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25 de Agosto de 2012
ÍNDICE
Pag.
Introducción…………………………………………………………………………… 03
Conclusión………………………………………………………………………………. 10
Bibliografía………………………………………………………………………………. 11
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INTRODUCCIÓN
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I. HAY NECESIDAD DE LAS ESCRITURAS
Por supuesto. Así como lo dice este autor “Pero no se necesita caminar a tientas
sumido en la duda y el escepticismo, puesto que hay un Libro, las "Sagradas
Escrituras, las cuales te pueden dar la sabiduría que lleva a la salvación mediante la
fe en Cristo Jesús. (2Timoteo 3:15)
A través de las escrituras podemos conocer la verdad y sin duda alguna a Dios,
claro está por medio de la fe en Cristo Jesús.
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Solamente con la ayuda del Espíritu Santo, esta verdad tan maravillosa, puede llegar
a nuestros corazones.
Si, como creemos, hay un Dios bueno, es razonable esperar que se revelara
personalmente a sus criaturas. El Rvdo. David S. Clarke dijo lo siguiente:
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La inteligencia de Dios despierta en nosotros la esperanza de que él
ha adaptado los medios al fin, y que coronará la naturaleza religiosa
con una religión sobrenatural. La benevolencia de Dios despierta la
esperanza en nosotros de que sacará a sus criaturas de su doloroso
azoramiento y conjurará el peligro que las acecha. La justicia de Dios
despierta en nosotros la esperanza de que hablará a la conciencia
con tono claro y de autoridad.
Es razonable esperar asimismo que Dios inspiraría a sus siervos para registrar
las verdades que no podrían haber sido descubiertas por la razón del hombre. Y
finalmente, es razonable creer que Dios ha preservado en forma providencial los
manuscritos de las Sagradas Escrituras, y ha inspirado a la iglesia para incluir en el
canon solo aquellos libros que tuvieron su origen en la inspiración divina.
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Si sobre la base de simples pruebas históricas se puede establecer
que Jesús hizo milagros, habló profecías y proclamó su divinidad; si se
puede demostrar que fue crucificado para redimir a los pecadores, que
resucitó e hizo depender el destino del hombre de su aceptación de él como
Salvador, luego fueren los anales históricos inspirados o no, ¡ay de aquél
que descuida una salvación tan grande!
No necesitamos, sin embargo, discutir con más amplitud esta posibilidad, pues
no se nos ha dejado en dudas con respecto al asunto. "Toda Escritura es inspirada
divinamente," (Dios le imparte su hálito) declara el Apóstol Pablo. 2Timoteo 3:16. Por
su parte el Apóstol Pedro afirma: "Pues ninguna profecía fue dada según por un
hecho de voluntad humana, sino que hombres inspirados por el Espíritu Santo
hablaron de parte de Dios." 2Pedro 1:21.
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por medio del hombre, y por lo tanto, el Antiguo Testamento es la Palabra de Dios
tanto como si Dios mismo hubiera pronunciado cada una de las palabras. Las
Escrituras son el resultado del influjo o hálito divino, así como la respiración
acompaña en el hombre la pronunciación de palabras. La declaración de Pedro "se
puede decir que indica que el Espíritu Santo se encontraba presente en forma
especial y milagrosa con los escritores de las Sagradas Escrituras y en ellos,
apelándoles las verdades que no habían conocido antes, y guiándolos igualmente en
el registro de estas verdades, y en todo acontecimiento que habían visto y oído, de
manera que eran testigos capacitados para presentarlos con suficiente exactitud a
otros."
