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7. DEMANDA, CONCEPTO, REQUISITOS, CALIFICACION.

8.1. Una aclaración necesaria respecto a la postulación del proceso.

Puede observarse que la Nueva Ley Procesal del Trabajo, sigue una estructura
diferente a la Ley Nº 26636. Entre una y otra hay diferencias sustanciales en su
estructura. En ésta última luego de referirse a la comparecencia al proceso
(Sección Segunda), aborda, de inmediato el tema de la postulación del proceso
(Sección Tercera), dentro de la que se incluye la demanda y el emplazamiento
(Capítulo I), contestación de demanda, excepciones y rebeldía (Capítulo II). La
flamante ley, por el contrario sin hacer mención a la postulación del proceso,
ubica la demanda y sus requisitos, así como la contestación de demanda, en el
subcapítulo V (artículos 16º al 20º), que forman parte del Capítulo III,
denominado Actuaciones Procesales, que a su vez, forma parte del Título I,
referido a las disposiciones generales, en el que se regulan las reglas de
conducta (arts. 11º), prevalencia de la oralidad en los procesos por audiencia
(art. 12º), notificaciones (art. 13º), costas y costos (art. 14º) y multas (art. 15º).
En términos generales sigue una lógica distinta, incluso a la del propio Código
Procesal Civil, revelando, una vez más su carácter especial y autónomo. No
obstante, debe indicarse que aun cuando la Nueva Ley Procesal del Trabajo no
utilice el término etapa postulatoria, ello no importa una negación de la
existencia de esta etapa, que como se sabe comprende los actos procesales,
constituidos por la demanda y la contestación de demanda.

La etapa postulatoria, según Juan Monroy Gálvez, sería aquella “en la que los
contendientes presentan al órgano jurisdiccional los temas que van a ser
materia de argumentación, prueba y persuasión durante el proceso, sea porque
se quiere el amparo de la pretensión o porque se busca su rechazo a través de la
defensa”1.

Siguiendo a Juan Monroy Gálvez2, en opinión valedera para nuestro Proceso


Laboral, desde la perspectiva de la Teoría General del Proceso, como se dejó
establecido, en los primeros capítulos, los objetivos de la etapa postulatoria
serían:

1
Monroy Gálvez, Juan: “La Postulación del Proceso en el Código Procesal Civil”, en Themis Nº
23, pp. 33-42.
2
Obra citada.
a) “Proponer pretensiones y defensas”: Es “el momento para que las partes
presenten sus proposiciones, las que durante el transcurso del proceso
serán debatidas y, posteriormente, reconocidas o rechazadas por el
juzgador”.

b) “Exigir preliminarmente el cumplimiento de los requisitos para una


relación procesal válida”: El Juez como Director del Proceso (acentuado
en el proceso laboral) se constituye “en un primer control de los requisitos
de admisibilidad y procedencia de la demanda”. Se trata de la calificación
de la demanda por el Juez.

c) Saneamiento del proceso: “Este objetivo está referido al deber que tiene
el Juez, después de haber recibido la contestación del demandado y cuando
éste no ha alegado una defensa de forma (excepción), de volver a revisar la
relación procesal”, para cuyo efecto deberá dictar el correspondiente auto
de saneamiento procesal. Sobre ello, en la Nueva Ley Procesal del
Trabajo, no se encuentra una precisión, que si se encontraba en la Ley Nº
26636, según puede verse del contenido del artículo 65º3.

d) “Provocar la conciliación”: Este objetivo, cuyo fundamento lo


encontramos en el principio de celeridad procesal, busca resolver el
proceso a la brevedad posible. En la Nueva Ley Procesal del Trabajo, la
posibilidad de su cumplimiento es más probable, porque la conciliación
puede lograrse en la audiencia de conciliación que se realiza luego de
presentada la demanda, sin el requisito previo de que se conteste la
demanda (ver artículo 43º NLPT). En el caso de la Ley 26636, ver artículo
66º4.

e) “Precisar los puntos controvertidos”: La fijación de los puntos


controvertidos resulta esencial, porque sobre ellos es que van a girar la

3
“Iniciada la audiencia el Juez actúa las pruebas referidas a las excepciones que hubieren sido
propuestas, luego, de oficio, y aun cuando el emplazado hubiera sido declarado rebelde, emitirá
en el mismo acto resolución declarando: 1. La validez de la relación jurídico procesal. 2. La
nulidad y consiguiente conclusión de la relación, precisando sus defectos. 3. La suspensión de la
audiencia, concediendo un plazo de cinco días para la subsanación de los defectos si éstos lo
permitieran. Subsanados los defectos, el Juez señalará fecha para la audiencia; en caso contrario,
declarará concluido el proceso” (art. 65º LTP).
4
Saneado el proceso, en la misma audiencia, el juez invita a las partes a conciliar el conflicto. Se
puede conciliar en forma total o parcial el petitorio contenido en la demanda. El juez dejará
constancia en el acta de la invitación a conciliar y de la falta de acuerdo si fuere el caso. Al
aprobar la fórmula conciliatoria, el Juez deberá observar el principio de irrenunciabilidad
respecto de los derechos que tenga ese carácter (art. 66º de la LPT).
actuación de los medios probatorios y sobre lo que el juez debe decidir.
Los puntos controvertidos, según la Nueva Ley Procesal del Trabajo, se
fijan en la Audiencia de Conciliación, en caso de que el conflicto no se
hubiera solucionado o se hubiera solucionado en forma parcial (ver art.
43º.3 NLPT). En la Ley Procesal del Trabajo Nº 26636, se fijaban en la
Audiencia Única, luego que las partes manifestaran su decisión de no
conciliar5.

f) “Juzgar anticipadamente el proceso”: Este objetivo, puede lograrse con


mayor éxito en la Nueva Ley Procesal del Trabajo, al establecerse en el
artículo 43º.3 que regula la audiencia de conciliación, última parte, lo
siguiente: “Si el Juez advierte, haya habido o no contestación, que la
cuestión debatida es sólo de derecho, o que siendo también de hecho no
hay necesidad de actuar medio probatorio alguno, solicita a los abogados
presentes exponer sus alegatos, a cuyo término, o en un lapso no mayor de
sesenta (60) minutos, dicta el fallo de su sentencia. La notificación de la
sentencia se realiza de igual modo a lo regulado para el caso de la
sentencia dictada en la audiencia de juzgamiento”. Los casos previstos
por la ley para el juzgamiento anticipado del proceso, son dos: El
primero, cuando la cuestión en debate es de puro derecho; y el segundo,
cuando no hay necesidad de actuar medio probatorio alguno, aun cuando
lo debatido verse sobre cuestiones de hecho. En la ley Nº 26636, la
facultad del juez la encontramos, en el numeral 1) del artículo 47º, en el
que se prescribía que el proceso se encuentra expedito para sentencia
cuando “La cuestión debatida sea de puro derecho, o, siendo de hecho, no
haya necesidad de actuar medio probatorio alguno en la audiencia
respectiva”. El fundamento de esta prescripción se encuentra en el
principio de celeridad procesal y tutela de los derechos del trabajador, toda
vez que el Juez como Director del Proceso debe velar porque éste culmine
lo más pronto posible.

