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“Año de la lucha contra la corrupción e impunidad”

UNIVERSIDAD DE HUÁNUCO
SEDE-TINGO MARÍA

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS


POLITICAS

DOCENTE:
VICTOR WALTER CISNEROS ALVARADO

CURSO:
DERECHO PENAL II

CICLO:
IV

SEMESTRE:
2019- II

ALUMNO:

RODRÍGUEZ LONDOÑE JOSE LUIS

TINGO MARÍA – 2019


DEDICATORIA
Este trabajo monográfico se la dedico a mi Dios quién supo guiarme por el buen
camino, darme que soy. Para mis padres por su apoyo, consejos, comprensión,
amor, ayuda en los momentos difíciles, y por ayudarme con los recursos
necesarios para estudiar. Me han dado todo lo que soy como persona, mis
valores, mis principios, mi carácter, mi empeño, mi perseverancia, mi coraje para
conseguir mis fuerzas para seguir adelante y no desmayar en los problemas que
se presentaban, enseñándome a encarar las adversidades sin perder nunca la
dignidad ni desfallecer en el intento y a mi familia.

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AGRADECIMIENTO
La vida se encuentra plagada de retos, y uno de ellos es la universidad. Tras
verme dentro de ella me he dado cuenta que más allá de ser un reto, es una
base no solo para mi entendimiento del campo en el que me he visto inmerso,
sino para lo que concierne a la vida y mi futuro.
Agradezco a mi institución y a mis maestros por sus esfuerzos de inculcarnos
nuevos conocimientos y demostrándonos mucha perseverancia.

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Contenido
I. Art. 124 LESIONES CULPOSAS ............................................................................................... 7
A. 1. TIPO PENAL .................................................................................................................... 7
B. TIPICIDAD OBJETIVA .......................................................................................................... 8
C. 2.1. Lesiones culposas agravadas .................................................................................... 15
D. 2.2. Bien jurídico protegido ............................................................................................. 17
E. 2.3. Sujeto activo ............................................................................................................. 17
F. 2.4. Sujeto pasivo ............................................................................................................ 17
II. 3. TIPICIDAD SUBJETIVA ...................................................................................................... 18
III. 4. CONSUMACIÓN ........................................................................................................... 18
IV. 5. PROCEDIMIENTO PARA LA ACCIÓN PENAL ................................................................. 19
V. 6. PENALIDAD ...................................................................................................................... 20
VI. Artículo 124° - A.- LESIONES DOLOSAS AL CONCEBIDO .................................................. 21
VII. PENALIDAD ...................................................................................................................... 21
VIII. ANÁLISIS .......................................................................................................................... 22
IX. DOCTRINA........................................................................................................................ 23
X. DOCTRINA COMPARADA CON LA LEGISLACIÓN.................................................................. 24
ESPAÑOLA ................................................................................................................................... 24
A. Artículo 157. Código penal español ................................................................................ 24
B. Artículo 158. Código penal español ................................................................................ 24
XI. JURISPRUDENCIA ............................................................................................................. 25
XII. ARTÍCULO 124° - B.- EL DAÑO PSIQUICO Y LA ................................................................. 26
AFECTACIÓN PSICOLÓGICA Y CONDUCTUAL .............................................................................. 26
A. CUESTIONES GENERALES................................................................................................. 26
B. SALUD MENTAL ............................................................................................................... 27
C. DAÑO O LESION A LA SALUD MENTAL; DANO PSÍQUICO; LESION PSICOLÓGICA,
AFECTACIÓN PSICOLÓGICA, COGNITIVA O CONDUCTUAL; DANO MORAL Y DANO A LA
PERSONA ................................................................................................................................. 27
D. DAÑO MORAL Y A LA PERSONA ...................................................................................... 28
E. TIPOS DE DAÑOS PSÍQUICOS O LESIONES PSICOLÓGICAS .............................................. 28
XIII. DOCTRINA COMPARADA CON LA LEGISLACIÓN.............................................................. 29
ESPAÑOLA ................................................................................................................................... 29
XIV. JURISPRUDENCIA ............................................................................................................. 29
XV. CONCLUSIONES ............................................................................................................... 31

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XVI. BIBLIOGRAFIA .................................................................................................................. 33

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INTRODUCCION
La violencia contra la mujer es una problemática que muestra cifras alarmantes
en nuestro país, materializándose en la mayoría de casos en el delito de
lesiones, no obstante, existe una política en nuestro país que incrementa el
régimen de impunidad a favor del agresor. En tal contexto, si bien es cierto
existen guías elaboradas por el Instituto de Medicina Legal en nuestro país para
la valorización de las lesiones tanto físicas como psíquicas propinadas a la
víctima, es necesario adoptar un cambio en los criterios de valorización, los
cuales en la actualidad no vienen siendo efectivos en nuestra sociedad, ello
reflejado en la absolución del agresor o en el mejor de los casos penas
suspendidas de libertad, reincidencias de los agresores, entre otros. Por lo que
a la luz de los convenios internacionales, recomendaciones, informes y derechos
reconocidos a las mujeres se debe trabajar para otorgarle una protección
adecuada a la víctima.

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I. Art. 124 LESIONES CULPOSAS
A. 1. TIPO PENAL
Las lesiones culposas, negligentes o imprudentes se encuentran debidamente
reguladas en el artículo 124 del Código Penal, el mismo que por Ley Nº 27753
del 09 de junio de 2002 fue modificado, quedando desde su vigencia con la
siguiente redacción:
El que, por culpa causa a otro un daño en el cuerpo o en la salud, será reprimido,
por acción privada, con pena privativa de libertad no mayor de un año o con
sesenta a ciento veinte días multa.
La acción penal se promoverá de oficio y la pena será privativa de libertad no
menor de uno ni mayor de dos años y de sesenta a ciento veinte días multa, si
la lesión es grave.
La pena privativa de la libertad será no menor de tres años ni mayor de cinco
años e inhabilitación, según corresponda, conforme al artículo 36 incisos 4), 6)
Y 7), cuando el agente haya estado conduciendo un vehículo motorizado bajo el
efecto de estupefacientes o en estado de ebriedad, con presencia de alcohol en
la sangre en proporción mayor de 0.5 gramos-litro, o cuando sean varias las
víctimas del mismo hecho o el delito resulte de la inobservancia de reglas
técnicas de tránsito.
La pena no será mayor de tres años si el delito resulta de la inobservancia de
reglas de profesión, de ocupación o industria y cuando sean varias las víctimas
del mismo hecho, la pena será no mayor de cuatro años.
Sin embargo, con la Ley Nº 29439, el artículo 124° quedaría así:
Lesiones Culposas
Artículo 124°. - El que por culpa causa a otro un daño en el cuerpo o en la salud,
será reprimido, por acción privada, con pena privativa de libertad no mayor de
un año y con sesenta a ciento veinte días-multa.
La pena será privativa de libertad no menor de uno ni mayor de dos años y de
sesenta a ciento veinte días-multa, si la lesión es grave, de conformidad a los
presupuestos establecidos en el artículo 121°.
La pena privativa de libertad será no menor de uno ni mayor de tres años si el
delito resulta de la inobservancia de reglas de profesión, ocupación o industria y

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no menor de un año ni mayor de cuatro años cuando sean varias las víctimas
del mismo hecho.
La pena privativa de la libertad será no menor de cuatro años ni mayor de seis
años e inhabilitación, según corresponda, conforme al artículo 36º —incisos 4),
6) y 7)—, si la lesión se comete utilizando vehículo motorizado o arma de fuego,
estando el agente bajo el efecto de drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias
psicotrópicas o sintéticas, o con presencia de alcohol en la sangre en proporción
mayor de 0.5 gramos-litro, en el caso de transporte particular, o mayor de 0.25
gramos-litro en el caso de transporte público de pasajeros, mercancías o carga
en general, o cuando el delito resulte de la inobservancia de reglas técnicas de
tránsito.