Uno llegaría a la conclusión por la lectura de los diversos credos de la
cristiandad, que el cristianismo es un asunto más bien complicado, erizado de
enigmas teológicos y cargado de definiciones abstrusas. No es ese el caso. Las
doctrinas del Nuevo Testamento, tal como fueron expuestas originalmente, son
simples y se pueden definir con sencillez. Empero con el transcurso de los años, la
iglesia se vio confrontada con puntos de vista erróneos y defectuosos con respecto a
doctrinas y se vio obligada entonces a cercarlas y protegerlas con definiciones. De
este proceso de definición exacto y detallado surgieron los credos. Las declaraciones
doctrinales desempeñaron un papel importante y a la vez necesario en la vida de la
iglesia, y se convirtieron en obstáculos solo cuando la fe viva fue reemplazada por el
mero asentimiento a dichas declaraciones.
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Browning, Shakespeare, Cervantes y otros genios de la literatura, la filosofía y la
religión. Se considera así la inspiración algo puramente natural. Esta teoría despoja al
vocablo inspiración de todo su significado, no es consecuente con el carácter único y
sobrenatural de la Biblia.
2. Única y no común.
Algunos confunden la inspiración con la iluminación. La iluminación es la
influencia ejercida por el Espíritu Santo, la cual es común a todos los creyentes, y les
facilita comprender las verdades divinas. 1Corintios 2:4; Mateo 16:17. Afirman que tal
iluminación es una explicación adecuada del origen de la Biblia. Existe una facultad
en el hombre, según se enseña, por la cual el hombre puede conocer a Dios, algo así
como un ojo del alma. En circunstancias que los hombres piadosos de antaño
meditaban en Dios, el Espíritu Divino vivificaba sus facultades, permitiéndoles el
acceso a los misterios divinos.
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Apóstol Pedro, " sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por
el Espíritu Santo. 2Pedro 1:21. Lo repentino de la inspiración profética está insinuado
en la expresión común que dice: "Vino la palabra del Señor." Se establece una
distinción clara entre los profetas verdaderos que hablaron sólo cuando vino la
palabra del Señor, y los falsos que hablaron según propia invención. Jeremías 14:14;
Jeremías 23:11; Jeremías 23:16; Ezequiel 13:2-3.
(2) La iluminación admite grados, la inspiración no. La gente disfruta de distintos
grados de iluminación, pues algunos poseen mayor penetración que otros. Mas en el
caso de la inspiración, en el sentido bíblico, una persona es ya sea inspirada o no lo
es.
3. Viva y no mecánica.
La inspiración no significa dictado, ni que los escritores adoptaban una actitud
pasiva y su mente no tomaba parte alguna en la escritura del material, aunque es
cierto que algunas porciones de las Escrituras fueron dictadas, como por ejemplo los
Diez Mandamientos y el Padrenuestro. La misma palabra inspiración excluye mera
acción mecánica, y la acción mecánica excluye la inspiración. Por ejemplo, un
empresario no inspira a su secretaria cuando le dicta una carta. Dios no habló por
medio del hombre como hablaría por medio de un megáfono. Su Espíritu Divino usó
las facultades del hombre, produciendo así un mensaje perfectamente divino que no
obstante ostenta características de la personalidad del escritor. Es la Palabra del
Señor, mas en cierto sentido, la de Moisés, o Isaías, o Pablo. "Dios no ha hecho nada
sin el hombre; el hombre no ha hecho nada sin Dios. Es Dios quien habla en el
hombre, Dios que habla por medio del hombre, Dios que habla como hombre, Dios
que habla a favor del hombre."
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4. Completa y no meramente parcial.
De acuerdo a la teoría de la inspiración parcial, los escritores fueron
preservados del error en asuntos necesarios para la salvación, pero no en asuntos
como historia, ciencia, cronología y otros. Por lo tanto, de acuerdo a esta teoría, sería
más correcto decir que "la Biblia contiene la Palabra de Dios, más bien que afirmar
que es la Palabra de Dios."