g) “Crear las condiciones de desarrollo normal del proceso”: “Este es un


objetivo fundamental de la Postulación del proceso. Una vez superadas
todas las instituciones reguladas en su interior, el proceso habrá quedado

5
“De no haber conciliación, con lo expuesto por las partes, el Juez procederá a enumerar los
puntos controvertidos y, en especial, los que serán materia de prueba. A continuación, ordenará
la actuación de los medios probatorios ofrecidos relativos a las cuestiones controvertidas en la
misma audiencia” (artículo 67º LPT).
saneado en su aspecto formal, dejando expedita la continuación de su
trámite respecto de la alegación del contenido de la pretensión o de la
defensa, cumpliendo así lo que consideramos es su función más
importante”6. En la Nueva Ley Procesal del Trabajo con el establecimiento
de la Audiencia de Conciliación, en la que el juez participa activamente, a
fin de que las partes en conflicto, el logro de este objetivo permitirá
hacerse más efectivo.

Por último y con el objeto de dejar plenamente establecida la importancia de la


etapa postulatoria, para el logro de la finalidad del proceso y teniendo como
fundamento los fines del proceso, según lo prescrito por el artículo III del
Título Preliminar del Código Procesal Civil, citamos, una vez más, al Maestro
Peruano Juan Monroy Gálvez, que nos precisa “Operativamente podemos
definir el proceso judicial como el conjunto dialéctico de actos jurídicos
procesales, realizados por los elementos activos de la relación jurídica procesal,
con las finalidad de resolver el conflicto de intereses o acabar con la
incertidumbre con relevancia jurídica y conseguir la paz social”7.

Dicho lo anterior, pasemos a estudiar la demanda, concepto sus requisitos,


calificación y otros aspectos novedosos que trae la Nueva Ley Procesal del
Trabajo.

8.2. Concepto de Demanda.

6
Monroy Gálvez Juan, obra citada.
7
Monroy Gálvez, Juan: Obra citada.
“La demanda se presenta por escrito y debe contener los requisitos y
anexos establecidos en la norma procesal civil, con las siguientes
precisiones:

a) Debe incluirse, cuando corresponda, la indicación del monto total del


petitorio, así como el monto de cada uno de los extremos que integren la
demanda; y
b) No debe incluirse ningún pliego dirigido a la contraparte, los testigos o
los peritos; sin embargo, debe indicarse la finalidad de cada medio de
prueba.

El demandante puede incluir de modo expreso su pretensión de


reconocimiento de los honorarios que se pagan con ocasión
del proceso.
Cuando el proceso es iniciado por más de un demandante
debe designarse a uno de ellos para que los represente y
señalarse domicilio procesal único.
Los prestadores de servicios pueden comparecer al proceso
sin necesidad de abogado cuando el total de lo reclamado no
supere las diez (10) Unidades de Referencia Procesal (URP).
Cuando supere este límite y hasta las setenta (70) Unidades
de Referencia Procesal (URP) es facultad del juez,
atendiendo a las circunstancias del caso, exigir o no la
comparecencia con abogado. En los casos en que se
comparezca sin abogado, debe emplearse el formato de
demanda aprobado por el Poder Judicial” (art. 16º NLPT).

La demanda es un acto procesal por el cual se inicia el proceso. “Es un acto del
procedimiento que, normalmente, da comienzo al proceso. En él se ejerce el
poder de acción y se deduce la pretensión. Es la petición que el actor, dirige al
Juez para que produzca el proceso, y a través de él, satisfaga su pretensión. Es
un acto jurídico procesal, no un derecho. Es también algo que hace alguien,
dando comienzo al procedimiento”8. Su importancia dentro del proceso es
incuestionable, pues sin ella, éste no existe o no puede iniciarse. En ella el
actor plantea sus pretensiones y por lo tanto constituye el límite sobre lo que va

8
Véscovi, Enrique: Obra citada, pág. 65.
a versar el proceso, sobre lo que debe contradecir, oponerse o contestar el
demandado y respecto a lo cual deben ofrecerse y actuarse las pruebas.

Se diferencia del derecho de acción y de la pretensión, por lo que es preciso, de


una vez, establecer sus diferencias.

a) La acción, es un derecho o poder jurídico que cualquier persona puede


ejercer frente al Estado (ante sus órganos jurisdiccionales), reclamado la
actividad jurisdiccional. Es un derecho autónomo en relación a los
derechos subjetivos, materiales, positivos o sustantivos, que son objeto del
reclamo cuya satisfacción se solicita. Es abstracto porque corresponde a
toda persona, tenga o no razón en su reclamación. Es público, porque se
dirige al órgano jurisdiccional, quien debe atender la tutela solicitada.

b) La pretensión, es la declaración de voluntad hecha ante el Juez y frente al


adversario. Es un acto por el cual se busca que el Juez reconozca algo, con
respecto a cierta relación jurídica. Es el contenido de la acción, porque no
se dirige al Estado, sino a un sujeto de derecho. En pocas palabras, la
pretensión se dirige contra el adversario y la acción al órgano
jurisdiccional. En efecto si el sujeto (activo) del derecho no tuviera
ninguna pretensión que deducir, no es posible ejerza el derecho de acción,
porque nada tendría que pedir. Guasp, ubica la pretensión como el objeto
del proceso9.

c) Demanda, es el instrumento, a través del cual se ejercita el derecho de


acción y se plantea la pretensión.

Por demanda, debe entenderse, según Hugo Alsina “toda petición formulada
por las partes al Juez en cuanto traduce una expresión de voluntad encaminada
a obtener la satisfacción de un interés”10.

El Uruguayo Eduardo Couture, precisa que la demanda es un acto procesal


introductivo de la instancia, por virtud del cual el actor somete su pretensión al
Juez, con las formas requeridas por la ley, pidiendo una sentencia favorable11.