B. TIPICIDAD OBJETIVA
El delito se perfecciona cuando el sujeto activo ocasiona lesiones sobre el sujeto
pasivo por haber obrado culposamente. El agente obra por culpa cuando
produce un resultado dañoso al haber actuado con falta de previsión, prudencia
o precaución, habiendo sido el resultado previsible o, previéndole, confía en
poder evitarlo. Aparece el delito de lesiones culposas cuando la conducta del
agente afecta el deber objetivo de cuidado y como consecuencia directa deviene
el resultado no querido ni buscado sobre el sujeto pasivo. Para la jurisprudencia,
“las lesiones culposas pueden ser definidas como aquella lesión producida por
el agente al no haber previsto el posible resultado antijurídico, siempre que
debiera haberlo previsto y dicha previsión era posible, o habiéndolo previsto,
confía sin fundamento en que no se producirá el resultado que se representa;
actuando en consecuencia con negligencia, imprudencia e impericia”.
De allí que la relación entre acción y resultado, o si se prefiere, la imputación
objetiva del resultado a la acción que le ha causado, deviene en presupuesto
mínimo para exigir una responsabilidad por el resultado producido, es decir, entre
la acción y el resultado debe mediar un nexo de causalidad, una relación entre
la conducta realizada y el resultado producido, sin interferencias de factores
extraños, como es propio de todo delito cuya acción provoca una modificación
en el mundo exterior, toda vez que “la acción objetivamente imprudente es decir,
realizada sin la diligencia debida que incrementa de forma ilegítima el peligro de

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que un resultado se produzca es, junto con la”}elación de causalidad, la base y
fundamento de la imputación objetiva del resultado… que en este sentido lo
contrario sería afirmar que el riesgo socialmente aceptado y permitido que
implica conducir un vehículo motorizado, desemboca definitivamente en la
penalización del conductor, cuando produce un resultado no deseado; ya que
sería aceptar que el resultado es una pura condición objetiva de penalidad y que
basta que se produzca, aunque sea fortuitamente, para que la acción imprudente
sea ya punible; sin embargo, tal absurdo se desvanece a nivel doctrinario con la
teoría de la imputación objetiva, en el sentido de que solo son imputables
objetivamente los resultados que aparecen como realización de un riesgo no
permitido implícito en la propia acción; en consecuencia, la verificación del nexo
causal entre acción y resultado no es suficiente para imputar ese resultado al
autor de la acción “.
El comportamiento del agente vulnera el deber objetivo de cuidado (elemento
fundamental en los delitos culposos, destacado por vez primera en 1930 por el
alemán Engisch) que le exige la ley. Por deber de cuidado debe entenderse
aquel que se exige al agente a que renuncie a un comportamiento peligroso o
que tome las precauciones necesarias y adaptadas al comportamiento peligroso,
con la finalidad de evitar poner en peligro o lesionar bienes jurídicos protegidos.
En términos de Villavicencio, siguiendo a Tavares, el deber de cuidado -dada la
estructura de los delitos culposos- está integrado por el deber de reconocimiento
del peligro para el bien jurídico y después, por el deber de abstenerse de las
medidas cautelosas. La acción realizada por el autor supone la inobservancia
del cuidado objetivamente debido. Conforme lo precisa la jurisprudencia, “se
entiende por deber objetivo de cuidado al conjunto de reglas que debe observar
el agente mientras desarrolla una actividad concreta a título de profesión,
ocupación o industria, por ser elemental y ostensible en cada caso como
indicadores de pericia, destreza o prudencia (velocidad adecuada,
desplazamiento por el carril correspondiente, estado psicosomático norma~
vehículo en estado electromecánico normal y contar con licencia de conducir
oficial; reglas aplicables al caso del chofer)”.
A efectos de configurarse la infracción del deber objetivo de cuidado se requiere
que el agente esté en posición de garante respecto de la víctima. El deber de

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cuidado debido se origina de fuentes diversas como los reglamentos de tránsito,
de deporte, de hospitales, de minería, de arquitectura, de ingeniería, etc. Ante la
ausencia de reglamentaciones se aplica las reglas de la experiencia general de
la vida. En estas circunstancias debe aparecer una mediana inteligencia y el
sentido común en el operador jurídico para apreciar los hechos de acuerdo a su
sana crítica e identificar si la conducta del sujeto activo afectó algún deber de
cuidado exigido. Caso contrario, si el operador de justicia después de apreciar
los hechos, llega a la conclusión que no se ha infringido algún deber objetivo de
cuidado, el delito culposo no aparece, pues el derecho penal no puede obligar a
nadie más allá de la observancia del cuidado que objetivamente era exigible en
el caso concreto. Sólo la inobservancia del deber objetivo de cuidado convierte
a la conducta en acción típica imprudente. De ese modo, deviene en límite de la
responsabilidad culposa el denominado principio de confianza, según el cual no
viola el deber objetivo de cuidado la acción del que confía en que otro,
relacionado con el desempeño de alguna profesión, tarea o actividad, se
comportará correctamente.
No esta demás señalar que el agente de un delito culposo no quiere ni persigue
un resultado dañoso a diferencia del hecho punible por dolo. Su acción
(consciente y voluntaria) no está dirigida a la consecución de un resultado típico,
sino ocurre por falta de previsión. Aquí el agente de ningún modo persigue la
lesión de persona alguna, el resultado se produce por falta de previsión debiendo
o pudiendo hacerla, cuando aquel realiza una conducta peligrosa pero lícita o
normalmente permitida. Ocurre, por ejemplo, cuando Juan Sulca, sabiendo que
su perro pastor alemán muerde a las personas desconocidas, lo deja suelto en
su barrió sin bozal para que pase, el mismo que efectivamente causa lesiones a
Delia Anchante que circunstancialmente pasaba por el lugar. La Sentencia del
13 de enero de 1997 emitida por el Juzgado Penal de Sihuas- Ancash da cuenta
del delito de lesiones culposas ocasionadas a consecuencia del uso de caballos
para cabalgar: “que, resulta de autos que el cuatro de diciembre de mil
novecientos noventa y cinco el agraviado en circunstancias que se dirigía de esta
ciudad a su lugar de origen acompañado de Darío Colchado Valerio cabalgando
su caballo, al llegar a la altura del paraje Collota hizo su aparición el acusado
presente así como el ausente también cabalgando sus respectivos caballos

