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ADMINISTRACIÓN PUBLICA

Introducción

Para poder entender la administración se debe conocer la perspectiva de la historia de


su disciplina, La administración aparece desde que el hombre comienza a trabajar
en sociedad. La administración que es el órgano específico encargado de hacer que
los recursos sean productivos con la responsabilidad de organizar
el desarrollo económico, refleja el espíritu esencial de la era moderna.
El ser humano es social por naturaleza, por ello tiende a organizarse y cooperar con
sus semejantes. La historia de la humanidad puede describirse a través del desarrollo
de las organizaciones sociales partiendo en la época prehispánica por las tribus
nómadas, donde comienza la organización para la recolección de frutas y la caza
de animales, y después con el descubrimiento de la agricultura da paso a la creación
de las pequeñas comunidades.
Las sociedades se han ido transformando, ya que durante siglos se caracterizaron por
poseer formas predominantes agrarias, donde la familia, los grupos informales y las
pequeñas comunidades eran importantes. Posteriormente, éstas se transformaron en
otras de tipo industrial, impulsadas por la Revolución Industrial y caracterizadas por el
surgimiento y desarrollo de las grandes organizaciones y centros industriales.
El cuerpo sistemático de conocimientos sobre la administración se inicia en plena
Revolución Industrial, en el siglo XIX, cuando surgieron las grandes empresas que
requerían de nuevas formas de organización y prácticas administrativas. La
empresa industrial a gran escala era algo nuevo.

Algunas definiciones:

 Es prever, organizar, mandar coordinar y controlar (H Fayol, 1916)


 Es la coordinación de las actividades de trabajo de modo que se realicen de
manera eficiente y eficaz con otras personas y a través de ellas (Robbins y
Coulter, 2005)
 Proceso de diseñar y mantener un entorno, en el que, trabajando en grupos, los
individuos cumplan eficientemente objetivos específicos (Hitt, Black y Porter,
2006)
 Para Chiavenato es el proceso de planear, organizar, dirigir y controlar el uso de
los recursos para logar los objetivos organizacionales. (Chiavenato, 2004)

Es decir, es una integración de las actividades encaminadas al logro de objetivos que


auxiliados en un proceso (proceso administrativo) permean en la manera de trabajar en
las organizaciones.

Etimología y Definición

La palabra “administrar” proviene del latín ad-ministrare, ad (ir, hacia)


y ministrare (servir, cuidar) y tiene relación con la actividad de los ministros romanos en
la antigüedad. No obstante, el concepto de Administración Pública puede ser entendido
desde dos puntos de vista.
Desde un punto de vista formal, se entiende a la entidad que administra, o sea al
organismo público que ha recibido del poder político la competencia y los medios
necesarios para la satisfacción de los intereses generales. Desde un punto de
vista material, se entiende más bien la actividad administrativa, o sea la actividad de
este organismo considerado en sus problemas de gestión y de existencia propia, tanto
en sus relaciones con otros organismos semejantes como con los particulares para
asegurar la ejecución de su misión.

LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA EN EL ESTADO MODERNO

El arte de gobernar en los últimos tiempos Luego de la Segunda Guerra Mundial, la


concepción sobre el rol que debía desempeñar el Estado mostró un quiebre con
respecto a la primera mitad del siglo XX. El estado adquirió el protagonismo de la
resolución de los problemas que afectaban a la sociedad en su conjunto, protagonizó el
rol de un “gigante garantizador” de las necesidades sociales de los ciudadanos. Éste rol
que debía cumplir el mismo fue marchitándose con el transcurso y la evolución de
distintas variables a lo largo del tiempo, ya que surgieron nuevas circunstancias y
posiciones de grupos de interés que se presentaban como un desafío a la forma de
gobierno. Los ciudadanos plantean exigencias más complejas y al mismo tiempo
resulta cuestionada la capacidad de los gobiernos para afrontar los persistentes
problemas sociales. En este contexto las estructuras político-administrativas y las
fórmulas de gestión tradicionales devinieron cada vez más obsoletas para resolver las
demandas sociales actuales. De ahí la necesidad de reconsiderar las razones que
tienen los gobiernos para intervenir, de encontrar nuevos estímulos, de reforzar los
mecanismos de decisión y de reevaluar la relación coste eficacia en el sector público.

