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ACTIVIDAD 2, SUJETOS DEL INCONSCIENTE:

Aporte profesora:
Al estudiar el lapsus-chiste-ocurrencia comprendemos que, en un primer momento, el chiste no
lo es para el sujeto. En el lapsus-ocurrencia-chiste hay un paso de sentido acogido y sancionado
por el Otro: satisfacción- placer que acompaña al paso de sentido. La respuesta del Otro puede
llevar al sujeto al enigma, y a buscar, mediante la asociación de ideas, un contenido latente que dé
lugar a un saber nuevo para él.

El chiste es ante todo -como señala Jacques-Alain Miller- algo nuevo en el decir, una
transgresión del código que ha sido acogida por el Otro. Esto muestra que el Otro no es la regla,
no es una función ciega, sino la ley para la que existen los casos particulares y que puede
acogerlos. Permite entender que "el sujeto está dividido entre la repetición y lo nuevo" y cómo a
través de un análisis puede llegar a decir algo nuevo de sí.

Como bien han comentado, en el chiste por condensación tendríamos algo nuevo, incluso un
neologismo, con un "más" de sentido, un aporte de significación. La metáfora lograda
en “familionario” permite que algo de lo real se trasmute en significación: es una “verdad”, un
indicio de un sujeto del inconsciente que emerge como efecto. El interlocutor, desde el lugar del
Otro, acepta eso nuevo, hay -según decía Freud- ganancia de placer.
En el chiste por desplazamiento, lo reprimido no se deja apreciar como algo “más”. La metonimia
es también un procedimiento del inconsciente, y aunque es una forma de simbolización
relevante en la subjetividad -indicio de un sujeto como efecto-, las formaciones del inconsciente
que propicia muestran la dificultad de simbolizar ese real pulsional que se escapa. En el lapsus-
chiste-ocurrencia por metonimia, la palabra permanece en la cadena, su sentido se desliza, y de
manera repentina, subrepticiamente, cambia: el resultado es que el Otro lo sanciona como chiste.
La metáfora, forma más lograda de simbolización, transmuta en mayor grado la satisfacción
pulsional en satisfacción simbólica. La metonimia mantiene un mayor nivel de satisfacción
pulsional sin transformar.

En relación con el olvido y con el ejemplo Signorelli trabajado, envío en adjunto otro ejemplo,
extraido también de “Psicopatología de la vida cotidiana”, para que relacionen ambos -el propio
Freud señala las diferencias- y puedan extraer algunas ideas más sobre el tema.

El olvido de “Signorelli”, no es sólo olvido de un nombre, es -como verán también en el ejemplo


de “aliquis” en el texto adjunto- el olvido de una palabra extranjera (Signor). A diferencia
de “aliquis”, no es un olvido absoluto, un blanco o agujero total, ya que en lugar de Signorelli
aparecen Botticelli y Boltrafio. Estamos -como bien han señalado en el nivel de la sustitución, de
la metáfora, pero contrariamente a lo que sucede en el chiste, aquí la METAFORA está al
servicio de la REPRESIÓN. Sin embargo Boticelli conserva ELLI de Signor-elli: lo que no
sucumbió a la represión aparece en el plano de la contigüidad. Como han comentado, sobre la
base de aproximaciones metonímicas tenemos BO...tticelli de BO...snia- Herzegovina y
Bol...TRAFIO de Trafoi. Lo olvidado, el Signor de Signor- elli, patentiza la represión secundaria-,
atraido por Herr, del que es metáfora: Herr... señor... y el señor por antonomasia: la muerte -es
decir, lo reprimido primario.

A provecho también para orientar unas consultas:

- Es en el lenguaje que se distinguen los sexos (niña, niño, chico, chica, mujer, varón...) y se
distinguen las generaciones (abuelos, padre, madre, tíos, hermanos...). Es en el Otro del
lenguaje donde el sujeto buscará (en vano) situarse y encontrar el significante que le defina.
Mediante el Otro se aceptará o no su chiste.
Esta concepción del Otro del lenguaje se articula con lo que Freud llama complejo de Edipo y
con lo que en él se puede producir, pero lo deja libre de las connotaciones imaginarias del Edipo
freudiano.

- El inconsciente no conoce el tiempo.


Freud descubre que el tiempo del sujeto se trastorna en su relación con el inconsciente en la
psicopatología de la vida cotidiana, por ejemplo en ese presidente de la Asamblea, con prisa por
terminar, apurado quizá por el tipo de asuntos a tratar, que levanta la sesión en el momento en
que debía pronunciar su apertura… lo constata en los sueños, en los propios y en los de sus
pacientes, lo certifica con su teoría de la temporalidad de retroacción -la defensa interviene
retroactivamente cuando un acontecimiento, segundo en el tiempo, reaviva la inscripción
originaria de una satisfacción inaceptable para la conciencia, de naturaleza sexual,
originariamente reprimida.
Pone esto en evidencia, como se encarga de subrayar Lacan, un tiempo que funciona en una
cronología que conlleva dos sentidos, progrediente pero también nachträglich, retroactivamente.

Freud atribuye a la conciencia y al preconsciente el juicio correspondiente al tiempo e indica que


el inconsciente no entra en modo alguno en competición desde ese punto de vista. Freud
elabora la cercanía de la angustia de muerte –de la finitud temporal del ser humano- con la
angustia de castración. Así, el tiempo asciende a la categoría de la castración: hay algo en el
tiempo que es difícil de pensar o impensable, más aún, que horroriza pensar.

Aporte profesora:
- Otro/Otro del lenguaje/Otro de lo simbólico
El lenguaje es lo simbólico por excelencia: en una conversación la palabra "elefante" hace
innecesaria la presencia del animal para entender al interlocutor; con la palabra "sirena"
coincidimos en los rasgos de un ser mítico, imaginario; se puede hablar del aún no nacido como
"mi hija-o" y también como "Rosita o "Dieguito...".

Cuando hablamos del Otro o del Otro del lenguaje hablamos del lenguaje, que existe desde
antes de nuestro nacimiento, es decir, que es preexistente al sujeto, anterior a él y, en
consecuencia, al que el sujeto se va incorporando y va incorporando. La criatura humana recibe
esa estructura del lenguaje en su conjunto como Otro, como lo que se le dice, es decir, el
discurso del Otro. De ahí: Otro del lenguaje.
Ese Otro queda "encarnado", toma cuerpo en el otro, el semejante, del que además depende su
subsistencia, ya que el ser humano se caracteriza por su desvalimiento inicial. Depende del
deseo que otro tenga por su subsistencia, que quiera que viva, que lo sustente y lo ame... ese
otro del amor y de la subsistencia no es inicialmente distinto del Otro primordial -por ejemplo, la
madre.