9
Véscovi, obra citada, pág. 25.
10
Alsina, Hugo: Tratado Teórico Práctico de Derecho Procesal Civil. T. III, pág. 23, citado por
Juan Morales Godo: “La demanda y el nuevo Código Procesal Civil Peruano”, Derecho Procesal
Civil I, Materiales de Lectura Tomo I, Nelson Lozano Alvarado y Marco Carbajal Carbajal,
Universidad Nacional de Trujillo, Facultad de Derecho y CC. PP. Trujillo 2000- Perú, pág. 470.
Para Rodríguez de Rezende Filho: “Es la materialización de la voluntad del
actor por la cual se transforma el derecho abstracto de accionar en derecho
concreto”12.

Giusseppe Chiovenda, nos dice que la demanda es “el acto con el que la parte
(actor), afirmando la existencia de una voluntad concreta de la ley, que
garantiza un bien, declara la voluntad de que la ley sea actuada frente a otra
(demandado) e invoca para éste fin la autoridad del órgano jurisdiccional”13.

Por último diremos que la palabra “demanda”, pedir, encargar, encomendar y


etimológicamente, significa súplica, petición, encomienda14.

8.3. Requisitos de la demanda y anexos.

Los requisitos de la demanda y los correspondientes anexos que forman parte


de ella, se encuentran establecidos en los artículos, 424º y 425º del Código
Procesal Civil, por expresa remisión del 16º de la Nueva Ley Procesal del
Trabajo. “Los primeros son los elementos intrínsecos que deben estar presentes
en toda demanda y, los segundos, son los documentos que se agregan a la
demanda a fin de cumplir, en forma conjunta, con los requisitos de
admisibilidad y procedencia de ésta”15. “Como todo acto procesal, la demanda
no puede ser una manifestación del “estilo personal” de su autor, sino que debe
cumplir con los requisitos que señala la ley”16.

Enumerativamente, los requisitos de la demanda, de conformidad con el


artículo 424º del Código Procesal Civil, son los siguientes: La designación del
juez ante quien se interpone, el nombre, datos de identidad, dirección
domiciliaria y domicilio procesal del demandante, el nombre y dirección
domiciliaria del representante o apoderado del demandante, si no puede

11
Cita de José Rubén Taramona: Derecho Procesal Civil. Teoría General del Proceso, T. II.
Editorial Huallaga, Lima, Enero 1996, pág. 711.
12
Idrogo Delgado, Teófilo: Derecho Procesal Civil. Juicio Ordinario, T. I. Marsol Perú Editores,
1988. Trujillo-Perú, pag. 93.
13
Giusseppe Chiovenda, Instituciones de Derecho Civil, Vol. I, citado por Idrogo Delgado,
Teófilo, obra citada, pág. 94.
14
Taramona H., José Rubén, obra citada, pág. 711.
15
Monroy Gálvez, Juan: Obra citada.
16
Ramírez Jiménez, Nelson: “Postulación del Proceso”, en Gaceta Jurídica, Doctrina y
Jurisprudencia 1995, pág. 37-A. Tomo 22, Octubre, en Materiales de Lectura UNT, Facultad de
Derecho, obra citada.
comparecer o no comparece por sí mismo, el nombre y dirección domiciliaria
del demandado. Si se ignora esta última, se expresará esta circunstancia bajo
juramento que se entenderá prestado con la presentación de la demanda, el
petitorio, que comprende la determinación clara y concreta de lo que se pide,
los hechos en que se funde el petitorio, expuestos enumeradamente en forma
precisa, con orden y claridad, la fundamentación jurídica del petitorio, el monto
del petitorio, salvo que no pudiera establecerse, la indicación de la vía
procedimental que corresponde a la demanda y la firma del demandante o de su
representante o de su apoderado, y la del Abogado. El Secretario respectivo
certificará la huella digital del demandante analfabeto.

Los anexos de la demanda que deben acompañarse a la demanda, enumerados


en el artículo 425º del Código Procesal Civil son los siguientes: Copia legible
del documento de identidad del demandante y, en su caso, del representante, el
documento que contiene el poder para iniciar el proceso, cuando se actúe por
apoderado, la prueba que acredite la representación legal del demandante, si se
trata de personas jurídicas o naturales que no pueden comparecer por si
mismas, la prueba de calidad de heredero, cónyuge, curador de bienes,
administrador de bienes comunes, albacea o del título con que actúe el
demandante, salvo que tal calidad sea materia del conflicto de intereses y en el
caso del procurador oficioso, todos los medios probatorios destinados a
sustentar su petitorio, indicando con precisión los datos y lo demás que sea
necesario para su actuación, los documentos probatorios que tuviese en su
poder el demandante. Si no se dispusiera de alguno de éstos, se describirá su
contenido, indicándose con precisión el lugar en que se encuentran y
solicitándose las medidas pertinentes para su incorporación al proceso, copia
certificada del Acta de Conciliación Extrajudicial, en los procesos judiciales
cuya materia se encuentra sujeta a dicho procedimiento previo.

Si bien el artículo 424º, numeral 5, del Código Procesal Civil, establece que la
demanda debe contener el petitorio, que comprende la determinación clara y
concreta de lo que se pide, también lo es que el carácter especial del proceso
laboral, impone una regulación distinta. Por ello, la ley procesal laboral,
precisa que “Debe incluirse, cuando corresponda, la indicación del monto
total del petitorio, así como el monto de cada uno de los extremos que integran
la demanda” (art. 16º.a NLPT). En la demanda laboral acumulativa, el
petitorio puede comprender varios extremos, como el pago de compensación
por tiempo de servicios, pago de gratificaciones, vacaciones, horas extras y
otros. En tal circunstancia, en cada uno de los extremos del petitorio debe
consignarse la cantidad demandada, cuya sumatoria dará lugar al monto total
del petitorio, que según la ley, debe incluirse.

Otra variable, en cuanto a los requisitos de la demanda laboral, está referida a


la no inclusión de “ningún pliego dirigido a la contraparte, los testigos o los
peritos; sin embargo debe indicarse la finalidad de cada medio de prueba”
(art. 16º.b NLPT). Se trata del privilegio del fondo sobre la forma, a que se
refiere uno de los fundamentos del proceso laboral (art. III T. P. NLPT) y de la
aplicación del principio de oralidad, como uno de los paradigmas del nuevo
proceso laboral, a fin de garantizar su transparencia y la materialización de los
principios de inmediatez, concentración y publicidad, entre otros.

Para la fijación de los costos del proceso, entendidos como el pago de los
honorarios profesionales que se hace al abogado patrocinador de la causa, así
como el cinco por ciento destinado al Colegio de Abogados y los honorarios de
los abogados en los casos de Auxilio Judicial (art. 411º del Código Procesal
Civil), la Ley, establece que facultativamente, el demandante, en el escrito de
demanda incluya “de modo expreso su pretensión de reconocimiento de los
honorarios que se pagan con ocasión del proceso”(art. 16º NLPT). Las costas
y costos, son pagados por la parte vencida en el proceso.