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fundamento de doctrinas de peso. (Juan 10:35; Mateo 22:42-45; Gálatas 3:16;
Hebreos 12:26-27)
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III. LA VERIFICACIÓN DE LAS ESCRITURAS
1. Afirman ser inspiradas
El Antiguo Testamento reclama para sí el haber sido escrito por inspiración
especial de Dios. El vocablo o frase "y dijo Dios" o su equivalente se emplea más de
dos mil veces. La historia, la ley, los salmos, y las profecías, se afirma que todo fue
escrito por hombres bajo la inspiración especial de Dios. Vea por ejemplo: Éxodo
24:4; Éxodo 34:28; Josué 3:9; 2Reyes 17:13; Isaías 34:16; Isaías 59:21; Zacarías
7:12; Salmos 78:1; Proverbios 6:23. Cristo mismo endosó el Antiguo Testamento, lo
citó y vivió en armonía con sus enseñanzas. Endosó su verdad y autoridad (Mateo
5:18; Juan 10:35; Lucas 18:31-33; Lucas 24:25; Lucas 24:44; Mateo 23:1-2; Mateo
26:54) y así también lo hicieron los Apóstoles. Lucas 3:4; Romanos 3:2; 2Timoteo
3:16; Hebreos 1:1; 2Pedro 1:21; 2Pedro 3:2; Hechos 1:16; Hechos 3:18; 1Corintios
2:9-16.
¿Reclama para sí el Nuevo Testamento una inspiración similar? En particular,
la inspiración de los evangelios está garantizada por la promesa de Cristo de que el
Espíritu Santo traería a la memoria de los Apóstoles todas las cosas que les había
enseñado, y que el mismo Espíritu los guiaría a toda verdad. En todas partes el
Nuevo Testamento, declarando con autoridad la abrogación de las antiguas leyes. Por
lo tanto, si el Antiguo Testamento es inspirado, también lo es el Nuevo. Pedro parece
colocar los escritos de Pablo a un mismo nivel con aquellos del Antiguo Testamento
(2Pedro 3:15-16), y tanto Pablo como los demás Apóstoles afirman hablar con
autoridad divina. 1Corintios 2:13; 1Corintios 14:31; 1Tesalonicenses 2:13;
1Tesalonicenses 4:2; 2Pedro 3:2; 1Juan 1:5; Apocalipsis 1:1.
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salvadora a naciones e individuos, y posee un poder infalible de conducir hombres a
Dios, y transformar su carácter; en lo referente a autoridad, llena los requisitos de
corte final de apelaciones en religión, de manera que los cultos falsos hallan
necesario citar sus palabras con el objeto de hacer impresión en el público.
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3. Uno siente que son inspiradas
"¿Pero usted no cree en ese libro, no es cierto? Dijo cierto profesor de un
colegio de Nueva York a una señora cristiana que había estado asistiendo a clase
bíblica. "Claro que sí," respondió la señora, "sucede que conozco personalmente al
Autor." Había expresado una de las razones más poderosas para creer que la Biblia
es la Palabra de Dios, es decir, el llamado nuestro fuego interior, puesto que la Biblia
nos habla en un tono que nos hace sentir que procede de Dios.
Que éste sea entonces un asunto fijo, establecido: que aquellos que han
creído interiormente enseñados por el Espíritu Santo confían firmemente en las
Escrituras; y que las Escrituras son su propia evidencia y no se las debe sujetar
legalmente a pruebas y argumentos, sino que obtienen, por el testimonio del
Espíritu, esa confianza que merecen.
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Puesto que éste es el caso, ¿por qué aducir evidencia externa con respecto a
la exactitud de las Escrituras y al hecho de que son dignas de toda confianza?
Hacemos esto primero, no con el objeto de creer que son la verdad, sino porque
percibimos que son la verdad. En segundo lugar, es natural e inspirador ser capaz de
señalar la evidencia o prueba exterior de lo que uno interiormente cree; finalmente,
estas pruebas suministran medios concretos, por así decirlo, por los cuales podemos
expresar la convicción de nuestro corazón mediante palabras, y de esa manera estar
"siempre aparejados para responder con mansedumbre y reverencia a cada uno que
os demande razón de la esperanza que hay e vosotros." 1Pedro 3:15.
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CONCLUSIÓN
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BIBLIOGRAFÍA
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