A partir de allí, toda palabra comporta una dimensión en la que, más allá de lo que ella significa,
apunta a algo más... ¿me ama?, ¿qué quiere que yo sea?, ¿qué soy para él?

El Otro constituye pues un lugar simbólico: de todas las palabras, de todas las significaciones
inaccesibles al sujeto... Así, pues, el alcance simbólico de la palabra y de la autoridad del Otro.

Convenimos así: Símbólico= Lenguaje= Otro (del lenguaje; de lo Simbólico)


Además, inicialmente: Otro= Otro primordial= madre o susbstituto de ésta, padre, cuidadores...,
es decir, "otro" (con minúscula porque es un semejante), que dé cuerpo, que "encarne", al Otro
(ahora con mayúscula) del discurso.

- El grito y el significante, el Sujeto


Cuando un bebé llora, o grita... ¿qué quiere decir ese grito? ¿qué significa? Para que el grito
adquiera un valor -queja, pedido, llamada- es necesario que ese grito reciba del Otro una
respuesta. Retroactivamente, después de la respuesta del Otro, el grito significa: por ejemplo,
pedido. Es el Otro el que introduce en el grito la dimensión de la significación, es decir, el Otro
pudo escuchar el grito como algo que quiere decir “me pide...", "me pide que lo limpie", por
ejemplo.
Tenemos pues el grito significado como demanda. ¿Qué implica que el Otro entienda el grito
como “me pide”? Implica que el Otro supone un sujeto, un sujeto que pide.

Entonces, la respuesta del Otro, o lo que es lo mismo, la respuesta en el lugar del Otro, lugar de
los significantes, lugar del Lenguaje, es un nuevo significante, un S2 en respuesta a un grito,
convertido por la existencia de este S2, en un S1. Hay que entender que, de entrada no hay S1,
hay sólo grito. Es porque hay respuesta, S2, que hay efecto de significación y que el grito
adviene significante, un significante que representa al sujeto supuesto. Para que haya efecto de
significación, por tanto, es necesario que en el lugar del Otro se tome nota, haya acuse de
recibo, y que éste admita funcionar como el otro significante, es decir, que admita en sí mismo la
división.

Si la respuesta del Otro transmuta el grito en pedido, es una respuesta que aporta significación:
por ejemplo, disipa la insatisfacción “manifestada” en el grito, aporta satisfacción... A partir de
ahí existirá la posibilidad de objetos placenteros que vengan del Otro.

El bebé que grita no es de entrada sujeto. El que recibe su grito como demanda lo supone
sujeto, es decir, allí donde hay un ser vivo, un organismo, el que recibe el grito como demanda
supone un sujeto, le "responde", le habla, y así le humaniza, haciéndole entrar en los
desfiladeros del significante y en el orden del lenguaje.

El lenguaje implica una pérdida: es pérdida de "naturaleza", es pérdida del goce del viviente al
devenir sujeto. La alienación es alienación en el significante, a los significantes del Otro. El
sujeto surge como dividido a partir de una elipsis, una omisión, una falta en el lugar del Otro, un
lugar donde ese sujeto surge como ausente: no hay significante en el Otro acerca de qué es él.

- El cuerpo
En cuanto nace, la criatura humana está inmersa en un mundo en el que abundan los mensajes:
rápidamente se ve llevado a descifrar, es decir, a buscar sentido: asociar y seleccionar, guardar
o rechazar informaciones que le llegan. El niño se construye una red asociativa a partir de todos
los elementos que le llegan: el placer de la succión y del alimento se asocia a la visión del rostro
de la madre o de la persona que lo alimenta, al intercambio de miradas con ésta; percibe su olor
al tiempo que ve su sonrisa, observa las mímicas y movimientos de su madre al dirigirse a él.
Podemos hablar de un reconocimiento del Otro, que luego se extiende al entorno, es decir,
lugares, objetos y personas. Identifica la voz del padre, por ejemplo. Entonces, enlace y registro
de información y al mismo tiempo un trabajo de distinción y localización.

El cuerpo biológico, resultante de los datos genéticos, no permanece como cuerpo material
encerrado en sí mismo sino que se abre al mundo a través de sus orificios. Desde el inicio, esos
orificios son los lugares de intercambio con el Otro. Esos lugares del cuerpo y los objetos que
entran o salen a través de esos orificios pierden su carácter puramente biológico para insertarse
en una red de relaciones. La boca, sede de satisfacción de la necesidad oral y también de la
emisión de voz, de la demanda oral, demanda del sujeto AL Otro; el ano, lugar de cuidados y
limpieza y de una demanda posterior de regulación de esfínteres, demanda que se le hará,
demanda DEL Otro; la vista y la mirada, la voz, la piel, son lugares de intercambio y de placer
compartido con el Otro.

Fundamentalmente el pecho, la mirada, las heces y la voz, rápidamente se convierten en


PSÍQUICOS, es decir, pierden su carácter orgánico y se sitúan en las redes del aparato
psíquico. Son sucedáneos de lo que se "perdió" para siempre, aquel objeto inolvidable de una
mítica satisfacción primera.

El cuerpo de ese bebé depende durante mucho tiempo de quien o quienes lo alimentan y
cuidan, decimos que depende del Otro, por eso a la madre la podemos llamar Otro primordial.
Las experiencias de placer y displacer procedentes de ese Otro marcan y dejan huellas. Esas
huellas en el adulto están borradas de la conciencia, están reprimidas, pero subsisten en el
inconsciente y son constitutivas de su división. Se puede resumir así: el sujeto está dividido por
el objeto perdido.

