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DESARROLLO SOCIAL,
MOTOR Y AFECTIVO. IMPLICACIONES EDUCATIVAS.
INTRODUCCIÓN
B.- Establecer la secuencia evolutiva normal en la cual se van a dar las alteraciones del
desarrollo más frecuentes en esta etapa, alteraciones que en muchos casos pueden originar en
los alumnos necesidades educativas especiales que deberán ser detectadas, identificadas y
valoradas cuanto antes (R.D. 217/2000) para posibilitar su adecuada resolución.
De acuerdo con todo lo anterior y siempre de forma sintética, dada la gran extensión del tema,
la exposición se divide en cuatro grandes epígrafes:
Una vez presentados los objetivos de la exposición, la relación del tema con la
legislación vigente y las funciones y ámbito de trabajo del orientador, pasaré a continuación a
caraterizar de forma general el...
- Contexto Escolar. Mara Selvini, en su libro El mago sin magia, define a la escuela como
sistema dentro del cual se pueden identificar muchos subsistemas que se entrecruzan y
se comunican entre sí y en relación con los cuales la escuela constituye el ambiente. Dentro de
este Sistema, las relaciones básicas no son de tipo afectivo, sino formales, al estar
condicionadas por sus metas y el tipo de organización. Las actividades en las que se implican
los niños, también son diferentes a las del contexto familiar: descontextualizadas y planificadas
según objetivos, con contenidos no siempre inmediatamente significativos para los niños,
donde el lenguaje ocupa un papel fundamental y es diferente al familiar tanto en el
vocabulario como en la función ( código elaborado).
- Contexto de Relaciones con iguales. Variable fundamental en el desarrollo de los niños, tal
como la consideran la Teoría del Aprendizaje mediado de Vigotsky o la del Aprendizaje social
de Bandura, etc. Se desarrollan primeramente las actividades en paralelo, pasado
posteriormente a ser colaborativas. Entre los 3 y 6 años, pasan de una relación diádica a una
grupal, la amistad se vive como algo momentáneo y ligado a actividades concretas, con
preferencias y rechazos momentáneos hacia otros niños y disputas ligadas a la pertenencia
objetos.
Profundizando en las áreas de desarrollo que son objeto prioritario del tema comenzaré por
explicar el
En el momento del nacimiento las partes más maduras del cerebro son las más próximas a la
conexión del cerebro con la médula, son las responsables de los automatismos y movimientos
involuntarios de los que está plagada la conducta del bebé.
Ley cefalo-caudal: se controlan antes las partes del cuerpo que están más próximas a la
cabeza, extendiéndose luego el control hacia abajo. Por ejemplo, el niño sostiene la cabeza con
los músculos del cuello antes de mantener erecto el tronco.
Ley próximo-distal: se controlan antes las partes del cuerpo que están más próximas a la línea
vertical que imaginariamente lo divide en dos partes iguales, que aquellas más distantes. Por
ejemplo, el bebé controla antes el hombro que la muñeca y ésta antes que los dedos. Explica
porque el dominio de la psicomotricidad fina es posterior al de la gruesa.
El niño en el momento de nacer viene ya equipado con una gran cantidad de reflejos de entre
los que cabe destacar:
-Succión: entra en acción cuando un objeto (tetina, pezón, dedo) entra en contacto con los
labios.
-Prensión: si se pone un objeto en contacto con la palma de la mano del niño, éste la cierra con
fuerza, aferrándose al objeto de que se trate.
-Hociqueo: al estimular la mejilla del bebe, éste tiende a volver la cabeza hacia ese lado
intentando llevar a la boca la fuente de estimulación.
-Moro: ante un ruido fuerte o un sobresalto el niño tiende a echar los brazos hacia atrás y
luego cerrarlos sobre sí mismo como si se tratara de un abrazo.
-Andar automático: si tomamos a un bebé por las axilas y ponemos las plantas de sus pies en
contacto con una superficie, el niño empieza a flexionar y estirara alternativamente sus
piernas como si estuviera andando sin moverse del sitio.
El recién nacido tiene también al nacer un rico equipo sensorial que le permite ver, oír, ser
sensible al dolor y la temperatura, etc., de ello se habla más extensamente en el tema referido
al desarrollo cognitivo.
Entre los 0 y 2 años el crecimiento físico y desarrollo motor es muy rápido, aspectos a destacar
de este último son:
- Control de la cabeza. Desde el principio pueden girarla hacia un lado u otro cuando
están tumbados boca arriba y levantarla un poco cuando están tumbados boca abajo. La
sustentación de la cabeza en línea de prolongación con el tronco se da hacia los 3-4 meses.