Con relación a la acumulación subjetiva, esto es, a la pluralidad de


demandantes, la ley exige como requisito de admisibilidad que se designe “a
uno de ellos para que los represente y señalarse un domicilio procesal único”
(art. 16º NLPT). La exigencia es doble: Primero, que se designe apoderado
común y segundo, que se señale domicilio procesal único. En la acumulación
subjetiva se requiere la existencia de dos factores comunes: uno de orden
material y el otro de orden formal. El primero, referido a los títulos o hechos
conexos entre sí. El segundo, como complemento del anterior: los títulos o
hechos deben requerir pronunciamiento común o uniforme. En consecuencia
las resoluciones finales que han de pronunciarse o se pronuncien en los
procesos acumulados o acumulables, deben incidir en la misma relación
jurídica.
Una de las más relevantes innovaciones de la Nueva Ley Procesal del Trabajo,
se encuentra en la facultad que le reconoce al trabajador para comparecer “al
proceso sin necesidad de abogado cuando el total reclamado no supere las
diez (10) Unidades de Referencia Procesal (URP)” (art. 16º NLPT, in fine). Si
éstas superan el límite señalado “y hasta las setenta (70) Unidades de
Referencia Procesal (URP) es facultad el juez, atendiendo a las circunstancias
del caso, exigir o no la comparecencia con abogado” (art. 16º, in fine). En
ambos casos, deberá “emplearse el formato de demanda aprobado por el
Poder Judicial” (art. 16º, in fine NLPT).

A continuación se examinan los requisitos que debe contener la demanda, para


luego referirnos a los anexos:

a) Designación del Juez ante quien se interpone la demanda: La demanda


es una solicitud dirigida al órgano jurisdiccional, por lo que debe precisarse
a que órgano jurisdiccional va dirigida. En el caso del proceso laboral, será
al Juez competente encargado de resolver las controversias laborales
surgidas entre el empleador y el trabajador, teniendo en cuenta las reglas
que determinan la competencia, según la Ley Procesal del Trabajo. La
competencia, como hemos dicho, constituye un presupuesto procesal para
establecer una relación, jurídico procesal, correspondiendo al Juez de oficio
o a pedido de parte, a través de la excepción, el declarar si es competente o
no para conocer de la demanda interpuesta. Puede decirse en el escrito:
“Señor Juez Especializado en lo Laboral de…” o también puede ser “Señor
Juez Especializado en lo Laboral de Turno de…”.

b) Nombre, datos de identidad, dirección domiciliaria y domicilio procesal


del demandante: Se trata de identificar al accionante. La individualización
e identificación de cualquier persona es posible a través del nombre,
derecho al que tiene toda persona natural. Tanto el nombre como el
documento de identidad nacional (DNI), permite al Juez tener certeza
respecto a la capacidad procesal del accionante, esto es, la aptitud para
ejercer su derecho por si mismo, así como su legitimidad para obrar, vale
decir, identificar a la persona que conforma la relación jurídico sustancial.
Ello, además, permite al Juez conocer si tiene impedimento para dirigir el
proceso y las causas por las cuales podría ser recusado, según lo establecido
por los artículos 305º y 307º del Código Procesal Civil17. Los datos de
identificación del accionante que debe consignar en la demanda, como
requisito de admisibilidad, tiene por objeto, que el accionado conozca a la
persona que lo demanda y de esa manera poder ejercer su derecho de
defensa. Se exige, además se consigne el domicilio real o legal y el
domicilio procesal para los efectos de las notificaciones. El domicilio real,
es aquel en el que habitualmente se reside. El domicilio legal está
predeterminado por la ley, como por ejemplo el de un funcionario público,
que es el lugar donde desempeña sus funciones públicas o el de las personas
jurídicas de acuerdo con sus estatutos. También lo será el domicilio
conyugal o el de los incapaces. El domicilio procesal, es el que
voluntariamente señalan las partes en el proceso y que generalmente, es el
domicilio del abogado que patrocina la causa. El señalamiento de éste
último está sujeto a cierta reglamentación, como por ejemplo, encontrarse
dentro del radio urbano.

c) El nombre y dirección domiciliaria del representante o apoderado del


demandante, si no puede comparecer o no comparece por sí mismo: En
línea con el anterior requisito y con la misma finalidad, si no se comparece
por si mismo, sino a través de representante o apoderado se deberá indicar el
nombre y el domicilio de aquellos.

d) El nombre y dirección domiciliaria del demandado. Si se ignora esta


última, se expresará esta circunstancia bajo juramento que se
entenderá prestado con la presentación de la demanda: En la Ley Nº
26636 se aludía a la persona natural o jurídica, en el entendido de que
normalmente el empleador es el propietario de la empresa, situación distinta
a la que ocurre en el proceso civil, en que generalmente el demandado es
una persona natural. En la precitada norma jurídica el requisito estuvo
redactado de la siguiente manera: “denominación de la persona natural o
jurídica demandada, con indicación de la dirección domiciliaria donde
debe ser notificada”. En caso de ignorarse la dirección domiciliaria del
demandado, deberá consignarse tal circunstancia en el escrito de demanda.
Con éste requisito se identifica al demandado, sea ésta persona natural o
jurídica, a fin de que pueda ser emplazado por el órgano jurisdiccional y

17
Ver artículos 305º y 307º, que contienen las causales de impedimento del Juez para dirigir el
proceso y las causales de recusación, por las cuales, cualquiera puede solicitar al Juez que se
aparte del proceso.
además, se pueda determinar su legitimidad para obrar pasiva, es decir,
identificar al otro sujeto de la relación jurídica sustancial. El correcto
señalamiento del domicilio del demandado encuentra su fundamento en dos
principios básicos y fundamentales: el debido proceso y el derecho de
defensa. La correcta notificación o emplazamiento del demandado permite
determinar la validez del emplazamiento y la seguridad de que ha tomado
conocimiento del proceso instaurado en su contra; y por tanto ejerza su
derecho de defensa18.