- Alienación y Separación
El inconsciente no forma parte de nuestra dotación genética y si bien su aparición es bastante
temprana, no coincide con el nacimiento. Cuando un bebé nace no podemos hablar todavía de
un sujeto sino de un organismo con sus propias leyes fisiológicas. Para que ese organismo
devenga sujeto es necesario que se efectúen las dos operaciones mencionadas en el
submódulo, la alienación y la separación.
A partir de los trabajos de Freud sobre la angustia de separación del niño pequeño, Lacan
formalizó la separación de una manera radicalmente original, como formando parte de dos
operaciones lógicas entre el sujeto y el Otro: la alienación y la separación.
La primera operación, la alienación, supone consentir, aceptar ser representado, inscribirse en el
discurso del Otro (familiar, el lenguaje, la cultura...) al precio siempre de una cierta pérdida del
ser original o primero. La segunda operación, la separación, implica reconocer un deseo en el
discurso del Otro, es decir, reconocer al Otro como sujeto deseante o, lo que es lo mismo, con
una falta. Ante el enigma que representa ese deseo, el sujeto puede ofrecerse a colmarlo, a ser
aquel objeto que falta al Otro. Pero al no lograrlo, porque esa falta es estructural, el sujeto puede
separarse de él, creandose así el margen de la subjetividad, es decir, la distancia propia
necesaria respecto del Otro para constituirse él mismo con un deseo propio.
La constitución subjetiva es simultánea de la producción, del desprendimiento del objeto que uno
fue para el Otro, y guarda sus marcas. Y sin saberlo, esas marcas condicionan la relación con
los otros. Esta doble operación es estructural y, que se haya llevado a cabo o no, condiciona la
diferencia entre neurosis y psicosis.

- Cómo opera el lenguaje sobre el organismo


El sintagma “hueso del ser” es una metáfora que acerca el concepto que se intenta explicar.
Freud habla de “núcleo del inconsciente”, que hay que entender desde la represión primordial,
primaria –el representante de lo pulsional ve rechazado su acceso a la conciencia-, y como polo
de atracción en la represión propiamente dicha, represión secundaria.

Con Lacan, decimos que la operación del lenguaje -en tanto Otro- sobre el organismo, sobre el
que devendrá humano, da como resultado un sujeto, un sujeto dividido. El sujeto advenido y
dividido por esa incorporación de y a lo simbólico, mantiene, conserva, una parte no
simbolizada, no verbalizada, que no pasa por la palabra: es el resto de la operación, el “hueso”,
algo que equivaldría al núcleo de la represión primaria en Freud. Ese “hueso”, ese resto, en
tanto no simbolizado, es algo del orden de lo que Lacan llama “real”. El sujeto, en tanto dividido,
reserva ese resto como consuelo, con el estatus de objeto, objeto”a”.

Lingüistería lacaniana

- Significado , efecto de sentido o efecto de significado

Significado y significante, las dos dimensiones que estructuran el lenguaje y que F. de Saussure
articula en el signo lingüístico, son retomadas por Lacan quien las sitúa en otra articulación:
invierte la fórmula saussuriana y demuestra la supremacía del significante respecto del
significado, que se escribe:
S
---
s
y se lee: Significante sobre significado. En adelante lo pondré de esta manera: S/s (porque me
resulta más sencillo de escribir).
La cadena significante, o cadena hablada de significantes, se puede representar de la siguiente
manera:

S1—S2—S3—S4—Sn
-----------------------------
significado

El significado es un efecto de la cadena significante, El significado se constituye al final del


deslizamiento significante (S1 ---> S2 ...) y es singular, particular para cada sujeto.

Al ser, pues, sumamente variable, Lacan intenta sustituir la “rigidez” que transmite el concepto
de significado, en tanto en la fórmula saussureana se lo relaciona con la “inmutabilidad”
del "concepto", mientras que en psicoanálisis se trata de la singularidad del deseo, y de cómo
este se constituye y expresa a través del significante, que es siempre forma parte de una
cadena.

Lacan busca, pues, reemplazar el término “significado” por otro que exprese mejor lo que es el
resultado de la cadena significante.
Para ello emplea el concepto de “significancia” al principio y también al final de su enseñanza.
En el transcurso de esta, utiliza también los términos de “significación”, “efecto de significación”
y “efecto de sentido” o “efecto de significado”.
La “significación” se establece entre lo imaginario y lo simbólico, quedando así lo real elidido; en
tanto que el sentido o significado es el efecto de una intersección entre lo simbólico y lo real, en
el que se diluyen los efectos imaginarios.

Estas diferencias que vamos marcando desde la teoría lacaniana respecto de la lingüística
pueden explicarse: la teoría saussureana se encuentra limitada a lo que Freud llamó “proceso
secundario”, que se caracteriza por un tipo de energía ligada, que trae aparejada una identidad
de pensamiento: si mencionamos la palabra “casa”, cada sujeto se representará un “lugar donde
viven las personas, unión entre significado y significante, posibilitada por la identidad de
pensamiento y que consiste en que la energía psíquica permanece ligada a una representación
determinada, sin que se desplace permanentemente a otras representaciones.

Otro caso es el de los procesos primarios, que son inconscientes, y en los cuales la energía
fluye libremente de una representación a otra mediante desplazamientos y condensaciones, y en
los que Freud encuentra una “identidad de percepción”. Las consecuencias de este “libre fluir”
de la energía a través de las representaciones son situar al significado como contingente, y
como efecto de la cadena significante: “ el vino muy suave” nos revela un significado que se
transforma por completo sólo con un ligero desliz, un pequeño desplazamiento: “él vino muy
suave” ya tiene otro sentido, dado que condensa otra serie diferente de ideas.

Lacan y de Saussure se sitúan, en síntesis, en dos órdenes diferentes: uno se ocupa del
inconsciente y otro del lenguaje consciente.
- Metáfora y metonimia

Otro de los fundamentos es adoptado por Lacan en base a los estudios de Roman Jakobson,
lingüista ruso de la Escuela de Praga y contemporáneo suyo.

Jakobson centra su interés en aspectos que van más allá del signo lingüístico y sostiene que el
lenguaje se organiza de acuerdo con dos grandes ejes: el paradigmático y el sintagmático.

El eje paradigmático es el eje de las sustituciones, lo que indica que, en el registro de la lengua,
podemos encontrar términos equivalentes intercambiables entre sí (podemos decir “cama” o
“lecho”, por ejemplo), lo que abre la posibilidad de sustituir una palabra por otra.
Es el eje en el que se sitúa la metáfora: si decimos que “las lágrimas del amanecer brillan al salir
el sol”, estamos sustituyendo un significante por otro, ya que la palabra “rocío” no aparece
mencionada.
Pero ¿cómo logramos discriminar que estas “lágrimas del amanecer” son el rocío? Para ello es
necesario considerar este significante en la cadena, en su relación con los que lo preceden y los
que le siguen, y esto ya nos lleva al eje sintagmático del lenguaje.

