte neutral cuyo rol es descrito como un facilitador
de comunicaciones, un guía en la delimitación de los temas y un agente de acuerdo que
asiste a los disputantes en sus negociaciones.

En tal sentido, acotan también los autores, que la mediación ayuda a educar a
las partes en la percepción de las necesidades del otro, y provee una resolución
personalizada de la disputa. El énfasis no está en quien tiene razón y quien no, o en
quien gana y quien pierde, sino en el aprendizaje de la resolución conjunta de
problemas y el reconocimiento de que la cooperación puede ser una ventaja mutua.

Es importante señalar, que en el ordenamiento jurídico venezolano, se ha


contemplado la mediación como medio alterno de resolución de conflictos, como es el
caso de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz Comunal
(2012), la cual, en su artículo 6 contempla la mediación, como el medio alternativo de
resolución de conflictos, a través del cual el juez o jueza de paz comunal procura
reconciliar y facilitar el diálogo entre las partes en conflicto, a los fines de llegar a una
solución mutuamente aceptable. En la mediación el juez o jueza de paz comunal debe
ayudar a la identificación de los puntos de controversia y exponer los distintos
escenarios para un acuerdo consensuado.

A los efecto de desarrollar el primer objetivo planteado, el cual consiste en revisar


los instrumentos normativos que rigen la justicia de paz en el ordenamiento jurídico
venezolano en el marco de la Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios
Públicos y Privados en el Municipio Maracaibo, fue pertinente hacer mención de la
conciliación como medio alterno de resolución de conflictos.

En tal sentido, se recurrió a la doctrina de Medina (2008), para quien, la


conciliación es un proceso no adversarial de negociación facilitada o asistida a ambas
partes por un tercero neutral e imparcial, que actuando activamente ya que puede
proponer soluciones no vinculantes, los asiste para que encuentren por si solos la
solución al conflicto y satisfagan intereses mutuos. Ambos conciliantes se lanzan a la
conquista de un acuerdo altamente inteligente. El tercero se encuentra interpartes y no
encima de ellos.

En este mismo orden de ideas, Ramírez (2008), al referirse a la conciliación


como medio alterno de resolución de conflictos, expone que es muy parecida a la
mediación, la diferencia radica en el nivel de participación activa por parte del tercero.
Es decir, el conciliador puede emitir opiniones cuando las partes no pueden solucionar
rápidamente sus asuntos.

Por otro lado, en cuanto a la conciliación, Escalona (2004), expone que conciliar
significa poner de acuerdo a los que están opuestos entre si; la función principal de la
justicia de paz es crear un clima comunitario que favorezca la solución de los conflictos
entre las personas, de manera de desterrar la violencia y la prepotencia de algunos
sobre la sumisión de otros. Por ello, el espíritu conciliador debe estar presente en el que
pretende ser juez de paz.

En este mismo orden de ideas, señala el autor citado, que desde un sentido
técnico jurídico, se concibe a la conciliación como un acto que procura poner de
acuerdo a las partes en disputa, para evitar el juicio, esta es la herramienta más
importante, en atención que constituye el rol fundamental que debe cumplir el Juez de
Paz, y es el rol de conciliador procurando que sean las dos partes en conflictos que
superen sus diferencias, para lo cual actúa como un mediador.
En este caso, destaca el autor citado, el conciliador debe saber escuchar a las
partes con interés, mostrarse imparcial, convertirse en un gran negociador, donde la
idea central sea ganar ganar y que así lo perciban las partes y por el contrario que no
sienta que existe un ganador a costa de otra persona que resulte perdedora.

En cuanto a los criterios jurisprudenciales, se hizo oportuno hacer alusión a la


sentencia emitida por el Juzgado Superior Primero del Trabajo de la Circunscripción
Judicial del Estado Lara, de fecha 11 de marzo de 2009, en la cual se estableció, que
uno de los medios de autocomposición procesal, es la conciliación, mediante la cual las
partes, haciendo mutuas concesiones, pueden poner fin a la controversia existente en
cualquier etapa del proceso.

En torno a la legislación, la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia


de Paz Comunal (2012), en su artículo 6 define la conciliación, como un medio
alternativo de resolución de conflictos, en el cual las partes involucradas plantean sus
puntos de vista para lograr la solución del conflicto. En la conciliación el juez o jueza de
paz comunal canaliza el diálogo entre las partes.

El arbitraje, de acuerdo con Ramírez (2008), es el medio por el cual las partes,
de manera voluntaria, llevan su diferencia ante uno o varios terceros quienes la
resolverán mediante un arbitral de laudo, es decir, mediante una sentencia emitida por
el o los árbitros siendo obligatoria para las partes.

Por su parte, Gozaíni (1995), define el arbitraje como una institución práctica
para el descongestionamiento de los tribunales, considerándola como un mecanismo
alterno a la jurisdicción, cuya base está precisamente en el acuerdo de las partes que
voluntariamente requieren de dicha metodología para la solución de la controversia que
los ocupa; radicando su esencia en el principio de libertad y disposición de las partes
para elegir la vía mediante la cual resuelven sus diferencias.

De igual manera, Hung (2004), define el arbitraje como aquella institución


conforme a la cual dos o más personas, en el ejercicio de la facultad que les confiere la
autonomía de su voluntad, acuerdan someter, a uno o varios árbitros, la solución de un
conflicto jurídico determinado que versa sobre materia de la cual tengan libre
disposición y, paralelamente, se obligan a cumplir con la solución acordada por los
árbitros; teniendo tal solución fuerza ejecutiva.

El procedimiento de equidad es un medio alternativo de resolución de conflictos,


consagrado en la la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz
Comunal (2012), según el cual, el juez o jueza de paz comunal decide la controversia
con base a la proporcionalidad y a la condición real de cada una de las partes, que
conduce a decidir, de manera justa, constructiva y pertinente, el asunto concreto
sometido a su arbitrio, orientándose para ello en el principio constitucional de justicia
social y en las leyes relacionadas con la materia.

En cuanto a la Justicia de Paz, como medio alternativo de resolución de


conflictos, señala Ramírez (2008), es la que procura resolver de una manera rápida,
sencilla y económica, los eventos que se pueden producir en una comunidad, a través
de la equidad y que permite que la comunidad elija así sus propios jueces y
procedimientos. La ley de paz ordena que no necesariamente se cumpla con la
legalidad, más si con la equidad; es aplicar justicia a casos muy concretos observando
las circunstancias. Se le denomina también justicia de vecindad.

En ese mismo orden de ideas, Zubillaga (2007), sostiene que la justicia de paz
es un mecanismo alternativo para solucionar las pequeñas desavenencias surgidas en
el devenir de las relaciones cotidianas entre vecinos o familiares. En el marco de un
estado social de derecho y de justicia constituye, además, un mecanismo de
participación ciudadana en la resolución de los conflictos.

Ahora bien, definidos como fueron, los medios alternos de resolución de


conflictos, desde el punto de vista doctrinario, legal y jurisprudencial, se hizo necesario,
conforme se plantea en el primer objetivo planteado, vale decir, revisar los instrumentos
normativos que rigen la justicia de paz en el ordenamiento jurídico venezolano en el
marco de la Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y
Privados en el Municipio Maracaibo como medio alterno de resolución de conflictos, se
procedió a determinar el régimen legal sobre estos medios, ello a los fines de
determinar aquellos instrumentos normativos que los contemplan.

Se hizo necesario destacar, que los medios alternativos de resolución de


conflictos en Venezuela, poseen rango constitucional, por cuanto, se encuentran
consagrados en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, publicada en
Gaceta Oficial Extraordinaria N° 5.453 de fecha 24 de marzo de 2000, la cual contempla
en su artículo 253, que la potestad de administrar justicia emana de los ciudadanos y
ciudadanas y se imparte en nombre de la República por autoridad de la ley. Además
dispone, que corresponde a los órganos del Poder Judicial conocer de las causas y
asuntos de su competencia mediante los procedimientos que determinen las leyes, y
ejecutar o hacer ejecutar sus sentencias.

