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2015;25(4):155---157
www.elsevier.es/enfermeriaclinica
EDITORIAL
a
UGC Hematología y Hemoterapia, Hospital Universitario Virgen de la Victoria, Málaga. Departamento de Enfermería y
Podología, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad de Málaga, Málaga, España
b
Departamento de Enfermería y Podología, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad de Málaga, Málaga, España
c
DSAP Aljarafe, Sevilla, España
d
Universidad de Huelva, Huelva, España
e
Universidade Atlântica, Lisboa, Portugal
‘‘Propio es de la cobardía, mas no de la fortaleza, cobi- este problema y en la disminución de los daños asociados a
jarse bajo la pesada losa del sepulcro para evitar el ellos.
infortunio.’’ Esta trayectoria mantenida quizá necesite de cierta pers-
Montaigne pectiva histórica que contribuya a situarnos en la correcta
dimensión del problema. Así, a lo largo del siglo xx, han sido
Es un dicho habitual que los clásicos nunca fallan. De
múltiples las cuestiones planteadas en torno a la seguridad
alguna manera, es como si otras personas, con conocimiento
clínica. En alguna ocasión, tan íntimamente relacionadas
reconocido, nos ilustrasen y acompañasen en la toma de
con nuestra profesión que hasta disponen de diagnósticos
decisiones, o en la adquisición de conocimientos. Y en con-
enfermeros, como el riesgo de caídas.
creto, la cita que inicia este editorial hace referencia a la
Los conceptos de calidad y de seguridad están íntima-
valentía en reconocer los errores, no escudarse en la falta
mente relacionados, ya que la calidad asistencial incluye,
de responsabilidad o de competencias para obviar su exis-
entre otras dimensiones la accesibilidad, la efectividad, la
tencia, porque ello ha de ocasionar su perpetuación y, en
eficiencia y la adecuación de recursos.
el ámbito que nos ocupa, esta reiteración provocará daño
Como se comentaba previamente, los primeros estudios
a nuestros pacientes. No debemos «hacer el avestruz». . . y
serios y concretos sobre seguridad clínica ven la luz a lo
asumir el reto.
largo de los años 1950-1960, llegando a su punto más álgido
En nuestra práctica asistencial están presentes los erro-
a principios de los 90. El primer estudio se llevó a cabo en
res, desde el más trivial (aquel despiste detectado a tiempo
Harvard; y los datos informaban de tasas de efectos adversos
que no causa daño) al más grave o imprudencia. Tanto es
(EA) de entre el 3,2 y el 16,6% en pacientes hospitalizados.
así que, desde hace ya bastantes años, las prácticas rela-
Se ha afirmado que, como media, uno de cada 10 pacien-
cionadas con la seguridad clínica (o seguridad del paciente)
tes ingresados puede padecer un EA que agrave su proceso,
han sido tenidas muy en cuenta por los organismos nacio-
le incapacite o incluso le provoque la muerte. Por ejemplo,
nales e internacionales, dando pie a diferentes estrategias
entre el 8 y el 12% de los pacientes que ingresan en hospita-
y acciones encaminadas a una mejora en la percepción de
les de agudos de países desarrollados desarrollan infecciones
y este riesgo en las unidades de cuidados intensivos se incre-
∗
menta hasta el 15-40%. En cifras absolutas, entre 44.000 y
Autor para correspondencia.
98.000 pacientes pueden fallecer como consecuencia de un
Correo electrónico: jgsalgad@gmail.com (J. Gómez Salgado).
EA, lo que, en EE. UU., convierte este problema en la octava
http://dx.doi.org/10.1016/j.enfcli.2015.07.001
1130-8621/© 2015 Elsevier España, S.L.U. Todos los derechos reservados.
156 A. Romero Ruiz, J. Gómez Salgado
causa de mortalidad, por delante incluso de los accidentes los distintos elementos de una institución ya que cuenta con
de tráfico1 . una dinámica de mejora continua de la calidad.
Es a partir de 1999 cuando esta área del saber toma Los centros y unidades que trabajan con un programa
cuerpo de la manera que la conocemos en la actualidad. de mejora continua de la calidad pueden encontrarse con
Desde que el Instituto de Medicina de EE. UU. publicó el menos barreras a la implementación de iniciativas de segu-
libro To err is human: Building a safer health system, el ridad porque ambos enfoques tienen una filosofía y una
problema ha adquirido una dimensión mundial y se ha incor- metodología similares. Su objetivo se basa en destapar
porado a las agendas políticas y al debate público2 . En el cualquier deficiencia en la calidad, analizar los proce-
ámbito europeo, un grupo de trabajo en Dinamarca parte de sos subyacentes que contribuyen a dichas deficiencias y,
supuestos similares al título del libro referenciado, y esta- a continuación, rediseñar estos procesos para eliminar las
blece una serie de criterios y razonamientos, que forman la posibilidades de error, o al menos mitigarlas. Una herra-
base de las líneas de trabajo que se están desarrollando en mienta eficaz es el modelo conocido por las siglas PDCA
toda Europa. Este grupo sostiene que en la mayor parte de (siglas de «Plan-Do-Check-Act», es decir «planificar, hacer,
los casos, el profesional no es el culpable, sino que reflejan verificar, actuar») que hace uso de un aprendizaje inductivo
debilidades del sistema. En este orden de cosas, se parte del que analiza los cambios y evalúa la eficacia de los mismos
axioma «errar es humano» y de que, por lo tanto, muchos en escenarios de trabajo real6 .
