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AGROINDUSTRIA

La agroindustria es la actividad económica que comprende la producción, industrialización y


comercialización de productos agropecuarios, forestales y otros recursos naturales biológicos.
Implica la agregación de valor a productos de la industria agropecuaria, la silvicultura y la pesca.
Facilita la durabilidad y disponibilidad del producto de una época a otra, sobre todo aquellos que
son más perecederos. Esta rama de industrias se divide en dos categorías, alimentaria y no
alimentaria, la primera se encarga de la transformación de lo producido por la agricultura,
ganadería, pesca y silvicultura en productos elaborados, en esta transformación se incluye los
procesos de selección de calidad, clasificación (por tamaño), embalaje-empaque y almacenamiento
de la producción agrícola, a pesar que no haya transformación en sí y también las transformaciones
posteriores de los productos y subproductos obtenidos de la primera transformación de la materia
prima agrícola. La rama no-alimentaria es la encargada de la parte de transformación de estos
productos que sirven como materias primas, utilizando sus recursos naturales para realizar
diferentes productos industriales.

Índice de actividades agroindustriales

1. Sin transformación

1. Centros de acopio Para pequeños productores: Selección, empaque y mercadeo.


1. Leche
2. Pescado (pesca costera)
3. Frutas y verduras
4. Materia prima para la industria

2. Almacenamiento

1. Silo de granos
2. Almacenes de materia prima o producto elaborado
3. Cámaras frigoríficas
4. Congeladoras

3. Selección, clasificación y empaque

1. Fruta cítrica. Clasificación por volumen, 7 tamaños.


2. Fruta de carozo. Clasificación por peso.

4. Tamaños

1. Banano. Empaque de manos, por peso. Maduración programada.


2. Hortalizas. Clasificación por volumen, 3-4 tamaños.
3. Flores. Clasificación por variedad, color y largo de tallo
4. Empaque minorista. Impresión de peso y precio.
2. Con transformación

1. Primer grado de transformación

1. Conservación y empaque del producto

1. Deshidratado de frutas, verduras, especias, pescado.


2. Secado de tabaco.
3. Secado y tostado de pipas de girasol.
4. Enlatado de frutas y verduras
5. Encurtido de hortalizas
6. Congelado de verduras
7. Beneficio de café
8. Beneficio de cacao
9. Lavadora de lana
10. Jaleas y mermeladas
11. Pasteurizado de leche
12. Pasteurizado de miel
13. Descascarado y pelado de fruto seco

2. Elaboración

1. Jugos de frutas, concentrados


2. Ingenios de azúcar. Panela
3. Concentrados de tomate
4. Subproductos de la papa
5. Mataderos de vacuno, ovino y porcino
6. Mataderos de pollos y pavos
7. Limpieza y fileteado de pescado
8. Harina de carne
9. Harina de pescado
10. Bodega de vino
11. Fábrica de cerveza
12. Molino de cereales
13. Fábrica de alimento balanceado
14. Aserradero y secado de madera
15. Entarimado y plywood
16. Tratamiento de fibras vegetales
17. Fabricación de papel
18. Aceite de oliva
19. Aceites vegetales

2. Segundo grado de transformación

1. Subproductos de la leche
2. Subproductos de la carne
3. Salado, curtido y tratamiento del cuero
4. Harina de carne
5. Pasta y aceite de pescado
6. Tostado de café
7. Productos de panadería
8. Sopas y comidas preparadas
9. Derivados del azúcar
10. Fábrica de sogas y esterillas
11. Productos de pasta

