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CLASIFICACION DE LOS CONTRATOS

Enumeración general

Al igual que los actos jurídicos y las obligaciones, los contratos pueden clasificarse de acuerdo a
criterios básicos. Hay muchas clasificaciones; señalaremos las principales en el siguiente cuadro
general:
1. Por la naturaleza del vínculo. Unilaterales o Bilaterales:

Son Contratos unilaterales aquellos en los cuales una de las partes resulte la única obligada
para con la otra; contiene una sola prestación a cargo de la parte obligada, es decir, que cada
una de las partes o es solamente acreedora o solamente deudora.

Son Bilaterales, aquellos contratos de obligaciones recíprocas; contienen una prestación y


una contraprestación interrelacionadas, es decir, que una es causa y efecto de la otra, que una
no puede existir sin la otra; y por lo tanto, casa una de las partes es a la vez acreedora y deudora
(Art. 1.134 del C.C.).

Ej.: Unilaterales: El mutuo.

Ej.: Bilaterales: Compra-Venta, permuta, locación-conducción, sociedad.

2. Por su objeto. Son: Onerosos y Gratuitos.

Oneroso cuando derivan ventajas recíprocas para ambas partes.

Gratuito si la ventaja es solo para una de las partes.

Son contratos onerosos: la locación-conducción, la compraventa, la permuta.

Son contratos gratuitos: el comodato. La donación pura, el mandato gratuito.


Como se podrá observar, se da el caso de que los bilaterales son onerosos, y los unilaterales son
los gratuitos.

3. Por su forma. Son Solemnes, No Solemnes.

a. Solemnes, son los contratos para cuya validez se requiere de forma determinada, bajo
pena de nulidad (Ej.: la sociedad).

b. No solemnes, son aquellos en que la forma que se adopte no tiene ninguna eficacia para su
validez. Se trata acá de la “forma ad solemnitatem” (condición de validez del acto) que es
distinta de la “forma ad probationem” que solo sirve para facilitar a las partes la prueba de la
celebración del acto.

4. Por el efecto jurídico que producen. Son Obligatorios y Resolutorios.

a. Obligatorios. Son aquellos que generan obligaciones para con las partes contratantes;
pertenecen a este primer grupo la mayoría de los contratos.

b. Resolutorios. Llamados también liberatorios o extintivos son aquellos mediante los cuales
se deshace “un contrato anterior precedente”.

5. Por la forma de su existencia. Son Principales, Accesorios:

a. Principales. Son los que subsisten por si mismos con autonomía propia. Ej.: mutuo,
sociedad, comodato, locación-conducción, compraventa.
b. Accesorios. Son los que tienen por objeto asegurar el cumplimiento de una obligación
principal: pueden ser: 1. Reales, Derecho de Garantía; 2. Personales, la fianza. Los contratos
principales se clasifican en traslativos de domino (compra-venta, donación, permuta, cesión de
créditos) y traslativos de uso (comodato, locación-conducción).

6. Según estén o no disciplinados por la ley. Son Nominados o innominados:

a. Nominados. Llamado también típico, es el que tiene en la ley una denominación y una
regulación que lo caracteriza e individualizan, contrariamente a lo que sucede con el contrato
innominado o atípico.

b. Innominados. Son aquellos que no han sido previstos por el legislador, que no tienen
disciplina jurídica propia. En realidad toda la riqueza de contratación se nutre del fenómeno del
contrato innominado o atípico, gracias a la contratación innominada, día a día se crean nuevas
figuras jurídicas contractuales.

7. Por la forma como nacen y la manera como concluyen. Son:

a. Contratos de ejecución instantánea. Son aquellos en los que las obligaciones se cumplen
en un solo momento, Ej.: la compra-venta.

b. Tracto sucesivo. Son aquellos contratos en los que las obligaciones de una de las partes o
de ambas consisten en prestaciones periódicas y continuas, Ej.: Locación - conducción, mandato,
Sociedades. En este contrato es necesario el transcurso del tiempo para que las prestaciones se
vayan cumpliendo.

8. Por la forma como se perfeccionan. Son:


a. Contratos reales. Son los que además del consentimiento se precisa de la entrega o
tradición de la cosa, Ej.: prenda, deposito.

b. Consensuales. Son aquellos en que para el nacimiento del contrato es suficiente el acuerdo
de voluntades.

9. Contratos de libre discusión y de adhesión.

El contrato es de libre discusión cuando las partes, en igualdad de situaciones, establecen de


mutuo acuerdo, los extremos del contrato, sin presiones de ninguna índole. Cada parte actúa en
defensa de sus propios intereses y tienen la oportunidad de discutir, analizar, contraofertar, etc.
Llegando después de tal confrontación a una coincidencia de pareceres. Es la forma como
normalmente se formalizar los contratos.

