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1. ¿Qué es un mito?

Un mito es un relato tradicional, sagrado, dotado de carácter simbólico, que


usualmente relata acontecimientos extraordinarios y trascendentes involucrando a
seres sobrenaturales o fantásticos (como dioses o semidioses, monstruos, etc.), y
que funcionan en el marco de una mitología o una cosmogonía (concepción
del universo) determinada.

Por ejemplo, los mitos de la Grecia antigua respondían a su cultura religiosa y al


modo en que entendían el universo y se explicaban su origen, por lo que sus héroes,
dioses, monstruos y episodios tradicionales, heredados oralmente (y luego por
escrito) de generaciones previas, contenían toda esa carga cultural tan
específica.

Los mitos no tienen testimonio histórico, es decir, no son comprobables, a pesar de


que por lo general se consideran verdaderos o válidos en la cultura. Esto se
debe a que funcionan como explicaciones imaginarias a fenómenos complejos, y
sirven para transmitir valores, creencias y conceptos a las generaciones venideras.
Los mitos no funcionan fuera de dichos sistemas de creencia.

Desde la entrada en vigencia de los valores científicos y del pensamiento ilustrado,


el término mito se cargó de un sentido peyorativo, usado para indicar que alguna
creencia o suposición se debía más al orden de lo imaginario o de la fe, que al de
los hechos tangibles y comprobables.

Al mismo tiempo, el término se emplea contemporáneamente como


sinónimo de épico, de grandilocuente, o para referir a los relatos centrales e
importantes de una comunidad determinada.

Puede servirte: Concepto de mito.

2. Origen del mito


Los mitos tienen por lo general un origen oral y tradicional, herencia de las épocas
primarias de las culturas, en las que era necesaria la construcción de un relato y
un imaginario narrativo para “explicar” el origen de las cosas o ciertos códigos
de conducta. Precisamente por ello, los mitos varían enormemente en su transmisión
a lo largo de las generaciones y por lo general existen distintas versiones de un
mismo mito.
Los grandes eventos religiosos, políticos o existenciales de la humanidad suelen
estar acompañados de mitos: desde la creación del universo, la fundación de la
Roma Antigua al empleo del maíz como alimento principal de ciertas culturas
prehispánicas americanas, los mitos responden a preguntas humanas
fundamentales y les brindan un acompañamiento imaginario y narrativo.

3. Características de un mito
Los mitos se caracterizan, según el antropólogo y etnólogo francés Claude Levi-
Strauss, por:

 Tratar narrativamente preguntas existenciales de la humanidad, como la


creación de las cosas, el origen de las tradiciones, la muerte, el nacimiento,
etc.
 Estar protagonizado por conceptos contrarios irreconciliables, como creación-
destrucción, vida-muerte, dioses-hombres, bien-mal, que definen de alguna
manera los polos filosóficos de la cultura que los creó.
 Al final brinda una reconciliación de los contrarios irreconciliables para calmar
la angustia o brindar un cierto sentido de armonía, justicia o paz.

4. Ejemplos de mito
La Antigüedad Clásica está llena de mitos que sobrevivieron hasta nuestros días. Por
ejemplo, el mito griego de Orión, célebre cazador y héroe nacido en Beocia,
del cual hay numerosas variantes y versiones, relata que fue cegado por la pasión
al contemplar a las hijas de Pléyone, una ninfa oceánide, por lo que se dedicó a
perseguirlas durante siete años por toda Grecia.

Las pléyades, llamadas así por su madre, rogaron al dios padre Zeus por su salvación
y fueron elevadas al firmamento, donde pasaron a formar el conjunto de estrellas
del mismo nombre. Orión, frustrado en su deseo, murió mucho después debido a
una picadura de escorpión, y fue también llevado al firmamento por los dioses, para
que pudiera continuar allá arriba su persecución. Pero lo mismo hicieron después
con el escorpión que le dio muerte, dando origen así tanto a la constelación de Orión
como a la de Escorpio.

