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ARTE MÚLTIPLE

La subjetividad y los absolutos en los caminos semióticos del arte


Martha Gabriela Mendoza Camacho

Escribo desde Cuernavaca, Morelos, en el año 2017, siglo XXI. A estas alturas de la historia del
arte, es bastante frecuente encontrar la pregunta ¿Qué es arte? Planteo un acercamiento
semiótico para observar cómo funciona dicho lenguaje y compartir una vía para hablar sobre el
mismo. Dicha perspectiva está basada en el punto de vista semiótico de Umberto Eco, Deleuze
y Guattari y el antropológico de Pierre Bourdieu.

1. El rizoma del arte


Para comenzar, quiero acotar que entiendo al arte como un proceso comunicativo. Su objetivo
es mostrar un mensaje, idea o emoción por medio de un determinado código que provoque
“algo” en el espectador. Como acto comunicativo, el arte tiene un lenguaje específico que,
según la semiótica, es diferente al lenguaje formal. Para Umberto Eco en su libro Tratado de
Semiótica, el arte busca la innovación. Su sistema de signos es abierto y débil, lo cual le da al
espectador o lector una forma interpretativa “aparentemente” libre, en el sentido de la creación
de significados que parten de un objeto artístico específico (limitado en su forma). (2005)

El grado de subjetividad aportado al mensaje artístico convierte al mismo en un lenguaje difícil


de entender (en algunos casos). Aunque la forma del objeto artístico trascienda en el tiempo,
su interpretación y valor dependerá de la sociedad que la perciba. En su libro El sentido social
del gusto (2011) Pierre Bourdieu observa a la obra de arte como un objeto que recibe distintas
percepciones y que es producto de normas y convenciones artísticas. En ese sentido, aunque
la forma del arte perdure, su sentido cambia de acuerdo al contexto.
Sin embargo, el arte como discurso tiene una historia y una tradición. Si bien como objeto
cultural, depende de la época la concepción del mismo; como lenguaje tiene elementos
específicos que lo componen. De esta manera, el arte es un cuerpo rizomático, en el sentido
que Gilles Deleuze y Guattari conciben dicha forma en su escrito Mil Mesetas (2008).

Para los filósofos citados, el hombre no es un individuo independiente, la historia, y en


particular el lenguaje, son una suma de de experiencias humanas que forman el pensamiento
en cada periodo histórico. En ese sentido, el conocimiento de cada individuo depende de
múltiples conocimientos que van formando la historia científica y social del hombre y apuntan a
una forma de ser múltiple. La forma rizomática permite observar que los:
“[…]eslabones semióticos de cualquier naturaleza se conectan en él con formas de codificación
muy diversas, eslabones biológicos, políticos, económicos, etc..., poniendo en juego no sólo
regímenes de signos distintos, sino también estatutos de estados de cosas.” (Deleuze, p. 13)

Deleuze y Guattari se refieren a los libros, a los objetos tangibles que sirven de puente para
acceder al conocimiento humano y que dejan constancia de que el hombre es un individuo
múltiple pero su propuesta también abarca al arte y permite hablar del mismo como un sistema
estructurado donde conviven múltiples visiones y factores sociales.
Teniendo en cuenta lo anterior, el arte es una yema o bulbo que forma parte de otro que a su
vez forma parte de otro de una manera aparentemente desordenada. “Aparentemente” porque
al final, cada ramificación es parte de una serie de procesos. Considerando lo dicho, cada
factor que envuelve al arte es parte de él pero es producto de un proceso cultural específico.
De esa manera, en el mundo del arte se desarrollan diversos niveles comunicativos.
La obra de arte está acompañada de puntos de vista, de historias, de una forma de percibir el
mundo a partir de referentes comunes. Y a pesar de que la lengua también tiene ese nivel
nebulosos en el cual la “visión del mundo” y “los juegos del lenguaje” witgensteinianos de cada
sujeto son únicos; y aunque la misma historia es creada por algunas cuantas subjetividades y
es manipulada; existe la tendencia a crear absolutos. Para Charles Sanders Pierce (1978), la
lógica es la forma de concebir y representar al mundo y tiene una función muy importante:
crear absolutos. Y aunque el referente puede tener diversas formas de percepción; existe un
referente común que nombra cierto valor inherente al mismo: su valor absoluto. De esta
manera, el arte es un concepto que tiene ciertos rasgos pertinentes que lo hacen ser,
otorgándole ciertos rasgos estructurales.
La función comunicativa del arte es poética. Es decir, y siguiendo a Mukarowsky en su texto El
arte como hecho semiológico (1997), elarte como lenguaje poético se desvía de la norma,
rompe con las estructuras formales del lenguaje. Según Eco, usa formas nuevas para crear
mensajes subjetivos en donde el interlocutor es parte de su existencia pero no es el fin. Se
conforma de innovaciones que, al mismo tiempo, forman parte de un contexto social específico.
(2005)

