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U T O A A G I

Supremo Consejo de SSobGGrIInspGGen


del Trigésimo Tercero y Último Gradodel REA y A
para la Jurisdicción Masónica de los EEUUMM

SobCons de CCabKad
“Francisco Javier Mina No. 157”

IPHManuel Jiménez GuzmánGrado33° MA


MuyPodSobGrCom

IPHArturo Romo Gutiérrez Grado33° MA


DelegProvpara los VVally CCampde Zacatecas

IPHMartín Arturo Soto Juárez 33° SN


InspGende la Orden, Inspector del Consejo.

HPrimGrTen
HSegGrTen
HHTodos, en sus respectivos puestos y con sus condecoraciones.

SEP

Ciclo Masónico 2013-2014
Derecho del Trabajo y el Sindicalismo

El hablar de los presentes temas que el día de hoy se abordaran en nuestros campamentos, y que
serán expuestos a vosotros es sin duda una ardua tarea, ya que ambos tópicos son de una gran gama de
ramificaciones y difícil seria el abordar a profundidad lo particular de cada uno de ellos, sin embargo
haremos la exposición de los mismos sabiendo que están íntimamente ligados y que hablar de uno conlleva
al otro.

El Derecho del trabajo o como también se le conoce por los tratadistas italianos Derecho laboral
tiene sus inicios dentro de la Historia Social del trabajo, y se da entre el liberalismo absoluto que provoco la
cuestión social y la propuesta Marxista de solucionarla revolucionariamente. la propia lucha sindical, el
socialismo democrático, la doctrina religiosa, los muy diversos factores operantes en el ámbito interno de
cada país dieron nacimiento al Derecho del Trabajo, una rama nueva en lo jurídico destinada a remediar las
injusticias que implicaba la estricta aplicación del derecho privado a la nueva realidad social del masivo
trabajo por cuenta ajena

Encontramos también como antecedentes del derecho al trabajo las siguientes manifestaciones: en
Francia, 1776, al dictarse el Edicto de Turgot, que le dio el golpe mortal y definitivo a las corporaciones de
oficio, se dijo lo siguiente: ‘‘Dios, al dar al hombre necesidades, al hacerle ineludible el recurso del trabajo, ha
hecho del derecho de trabajar la propiedad de cada hombre; y esta propiedad es la primera, la más sagrada y
la más imprescindible de todas’’. El proyecto de Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano,
presentado por Maximiliano Robespiere ante la sociedad de los jacobinos el 21 de abril de 1793, consignaba
en el artículo 11 que ‘‘la sociedad está obligada a subvenir a la subsistencia de todos sus miembros, ya
procurándole trabajo, ya asegurándole medidas de existencia a quienes no estén en condiciones de
trabajar’’. Estas ideas fueron recogidas por el artículo 8 de la Declaración Constitucional de derechos, del 24
de junio de 1793, en donde se determina que ‘‘los socorros públicos son una deuda sagrada. La sociedad
debe subsistencia a los ciudadanos desgraciados, sea procurándoles trabajo o sea asegurándoles el medio de
existir a los que no estén en aptitud de trabajar’’.

El trabajo es toda actividad humana libre, consciente y noble, necesaria para la vida y generadora de capital y
de instrumentos de labores, es bien del hombre y de la humanidad. El trabajo como hecho social puede
reglamentarse jurídicamente, pero no todo trabajo es objeto del derecho laboral. Es esta la causa que nos
obliga a delimitar cuál es la actividad humana sometida a las disposiciones jurídicas laborales. Son muchas las
modalidades del trabajo, pero no todas las formas son materia de la rama jurídica laboral. El objeto del
derecho del trabajo es la relación de trabajo individual, por medio de la cual una persona natural presta un
servicio propio en beneficio de otra persona, mediante una remuneración. Dentro de la relaciones laborales
nos encontramos que existen las laborales, las no laborales y las del ámbito profesional.

El concepto de Alberto Trueba “Jurista mexicano” en cuanto al Derecho laboral lo define como un
conjunto de normas, principios e instituciones que protegen, dignifican, y tienden a reivindicar a todos los
que viven de sus esfuerzos materiales o intelectuales.
Eugenio Pérez Botija “Jurista Español” lo conceptúa como un conjunto de principios y normas que
regulan las relaciones de los empresarios y trabajadores ambos con el estado a los efectos de la protección y
la tutela del trabajo.