- Prensión. A partir de los 3 meses dejan de estar los dedos fuertemente apretados en la
mano, llevan sus manos una junto a otra en el pecho, tiran de las sábanas, se tapan la cara, etc.
- La posición sentada. Los bebés de 4-5 meses se mantienen sentados con apoyo.
Sobre los 10-11 meses camina con ayuda, primero con dos y luego con un punto de apoyo.
Movido como siempre por el doble impulso de la maduración y de los aprendizajes, el niño va
accediendo a un doble proceso de diferenciación e integración de los componentes
psicomotrices que se organizan en una totalidad crecientemente compleja y bien articulada: el
esquema corporal. Desde el cuerpo como unidad, integrador del resto de la actividad, al
cuerpo como objeto del propio conocimiento, el niño de E. Infantil debe recorrer un camino
que no se completará hasta años más tarde. Pero las bases de este caminar se establecen en
este período, y al niño y a su entorno educativo les queda la tarea de que se establezcan bien.
- El equilibrio. También puede ser objeto del control consciente y de él depende toda la
autonomía funcional del sujeto y su independencia motora.
- La estructuración del tiempo. El niño sitúa su acción y sus rutinas en ciclos que se
corresponden con su experiencia mucho antes de representarse simbólicamente éstas
nociones.
- Control de esfínteres. Habitualmente entre los 2 y 3 años, controlando antes las heces
que la orina y controlándose antes de día (18-24 meses) que de noche (2-3 años), no obstante
el rango de variación es muy alto.
Implicación educativa:
- Control de las piernas. Entre los 2 y los 6 años los movimientos de las piernas ganan en
finura y precisión: pueden subir y bajar escaleras sin ayuda, se paran sobre un pie, aprende a
pedalear un triciclo, etc.
- Motricidad fina de las manos. Va accediendo a destrezas que les permiten primero
actividades como trazar líneas verticales, pintar con los dedos y dibujar figuras
Implicación educativa:
El hecho de que a los 5-6 años el niño pueda, en general, acceder a los trazos de la escritura no
significa ni que hasta esa edad no se pueda realizar nada en relación con el adiestramiento
para la misma, ni que tal adiestramiento tenga que introducirse necesariamente a esa edad.
Las decisiones concretas a tomar con cada niño dependerán de sus propias características
pero como principio general, en caso de duda, parece más aconsejable esperar que acelerar
esta enseñanza..
Merece la pena destacar que modificar la preferencia lateral del niño es hacerle una violencia
que entra en contradicción con la organización de su cerebro por lo que intervenciones
destinadas a ello son totalmente nefastas.
Implicaciones educativas:
Si espontáneamente no se ha producido una definición, conviene lateralizar al niño a uno u
otro lado en torno a los 5 años, y desde luego antes de que se vea inmerso en el aprendizaje
de la escritura. Para ello lo mejor es partir de un diagnóstico que nos oriente. En caso de que
parezca dar igual parece más aconsejable lateralizar a la derecha pues hay muchos
aspectos instrumentales de nuestra cultura que están organizados en función de los diestros.
Origen: Lento proceso de construcción a través del cual se integran aspectos perceptivos,
motores, representaciones cognitivas y verbales de la experiencia de cada uno.
-5 Años. Verdadera construcción del esquema corporal. Los elementos se articulan e integran
conscientemente en un todo. El movimiento se comienza a reflexionar. El proceso de
lateralización proporciona referentes externos estables. Comienzan a sentirse los ejes
corporales y el mundo puede organizarse con referencia a la posición del cuerpo.
Los niños nacen con una gran capacidad de aprendizaje, preorientados a buscar y preferir
estímulos sociales y necesitados de vínculos afectivos con algunos miembros de su especie.
Procesos de socialización a través de los que el niño asimila la cultura (López, 1994):
- Procesos afectivos de socialización: vínculos afectivos que el niño establece con las
personas significativas de su entorno, unen al niño con los demás y se constituyen en uno de
los motivos fundamentales de la conducta prosocial. Los procesos conductuales se apoyan en
los afectivos y los mentales y en el propio autocontrol comportamental.