Este mismo dispositivo constitucional contempla que el sistema de justicia está


constituido por el Tribunal Supremo de Justicia, los demás tribunales que determine la
ley, el Ministerio Público, la Defensoría Pública, los órganos de investigación penal, los
o las auxiliares y funcionarios o funcionarias de justicia, el sistema penitenciario, los
medios alternativos de justicia, los ciudadanos o ciudadanas que participan en la
administración de justicia conforme a la ley y los abogados autorizados o abogadas
autorizadas para el ejercicio.

Como se aprecia, los medios alternos de resolución de conflictos, tal como están
concebidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000), forman
parte del sistema judicial y fortalecen el ordenamiento jurídico, pues se fundamentan en
la oralidad como principio procedimental que lleva implícita la inmediación, la
concentración y la publicidad, que propicia un ambiente flexible, no formal, privado,
voluntario.

En efecto, se incorporan al sistema de justicia, los medios alternos para la


resolución de controversias, tales como el arbitraje, la mediación y la conciliación, todo
ello con el objeto de que el Estado los fomente y promueva sin perjuicio de las
actividades que en tal sentido puedan desarrollar las academias, universidades,
cámaras de comercio y la sociedad civil en general

En cuanto a los instrumentos normativos del ordenamiento jurídico venezolano


que contemplan los medios alternativos de resolución de conflictos, se destaca el
Código de Procedimiento Civil, publicado en la Gaceta Oficial N° 4.196. Extraordinario,
de fecha 2 de agosto de 1990, que prevé tanto la conciliación como el arbitraje.

Otro de los instrumentos legales que recoge los medios alternos de resolución de
conflictos, es la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y Trabajadoras, publicada
en Gaceta Oficial n° 6.076, de fecha 08 de mayo de 2012, que regula la conciliación y
arbitraje como mecanismos para solucionar los conflictos colectivos.
Asimismo, la Ley Sobre el Derecho de Autor (1993), contempla un medio alterno
de resolución de conflictos, como es el arbitraje institucional, el cual se plantea ante la
Dirección Nacional de Derecho de Autor, el cual es un arbitraje voluntario y se tramita
conforme a las previsiones sobre arbitraje del Código de Procedimiento Civil (1990).

De igual manera, la Ley de la Actividad Aseguradora, publicada en Gaceta Oficial


Nº 5.990 Extraordinario del 29 de julio de 2010, es otro de los cuerpos normativos que
también contempla medios alternos de resolución de conflictos, por cuanto prevé el
arbitraje como mecanismo de solución de controversias entre particulares y empresas
de seguros.

Por su parte, la Ley para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y
Servicios, publicada en Gaceta Oficial n°. 39.16 de fecha 24 de abril de 2009, establece
la conciliación y el arbitraje como mecanismos voluntarios para la resolución de
controversias que se susciten entre consumidores, usuarios y proveedores de servicios,
en este caso, corresponde a la parte afectada elegir entre uno u otro mecanismo.

Asimismo, la Ley de Arbitraje Comercial, publicada en Gaceta Oficial nº 36.430 de


fecha 7 de abril de 1998, conjuntamente con el Decreto con Rango y Fuerza de Ley de
Promoción y Protección de Inversiones, publicada en la Gaceta Oficial nº 5.390
Extraordinario, de fecha 18 de noviembre de 1.999, surgen de la necesidad de brindar
mayor seguridad jurídica a los inversionistas, utilizando para ello, medios alternos de
resolución de conflictos.

De igual manera, la ley adjetiva laboral, a los fines de hacer la justicia más
expedita en el ámbito laboral, la Ley Orgánica Procesal del Trabajo, publicada en
Gaceta Oficial n° 37.504 de fecha 13 de agosto de 2002, contempla la conciliación y el
arbitraje como medios alternos de resolución de conflictos.

Es importante destacar, que la conciliación como medio alterno de resolución de


conflictos también está consagrada en otros dispositivos legales tales como en la Ley
Orgánica sobre el Derecho a la Mujer a una Vida Libre de Violencia, publicada en
Gaceta Oficial n° 38.668 de fecha 23 de abril de 2007.

Asimismo, la conciliación se encuentra prevista en el Código Orgánico Procesal


Penal, publicado en Gaceta Oficial nº 6.078 Extraordinario del 15 de junio de 2012, en el
cual ésta es usada como medio para llegar a los acuerdos reparatorios, que sirven
como medida compensatoria para el agraviado por parte del agraviante en hechos
punibles que afecten bienes materiales, poniendo fin al procedimiento penal.

En cuanto al ámbito internacional, es importante señalar, que Venezuela es parte


de un buen número de acuerdos internacionales que promueven la resolución
alternativa de controversias, tales como, la Convención sobre el Reconocimiento y
Ejecución de las Sentencias Arbitrales Extranjeras, celebrada en Nueva York el 10 de
junio de 1958 (Convención de Nueva York), el Convenio sobre Arreglo de Diferencias
Relativas a Inversiones entre Estados y Nacionales de Otros Estados (Convenio de
CIADI).

De igual manera, Venezuela forma parte de Convención Interamericana sobre


Arbitraje Comercial Internacional, fumada en Panamá el 30 de enero de 1975
(Convención de Panamá); y de la Convención Interamericana sobre Eficacia
Extraterritorial de las Sentencia y Laudos Extranjeros, suscrita en Montevideo el 8 de
mayo de 1979.

Ahora bien, tal como lo establece Escalona (2004), mención especial merece la
Justicia de Paz ideada para resolver conflictos comunitarios, la cual tiene sustento
constitucional, por cuanto la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
(2000), la contempla expresamente en el artículo 258, el cual dispone, que la ley
organizará la justicia de paz en las comunidades, y que los jueces o juezas de paz
serán elegidos o elegidas por votación universal, directa y secreta , conforme a la ley.
Asimismo, se recoge en esa disposición, que la ley promoverá el arbitraje, la
conciliación, la mediación y cualesquiera otros medios alternativos para la solución de
conflictos.
En virtud de lo expuesto, se puede afirmar, que la Justicia de Paz constituye una
nueva forma de administrar justicia que produce una ruptura de paradigmas en
comparación al modelo de administración de justicia conocida, por cuanto ésta se
encuentra orientada hacia la conciliación como primer peldaño en la resolución de
conflictos interpersonales, vecinales, enrumbándose a la consecución de soluciones
aportadas por las partes en conflicto, en aras de la convivencia pacífica.

Es pertinente hacer referencia a lo que expone Escalona (2004), quien señala,


que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000), echó por tierra
todas las discusiones que se presentaron entre estudiosos de la materia en torno a la
inconstitucionalidad de la justicia de paz, por cuanto, esta figura no estaba contemplada
en forma expresa en la Constitución Nacional de 1961, sobre los que se apoyaron los
proyectistas de la ley de 1993, para darle vida a la justicia de paz, con la promulgación
de la Ley Orgánica de la Justicia de Paz, publicada en Gaceta Oficial nº 4.817
Extraordinario del 21 de diciembre de 1994, la cual fue derogada por la Ley Orgánica de
la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz Comunal (2012).

En efecto, el artículo 258 de la Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela (2000), expresamente establece la justicia de paz, y en consecuencia viene
a representar su base constitucional, dejando sin efecto los argumentos de
inconstitucionalidad que se habían debatido en relación con la Constitución Nacional de
1961.

Como se aprecia, con lo expuesto se cumplió con lo propuesto en el primer


objetivo planteado, por cuanto se revisaron los instrumentos normativos que rigen la
justicia de paz en el ordenamiento jurídico venezolano en el marco de la Ordenanza
para la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el Municipio
Maracaibo como medio alterno de resolución de conflictos.