Definitivamente nos encontramos que el primordial objetivo es lograr la justicia en las relaciones
entre patrón y obrero dentro del espíritu de coordinación económica y equilibrio social

De acuerdo a lo mencionado por Mario Pasco Cosmópolis exministro de Trabajo en Perú en el primer
congreso Mundial de Derecho del Trabajo realizado en Chihuahua en diciembre de 2012, donde habla de un
Valor dominante en el Derecho del trabajo que es la ética como principio clave en el mundo laboral y la
buena fe en los contratos de trabajo en consecuencia, éste obliga no sólo a lo que en él se consigna, sino a
todas las demás cosas que se desprenden de la naturaleza de la relación jurídica o que por la ley pertenecen
a ella.

El Derecho del Trabajo supone un profeso de racionalización jurídica de la cuestión social


sustituyendo las relaciones de fuerza por relación de derecho y limitando la mercantilización de todas las
cosas a que propende el capitalismo, lo que obliga al ordenamiento laboral a responder una doble exigencia,
asegurar la mejora de las condiciones de vida y de trabajo de los trabajadores y facilitar el funcionamiento de
la economía titulando la libertad de empresa y su eficiencia económica

El origen del sindicalismo es producto de las revoluciones industriales que bajo las leyes del
liberalismo provocaron masas de trabajadores explotados que alumbran lo que durante mas de un siglo se
llamo la clase trabajadora y con ella la cuestión social, destruidos los gremios y las cofradías por la Revolución
Francesa y prohibidas las asociaciones por el Estado Liberal era lógico que surgieran movimientos con el
propósito de la reivindicación obrera.

El sindicalismo a través de la historia a sufrido transformaciones que lo obligan a emprender nuevos


retos que conllevan corresponsabilidad, democracia interna, solidaridad, competitividad, justicia social,
reforma de su representatividad, cambios con sentido de responsabilidad, defensa de los derechos laborales
de los trabajadores y luchar sin añadir problemas ni cambios que afecten la economía de empresas o del
propio país.

Los sindicatos tienen que abordar nuevos problemas y nuevas realidades que son muy
diferentes a los tiempos en que se formaron, la realidad laboral contemporánea ha experimentado
profundas transformaciones al grado de que los sindicatos en la actualidad no solo se enfrentan al reto de
pensamientos o ideologías ni oscila entre radicales disidentes o moderados institucionales, si no que es el de
la profunda transformación y de la producción del trabajo es por ello forzoso referirse a 2 dimensiones que
sin ignorar algunas otras caracteriza el cambio:
a).- Evolución de empresas, Tecnologías y Trabajadores
b).- el fenómeno de la Globalización con sus secuelas de competitividad y migraciones
internacionales.
La globalización debe aceptarse como tal ya que es una realidad y quienes no lo vean de esa manera
están fuera de contexto, se tendrá que dialogar y buscar los remedios a los propios problemas que plantea
pero sin duda es un hecho “ es y esta”, aunado a que la clase trabajadora evoluciona se transforma, se
disgrega, sus demandas se segmentan al punto que no se puede contemplar ya un modelo único de
relaciones laborales, sino un modelo plural cuyo conjunto en el futuro no será el Derecho del Trabajo clásico
si no el Nuevo Derecho de la Actividad Profesional.

Un sindicato vanguardista tendrá que internacionalizarse, ya que no puede reducirse a la OIT


(Organización Internacional del Trabajo) ya que en el Derecho del Trabajo forma Parte la Negociación
colectiva y la creciente presencia en el mundo global de las empresas transnacionales y multinacionales,
alianzas entre empresas de diversos países para diferentes proyectos exigen a los sindicatos una capacidad
de alianza semejante y actuar coordinadamente con Operatividad.

La actualidad demanda que un Sindicato preste atención en 2 ejes:


1).- Cooperar en la conservación y progreso de las empresas
2).- Ampliar la capacidad de negociación colectiva y convertirse en un prestador de servicios a los
afiliados activos y jubilados

El Sindicalismo en la Función Publica y su laboralización, el reconocimiento de las libertades


sindicales en la función publica, la creciente utilización en los contratos por parte de la administración y el
principio de igualdad de condiciones en los centros de trabajo ha planteado una situación enteramente
nueva que tiene que preocupar a los gobiernos y los sindicatos no pueden permanecer indiferentes, en
efecto la reciproca influencia entre las garantías que el derecho administrativo otorgaba a los empleados
públicos y a los que el derecho del trabajo ha ido reconociendo a los trabajadores privados al coincidir en el
mismo lugar actúa como soporte de las mutuas reivindicaciones y opera en una condición igualitaria que
difumina las fronteras entre la función Publica y la empresa Privada.