De la Administración pública surge:

Administración Pública es el reconocimiento de su carácter disímbolo - ciencia,


disciplina, práctica o conjunto de destrezas que deben ejecutarse e incluso como
institución fundamental, cuyo propósito es impulsar el desarrollo de la sociedad. Otra
constante es el gobierno en acción y que constituye la actividad organizadora del
Estado en la sociedad.
Es en Francia (pensamiento europeo del siglo XX) donde tiene lugar la formación de la
ciencia de la administración pública, también se resalta la importancia que tiene en y
para la toma de decisiones.
Otra interpretación asegura que la administración pública es un mero instrumento de la
política con lo cual se desconoce su autonomía funcional para orientar, ejecutar y
condicionar las políticas y los planes de gobierno.

Administración como actividad equivalente a la de gobierno: Históricamente,


gobierno comprendía toda actividad del Estado. Al irse separando las funciones (judicial
y legislativa), lo que quedó distinto de lo separado se comenzó a llamar administración.
Por lo tanto, el gobierno es la alta dirección, la impulsión política que tiene en miras el
interés general.
Pero, hoy por hoy el gobierno se halla insito en tres ramas (legislativo, ejecutivo y
jurisdiccional).
Administración como actividad subordinada a la de gobierno: la actividad
gubernativa consiste en fijar las grandes directrices de la orientación política, mediante
la gestión de asuntos que afectan los intereses vitales de la comunidad. La función
gubernativa tiene directa inmediatez constitucional, con rango supremo de jerarquía y
no mediatizada como la función administrativa que supone actos subordinados o
derivados, distinguir entre administración y gobierno ni deslindar entre la actividad
administrativa, legislativa y jurisdiccional.

Administración como actividad del Poder Ejecutivo. Su defecto reside en que no


sólo administra el órgano ejecutivo.

Administración como actividad Estatal que tiene en miras el funcionamiento de


los Servicios Públicos: el servicio público no es la única actividad de la administración
pública, y fuera del mismo hay un amplio margen para el desarrollo de la actividad
administrativa.

Administración como actividad del Estado que no es legislación ni justicia: su


lógica reside en que antes es preciso determinar qué es legislación y justicia.

Las tareas de la administración pública, portadora de un pasado liberal, propositivo,


emprendedor y optimista es objeto de amplias y múltiples interpretaciones. Es la
institución más humana y humanizada de la sociedad moderna. No hay duda de que la
administración pública es una institución importante para situar el sentido, condiciones
y papel del Estado. De acuerdo con esto, la administración pública es una institución de
la cual la sociedad no puede prescindir, “...administración es gobierno, ya se trate de
una nación, de una organización mafiosa o de una colectividad de autoayuda”, la
administración pública es la vida misma de la sociedad.
Se reconoce como la actividad inherente a la vida del Estado, pero en ocasiones se
omite que es a la vez una institución pública. Sin desconocer su misión como actividad
del Estado, también es responsable de salvaguardar, impulsar y desarrollar la vida
pública de la cual la última forma parte, lo cual significa que atiende y da respuesta a
problemas públicos y necesidades sociales.

Burocracia Estatal

Sin duda, el descrédito de la burocracia pública en estos tiempos modernos, es una