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quienes venían a velocidad sin prever que se podría producir algún accidente
dado el camino accidentado por donde recorrían, y es así que intempestivamente
y por la velocidad de sus caballos impactaron con el que cabalgaba el agraviado
dando lugar a que fuera arrojado hacia el camino causándole lesiones, y lo peor
aún no le prestó ningún auxilio”.
No obstante, entre la acción imprudente y el resultado lesito debe mediar una
relación de causalidad (manejar el vehículo que ocasionó el accidente; construir
el edificio que después se desplomará; atender al paciente que después quedó
seriamente lesionado; etc.), es decir, una circunstancia de conexión que permita
imputar ya en el plano objetivo ese resultado concreto que ha producido el autor
de la acción culposa. De modo que si no aparece la relación de causalidad es
imposible la imputación de aquel resultado al agente. Así, faltaría nexo causal
entre la conducta del que maneja un vehículo y la lesión que se produce su
acompañante al arrojarse sin motivo aparente de aquel.
Al juzgador corresponde determinar en cada caso concreto cuando el agente ha
actuado culposamente. Si se determina que la víctima por su actuar imprudente
desencadenó el evento que produjo sus lesiones, se descartará la
responsabilidad del imputado. En tal sentido, existen innumerables resoluciones
judiciales en nuestra patria, especialmente sobre lesiones ocasionadas a
consecuencia de accidentes de tránsito que, a decir de los entendidos, fueron
los eventos que originaron o dieron cabida que se comenzará a pensar primero
y luego legislar sobre los delitos por culpa en el derecho penal. Así tenemos: “si
la agraviada cruzó la pista sin tomar las precauciones que el caso requería y
teniendo en consideración que la vía en que se produjo el hecho era la carretera
Panamericana Sur; procede la absolución del acusado por lesiones culposas’,
otra: “A pesar de que existe nexo entre la violación del deber de cuidado y el
resultado típico producido, si la víctima, por su propia imprudencia dio lugar al
evento que originará las lesiones, procede la absolución de la acusación fiscal
por dicho delito”.
Si, por el contrario, se evidencia que por las circunstancias que rodearon al
hecho, el agente ha actuado en forma negligente será responsable penalmente
del ilícito penal, así se determina también que la víctima actuó imprudentemente.
Circunstancia que solo se tomará en cuenta al momento de individualizar y

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graduar la pena. En este sentido se pronuncia la Ejecutoria Superior de 18 de
marzo de 1998, cuando expone que “advirtiéndose que existió acción negligente
en los actos de la acusada, consistente en ingresar abruptamente a un carril
preferencial sin tomar las precauciones del caso, así como igualmente en la
persona agraviada al conducir su vehículo a una velocidad tal que no le permitió
eludir el choque; resulta que ambos factores son de casi similar grado
contributivo a la producción del evento fatal, por lo que corresponde atenuar la
responsabilidad de la procesada” (327). Parecida posición se adopta en la
Resolución Superior del 30 de enero de 1998. En efecto, allí se sostiene que
“fluye del Atestado Policial y del mismo peritaje que si bien es cierto que
constituyó elemento contributivo del evento dañoso la omisión de la víctima en
colocar señales de seguridad para alertar acerca de su automóvil detenido en la
calzada, también lo es que como lo ilustran el croquis y el panel fotográfico (…)
el citado vehículo pudo ser avistado por el acusado quien conducía su automóvil
en línea recta, en la misma dirección y con iluminación artificial suficiente,
teniendo razonable distancia para percatarse del obstáculo, lo que
evidentemente no se hizo por imprevisión o por distracción, habida cuenta que
era acompañado en su vehículo por sus colegas de armas con quienes había
departido esa noche”.
El término “por culpa” debe entenderse en la acepción que la acción culposa
puede realizarse mediante negligencia, imprudencia, impericia e inobservancia
de los reglamento o deberes del cargo, ello según el caso concreto, donde será
necesario una meticulosa apreciación d-e las circunstancias en relación del
agente para saber cuál era el cuidado exigible. No obstante, sin duda la
capacidad de previsión que demanda las leyes la que le exigiría a cualquier
hombre de inteligencia normal.
Se obra por negligencia cuando el agente no toma las debidas precauciones y
prudencia en su accionar. Obra negligentemente quien omite realizar un acto
que la prudencia aconseja realizar. En la negligencia hay un defecto de acción y
un defecto en la previsión del resultado.
Aparece la imprudencia cuando el autor realiza la acción por actos inusitados,
precipitados y fuera de lo corriente, de los cuales debió abstenerse por ser
capaces de producir un resultado lesivo para determinado bien jurídico por las

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mismas circunstancias que lo rodean. Obra imprudentemente quien realiza un
acto que las reglas de la prudencia aconsejan abstenerse. Es un hacer de más,
un plus o un exceso en la acción.
Se imputará impericia o culpa profesional al agente cuando sin estar
debidamente preparado o capacitado para realizar determinada acción
peligrosa, lo realiza sin prever el resultado dañoso. En suma, la impericia es la
falta o insuficiencia de aptitudes para el ejercicio de una profesión o arte que
importa un desconocimiento de los procedimientos más elementales, por
ejemplo, será autor de lesiones culposas el médico cirujano que a consecuencia
de haber ejecutado una operación difícil y riesgosa sabiendo o siendo consciente
que no estaba suficientemente preparado, origina una lesión grave en la salud
de su paciente.
Por último, la inobservancia de los reglamentos y deberes de cargo configuran
un supuesto de culpa punible que puede derivar de cualquier normativa de orden
general emanada de autoridad competente. Se trata de la inobservancia de
disposiciones expresas (ley, reglamento, ordenanzas municipales, etc.) que
prescriben determinadas precauciones que deben observarse en actividades de
las cuales pueden derivar hechos dañosos.
El desconocimiento u omisión de ellas genera una hipótesis de responsabilidad
culposa, en la medida que el obrar de ese modo causara un resultado dañoso
típico. Por ejemplo, se configura esta modalidad de culpa cuando el chofer por
inobservar las reglas de tránsito que prescriben manejar a velocidad prudencial
por inmediaciones de los colegios, maneja a excesiva velocidad y como
consecuencia atropella a un estudiante que cruzaba la vía, causándole lesiones.
En nuestro sistema penal, este tipo de culpa deviene en agravante de las
lesiones culposas. En efecto, en el tercer párrafo del artículo 124 del Código
Penal se prevé que se agrava la conducta y es merecedora de mayor pena
“cuando el delito resulte de la inobservancia de reglas técnicas de tránsito”.
De acuerdo con el tipo penal, la lesión ocasionada al sujeto pasivo puede ser
simple o grave. Para distinguir cuando estamos frente a una u otra se aplicará
los mismos criterios prescritos en los artículos 122 y 121 del C.P. La diferencia
entre una y otra evidentemente es, en cierto modo, la pena graduada de acuerdo
con la magnitud del daño producido en la integridad o salud del damnificado.