2. La multiplicidad
En el arte contemporáneo conviven diferentes discursos que abordan distintos elementos del
mismo y que responden preguntas como: ¿qué es?, ¿quiénes son los artistas?, ¿dónde hay
eventos de arte?, ¿cómo se consume el arte?, ¿cómo se enseña arte?, etc.

Lo que Frederic Jameson llama La sociedad de los medios de comunicación (1998, p. 167) o
Jean-François Lyotard “la era de la informática” en su libro La condición posmoderna (1991),
refiriéndose a la época contemporánea llamada “posmodernidad”, impacta directamente en la
concepción, función y forma del arte contemporáneo. El capitalismo, la globalización, las redes
sociales y la tendencia al desarrollo de un mundo donde la información está en la palma de la
mano, los productos artísticos se superan rápidamente a diferencia de años pasados. La
velocidad de los medios de comunicación ha transformado la manera de comunicar. El arte se
va adapatando a las nuevas formas.

En una época de cambio y crisis en todos los aspectos sociales, el arte también se transforma
y cada forma es parte del concepto mismo, incluso aunque en su propio discurso se niegue a sí
mismo. El arte contemporáneo es un complejo entramado de elementos que abarcan desde un
punto de vista particular de cración hasta un proceso cultural e histórico. Del mismo modo, es
un producto social con elementos técnicos y comunicativos que corresponden a una época
particular pero que a su vez está limitada por el avance científico y lingüístico del hombre. El
arte es un proceso creativo que forma parte de una sociedad, es un espacio, una escuela, un
maestro, y hasta la publicidad, agenda, dinero, concepto, producción y creación.
Cada elemento que conforma al arte también tiene su propio sistema de signos estructurado y
funciona de una manera establecida para la fácil comunicación entre individuos, con sus reglas
y sus normas. Así se desenlvuelve la sociedad, establece normas y reglas para poder funcionar
y cubrir ciertas “necesidades” humanas que como seres sociales hemos ido adquiriendo. Así, el
artista contemporáneo se convierte en un individuo que tiene que conocer de una multiplicidad
de saberes para desarrollarse no sólo en este mundo informático y capitalista, sino en el
mundo del arte.

El ser humano tiende a entenderse como un complejo entramado de pensamientos,


conocimientos, experiencias e historias. Nuevas formas epistemológicas, científicas,
tecnológicas y artísticas tienden a multiplicar sus lenguajes. Términos como interdisciplina,
tansdisciplina, multidisciplina, colectivo y grupo van formando parte del lenguaje que conforma
el mundo contemporáneo. El arte hace uso y participa dentro de las nuevas formas que va
adquiriendo. Por lo mismo, yo ahora me encuentro satisfaciendo una necesidad de un estado
de cosas del arte al escribir este ensayo con ciertas características vinculadas a la
investigación científica.

BIBLIOGRAFÍA
DELEUZE, G. Y F. GUATARI. (2004) Mil mesetas. Capitalismo y esquizofrenia.

España: PRE-TEXTOS.

ECO, U. (2005).Tratado de Semiótica. México: Debolsillo.


JAMESON, F. et al. (1988) La posmodernidad. Trad. Jordi Fibla. Barcelona: Colofón.

LYOTARD, J.F. (1991) La condición posmoderna. Informe sobre el saber. Argentina:

R.E.I.

MUKAROWSKY, J. (1997) El arte como hecho semiológico. Barcelona: Gustavo Gili.

PIERCE, Ch. (1978) La ciencia de la semiótica. Buenos Aires: Nueva Visión.

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