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ANALISIS DE LA OBRA “ RUFINITO”, AUTORIA DE FEDERICO GARCIA

GODOY

¿ Historia novelada, o novela histórica ¨?, los dos caminos de un mismo quehacer
historiográfico.

Rufinito es una obra situada dentro del género novelístico-histórico. En la novela


histórica la época y los personajes escogidos por el autor son tratados con evidente
intención de construir una narración ficticia, aunque verosímil, de los acontecimientos;
sabe que la narración que hace es inventada, aunque la época sea más o menos fielmente
representada, y sabe que los hechos no ocurrieron de la manera en que el dice por lo que
no espera que el lector crea que su narración es verdadera.

Con la historia novelada no ocurre necesariamente esto. En ella el autor pretende


reconstruir imaginariamente la época, los personajes y los acontecimientos utilizando su
imaginación para completar informaciones que la documentación disponible no
proporciona o que la técnica historiográfica no permite reconstruir de manera más o
menos objetiva. En la historia novelada el autor pretende que el lector crea que está
escribiendo historia, aunque su objetividad no pueda ser garantizada (esto suele ocurrir
cuando surge un vacío documental y testimonial. Entra en juego el imaginario).

En ambos casos, novela histórica e historia novelada, el resultado no es historia aun


cuando muchos escritores "postmodernos" y "des construccionistas" argumentan que así
como los historiadores nos vemos obligados a utilizar razonamientos lógicos y
analógicos para completar los vínculos faltantes entre conjuntos documentales
incompletos, de la misma manera el novelista puede, y le es legítimo, utilizar la
imaginación para reconstruir la historia "como pudo haber sido".

Es más, hay escritores y literatos que partiendo de esas premisas insisten en que
muchas veces la novela puede ser más verídica que la historia, y explican que hay
grandes novelas históricas que logran transmitir a los lectores imágenes más vívidas y
duraderas que los textos de historia que se han escrito sobre esos mismos hechos. Este
es el antecedente dogmático que servirá de corolario para el análisis que a continuación
presento, con las limitaciones intelectuales consabidas.

La obra analizada, escrita en el año 1908, por Federico García Godoy, forma parte de la
edición conjunta recogida y editada por la Sociedad Dominicana de Bibliófilos, dada a
luz en el año 1974, titulada : “ Trilogía Patriótica “, y es posiblemente la más sincera
recreación del hecho histórico de la independencia y los eventos importantes posteriores
al mismo.

En ella, el autor se sitúa en el hecho histórico mismo de la independencia, describiendo


detalladamente los hechos ocurridos en la Puerta del Conde; a seguidas se refiere a las
confrontaciones militares posteriores, muy especialmente, la batalla de Azua, a la que
en su exposición el compañero Edwin Aristy, dio especial importancia durante su
ponencia de la semana anterior, donde el General Pedro Santana, retrocedió a Bani
(específicamente a Sabana Buey) . El autor, a través de la novela comentada, critica
acremente este evento, pues entiende que si las huestes haitianas hubiesen reaccionado a
tiempo, la naciente republica estaría en peligro.

Al referirse a Pedro Santana, lo hace convencido de que sus condiciones militares eran
excepcionales, pero su formación política e intelectual, escasa. A juicio del novelista,
desde sus inicios Santana confundió su rol, pues no es lo mismo ordenar ganado que
dirigir personas, su inclinación fue a la subyugación de sus semejantes, sin escatimar
esfuerzos para ello, y sin ningún tipo de escrúpulos.

Justifica, o cree comprender los errores santanitas y otros y los atribuye a la época en
que les tocó vivir, convulsa, complicada, llena de riesgos y temores; es como si
dijéremos, el hombre y sus circunstancias. A su juicio Santana siente desdén por todo
lo intelectual (abogados, filósofos, etc. Eran proscritos y perniciosos), daba mayor
interés a la intrepidez y espontaneidad, poniendo como ejemplo a Mella.

Al abordar lo referente a la Universidad de Santo Domingo, el autor sostiene que el


interventor

narraciones de Federico García Godoy, "Rufinito: sucedido histórico" (1908), "Alma


dominicana: novela histórica" (1911), y "Guanuma" (1914), recogidas muy
posteriormente por la Sociedad Dominicana de Bibliófilos en una edición conjunta
titulada "Trilogía Patriótica" (1974). Con la reciente publicación por parte del Archivo
General de la Nación de la obra “Rufinito”, de Federico García Godoy, se brinda al
lector la posibilidad de calar en la enigmática personalidad de Pedro Santana, uno de los
más polémicos personajes de nuestra historia.

Pertenece a García Godoy el mérito de habernos presentado a Santana a través de un


prisma psico-social, sin descuidar ni la agudeza del observador de caracteres humanos,
ni el condicionamiento social de las actitudes de los observados.

