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Por otra parte, la confusión entre lo humano y lo divino, lo sacro y lo profano impidió
una real autonomía individual y una concepción profunda y operativa de la libertad
personal. El poder político y el poder religioso venían a ser una misma cosa.
Sin embargo, las parteras por temor a Dios, desobedecieron al faraón egipcio y
dejaron vivir a los niños. A la pregunta por qué habían desobedecido al faraón las
parteras contestaron “las mujeres hebreas no son como las egipcias, tiene mucha
vitalidad, antes que llegue la partera, ya han dado a luz”. Entonces el Faraón dio esta
orden a su pueblo: "Arrojen al Nilo a todos los varones recién nacidos, pero dejen
con vida a las niñas".
Ejemplo de ello tenemos al llamado salvado de las aguas, Moisés; quien luego fue
adoptado por la hija del faraón, llamada Térmula. Por otro lado los egipcios
castigaban a los padres que cometían infanticidio.
Los árabes, enterraban vivas a las primogénitas (mujeres) que nacían, porque
consideraban un signo fatal para la estabilidad de la familia. Entonces practicaron el
infanticidio desde muchos años antes de la época preislámica.
En los griegos, se solía manifestar “no tengas sino un sólo hijo para mantener el
patrimonio”. El nacido varón estaba mejor considerado porque se pensaba que
podían ayudar a la economía familiar de una forma más decisiva que una niña. Nos
ocuparemos del reconocimiento y la exclusión del menor en Atenas y Esparta.
El reconocimiento del niño en Atenas concernía a la voluntad del padre quien tenía
plena libertad para aceptar o rechazar al recién nacido. En Esparta, por el contrario,
dependía de la decisión del Consejo de Ancianos, guiados por el criterio de su utilidad
para la polis.
La patria potestad (deberes y derechos de los padres), fue un primer aporte para el
derecho, esta era ejercida por la ciudad o polis al entregar al hijo desde los siete años
al Estado en Esparta básicamente, la cual exigía una educación adecuada para que
sirviese con eficacia a la comunidad.
Entre los hebreos, el niño rebelde era reprendido ante la familia en la primera falta.
La reincidencia conducía a azotes y después hasta la lapidación (Chunga, 1985: 20).
Los niños hebreos eran educados por su patriarca desde temprana edad a través de
la religión. El núcleo de la sociedad hebrea era la familia.
Dentro de una familia romana, quien ostentaba el poder no era el Estado sino el
Pater Familiae. Este poseía una absoluta autoridad, que desde tiempos del poeta
Virgilio, le ofrecía la potestad de decidir sobre la vida o la muerte de las personas
acogidas en su familia. Así, parece ser que era aceptado que el padre decidiera quitar
la vida de su hijo, sin perjuicio legar para el ejecutor de tal acción. El paterfamilias
era el “propietario” de sus hijos. Recuperado de
http://femrecerca.cat/jordi_planella/files/historia_de_lo (2018).
En Roma nace la patria potestad como un derecho de los padres, sobre todo del
padre (Pater Familiae), consistió en un régimen de protección de los menores no
emancipados, donde se encomendó la protección de éstos a sus padres.
Asimismo, nace la adopción en caso de niños abandonados, tal es el caso de Octavio
por Julio César y Nerón (hijo de Agripina) por Claudio y por necesidad religiosa, como
pasar de la calidad de plebeyo (ciudadano libre, pero pobre) a patricio o viceversa.
Los glosadores indicaban que los niños no debían ser castigados, sino hasta cuando
cumplieran la mayoría de edad. Los germanos, asimismo, indicaron que no podía
imponerse al delincuente menor ciertas penas, como la de muerte y otras graves;
impuesto por el viejo Código Sajón la Carolina.
En Inglaterra, la situación del menor hasta el Renacimiento (s. XIV – XVI) fue
semejante al resto de Europa. En el siglo X, ante el primer robo los padres debían
garantizar la futura honestidad del autor y si era menor de 15 años, jurar que no
reincidiría. Si los parientes no lo tutelaban, el adolescente era aprisionado para
pagar su culpa.
Cuando se producía un nuevo delito era conducido a la horca como los mayores.