e) El petitorio, que comprende la determinación clara y concreta de lo que


se pide: Este requisito se encontraba redactado en el numeral 5, del artículo
15º de la Ley 26636, en los siguientes términos: “Determinación clara y
concreta del petitorio contenido, con indicación de montos cuando los
derechos tenga naturaleza económica o expresión monetaria. La Nueva Ley
Procesal del Trabajo ha tenido en cuenta el carácter especial del proceso
laboral, por lo que en el artículo 16º ha incluido la siguiente precisión:
“Debe incluirse, cuando corresponda, la indicación del monto total del
petitorio, así como el monto de cada uno de los extremos que integran la
demanda” (art. 16º.a NLPT). Estos requisitos son medulares en la demanda,
porque en ellos se concretiza el objeto del proceso o contenido de la acción:
La pretensión, que se dirige al demandado y respecto a la cual ejerce su
derecho de defensa sin poderlo modificar, contradiciendo, oponiéndose o
deduciendo excepciones. El petitorio es el resumen claro y preciso de la
pretensión, que el Juez, tampoco puede modificar y sobre el cual debe emitir
la sentencia. El monto del petitorio, tiene su fundamento en el principio de
congruencia, porque sobre ello debe resolver el Juez, pudiendo corregir los
errores de cálculo en que se pudiera incurrir al efectuar la liquidación,
disponiendo el pago de sumas mayores19. El juez debe resolver según lo
alegado y probado.

f) Los hechos en que se funde el petitorio, expuestos enumeradamente en


forma precisa, con orden y claridad: Este requisito, se encontraba
prescrito en el numeral 6), del artículo 16º de la Ley Nº 26636, juntamente

18
Ver artículos del 431º al 438º, del C. P. C., respecto al emplazamiento del demandado.
19
El artículo 31º de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, respecto al contenido de la demanda,
prescribe que: “El juez puede disponer el pago de sumas mayores a las demandadas si
apareciere error en el cálculo de los derechos demandados o error en la invocación de las
normas aplicables”. El numeral 2) del artículo 48º de la Ley Nº 26636, le otorgaba la misma
facultad al Juez.
con el requisito de la fundamentación jurídica. En el Código Procesal Civil,
los fundamentos de hecho y la fundamentación jurídica, se encuentran en
incisos separados. Los hechos, que constituyen la historia de éstos, deben
ser narrados en forma secuencial y ordenada, clara y precisa, además de
enumerarlos, de modo que pueda facilitar su lectura, contestar la demanda y
fijar los puntos controvertidos. “Alvarez Julia, señala que se han planteado
dos teorías respecto a la exposición de los hechos. Una denominada
sustanciación y, la otra denominada individualización de los hechos. La
primera sostiene que toda relación jurídica litigiosa proviene de hechos que
deben ser expuestos detalladamente, porque son constitutivos de dicha
relación jurídica litigiosa. Esta posición es consecuente con el aforismo d
mihi factum, dabo tibi ius (dadme los hechos y os daré el derecho). La
segunda, señala que no debe darse tanta preeminencia a los hechos, que es
suficiente que se describa la institución jurídica que se pretende, “que la
relación jurídica que el actor hace objeto del proceso y por razón de la cual
solicita tutela jurídica sea designada tan claramente que pueda ser
distinguida con claridad de otras figuras jurídicas”20.

g) La fundamentación jurídica del petitorio: En cuanto a la fundamentación


jurídica, se discute si ello importa una enumeración de las leyes o artículos
que amparan la pretensión del accionante, o debe describirse la institución
jurídica cuya protección se reclama. Sin entrar en mayores detalles,
consideramos que la última posición es la correcta, por lo que la
fundamentación jurídica, no debe concretizarse sólo en una enumeración sin
comentario alguno de la normatividad jurídica invocada.

h) Los medios probatorios: Los medios probatorios se ofrecen con el escrito


de demanda, debiendo tener relación con los hechos que han de probarse.
Los medios probatorios deben responder a las siguientes interrogantes:
¿Cuáles hechos probar?, ¿Cuáles hechos conviene probar? y ¿cuáles hechos
están exentos de prueba?. La Ley Nº 26636, en su artículo 25º, establecía
que los medios probatorios tenían una triple finalidad: a) Acreditar los
hechos expuestos por las partes, b) producir certeza en el juez, respecto de
los hechos controvertidos; y c) fundamentar las decisiones del juez.

20
Álvarez Julia, Luis, “Manual de Derecho Procesal”, pág. 144, cita de Juan Morales Godo, Gaceta
Jurídica, Legislación, Doctrina y Jurisprudencia 1955, tomo 18, Junio, en Derecho Procesal
Civil, Materiales de Lectura, UNT, Facultad de Derecho, pág. 481.
i) Firma del demandante o de su representante o de su apoderado, y del
abogado. El Secretario respectivo certificará la huella digital del
demandante analfabeto: La Ley Nº 26636, tenía una redacción similar. La
firma en la demanda, sea del propio demandante, su representante legal o su
apoderado y de la huella digital de quien no sabe leer ni escribir, constituye
la ratificación de la voluntad de demandar, de solicitar la tutela
jurisdiccional.

j) Situación laboral del demandante, si es un trabajador individual, con


indicación del tiempo de servicios, función o cargo desempeñados y la
última remuneración percibida: La Nueva Ley Procesal del Trabajo, no
hace referencia a este requisito que si se encontraba en la Ley Nº 26636. Se
trata de un dato de suma importancia que debe consignarse en el escrito de
demanda. El Juez debe conocer la situación del demandante, si se encuentra
laborando o se trata de un trabajador con vínculo laboral concluido. De este
modo conocerá la urgencia de concluir el proceso, teniendo en cuenta que
un desocupado tiene más urgencias económicas que un trabajador activo. El
récord laboral, el cargo desempeñado y la última remuneración percibida
constituyen datos que permitirán liquidar con la mayor exactitud los montos
que debe pagar el demandado. Por ello se sugiere que éstos datos se sigan
consignando en las demandas.

Los anexos que deben acompañarse a la demanda, de conformidad con el


artículo 425º del Código Procesal Civil, son los siguientes:

 Copia legible del documento de identidad del demandante, y en su caso,


del representante.
 El documento que contiene el poder para iniciar el proceso cuando se actúe
por apoderado.
 La prueba que acredite la representación legal del demandante, si se trata
de persona jurídica o naturales que no puedan comparecer por si mismas.
Tratándose de organizaciones sindicales, sus representantes acreditarán su
condición de tales, con el acta de designación y demás documentos.
 La prueba de calidad de heredero, cónyuge, curador de bienes,
administrador de bienes comunes, albacea o del título con que actúe el
demandante, salvo que tal calidad sea materia del conflicto de intereses y
en el caso del procurador oficioso.
 Todos los medios probatorios destinados a sustanciar el petitorio,
indicando con precisión los datos y lo demás que sea necesario para su
actuación.
 Los documentos probatorios que tuviese en su poder el demandante. Si no
dispusiera de alguno de éstos, se describirá su contenido, indicándose con
precisión el lugar en que se encuentran, solicitándose las medidas
pertinentes para su incorporación al proceso.
 Copia certificada del Acta de Conciliación Extrajudicial, en los procesos
judiciales cuya materia se encuentra sujeta a dicho procedimiento previo.