El contrato es de adhesión cuando una de las partes impone condiciones a la otra, que no puede
discutir, porque para él solo se le presenta una alternativa; o la acepta o la rechaza. Si acepta el
contrato se formaliza, pero deberá admitir la totalidad de las condiciones ya estipuladas. Es más,
en estos contratos el oferente tiene el contrato preestablecido en formatos o formularios que no
podrán modificarse. De allí el nombre que los autores han forjado de contrato de adhesión. Son
contratos de adhesión, los de transporte terrestre, marítimo o aéreo; los de seguros, los de
suministro de electricidad, agua, teléfono, etc., y hasta los de alquileres de locales por las
grandes inmobiliarias.

10. Contratos individuales y contratos colectivos.

a. Individual. Cuando para su concertación se requiere del consentimiento unánime de las


partes que intervienen, ya sea en forma personal y directa o por intermedio de representantes.
Este contrato no siempre ha de formalizarse solo entre dos personas; puede haber una
pluralidad en cualquiera de los lados de la relación contractual; así en la compra-venta, varios
compradores frente a varios vendedores.

b. Colectivos. No se requiere el consentimiento unánime. Afecta a los miembros de una


colectividad o agrupación, a pesar de que alguno de sus integrantes no haya manifestado su
aceptación o lo haya rechazado expresamente; obliga a un grupo de personas haciendo
abstracción de sus consentimiento. Se impone la voluntad de la mayoría.

11. Contratos conmutativos y contratos aleatorios. Son:

a. El contrato se llama conmutativo cuando la ventaja que cada parte pretende obtener de la
otra y el sacrificio que ofrece a cambio de aquella, pueden ser determinados por cada parte en
el mismo momento de la celebración del contrato. Tal ocurre con la venta, el arrendamiento y,
en general, con todos los contratos bilaterales que no sean de los que caracterizamos como
"aleatorios”.

b. El contrato es aleatorio cuando esa ventaja, en relación con el sacrificio que por ella se
paga, no resulta determinable en el momento de la celebración del contrato, sino que solo se
revelara por el curso de los acontecimientos (Art. 1.136). Para cada parte, o al menos para una
de ellas, es pues objetivamente incierto en el momento de celebrar el contrato si este le
reportara o no una ventaja en relación con el sacrificio que hace. De allí el nombre de “aleatorio”
pues “alea” significa precisamente “suerte”, “azar”. Como ejemplo de contratos aleatorio para
ambas partes se citan el juego (Art. 1.801) y el contrato de seguros (Art. 548 C.Com.), como
ejemplo de contrato aleatorio en que el álea existe solo para quien debe pagar la renta, pero no
para quien ya ha recibido el bien o capital mediante la cual se la constituye, se cita la
constitución de renta vitalicia a título oneroso (Art. 1.788 y ss.). Melich Orsini, José. Doctrina
General del Contrato, Pág. 50.

2. EFECTOS DE LOS CONTRATOS.


Se consideran como tales los derechos y las obligaciones que surgen para las partes
contratantes. Por regla general los contratos sólo producen efectos para las partes y son tales,
quienes han intervenido directamente o por mandatario o representante en la celebración del
contrato. Los que no han intervenido, los extraños al contrato son los llamados terceros, que son
distinguibles en: A. Absoluto y B. Relativos (Cesionarios, herederos, legatarios, acreedores).

Con referencia a las partes contratantes, solo ellas pueden exigirse mutuamente las prestaciones
incluidas en el contrato, así como modificar o renovar las estipulaciones contractuales.

Para los terceros absolutos (aquellos que no han intervenido en la formación del contrato), èste
no irradia sus efectos, sino excepcionalmente (contratos colectivos o estipulaciones en favor de
tercero).

Entre los terceros relativos se considera a los herederos, junto con los cesionarios, legatarios y
acreedores. Los efectos del contrato se extienden activa y pasivamente a los herederos, salvo
que se trate de obligaciones intrasmisibles, ya sea por la naturaleza de la obligación o por pacto
expreso.

El cesionario sucede a título particular al cedente (contrato de cesión de créditos).

3. INTERPRETACION DE LOS CONTRATOS.

Interpretar un contrato es fijar sus efectos, penetrar en la común intención de las partes. Esta
labor se deja a la apreciación del Juez. Hay “reglas de interpretación”, que son medios que
brindan la razón y la lógica para desentrañar, descubrir el verdadero sentido de aquellas
estipulaciones que resulten ambiguas u obscuras. El código no contiene estas reglas, sino la
Jurisprudencia y, principalmente, la doctrina

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