Una pequeña reseña de las mitologías más populares podría incluir a la


judeocristiana (El mito del Edén, el mito del Arca de Noé, el Mito de Moisés y los
cuarenta años en el desierto), a la griega (La caja de Pandora, Teseo y el Minotauro,
Ulises y el caballo de Troya) o a la mitología precolombina (El Popol Vuh de los
mayas, o El origen de la luna en Teotihuacan de los aztecas).
5. Diferencias entre mito y leyenda
La diferencia fundamental entre mitos y otros relatos populares radica en su función
cultural clave. Mientras los mitos ofrecen explicaciones narrativas y fantásticas para
eventos de una gran importancia cultural o filosófica en su cultura, como el origen
de la Tierra o de las constelaciones en el cielo, como en el ejemplo anterior, las
narraciones populares ofrecen más bien relatos tradicionales de enseñanza moral,
que funcionan en pos de una moraleja final que busca transmitir valores.

En el caso de las leyendas, éstas suelen narrar versiones fantásticas y


explicativas de eventos reales e históricos (la leyenda del Cid campeador, por
ejemplo), reconocibles y a menudo con protagonistas reales. En cambio, los mitos
no son comprobables y suelen ubicarse en tiempos inmemorialmente antiguos, ya
que suelen apuntar a temas originarios o fundacionales.

Por último, los mitos forman parte de complejos entramados de sentido en una
cultura, mientras que una leyenda puede simplemente narrar fantásticamente un
evento determinado en la historia de una región.

El mito del Águila, la Serpiente y el Nopal

Según la mitología prehispánica, los Aztecas recibieron un mensaje


de Huitzilopochtli (Dios del Sol y de la Guerra) para que abandonen "Aztlán" (su
hogar de origen) ya que debían buscar una tierra nueva donde poder vivir. Aquel
lugar era la tierra prometida donde encuentren un águila sobre un nopal devorando
a una serpiente. Tras esto, los Aztecas se dirigieron hacia aquella tierra.

Tras 300 años de intensa búsqueda, el pueblo se regocijó al poder hallar aquella
señal de su Dios, llegando por fin a la tierra indicada. Una vez ya asentados y con
el pasar del tiempo, se fundó la ciudad de Tenochtitlán (lugar de pencas de nopal)
que hoy en día se le conoce como "La ciudad de México".
Según la mitología prehispánica, los Aztecas recibieron un mensaje
de Huitzilopochtli (Dios del Sol y de la Guerra) para que abandonen "Aztlán" (su
hogar de origen) ya que debían buscar una tierra nueva donde poder vivir. Aquel
lugar era la tierra prometida donde encuentren un águila sobre un nopal devorando
a una serpiente. Tras esto, los Aztecas se dirigieron hacia aquella tierra.

Tras 300 años de intensa búsqueda, el pueblo se regocijó al poder hallar aquella
señal de su Dios, llegando por fin a la tierra indicada. Una vez ya asentados y con
el pasar del tiempo, se fundó la ciudad de Tenochtitlán (lugar de pencas de nopal)
que hoy en día se le conoce como "La ciudad de México".

Se dice que cuando llegaron los Aztecas, pudieron ver que la tierra prometida estaba
en algún lugar del lago de Texcoco, y cerca de ahí, encontraron al Águila sobre el
cactus (o nopal). Esta isla se encontraba donde hoy es el centro de la ciudad.

Según la tradición del calendario y las crónicas de dicha historia, todo estos sucesos
ocurrieron en el año 1318 el día de 18 de julio (de acuerdo a los
códices Cauhuitlán); pero según el códice de Mendoza en 1325 sucedió estos
sucesos. Con el pasar de los tiempos, los Aztecas fueron edificando sus muy
conocidos templos.

Cuenta la tradición de los pueblos Nahuas, que estos pueblos hicieron una
peregrinación desde su anterior hogar (Aztlán) hasta su nuevo hogar (que se
llamó Tenochtitlan). Esta peregrinación duró unos 165 años hasta el llegar del lugar
sagrado.

1. ¿Qué es Leyenda?
La palabra leyenda tiene sus orígenes en el latín. En el sentido más estricto de la
palabra se la entiende como una sucesión de hechos ficticios relacionados a
cuestiones tradicionales y maravillosas, con un toque de historia, arraigado a
determinados pueblos o culturas.