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Para la lesión simple es menor que para las lesiones graves. Caso contrario, si
la lesión no está en los parámetros de los artículos 122 o 124 del Código Penal,
estaremos ante las denominadas faltas culposas contra la persona.
La Resolución Superior del 07 de setiembre de 2000, grafica lo expuesto: “para
la configuración del delito contra la vida, el cuerpo y la salud -lesiones culposas
el sujeto activo debe causar a otro un daño en el cuerpo o en la salud que
requiera más de quince y menos de treinta días de asistencia o descanso, según
prescripción facultativa, conforme al artículo ciento veinticuatro del Código Penal,
concordado con el artículo cuatrocientos cuarentiuno del Código acotado que
señala que será considerado como faltas contra las personas el que, por
cualquier medio causa a otro una lesión culposa que requiera hasta quince días
de asistencia o descanso según prescripción facultativa (…) que, del estudio de
autos se tiene, que el día de los hechos… en circunstancias que el procesado
se encontraba prestando servicio de seguridad en la puerta principal del chifa
‘Wan Gen’, situado en la Calle Maximiliano Carranza (…) se produce un disparo
accidental de un cartucho de perdigones efectuado por el arma que este portaba,
impactando a los agraviados (…) quienes circunstancialmente transitaban por el
lugar; (…) que, conforme a los certificados médicos-legales, obrantes a fajas
dieciocho, ochenta y nueve y ciento diez, los agraviados sufrieron heridas por
proyectil de arma de fuego, requiriendo por tal motivo tres días de atención
facultativa por ocho de incapacidad para el trabajo, cada uno de ellos, deviniendo
en atípicos los hechos sub judice, constituyendo faltas que a la fecha se
encuentran prescritas”.
Cabe resaltar en este acápite que con la tipificación penal de determinados
comportamientos culposos lo único que se persigue es motivar a los ciudadanos
para que, en la realización de acciones que puedan ocasionar resultados lesivos
para bienes jurídicos trascendentes (como la vida, la integridad física, etc.),
empleen el máximo cuidado que es objetivamente necesario para evitar que se
produzcan; en una frase: actúen con la diligencia debida.

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C. 2.1. Lesiones culposas agravadas
Las circunstancias que califican las lesiones culposas se fundamentan en la
mayor exigibilidad de previsión para quienes desempeñan actividades que
demandan una buena dosis de diligencia y precaución. Apareciendo así el
principio de confianza que inspira el actuar dentro de la comunidad haciendo uso
de medios peligrosos o desarrollando actividades que por su trascendencia
devienen en peligrosos y, por tanto, exigen conocimiento y una preparación
especial. En otras palabras, el maniobrar objetos riesgosos (vehículos, aviones,
barcos, etc.) o desarrollar actividades peligrosas (profesionales de la medicina,
de arquitectura, químico, etc.) exigen un mayor cuidado en el actuar normal de
las personas, caso contrario, de ocasionarse un perjuicio a algún bien jurídico
por falta del cuidado debido, se estaría configurando el delito culposo calificado.
El ejercicio de actividades riesgosas exige en quien lo practica, como profesional
o técnico, un cuidado y diligencia extrema para no aumentar el riesgo consentido
y ordinario.
En efecto, la Ley Nº 27753 del 9 de junio de 2002, no podía ser ajeno a tales
circunstancias y, de ese modo, ha previsto como agravantes a los siguientes
comportamientos:
Conducir bajo los efectos de estupefacientes o en estado de ebriedad
La sola circunstancia de conducir vehículos motorizados bajo los efectos de
estupefacientes o en estado de ebriedad, constituye delito contra la seguridad
pública previsto y sancionado en el artículo 274 del Código Penal. No obstante,
si a consecuencia de conducir en alguno de los estados antes indicados se
ocasiona lesiones a determinada persona, tal circunstancia se constituye en
agravante de las lesiones culposas. Es necesario indicar que, según redacción
de la agravante de conducir en estado de ebriedad, esta se presenta o
perfecciona cuando se verifica por medio del dosaje etílico que en la sangre del
conductor negligente la presencia de alcohol en proporción mayor de 0.5 gramos
por litro.
El calificante tiene su origen social en la realidad frecuente de los accidentes de
tránsito que ocurren en las grandes ciudades de nuestra patria a consecuencia
de conducir una máquina motorizada en estado de drogadicción o bajo los
efectos del alcohol.

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b. Cuando son varias las víctimas del mismo hecho
Ello ocurre cuando con una sola acción culposa el agente ocasiona lesiones a
varias personas pudiendo evitarlas si hubiese actuado diligentemente y poniendo
el debido cuidado. La agravante se justifica por la extensión del resultado.
Ocurre, por ejemplo, cuando un conductor de ómnibus interprovincial, por mirar
a un costado, arremete contra un grupo de personas que participaban en una
marcha de sacrificio ocasionando lesiones a varias de ellas.

c. El delito resulta de la inobservancia de reglas técnicas de tránsito


Este calificante se configura cuando el agente ocasiona lesiones culposas por
no haber observado debida y diligentemente las reglas técnicas de tránsito, esto
es, cuando el conductor infringe las reglas técnicas descritas en el Reglamento
General de Tránsito. La agravante se justifica por el hecho que, para entregar
las licencias de conducir vehículos motorizados, el Estado por medio del
Ministerio de Transportes y comunicaciones, prepara o exige preparación
especial a los postulantes y es allí donde se advierte a los flamantes conductores
la importancia que tiene el conocimiento riguroso y aplicarlas diligentemente las
reglas técnicas de tránsito, de modo que, si las inobserva y causa lesiones, será
sancionado con mayor pena.

d. El delito resulta de la inobservancia de reglas técnicas de profesión, de


ocupación o industria La forma de redacción de la agravante nos orienta a
sostener que la vulneración de los deberes impuestos por desarrollar una
profesión, ocupación o industria están consideradas como circunstancias que
agravan la acción culposa. Ello tiene plena justificación en el hecho que al
desempeñarse en actividades que exigen del agente la máxima diligencia en
observar las reglas técnicas que le son propias para el desarrollo de su actividad,
su inobservancia, sin duda, hacen más reprochable la acción del sujeto activo.
La agravante se fundamenta sobre la función social que desarrolla el agente en
el conglomerado social. La justificación de la agravante estriba, por un lado, en

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la diligencia normal que debe tener toda persona y, de otro, en la obligación y el
cuidado especial que deben demostrar en el ejercicio de su profesión.

e. Cuando sean varias las víctimas de la inobservancia de reglas técnicas de


profesión, ocupación o industria
Finalmente, constituye agravante que merece mayor pena el hecho que por
inobservar las reglas técnicas de profesión, ocupación o industria, el agente
ocasiona lesiones a varias personas. Las lesiones pueden ser leves o graves.
En ambos casos el lesionado se convierte en Víctima. La única condición es que
de un solo hecho se origine perjuicio a la salud de varias personas.

D. 2.2. Bien jurídico protegido


Con la tipificación del artículo 124 que recoge las lesiones simples o graves
culposas, el Estado busca proteger dos bienes jurídicos fundamentales para la
convivencia en sociedad, esto es, la integridad física de las personas por un lado
y por el otro, la salud de las personas en general.

E. 2.3. Sujeto activo


Agente puede ser cualquier persona al no especificar el tipo penal alguna calidad
especial que debe reunir. No obstante, cuando el agente produce el resultado
dañoso al conducir una máquina motorizada bajo los efectos de estupefacientes
o en estado de ebriedad o el resultado dañoso se produce por la inobservancia
de reglas de profesión, de ocupación o industria, son solo circunstancias que
agravan la pena. Según la praxis judicial, puede concluirse certeramente que los
médicos y conductores de máquinas motorizadas, están más propensos a estar
implicados en el injusto penal de lesiones culposas.

F. 2.4. Sujeto pasivo


Puede ser cualquier persona. Cabe mencionar que los tipos penales de los
artículos 121-Ay 122-A, no tienen ninguna aplicación para diferenciar a las
víctimas, cuando las lesiones han sido ocasionadas por imprudencia.