El eje sintagmático es el de las combinaciones, se sitúa en el habla, y la figura retórica que le


corresponde es la metonimia. Hablar es establecer relaciones entre significantes, la metonimia
es definida en Retórica como “la parte por el todo”. Si decimos “poner la mesa”, se entiende que
el sentido apunta a colocar el mantel, servilletas, platos, cubiertos, etc., para alguna de las
comidas del día; se apunta a la relación entre varios elementos unidos en contigüidad (todos
sirven para comer) aunque sólo se mencione uno, solo está “en presencia” un elemento, la
mesa.
Otras formas que adopta la metonimia son aquellas en que se mencionan como “el autor por la
obra” (por ejemplo, “leer a Cervantes”) o el “continente por el contenido” (por ejemplo, “tomar un
vaso de agua”). En estos casos encontramos también una asociación de elementos dada por
contigüidad.

Así, pues, la interpretación de toda unidad de la lengua pone en marcha en cada instante dos
mecanismos independientes:
- comparación con las unidades semejantes (= que podrían por consiguiente reemplazarla,
que pertenecen al mismo paradigma) y
- relación con las unidades coexistentes (= que pertenecen al mismo sintagma).

De este modo, el sentido de una palabra está determinado a la vez por la influencia de las que le
rodean en el discurso, y por el recuerdo de las que podrían haber ocurrido en su lugar. Esta
dualidad constituiría la base de las figuras retóricas más empleadas:
- la metáfora
- la metonimia
Ambas provendrían respectivamente de la interpretación paradigmática y de la sintagmática, a
tal punto que a veces se considera:
- sintagmática = metonímica,
- paradigmática = metafórica

El siguiente esquema sintetiza lo expuesto, incluyendo términos equivalentes utilizados en el


submódulo y en otras orientaciones:

* Eje paradigmático o vertical:


Lengua (institución social)
Sustitución
Sincronía o eje sincrónico o movimiento sincrónico
Metáfora

* Eje sintagmático u horizontal:


Habla (uso individual de la lengua)
Combinación
Diacronía o eje diacrónico o movimiento diacrónico
Metonimia

En base a estos desarrollos, Jakobson sugirió a Lacan que la metáfora podría equipararse al
concepto freudiano de condensación, y la metonimia al de desplazamiento, ya que poseen una
estructura afín.

Como vimos, para Freud la condensación y el desplazamiento son las leyes que rigen el
funcionamiento del inconsciente, siendo la primera una convergencia de dos o más
representaciones sobre otra, a la que de este modo sobredeterminan. Así, el contenido
manifiesto de un sueño es sumamente corto, conciso, incomprensible; pero en el análisis, de allí
parten varias cadenas asociativas que conducen a las ideas latentes (preconscientes) del sueño,
primer paso para acceder a las representaciones inconscientes, que son las que
verdaderamente forman el sueño, pero que no se encuentran representadas directamente en el
contenido manifiesto del mismo. Dicho de otra manera: se encuentran sustituidas por el
contenido manifiesto.
Recordemos que es ésta, precisamente, la fórmula de la metáfora: la sustitución de un
significante por otro.

Con respecto al desplazamiento, vimos que Freud lo define como la transferencia de la energía
psíquica desde una representación importante (inconsciente) a una indiferente (preconsciente-
consciente), siendo que la metonimia es definida como “la parte por el todo”. En el ejemplo,
poner la mesa es la alusión a una parte, por medio de la cual se hace referencia a un todo. Con
la siguiente observación: la referencia cae sobre lo menos importante (la mesa ya está puesta
en un lugar), dejando de lado lo verdaderamente importante y que sí hay que poner: cubiertos,
manteles, platos, etc., que es lo que indica la expresión citada.

¿Qué son las fórmulas lacanianas de la metáfora y la metonimia que aparecen en el submódulo
en estudio? Son fórmulas donde se calcula el significado a partir del significante: si el
significante está en determinada organización, el significado que resulta responde a ciertos
criterios.

Así, la fórmula de la metáfora:


f (S´/S) S´´ = S (+) s
indica que si en un contexto significante hay sustitución de un significante por otro significante
que viene de otra cadena -(S´/S), es decir, S´ sustituye a S- , la función -f- de esto es la
emergencia de una nueva significación; la barra resistente a la significación ha sido franqueada,
de allí el signo más - (+)-, por un significante que había caído bajo la represión, y aparece un
efecto de significado -s-, bajo la forma metafórica. El signo de congruencia (que junta el signo
igual y el de semejanza) indica la equivalencia entre las dos partes de la fórmula.

La fórmula de la metonimia:
f (S…S´) S´´ = S (-) s
Indica que la conexión significante -(S…S´)- en un contexto significante, la función (f) de esa
conexión de significantes en contigüidad, en el eje sintagmático, es la emergencia de otro tipo de
efecto de significado, un efecto retenido, de allí el signo menos -(-)-, efecto de sentido
metonímico.

Jacques-Alain Miller señala que estas dos fórmulas se resumen en una:


f (S1 - S2) ---> $
Es función de toda relación significante S1 - S2 cierto efecto de significado, que Lacan escribe $.
Lacan dice que el primer efecto de la relación entre los significantes, sea este metafórico o
metonímico, es la emergencia del sujeto en su división, el sujeto tachado, $. Es decir, el sujeto
del inconsciente. Esto se ve muy bien en los lapsus de efecto chistoso, en los olvidos.

De este modo, si las leyes del inconsciente son equiparables a las leyes del lenguaje,
concluimos entonces que “El inconsciente está estructurado como un lenguaje”, dado que
obedece a sus leyes (metáfora y metonimia).