Por otro lado, la misma también hace referencia a “aquello que debe ser escuchado”.
Se cree que las leyendas cobraron gran importancia en la antigua Grecia,
gracias a la mitología. Ya a partir de estos relatos pueden ser identificados ciertos
rasgos religiosos, y se caracterizaban por sus desenlaces fatales.
Dentro del mundo literario las leyendas son concebidas
como narraciones ficticias, incluso muchas veces fantásticas, que inicialmente
eran transmitidas de generación en generación en forma oral.

Las leyendas son entendidas como el reflejo del folclore de determinados


pueblos. Es por ello que muchas veces son manifestados ciertas aspiraciones
o metas, miedos e incluso la propia ideología de dichas civilizaciones en relación al
medio que habitan.

Dentro de estos relatos son incluidos datos históricos o lugares


determinados. De hecho, se cree que muchos de los personajes mencionados
dentro de las leyendas realmente existieron. Sin embargo se ha demostrado que por
lo general estas reseñas no son fieles a la realidad. Esta característica se debe
principalmente a la transmisión propia de estos relatos, como ya ha sido mencionada
anteriormente, la oralidad.

 Leyendas cortas para disfrutar en familia.


 Leyendas para leer con niños.
 La transmisión del relato a través del tiempo permite que la leyenda se vaya
transformando, donde los emisores pueden agregar o quitar pasajes o
detalles. Estas transformaciones pueden ser realizadas por descuidos o
adrede, ya sea por cuestiones estéticas o por intentar captar la atención del
receptor. Cuando las leyendas comenzaron a ser escritas, perdieron esta
capacidad de ser modificadas constantemente.
 Otra de las características principales de estos relatos es la necesidad de
dar una explicación, ya sea al origen de determinados nombres o narrar
las vivencias de ciertos personajes históricos, que hayan sido importantes
para dichos pueblos. Se considera que muchas veces también tienen como
finalidad trasmitir una enseñanza.
 Las leyendas suelen ser textos narrados de manera muy sencilla, por
lo general en verso, aunque también pueden hallarse ciertos casos en prosa.
Gracias a su simpleza, muchas veces en estos textos es fácil identificar las
tres partes que lo componen: introducción, nudo y desenlace. Generalmente
comienzan con las palabras “Según la leyenda”.
 Actualmente suele ser oído el término “leyenda urbana”. Las mismas
hacen referencia a ciertas tradiciones o creencias populares contemporáneas.
Al igual que las leyendas tradicionales los mismos poseen ciertos episodios
verosímiles combinados con la exageración del narrador o bien cuestiones
sobrenaturales o datos creados a partir de la superstición.
 También son transmitidos de manera oral, pero se le agregan otros medios
actuales, tales como Internet, por ejemplo vía e-mail, o a través de la TV o
radio, entre otros. Normalmente los narradores de estas leyendas suelen
incluir en su relato que conocen a alguno de los personajes o que a un
conocido le ha sucedido un hecho extraño. Es por ello que muchas veces este
tipo de leyendas suelen surgir a partir de la narración de las vivencias
de alguna persona que pertenece a su familia o a la familia de algún
conocido.

LEYENDA DE LA PLANCHADA

Hace tiempo, en el hospital Juárez de la Ciudad de México trabajaba Eulalia,


una amable y paciente enfermera. Todos la reconocían por su buena actitud,
sus cuidados y su ropa impecable y siempre bien planchada.

En el hospital se enamoró de un doctor, con quien prometió casarse; sin


embargo, él nunca le dijo que ya estaba comprometido. Tras la decepción,
Eulalia enfermó, descuidó a sus pacientes y finalmente murió.

Miles de dolientes de la ciudad han asegurado haber sido atendidos por la


enfermera, quien ahora vaga por el hospital como alma en pena, cuidando
de los pacientes que la necesiten.
LA LLORONA Versión A

De los campos a las ciudades emigran muchas jovencitas en busca de su sueño, de


estudios y de tener mejores trajes y dinero para ayudar a sus familias.