Examinar las atribuciones del Juez de Paz Comunal en el marco de la


Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el
Municipio Maracaibo como medio alterno de resolución de conflictos.
Con la finalidad de alcanzar los resultados derivados del segundo objetivo
planteado, como es, examinar las atribuciones del Juez de Paz Comunal en el marco de
la Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el
Municipio Maracaibo como medio alterno de resolución de conflictos, inicialmente se
procedió a hacer referencia a la potestad de administración de justicia.

En tal sentido se recurrió a la doctrina de Escalona (2004), quien sostiene, que la


intervención del Estado en la administración de justicia, tiene la justificación en buena
parte en el hecho de evitar que el hombre se haga justicia por si mismo, como en los
tiempos de la barbarie. Es así como la función judicial está enmarcada dentro de las
funciones básicas del Estado.

Ello surge, señala la autora citada, debido a que existe la imperiosa necesidad
que exista un sector público que provea justicia y en consecuencia se convierta ese
sector en el principal sostenedor del Estado de Derecho, pues el la administra. Ese
sector público al que le viene asignada la delicada función de distribuir justicia, está
representado por el Poder Judicial, el cual forma parte del Poder Público Nacional.

Asimismo acota, que esa potestad jurisdiccional no es propiedad del Estado,


dicha potestad se la ha conferido el ciudadano. En este sentido, Rondón de Sansó,
(2002: 227) plantea: "La potestad de administrar justicia ha sido vista como propia del
Estado, olvidarse que el Estado no tiene otra existencia que no sea la que deriva de la
voluntad de los ciudadanos".

En tal sentido, en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela


(2000), se alude el origen de la potestad jurisdiccional. Ese origen está plasmado en su
artículo 253 el cual expresa en su encabezamiento, que la potestad de administrar
justicia emana de los ciudadanos o ciudadanos y se imparte en nombre de la República
y por autoridad de la ley.

En relación a ello, Escalona (2004), señala, que siendo consecuente con el


pensamiento de Juan Jacobo Rousseau, el ciudadano se despoja de ese derecho
natural que le asiste de solucionar sus conflictos y la encomienda a través de la ficción
de un contrato social a los órganos del Estado, allí se encuentra el origen del derecho a
administrar justicia y por ende del derecho a castigar que proviene del hombre cuando
sacrificó parte de su libertad en pro de un mayor bienestar.

Tal como lo plantea Beccaria, (1994: 45), las leyes son las condiciones con que
hombres independientes y aislados se unieron en sociedad, fatigados de vivir en un
continuo estado de guerra y de gozar una libertad convertida en inútil por la
incertidumbre de conservarla. Sacrificaron una parte de ella para gozar la restante con
seguridad y tranquilidad. La suma de todas estas porciones de libertad sacrificadas al
bien de cada uno constituye la soberanía de una nación y el soberano es el legítimo
depositario y administrador de ellas.

Al examinar las atribuciones del Juez de Paz Comunal en el marco de la


Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el
Municipio Maracaibo como medio alterno de resolución de conflictos, se hizo pertinente
hacer alusión a la Participación Ciudadana en la Justicia. Así, todo el mecanismo
jurisdiccional está destinado a que el juez sea un instrumento realizador del Estado de
derecho, tal como lo señala Escalona (2004), entendido este como aquel que garantiza
los derechos básicos del hombre, al tener esta función el juez adquiere un rol
protagónico.

Sin embargo, ante todas las fallas del Poder Judicial, surge la necesidad de
modernizar el Sistema Judicial y abrir canales de participación ciudadana en lo que
hasta ahora significaba un monopolio del Estado y de los profesionales del derecho, tal
como lo señala Urdaneta (1999), la participación en poco tiempo transciende de
instrumento para estimular y facilitar el acercamiento del ciudadano al Estado, mayor
acceso o influencia en la toma de decisiones, para consolidar y desarrollar el sistema
democrático.

En relación a ello, señala Escalona (2004), una de las formulas para facilitar ese
acercamiento al ciudadano y reconciliarlo con la justicia está representado por la
Justicia de Paz, cuya esencia es participativa. Esta Justicia de Paz, que consiguió
resistencia al traer consigo la posibilidad cierta que el ciudadano común no abogado
participará activamente en el arte de administrar justicia, lo que hasta ahora había sido
monopolio de los abogados.

Es así, destaca la autora, como la realidad forzó esta situación, lo que se


constituye en el desafío de los nuevos tiempos que conducen a que el ciudadano se
involucre en la toma de decisiones, no sólo de índole económica, política, social sino
que también tome parte en la justicia, lo cual redunda en una nueva relación Estado
Sociedad y que derrumbe viejos paradigmas del Estado benefactor y todopoderoso,
donde el ciudadano permanece apacible esperando que le resuelvan y cubran todas
sus necesidades.

Por su parte, Feo La Cruz (1999), citado por Escalona (2004), señala que hay
que reeducar igualmente al ciudadano, para formarlo en los verdaderos valores
democráticos, que no se agotan en la participación en las contiendas electorales, sino
que deben orientar la vida cotidiana. Asimismo, acota el autor, que si se reafirman esos
valores democráticos entre ellos la justicia, esto coadyuvaría a un mejor clima de
convivencia social que concluye en un clima de paz. Por consiguiente si la justicia es un
servicio público, el primer interesado en que este funcione correctamente es el usuario
del servicio, que no es otro que el ciudadano común,

En tal sentido, destaca el mismo autor, resulta comprensible que se le conceda la


oportunidad a éste, de involucrarse en su creación, control, organización, bien sea, en
forma directa o indirecta y puede terminar en un mecanismo idóneo que lo reconcilie
con la legitimidad hasta ahora perdida. Y como punta de lanza de la Justicia de Paz, un
ciudadano no abogado dotado más de principios morales y de ética que de letras,
reduce el abismo entre el formalismo jurídico y la cotidianidad, llena de sentido común y
con metas ligadas a las aspiraciones sociales.

De acuerdo a lo que se ha venido exponiendo, la Ley Orgánica de la Jurisdicción


Especial de la Justicia de Paz Comunal (2012), representa más que un instrumento
jurídico para la administración de justicia, una verdadera cátedra de participación
vecinal, donde la comunidad ocupa un puesto de honor en la resolución de su conflictos
particulares, así lo señala Ponce (1997), para quien, la Justicia de Paz, representa una
escuela de organización vecinal, de rescate de los líderes comunitarios reales de
respeto, unión y trabajo común para alcanzar las metas de la comunidad. Representa
una nueva forma de participar, representa el fortalecimiento de nuestros movimientos
vecinales.

Es decir, es un verdadero instrumento educativo. Asimismo señala Mago


Bendahan (1994), citado por Escalona (2004), la educación va a ser el puntal
imprescindible para el éxito de la Justicia de Paz y se educa participando, tomando
parte de su problemática cotidiana y no estando de espalda a la misma.

Los tiempos modernos, como se desprende de la doctrina citada, obligan a


ampliar canales de participación que estén orientados a profundizar la democracia
como forma de gobierno y hacerle sentir al pueblo que se está en la búsqueda de
perfeccionar el sistema, un viraje de democracia representativa a democracia
participativa; la complejidad de la sociedad así lo demanda, surgen movimientos
vecinales, ecológicos, culturales y ellos estimulan la participación y apuntan hacia un
poder de decisión cada día mayor hacia la Sociedad en aras de democratizar la
democracia.

Vale destacar, que la propia Constitución de la República Bolivariana de


Venezuela (2000), invoca en su Preámbulo entre otras cosas, establecer una sociedad
democrática participativa y protagónica, así lo ratifica en el articulo 6, del que se
desprende que el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela. es y será siempre
democrático, participativo.

En efecto, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000), en


diversidad dispositivos, deja establecidos medios de participación, y dentro de ellos en
el sistema de justicia, al quedar plasmado en el artículo 253, la potestad de administrar
justicia como emanación de los ciudadanos y ciudadanas y no como monopolio del
Estado; y asimismo incluye a los ciudadanos que participan en la administración de
justicia dentro del aludido Sistema de justicia.
Al examinar las atribuciones del Juez de Paz Comunal en el marco de la
Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el
Municipio Maracaibo como medio alterno de resolución de conflictos, se hizo pertinente
hacer referencia a la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz Comunal.