Lacan, en su teorización, conserva los términos introducidos por de Saussure en el signo


lingüístico (significado y significante), aunque invertidos; y utiliza los ejes del lenguaje
formulados por Jakobson (y cuyos modelos o formas retóricas son la metáfora y la metonimia),
aunque aplicados al sujeto del inconsciente ($).
Lacan trazó una clara diferencia entre los campos de incumbencia y los objetos de estudio de la
lingüística y del psicoanálisis, aclarando que él no hacía lingüística sino “lingüistería”.
“Lingüistería” es pues un término creado a propósito, un neologismo que engloba o incluye todos
aquellos fenómenos de lenguaje en los que entra en juego el inconsciente.
RESPUESTA ACTIVIDAD 2, MÓDULO 2:

1. Diferencias y relación entre necesidad, demanda y deseo.


1-Diferencias y relación entre necesidad, demanda y deseo.
En primer lugar, en relación a la demanda, podemos afirmar que
“(…) lo que especifica al hombre es que depende de los otros
hombres, con los que está ligado por un uso común de la palabra y
el lenguaje, para sus necesidades más esenciales”. (Chemana y
Vandermersh, Diccionario del Psicoanálisis, Amorrortu, p. 132). Los
autores referidos acotan que la diferencia del ser humano con el
resto del reino animal, es que los primeros no se apropian
directamente de lo que necesitan sino que deben interactuar con
otros, demandar mediante las palabras que permitirán al otro
percatarse de dicha petición. Misma situación acaece respecto del
Otro (Autre) “(…) porque esa demanda que el sujeto le dirige
constituye su poder, su ascendiente sobre el sujeto”. (Ibídem, p.
132.).
La necesidad por su parte, como observamos en el primer módulo,
corresponde a la satisfacción de requerimientos fisiológicos
orgánicos específicos –vinculados primigeniamente con la
supervivencia-. “Necesidad que exige ser siempre satisfecha” (DOR,
Joël, Introducción La Lectura de Lacán, p. 156).
El deseo, finalmente, es definido como la “(f)alta inscripta en la
palabra y efecto de la marca del significante en el serhablante”.
(Ibídem, p. 138.). Esto es consistente con la frase de Lacan “el deseo
del sujeto es el deseo del otro”.
Ahora bien, este deseo no es ni una necesidad natural ni una
demanda.
Dada la claridad del párrafo para la (mi) comprensión de la relación
de la demanda con el deseo, me permito una cita más extensa: “El
niño (que llora) se encuentra entonces en los primeros días
dependiente de otro cuya conducta procede del lenguaje. Si bien
corresponde a la madre responder a esta demanda, sólo intenta
satisfacerla porque, más allá del grito, ella supone la demanda
(significante) del niño. Esta demanda sólo tiene significación en el
lenguaje. Al suponerla, ella implica entonces al niño en el campo de
la palabra y del lenguaje. Pero el niño sólo accede al deseo
propiamente dicho al aislar la causa de su satisfacción, que es el
objeto, causa del deseo: el pezón. Y sólo lo aísla si es frustrado de
él, es decir, si la madre deja lugar a la falta en la significación de la
demanda. El deseo adviene entonces más allá de la demanda como
falta de un objeto. Justamente por la cesión de este objeto, el niño
se constituye como sujeto deseante”. (Ibídem, p. 143.
El niño toma contacto con el lenguaje, lenguaje que tiene un límite.
No es capaz de significar la totalidad, dejando siempre un espacio.
Como indica el texto central del módulo, el lenguaje supone que
siempre queda algo por decir, “las palabras no reducen “todo” el
sentido de la demanda original.
Para mí resultó más comprensible intentar reconstruir el “proceso”
generado desde la primera satisfacción. Satisfacción de necesidad
del niño, pero que considera un objeto de satisfacción sin que él lo
busque y sin que tenga una representación psíquica para él. (Dor, p.
156). Esta experiencia primera de satisfacción dejará huella mnésica
en el sujeto. Luego, al volver a surgir la necesidad de satisfacción,
ya no estaremos frente a una necesidad pura sino que vinculada a
una determinada representación. Se confundirán aquí la evocación
de la memoria de la satisfacción primigenia con la percepción
actual. Esa imagen mnésica orientará el niño a la búsqueda del
objeto real de satisfacción.
Como vimos a propósito de las pulsiones y su falta de objeto
respectivo. Luego, a diferencia de la necesidad (con su objeto
específico propio y eficiente) el objeto de la pulsión, del deseo,
objeto será el objeto perdido, objeto eternamente faltante. Esta
falta supone necesariamente la presencia del Otro (Dor, p. 159).
De esta manera, con la aparición del Otro, y la falta del objeto del
deseo, éste se constituye en una relación simbólica con el otro –
generada y mediada por el lenguaje- y a través del deseo del Otro.
Dör plantea que “la madre, promovida por el niño a la categoría de
Otro, lo somete al universo de sus propios significantes. Ella
“interpreta” la demanda del niño, y le da una respuesta desde el
lugar de Otro.
En lo sucesivo –con el niño devenido en sujeto- más allá de la
demanda de satisfacción de la necesidad, “se perfila demanda de
algo más, que es ante todo una demanda de amor”. (Ibídem, 160).

2. El algoritmo lacaniano S/s (Significante/significado).


El valor clínico de la palabra quedó de manifestó en el módulo 1
relativo al paso de la hipnosis al dispositivo psicoanalítico. La cura
por la palabra. Se hizo alusión, de hecho, a que una paciente de
Freud denominó la nueva metodología como “talking cure”.
Por su parte, se ha observado que el deseo inconsciente pugna por
ingresar a la consciencia mediante las formaciones del inconsciente
(por ejemplo, el trabajo onírico), a lo que luego luego puede
asignarse un sentido mediante la asociación libre. Todo esto,
inmerso en la palabra como mecanismo.
En el texto Lingüistería lacaniana se asevera que “(s)ignificado y
significante, las dos dimensiones que estructuran el lenguaje y que
F. de Saussure articula en el signo lingüístico, son retomadas por
Lacan quien las sitúa en otra articulación:
invierte la fórmula saussuriana y demuestra la supremacía del
significante respecto del significado, que se escribe: S/s
Como observamos en el texto, originalmente –primera
identificación- el niño expresa su demanda de satisfacción mediante
expresiones. Cuando éstas son recibidas por el Otro, y se le
introduce en la palabra mediante un significante 2 (S2), dicha
demanda inicial adquiere el carácter de significante 1. Es sólo
mediante la introducción del lenguaje generado por el Otro que la
demanda original deviene en significante.
Se plantea que Lacan invierte la lógica de la teoría saussuriana por
cuanto el significante prima por sobre el significado. El significante
es autónomo (Diccionario de psicoanálisis, p. 633), es decir, es
definible fuera de cualquier articulación con un significado
específico.
La barra que separa, en el algoritmo lacaniano, el significante del
significado, es la que impide y resiste la significación, la equivalencia
posible entre un término y el otro. Evita la identificación unívoca
entre un solo significante y un solo significado.
Entonces, dado que el significante es autónomo, luego su función
no es significar. Esta función es representar y determinar al sujeto.
Por su parte, el significado es un efecto de la cadena significante.
Este se constituye al final de una cadena significante, con metonimia
y metáfora mediante, permitiendo que el deseo, objeto a, traspase
la barrera, generando un vacío, la falta, que nunca es capaz de
llenarse, y se mantiene circulando entre los diversos significantes.