Los gobiernos como es natural tienen que defender las prerrogativas de la autoridad indispensable
para la buena marcha de los asuntos públicos y para el correcto funcionamiento de los servicios que la
administración esta obligada a prestar a los ciudadanos y los sindicatos por su parte tienen que ser
conscientes de que por mucho que les convenza la unidad de acción entre funcionarios y trabajadores
conviene también al bien publico el mantenimiento de una indispensable diferenciación.

Es indispensable el revisar La huelga y Las Manifestaciones: la huelga es una forma de represión


frente al empresario a razón de que no accede a una determinada pretensión de los trabajadores agrupados
en un sindicato. Con la evolución de la organización de la industria y los servicios, la ampliación del derecho
a huelga y manifestación a los servidores públicos o hacia alguna categoría de ellos y la utilización de ese
derecho no solo frente a los empresarios sino también frente a los poderes públicos se produce un resultado
que causa cierta perplejidad y que puede llegar a ser perjudicial para la sociedad entera, las mayores
protestas no se limitan ya al sector privado y cuando se anuncian grandes reconversiones industriales o
reformas de alcance general que irritan a algunos o a muchos ciudadanos la presión se extiende a los
poderes públicos de quienes exigen determinadas medidas mediante acciones de lucha que a veces
respaldan los mismos empresarios o algunos partidos políticos, por otra parte las manifestaciones o huelgas
ya no son únicamente de los trabajadores industriales sino que también los maestros de escuelas oficiales,
trabajadores de dependencias de gobierno, conductores de transporte, etc., todos los cuales perjudican mas
que al empresario o administración al ciudadano usuario, a la ciudad o la sociedad entera. Los sindicatos no
pueden dejar de reflexionar sobre estas nuevas situaciones que dificultan su propia acción, sobre todo
cuando pretende aparecer ante sus interlocutores los Empresarios y el Estado como representantes de la
clase trabajadora a la que tendrán que hacer cumplir los acuerdos y compromisos que contraigan en su
nombre, y no se puede dejar de aludir para comprenderles las dificultades de la propia acción sindical, en
primer lugar los trabajadores tienen que valorar si les conviene organizarse como hacen con frecuencia al
margen de su sindicato y sin integrarse o coordinarse de alguna manera con el, la visión de los intereses de
un sector tiene que ser compatible con la conservación de la influencia del sindicato que defiende los
intereses generales y tanto para aquellos como para estos es mucho mas útil la actuación coordinada., los
sindicatos espontáneos y las organizaciones de grupo o categoría en su mayoría llamados disidentes acaban
por resultar perjudiciales para una acción de conjunto, dígase lo mismo del perjuicio que para la acción
unitaria supone las transformaciones tecnológicas, las llamadas redes sociales permiten la espontanea
convocatoria de acciones de protesta a las que se incorporan sectores de ciudadanos “indignados” y algunos
otros que simplemente son anarquistas deteriorando la imagen del sector manifestado y con sus acciones
hacen ver al sindicato desquebrajado sin respeto y sin fuerza ante los empresarios o el Estado.

Los actuales sindicatos deben de ser capaces de dilucidar muy bien lo que exigen como tarea los
poderes públicos, es decir lo que esperan de la heteronomía y lo que reservan para su autonomía su libertad
y capacidad de negociación. Un sindicalismo que no aviente pretensiones revolucionarias y que de ninguna
manera este a sueldo del capitalismo tiene que fundamentarse en la verdad y la verdad exige que su
organización interna sea rigurosamente democrática sin lideres profesionales eternizados en sus cargos y
que su actividad este financiada exclusivamente por las aportaciones de los afiliados sin la menor
dependencia económica del Estado, del Gobierno o mucho menos del Empresario, culmino diciendo el papel
de los sindicatos sigue siendo indispensable en la sociedad actual y repito como lo dije anteriormente tiene
que ser un sindicalismo negociador, solidario, unido, y con compromiso.

Es cuanto
CCamp de Zacatecas, a 6 de Diciembre de 2013 E V

Il H Julio Tomas García de León.


CabKad

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