percepción ampliamente generalizada. Es común escuchar hablar de ineficiencia y
corrupción como características que definen la esencia de la administración. En el
marco de esta impresión colectiva, los gobiernos poseen graves dificultades para que
la legitimidad de su accionar no se encuentre muchas veces profundamente socavada
por el accionar administrativo.
Uno de los enfoques analíticos corresponde a un punto de vista Sociopolítico, el
Enfoque Histórico estructural, el cual se refiere principalmente a los actores conflictivos:
el Estado, individuos, grupos, organizaciones, sectores de la sociedad a los que es
posible imputar comportamientos económicos y políticos. Estos, de acuerdo al
momento histórico en que se encuentren y consiguen influir en mayor o menor medida
en el proceso de creación de políticas públicas.
Otro de los enfoques analíticos corresponde al Enfoque Administrativo Organizacional,
el cual se refiere principalmente a la organización de la administración pública (y
privada) en sí, es decir, al funcionamiento interno de la misma y su relación con el
contexto en la cual se encuentra inmersa e interactúa.
Ya sea en términos de equidad, eficiencia, economía, honestidad, adaptabilidad,
solidez, etc., se estudian desde un punto de vista crítico en el análisis, las reformas
administrativas implementadas en el mundo en las últimas décadas y particularmente
las realizadas en Argentina desde principios de los ´90.
Cada país se ubica en un particular estadio de desarrollo histórico. Este criterio se
basa en la idea de que no todos los “modelos” de reforma (al estilo weberiano de
modelo típico ideal) pueden ser trasladados a todos los países por igual, ya que es
fundamental tener en cuenta que no todos ellos se encuentran en la misma etapa de
evolución con respecto a cuestiones políticas, económicas sociales y culturales.
El objeto de estudio será la administración pública en el Estado moderno como objeto
de estudio por considerarse que remite a asuntos de Estado y de gobierno, aunque la
mayoría de las veces sea tratada de manera simplista. Si la Administración Pública
Nacional es entendida como órgano de ejecución de determinados programas políticos,
atravesada por una gran cantidad de conflictos el interés analítico desde un punto de
vista sociológico despierta, al remitirse a la vida social misma. Por otro lado, pero
siguiendo la misma línea, se considera que la calidad del desempeño de las
organizaciones gubernamentales determinará exactamente la manera en que la política
gubernamental es experimentada por los ciudadanos. No sólo la política sino también
la producción son esenciales para un trazado de políticas públicas exitoso.

Orientaciones

Políticas públicas: se entiende por estas a “un conjunto de decisiones y acciones


emprendidas por el gobierno” para influir sobre un problema al cual se le ha dado
prioridad de solución. Desde este punto de vista, las políticas públicas se pueden
entender como un proceso que se inicia cuando un gobierno o directivo público detecta
la existencia de un problema que por su importancia, merece su atención y termina con
la evaluación de los resultados que han tenido las acciones emprendidas para eliminar,
mitigar o variar ese problema. Por otro lado, es sumamente necesario, que las acciones
emprendidas por el gobierno en el momento de solución de los problemas sean
adecuadamente eficaces, tratando de alcanzar en alguna medida algún grado de
eficiencia
Autonomía relativa del Estado: Weber sostenía que los Estados son asociaciones
obligatorias que reivindican el control de los territorios y las personas que en ellos
habitan. Las organizaciones administrativas, jurídicas, recaudadoras y coercitivas
constituyen el núcleo de todo Estado. Estas organizaciones tienen estructuras variables
en los distintos Cada país tiene un tipo de sistema constitucional-representativo de
gobierno parlamentario y contienda electoral distinto. Así, los Estados son considerados
como algo más que gobiernos. Son sistemas administrativos, jurídicos, burocráticos y
coercitivos permanentes que no sólo tratan de estructurar las relaciones entre la
sociedad civil y la autoridad pública en una organización política, sino también de
estructurar muchas relaciones cruciales dentro de la sociedad civil.

El Estado moderno, desde su nacimiento en Europa, parte de un sistema de Estados


competitivos e interrelacionados. Éstos pueden formular y perseguir objetivos que no
sean un simple reflejo de las demandas o los intereses de determinados grupos o
clases sociales de la sociedad; dando lugar al concepto entendido comúnmente por
autonomía del Estado.
La autonomía del Estado se refiere en este sentido a que los funcionarios estatales son
capaces de formular estrategias globales y a largo plazo que trascienden las exigencias
parciales y estrechas de miras de los capitalistas guiados por el afán de lucro o de
grupos sociales que sólo se preocupan de sus propios intereses.

Capacidad del Estado: Se refiere a la posibilidad real de los Estados de alcanzar los
objetivos propuestos desde el punto de vista de la disponibilidad de recursos humanos,
materiales y financieros para poder llevarlos a cabo. Por otro lado, esto se encuentra
relacionado directamente con la forma en que un gobierno organiza los recursos de su
sistema, con qué economía, eficacia y eficiencia los maneja. Modernización o cambios
en el gobierno: Los gobiernos, al igual que otros sistemas sociales, se encuentran
relacionados con las transformaciones del entorno. El orden social y sus múltiples
componentes, tales como el bienestar común, la seguridad interior, el progreso
individual y colectivo, la equidad social y la defensa exterior, son objetivos definitorios
de los gobiernos. El cambio estructural en las instituciones políticas y en las
administraciones públicas constituye el proceso por el cual los gobiernos reorientan sus
objetivos y reorganizan sus instituciones, El cambio estructural es necesario, cuando,
de otro modo, no podrían satisfacerse las demandas y resolverse los desafíos y
cuestiones de agenda. Los cambios estructurales implican por un lado, el
reconocimiento de la incapacidad de las instituciones, los procesos y sistemas de
producción institucional, las políticas públicas y las tecnologías de decisión para
garantizar los objetivos gubernamentales. Además puede suponer la búsqueda en otros
sistemas políticos de fórmulas institucionales, políticas públicas, procesos y tecnologías
administrativas y de gestión que permitan afrontar las transformaciones del entorno.