3. La doble operación de alienación y separación deducida por


Lacan.

“El deseo es un efecto del lenguaje. No es la necesidad; no busca la


satisfacción sino el reconocimiento”. (Diccionario de Psicoanálisis,
p. 652).
Ese reconocimiento sólo puede buscarse en el Otro. Y la operación
de dicha búsqueda es la palabra. Es mediante la inmersión en el
lenguaje del Otro (materno o parental) donde la demanda será
recibida. Esa recepción de la demanda –mediada por y en el
lenguaje- constituye al niño en un significante en búsqueda del
deseo del mismo Otro para lograr su reconocimiento.
¿Qué sucede con esta entrada al lenguaje?
Ocurre que el ser original, queda “excluido” y en esa exclusión se
genera esa pérdida, pérdida del objeto a, que lo convierte en sujeto,
en sujeto deseante, como dice el texto, le permite nombrarse como
“yo”. A partir de allí, este sujeto deambulará en busca del objeto
perdido, entre significante y significante.
“El sujeto está dividido por el orden mismo del lenguaje” (Dör, cap.
15.). Ya observamos durante el curso que Freud planteó una
escisión del sujeto entre el consciente y el inconsciente. Sin
embargo, en Lacan, la separación es la que define la subjetividad, a
consecuencia del vínculo del sujeto con el orden simbólico, el Otro
del lenguaje. Dör plantea que esta separación se genera mediante
la instalación del proceso de la metáfora paterna después de la cual
un símbolo del lenguaje (El Nombre del Padre S2) designará
metafóricamente al objeto primordial del deseo que se ha vuelto
inconsciente(…) (Dör, cap. 15). Esta idea se relaciona, a mi parecer,
con el complejo de castración analizado en el curso, a consecuencia
del cual posteriormente se renuncia a los deseos incestuosos con la
consiguiente formación re lo reprimido originario (significantes
primordiales en Lacan).

Dör plantea que “(es) propio de la articulación del lenguaje evocar


algo real por medio de un sustituto simbólico que produce,
indefectiblemente, una escisión entre la vivencia real y aquello que
la representa”. (Dör, cap. 16.). también este autor cita a Lacan en
una clarificadora frase “la cosa debe perderse para poder ser
representada”. Pues bien, la relación del sujeto con su propio
discurso estará sujeto a la misma regla. El sujeto para ser nombrado,
debe recurrir al Otro del lenguaje. En el Otro del lenguaje, en la
palabra, siempre algo se pierde. En consecuencia, el sujeto para
nombrarse a sí mismo debe perderse, desaparecer y representarse
en un significante.
Notable la idea de Dör al mostrar cómo el nombre y los pronombres
cumplen la función de asegurar la representación simbólica del
sujeto en el discurso.

4.
a) En el ejemplo de “famillionario”:
Cuál es el mecanismo que produce el efecto de chiste.
El mecanismo específico que opera produciendo el chiste se la metáfora. El chiste, por tanto, actúa
mediante sustituciones significantes.
Concretamente, la palabra FAMILI ERE; MILLIONNAIRE y como resultado FAMILLIONNAIRE.
Corresponde, como se indica en el texto del módulo, en la formación de una palabra insólita,
generada mediante el efecto metafórico. Mediante la sustitución, el significante es sustituido por
un significante nuevo, que otorga “un paso de sentido”. De esta forma, se burla la censura,
permitiendo el surgimiento de un nuevo significante asociado a una representación previamente
reprimida.
Cuál es resultado del mecanismo:
El resultado del mecanismo es el surgimiento de un neologismo producido por la condensación de
dos significantes previos. Este proceso metafórico de sustitución genera el resultado de vencer la
censura y logar la aceptación del Otro respecto del nuevo significante (que contiene el deseo
reprimido). De esta forma se logra cumplir ambas dimensiones del deseo: la ley y la transgresión.
Como indica nuevamente el texto, la metáfora que ha operado genera la sustitución, en el discurso
manifiesto, al pensamiento de deseo, lo que queda latente.
Finalmente, es relevante señalar que la formalización lógica que Lacan hace de la metáfora, queda
expresado el signo positivo (+) que indica el paso del sentido, es decir, un nuevo deseo.

b) Sintetizo a continuación un lapsus-chiste-ocurrencia ubicable en el mismo "contexto" que el


anterior y tomado también de "Psicopatología de la vida cotidiana" de S. Freud:
A pregunta a B: -¿Has tomado un baño?
Y B responde: -¿Es que falta alguno?
En el ejemplo de chiste anterior, señalar:
Cuál es el mecanismo que produce el efecto de chiste.
El mecanismo que produce el chiste no es ya el surgimiento de un neologismo por condensación,
sino que el desplazamiento de acento que efectúa el Otro. Este Otro modifica el sentido original del
significante, y la naturaleza de su mensaje.

Cuál es resultado del mecanismo.

c) Cuál es la diferencia entre condensación-metáfora y deslizamiento-metonimia para simbolizar


lo pulsional.