En tal sentido, se destaca, que la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la


Justicia de Paz Comunal (2012), en su artículo 3, establece la jurisdicción especial de la
justicia de paz comunal, y en en función de ello indica, que es la potestad que tiene el
juez o jueza de paz comunal de tomar decisiones, a través de medios alternativos para
la resolución de conflictos o controversias, en el ámbito territorial de su actuación.

Como se desprende a la luz de la disposición citada, esta jurisdicción especial,


comprende la facultad de conocer, investigar, decidir los asuntos sometidos a su
competencia y la potestad de avalar acuerdos sobre la base de la vía conciliatoria, el
dialogo, la mediación, la comprensión y la reparación del daño, con la finalidad de
restablecer la armonía, la paz, el buen vivir y la convivencia comunitaria.

De igual manera, la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de


Paz Comunal (2012), el artículo 3, abarca la facultad de conocer y decidir en todo lo
relacionado con las actuaciones, abstenciones, negativas o vías de hecho de los
consejos comunales, comunas y organizaciones del Poder Popular, así como sobre las
situaciones, que en razón del funcionamiento interno de esas instancias, vulneren,
afecten o restrinjan el ejercicio del derecho a la participación y al protagonismo popular.

Asimismo, en la ley examinada, se hace referencia al ámbito territorial, así,


conforme al artículo 4, en cada entidad local territorial se elegirá, por iniciativa popular,
un juez o jueza de paz comunal, considerando una base poblacional entre cuatro mil y
seis mil habitantes, conforme al proceso electoral previsto en la presente Ley. De igual
manera, se indica que en las comunas se elegirán tantos jueces o juezas de paz
comunal, como resulte de la aplicación de la base poblacional establecida en este
artículo, sobre la cantidad de habitantes de cada comuna.
En ese mismo orden de ideas, la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la
Justicia de Paz Comunal (2012), establece su ámbito de aplicación, y de acuerdo al
artículo 5, las disposiciones de esa Ley son aplicables a los y las habitantes donde se
organice la justicia de paz comunal y a las instancias y organizaciones del Poder
Popular de la respectiva entidad local territorial.

Es importante acotar, que a los efectos de esta Ley, de acuerdo al artículo 6, se


entiende como entidades locales, las comunas, en su condición especial de entidades
locales, de acuerdo a la ley que regula la materia, así como las parroquias y demás
demarcaciones dentro del territorio del municipio.

Por otro lado, la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz


Comunal (2012), establece los requisitos para ser Juez o Jueza de Paz Comunal, los
cuales están consagrados en el artículo 20, el que dispone que para ser juez o jueza de
paz comunal se requiere: ser venezolano o venezolana; mayor de veinticinco años;
saber leer y escribir; tener, para el momento de la elección, al menos tres años de
residencia en la entidad local territorial o en la comuna; no estar sometido o sometida a
condena mediante sentencia definitivamente firme, ni a interdicción civil, inhabilitación
política o administrativa.

En ese mismo orden de ideas, se exige, que no debe pertenecer a la directiva de


alguna organización política, gremial o sindical, ni ser vocero o vocera de alguna
organización del Poder Popular, al momento de la postulación, a menos que renuncie a
dicha condición; ser de estado seglar y no pertenecer a ningún estamento militar o
policial.

Vale destacar, en cuanto a los requisitos del juez o jueza de paz en municipios
fronterizos, que el artículo 21 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la
Justicia de Paz Comunal (2012), dispone, que en las entidades locales territoriales o
comunas ubicadas en municipios fronterizos, los candidatos a juez o jueza de paz
comunal deberán ser venezolanos o venezolanas por nacimiento.
Se desprende de las disposiciones citadas, que la ley no exige la condición de
Abogado para ser juez o jueza de paz, y esto ha implicado las observaciones del gremio
y de algunos jueces y magistrados. No obstante, de conformidad con la filosofía de la
ley y lo que siempre ha sido la justicia de paz, el requisito de ser Abogado no es
indispensable, pues se trata de la justicia de la conciliación y la equidad.

En tal sentido, señala Escalona (2004), el requisito de ser Abogado, atentaría


contra la fundamentación filosófica de esta institución. Por tanto, la tarea del gremio
debe ser la de estimular a su agremiados a participar en el proceso para ganar y no
pueden ser Abogados comunes y corrientes, con excesivo apego el pensamiento
dogmático y formal y a la interpretación restrictiva de las normas jurídicas, por cuanto el
papel que corresponde al juez de paz, exige un cambio profundo en esa mentalidad
tradicional, muy lejana del espíritu creativo y emprendedor que debe cumplir en aras de
la consecución de sus importantes metas sociales.

Asimismo, destaca la autora citada, el abogado que habite en determinada


parroquia, y además reúne las condiciones antes señaladas, tendría, lógicamente,
derecho a competir en ese proceso electoral, pero la sola condición de Abogado
resultaría insuficiente, ya que no garantiza la obtención de las metas propuestas y, en
algunos casos, podría ser hasta un obstáculo para el desarrollo de las actividades del
Juez de Paz.

En ese mismo orden de ideas, acota Escalona (2004), el juez de paz es una
persona que vive en una comunidad, en esa comunidad donde ejerce sus atribuciones,
es residente, lo cual es un requisito indispensable. Aquí hay una diferencia con el juez
ordinario, por cuanto, este último, que por general, no habita en dicha localidad. Se trata
de una persona con características muy particulares, pues debe tener una gran sentido
de la solidaridad social, un gran sentido común, pues va a resolver problemas sencillos,
conflictos de hechos para los cuales se requieren una persona de gran respetabilidad
en la comunidad para que pueda lograr el fin primordial de la Justicia de Paz, como lo
es la conciliación de intereses en disputa.
Por otro lado, las competencias del Juez de Paz están contempladas en el
artículo 8 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz Comunal
(2012), disposición esta, que contiene 17 numerales, de lo que se infiere la amplitud de
competencias que les otorga la Ley a los jueces y juezas de paz comunal.

En efecto, los jueces y juezas de paz comunal son competentes para conocer: 1.
De todos aquellos conflictos o controversias que en su ámbito local territorial se
susciten entre personas naturales o jurídicas, y que les hayan sido confiados para
decidir. Cuando el asunto controvertido sea de naturaleza patrimonial, conocerá de éste
si la valoración que le dan las partes no excede de doscientas cincuenta Unidades
Tributarias (250 U.T.). 2. De todos aquellos conflictos o controversias derivados de la
relación arrendaticia o de la propiedad horizontal, salvo aquellos asignados a tribunales
ordinarios y especiales o autoridades administrativas.

Asimismo, son competentes para conocer, según el numeral 3, de los conflictos o


controversias entre miembros de la comunidad derivados de la aplicación de
ordenanzas relativas a la convivencia, cartas comunales y Reglamentos de convivencia
de los consejos comunales. De igual manera, según el numeral 4, están facultados para
conocer de los casos de violencia de género, funcionará como órgano receptor de
denuncia, en los términos establecidos en la ley especial que regula la materia,
pudiendo dictar cualquiera de las medidas de protección y seguridad pertinente a favor
de la víctima o el núcleo familiar.