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II. 3. TIPICIDAD SUBJETIVA
En las lesiones culposas, el agente no tiene intención ni quiere causar el
resultado. No actúa con el animus vulnerandi. No quiere el resultado, este se
produce por la inobservancia del deber objetivo de cuidado.
En ese sentido, la figura de las lesiones culposas necesariamente requiere la
presencia de la culpa ya sea consciente o inconsciente, en sus modalidades de
imprudencia, negligencia, impericia e inobservancia de las reglas técnicas de
profesión, actividad o industria. Entendido la culpa global como la falta de
previsión, precaución, prudencia, precognición de un resultado previsible o
previéndolo se confía en poder evitar, es decir, el agente ocasiona un resultado
lesivo al actuar culposamente, teniendo la oportunidad o alternativa de prever el
resultado y conducirse con el cuidado debido que exigían las circunstancias
(culpa inconsciente). O también se evidencia cuando se produce el resultado
lesivo que el agente previó y por exceso de confianza en evitarlo no realizó la
diligencia debida (culpa consciente).
En consecuencia, si en determinado hecho concreto no se constata aquellas
condiciones o elementos de la acción culposa, el hecho será atípico e imposible
de ser atribuido penalmente a persona alguna.

III. 4. CONSUMACIÓN
El delito de lesiones culposas no admite la tentativa. Ello por el hecho concreto
que cuando concurre la culpa en el actuar del agente se colige que este no quiso
el resultado dañoso. Si ello está aceptado sin mayor discusión, es imposible
pensar que el tipo ha quedado en realización imperfecta.
La consumación del ilícito penal ocurre una vez que se produce las lesiones en
la integridad física o psíquica del sujeto pasivo o, en todo caso, el daño a su
salud.
Se requiere necesariamente el resultado dañoso para consumarse el ilícito de
carácter penal. Si ello no se produce y el acto negligente solo puso en peligro
concreto la integridad corporal o la salud de la víctima, el delito de lesiones por
negligencia no se evidencia. Ejemplo, no habrá delito de lesiones culposas
cuando el agente al manejar en forma imprudente su vehículo, ocasiona la
volcadura de su máquina motorizada, saliendo felizmente ilesos todos sus

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pasajeros. El conductor solo será sancionado administrativamente, mas su
conducta es irrelevante para el derecho penal.

IV. 5. PROCEDIMIENTO PARA LA ACCIÓN PENAL


El legislador del corpus juris penale, al tipificar las lesiones culposas, ha previsto
de manera expresa el procedimiento que debe seguirse para sancionar a los
autores.
Indica que, si las lesiones por negligencia son simples o menos graves, la acción
será privada. Es decir, corresponde a la víctima o a su representante legal de
ser el caso, hacer la correspondiente denuncia penal, de modo que si ella no
actúa el hecho quedará impune. En la práctica se observa que solo llegan a
denunciarse los casos en que los agentes de la acción negligente que produjo el
perjuicio, se resisten a reconocer su responsabilidad respecto del hecho,
negándose en consecuencia a indemnizar a la víctima por el daño ocasionado.
Por el contrario, cuando el agente es consciente y responsable, con un arreglo
económico y voluntario con la víctima pone fin a la inminencia de una sanción
penal.
Cuestión diferente ocurre cuando la lesión producida en la víctima es grave, es
decir reúne los supuestos previstos en el tipo penal del artículo 121 del CP. La
acción penal es de oficio, es decir, corresponde al Estado por medio del
Ministerio Público investigar de manera preliminar y formalizar la
correspondiente acción penal en contra del agente o autor de la conducta
delictiva imprudente, correspondiendo al juzgador imponer la sanción penal al
final de un debido proceso.
En el último supuesto, si ocurre algún arreglo económico voluntario entre agente
y víctima, solo tendrá efectos para la reparación civil, más la pena será impuesta
indefectiblemente. Claro está, será pasible de mayor pena aquel autor que no
ayudó con asistencia económica a la víctima para su recuperación que aquel que
si lo hizo.

19
V. 6. PENALIDAD
Cuando por la magnitud del daño ocasionado a la integridad física o salud del
agraviado, la lesión es calificada como lesión simple o menos grave, al autor se
le seguirá proceso por acción privada, y de encontrársele responsable se le
impondrá pena privativa de libertad no mayor de un año o sesenta a ciento veinte
días multa.
Si la lesión es calificada como grave, es decir, se subsume en los parámetros
descritos en el artículo 121 del Código Penal, al autor se le seguirá proceso por
acción pública o de oficio y será merecedor de la pena privativa de libertad no
menor de uno ni mayor de dos años y de sesenta a ciento veinte días multa.
La pena privativa de la libertad será no menor de tres ni mayor de cinco años e
inhabilitación, según corresponda, conforme al artículo 36 incisos 4, 6 Y 7,
cuando el agente haya estado conduciendo un vehículo motorizado bajo el efecto
de estupefacientes o en estado de ebriedad, con presencia de alcohol en la
sangre en proporción mayor de 0.5 gramos-litro, o cuando sean varias las
víctimas del mismo hecho o el delito resulte de la inobservancia de reglas
técnicas de tránsito.
La pena no será mayor de tres años si el delito resulta de la inobservancia de
reglas de profesión, de ocupación o industria y cuando sean varias las víctimas
del mismo hecho, la pena será no mayor de cuatro años.

20
VI. Artículo 124° - A.- LESIONES DOLOSAS AL CONCEBIDO

El que cause daño en el cuerpo o en la salud del concebido, será reprimido con
pena privativa de la libertad no menor de un año ni mayor de tres.

BIEN JURÍDICO PROTEGIDO

Es la salud del feto

TIPICIDAD OBJETIVA

Sujeto activo: puede ser cualquier persona, incluso la madre gestante.

Sujeto pasivo: es el feto.

El comportamiento típico:

consiste en causar daño en el cuerpo o en la salud del feto, mediante uso de


cualquier medio.

TIPICIDAD SUBJETIVA

Sólo se configura este delito con dolo, esto es, el dolo de lesionar. No se admite
la comisión de culpa o imprudencia, es decir el agente debe actuar con
conocimiento y voluntad de ocasionar daño a la salud o integridad física del feto.

Grados de Desarrollo del Delito: Tentativa y Consumación

La consumación en este delito exige la producción de un determinado resultado


lesivo para la salud del feto. Es posible admitir en estos casos también la
tentativa.

VII. PENALIDAD
El autor, de ser responsable del delito de daño o lesiones al

concebido, será merecedor de una pena que oscila entre uno y tres años.

21
VIII. ANÁLISIS

Este artículo cuando se incorpora a nuestro Código Penal, llena un vacío legal
muy urgente, uno de sus grandes aciertos de nuestro legislador. Pero si
analizamos este artículo tiene evidentes deficiencias

de forma y también de fondo.