Desde el momento del nacimiento son capaces de percibir algunas expresiones emocionales
de los demás y tener experiencia vicaria de ellas, además, ya a partir de los primeros días
comienzan a aprender algunas señales e indicios sociales (posturas que se repiten, voz de
personas que les son más familiares, etc.), que son reconocidas y seguidas de
determinadas pautas de conducta. Se trata del contagio emocional en el caso de las emociones
y del reconocimiento de contingencias en el caso de aprendizaje de indicios sociales.
De los 3 meses de vida en adelante los niños ponen de manifiesto numerosas conductas
diferenciales según la persona con la que interactúan.
Antes del 6º mes los niños reconocen perfectamente a determinadas personas muy
significativas para ellos.
Entre los 9 y lo 12 meses los niños aprenden a reconocerse siempre que la imagen presentada
se corresponda con la que tienen en ese momento.
Entre los aprendizajes que los niños inician antes de los dos años, al menos en cierto grado,
están: elección de ropas apropiadas a su sexo, colaboración al vestirse y desvestirse, manejo
rudimentario de los cubiertos, comunicación por turnos, etc. Estos procesos están
estrechamente determinados por las características propias del contexto familiar, y en
particular, por las figuras de apego, al tiempo que su adquisición parece seguir los mecanismos
señalados en la teoría del aprendizaje social de Bandura y McMillan
A estas edades los niños todavía no comprenden las normas lo que favorece la aparición de
rabietas.
Implicación educativa:
Las conductas sociales se aprenden a través de los principios descritos por la psicología del
aprendizaje: instrucción, reforzamiento positivo, imitación, práctica, etc. La Escuela Infantil,
lugar privilegiado de interacción con iguales, permite llevar a cabo programas de
entrenamiento en diferentes habilidades sociales.
En el aprendizaje de estos procesos conductuales, se iniciará el desarrollo moral del niño, que
implica la adquisición de los juicios y valores, que en un contexto social y cultural dado,
resultan adecuados en relación con lo que se considera correcto e incorrecto. Producto de un
progresiva del control de la propia conducta. Los enfoques dominantes en este tema son:
Teoría del aprendizaje social de Bandura y las Teorías de Piaget y Khölberg.
El niño desde su nacimiento establece una relación especial con la madre, el padre o la
persona adulta que le cuide y esté en estrecha relación con él. Esta relación especial en la que
intervienen los adultos -con conductas apropiadas y diferentes de las que utilizan en otras
relaciones personales- y el niño, se denomina apego y va a constituir la base sobre la que se va
a elaborar el desarrollo afectivo del pequeño.
3.2.3.1.- El apego
Concepto (Bowlby): Es el vinculo afectivo que establece el niño con las personas que
interactúan de forma privilegiada con él, estando caracterizado por determinadas conductas,
representaciones mentales y sentimientos.
- El apego es, por último un conjunto de sentimientos asociados a las personas con las
que el niño está vinculado.
Hasta los 3 meses no manifiesta una conducta de preferencia entre la persona que le cuida etc.
La edad de aparición e intensidad de "miedo a los extraños" va a depender de cada niño pero
se suele dar entre los 7-18 meses y tiene una duración de 2 a 3 meses. Es necesario destacar
en esta conducta que las figuras con las que establece el vínculo afectivo le van a servir de
base de seguridad desde la que explorar el entorno físico y social e iniciar los procesos de
independencia.
A partir del primer año y con el desarrollo locomotor, el niño va adquiriendo cierto grado de
independencia de las figuras de apego, sin embargo este proceso es conflictivo ya que va
tomando conciencia de las relaciones entre los diferentes miembros de la familia y percibe que
tiene que compartir las figuras afectivas con otros miembros, de ahí surgirán los celos, en
mayor o menor grado. Ahora ya no puede hacer todo lo que quiere y serán más frecuentes las
interacciones en las que se le pongan límites o se le regañe, con lo que las atenciones
disminuyen. Esto se acentúa si nace un nuevo hermano por lo que no es extraño las conductas
regresivas como succión del pulgar, lenguaje infantil, descontrol de esfínteres, etc.
Esta conducta de apego también puede manifestarse hacia animales u objetos inanimados.
Hasta los 12-15 meses suele ser el chupete y hacia los 18 objetos de tacto suave como los
muñecos de peluche los cuales conservan su valor afectivo hasta los 5 o 6 años.
Ainsworth ha realizado estudios sobre las pautas conductuales de los adultos que pueden
ayudar a que los niños establezcan una conducta de apego que favorezca un buen desarrollo
afectivo. El grado de sensibilidad que el adulto manifiesta es la variable más importante en la
relación adulto-niño. Define esta variable como la interacción armoniosa que implica habilidad
para:
- Interpretarlas adecuadamente.