3. Tercer grado de elaboración

1. Tejedurías
2. Subproductos del cacao
3. Café instantáneo
4. Puertas y ventanas. Muebles
5. Marroquinería

4. Servicios

1. Incubadoras de huevos
2. Tratamiento de desperdicios
3. Talleres de mantenimiento

Por conglomerados o complejos agroindustriales

En esta clasificación se agrupan las actividades basadas en cada materia prima

1. Conglomerado cárnico

1. Matadero vacuno y porcino, troceado, frigorífico, empaque, congelado


2. Chacinería, embutidos, ahumado, cocido, enlatado.
3. Harina de carne y aceite.
4. Salado de pieles
5. Preparación y teñido de cueros
6. Marroquinería, talabartería
7. Matadero de pollos, troceado, enfriado, congelado
8. Incubadoras
9. Harina de carne y plumas

2. Conglomerado de la madera

1. Aserradero de trozas, tablas y tablones


2. Laminadora
3. Fábrica de terciada, plywood
4. Compactados de aserrín
5. Postes tratados
6. Machihembrados-parquet
7. Muebles de jardín
8. Fabricación de cajas
9. Secadero - Muebles
10. Carbón de leña

3. Lácteos

1. Centros de acopio y enfriado


2. Pasteurizado y envasado minorista
3. Mantequilla - crema - natillas
4. Quesos frescos y duros
5. Yogur
6. Helados - postres
7. Leche en polvo

4. Frutas y verduras
1. Plantas de selección y clasificación
2. Jugos - néctares - concentrados
3. Dulces y mermeladas
4. Subproductos del tomate
5. Frutas enlatadas
6. Encurtidos
7. Frutas desecadas
8. Verduras deshidratadas
9. Verduras congeladas

5. Pescado

1. Abastecimiento de hielo
2. Heladeras de conservación
3. Limpieza y fileteado
4. Enlatado
5. Harina de pescado.

MARCO GENERAL DE LA AGROINDUSTRIA GUATEMALTECA Y


LATINOAMÉRICA.

La demanda de alimentos y productos agrícolas está sufriendo cambios sin precedentes. El


aumento tanto del ingreso per cápita, como de la urbanización y del número de mujeres
trabajadoras ha incrementado la demanda de materias primas de alto valor, de productos
procesados y de alimentos preparados. Existe una clara tendencia hacia dietas que incluyen una
mayor cantidad de alimentos de origen animal, como pescado, carne y productos lácteos, que
aumenta a su vez la demanda de cereales (FAO). También se está dando un uso creciente de
productos agrícolas, especialmente granos y cultivos oleaginosos, como materia prima para la
producción de bioenergía.
El comercio internacional y las comunicaciones están acelerando los cambios en la demanda, lo
que conlleva la convergencia de patrones dietéticos y un creciente interés en comidas étnicas de
lugares geográficos específicos. La naturaleza y alcance de la estructura cambiante de la demanda
agroalimentaria ofrecen oportunidades sin precedentes para la diversificación y adición de valor
en el sector agrícola, especialmente en los países en desarrollo. Como reflejo del cambio de
demanda por parte de los consumidores, la década de 1990 fue testigo de una diversificación de la
producción en los países en desarrollo hacia frutas y hortalizas no tradicionales.

La participación de los países en desarrollo en el comercio internacional de frutas y hortalizas no


tradicionales ha aumentado rápidamente en los últimos años. Según Rabobank, las ventas anuales
de alimentos procesados a nivel mundial se estiman actualmente en más de 3 mil millones de
dólares o, lo que es lo mismo, en aproximadamente tres cuartos de las ventas totales de alimentos
a nivel internacional. Si bien la mayoría de estas ventas se produce en los países de ingresos altos,
en los últimos 25 años, los países en desarrollo han generado un porcentaje de casi el doble de
adición de valor en la producción global de las principales categorías de productos fabricados por
las agroindustrias (FAO).

Las perspectivas de un crecimiento constante de la demanda de alimentos y de productos agrícolas


con valor añadido constituyen un incentivo para prestar mayor atención al desarrollo de las
agroindustrias en un contexto de crecimiento económico, seguridad alimentaria y estrategias para
acabar con la pobreza. Es conocido que las agroindustrias, entendidas aquí como un componente
del sector manufacturero en el que la adición de valor a las materias primas agrícolas deriva de
operaciones de procesamiento y manipulación, son motores eficientes de crecimiento y desarrollo.