8.4. Calificación de la demanda (Admisión de la demanda).

“El Juez verifica el cumplimiento de los requisitos de la


demanda dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes de
recibida. Si observa el incumplimiento de alguno de los
requisitos concede al demandante cinco (5) días hábiles para
que subsane la omisión o defecto, bajo apercibimiento de
declararse la conclusión del proceso y el archivo del
expediente. La resolución que disponga la conclusión del
proceso es apelable en el plazo de cinco (5) días hábiles.

Excepcionalmente, en el caso de que la improcedencia de la


demanda sea notoria, el juez la rechazará de plano en
resolución fundamentada. La resolución es apelable en el plazo
de cinco (5) días hábiles” (art. 17º NLPT).

Ver además, artículos 42º, literal a), 48º, literal a), 50º de la Nueva Ley
Procesal del Trabajo, que se refieren a la calificación de demanda en los
procesos ordinarios, abreviados y proceso impugnatorio de laudos arbitrales,
respectivamente.

El Juez puede calificarla positivamente admitiéndola a trámite, con el


correspondiente emplazamiento del demandado, citando a la Audiencia de
Conciliación. Si faltare alguno de los requisitos exigidos por la ley, concederá
al accionante el plazo de cinco días para que subsane la omisión. Si el
requisito omitido es uno de fondo, por tratarse de una condición de la acción o
de un presupuesto procesal, la rechazará, declarando su improcedencia,
mediante resolución debidamente fundamentada susceptible de impugnación.
En puridad, la demanda sólo será calificada positivamente, si reúne los
requisitos formales y de fondo, exigidos por la Ley, de modo que si faltare un
requisito de forma o de fondo, puede rechazarla, calificándola negativamente,
declarando su inadmisibilidad o improcedencia.

Un tema discutido en la doctrina, con respecto al rechazo de la demanda,


declarando su inadmisibilidad o improcedencia, es aquel que afirma que siendo
el derecho de acción un derecho constitucional, la demanda debe
necesariamente admitirse dándole el trámite que por ley le corresponde. Caso
contrario, si es rechazada liminarmente se estaría frente a una violación
constitucional. Sobre el particular Nelson Ramírez Jiménez21, contradiciendo
esta tesis sostiene “que el derecho de acción ya se ejerció al interponer la
demanda y por consiguiente, si ésta se declara inmediatamente inadmisible o
improcedente, no se ha violado derecho constitucional alguno del pretensor”.
Apoya tal afirmación en lo expresado por Peyrano, quien en su modo de ver,
aclara las dudas. Este autor precisa que: “La acción es un derecho abstracto y
autónomo. Ahora bien ¿la posibilidad de que el órgano jurisdiccional rechace
in limine una pretensión, conlleva algún menoscabo para dicha concepción?.
Estamos persuadidos de que ello no ocurre”. Para tal efecto, sostiene que debe
distinguirse “entre el rechazo in limine de la acción y el rechazo ab initio de la
pretensión. En puridad la primera jamás podrá ser rechazada, porque por
necesidad cumplirá igualmente con su función primordial que no es otra que la
de dar pie al inicio del accionar jurisdiccional y a la formación de un proceso.
En cambio la segunda puede ser repelida inauguralmente por influencia de
diversos motivos. El derecho de acción es un derecho de acudir a los
tribunales, a ser oído en los estrados judiciales: no es un derecho absoluto a la
sustanciación íntegra, completa y acabada del juicio promovido…

La demanda, una vez presentada, inaugura irrevocablemente el proceso. Lo


dicho no invalida que, por ejemplo, por un déficit en las condiciones de
procedibilidad de la demanda, el Tribunal no le de curso en el sentido de no
reputarla idónea para servir de pie para la prosecución del trámite. Los
principios de autoridad y de economía procesal justifican que el juez no pueda

21
Obra citada.
permanecer impasible ante la proposición de demandas cuya sustanciación sólo
se traduciría en un inútil dispendio de actividad jurisdiccional.

Aun cuando se pueda coincidir con tales afirmaciones, es preciso considerar


que tal rechazo exige sumo cuidado y un riguroso análisis que evite privar del
derecho que las personas tienen de solicitar la tutela jurisdiccional; pues ello,
puede convertirse en un obstáculo para el acceso a la justicia; hecho totalmente
inaceptable; mucho más si es consecuencia de la falta de idoneidad o
incompetencia del órgano jurisdiccional.

Sobre este tema, Víctor Ticona Postigo22, dice que “Un sector muy importante
de la doctrina (Clemente A. Díaz, Goldschmidt, Allorio, Ugo Rocco, Colombo)
sostienen que la demanda (continente) así como la pretensión (contenido) debe
ser sometida por el Juez, en la oportunidad correspondiente, a los exámenes o
juicios de habilidad (sobre la competencia), de atendibilidad (que la demanda
no se haya interpuesto con animus iocandi), de utilidad (interés para obrar), de
proponibilidad objetiva de la pretensión (sobre la aptitud para juzgar), de
admisibilidad, de procedibilidad y de fundabilidad”.
En nuestro ordenamiento procesal laboral se admite que la demanda sea
sometida a examen del Juez y determine, si es inadmisible, improcedente o
infundada.

La calificación de la demanda, constituye una decisión que exige la mayor


ponderación y prudencia del Juez, de modo que no incurra en abuso y califique
negativamente una demanda que debió ser admitida a trámite. Abordemos,
entonces, los temas de admisibilidad e improcedencia de la demanda.

8.4.1. Inadmisibilidad de la demanda.

22
Ticona Postigo Víctor, Admisibilidad y procedibilidad de la demanda, en Comentarios al Código
Procesal Civil, en Materiales de Lectura, T. I. UNT, Facultad de Derecho, obra citada, pág. 498.
“El juez verifica el cumplimiento de los requisitos de la
demanda dentro de los cinco (5) días hábiles siguientes de
recibida. Si observa el incumplimiento de alguno de los
requisitos, concede al demandante cinco (5) días hábiles
para que subsane la omisión o defecto, bajo apercibimiento
de declararse la conclusión del proceso y el archivo del
expediente. La resolución que disponga la conclusión del
proceso es apelable en el plazo de cinco (5) días hábiles”
(art. 17º NLPT).