4- a) En el ejemplo de “famillionario”
El mecanismo que produce el efecto del chiste es el efecto metafórico, la función de la palabra
como transformadora del sentido del mensaje, lo anterior es sustituido por lo nuevo, la palabra
insólita, metáfora, introduce en el lenguaje una verdad reprimida., forma lingüística que expresa el
pensamiento de deseo. Se produce una palabra mixta a través de una condensación con
formación sustitutiva.
El resultado del mecanismo facilitará dos dimensiones, por un lado vencer la censura mediante
la transgresión, diciendo lo que deseamos, dado que la relación del deseo con la satisfacción es
precario. El relato establece la diferencia entre las satisfacciones admitidas, lo universal de las
leyes y lo particular del deseo; la aceptación del Otro de una nueva enunciación da cuenta de las
dimensiones del deseo, transgresión y ley.
b) El mecanismo que produce el efecto del chiste, es por desplazamiento, está en referencia a
“tomar”, evidenciando la falta, como vacío, apareciendo un sin sentido, pero que refleja la falta
como ser mortal, relación con la muerte, la sexualidad; un chiste metonímico como pensamiento
que negativiza, la gracia radica en el desplazamiento del acento que realiza el Otro, cambia la
intención original del chiste.
c) La diferencia entre condensación-metáfora y deslizamiento-metonimia para simbolizar lo
pulsional radica en que la condensación -metáfora sustituye en el discurso manifiesto, al
pensamiento del deseo, al objeto que queda latente, de él dependen tanto el carácter de chiste de
la ocurrencia como su efecto risueño. En el deslizamiento-metonimia, el Otro desplaza el acento,
cambia la intención inicial del chiste, la naturaleza del sentido de su mensaje, aparece un menos
sentido y mayor alcance dado que la manifiesta la presión pulsional, que va en forma directa
hacia el objeto de satisfacción vedado.

4.- En el ejemplo “familionario”:


a) ¿Cuál es el mecanismo que produce el efecto del chiste?
El mecanismo que produce el efecto de chiste es la condensación, porque a través del recurso
metafórico del lenguaje se sustituye la palabra millonario del discurso manifiesto, por la formación
mixta “familionario” que condensa las palabras familiar y millonario.
¿Cuál es el resultado del mecanismo? Expresar la verdad de su deseo, en cuanto a la pobreza
del ser, que da cuenta del malestar que siente un hombre pobre ante un hombre rico que lo
desdeña. El chiste brinda una ganancia de placer que reside en el efecto de verdad, que se
desvela en ese breve instante.
b) Sintetizo a continuación un lapsus-chiste-ocurrencia ubicable en el mismo “contexto” que el
anterior y tomado también de “Psicopatología de la vida cotidiana” de S. Freud:
A pregunta a B ¿Has tomado un baño?
Y B responde: ¿Es que falta alguno?
En el ejemplo de chiste anterior señalar:
¿Cuál es el mecanismo que produce el efecto de chiste? Es el desplazamiento mediante el
recurso metonímico, ya que está operado por la respuesta del Otro, quien acepta el mensaje y
cambia la intención, dándole un viraje de sentido. Cuando A se refiere al baño como la acción de
bañarse y B lo significa como objeto susceptible de ser perdido, surge el doble sentido de la
metáfora que produce risa.
¿Cuál es el resultado del mecanismo? Dejar en evidencia la falta en el ser mediante la elisión del
significante millonario.
c) ¿Cuál es la diferencia entre condensación-metáfora y deslizamiento-metonimia para simbolizar
lo pulsional?
En el deslizamiento-metonimia hay un pensamiento que negativiza y tiene un mayor alcance
puesto que muestra la presión pulsional que va directamente hacia el objeto vedado. Mientras
que la condensación-metáfora consiste en el paso del significante al significado, supone más una
condición para toda significación. Lacan dice que la metáfora incluye la metonimia toda vez que
hay una elisión de significante en relación con el resto de la cadena significante, tal y como se
muestra en el chiste de familionario.

4.b)
¿Cuál es el mecanismo que produce el efecto de chiste?
El desplazamiento es este mecanismo que genera el chiste, haciendo uso de la metonimia que se
refiere a una contestación con un cambio de dirección, es en la palabra baño como acción de aseo
que se cambia la pregunta hacia baño como espacio, esto genera una significación lo cual ocasiona
risa.

¿Cuál es resultado del mecanismo?


Se genera en el momento de señalar el cambio de sentido.

5. Sobre el ejemplo de olvido “Signorelli”, distinguir y explicar:


a) qué es lo olvidado;
b) qué es lo reprimido primario;
c) sobre qué recae la represión secundaria;
d) dónde está la metáfora y dónde la metonimia

5. Sobre el ejemplo de olvido “Signorelli”, distinguir y explicar:


a) ¿qué es lo olvidado?
El nombre propio Signorelli

b) ¿qué es lo reprimido primario?


La relación muerte – sexualidad

4.En el ejemplo de “famillionario”:


a) Cuál es el mecanismo que produce el efecto de chiste: El mecanismo de la condensación a
partir del cual se produce lo que se denomina la palabra mixta, conformada a partir de los
fragmentos metonímicos de otras, una nueva palabra que condensa otras. Para el caso,
familionario condensa a familiar y millonario.

Cuál es resultado del mecanismo: Revelar una verdad del sujeto que produce el chiste en cuanto
a la pobreza de su ser. El chiste elide la palabra millonario que es la que entra forzada en la
palabra familiar, es la palabra reprimida. Connota la represión acerca del displacer causado por el
trato familiar en lo que de familiar pueda tener al provenir de un millonario hacia alguien de
escasos recursos económicos. Hay una ironía en este retorno de lo reprimido que es lo que
causa la gracia y que al producir una nueva palabra, una formación sustitutiva, produce un nuevo
significado en cuanto ya se dijo, revela la pobreza del ser. El sujeto metaforiza esta realidad
inconsciente suya a través del neologismo o neoformación del lenguaje.

b) Sintetizo a continuación un lapsus-chiste-ocurrencia ubicable en el mismo "contexto" que el


anterior y tomado también de "Psicopatología de la vida cotidiana" de S. Freud:
A pregunta a B: -¿Has tomado un baño?
Y B responde: -¿Es que falta alguno?
En el ejemplo de chiste anterior, señalar:
a) Cuál es el mecanismo que produce el efecto de chiste: El mecanismo es el desplazamiento a
la metonimia, que con referencia al chiste implica la contestación que se produce al interior del
relato mismo por un otro a la primera afirmación que produce alguien. En esta contestación o
réplica hay un desplazamiento del acento y por tanto un cambio de sentido. Así al baño cuyo
sentido en la primera pregunta connota asesarse, se le desvía por la segunda pregunta hacia el
baño como objeto, como lugar o recinto, haciendo perder el primer sentido; pero produciendo una
significación que por su carácter disparatado produce la gracia. Es decir, en la doble acepción de
la palabra baño se conserva un sentido metafórico; pero el desplazamiento de sentido en la
réplica, cambia el sentido original, negativiza este sentido primero.

b) Cuál es resultado del mecanismo: También señalar la falta del sujeto. Así mismo la fuerza
pulsional en cuanto a lo que esta se resiste a dejarse domeñar por las razones de la conveniencia
social y las exigencias de adaptación a la cultura.

c) Cuál es la diferencia entre condensación-metáfora y deslizamiento-metonimia para simbolizar


lo pulsional: La diferencia es que a través del mecanismo deslizamiento - metonimia se muestra
con mayor alcance la presión pulsional que va directamente hacia el objeto de la satisfacción que
le está censurado. Este mayor alcance está dado por el deslizamiento que produce y que no
exige una nueva formación como sí ocurre en la sustitución implicada en la condensación -
metáfora; que la hace más dependiente de lo literal.