Agroindustrias para el desarrollo

Con sus vínculos progresivos y regresivos, las agroindustrias tienen altos efectos multiplicadores
en términos de creación de empleo y de adición de valor. Por ejemplo, una nueva planta de
procesamiento de leche no solo crea empleos en sus propias instalaciones de transformación, sino
también en las granjas lecheras, los centros de recogida de leche, los suministradores de insumos
agrícolas y la distribución.
El aumento de la demanda creada por una empresa agroindustrial estimula los negocios más allá
de los vínculos con sus proveedores directos de insumos y sus compradores: una completa gama
de servicios auxiliares y actividades de soporte en los sectores secundario y terciario de la
economía también se verán impactados de manera positiva. Es más, dado que generalmente los
productos agrícolas se caracterizan por ser perecederos y voluminosos, muchas plantas
agroindustriales y pequeñas empresas de agro procesamiento tienden a ubicarse cerca de las
fuentes principales de materias primas. De esta manera, ejercen un impacto socioeconómico
inmediato en las áreas rurales.

AGROINSDUSTRIA EN LATINOAMERICA

El Informe sobre el desarrollo mundial 2015 (PNUD) llamó la atención sobre el hecho de que
aproximadamente más de 800 millones de personas están consideradas como pobres y viven con
ingresos de menos de 1$ al día. Un 75 % de los pobres del mundo vive en áreas rurales y la
agricultura es su principal fuente de subsistencia. Luchar contra la pobreza requerirá llevar el
desarrollo y el crecimiento económico a las áreas rurales. Las agroindustrias, son parte de la
respuesta a este desafío. El crecimiento acelerado de las agroindustrias en los países en desarrollo
también presenta riesgos en términos de equidad, sostenibilidad e inclusión. Cuando existe un
poder de mercado desequilibrado en las agrocadenas, la adición y la captación de valor pueden
estar concentradas en uno o pocos participantes de la cadena, perjudicando a los demás.

Las agroindustrias solo serán sostenibles si son competitivas en términos de costes, precios,
eficiencia operativa, oferta de productos y otros parámetros asociados, y solo si la remuneración
que reciben los agricultores es lucrativa para estos.Establecer y mantener la competitividad
constituye un desafío particular para las pequeñas y medianas empresas agroindustriales y para los
pequeños agricultores. A pesar de que las agroindustrias tienen el potencial de proporcionar una
salida fiable y estable para los productos agrícolas, la necesidad de garantizar la competitividad
favorece a aquellos agricultores que son capaces de entregar productos en mayor cantidad y de
mejor calidad.
Puesto que los agricultores más pequeños y con menos recursos quedan excluidos de las cadenas
de abastecimiento, los beneficios socioeconómicos de las agroindustrias quedan potencialmente
reducidos. Por ello, es necesario contar con políticas y estrategias que promuevan las
agroindustrias y, al mismo tiempo, consideren los temas de competitividad, equidad e inclusión.
El rápido aumento de los precios de los alimentos observado en los últimos años fue un crudo
recordatorio de que la naturaleza cambiante de los sistemas agroalimentarios y la manera en que
los responsables de las políticas responden a los cambios, pueden tener consecuencias
humanitarias y políticas directas.

Los ajustes en el sector agrícola y las agroindustrias en los años 1990 y comienzos del 2000
contribuyeron a reducir las reservas internacionales y la oferta de alimentos de primera necesidad.
El sistema alimentario mundial no fue capaz de responder a un cúmulo de eventos adversos que
impactaron sobre la oferta y la demanda a corto plazo. Como consecuencia del repunte de precios
de los alimentos y la escasez.