B) Desde el punto de vista de las características que debe cumplir la estimulación que ofrecen
las figuras de apego:
- Permanencia en el tiempo.
C) Desde el punto de las relaciones entre las figuras de apego resultan vitales la coherencia en
las pautas educativas, el ofrecer una visión positiva del otro y unas relaciones armónicas y ricas
afectivamente entre las figuras de apego.
D) Un estilo educativo que combine las manifestaciones de afecto, exigencias adecuadas a las
capacidades del niño, comunicación que razone e interprete las imposiciones y control sobre
las actividades de los hijos parece el más adecuado
Implicaciones educativas de las características del desarrollo socioafectivo de los niños para la
Escuela Infantil (0-3 años).
La escuela infantil puede enriquecer el mundo social del niño y ofrecerle la oportunidad de
recibir asistencia educativa más planificada y profesional que la recibida en la familia.
- Cuanto más familiares son las situaciones en las que se encuentran, más sencillo les
resulta inferir las características de otros y adaptar a ellas su comportamiento.
- Cuando su propio punto de vista está implicado en una situación social dan muestras
de egocentrismo.
- Conciben las relaciones con “dadas” o en algunos casos “impuestas” por el poder, más
que como relaciones consensuadas y basadas en el acuerdo y el bienestar mutuo, esto es
especialmente evidente en el caso de las relaciones desiguales.
- Tienen una visión estática de los sistemas sociales escapando totalmente el cambio
social a sus planteamientos.
- Conjugan la visión inmediata y contingente de la causalidad con una visión subjetiva de
la misma, interpretada desde un cierto voluntarismo.
3.3.2.1.- El autoconcepto.
Tal y como hemos visto antes los niños construyen su identidad existencial en los dos primeros
años de vida, a partir de ese momento deben configurar su identidad categorial que podemos
asimilar a su autoconcepto.
Siguiendo a Rosenberg (1986), podemos describir el contenido del autoconcepto en estos años
de la siguiente forma:
- Tendencia a concebir las relaciones sociales como simples conexiones entre personas.
La verdad acerca de sí mismo suele ser la que tienen y expresan los adultos
significativos en la vida del niño.
3.3.2.2.- La autoestima
Las investigaciones desarrolladas ponen de manifiesto que los factores más influyentes en
tener una alta o baja autoestima son:
Secuencia de adquisición:
- Entre los 6 y 7 años descubren que se pertenece al sexo masculino o femenino de por
vida
A lo largo de estos años su elaboración de la distinción entre los dos sexos se basa en atributos
personales externos, prefieren consistentemente compañeros de juego y toman como
modelos a personas del mismo sexo.
Fruto de las presiones sociales a los que se les somete, de los 3 a los 8-9 años los niños y niñas
se vuelven muy estereotipados, desaprobando y ridiculizando a quienes se desvían de los roles
y estereotipos convencionales, especialmente los niños.
Dado que la relación con padres y hermanos en estas edades tiene una de sus principales
repercusiones en el ámbito afectivo, de lo que se da cuenta más abajo, nos centraremos ahora
en explicar como son las características de la relación del niño con sus iguales por ser estos los
momentos en que las relaciones pasan de ser casi exclusivamente solitarias o diádicas a
grupales lo que plantea al niño mayores exigencias que redundarán en el desarrollo de
mayores competencias de comunicación, cognición, etc.; y suponen una fuente ideal de
entrenamiento y aprendizaje de habilidades sociales. Las características de estas relaciones
pueden sintetizarse como sigue:
- Los niños con relaciones positivas estables con sus padres son los más competentes en
las relaciones con iguales.
- Los niños muestran preferencia social por aquellos iguales que muestran
comportamientos amistosos y cooperadores y rechazo hacia aquellos que violan las reglas,
transgreden las rutinas o muestran comportamientos solitarios.
Además de las influencias que el conocimiento, social y de sí, que el niño vaya adquiriendo y
de los resultados que obtenga de las relaciones con iguales, resulta obvio que el desarrollo
afectivo va a depender, fundamentalmente del tipo de trato que se le dispense en su familia
que, además, va acondicionar todo lo anteriormente expuesto y por añadidura su desarrollo
cognitivo.
De entre las diferentes investigaciones realizadas son merecedores de ser destacados por su
importancia en este contexto los resultados obtenidos por Baldwin y Baumrid durante las
décadas de los cincuenta, sesenta y setenta.