BUROCRACIA

DEFINICION

El término burocracia proviene del francés bureaucratie, cuya raíz es bureau (“oficina”).
El concepto permite nombrar a la organización que está regulada por normas que
buscan un orden racional en la gestión y distribución de sus asuntos, es un sistema
organizativo que se encarga de administrar y gestionar determinados asuntos,
siguiendo un conjunto de reglas y procedimientos específicos. La burocracia, se define
por ser una estructura administrativa y de personal de una organización. Las entidades
empresariales, laborales, religiosas, docentes y oficiales exigen unos abundantes
recursos humanos, ordenados según un esquema jerárquico para desempeñar unas
tareas especializadas basadas en reglamentos internos. El término se utiliza
principalmente al referirse a la Administración pública pero hoy por hoy se usa
peyorativamente para denotar pérdida de tiempo, ineficacia y papeleo.
La burocracia es la plaga de los Estados modernos. Este concepto, instalado hoy de
esta manera en el sentido común de las personas, fue pensado por Max Weber de una
organización eficiente.
La precisión, la rapidez, la univocidad, la oficialidad, la continuidad, la discreción, la
uniformidad, la rigurosa subordinación, el ahorro de fricciones y de costas objetivas y
personales, son infinitamente mayores en una administración severamente burocrática,
servida por funcionarios especializados. Evidentemente, hoy por hoy esta concepción
quedó alejada del pensamiento de las personas que viven en sociedad.
Por otro lado, Weber identificó las siguientes normas básicas fundamentales al
analizar la burocracia, considerada como la forma típica de dominación racional legal
en el Estado moderno:
1) El funcionariado está organizado como una jerarquía de mandos;
2) Los funcionarios son remunerados mediante un sueldo y no reciben gratificaciones
por servicios;
3) La autoridad de los funcionarios proviene de su cargo y está determinada por éste;
4) El nombramiento responde a méritos probados, no a recomendaciones;
5) Las decisiones se toman de acuerdo con unas reglas estrictas preestablecidas
6) Las burocracias actúan mediante la aptitud técnica y mantienen un registro de sus
actuaciones.
Weber consideraba que las burocracias constituidas de esta manera eran
especialmente eficaces para cumplir con sus funciones.

El otro enfoque a través del cual ha sido estudiada la burocracia es el Administrativo


Organizacional que se refiere en particular a la organización de la administración
pública (y privada) en sí, es decir, al funcionamiento interno de la misma y su relación
con el contexto en la cual se encuentra inmersa e interactúa. Este enfoque se origina
en los estudios del sector privado. En un primer momento, bajo la influencia del
pensamiento de Taylor se buscaba la maximización de la eficiencia; había una creencia
en que las diferentes formas técnicas podían resolver los conflictos más diversos.
Había una preocupación por alcanzar la mayor racionalidad y productividad a raíz de
una buena organización del esfuerzo humano. Posteriormente el problema de la
eficiencia va dejándose de lado. Se otorga mayor importancia al insumo utilizado para
la obtención de un producto, es decir solo se incluyen aquellas que contribuyan a una
mayor previsibilidad y racionalidad social.
En cuanto al error de estudiar a la burocracia como mediadora estatal, donde la
burocracia actúa como nexo entre el Estado y la sociedad civil.
Las soluciones para muchos analistas es limitar el poder burocrático, es decir
focalizarse en la descentralización para poder recoger y representar los diferentes
intereses de la sociedad (que luego serán expresados en normas) y además
desnaturalizar el marco normativo.
El problema de la “teoría de la organización” se reduce a como alcanzar una mayor
eficacia y eficiencia, es decir, una mayor productividad. Se guía por una racionalidad
económica.
El Estado necesita estabilizar y universalizar la forma mercantil y los procesos de
intercambio, ya que de estos depende para obtener recursos y poder funcionar. Pero a
su vez, estos objetivos son tratados de alcanzar por medios políticos y administrativos
que conducen a varias contradicciones estructurales de las sociedades capitalistas,
que a su vez pueden convertirse en focos de conflicto social y lucha política.
En fin, la racionalidad operante del Estado es diferente de las empresas privadas. El
Estado capitalista necesita de determinadas condiciones sin las cuales no puede vivir
pero con las cuales tampoco puede funcionar.
El problema burocrático implica también el hecho de analizar el sistema de
organización del aparato del Estado, y la forma que tenga el Estado en un determinado
momento histórico.