Ante lo expuesto se hace necesario que nuestro gobierno asuma el papel que le corresponde en la
definición de políticas y estrategias que conlleven a la implementación de trabajos tendientes a la
captación de capital interno y externo que promueva y fortalezca la agroindustria en Guatemala.
Y, para el caso de los sectores económicos que tienen los recursos para este tipo de actividades
que se sienten a dialogar sobre el mejoramiento de los trabajos que llevan a cabo actualmente en
torno al tema y juntamente con las autoridades definan un sistema que permita tener la certeza
jurídica tendiente al fortalecimiento del trabajo realizado y por realizar.

Desde fines de la década del 60 se internacionaliza el modelo de desarrollo capitalista en la


agricultura implementado en el Primer Mundo, estrategia conocida como Revolución Verde (RV).
La empresa transnacional (o corporaciones transnacionales, CTN), es la forma principal de
expansión del capital y los "paquetes tecnológicos" agrícolas de tipo intensivo son la vía para
mantener e incrementar la tasa de ganancia en el sector. Semillas de variedades de alto
rendimiento, la mecanización y el uso insumos químicos fueron los ejes del paquete.
En todos los países de América Latina estas prácticas fueron casi simultáneamente impulsadas por
las CTN, los gobiernos, los técnicos y las universidades, con el apoyo decisorio del Banco
Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, la USAID y la FAO.
A partir de la década del 70, y en respuesta al agotamiento del modelo de acumulación, se inician
nuevas estrategias económicas, políticas y sociales desde los centros de poder, corporaciones y
países centrales, para garantizar el funcionamiento y lógica del incremento de la tasa de ganancia.
En la agricultura, las corporaciones impulsan a nivel mundial un proceso de reconversión
tecnológica hacia la biotecnología, y en particular la ingeniería genética, como forma de mantener
e incrementar sus ganancias y control del sector. Tecnologías de continuidad y ruptura con la RV,
desarrolladas bajo el mismo paradigma de producción. El cambio tecnológico ha favorecido y
continúa favoreciendo la producción y/o exportación de cultivos comerciales y no a la producción
y productividad de los cultivos para la seguridad alimentaria y la permanencia de la pequeña
producción. Paquetes tecnológicos de alta inversión de capital por hectárea, con alto uso de
insumos externos, ahorradores de mano de obra, y con el objetivo, mediante el monocultivo, de
obtener "productos uniformes", adecuados para ingresar en la cadena de procesamiento
agroindustrial.

Presentaremos a continuación algunos elementos centrales del marco interpretativo de este


proceso, para posteriormente dar algunos ejemplos de cómo está operando la presencia corporativa
en la agroindustria oleaginosa del MERCOSUR.

El marco de, y para, la expansión de las corporaciones

Desde mediados de este siglo pasado, y en mayor profundidad en el último lustro, a la


mundialización comercial y financiera se integra la internacionalización del capital productivo,
siendo la fuerza determinante la competencia y fusiones entre grandes CTN, modalidad que adopta
la expansión internacional del capital en el proceso de valorización y reproducción del mismo. La
CTN incluyendo la forma que adopta la empresa capitalista para la captación de recursos y
excedentes, no nueva en el contexto mundial pero sí su generalización y su presencia dominante
en los países en las últimas décadas responde a la lógica de la circulación de mercancías y del
capital dinero (Vigorito, 1981). Empresas integradoras entre las estructuras nacionales y el capital
internacional, incluyendo bancos y entidades financieras internacionales, en un proceso de
desarrollo de la globalización de las fuerzas productivas desigual entre países y regiones y
combinado, liderado por las economías centrales, que por su cambio cualitativo y cuantitativo ha
provocado profundas transformaciones en las formas y la magnitud de la subordinación de los
países dependientes (Olesker, 2001).