Forma:

 La deficiencia se presenta en la ubicación del precepto normativo que


contiene el art. 124-A. esto conduce a dos razonamientos equivocados:
considerar a los delitos culposos como regla general y disfuncionalidad
del bien jurídico. creando confusión entre los operadores del derecho. Por
la ubicación de este artículo, en primer lugar, se llegaría a la conclusión
que tutela la salud de una persona nacida, por cuanto esta se ubica en un
capítulo dedicado exclusivamente protección de la salud de la vida
humana independiente.
Cuando se incorpora este precepto normativo, se hace dentro de del
artículo lesiones culposas, esto conduce a pensar que se trataría de un
ilícito penal de comisión culposa, pero al final se concluye que es un ilícito
de comisión dolosa (creando confusión). “No se puede tolerar que un
delito doloso dependa de un delito culposo”.
 Lo principal se centra analizando su aspecto subjetivo del tipo penal, se
trata de un delito eminentemente doloso. Es decir, el sujeto activo realiza
el comportamiento prohibido con conciencia y voluntad de crear una
lesión al concebido. Este precepto normativo no indica su modalidad
culposa, ya que en nuestra realidad social es urgente una tipificación de
un precepto normativo que tipifique lesiones al concebido en su modalidad
culposa. Esto por protección al cuerpo y salud al concebido de manera
íntegra, y por no dejar impune las negligencias médicas, o cualquier
conducta culposa o imprudente que causen lesiones al feto.
 El legislador al momento de redactar el delito de lesiones a la salud del
feto, en lugar de referirse al feto como lo hace, por ejemplo, el código
español, se ha referido como concebido, dando a entender de esta forma

22
que el derecho penal protege la vida y salud del ser humano desde la
fecundación. Es decir que el legislador nacional desconoce los avances
de la doctrina en esta materia. Concluyendo este análisis debemos
resaltar lo favorable y desfavorable de la incorporación de este artículo
(124-A). Lo favorable es la acertada labor de los legisladores al tipificar el
delito de lesiones al feto por cuanto en el derecho penal urgía la
incorporación de este tipo penal para así proteger la salud del feto ante
ataques de cualquier naturaleza. Entonces como se puede apreciar se ha
logrado tutelar la salud del concebido, que antes de la ley Nº 27716 eran
desprotegidos penalmente. Pero considero que la protección penal del
concebido tiene deficiencias, ya que nuestro código penal no se permite
la comisión de delitos de lesiones al feto en su modalidad culposa y esto
debe ser superado. Seguidamente lo desfavorable, de la incorporación de
este tipo penal, resumiendo, es la deficiencia técnica legislativa `por parte
de nuestro legislador (ubicación del tipo y errores de forma y fondo del art.
124- A). Debemos recalcar que la tipificación de esta modalidad delictiva
abre el camino, en nuestro sistema penal, de ir mejorando el dispositivo
normativo.

IX. DOCTRINA
Naturaleza del objeto material del delito

“se requiere como objeto material, la existencia de un objeto sano. Ello descarta
la tipicidad de la transmisión genética de enfermedades o malformaciones. En
este caso no existe feto sano, sino que se engendra uno que ya tiene la identidad
genética irregular. Y ese supuesto no debe entenderse incluido en el presente
precepto. Cuestión diferente puede ser la de transmisión de enfermedades a
través de la sangre que no comparte una composición genética diferente en el
individuo. Me refiero a aquellos supuestos en los que el feto se forma sano, pero
es durante el embarazo donde adquiere la enfermedad”.

23
Bien Jurídico Protegido y Sujeto Activo

“El bien jurídico protegido en estos delitos es la salud del feto, en el sentido propio
de las lesiones, de ausencia de enfermedad o de alteración física o mental.
Sujeto activo puede ser cualquier persona, incluso la madre gestante. El
consentimiento de la mujer no tiene relevancia alguna; lo que es lógico porque
el bien jurídico es el feto”

Consumación y tentativa

“La consumación se produce en el momento en el que se causa al feto, la lesión


o enfermedad a que se refiere el Código. Es posible la tentativa. En materia de
concursos se plantea una serie de cuestiones relacionadas al aborto. Si las
lesiones se producen para provocar el aborto, nos encontramos ante este delito
y no ante el de lesiones al feto, pudiendo quedar consumado o en grado de
tentativa. Por el contrario, si se persigue sólo lesionar y, como consecuencia de
ello, se produce el aborto, se tratará de un concurso de delitos”

X. DOCTRINA COMPARADA CON LA LEGISLACIÓN

ESPAÑOLA
A. Artículo 157. Código penal español
El que, por cualquier medio o procedimiento, causare en un feto una lesión o
enfermedad que perjudique gravemente su normal desarrollo, o provoque en el
mismo una grave tara física o psíquica, será castigado con pena de prisión de
uno a cuatro años e inhabilitación especial para ejercer cualquier profesión
sanitaria, o para prestar servicios de toda índole en clínicas, establecimientos o
consultorios ginecológicos, públicos o privados, por tiempo de dos a ocho años.

B. Artículo 158. Código penal español


El que, por imprudencia grave, cometiere los hechos descritos en el artículo
anterior, será castigado con la pena de prisión de tres a cinco meses o multa de
seis a 10 meses.

Cuando los hechos descritos en el artículo anterior fueren cometidos por


imprudencia profesional se impondrá asimismo la pena de inhabilitación especial

24
para el ejercicio de la profesión, oficio o cargo por un período de seis meses a
dos años.

XI. JURISPRUDENCIA
Valoración jurídica de las lesiones al concebido

“Las lesiones causadas durante el curso de la gestación deben tener relevancia


penal porque la acción – en sentido lato- se intenta y se realiza sobre una
persona, la madre, al feto por ser parte integrante de la misma, aunque las taras
somáticas o psíquicas no adquieren notoriedad o evidencia hasta después del
nacimiento.

25
XII. ARTÍCULO 124° - B.- EL DAÑO PSIQUICO Y LA

AFECTACIÓN PSICOLÓGICA Y CONDUCTUAL

El nivel de la lesión psicológica es determinado mediante valoración realizada de


conformidad con el instrumento técnico oficial especializado que orienta la labor
pericial, con la siguiente equivalencia:

a. Falta de lesiones leves: nivel leve de daño psíquico.

b. Lesiones leves: nivel moderado de daño psíquico.

c. Lesiones graves: nivel grave o muy grave de daño psíquico.

A. CUESTIONES GENERALES
Este artículo al igual que el art 123 del CP, referido a las lesiones con resultado
fortuito, no establece un tipo penal ( que se concreta con la descripción del
supuesto fáctico y la determinación de la pena conminada aplicable al caso) sino
más bien constituye una una disposición que proporciona pautas para la
determinaci6n de las lesiones a la salud mental o daños psíquicos o psic016gicos
previstos en Ios artículos 1210, 1210-A, 1210-B, 1220, 1240 y 4410 del C6digo
Penal. Como se sabe, este tipo de lesiones, por su especial naturaleza y
configuración, ningún hijo fácil de determinar tanto en su entidad, así como en
su magnitud, a la vez que tampoco existen elementos idóneos para su
resarcimiento desde la perspectiva de la reparaci6n civil de los daños
ocasionados por el delito. Esta clase de lesiones, si bien siempre estuviera
previstos en nuestro ordenamiento jurídico-penal, en cuanto se hacía referencia
a las lesiones a la salud mental del sujeto pasivo del delito (directo o indirecto),
sin embargo, en su contenido solo se tomaban en cuenta a las lesiones causadas
a la integridad corporal que a la vez integridad las afectaciones a las facultades
mentales o emocionales de la víctima, como los traumatismos encéfalo-
craneanos o las afectaciones psicológicas producidas como consecuencia de un
hecho violento como una violación sexual o un accidente violento. Asimismo,
estas lesiones, en el plano resarcitorio, normalmente eran consideradas como
daños morales o subjetivos para cuya reparación civil se toma en cuenta la
"equidad" como criterio como determinación de su magnitud.