También, Las instituciones creadas en esta Edad para acoger a los huérfanos y
abandonados, en la mayoría de casos eran espacio compartidos con los adultos
vagabundos, enfermos o delincuentes. La relación de los pequeños con éste mundo
adulto, a menudo servía para deteriorar más sus condiciones. Como a finales del s.
XVII y principios del XVIII la tasa de infanticidios y abandonos de los niños seguía
siendo mucha alta, en los diferentes países de Europa empiezan a crearse los Asilos
u Orfanatos especializados para los menores. Recuperado de
http://femrecerca.cat/jordi_planella/files/historia_de_los_malos_tratos_a_la_nine
z.pdf (2018).
c) Derecho Moderno (1492 d.C. – 1789 d.C.)
a) Época Preincaica
Las más viejas construcciones, plenamente estructuradas, aparecen desde los 4000
a.C., sea éstas chozas de material vegetal como las encontradas en Chilca –al sur de
Lima- o en Nazca, o construcciones de piedra y barro como las que unos años más
tarde (2,500 a.C.) se encontraron en Kotosh, en el río Higueras (Huánuco), como
otros pueblos en el pan andino de la sierra y costa respectivamente (Lumbreras,
1980: 14).
El corte para extraer el corazón, hecho poco antes de morir, habría provocado un
sangrado intenso y por reacción química ha quemado la zona torácica de las
personas sacrificadas, cuyas edades fluctúan entre los 6 y 18 años, refirió.
Recuperado de https://www.arqueologiadelperu.com/antiguos-peruanos-habrian-
realizado-sacrificios-humanos-similares-a-los-aztecas-y-mayas/ (2018).
b) Época Incaica
El ayllu, es una organización de la comunidad andina del clan, apareció con la
agricultura, y se consolidó aún más en el incanato, pero más que como un
subproducto de ella, fue el mecanismo social indispensable para sustentar la forma
de trabajo y la forma de propiedad que nacieron al mismo tiempo en torno al nuevo
medio de producción: la tierra para cultivo o chacra y el sustento para la familia. El
ayllu, como célula básica permitió, la consolidación de la familia, su reproducción y
cuidado de los menores.
En esta época el niño era considerado en su real importancia y el Inca disponía que
sus ocupaciones debían ser mínimas: espantar pajaritos, poner el grano sobre el
surco; es decir hacer cosas propias como hijo del agricultor. Más tarde habría de
adiestrar a los que tenían vocación en las artes militares, para luego integrarse al
ejército imperial, o contrajese matrimonio para constituir la familia. María
Rostworowski de Diez Canseco, en su obra Historia del Tahuantinsuyo, señala que
los mactacona, de 12 a 18 años, servían a la comunidad, cazaban pajaritos para la
confección del charqui especial. Las mozuelas o corotasque ayudaban a sus padres
en diferentes actividades, en faenas ligeras, aprendían a hilar y tejer, guardaban el
ganado y vigilaban los cultivos. Los de 9 a los 12 ayudaban a sus mayores y cazaban
aves. Las niñas cogían flores y diversas plantas silvestres para fabricar tintes. No se
descarta, también el sacrificio de niños, como describió el cronista indio Huamán
Poma de Ayala en su obra La Nueva Crónica y Buen Gobierno, en ocasiones en honor
al Inca o al Sol. Los niños y niñas de 5 a 9 años se dedicaban al juego, se les llamó
puellacoc; sin embargo, se les encargó trabajos menores como: ayudar a sus padres
en faenas ligeras como el cuidado del ganado, recolectar leña, cuidar a los hermanos
menores. Las niñas aprendían a hilar. Las dos últimas edades comprendían a los
vargos, a los que gateaban y a los que lactaban. Huamán Poma anotó para ambos
“ser sin provecho” por necesitar de “otro que le cuide y sirva” (Chunga, 1999: 24).
La base jurídica del sistema era muy eficiente, seguramente tanto como lo era la
administración. Tres principios básicos regían las pautas de conducta social, para
adultos y jovenzuelos (menores): ama sua, ama qella, ama llulla (no robar, no ser
ocioso, no mentir). No eran simples pautas morales, eran reglas aplicables
específicamente en beneficio de la sustentación del régimen despótico-monárquico
del imperio, para prevenir la evasión de trabajo, el hurto, etc., especialmente en
contra de los bienes estatales.