de los EA derivan más de fallos del sistema que de negligen- En este sentido se deben disipar mitos como el de que las
cia de los profesionales. Además, existe sustento científico iniciativas en seguridad son costosas. El mantenimiento de
que apoye esta premisa: en estudios realizados en EE. UU. los mismos, va a producir una resistencia al cambio, y a supe-
se puso de relevancia que hasta el 75% de los errores detec- rar barreras como la tendencia social y organizacional de
tados se correspondían con fallos del sistema. En los últimos buscar culpables o de sentir vergüenza por cometer un error.
años se han realizado estudios en el resto del mundo1,3 . Ésta situación impiden que se implanten estas medidas en la
El interés internacional por el tema ha llegado a ser de en la organización y que se pueda instaurar una verdadera
tanto calado, que la Organización Mundial de la Salud pro- cultura de la seguridad en el ámbito laboral. Hemos de evitar
puso, en 2004, organizar una Alianza Internacional para la ocultarnos bajo el sepulcro; la «muerte» (o mejor, la men-
Seguridad de los Pacientes, que fue puesta en marcha el 27 tira o la no declaración) no solo perpetúa el daño o el riesgo
de octubre de ese mismo año. Esta iniciativa de la Organi- de daño, sino que no evita que este pueda reproducirse.
zación Mundial de la Salud ha sido seguida en 2005 por otras Una de los mayores desafíos para la creación de una
de la Comisión Europea y del Consejo de Europa, que el 13 cultura de seguridad es encontrar la manera más eficaz
de abril de 2005, en Varsovia, proclamó la «Declaración de de incorporar los valores institucionales esenciales que se
Varsovia sobre la Seguridad de los Pacientes»4 . desea implantar en cada uno de los miembros de la insti-
Parece fuera de toda duda, en el ámbito en el que nos tución, con el objeto de que estos valores se traduzcan en
movemos, que la asunción del axioma anteriormente comen- prácticas de trabajo seguras a todos los niveles. El esta-
tado (errar es humano) ha de tener el correspondiente blecimiento de un currículo de seguridad puede resultar un
corolario: «. . .pero ocultar los errores es imperdonable y no medio fundamental para la comunicación de la estrategia
aprender de ellos no tiene perdón», parafraseando a Liam y filosofía de la organización a sus integrantes, y mostrar
Donaldson. Esta secuencia de pensamientos hace ver cla- el compromiso de la misma con la creación y consolida-
ramente cuál es la estrategia básica a seguir en el campo ción de una cultura de seguridad. Éste currículo permitiría
que nos ocupa: identificar los errores precozmente, solu- además mejorar el conocimiento de los conceptos y temas
cionarlos y desarrollar líneas de trabajo que incidan en su relacionados con la seguridad y desarrollar la capacidad para
prevención5 . aplicar este conocimiento en favor de la consecución de los
La mejora de la seguridad debe ser en toda organización objetivos de seguridad.
una aspiración máxima, específica y declarada, empezando Los miembros de la organización a todos los niveles,
por los cargos directivos. Entre las características dominan- incluidos directivos, residentes y voluntarios, deben fami-
tes de las organizaciones con una cultura de seguridad está liarizarse con los aspectos críticos de la seguridad a través
la percepción de su importancia, y el compromiso con la de un proceso formal de orientación, formación continua
misma como una prioridad. y otros programas de enseñanza y capacitación, según sea
La cultura de una organización es el corazón de la misma, necesario. El enfoque en equipo de la prestación de aten-
es decir, el modo en que piensan, actúan y afrontan el tra- ción sanitaria al paciente se reconoce comúnmente como un
bajo sus miembros, la manera de funcionar específica de valioso instrumento de seguridad y gestión del riesgo por-
cada organización. Este creciente interés por la cultura de que facilita la identificación, la reducción y la gestión de los
seguridad se debe a una urgente necesidad de que los orga- errores. Es importante comentar que realizar acciones enca-
nismos de asistencia sanitaria replanteen sus procesos de minadas a controlar la calidad del proceso, como auditorías
trabajo y definan la seguridad como un objetivo institucional clínicas, debe ser una prioridad, tanto por el compromiso
de la máxima trascendencia. En resumen, podemos afirmar con la seguridad clínica como por el ahorro en el gasto
que es la manifestación de una serie de premisas inte- sanitario7 , aún con más relevancia en el actual contexto
riorizadas por sus miembros, y de compromisos que todos socioeconómico.
comparten y asumen, en temas como la interacción entre Las enfermeras, por las especiales características de
seres humanos, instituciones y entornos. Esta da un sen- nuestro desempeño laboral, estamos en primera línea en
tido de identidad y establece un vínculo esencial entre los las cuestiones relacionadas con la seguridad clínica. La
miembros de una organización y su misión, asimismo no es formación es indispensable, pero la mentalización y la asun-
estática, sino el resultado de interacciones constantes entre ción de responsabilidades se nos antojan básicas para una
Enfermería y seguridad clínica: ¿Cuál es el camino? 157