Por otro lado, los jueces y juezas de paz comunal tienen competencia, según el
numeral 5, en los casos de medidas relativas a la convivencia familiar y a la obligación
de manutención decretadas por los Tribunales de Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes, como coadyuvante en el cumplimiento de las mismas. Según el numeral
6, aún de oficio, tienen competencia sobre el respeto a los derechos de los adultos y
adultas mayores, de las personas con discapacidad, de los niños, niñas y adolescentes
y de las personas en situación de vulnerabilidad, tomando las medidas respectivas
conforme a la ley y remitiendo las actuaciones al órgano o ente competente.
De igual manera, los jueces y juezas de paz comunal son competentes para,
según el numeral 7, celebrar matrimonios de conformidad con la ley. Conforme al
numeral 8, declarar, sin procedimiento previo y en presencia de la pareja, el divorcio o la
disolución de las uniones estables de hecho cuando sea por mutuo consentimiento; los
solicitantes se encuentren domiciliados en el ámbito local territorial de juez o jueza de
paz comunal; y no se hayan procreado hijos o de haberlos, no sean menores de 18
años a la fecha de la solicitud.

Asimismo, de acuerdo al numeral 9 del artículo 8 de la Ley Orgánica de la


Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz Comunal (2012), los jueces y juezas de paz,
son competentes para declarar la disolución amigable de la comunidad de bienes
solicitada por las partes en forma escrita. De todo ello se remitirá copia certificada al
Registro Civil respectivo.

También conocerán, conforme al numeral 10, de la acción emanada de la


propiedad, tenencia y protección de animales domésticos y en peligro de extinción,
prevista en la ley especial que rige la materia, así como las ordenanzas municipales, en
materia de control y protección animal. Y, de acuerdo al numeral 11, de los conflictos o
controversias que se susciten entre los miembros de las organizaciones socio
productivas de las comunidades.

Entre otras competencias, los jueces y juezas de paz comunal conocerán, de


acuerdo al numeral 12 del artículo 8, de las actuaciones, abstenciones, negativas o las
vías de hecho de los consejos comunales, comunas, demás instancias y organizaciones
del Poder Popular, relacionadas con la aplicación de mecanismos, procedimientos y
normas de funcionamiento y las derivadas del derecho a la participación ciudadana con
relación a las instancias y organizaciones del Poder Popular.

De acuerdo al numeral 13 del referido artículo, los jueces y juezas de paz


comunal podrán conocer de las denuncias y acciones interpuestas, relacionadas con
consejos comunales, comunas, demás instancias y organizaciones del Poder Popular,
que se deriven directa o indirectamente del ejercicio del derecho a la participación.
Otras competencias que se les otorga a los jueces y juezas de paz comunal
según el numeral 14 del artículo 8 de la ley sub examine, es que deben colaborar con
los organismos encargados del control y fiscalización de la comercialización y mercadeo
de los bienes y servicios de consumo en su ámbito local territorial. Según el numeral 15,
deben promover campañas educativas en materia de valores ciudadanos, de paz,
convivencia ciudadana, derechos humanos y resolución de conflictos en las
comunidades de su ámbito local territorial.
De acuerdo al numeral 16 del artículo 8 de la misma Ley, los jueces y juezas de
paz comunal podrán solicitar el apoyo de la policía municipal, estadal o nacional,
cuando así lo requiera para di efectivo cumplimiento de sus funciones. Y conforme a lo
previsto en el 17 del artículo examinado, podrán conocer de todos aquellos casos que
les hayan sido confiados expresamente por las partes para so decisión o por la ley,
siempre que no vulnere el orden público.

Ahora bien, es importante destacar, que la Ley Orgánica de la Jurisdicción


Especial de la Justicia de Paz Comunal (2012), le otorga herramientas al juez y juezas
de paz comunal para resolver conflictos, en virtud de lo cual, establece el procedimiento
de conciliación y mediación para la resolución de los conflictos. En tal sentido, señala
en su artículo 39, que el procedimiento de conciliación o mediación no excederá de
quince días continuos, prorrogable por igual período y por una sola vez a criterio del
juez o jueza de paz comunal, el cual procurará culminar con un acuerdo.

Por su parte, el artículo 40 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la


Justicia de Paz Comunal (2012), contempla lo relativo al Acuerdo correspondiente a la
conciliación o mediación, indicando que el mismo contendrá los derechos y obligaciones
de las partes y los medios y plazos para ser cumplidos. Las partes lo suscribirán, y el
juez o jueza de paz lo homologará, si versare sobre materias en las cuales no estén
prohibidas las transacciones. Una vez homologado, el acuerdo tendré autoridad de cosa
juzgada.

Es importante destacar, que la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la


Justicia de Paz Comunal (2012), contempla el procedimiento de equidad sin acuerdo
conciliatorio, sobre el cual se señala en el artículo 41, que agotado el lapso previsto
para la conciliación o mediación sin que medie acuerdo, pese a la participación de
ambas partes, el juez o jueza de paz comunal así lo aclarará, y comenzará a transcurrir
un lapso de tres días hábiles para que las partes promuevan pruebas y cinco días
hábiles para evacuarlas. Finalizado el lapso probatorio, el juez o jueza de paz comunal
decidirá dentro de los diez días hábiles siguientes.

Como se aprecia de lo expuesto, al desarrollar el segundo objetivo planteado, es


decir, al examinar las atribuciones del Juez de Paz Comunal en el marco de la
Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el
Municipio Maracaibo como medio alterno de resolución de conflictos, se ha podido
apreciar que las facultades que les han sido concedidas a estos jueces en la Ley
Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz Comunal (2012), son
sumamente amplias.

De estas competencias, se destaca lo previsto en el numeral 3 del artículo 8 de


la Ley examinada, según el cual los jueces y juezas de paz son competentes para
conocer, de los conflictos o controversias entre miembros de la comunidad derivados de
la aplicación de ordenanzas relativas a la convivencia, cartas comunales y Reglamentos
de convivencia de los Consejos Comunales, lo cual presenta una vinculación importante
en relación a la Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y
Privados en el Municipio Maracaibo como medio alterno de resolución de conflictos.

Determinar el alcance de la Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en


Espacios Públicos y Privados en el Municipio Maracaibo como medio alterno de
resolución de conflictos.

El tercer y último objetivo planteado, está referido a determinar el alcance de la


Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el
Municipio Maracaibo como medio alterno de resolución de conflictos, para lo cual se
procedió a determinar en primer lugar el objeto de la referida Ordenanza, la cual fue
sancionada por el Concejo Municipal de Maracaibo en el mes de septiembre de 2011 y
entró en vigencia en fecha 18 de junio de 2012.
Esta Ordenanza se sancionó en un intento de impulsar la educación cívica desde
el punto de vista formativo y preventivo para transformar a los habitantes en
ciudadanos, con el firme propósito de clarificar o renovar algunas normas básicas de
convivencia, que permitan consolidar sus bases y sirvan de herramienta efectiva para
hacer frente a las nuevas situaciones y circunstancias que puedan afectar o alterar la
convivencia pacífica, con el fin de mejorar la calidad de vida de quienes habitan o
transitan en el municipio.

Por ello, con la referida Ordenanza, se busca elevar los niveles de conciencia
ciudadana en los vecinos y en la comunidad en general, para lo cual deben estar
articuladas las distintas instituciones del Municipio, de la sociedad civil, y de los otros
niveles del poder público. La labor formativa-preventiva es crucial para el logro de tales
objetivos.

Ahora bien, de acuerdo a lo previsto en el artículo 1 de la referida Ordenanza, su


objeto es regular y consolidar las bases de la convivencia ciudadana, entendida ésta
como el comportamiento cívico y el respeto a la vida colectiva pacífica, a los derechos y
deberes de los ciudadanos y ciudadanas en su relación mutua y en su interrelación con
los espacios públicos y privados del Municipio Maracaibo, bajo los principios
constitucionales de igualdad de derechos, libertad, paz, tolerancia, orden público,
solidaridad, corresponsabilidad, no discriminación, responsabilidad social, seguridad y
respeto.

En cuanto a su ámbito de aplicación, el artículo 3 dispone que la Ordenanza para


la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el Municipio Maracaibo
(2011), se aplicará en la Jurisdicción del Municipio Maracaibo en toda su extensión
territorial, quedando obligadas a su cumplimiento las personas naturales y jurídicas con
independencia del ámbito jurídico-administrativo del lugar donde tengan su domicilio.