Para tener una idea más concreta disponemos otros hechos de la niñez del incanato
comentado por otros historiadores. El nacimiento de un niño era un acontecimiento
muy bien recibido, pero la crianza de los niños era otra cosa. Pues los pequeños eran
utilizados frecuentemente para honorar a los dioses, siendo cruelmente sacrificados,
envenenados con alcohol y hojas de coca para dejarlos en la montaña abandonados
a su suerte, que terminaba siendo la muerte por congelación. Así se han descubierto
cantidad de pequeñas e inocentes momias que nos permiten conocer mejor a este
misterioso pueblo. Pero lo más llamativo de todo esto es que sus familias no vivían
este suceso como una desgracia, sino más bien como todo lo contrario, era un
privilegio que se celebraba por toda la comunidad con fiestas.
Tras el nacimiento y durante los primeros años de vida los niños permanecían al
cuidado de sus madres que los llevaban consigo a todas partes, como si de un
atuendo se tratase, por lo general atados al cuerpo con unas telas y para consolarlos
cuando los pequeños lloraban los bañaban en las aguas heladas de los torrentes, así
o se callaban o morían. Más o menos cuando se producía el destete, alrededor de
los dos años de edad, se celebraba el Rutuchicoy (bautizo) donde se le imponía el
nombre al niño y se le cortaba por primera vez el pelo. El Quicuchikuy (primera
menstruación) eran acontecimientos que se celebraban con fiesta en una casa
junto a la familia y amigos.
Carlos V expidió, en 1535, una Real Cédula que ordenaba recoger los muchos niños
vagabundos; que se buscaran a sus padres y se les entregara; que los que se hallaren
huérfanos, si tenían edad bastante, se aplicaran a algún oficio; los más tiernos, que
se entregaran a los encomenderos para que los mantuvieran hasta que fueran
capaces de entrar en aprendizaje (Chunga, 1999: 25).
El Virrey Luis de Velasco, por encargo del Rey Carlos V, mandó construir un padrón
de niños pobres que imposibilitaba su crianza y doctrina y que se repartiesen por
maestros de escuelas, a quienes dio salarios, para que se les enseñasen y encargó la
superintendencia al Dr. Juan de la Bota, persona de mucha virtud y satisfacción.
- Las mujeres y los hijos menores de los indios de las estancias no estaban obligados
a trabajar, pero los hijos, por propia voluntad y con el permiso de los padres,
podían ser pastores remunerados con 2 reales y medio a la semana más comida y
vestido.
- Por los oficios domésticos se pagaba a los indios mayores de 12 años y menores de
18 y a las muchachas de esa edad, 12 pesos al año y a los niños y niñas memores
de 12 años, un vestido cada año.
- A las mujeres, hijos e hijas de los indios que servían en la mita, no se les podía
obligar a trabajar en ella, pero si voluntariamente lo quisieran, debían pagárseles
un salario supuestamente justo.
“NACIDOS Y POR NACER. Los nacidos para ser amparados por la ley, debían –aparte
de los requisitos actuales- ser bautizados, pues los infieles carecían de derechos
civiles. Y, para ser legítimos, nacer dentro del sétimo, noveno o décimo mes, y no en
el octavo ni en el onceno. Los por nacer daban a las madres el privilegio de no ser
torturadas, condenadas a muerte ni castigadas.
Libres y siervos, - los libres eran: ingenuos, hijos de padres libres; y libertinos nacidos
por libertos. Los siervos pertenecían a tres categorías: esclavos ocasionales o
prisioneros, por ser enemigos de guerra, cogidos como botín; y los esclavos
voluntarios, o sea, mayores de veinte años que se vendían por su voluntad para
disfrutar del precio; los libertos que fueron ingratos con sus amos; las mujeres libres
que se casaban con clérigos; y los consejeros o cómplices de los herejes.