Según estos estudios, los padres difieren unos de otros en cuatro dimensiones fundamentales:
Combinando estas cuatro dimensiones podemos diferenciar tres tipos de padres en función de
su comportamiento educativo dominante cuyos hijos tienden a ser como se explica.
Los hijos tienden a ser: obedientes, ordenados, poco agresivos, tímidos, poco tenaces, poco
alegres, vulnerables a la tensión, con escasa interiorización de valores morales y locus de
control externo.
Los hijos tienden a ser: alegres, vitales, inmaduros, y a tener problemas para controlar sus
impulsos, asumir responsabilidades y bajo nivel de autoestima.
Los hijos tienden a ser independientes, a tener alto autocontrol y autoestima, valores morales
interiorizados; a disponer de buenas habilidades sociales y a presentar conductas
prosociales.
4.-IMPLICACIONES EDUCATIVAS.
Las implicaciones educativas generales de todo lo expuesto son múltiples y rebasan con mucho
el espacio disponible para su explicación. En aras de la necesaria síntesis ha optado por señalar
las que se recogen, como no puede ser de otra manera, en la legislación básica que ordena la
etapa y los documentos orientativos para su aplicación publicados por el M.E.C; todo ello a
tres niveles: sistema educativo, centro y aula. Además se añade un breve subepígrafe dedicado
a las implicaciones directas para el orientador recogidas tanto en la legislación como en la
doctrina.
Aunque con ópticas diferentes, en función de los principios en que se fundamentan, estas
implicaciones se recogen en:
Aunque con matices distintos todas estas normas coinciden sin embargo, en lo referido a este
tema, en:
1.- La necesidad de que la escolarización de los cero a los seis años contribuya a desarrollar en
los niños las capacidades de conocimiento de su cuerpo, posibilidades de acción y
progresiva autonomía, observación y exploración del entorno, capacidades afectivas y de
relación y convivencia con los demás.
2.- Los métodos de trabajo se basarán en las experiencias, las actividades y el juego; en un
ambiente de afecto y confianza para potenciar su autoestima e integración.
El currículo y la organización del centro deberán adecuarse a las características del alumnado,
concretándose dicha adaptación en el P.C.E de Infantil; un Proyecto que deberá ser
especialmente flexible teniendo en cuenta que en esta etapa es especialmente claro que cada
niño tiene su propio ritmo y estilo de maduración, desarrollo y aprendizaje; por lo que la E.
Infantil tiene que ser personalizada. En este sentido la división en dos ciclos de tres años ( LOE)
a) Es un medio para relacionarse con otros niños. El niño establece sus relaciones desde la
acción compartida ya sea con o sin objeto.
b) Medio para conocer. El niño de E.I., sólo puede dotar de sentido a los conceptos y
apropiarse de ellos desde la experiencia real y concreta.
c) Medio para conocerse. A partir de la acción compartida con otros y sobre los objetos, así
como de las propias posibilidades motrices es como llega a conformarse la imagen corporal.
2.- Las características básicas que ha de tener la organización didáctica del aula.
Asambleas: son situaciones donde se discuten temas de interés para la clase( actividades,
normas, experiencias...) y que constituyen un espacio para el aprendizaje del diálogo,
escuchar, pedir turnos, expresarse de modo que otros comprendan, etc.
El trabajo en pequeño grupo: donde un grupo de alumnos tienen que coordinar en mayor en
menor grado, sus esfuerzos para cumplir un objetivo propuesto.
Actividades libres: son situaciones donde los alumnos pueden explorar libremente los
materiales disponibles y actuar según sus intereses, para dar lugar a situaciones de
intercambio espontáneas entre ellos. El objetivo de estas actividades es superar el
egocentrismo.
Juego simbólico, Debe partir habitualmente del interés suscitado por otras actividades, de las
actividades libres o de propuestas muy generales del profesor. El juego simbólico es
esencialmente individual, aunque puede compartirse con otros.
Personajes de identificación. Es otro recurso que aprovecha la fuerte tendencia a la imitación y
a la identificación de los niños de estas edades, como la utilización de algún personaje
imaginario, presente en el aula, que opina sobre las actividades, los comportamientos, explica
cómo se comporta él mismo, etc.
4.- La actividad del aula y la observación atenta por parte del profesorado suponen el primer
filtro de detección de necesidades educativas especiales en la escuela. La labor del tutor en ese
detectar cualquier anormalidad en el desarrollo de sus alumnos con el fin de que todo el
sistema pueda intervenir con la mayor celeridad.