Santana no fue, por supuesto, una personalidad ajena a su tiempo, ni tampoco una
marioneta del destino. Las motivaciones estaban condicionadas por su propio devenir,
expresaban las limitaciones, ambiciones, sueños y fortalezas de un tipo humano forjado
en el duro batallar cotidiano con el medio hostil; en la violencia y la imposición sobre
peones y subordinados, también fogueados en esas mismas pruebas; en el bregar por la
subsistencia y la prosperidad, viniendo de abajo, y sobre todo, en la lucha contra las
constantes incursiones haitianas. Ya en el poder, Santana aplicará sin piedad sus ideas
rudimentarias de lo que es el mando, y el buen gobernante. En su opinión, precisa
García Godoy, “Ö el escrupuloso respeto a la ley de parte de un gobernante es signo de
evidente debilidad; que hay que pegar fuerte para mandar bien, y que toda la ciencia del
buen gobierno se reduce a seguir, al pie de la letra, los procedimientos coercitivos,
brutales en extremo, que sirvieron de norma a muchos caudillos para afianzarse en el
poder”. En esta misma creencia, acompañarán a Santana en la historia dominicana,
personajes siniestros como Ulises Heureaux y Trujillo. No debe sorprendernos que
semejante personaje haya tomado el poder mediante un golpe de mano reaccionario,
desplazado a los partidarios de Duarte, fusilado patriotas, gobernado sobre machetes,
sables y bayonetas, suprimido derechos, enterrado los sueños democráticos de una
generación, y para culminar, abolido la república y anexado su patria a la ya decrépita
monarquía española.

Así lo demuestra el retrato de Santana que nos entrega el autor; su decepción por el
marquesado de las Carreras no obtenido y las falsas charreteras sobre el hombro,
acrecentaron el despiadado y hostil hatero que en cualquiera veía un enemigo al que
había que destruir.
Los febreristas, por su lado, flaquearon al momento de enfrentar, henchidos de valor al
futuro déspota, en cambio vacilaron, no hundieron la daga en la herida, no extirparon a
tiempo el naciente cáncer; y desatendiendo la recomendación de Nicolás Maquiavelo,
en su obra “ El Príncipe”, no remataron al enemigo, y le permitieron reordenar sus
ideas, y atacarlos, y destruirlos inmisericordemente, así sus tres principales líderes,
Duarte al exilio, donde murió, Sánchez, fusilado y Mella por igual. Allí quedaron
sepultadas las esperanzas de libertad plena del pueblo dominicano.

El autor, al referirse a Mella, lo describe escéptico, cuidadoso, observador y crítico del


auge de la popularidad de Santana, que ya hasta en las tropas santiagueras retumba
como un ser mítico, cargado de fama y una aureola de héroe. Solo la figura de Juan
Pablo Duarte, puede opacar este prestigio. Respecto a Mella, Santiago y la Vega son su
bastión, el autor describe topográfica y geográficamente ambas comunidades, y la
importancia que jugaron para Mella.

A partir de la página 75, el autor inicia la descripción de su personaje, al que le otorga


cualidades de ser fornido, rechoncho, de cara vulgar, ojos soñolientos, curioso, original,
y bebedor de alcohol como un condenado, entusiasta, colaborador, quien en la pluma
del novelista, se convirtió en el principal apologista de Santana en todo el Cibao, aun, a
costas de los Dones, que en principio le ignoraban pero que terminaron admitiéndole,
pues todo lo que Rufinito consideraba contrario al Dictador, lo era y sentiría los embates
del régimen en menos tiempo del que se podría imaginar.

El personaje sirve al dictador, quien después de vencer en el sur, se hace investir de


poderes extraordinarios y se propone aplastar todos sus desafectos, Rufinito es el espía
en el Cibao, pero el también es espiado y finalmente desaparece en medio de un
misterio sepulcral, posiblemente, según el autor, a manos de los Dones, que veían en
peligro su estabilidad si Rufinito informaba al “Marques de las Carreras “sobre sus
movimientos.
El contexto en el que el autor plantea su novela es acorde con la época independentista y
debemos agregar que la efervescencia, la duda de todo, las tramas contra
independentistas por un lado y el recelo de los propios nacionalistas ( Febreristas ) y
Santanitas eran el pan nuestro de cada día, por ello, el rigor con que el autor enfoca el
problema se corresponde con la verdad histórica, ahí radica su importancia y relevancia.

Rufinito encarna el personaje típico de los regímenes dictatoriales, en donde el


colaborador en tanto es útil, cuando representa peligro para el régimen o para la
oligarquía dominante, desaparece.

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