La referida Ordenanza, contempla infracciones por conductas contrarias a la


convivencia ciudadana, tales como, la promoción de la mendicidad y realización de
necesidades fisiológicas en espacios públicos o privados de uso público; infracciones
por arrojar objetos o líquidos contra personas o bienes; infracciones por la ingesta de
bebidas y especies alcohólicas; infracciones concernientes al humo de tabaco;
infracciones concernientes al tránsito y transporte terrestre; infracciones concernientes
a los servicios y actos sexuales; infracciones concernientes a la perturbación del orden
público.

Asimismo, establece infracciones concernientes a la contaminación ambiental;


infracciones concernientes a los funcionarios públicos y funcionarias públicas;
infracciones concernientes a la prestación de servicios públicos; infracciones por daños
ocasionados a bienes públicos o privados e inadecuado uso de las instalaciones;
infracciones concernientes a la tenencia de animales domésticos.

En efecto, en el Capítulo VI de la Ordenanza sub examine, se regulan las


infracciones por conductas contrarias a la convivencia ciudadana, así se contempla, en
la Sección Primera: la promoción de la mendicidad y realización de necesidades
fisiológicas en espacios públicos o privados; Sección Segunda: infracciones por arrojar
objetos o líquidos contra personas o bienes; Sección Tercera: infracciones por la ingesta
de bebidas y especies alcohólicas; Sección Cuarta: infracciones concernientes al humo
de tabaco; Sección Quinta: infracciones concernientes al tránsito y transporte terrestre.

Se regulan además, en la Sección Sexta: infracciones concernientes a los


servicios y actos sexuales; Sección Séptima: infracciones concernientes a la
perturbación del orden público; Sección Octava: infracciones concernientes a la
contaminación ambiental; Sección Novena: infracciones concernientes a los
funcionarios públicos y funcionarias públicas; Sección Décima: infracciones
concernientes a la prestación de servicios públicos; Sección Décima Primera:
infracciones por daños ocasionados a bienes públicos o privados e inadecuado uso de
las instalaciones; Sección Décima Segunda: infracciones concernientes a la tenencia de
animales domésticos.

Otro elemento que se destaca en la Ordenanza sub examine, es lo contemplado


en el artículo 4, relativo a los Funcionarios y Funcionarias Competentes, según el cual,
son competentes para velar por el cumplimiento de dicha Ordenanza en el marco de
sus respectivas atribuciones constitucionales y legales: el Alcalde o Alcaldesa del
Municipio Maracaibo; los Concejales o las Concejales; el Síndico Procurador o la
Síndico Procuradora y el Contralor o Contralora Municipal; los y las integrantes del
Consejo Local de Planificación Pública.

Asimismo, son competentes para velar por el cumplimiento de la Ordenanza para


la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el Municipio Maracaibo
(2011), los Órganos que conforman el Sistema Integral de Protección de Niños, Niñas y
Adolescentes; los funcionarios investidos o funcionarias investidas de autoridad pública
adscritos a las instituciones de Policía Municipal, Bomberos y Protección Civil del
Municipio Maracaibo.

De igual manera, velarán por el cumplimiento de la Ordenanza sub examine, los


funcionarios investidos o funcionarias investidos de autoridad pública de los órganos y
entes encargados de la Vigilancia Vial del Municipio Maracaibo en las materias
relacionadas con la libre circulación del tránsito y uso adecuado de las vías públicas; los
o las intendentes de seguridad ciudadana municipal o parroquiales; los Jueces y Juezas
de Paz dentro del ámbito de su competencia; el Instituto Municipal de Capacitación y
Educación Ciudadana (IMCEC); y el Servicio Desconcentrado Municipal de
Administración Tributaria (SEDEMAT).

También se regula en la disposición citada, que los órganos y entes que


conforman el Poder Publico Municipal, así como los otros poderes territoriales,
colaborarán entre sí dentro del ámbito de sus competencias, para lograr los fines
previstos en la presente ordenanza. Todo ciudadano tendrá la responsabilidad de
comunicar a los funcionarios y funcionarias competentes las infracciones de que tuviera
conocimiento.

Uno de los aspectos más relevantes de de la Ordenanza para la Convivencia


Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el Municipio Maracaibo (2011), es lo
relativo de Funcionarios y Funcionarias competentes para aplicar sanciones, lo cual se
encuentra previsto en el artículo 5 de esta Ordenanza. Esta disposición establece, que
los funcionarios adscritos al Instituto Autónomo de Policía Municipal de Maracaibo
(POLIMARACAIBO) son los únicos competentes para sustanciar los procedimientos
respectivos y aplicar las sanciones previstas en la presente ordenanza.

Por otro lado, dispone el mismo artículo, que en el caso de la aplicación de


sanciones conmutadas por trabajos comunitarios, el órgano competente para la
asignación de tareas y supervisión del desempeño del ciudadano o ciudadana será el
Instituto Municipal de Capacitación y Educación Ciudadana (IMCEC), en coordinación
con el Instituto Autónomo de Policía Municipal de Maracaibo (POLIMARACAIBO) y
otros entes u órganos de la administración municipal.

Esta Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y Privados


en el Municipio Maracaibo (2011), establece una gradación de sanciones, y así estipula,
Infracciones Leves e infracciones graves, las cuales serán sancionadas con multas que
oscilan entre dos unidades tributarias (2 U.T) a diez unidades tributarias (10 U.T.),
según el caso.

Asimismo, en la Ordenanza bajo estudio, se establece, que el infractor, en


algunas situaciones, deberá asistir a un taller sobre concienciación y educación
ciudadana. Asimismo, se establece como sanción, el trabajo comunitario, que van de
desde trece (13) horas a veinticuatro (24). También contemplan la figura de la
reincidencia, en cuyos casos, se impondrá el doble de la sanción establecida, en los
casos de infracciones graves.

Otro aspecto importante de destacar en esta Ordenanza, es la creación del


Sistema de Información Ciudadana (SIC), constituido por un registro especial a cargo
del Instituto Autónomo de Policía Municipal de Maracaibo (POLIMARACAIBO), el cual
sistematizará la información actualizada de acciones, infracciones u omisiones
cometidas por ciudadanos o ciudadanas que hayan infringido cualquier normativa
vigente en el municipio Maracaibo. Su finalidad es conocer la reincidencia ciudadana en
la comisión de faltas contempladas en la normativa legal vigente, así como conocer el
buen desempeño ciudadano.
De igual manera, se contempla que este Sistema de Información Ciudadana
(SIC) será actualizado permanentemente por los distintos órganos o entes centralizados
o descentralizados del Municipio, pudiendo cualquier persona con interés legítimo,
personal y directo, acudir al Instituto Autónomo de Policía Municipal de Maracaibo
(POLIMARACAIBO) para solicitar la información que sobre sí misma conste en el
referido sistema de información. Cumplidos cinco (5) años de la comisión de la falta, se
procederá a eliminar su registro del Sistema de Información Ciudadana (SIC).

Vale destacar, que la Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios


Públicos y Privados en el Municipio Maracaibo (2011), establece el procedimiento para
la aplicación de las sanciones, y en virtud de lo contemplado en el artículo 42, la
sustanciación del procedimiento, lo llevarán a cabo los funcionarios o funcionarias del
Instituto Autónomo de Policía Municipal de Maracaibo (POLIMARACAIBO), quienes, al
tener conocimiento de la comisión de alguna de las infracciones previstas en la
Ordenanza, estarán obligados a sustanciar el procedimiento administrativo indicado en
ese instrumento normativo.

Los aspectos adjetivos de esta Ordenanza, en cuanto al procedimiento aplicable,


está previsto en su artículo 45, el cual contempla, que si el funcionario o funcionaria del
Instituto Autónomo de Policía Municipal de Maracaibo (POLIMARACAIBO) actúa de
oficio o a instancia de parte agraviada mediante denuncia, deberá proceder a la
notificación del infractor o infractora.