Esta nueva fase de desarrollo de la economía define un perfil nuevo de la acumulación mundial en
general, y la acumulación de capital subordinada en particular, cuyo objetivo es recomponer la
tasa de ganancia a nivel mundial. Fenómeno complejo que incluye la esfera económica-productiva,
social, política y cultural, a escala mundial. Se promueve simultáneamente: el libre comercio,
impulsando la apertura unilateral e irrestricta en los países dependientes; el retiro del Estado de
funciones económicas y de regulación social y laboral; y legislaciones, en los ámbitos
internacionales y nacionales, que desregulen las inversiones extranjeras.

La Organización Mundial de Comercio (OMC) y los diversos tratados multilaterales, bilaterales o


regionales, tienen fundamentalmente por objetivo legalizar y garantizar la reproducción del capital
de las corporaciones a escala internacional, como el control político necesario en todos los sectores
y en forma principal en el sector agrario, vinculado al control territorial y de los recursos naturales
(Barreda, 2002).

En lo político, el debilitamiento de los estados nacionales como mediadores entre los intereses
nacionales y del gran capital internacional junto al rol de los estados nacionales de mayor poder
de organizar y administrar el comercio mundial para asegurar la hegemonía de sus empresas, son
parte fundamental de este nuevo escenario. Organismos internacionales de diversa índole viejas y
nuevas estructuras "asumen" espacios nuevos de poder, muchos de ellos "vaciados" por los
estados-nación, siendo las funciones económica y financiera las rectoras del resto. Organismos
cuyas decisiones fundamentales son funcionales a los intereses de las corporaciones, en un
entramado de redes de poder entre burocracias estatales-nacionales y representación directa de
burocracias empresariales transnacionales. Etapa caracterizada por la reconversión tecnológica en
particular, información, transporte, comunicaciones y tecnobiología principalmente en los países
centrales, que simultáneamente inciden en un mayor deterioro de las condiciones de vida y trabajo
en las sociedades de los países del sur. Al interior de las formaciones sociales se profundizan los
procesos de diferenciación social de "elites" y burocracias de poder, sustentadas en los mecanismos
de distribución de ganancias de la inserción internacional.
En el sector agrario las características centrales que adquiere el nuevo orden agrícola internacional
-determinado por la internacionalización del sistema agroalimentario- como parte de la
reestructura global son la concentración y centralización de la producción alimentaria en los países
desarrollados y el déficit estructural en los países dependientes. Producto fundamentalmente de la
competencia, se establecen en las economías centrales políticas proteccionistas y el pago de altos
subsidios a los productores junto al establecimiento de precios a la baja en el comercio mundial
agrícola. En esta lucha por el poder hegemónico en el sector agroalimentario, los Estados Unidos
reforzaron los mecanismos de colocación de excedentes hacia los países subdesarrollados, junto a
políticas del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional de desestímulo a la producción
para el mercado interno de alimentos y la promoción de la producción de productos no
tradicionales para la exportación (Rubio, 1995; Bello, 2003).

Esto ha implicado entre otros efectos que sean los países centrales y las corporaciones quienes
participan y controlan el mercado internacional de alimentos. En el caso del mercado de granos,
los países periféricos que logran ingresar- con producciones basadas en empresas agropecuarias
de gran escala económica- lo hacen fundamentalmente a expensas de la destrucción de riqueza de
los recursos naturales de esos territorios: suelo, agua y biodiversidad, y de la expulsión de
pobladores y pequeños agricultores, familiares, campesinos e indígenas. Un claro ejemplo es la
vertiginosa expansión del cultivo de soja convencional y transgénica en los países de América
Latina, con los profundos impactos negativos que está provocando.

En la agricultura, al igual que en otros sectores, las corporaciones transnacionales agroindustriales


constituyen grandes conglomerados formados compulsivamente a partir de adquisiciones y
acuerdos de colaboración de empresas del área de la farmacéutica, de las semillas y de los
productos químicos. Actualmente cinco conglomerados dominan el comercio mundial de semillas
y de agroquímicos (Morales, 2001). Esta estrategia incluye simultáneamente la adquisición de
empresas internacionales menores junto a las compras totales o parciales de empresas nacionales,
encubriéndose muchas veces de esta forma la presencia de las corporaciones en los ámbitos
locales.