26
B. SALUD MENTAL
Tal como ya lo hemos referido, en general, el bien jurídico protegido por los tipos
penales de lesiones, es la salud de las personas; y Claro, dentro de esta se
comprende a la salud corporal y a la salud Mental. Si bien respecto a la salud
corporal se han manejado criterios y conceptos medianamente objetivos, ello no
ha cumplir con la definición de la "salud mental", respecto de la cual manejado
se ha un concepto expresado mayormente en términos legales, imprecisos
conceptualmente.

En tal sentido, ahora que se han incorporado los daños psíquicos y afecta
lacici6n psicológica, cognitiva o (conductual artículo 240-B del CP), se requiere
de la configuración o ideaci6n de criterios objetivos para su determinación, así
como como y a ser necesario precisar la idea que tenemos respecto a la salud
mental. Al respecto la Guía de Valoración de Daño Psíquico, del Ministerio
público define una salud mental en los siguientes términos: "La salud mental es
un estado dinámico de bienestar subjetivo, en Permanente búsqueda de
equilibrio, que surge de las dimensiones biopsicosociales y espirituales del
desarrollo y se expresa en todas las esferas de la conducta de la persona
(comportamientos, actitudes, afectos, cogniciones y valores); todo lo cual se
plasma en el establecimiento de relaciones humanas equitativas e inclusivas, de
acuerdo a la edad, sexo, etnia y grupo social, así como en la participación
creativa y transformadora del medio natural y social, buscando condiciones
favorables para el desarrollo integral, individual y colectivo Y agrega más
adelante: "La salud mental, un individuo nivelado, implica entre los aspectos: a)
la asunción de un proyecto de Vida a partir del reconocimiento de las propias
carencia y limitaciones; b) la capacidad de autocuidado, empatía, tolerancia y
confianza en la relación con las demás personas; c) la facultad de postergar
impulsos, deseos, gratificaciones inmediatas al mediar un pensamiento guiado
por valores y principios social y culturales interiorizados; d) reconocimiento de la
diferencia y limita entre el mundo subjetivo y la percepción consensuada de la
realidad; e) la acción creativa y transformadora del medio, generadora de
condiciones favorables para el desarrollo de los recursos personales; j) la
capacidad de disfrute y de buscarle sentido a la vida.

C. DAÑO O LESION A LA SALUD MENTAL; DAÑO


PSÍQUICO; LESION PSICOLÓGICA, AFECTACIÓN
PSICOLÓGICA, COGNITIVA O CONDUCTUAL; DAÑO MORAL
Y DAÑO A LA PERSONA

Respecto a la definición de estos conceptos no existe unanimidad entre los


autores, a la vez que tampoco hay claridad en las definiciones presentadas.
Inclusivo algunos baños que todos estos conceptos podrían considerarse como
sinónimos Desde una perspectiva jurídica o de la legislaci6n penal se aprecia

27
que el artículo 121 del CP hace a referencia "daño a la salud mental", el artículo
122 se refiere al "daño psíquico" y el articulo 124-B habla, además, de "ciencia
psicológica, cognitiva conductual y", pero no se aprecia una diferencia en
concepto estos que tenga propiamente una relevancia jurídico-penal.

No obstante, desde una perspectiva netamente psicológica, los diversos autores


hacen referencia a ciertas diferenciaciones que, con animo informativo, los
plasmamos a continuación,

1. Lesión A La Salud Mental.

2. Daño Psíquico O Psicológico.


a) Lesión psíquica o psicológica.
b) Secuelas emocionales.

D. DAÑO MORAL Y A LA PERSONA

En general se dice que el daño moral, es todo sufrimiento o padecimiento de


índole espiritual que una persona independientemente de cualquier balcón de
orden patrimonial En el daño localizamos morales: lesión a los sentimientos, una
libertad individual, agravio a la paz y afección en el orden eminentemente moral
No implica conformación patológica. Se escapa al horizonte pericia psicológico
forense, quedando a cargo del juez su evaluación Cuando nos referimos al daño
psíquico hablamos de las consecuencias psicológicas causadas por un daño,
mientras que al hacerlo sobre el daño moral abordamos el daño que ha supuesto
la persona en su honor o en su libertad a consecuencia del hecho delictivo
padecido. De otro lado el daño moral es ideal o espiritual, una diferencia del daño
material, que es un daño concreto que puede originarse directamente en forma
de privaci6n de un interés respecto de un bien jurídico. material o patrimonial. El
daño moral es el que alguien en un bien de la Vida, como salud, libertad, honor,
etc., que no son evaluados patrimonialmente, es decir, no es apreciable con el
dinero.

E. TIPOS DE DAÑOS PSÍQUICOS O LESIONES


PSICOLÓGICAS
a) Daños psíquicos causados por traumatismo encéfalo-craneanos.
b) Daños psíquicos causados por delitos de violencia.
c) Daños psíquicos causados por maltratos continuos. (violencia familiar)

28
XIII. DOCTRINA COMPARADA CON LA LEGISLACIÓN

ESPAÑOLA

Con respecto a este artículo 124° B.- la legislación española, en su sentencia del
Tribunal Supremo Español del 30 de octubre de 1994, donde se niega la
existencia de cualquier tipo de enfermedad mental en sentido de dolencia de
origen exógeno o endógeno en el caso de unos menores integrados en un grupo
calificado como secta sometidos a prácticas educativas no convencionales,
precisando que los daños psíquicos tienen que ir más allá de las simples
carencias y desfases sociales y superar los meros des ajustes afectivos o
emocionales.

XIV. JURISPRUDENCIA
Faltas por daño psíquico (nivel leve de daño psíquico, art. 441 del CP y
literal a del primer párrafo del art. 124-B) 21°.
a) En el primer supuesto del primer párrafo del artículo 441 del CP, no se
alude al daño psíquico leve que el acápite “a” del primer párrafo del art.
124-B ha introducido por tanto, la construcción léxica del tipo derivada de
las dos normas, quedaría así:
“El que, de cualquier manera, causa a otro una lesión dolosa que requiera hasta
diez días de asistencia o descanso, según prescripción facultativa, será
reprimido con prestación de servicio comunitario (…)” “Falta de lesiones leves:
nivel leve de daño psíquico”. Un ejercicio interpretativo/ordenador de la
construcción del texto, puede llevar a descartar el vacío normativo por ausencia
de tipificación expresa.
b) El segundo supuesto del artículo 441 del CP “siempre que no concurran
circunstancias que den gravedad al hecho en cuyo caso se considerará
como delito” deviene en inoperante para mujeres agredidas por su
condición de tal e integrantes del grupo familiar, en tanto exista de fondo
un contexto de violencia familiar; coacción, hostigamiento o acoso sexual;
abuso de poder, confianza o de cualquier otra posición o relación que le
confiera autoridad al agente; cualquier formas de discriminación contra la
mujer, independientemente de que exista o haya existido una relación
conyugal o de convivencia con el agente (entornos descritos en el 108-
B).