Esta como muchas llegó a la ciudad y se empleo en casa de ricos, enamorándose de


su hijo el cual cruelmente la dejó embarazada y luego la despidió de su trabajo.

No habiendo más que hacer, se devolvió a su casa escondiendo su hijo bajo su


delantal, lo cual no logró por mucho tiempo, su familia, apegada al cristianismo,
comenzó a decirle su error a todas horas, creándole gran angustia.
Una noche bajo un gran aguacero corrió hacia el río y pariéndolo lo lanzó a la
corriente, al ver lo que había hecho se lanzó detrás del niño gritando y llorando.

Todavía en las noches de luna después de una creciente se oye el llanto de esta
mujer, y se puede verle tras el rayo de luna en el agua del río, tratando de alcanzar
a su hijo.

Dicen que el señor en su gran misericordia tendrá compasión de ella y que algún día
lo alcanzará, volverá a la vida y será un gran hombre revolucionario de la sociedad.

LA LLORONA Versión B

En las altas horas de la noche, cuando todo parece dormido y sólo se escuchan los
gritos rudos con que los boyeros avivan la marcha lenta de sus animales, dicen los
campesinos que allá, por el río, alejándose y acercándose con intervalos,
deteniéndose en los frescos remansos que sirven de aguada a los bueyes y caballos
de las cercanías, una voz lastimera llama la atención de los viajeros.

Es una voz de mujer que solloza, que vaga por las márgenes del río buscando algo,
algo que ha perdido y que no hallará jamás. Atemoriza a los chicuelos que han oído,
contada por los labios marchitos de la abuela, la historia enternecedora de aquella
mujer que vive en los potreros, interrumpiendo el silencio de la noche con su gemido
eterno.

Era una pobre campesina cuya adolescencia se había deslizado en medio de la


tranquilidad escuchando con agrado los pajarillos que se columpiaban alegres en las
ramas de los higuerones. Abandonaba su lecho cuando el canto del gallo anunciaba
la aurora, y se dirigía hacia el río a traer agua con sus tinajas de barro, despertando,
al pasar, a las vacas que descansaban en el camino.
Era feliz amando la naturaleza; pero una vez que llegó a la hacienda de la familia
del patrón en la época de verano, la hermosa campesina pudo observar el lujo y la
coquetería de las señoritas que venían de San José. Hizo la comparación entre los
encantos de aquellas mujeres y los suyos; vio que su cuerpo era tan cimbreante
como el de ellas, que poseían una bonita cara, una sonrisa trastornadora, y se dedicó
a imitarías.

Como era hacendosa, la patrona la tomó a su servicio y la trajo a la capital donde,


al poco tiempo, fue corrompida por sus compañeras y los grandes vicios que se
tienen en las capitales, y el grado de libertinaje en el que son absorbidas por las
metrópolis. Fue seducida por un jovencito de esos que en los salones se dan tono
con su cultura y que, con frecuencia, amanecen completamente ebrios en las casas
de tolerancia. Cuando sintió que iba a ser madre, se retiró “de la capital y volvió a
la casa paterna. A escondidas de su familia dio a luz a una preciosa niñita que arrojó
enseguida al sitio en donde el río era mas profundo, en un momento de incapacidad
y temor a enfrentar a un padre o una sociedad que actuó de esa forma. Después se
volvió loca y, según los campesinos, el arrepentimiento la hace vagar ahora por las
orillas de los riachuelos buscando siempre el cadáver de su hija que no volverá a
encontrar.

Esta triste leyenda que, día a día la vemos con más frecuencia que ayer, debido al
crecimiento de la sociedad, de que ya no son los ríos, sino las letrinas y tanques
sépticos donde el respeto por la vida ha pasado a otro plano, nos lleva a pensar que
estamos obligados a educar más a nuestros hijos e hijas, para evitar lamentarnos y
ser más consecuentes con lo que nos rodea. De entonces acá, oye el viajero a la
orilla de los ríos, cuando en callada noche atraviesa el bosque, aves quejumbrosos,
desgarradores y terribles que paralizan la sangre. Es la Llorona que busca a su hija…

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