5. Sobre el ejemplo de olvido “Signorelli”, distinguir y explicar:


a) qué es lo olvidado: El nombre propio Signorelli.

b) qué es lo reprimido primario: La relación sexualidad – muerte.

c) sobre qué recae la represión secundaria: Sobre el acontecimiento que actualiza esta relación
entre la sexualidad y la muerte y que consistió en la muerte de un paciente de Freud por suicidio,
paciente que presentaba una perturbación sexual incurable. El olvido del nombre se desencadena
por una conversación sostenida justo antes de su olvido y que pone en evidencia también esta
relación. La conversación trababa sobre la resignación de los turcos de Bosnia – Herzegovina
ante la muerte pero no ante los achaques sexuales, que los lleva a perder incluso el aprecio por
la vida.

d) dónde está la metáfora y dónde la metonimia: La metonimia en las palabras que acuden como
recuerdo falso al nombre olvidado y ese nombre mismo: Signorelli, Botticelli, Boltraffio, las cuales
se articulan por restos metonímicos como Bo – elli. Así mismo entre Herzegovina y Herr (Palabra
alemana que designa señor, como se referían los turcos al médico para expresar su resignación
ante la muerte); aquí el resto metonímico es her. También entre Boltraffio y Trafoi, ésta última la
ciudad en la que muere el paciente de Freud.

A partir de la metonimia Signorelli – Herr, mediante la cual se toma de la primera palabra el


fragmento Sigor que significa señor en italiano al igual que Herr pero en alemán, se deriva la
metáfora como la articulación reprimida sexualidad – muerte. “Articulación de la que no se habla”
que equivale a decir que no es posible explicarla ni comprenderla a plenitud mediante el recurso
del lenguaje. Esta connotación de represión está presente en Freud, cuando conscientemente
decide hablar con su compañero de viaje sobre la resignación de los turcos ante la muerte; pero a
la vez callar ante la valoración y estima por parte de ellos al goce sexual. Pretendiendo olvidar
esto a voluntad, olvidó “sin su voluntad el nombre Signorelli”. Freud metaforiza, simboliza, hace
pasar por el lenguaje esta conexión muerte – sexualidad al hallar el significado de la sustitución
Herr por Signorelli.

5-Sobre el ejemplo de olvido”Signorelli”, distinguir y explicar:


a) Lo olvidado es el nombre del pintor, lo suplanta por otros, el fallo de la memoria se transforma
en interrogación sobre el origen del mecanismo inconsciente de la represión. Constituye una
formación de compromiso, formación de lenguaje, como testigo de lo reprimido inconsciente,
enlace entre el nombre buscado y el tema reprimido.
b) La represión primaria apunta a una falta o pérdida original cuyo sitio en el inconsciente es el
testimonio de un límite en relación al hueco interior y central, inaccesible a la consciencia y en el
que entrelazan los fantasmas inconscientes, aparece una falla en el discurso.
c) La represión secundaria o propiamente dicha, consiste en la sustitución y el desplazamiento de
lo significantes en la cadena, y da cuenta de la forma del retorno del deseo reprimido en las
distintas formaciones del inconsciente. El análisis permite acceder a las significaciones
pulsionales en referencia a la sexualidad y la muerte, que el sujeto se resiste a aceptar, aparece
una señal de alarma, un sentimiento angustioso.

d) Aparece un recuerdo falso, nombres sustitutivos que desplazan el nombre ausente, y lo


sustituyen metonímicamente pata evitar el acceso a las significaciones pulsionales, relacionadas
con la sexualidad y la muerte, rechazada por el sujeto al estar cerca de su núcleo traumático. El
desplazamiento se opera de un nombre a otro-de Herr, nexo original sobre lo que no hay más que
decir. La sustitución se produce de manera heterónima, y es metonímica. El Herr traduce una
parte a Signor, pero de acuerdo al contexto también como representante de lo absoluto, el signo
de la muerte. La pintura de Orvieto es una evocación de la realidad que no es posible afrontar, la
muerte, que se metaforiza, haciendo entrar en el lenguaje por medio de ficciones que son
construidas.

5.- Sobre el ejemplo de olvido “Signorelli” distinguir y explicar.


a) ¿Qué es lo olvidado? Lo olvidado es el nombre del pintor Signorelli,
b) ¿Qué es lo reprimido primario? La sexualidad y la muerte.
c) ¿Sobre qué recae la represión secundaria? Sobre la relación entre la sexualidad y la muerte.
Muerte de un paciente suyo, quien se suicidó padeciendo de una perturbación sexual incurable
acaecida en la ciudad de Trafoi. Las conversaciones sostenidas recientemente acerca de la
resignación ante la muerte de los turcos en Bosnia-Herzegovina, quienes además consideraban
la supremacía de la sexualidad sobre todas las cosas, fueron los desencadenantes del retorno de
lo reprimido. Así los significantes que organizan el enlace para el retorno de lo reprimido buscan
su correspondencia con el nombre Signorelli partiendo de la serie: Boticelli y Boltrafio.
d) ¿Dónde está la metáfora y dónde la metonimia?
La metonimia se encuentra en relación diacrónica, continua y horizontal entre un significante y
otro en la cadena de significantes que se presentan como falsos recuerdos del nombre Signorelli
mediante las partículas residuales “elli” y “Bo” que sirven de soporte a las nuevas formaciones
significantes, así como en la neoformación surgida de las palabras Trafoi y Boltrafio, donde la
primera se refiere a la ciudad en la que se suicida el paciente de Freud.
La metáfora ubicada en la condensación de los significantes Signorelli, Herr que remiten al señor
(Signor), pronunciada ante la inminencia de la muerte.

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