Esta dolorosa realidad, condensada en la ley de Partidas, dice, con toda sinceridad,
del valor que la sociedad atribuía a la personalidad humana. Puede concebirse, como
en los días de Roma, que el enemigo vencido, a quien había el derecho de matar,
entrase en servidumbre, por gracia del vencedor. También, se puede convenir en que,
el hijo de un esclavo o nazca con el estigma del progenitor, ya que la esclavitud era
enfermedad social de la época. Pero, que la ley autorice a un hombre libre, a vender
su actividad, su vida, su ser integral, a cambio de un precio, siempre miserable, para
gozar de un placer ignorado, que le negó la fortuna, y que inquietaba su espíritu,
con el terrible imperativo del doctor Fausto. Que, se auspiciase, por la ley, la
involución, el regreso del estado civil, por la ingratitud del liberto a su amo, siempre
amo y siempre impío (incrédulo); indica que la moral, aquella norma tenida por
divina, en un pueblo fanático, estaba subordinada al interés de los selectos, al
capricho de los privilegiados.
Hacer que la mujer, siempre seducida por el clérigo; jamás corruptora, eternamente
corrompida – a quien, como hemos visto, la ignorancia de la ley no perjudicaba –
entrase en esclavitud, por contraer justas nupcias con clérigos; era sencillamente,
prescribir el concubinato eclesiástico y castigar, siempre, a la víctima, por la calidad
del victimario.
Y, por último, regresar la dignidad humana a las lindes de la servidumbre impía, por
aconsejar y proteger al hereje, significaba atentar contra los mismos sentimientos
volcados en las célebres obras de misericordia, que los adoctrinadores del catecismo
predicaban, sin tregua ni fatiga.
Por eso, la terrible ley hubo de sufrir, dentro del mismo coloniaje, en el último
momento del derecho peruano, el vencimiento inevitable de la piedad social. A fines
del siglo XVIII, sólo eran esclavos los adquiridos por compra y sus descendientes.
d) La República
A través de más de 185 años de vida republicana se han expedido numerosas leyes
a favor de los menores y de las madres, la mayoría de ellas de profundo contenido
social y de justicia, pero la mayoría también inconclusa.
“Artículo 52.- Es deber primordial del Estado la defensa de la salud física, mental y
moral de la infancia. El Estado defiende el derecho del niño a la vida del hogar, a la
educación, a la orientación vocacional, y a la amplia asistencia cuando se halle en
situación de abandono, de enfermedad o de desgracia. El Estado encomendará el
cumplimiento de lo dispuesto en este artículo a organismos técnicos adecuados”.
La Constitución de 1979
Esta ley de leyes dedica todo un capítulo a la familia. Al respecto, el jurista Cornejo
Chávez expresa:
Esta opinión permite tratar el grado de eficacia jurídica que tienen las normas. Si bien
es cierto la Constitución puede ser considerada como una “unidad”, algunas de sus
normas tienen más fuerza y eficacia que otras.
Al respecto el actual Vocal del Tribunal Constitucional, Dr. Gerardo Eto Cruz, entonces
catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad Nacional de Trujillo, señalaba
que las normas constitucionales de 1979 pueden ser de tres clases:
- Deberes de padres de alimentar, educar y dar seguridad a los hijos (artículo 6).
- Prohibición de toda mención sobre el estado civil de los padres y sobre la naturaleza
de la filiación de los hijos (artículo 6).
La forma del matrimonio y las causas de separación y de disolución son reguladas por
la ley”.
“Artículo 6°. La política nacional de población tiene como objetivo difundir y promover
la paternidad y maternidad responsables. Reconoce el derecho de las familias y de las
personas a decidir. En tal sentido, el Estado asegura los programas de educación y la
información adecuados y el acceso a los medios, que no afecten la vida o la salud.
Es deber y derecho de los padres alimentar, educar y dar seguridad a sus hijos. Los hijos
tienen el deber de respetar y asistir a sus padres.
Está prohibida toda mención sobre el estado civil de los padres y sobre la naturaleza
de la filiación en los registros civiles y en cualquier otro documento de identidad”.
“Artículo 7°. Todos tienen derecho a la protección de su salud, la del medio familiar y
la de la comunidad, así como el deber de contribuir a su promoción y defensa. La
persona incapacitada para velar por sí misma a causa de una deficiencia física o mental
tiene derecho al respeto de su dignidad y a un régimen legal de protección, atención,
readaptación y seguridad”.