La Ley Nº 26636, tenía una redacción similar. Nuestra Ley Procesal


del Trabajo en forma genérica concede al Juez la facultad de admitir
provisionalmente la demanda, pero sin tramitarla, cuando es presentada
sin los requisitos o anexos señalados en los artículos 424ºº y 425º, del
Código Procesal Civil, lo que debe entenderse que cualquier requisito
de los señalados en los precitados artículos, que faltare, dará lugar a la
inadmisibilidad de la demanda, más no a la improcedencia conforme lo
señala el mismo artículo de la ley, en su parte final. Se considera como
causal de inadmisibilidad, por ejemplo, el no acompañar los anexos
exigidos por la ley, el petitorio sea impreciso o incompleto, no se
presente las pruebas de las que intenta valerse, faltó la firma del
demandante, apoderado o representante legal del demandante, entre
otras.
En todo caso, es el artículo 426º del Código Procesal Civil, el que
precisa que “El Juez declarará inadmisible la demanda, cuando: 1. No
tenga los requisitos legales; 2. No se acompañen los anexos exigidos
por ley, 3. El petitorio sea incompleto o impreciso; o 4. La vía
procedimental propuesta no corresponda a la naturaleza del petitorio o
al valor de este, salvo que la ley permita su adaptación”. El plazo que
el Juez debe otorgar para subsanar las omisiones, o defectos de la
demanda, es de cinco días hábiles, por mandato expreso del artículo 17º
de la Nueva Ley Procesal del Trabajo, “bajo apercibimiento de
declararse la conclusión del proceso y el archivo del expediente” (art.
17º NLPT, parte pertinente). Es oportuno aclarar que ésta resolución, no
es susceptible de apelación, situación diferente de la resolución que
declara la conclusión del proceso que “es apelable en el plazo de cinco
(5) días hábiles siguientes” (art. 17º NLPT). Se entiende que el Juez,
debe indicar con claridad los requisitos o anexos que se hubieran
incumplido.

La declaración de inadmisibilidad de la demanda no inhabilita al


justiciable para demandar nuevamente sobre los mismos hechos.

8.4.2. Improcedencia de la demanda.

“Excepcionalmente, en el caso de que la improcedencia de la


demanda sea notoria, el juez la rechaza de plano en
resolución fundamentada. La resolución es apelable en el
plazo de cinco (5) días hábiles siguientes” (art.17º NLPT).

La declaración de improcedencia de la demanda, es la decisión que


adopta el Juez al verificar que carece de uno o más requisitos de fondo.
Su decisión debe constar en una resolución “fundamentada”. Si bien la
Nueva Ley Procesal del Trabajo, respecto a los requisitos que pudieran
faltarle a la demanda, no nos remite al Código Procesal Civil, como si lo
hizo la Ley Nº 26636, no debemos olvidar el carácter supletorio de la
norma procesal civil que se aplica en todo aquello no previsto por la ley
procesal del trabajo. Se trata de una decisión excepcional que debe
adoptar el juez sólo cuando la improcedencia es notoria, de modo que si
no es notoria o tiene dudas, debe admitirla, a fin de evitar la indefensión
del justiciable. Por ello, se prevé que la decisión deba constar en una
resolución debidamente fundamentada. La declaración de improcedencia
da lugar al rechazo de plano de la demanda, esto es, sin conceder traslado
o plazo de subsanación.

Las causales de improcedencia de la demanda, se encuentran


contempladas en una lista cerrada del artículo 427º del Código Procesal
Civil y dentro de ellas las condiciones de la acción. Veamos en forma
sucinta cada una de las causales:

a) El demandante carezca evidentemente de legitimidad para


obrar: Es una condición de la acción y exige que exista identidad
entre el actor y el derecho reclamado (legitimidad para obrar activa).
Así mismo identidad con el derecho violado y la persona obligada
(legitimidad para obrar pasiva), o mejor la persona que ha violado o
incumplido el derecho exigido. A ello es lo que se le denomina
“legitimidad para obrar”, que será activa si corresponde al
accionante y pasiva, si corresponde al accionado. Para que el Juez
califique positivamente la demanda, no es suficiente que la
legitimación corresponda a aquel que hace valer el derecho, sino que
además debe hacerse valer contra aquel que ha violado o incumplido
el derecho exigido. Es una condición, según lo expresado por
Giusseppe Chiovenda, para obtener una sentencia favorable,
exigiendo que el accionante posea un título que lo habilite para
seguir el proceso y que el demandado sea la persona obligada. Esto
es, que el demandante sea la persona a quien la ley le favorece y el
demandado, sea la persona obligada. En otras palabras, la relación
jurídico material, que existe entre el acreedor y el deudor se traslade
a la relación procesal. Si del texto de la demanda y sus anexos, el
juez constata que no existe correspondencia entre los sujetos de la
relación material y los sujetos de la relación jurídica procesal,
declara improcedente la demanda.

b) El demandante carezca manifiestamente de interés para obrar:


Es también considerada como un requisito de la acción y se produce
cuando la demanda se ha interpuesto, sin que hubiera vencido el
plazo. Se trata del interés para obrar, para ejecutar la acción y pedir
la Tutela Jurisdiccional, ante el estado de necesidad en que se
encuentra una persona para defender su o sus derechos violados. En
éste caso el accionante no sólo pedirá la tutela, sino que al mismo
tiempo buscará conseguir dicha tutela. Un caso de carencia
manifiesta para la declaración de improcedencia de una demanda,
sería el caso de un servidor público que mediante Acción
contencioso Administrativa, demanda el pago de sus beneficios
sociales sin agotar previamente la vía administrativa. Igualmente,
cuando los herederos de un trabajador fallecido, sin antes haber sido
declarados herederos interponen demanda. Si del examen de la
demanda y los anexos se concluye que falta esta condición, la
demanda será declarada improcedente. También lo será cuando el
trabajador demanda el cese de actos hostilizatorios, sin que
previamente haya emplazado al empleador por escrito “imputándole
el acto de hostilidad correspondiente, otorgándole un plazo
razonable no menos de seis días naturales para que efectúe su
descargo o enmiende su conducta, según el caso” (art. 30º, última
parte LPCL).

c) Advierta la caducidad del derecho23: Por la caducidad se extingue


el derecho y la acción que “viene impuesta por la ley (“ope legis”) y
los tribunales, si efectivamente ha transcurrido el plazo deben
declararla de oficio aunque el demandado no haya alegado nada a
ese respecto”24. Por ejemplo, el plazo de treinta (30) días para
demandar la nulidad del despido, el cese de hostilidades o el pago de
la indemnización por despido arbitrario a que se refiere el artículo
36º de la Ley de Productividad y Competitividad Laboral, es uno de
caducidad, de modo que si la demanda se interpone después de
transcurrido dicho plazo, el Juez la declarará improcedente.