Las doctrinas “tipo quien”.


Dentro de las doctrinas TIPO QUIÉN encontramos a la “persona idónea” para ocupar
un cargo (además de cuestiones de tiempo, remuneración etc.).

DOCTRINAS DE LA SELECCIÓN Se ocupan de la experiencia, la calidad.


Experiencia: Preferir personal experimentado o preferir personal novato. –
Calidad: seleccionar a los mejores y más brillantes o seleccionar a la media. –
Pericia: Preferir las habilidades técnicas, preferir las habilidades administrativas o
gerenciales.
Método de selección: seleccionar por cualidades semejantes, seleccionar por compra,
elegir al cargo.
Interés: seleccionar interesados para los cargos.

DOCTRINAS DE LA REMUNERACIÓN. - Preferir el empleo sin paga o mal pagado

DOCTRINAS DE DISPOSICIÓN, ASCENSO Y ANTIGÜEDAD: Preferir la continuidad


en el servicio, preferir la discontinuidad o combinar la continuidad con la discontinuidad
Promoción: Promover a todos o cubrir los puestos más altos desde abajo.
Antigüedad y despido: otorgar carrera de por vida o de duración limitada.

Estas doctrinas, que tratan de indicar cuál es la mejor forma con respecto a “quien
elegir” son capaces de darnos ejemplos en cuanto a las características de las doctrinas
mencionadas anteriormente. Por ejemplo, encontramos que en el caso de “preferir
personal novato” que responde a las “doctrinas de selección”, esta ya había sido
manejada por los cameralistas alemanes que “ofrecieron la primera filosofía coherente
de la administración pública en la Europa Moderna. Estos sostenían que los cargos
públicos deberían ser ocupados por novatos, adiestrados en cursos universitarios
especiales”.

Doctrinas “tipo quién”. Según el autor el Edwin Chadwick, quien sostenía que la
habilidad técnica en un determinado campo, garantizado a través de un examen
especializado y una certificación de la capacidad para practicar, era la clave de la
competencia y la eficacia. Sostuvo que este era el principio de selección típico de una
empresa privada y debería seguirse también en el servicio público. Hoy por hoy
también esta idea está muy presente en las reformas de Estado y de la administración
en particular. Las personas debían poseer esta clase de habilidades para poder estar
en un cargo público.

Las doctrinas “tipo que”.

Las doctrinas “TIPO QUE” denotan ideas referentes a la forma organizacional, es decir,
las que se ocupan del tipo de organización que deberá escogerse para una tarea
particular y de cómo ordenar sus componentes.

DOCTRINAS DE ESCALA, UNIFORMIDAD E INCLUSIÓN


Escala: Preferir la organización de gran escala o preferir la organización de pequeña
escala
Uniformidad: mantener unidades de organización uniformes o mantener una estructura
pruriforme.
Inclusión: Mantener una responsabilidad inclusiva o mantener una responsabilidad
dividida.
Un razonamiento común en el caso de “preferir la organización de pequeña escala”, se
sustenta en que el tamaño genera deseconomías, “preferir la organización en gran
escala” tiende a descansar en alegatos de la especialización alcanzable y los niveles
absolutos de los recursos, la tesis de la eficiencia a favor de la pequeña escala tiende a
descansar en alegatos acerca de la motivación y la capacidad para la vigilancia. Hoy
por hoy, la idea de preferir la organización de pequeña escala se ha impuesto como
una moda, la más eficiente de todos los tiempos en opinión de los autores.