El infractor o infractora debe comparecer a una articulación probatoria de tres


(03) días hábiles para que ejerza su derecho a la defensa y exponga sus alegatos y
razones y consigne cualquier elemento probatorio que le favorezca. Concluido el
procedimiento el funcionario o funcionaria, dictará la Resolución respectiva
debidamente motivada dentro de los tres (03) hábiles siguientes a la conclusión del
lapso probatorio.

Vale destacar, que en este instrumento normativo local, también se contempla la


conciliación como un mecanismo alterno de resolución de conflictos, como se
desprende del artículo 46, que recoge lo relativo al acuerdo conciliatorio. Y en tal
sentido dispone, que si la infracción cometida fuese consecuencia de una denuncia
formulada a instancia de parte agraviada, las partes podrán llegar a un acuerdo
conciliatorio, debiendo suscribir un acta que contendrá la identificación de las partes,
domicilio, infracción cometida y la fecha para el cumplimiento del acuerdo voluntario.

De igual manera, se recoge en la misma disposición, que los funcionarios o


funcionarias homologarán el acuerdo conciliatorio, suscrito entre las partes. Si el
presunto infractor o infractora no le da cumplimento voluntario al acuerdo suscrito, el
funcionario o funcionaria procederá de oficio a la sustanciación del procedimiento
contenido en la misma Ordenanza.

Como se |aprecia del articulado expuesto, la Ordenanza para la Convivencia


Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el Municipio Maracaibo (2011), intenta
impulsar la educación cívica desde el punto de vista formativo y preventivo para
transformar a los habitantes en ciudadanos, con el firme propósito de clarificar o renovar
algunas normas básicas de convivencia, que permitan consolidar sus bases y sirvan de
herramienta efectiva para hacer frente a las nuevas situaciones y circunstancias que
puedan afectar o alterar la convivencia pacífica, con el fin de mejorar la calidad de vida
de quienes habitan o transitan en el municipio.

Por ello, con la referida Ordenanza, se busca elevar los niveles de conciencia
ciudadana en los vecinos y en la comunidad en general, para lo cual deben estar
articuladas las distintas instituciones del Municipio, de la sociedad civil, y de los otros
niveles del poder público. La labor formativa-preventiva es crucial para el logro de tales
objetivos.

Sin embargo, la Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos


y Privados en el Municipio Maracaibo (2011), a un año de haber entrado en vigencia,
actualmente, no ha sido aplicada, tal como lo expresa el promotor de esta iniciativa, el
concejal Juan Pablo Guanipa, quien reconoce que la implementación registra a la fecha
pocos niveles de eficacia, a pesar de todo el aparataje disponible en el Poder Ejecutivo
Municipal, en entrevista en la página web: www.enagenda.com.ve /2013/06/ordenanza-
de-convivencia-ciudadana- (consultada el 30/01/2014)
CONCLUSIONES

Del desarrollo de la presente investigación se han derivado las conclusiones en


relación a los objetivos planteados. En cuanto al primer objetivo propuesto, relativo a la
revisión de los instrumentos normativos que rigen la justicia de paz en el ordenamiento
jurídico venezolano en el marco de la Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en
Espacios Públicos y Privados en el Municipio Maracaibo como medio alterno de
resolución de conflictos.

Se pudo apreciar, que a nivel mundial, la situación de crisis de la Administración


de Justicia ha conducido a la búsqueda de medios alternativos a la intervención
jurisdiccional en la solución de los conflictos entre los particulares. En la búsqueda de
un mejor acceso a la justicia, se ha insistido en la necesidad de impulsar estas
alternativas como soporte a los mecanismos jurisdiccionales, a los fines disminuir el
número de los litigios a los que se enfrentan las instituciones encargadas de administrar
justicia.

Venezuela, no ha escapado de esta situación, y en un intento por mejorar el


acceso a la justicia y controlar los costos de administración del sistema judicial, se ha
insertado dentro de los mecanismos de solución alterna de conflictos, tendencia esta,
evidenciada de los procesos de reforma judicial que vienen desarrollándose en América
Latina en las últimas décadas.

En efecto, el paso más importante que se ha dado es el de la inclusión de los


medios alternativos de solución de conflictos, en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (2000), reconociéndolos constitucionalmente como
integrantes del sistema de justicia, constituyendo esto, un punto de partida y
fundamento para su arraigo e implementación efectiva en el país.

Ciertamente, la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000),


contempla expresamente en el artículo 258, que la ley organizará la justicia de paz en
las comunidades, y que los jueces o juezas de paz serán elegidos o elegidas por
votación universal, directa y secreta, conforme a la ley. Asimismo, se recoge en esa
disposición, que la ley promoverá el arbitraje, la conciliación, la mediación y
cualesquiera otros medios alternativos para la solución de conflictos.

Así pues, los medios alternos de resolución de conflictos, tal como están
concebidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000), forman
parte del sistema judicial y fortalecen el ordenamiento jurídico, pues se fundamentan en
la oralidad como principio procedimental que lleva implícita la inmediación, la
concentración y la publicidad, que propicia un ambiente flexible, no formal, privado,
voluntario. En efecto, se incorporan al sistema de justicia, los medios alternos para la
resolución de controversias, tales la negociación, la mediación, la conciliación, el
arbitraje, el procedimiento de equidad y la justicia de paz.

Si bien es cierto, que en la Constitución vigente, se acoge por primera vez los
medios alternos de resolución de conflictos, de la revisión de los instrumentos
normativos que rigen la justicia de paz en el ordenamiento jurídico venezolano, se pudo
apreciar, que algunos de ellos son preconstitucionales.

Entre estos instrumentos normativos se destacan, el Código de Procedimiento


Civil (1990), la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y Trabajadoras (2012), la Ley
Sobre el Derecho de Autor (1993), la Ley de la Actividad Aseguradora (2010), la Ley
para la Defensa de las Personas en el Acceso a los Bienes y Servicios (2009), la Ley de
Arbitraje Comercial (1999), la Ley Orgánica Procesal del Trabajo (2002), la Ley
Orgánica sobre el Derecho a la Mujer a una Vida Libre de Violencia (2007), Código
Orgánico Procesal Penal (2012), y la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la
Justicia de Paz Comunal (2012).

Por otro lado, en el ámbito internacional, Venezuela es parte de un buen número


de acuerdos internacionales que promueven la resolución alternativa de controversias.
En este sentido Venezuela es parte, entre otros, de los siguientes acuerdos: La
Convención sobre el Reconocimiento y Ejecución de las Sentencias Arbitrales
Extranjeras, celebrada en Nueva York el 10 de junio de 1958 (Convención de Nueva
York), el Convenio sobre Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones entre Estados y
Nacionales de Otros Estados (Convenio de CIADI).
También forma parte de Convención Interamericana sobre Arbitraje Comercial
Internacional, fumada en Panamá el 30 de enero de 1975 (Convención de Panamá); y
de la Convención Interamericana sobre Eficacia Extraterritorial de las Sentencia y
Laudos Extranjeros, suscrita en Montevideo el 8 de mayo de 1979.

En relación al segundo objetivo específico planteado, el cual consiste en


examinar las atribuciones del Juez de Paz Comunal en el marco de la Ordenanza para
la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el Municipio Maracaibo
como medio alterno de resolución de conflictos, se derivaron las siguientes
conclusiones.

En primer lugar, se pudo apreciar, que la Ley Orgánica de la Jurisdicción


Especial de la Justicia de Paz Comunal (2012), conforme a lo exigido en el artículo 258
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (2000), acoge en su
artículo 3, la jurisdicción especial de la justicia de paz comunal, y en tal sentido indica,
que es la potestad que tiene el juez o jueza de paz comunal de tomar decisiones, a
través de medios alternativos para la resolución de conflictos o controversias, en el
ámbito territorial de su actuación.