Fases de un mismo proceso

La nueva biotecnología de los últimos 20 años, y en particular la transgenia, forma parte del
proceso de industrialización de la agricultura y tiene por objetivo central la captura de los
beneficios derivados de la innovación tecnológica por parte de las CTN. En esta segunda etapa, y
a diferencia de la etapa anterior, la semilla _eje del paquete de la primera fase de la RV, ya
convertida en mercancía_ se constituye en un "verdadero" producto de la industria.

Los impactos negativos de la estrategia tecnológica de la RV en el campo latinoamericano


profundizaron los problemas ambientales y sociales ya existentes; al respecto, existe una amplia
literatura (Hewitt, 1978; IICA,1991; Ehlers, 1996) . Entre los principales impactos figuran:

mayor marginación-expulsión de los pequeños productores, campesinos e indígenas


profundizando la diferenciación social; mayor dependencia de los agricultores de los insumos
externos a sus sistemas de producción, así como profundización de la dependencia de los países,
al ser insumos agrícolas importados fundamentalmente de los países centrales; y
extensión de los monocultivos y pérdida de biodiversidad, y por lo tanto pérdida de soberanía y
seguridad alimentarias.
Bajo el mismo paradigma tecnológico, Altieri (2002) identifica factores de continuidad y de
ruptura con la etapa anterior. Entre los principales, destaca: el enfoque científico es el mismo, pues
en la etapa anterior se conceptualizaba "una plaga-un químico", mientras que en ésta, "una plaga-
un gen"; la transgenia trasciende las barreras biológicas que la naturaleza ha impuesto; y los
impactos negativos sobre la biodiversidad adquieren dimensiones, algunas ya conocidas y
anunciadas, mientras que otras están en el campo de la incertidumbre. Entre los factores de ruptura,
están el mayor control y apropiación, por parte de las CTN, del germoplasma, desde la producción
de semillas protegidas por "la propiedad intelectual" hasta su venta, formando un paquete semillas-
químico que intensifica la dependencia de los agricultores, y la privatización de la investigación.
Anna Rosa Martínez concluye sobre los objetivos y pilares centrales de la nueva estrategia
corporativa: levantar restricciones producto del monocultivo; asegurar y aumentar los mercados
de plaguicidas y semillas; reclamar derechos de propiedad y obtener rentas del acto de sembrar; y
avanzar en la estrategia de mayor integración y control de las cadenas agroalimentarias (Martínez,
2002). Entre los pilares básicos están: los derechos de propiedad intelectual (DPI) mediante
patentes sobre organismos vivos existentes o "mejorados" genéticamente (GRAIN, 2000); que los
ciudadanos, entre ellos los agricultores, no tengan posibilidades de decisión; definir qué ciencia es
válida mediante el reduccionismo genético; impulsar una definición estrecha de bioseguridad; y
controlar la agenda de investigación agrícola.

La biotecnología refuerza así la tendencia dominante a que los pequeños productores, campesinos
y pueblos indígenas pierdan el control, que ya tienen acotado, de la capacidad de decidir. Al ser
una tecnología que atenta contra la pequeña producción incide en forma fundamental en la
recreación de la biodiversidad cultivada dado que históricamente ha sido una tarea que han llevado
adelante campesinos, pueblos indígenas y pequeños agricultores, sectores de las sociedades en
donde la biodiversidad y las semillas son esencia de cultura y sustento. Hoy la gran paradoja en el
campo latinoamericano es que siendo sociedades predominantemente agrarias, y siendo los países
netos exportadores de alimentos, los niveles de pobreza y alimentos insuficientes son mayores en
la población rural.

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