Modelos de reforma administrativa

Los diagnósticos realizados sobre la burocracia son los siguientes: que es corrupta o
clientelista; que es ineficiente, arbitraria e incontabilizable.
Definida por Weber como autoridad racional-legal, el primer acierto que tuvo este tipo
de reforma fue la eliminación en gran medida del patrimonialismo, la afición y los robos
en el sistema administrativo.
Los componentes comunes de este modelo de reforma son: entrada por examen,
ascenso por mérito, administración basada en reglas escritas, salarios razonables.
Sacando las decisiones de las manos de los políticos se reduce el patronazgo, el
clientelismo y la corrupción. Pero estas reformas crean al mismo tiempo nuevas
patologías como por ejemplo sobreregulación, rigidez, prioridad en el cumplimiento de
las normas y escasa prioridad en relación a la obtención de resultados.
Las reformas del modelo DEMOCRATIZING están designadas para mejorar la
incontabilidad y responsabilidad de la burocracia. El problema sería un excesivo poder
dentro de la burocracia y la cura sería un mayor control democrático y un mayor control
de la contabilidad. Una de las formas de las reformas democráticas es aumentar el
control del poder legislativo sobre las burocracias.
Las reformas del modelo MANAGERIAL están destinadas a aumentar la eficiencia y
eficacia en el accionar de las burocracias públicas. Para este modelo éste sería el
problema más grande dentro de la burocracia.
Las reglas del modelo Weberiano de administración combinado con las reglas
impuestas por las legislaturas consumen más tiempo a la burocracia de lo que insumen
implementar políticas o brindar. Las reglas dificultan la motivación de los empleados. La
solución a todos estos males se basa en implementar instrumentos que provienen
básicamente del sector privado, donde la focalización en la obtención de los resultados,
la eliminación de la rigidez que provoca el exceso de reglas entre otras cosas aportaría
grandes soluciones a las características patológicas diagnosticadas.

La administración en la Argentina de los ’90


Autor: Fabian Repetto

Los marcos legales de estas reformas se sostienen en las leyes 23696 y 23697 (Ley de
Reforma del estado y Ley de Emergencia económica respectivamente). Estas dos
leyes son los pilares principales que otorgan el marco legal a las reformas y cambio de
reglas.
Mediante la ley de Reforma del Estado se declara en “Emergencia Administrativa” a
todos los organismos dependientes del Estado Nacional y se norma acerca de las
privatizaciones y participación del capital privado, estableciéndose una metodología
para declarar sujetos a privatización a prácticamente todas las empresas y entes del
Estado nacional.
Por otro lado, en cuanto al sistema financiero del sector público, en 1992 se sancionó la
ley 24156, llamada de Gestión Financiera y de los Sistemas de Control del Sector
Público Nacional. Se estableció de esta manera un sistema que se refiere al control
interno y externo de la administración pública.
El control interno de la administración queda a cargo de la Sindicatura General de la
Nación (SIGEN) que responde directamente al presidente de la nación. El control
externo pasó a ser realizado por el parlamento, a través de la Auditoria General de la
Nación (AGEN). Esta última puede intervenir en aquellas situaciones donde la
participación de fondos públicos se haga presente.
Además, se sancionaron los decretos 435 y 2476/90 destinados a promover la
descentralización y reducción de la administración central, como también un nuevo
régimen de empleo para el sector público regulado por la creación de una nueva
organización: SINAPA.
Estas normativas señaladas tenían por objeto perseguir “el fortalecimiento de las
actividades administrativas de intervención del Estado en áreas consideradas
fundamentales”, como por ejemplo en el área de manejo de la política económica,
lograr un desempeño más eficiente en las funciones de recaudación, lograr una mayor
eficiencia y eficacia en las actividades del Estado.