Esta jurisdicción especial, a la luz de la disposición citada, comprende la facultad


de conocer, investigar, decidir los asuntos sometidos a su competencia y la potestad de
avalar acuerdos sobre la base de la vía conciliatoria, el dialogo, la mediación, la
comprensión y la reparación del daño, con la finalidad de restablecer la armonía, la paz,
el buen vivir y la convivencia comunitaria.

Asimismo, abarca la facultad de conocer y decidir en todo lo relacionado con las


actuaciones, abstenciones, negativas o vías de hecho de los consejos comunales,
comunas y organizaciones del Poder Popular, así como sobre las situaciones, que en
razón del funcionamiento interno de esas instancias, vulneren, afecten o restrinjan el
ejercicio del derecho a la participación y al protagonismo popular.
Es importante destacar, que la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la
Justicia de Paz Comunal (2012), establece el procedimiento de conciliación y mediación
para la resolución de los conflictos. En tal sentido, señala en su artículo 39, que el
procedimiento de conciliación o mediación no excederá de quince días continuos,
prorrogable por igual período y por una sola vez a criterio del juez o jueza de paz
comunal, el cual procurará culminar con un acuerdo.

Otra de las conclusiones que se desprendieron del desarrollo del objetivo


planteado, es lo relativo a las competencias del juez de paz, las cuales se encuentran
contempladas en el artículo 8 de la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la
Justicia de Paz Comunal (2012), disposición esta, que contiene 17 numerales, de lo que
se infiere la amplitud de competencias que les otorga la Ley a los jueces y juezas de
paz comunal.

Ahora bien, de tales competencias, se destaca lo previsto en el numeral 3 de la


referida disposición, según el cual, los jueces y juezas de paz comunal, son
competentes para conocer, de los conflictos o controversias entre miembros de la
comunidad derivados de la aplicación de ordenanzas relativas a la convivencia, cartas
comunales y Reglamentos de convivencia de los consejos comunales.

Ello cobra importancia, en el entendido que la jurisdicción de especial de paz


comunal, según lo previsto en la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia
de Paz Comunal (2012), le concede suficientes competencias a los jueces y juezas de
paz, por lo cual, las competencias establecidas en la Ordenanza para la Convivencia
Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el Municipio Maracaibo como Medio
Alterno de Resolución de Conflictos (2011), podrían ser subsumidas en las
competencias contempladas en la referida Ley.

En torno al tercer objetivo específico planteado, vale decir, determinar el alcance


de la Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el
Municipio Maracaibo como medio alterno de resolución de conflictos, se ha concluido,
que en el mes de septiembre de 2011, el Concejo Municipal de Maracaibo sancionó la
Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el
Municipio Maracaibo, la cual entró en vigencia en fecha 18 de junio de 2012.
La referida Ordenanza surge en un intento de impulsar la educación cívica
desde el punto de vista formativo y preventivo para transformar a los habitantes en
ciudadanos, con el firme propósito de clarificar o renovar algunas normas básicas de
convivencia, que permitan consolidar sus bases y sirvan de herramienta efectiva para
hacer frente a las nuevas situaciones y circunstancias que puedan afectar o alterar la
convivencia pacífica, con el fin de mejorar la calidad de vida de quienes habitan o
transitan en el municipio.

Ahora bien, esta Ordenanza, contempla infracciones por conductas contrarias a


la convivencia ciudadana, tales como, la promoción de la mendicidad y realización de
necesidades fisiológicas en espacios públicos o privados de uso público; infracciones
por arrojar objetos o líquidos contra personas o bienes; infracciones por la ingesta de
bebidas y especies alcohólicas; infracciones concernientes al humo de tabaco;
infracciones concernientes al tránsito y transporte terrestre; infracciones concernientes
a los servicios y actos sexuales; infracciones concernientes a la perturbación del orden
público.

Asimismo, establece infracciones concernientes a la contaminación ambiental;


infracciones concernientes a los funcionarios públicos y funcionarias públicas;
infracciones concernientes a la prestación de servicios públicos; infracciones por daños
ocasionados a bienes públicos o privados e inadecuado uso de las instalaciones;
infracciones concernientes a la tenencia de animales domésticos.

Vale destacar, que además de los funcionaros y funcionarias competentes para


velar por el cumplimiento de la Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios
Públicos y Privados en el Municipio Maracaibo (2011), este mismo instrumento
normativo distingue, los Funcionarios y Funcionarias competentes para aplicar
sanciones, y es así como el artículo 5 de esta Ordenanza dispone que los funcionarios
adscritos al Instituto Autónomo de Policía Municipal de Maracaibo (POLIMARACAIBO)
son los únicos competentes para sustanciar los procedimientos respectivos y aplicar
las sanciones previstas en la presente ordenanza.
Es importante destacar, que en esta Ordenanza se crea el Sistema de
Información Ciudadana (SIC), constituido por un registro especial a cargo del Instituto
Autónomo de Policía Municipal de Maracaibo (POLIMARACAIBO), el cual sistematizará
la información actualizada de acciones, infracciones u omisiones cometidas por
ciudadanos o ciudadanas que hayan infringido cualquier normativa vigente en el
municipio Maracaibo. Su finalidad es conocer la reincidencia ciudadana en la comisión
de faltas contempladas en la normativa legal vigente, así como conocer el buen
desempeño ciudadano.
Cumplidos cinco (5) años de la comisión de la falta, se procederá a eliminar su registro
del Sistema de Información Ciudadana (SIC).

Como se puede apreciar, la Ordenanza examinada contempla una vasta


regulación de infracciones relativas a la convivencia ciudadana, otorgándole potestad a
los funcionarios adscritos al Instituto Autónomo de Policía Municipal de Maracaibo
(POLIMARACAIBO) para sustanciar los procedimientos respectivos y aplicar las
sanciones previstas en la presente ordenanza.
RECOMENDACIONES

Las potestades que le otorga la Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en


Espacios Públicos y Privados en el Municipio Maracaibo (2011) a los funcionarios del
Instituto Autónomo de Policía Municipal de Maracaibo (Polimaracaibo), guardan
estrecha similitud con las facultades otorgadas a los jueces de paz, conforme a lo
previsto en la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz Comunal
(2012).

En efecto, el artículo 8 de la mencionada ley, al referirse a las competencias y


prohibiciones de los jueces y juezas de paz comunal dispone en el numeral 3, que los
jueces y juezas de paz son competentes para conocer, de los conflictos o controversias
entre miembros de la comunidad derivados de la aplicación de ordenanzas relativas a la
convivencia, cartas comunales y Reglamentos de convivencia de los Consejos
Comunales.

Por otro lado, vale destacar lo contemplado en el artículo 4, según el cual, son
competentes para velar por el cumplimiento de la Ordenanza para la Convivencia
Ciudadana en Espacios Públicos y Privados en el Municipio Maracaibo (2011), en el
marco de sus respectivas atribuciones constitucionales y legales: los Jueces y Juezas
de Paz dentro del ámbito de su competencia.

En virtud de lo expuesto, se recomienda una futura reforma de la Ley Orgánica


de la Jurisdicción Especial de la Justicia de Paz Comunal (2012), con la finalidad de que
sean reguladas de manera mas precisas estas competencias de convivencia, debido a
que de naturaleza esta Ley trata asuntos en los cuales haya contención, haya conflicto
entre las partes.

Por otro lado, se evidencia, como se señaló supra, a casi un año y seis meses
de la entrada en vigencia de la Ordenanza para la Convivencia Ciudadana en Espacios
Públicos y Privados en el Municipio Maracaibo (2011), la misma aún no ha sido aplicada
en la práctica, lo cual, podría permitir afirmar, que esta Ordenanza es letra muerta,
razón por la cual, no ha cumplido el objeto para la cual fue promulgada, y en virtud de
ello, se hace necesario y conveniente, recurrir a un instrumento normativo ya creado y
el cual tiene carácter orgánico, como es la Ley Orgánica de la Jurisdicción Especial de
la Justicia de Paz Comunal (2012).
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