Nadie está obligado a prestar trabajo sin retribución o sin su libre consentimiento”.
Está por demás mencionar el Código Civil de 1852 que discriminó al menor
denominándolo “hijo ilegítimo”, al nacido fuera del matrimonio, apartándole del
patrimonio de sus padres.
El Código Procesal Civil de 1993, vigente desde el 28 de julio de 1993 un mes después
de la vigencia del Código de los Niños y Adolescentes (1992), sus normas pueden
aplicarse supletoriamente a éste.
El Código Penal de 1924, fue derogado por el Decreto Legislativo Nº 635. Este nuevo
Código Penal es promulgado el 03 de marzo de 1991 y publicado el 08 de abril del
mismo año. Este Código Penal ha venido derogando, modificando e incrementando
nuevas figuras penales hasta ahora.
El Libro Segundo: Parte Especial. Delitos, se ocupa de:
Daños al Concebido regulado en el Artículo 124-A.- que prescribe: El que causa daño
en el cuerpo o en la salud del concebido, será reprimido con pena privativa de la
libertad no menor de un año ni mayor de tres.
Delitos contra la familia: Alteración o supresión de la filiación del menor (Art. 145º),
sustracción de menor (Art. 147º), inducción de fuga de menor (Art. 148º), instigación
o participación en pandillaje pernicioso (Art. 148º-A), omisión de prestación de
alimentos (Art. 149º).
Delitos contra la libertad: Trata de personas (Art. 153º), formas agravadas de la trata
de personas (Art. 153º-A).
Violación de la liberad sexual: Violación sexual (Art. 170º), violación sexual de menor
de edad (Art. 173º), Violación sexual mediante engaño (Art. 175º), tocamientos, actos
de connotación sexual o actos libidinosos en agravio de menores (Art. 176º-A), acoso
sexual (Art. 176-B), formas agravadas (Art. 177°).
Respecto a estas figuras jurídicas es importante revisar los últimos cambios de las
normas jurídicas, por ejemplo el Artículo 173.- Violación sexual de menor de edad, fue
modificado por la Ley N° 30838 que fue publicado el 11/07/2018 en los siguientes
términos: “El que tiene acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal o realiza cualquier
otro acto análogo con la introducción de un objeto o parte del cuerpo por alguna de
las dos primeras vías, con un menor de catorce años, será reprimido con pena de
cadena perpetua.”
También esta misma Ley modifica el Artículo 183-B en los siguientes términos:
“Proposiciones a niños, niñas y adolescentes con fines sexuales El que contacta con
un menor de catorce años para solicitar u obtener de él material pornográfico, o para
proponerle llevar a cabo cualquier acto de connotación sexual con él o con tercero,
será reprimido con pena privativa de libertad no menor de seis ni mayor de nueve
años e inhabilitación conforme a los numerales 1, 2, 4 y 9 del artículo 36. Cuando la
víctima tiene entre catorce y menos de dieciocho años, y medie engaño, la pena será
no menor de tres ni mayor de seis años e inhabilitación conforme a los numerales 1,
2, 4 y 9 del artículo 36”.
Esta Ley N° 30838 en su artículo 4 modifica el artículo 5 de la Ley 30096, Ley de Delitos
Informáticos, en los términos siguientes:
“Artículo 5.- Proposiciones a niños, niñas y adolescentes con fines sexuales por
medios tecnológicos El que a través de internet u otro medio análogo contacta con
un menor de catorce años para solicitar u obtener de él material pornográfico, o para
proponerle llevar a cabo cualquier acto de connotación sexual con él o con tercero,
será reprimido con una pena privativa de libertad no menor de cuatro ni mayor de
ocho años e inhabilitación conforme a los numerales 1, 2, 4 y 9 del artículo 36 del
Código Penal. Cuando la víctima tiene entre catorce y menos de dieciocho años de
edad y medie engaño, la pena será no menor de tres ni mayor de seis años e
inhabilitación conforme a los numerales 1, 2, 4 y 9 del artículo 36 del Código Penal”.
Disposición común: Sanción con pena de autor al pariente cooperante (Art. 184 º).
Faltas contra las buenas costumbres: Faltas contra las buenas costumbres (Art. 450º).