En cuanto a la organización y gestión de las funciones estatales, el programa de


reformas administrativas, estaba marcado por la necesidad de lograr una mayor
racionalidad en el mapa organizacional, aumentando su eficiencia y su productividad,
avanzándose además en la implementación de nuevas tecnologías de gestión.
En relación a la readecuación de recursos humanos, esta política ha implicado la
terciarización de las unidades de apoyo y la reacomodación del personal público a
través de la jerarquización y fortalecimiento de la carrera burocrática creándose para
este fin el SINAPA (Sistema Nacional de Profesionalización Administrativa).
Los principios básicos que estructuran esta organización está relacionada con una
pretensión de mayor racionalización de la carrera burocrática, siendo algunos de los
principios los siguientes: o la movilidad de la carrera está relacionada con el mérito, la
capacidad y la idoneidad en el desarrollo de las tareas que le competan a la persona; o
conformación de cuadros superiores altamente profesionalizados; o la capacitación,
perfeccionamiento y actualización como rasgos permanentes; o el ingreso y promoción
a niveles de mayor responsabilidad están relacionadas con mecanismos selectivos; o el
régimen de retribución e incentivos guardan relación con las tareas desempeñadas y el
nivel asignado.
Por otro lado, en relación a la formación, perfeccionamiento y actualización del
personal, es el INAP (Instituto Nacional de Administración Pública) el que ejerce la
responsabilidad sobre estos aspectos. Cabe decir por otro lado, que, en el sentido de
desarrollar una mayor eficiencia y eficacia en el sector público, en el desempeño de las
tareas, se realizaron dos experiencias: una, que bajo el INAP implicó la formación de
administradores gubernamentales; por el otro, la que promovida por Caballo, avanzó en
la formación, a través de altos centros de estudio, de economistas de gobierno.
En cuanto a la parte del Programa de Reforma referido a la desburocratización, el
objetivo consistía en reducir el exceso de reglamentación Estatal, que impedía la
prestación correcta y ágil del servicio público. Se aludía al cambio de cultura
organizacional, tratando de promover los criterios de eficiencia y eficacia, la formulación
de objetivos estratégicos y metas, la desarticulación de intereses corporativos, mejorar
el sistema de información en los distintos niveles, etc. El objetivo era construir una
burocracia más eficiente y más eficaz, con mayor capacidad técnica, buscando a la vez
reducir el comportamiento informal, prácticas de corrupción y clientelismo. Fabián
Reppeto sostiene que esto sólo fue un avance discursivo, pero que en la práctica no se
avanzó en la aplicación de nuevas tecnologías de gestión que fueron enunciadas
desde ámbitos de gobierno como lo son conceptos de calidad total, managment, etc.

CONCLUSIONES

Se analizó en los diferentes enfoques analíticos con los cuales se ha estudiado a la


administración pública, se llego a la conclusión de que no existe una sola y única visión
en el tratamiento de la misma, no hay duda de que la administración pública es una
institución importante para situar el sentido, condiciones y papel del Estado.
En la Argentina hay tres veces más burocracia que los estados desarrollados. La
Argentina es un país que ha desarrollado una capacidad sustancial para poder convivir
con una burocracia alarmante.
El estado se ha transformado en un refugio de empleados y funcionarios, que necesitan
crear trámites y obligaciones que deben cumplir los ciudadanos, muchos de los cuales
solo justifican la existencia de esa burocracia.
Uno de los rasgos más negativos que caracteriza a la actual transición política es el
abuso del empleo público para favorecer a amigos, militantes y familiares antes de
dejar el poder. Un Estado fuerte deja de ser conquistado para satisfacer intereses
privados.
Según el INDEC, entre los años 2013 y 2015, el Estado Nacional contrato 100 nuevos
empleados públicos por día. La expansión es mayor por que hay que sumar las
contrataciones de empresas del Estado que se gestionan por fuera de la administración
central y el reemplazo de bajas por renuncias, jubilaciones y muertes. Gran parte de los
nombramientos no responden a las necesidades de los ciudadanos si no al uso de
Estado para congraciarse con amigos, militantes y familiares.
Utilizar al Estado para garantizar prebendas vitalicias es condenable por que hipoteca
los recursos disponibles de gobiernos futuros y protege con la estabilidad del empleo
público a personas sin capacidad ni motivación para trabajar. Este tipo de empleo
tiende a refugiarse en actividades puramente burocráticas, no productivas ni técnicas
para disfrazar su falta de idoneidad.
Los argentinos están acostumbrados a la burocracia y normalizaron que para cualquier
trámite se requieran cantidad de papeles que hace que las personas pierdan mucho
más tiempo, todavía seguimos siendo culturalmente burocráticos por falta de
centralización en la información.

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