d) Carezca de competencia: La competencia del juez constituye un


presupuesto procesal, cuya ausencia podría invalidar el
proceso. Pueden darse los siguientes casos: 1) En la competencia
absoluta (por razón de turno, grado, cuantía, materia), la demanda
será declarada improcedente si se interpone ante juez incompetente y
2) En la competencia por territorio, que es la competencia relativa,
puede producirse lo que se denomina la prórroga de la competencia.
En este caso, el juez no declara la improcedencia de oficio, sino a
instancia de parte, a través de la excepción de incompetencia. El
Código Procesal Civil la considera como causal de improcedencia a
despecho de lo que el mismo prescribe, que la declaración de
improcedencia se produce cuando la omisión o el defecto es de un
requisito de fondo.

e) No exista conexión lógica entre los hechos y el petitorio: Se trata


de la falta de lógica congruente entre los fundamentos de hecho y las
pretensiones procesales, a los que le sirve de sustento. Los hechos no
solo tienen que ver con la existencia del derecho pretendido, sino

23
La caducidad se encuentra regulada en los artículos del 2003º al 2007º del Código Civil.
24
García Ortega Jesús, Ramírez Martinez Juan M. y Sala Franco Tomás: obra citada pág. 88.
que además, éstos constituyen su respaldo. Sin esta relación la
pretensión procesal estaría huérfana de respaldo, y por tanto la
demanda tiene que declararse improcedente.

f) El petitorio fuese jurídica o físicamente imposible: La demanda


debe contener pretensiones procesales jurídica o físicamente
posibles. “Esta causal de improcedencia de la demanda nos conduce
necesariamente a tocar el tema del caso justiciable. Se dice que un
caso es justiciable cuando concurren por lo menos tres requisitos: a)
que se refiera a un conflicto intersubjetivo de intereses, b) que este
conflicto tenga relevancia jurídica, y c) que ese conflicto sea
ventilable y resuelto en sede jurisdiccional, es decir, que en el
ordenamiento jurídico no exista norma expresa que prohíba
resolverse ese caso en un proceso jurisdiccional”25

g) Contenga una indebida acumulación de pretensiones: Estaremos


ante una indebida acumulación de pretensiones cuando el accionante
solicita, de un lado, el pago de la indemnización por despido
arbitrario y al mismo tiempo solicita la reposición en su puesto de
trabajo.

h) La existencia de la voluntad de la ley, que asegure al actor algún


bien y que obligue al demandado a alguna pretensión: Es una
condición de la acción no considerada dentro de la relación de
causales que enumera el artículo 427º del Código Procesal Civil,
pero que sin embargo, si es detectada por el Juez al momento de
calificar la demanda, declarará la improcedencia de la demanda. Por
esta condición, la pretensión del actor no debe estar prohibida por la
Ley, lo que significa que no se podrá demandar por hechos que no se
encuentren amparados por la Ley. Por ejemplo demandar la
restitución de las horas extras que fueron prestadas en forma fija y
permanente durante un lapso de tiempo.

En el penúltimo párrafo del artículo 427º, del Código Procesal Civil, se


prescribe que si el Juez estimare que la demanda es manifiestamente
improcedente la declarará así de plano, expresando los fundamentos de

25
Ticona Postigo, Víctor: El Debido Proceso y la demanda civil, T. I, Editorial Rodhas, Primera
Edición, febrero 1998, Lima – Perú, pág.366.
su decisión, disponiendo la devolución de los anexos. Si la declaración de
improcedencia es declarada cuando ésta es manifiesta, cabe preguntarse
¿qué ocurre si ésta no es manifiestamente improcedente y el Juez califica
positivamente la demanda? En éste caso será el demandado quien tendrá
que deducir la correspondiente excepción, a fin de que se declare la
improcedencia. De no formularse excepción, el juez puede declarar la
improcedencia en la etapa del saneamiento procesal, evitando nulidades
posteriores.

8.5. Demanda de Liquidación de Derechos Individuales.

“Cuando en una sentencia se declare la existencia de afectación de un


derecho que corresponda a un grupo o categoría de prestadores de
servicios, con contenido patrimonial, los miembros del grupo o
categoría o quienes individualmente hubiesen sido afectados pueden
iniciar, sobre la base de dicha sentencia, procesos individuales de
liquidación del derecho reconocido, siempre y cuando la sentencia
declarativa haya sido dictada por el Tribunal Constitucional o la
Corte Suprema de Justicia de la República, y haya pasado en
autoridad de cosa juzgada.

En el proceso individual de liquidación de derecho reconocido es


improcedente negar el hecho declarado lesivo en la sentencia del
Tribunal Constitucional o de la Corte Suprema de Justicia de la
República. El demandado puede, en todo caso, demostrar que el
demandante no se encuentra en el ámbito fáctico recogido en la
sentencia” (art. 18º NLPT).

Se trata de sentencias declarativas, con contenido patrimonial, que puedan


dictarse a favor de un grupo de trabajadores, pertenecientes o no a una
categoría de trabajadores, a partir de la cual, los trabajadores individuales
afectados, pueden iniciar la reclamación, a través de procesos individuales de
liquidación del derecho reconocido en la precitada sentencia declarativa.

Para la procedencia de las demandas individuales, es preciso se den los


siguientes requisitos:
 La sentencia declarativa debe haber sido dictada por el Tribunal
Constitucional o la Corte Suprema de Justicia de la República.
 Haya pasado en autoridad de cosa juzgada.
 Los reclamantes deben acreditar que formaron parte de la acción
colectiva.

Deviene en improcedente la negación del demandado del derecho reconocido


en la sentencia declarativa. Este, en todo caso, deberá demostrar que el
demandante no es beneficiario de la sentencia.

8.6. Caso Especial de Procedencia de la Demanda.

“En el caso de pretensiones referidas a la prestación personal de


servicios de naturaleza laboral o administrativa de derecho público,
no es exigible el agotamiento de la vía administrativa establecida
según la legislación general del procedimiento administrativo, salvo
que en el correspondiente régimen se haya establecido un
procedimiento previo ante un órgano o tribunal específico, en cuyo
caso debe recurrirse ante ellos antes de acudir al proceso contencioso
– administrativo” (art. 20º NLPT).

El supuesto que regula la Ley, respecto a la procedencia especial de la


demanda sin el requisito de agotar la vía administrativa, es que las pretensiones
estén referidas a la prestación personal de servicios, de naturaleza laboral o
administrativa de derecho público, en cuyo caso no será necesario agotar la vía
administrativa. El fundamento de esta disposición estaría en el carácter especial
de las pretensiones que se tramitan en el proceso laboral, que en muchos de los
casos son urgentes, tal como lo son los alimentos. El segundo supuesto lo
constituye la obligación de recurrir al órgano o tribunal específico, si el
correspondiente régimen hubiera establecido un procedimiento previo, antes de
accionar en la vía contencioso – administrativo.

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