c) El tercer supuesto dirigido a víctimas menores de catorce años o agentes


que sean tutores, guardadores o responsables de aquellos, la lesión se
produzca como consecuencia de un hecho de violencia familiar, o el
agente sea el tutor, guardador o responsable de esos menores, resultará
parcialmente implicante con el contenido de los 2 párrafos del art. 122-B,

29
respecto de menores del entorno familiar y respecto de agentes que
fueran tutores, guardadores o responsables de mujeres menores de
edad, adultas mayores o discapacitadas (por el sentido del aparado 4 del
segundo párrafo del art. 122-B: “la víctima es menor de edad, adulta
mayor o tiene discapacidad y el agente se aprovecha de dicha
condición”). Se entiende que además abarcará también al tutor-pariente,
guardador-pariente o responsable-pariente de mujeres en la condición
indicada de la que se aprovecha el agente. Tales supuestos delictivos,
están sancionados en la modalidad simple con no menos de uno ni más
de tres años de privación de libertad e inhabilitación conforme al artículo
36 del CP, y en las modalidades agravadas, con no menos de dos ni más
de tres años de privación de libertad. Por tanto, producido un evento
diagnosticado como daño psíquico leve, excluyendo los supuestos de
hecho antes indicados, constituirá falta de daño psíquico simple con la
sanción de 40 a 60 jornadas de servicio comunitario o hasta 80 jornadas
de servicio comunitario en la modalidad agravada.

d) En cuanto al lapso prescriptorio de las faltas de daño psíquico leve,


resulta propio el computar el término extintivo ordinario desde que se
determina eficazmente que se configuraron. Antes del lapso de seis
meses que la ciencia ha determinado como apropiado para el
diagnóstico, la configuración del delito es incierta (por menoscabo mental
grave o muy grave o moderado; o una falta por menoscabo mental leve);
en algún caso no habrá huella psíquica, dado que el proceso evolutivo en
la psique de la víctima (por su capacidad resiliente) y la reacción al
tratamiento que reciba determinarán si finalmente se produce o no un
resultado consolidado catalogable jurídicamente dentro de los
parámetros del art. 124-B.

30
XV. CONCLUSIONES

1. La culpa o conducta imprudente, consiste en la infracción del deber de cuidado


personalmente exigible y en la producción causal de un resultado (elemento
objetivo), teniendo en cuenta además las capacidades y experiencias personales
(elemento subjetivo).

2. La vida humana dependiente pasa por todo un proceso biológico que va desde
la fecundación, concepción, anidación, y el nacimiento, sin embrago para el
derecho penal ay un constante debate, sobre en qué momento se inicia la vida
humana en independiente, siendo la teoría de la anidación como la postura
mayoritaria.

3. Derecho penal tiende a proteger penalmente la vida humana desde el


momento de la anidación del cigoto en el útero de la madre. Este adelanto de
protección obedece a cuestiones de política –criminal amparado por las
exigencias de la realidad nacional. Con ello se deja atrás al embrión que se
desplaza entre la fecundación y la anidación, con ello se logra un espacio
biológico donde se permite las acciones propias de las píldoras anticonceptivas,
que evitan la anidación del cigoto en útero materno.

4. El límite máximo de la vida humana dependiente viene representado por el


inicio del parto (según nuestro legislador nacional- articulo 110- infanticidio), el
cual se inicia con contracciones musculares uterinas causantes de los dolores
naturales del parto; y continua con la el periodo de la expulsión, con ello se pone
fin al estado fetal y, por consiguiente, el feto deja de ser tal y se pasa ser persona.

5. La concepción clásica que se tiene por significado de lesión (menoscabo del


cuerpo y la integridad física –mental) no alcanza a la lesión que se le puede
causar al feto. desde el momento que se anida al útero, hasta cuarta, y novena
semana de su vida dependiente en el claustro materno, ya que en este tiempo
toma resinen forma humana, y se desarrolla los órganos y actividad cerebral del
ser en formación. cómo se le puede causar un desequilibrio funcional cuando
aún no lo posee. Por ello, por lesión ay que entender el menoscabo en la salud
del feto. además, las lesiones pueden ser causados por agentes externos, sean
mecánicos, físicos, químicos, biológicos y psíquicos.

6. La fecundación determina la concepción (se habla aquí precisamente del


concebido). De este modo, puede hablarse con propiedad de una identidad
biológica inherente a cada individuo desde su concepción hasta su muerte. No
obstante, esta realidad biológica, consideraciones de política criminal obligan,
para los efectos de una adecuada tipificación en el aborto, establecer con
precisión, no el momento preciso del origen de la vida humana, si no el origen
del merecimiento penal de protección. En tal sentido, el límite mínimo de
protección jurídico penal, la encontramos en el momento en que el óvulo

31
fecundado queda anidado en el útero materno (teoría de la nidación), lo que se
produce alrededor de los 14 días de la fecundación.

7. Desde la perspectiva normativo –penal, existe diferencia entre los conceptos


de concebido y feto. y en consecuencia se colige que, con lo dicho para el caso
del aborto (con estricta concordancia con nuestro sistema penal), el origen de la
protección penal en el delito que nos ocupa, se produce cuando el embrión anida
en el útero materno y se vuelve feto, hasta el momento de su nacimiento. (por
ello, el texto Penal vigente adolece de un defecto de técnica jurídica al referirse
al concebido siendo técnicamente es más preciso el termino feto, que incluso es
utilizado por el Código Español). Es por ello que se prefirió rotular nuestra
investigación como lesiones al feto.

8. La doctrina mayoritaria considera que el bien jurídico-penal protegido en los


delitos de lesiones contra vida humana dependiente es la salud del feto. se
entiendo entonces por salud aquel estado donde el ser humano en formación
ejerce normalmente todas sus funciones propias, desde la anidación en el útero
hasta alcanzar su nacimiento.

9.El artículo 124-A trae consigo; no obstante, de llenar un vacío legal, trae
dificultades sea de aspecto de forma y de fondo. Y uno de sus dificultades, es la
no tipificación de lesiones al feto en su modalidad culposa dejando así un vacío
legal, y una relativa protección de la salud del feto. por lo que exige una pronta
tipificación.

10.Si bien es cierto que la política criminal peruana ha reaccionado


adecuadamente, tipificando la conducta dañosa de quien lesiona al feto, lo ha
hecho de manera parcial (ello de cara a la legislación española que es la fuente
directa), ya que solo se ha regulado la forma dolosa de acción, no tipificando la
modalidad culposa. Lo que representa una deficiencia en el tratamiento
legislativo que debería ser integral.

11.En la legislación comparada (española-Costarricense-Salvadoreña) la madre


gestante pierde la cualidad de sujeto activo en la conducta 100 imprudente del
injusto penal del de lesiones al feto, excepto el colombiano.

12. La sociedad es dinámica, está en constante cambio y el Derecho no debería


ser ajeno a ello. Ya que el Derecho debe estar acorde a las exigencias Según el
avance y desarrollo social, creando a través de los legisladores nuevas
conductas típicas, y según lo exige nuestra sociedad. Urge una pronta tipificación
de esta conducta de lesiones al feto en su modalidad de imprudencia, porque el
avance de las ciencias médicas muestra nuevos fármacos y nuevas formas de
tratamiento prenatal, que puede lesionar a la salud del feto, y para que dichas
conductas no queden en el vacío legal y por ende atípicas y no sancionables
penalmente.

32
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