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2 Véase, James J. Parsons, Las regiones tropicales americanas: Visión geográfica de James
J. Parsons, Bogotá, Fondo FEN Colombia, 1992. Joaquín Molano B. (ed.). Robert West, Las
tierras bajas del Pacífico Colombiano, Bogotá, ICANH, 2000.
Categoría central que guió las investigaciones de los geógrafos formados
por Carl Sauer, que entendió por paisaje “el resultado de la confluencia de
las formas naturales y las transformaciones hechas por el ‘hombre’”. [Leal,
2000. P. 10] esta idea legada a sus discípulos West y Parsons fue aplicada
en los estudios sobre Colombia. Sauer, que en opinión de West, fue quien
los instó para que comprendieran históricamente el paisaje y la relación del
hombre con su medio ambiente. También nos cuenta West, la insistencia
de Sauer en la investigación de campo en la geográfica. La semblanza que
de Parsons investigador nos ofrece West es la del observador agudo del
hombre y la naturaleza y el trabajador incansable en la biblioteca y en el
archivo. [Regiones tropicales. P. 2]Esta semblanza que de él hizo su amigo
son las claves que nos permite entender cabalmente su libro sobre la
colonización antioqueña. El lugar del archivo y la biblioteca en la
investigación geográfica es precisamente porque “el paisaje
contemporáneo no se puede entender sin la perspectiva del tiempo” . Esto
lo planteaba Parsons en una publicación de 1964 donde además enfatizaba
ese carácter integrador de la geografía de los materiales de las ciencias
físicas y sociales. [Las regiones…p. 12]. Esta concepción de Parsons se vio
reflejada claramente en su texto sobre la colonización Antioqueña. La idea
de paisaje y su construcción en el tiempo se expresa siempre en torno a la
mirada origen, lo cual lo remite de manera reiterada al mundo
prehispánico. Un paisaje es el desarrollo de unas etapas sucesivas que lo
configuran. Es por esto que le da valor al tema de la minería española y la
mano de obra, para luego ocuparse de la agricultura colonial. El tema
propiamente de la colonización antioqueña es tratado de manera estricta
en un capítulo del libro. Esto no se entendería cabalmente si no tenemos
presente el concepto de paisaje cultural que guió el desarrollo de la
investigación. En esta perspectiva la colonización antioqueña fue solo una
etapa en el desarrollo del paisaje antioqueño, porque antes de ellos
estuvieron los Quimbaya y demás poblaciones indígenas. A esta etapa le
siguieron otras, hasta cerrar con el paisaje contemporáneo: la Antioquia
industrial.
Desconocer la procedencia académica de un estudio conduce a falsas
interpretaciones como aquella que hace Jaime Londoño quien plantea que
Parsons hizo un uso implícito del concepto de frontera turneriano y que
además propuso un modelo de colonización que ha sido asumido
acríticamente por generaciones posteriores de investigadores sobre
Antioquia.3Es curiosa esa manera de construir un balance historiográfico
teniendo por base el trabajo de un geógrafo que Londoño desconoce en
cuanto a los principios básicos que guiaron la investigación geográfica para
ese entonces. En su libro Parsons no cita a Turner, nunca utilizó el concepto
de frontera. El concepto de colonización que utiliza Parsons es el significado
básico que le dieron los griegos: comunidad de inmigrantes que se
establecen en un territorio con el fin de cultivarlo. Parsons más que
proponer un modelo de colonización, señala unos momentos centrales en
el proceso comenzando por las concesiones y la tensión generada entre
ésta y los colonos. Luego se ocupa de las fundaciones y destaca la ciudad
como estructuradora de los espacios colonizados. Esto más que ser un
modelo, es seguir la lógica misma del proceso. Si aceptáramos la afirmación
de Londoño en torno a que no se han escrito nuevos y novedosos capítulos
sobre la colonización antioqueña esto no sería por lo que el llama “el
predominio acrítico que la obra de Parsons ha tenido en nuestro medio”.
Todo lo contrario, los estudios de mediados de siglo sobre Colombia, no
han tenido la continuidad y cimentación esperada que hubiera hecho
posible el desarrollo de sólidas tradiciones investigativas. En este punto, y
al ir esbozando lo que podría ser un balance de los estudios sociales sobre
territorialidades y regiones en Colombia a mediados de los cincuenta
encontramos verdaderos hitos investigativos que no tuvieron continuidad
esperada de nuevas investigaciones como posibilidad de ampliar el
horizonte abierto por esos trabajos especialmente los de Fals, Parsons y
West que aún son referencia obligada en los estudios sociales sobre
territorios y regiones. Sobre éste último me ocuparé en seguida.