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concentraciones de sus componentes (que difieren en función del yacimiento de origen) y para la
medida de la concentración de la sustancia odorante que se adiciona al mismo.
En esta técnica analítica, un pequeño volumen de muestra, mezcla de varios componentes, se inyecta en
un flujo de gas portador que lo introduce y empuja a través de una columna. Dentro de ella los
componentes se separan y alcanzan el detector en tiempos distintos. Cuando un componente llega al
detector se genera una señal en forma de pico, siendo el área situada bajo la curva directamente
proporcional a la concentración del componente. Esta concentración puede calcularse mediante
comparación del área obtenida para la muestra con la facilitada por el equipo para una concentración
conocida. A esta operación se denomina calibrado y se realiza con gases de calibración estables y
trazables a patrones nacionales o internacionales.
La cromatografía de gases es una técnica analítica cuya utilización está ampliamente extendida en la
industria gasista. Se aplica para la determinación de las concentraciones de los componentes del gas
natural y para la medida de la concentración del odorante que se adiciona al mismo.
El gas natural está constituido principalmente por un conjunto de hidrocarburos entre los que el metano
se presenta en proporción superior al 70 %. Los componentes que acompañan al metano son
hidrocarburos saturados de bajo peso molecular, tales como etano, propano, butanos, pentanos e
hidrocarburos superiores. Además, suele contener dióxido de carbono y nitrógeno y otros componentes
en menor concentración, como sulfuro de hidrógeno, agua y helio.
La concentración en la que se encuentra cada uno de los componentes depende del yacimiento de
origen del gas natural. Desde este yacimiento al punto de consumo el gas puede transportarse tanto por
tubería como, tras su licuación, en buques metaneros o camiones cisterna. Previamente a la operación
de licuado, los gases se someten a un tratamiento mediante el cual se eliminan el dióxido de carbono y
los hidrocarburos pesados. La composición del gas natural depende, además de, como se ha indicado, el
yacimiento de origen, de la forma en la que el gas se transporta, pues su composición varía a medida que
determinados componentes pueden disminuir su concentración en función del método, el tiempo y las
condiciones del transporte.
Es habitual que en una red de gas se introduzcan gases naturales de distintas calidades, lo que genera la
necesidad de determinar, en cada punto de entrega, los componentes que constituyen el gas y sus
concentraciones relativas debido a que las propiedades que son de interés para su utilización, como la
entalpía de combustión, la densidad o el factor de compresibilidad, se calculan a partir de la
composición.
1.2. Odorización
Por otra parte, y como medida de seguridad para poder detectar fugas que podrían crear una atmósfera
potencialmente explosiva, se añaden al gas natural sustancias odorantes que permiten detectar
olfativamente su presencia en el aire cuando está todavía en concentraciones muy bajas.
Los odorantes suelen ser compuestos de azufre que se inyectan en determinados puntos de la red de
gasoductos en cantidades establecidas por la regulación [1], siendo necesario efectuar medidas de la
concentración de los mismos para garantizar que se cumplen los valores establecidos.
La cromatografía de gases es una técnica analítica que permite separar, identificar y determinar la
concentración de cada uno de los componentes de una muestra.
Durante el proceso de medida un pequeño volumen de muestra se inyecta en un flujo de gas portador
que lo introduce y empuja a través de una columna. Dentro de ella, como consecuencia de interacciones
físico-químicas, los componentes se separan y alcanzan el detector en tiempos distintos. Cuando un
componente llega al detector, éste genera una señal en forma de pico, siendo el área situada bajo la
curva directamente proporcional a la concentración del mismo en la muestra. Al conjunto de los picos
generados por todos los componentes de la muestra se le denomina cromatograma (figura 2).
La identificación de cada pico se lleva a cabo mediante la inyección en el sistema de componentes puros,
mientras que el cálculo de la concentración de cada componente en la muestra se realiza mediante la
comparación del área obtenida para la muestra con la obtenida para un gas de calibración de
composición conocida.
Los cromatógrafos que se utilizan en la industria gasista disponen de las columnas y detectores
adecuados para la separación y detección de los componentes del gas natural. Además, estos
instrumentos tienen la capacidad de trabajar de forma desatendida y disponen de sistemas de
protección contra explosiones.
Existen otros modelos, específicos para su utilización en laboratorio, que no tienen por qué cumplir estos
últimos requisitos.
Estos equipos, al margen de esta especificidad, están constituidos por las tres partes fundamentales
indicadas anteriormente, que se describen en mayor detalle en los siguientes apartados.
Se denomina sistema de inyección al mecanismo mediante el cual se introduce la muestra dentro del
equipo de análisis. Los sistemas de inyección más habituales para el análisis de gases son válvulas
neumáticas o inyectores micro-electromecánicos. Ambos sistemas permiten la entrada en la columna de
un volumen muy preciso de gas. A nivel de laboratorio existen también jeringas estancas que pueden
utilizarse para la introducción de muestras gaseosas en el cromatógrafo, si bien su utilización es cada vez
menos frecuente.
3.2. Sistema de separación
Las columnas constituyen la parte del cromatógrafo dónde se efectúa la separación de los componentes
(figura 4).
Exteriormente están constituidas por un tubo que puede ser de distintos diámetros y de diferentes
materiales inertes.
Internamente la columna puede contener un relleno sólido (denominado soporte sólido), un relleno
líquido (denominado fase estacionaria) o coexistir ambos tipos de rellenos.
Debido a su longitud, las columnas suelen estar enrolladas en espiral y se mantienen calientes a una
temperatura que puede ser constante o variable a lo largo del tiempo del análisis.
Un efecto de empuje provocado por la presión del gas portador (denominado fase móvil).
Cada componente, dependiendo de sus características físico-químicas, tarda un tiempo diferente en salir
de la columna. Este tiempo se denomina tiempo de retención y es constante si se mantienen las mismas
condiciones de operación (columna, temperatura y presión de gas portador), por lo que sirve para la
identificación del compuesto.
El detector más ampliamente utilizado en la industria del gas natural es el detector de conductividad
térmica (TCD) debido a su linealidad, su universalidad y sus bajos requerimientos, ya que sólo necesita
para su funcionamiento gas portador (a diferencia de otros detectores que requieren otros gases
auxiliares).
térmica del gas que fluye a su alrededor. Los cambios en la conductividad térmica causan una variación
de temperatura en
el elemento que es detectada como un cambio en la resistencia (figura 5). Estos detectores se componen
de:
Detector de medida: por el que circula el gas procedente de la columna. Cuando un componente llega al
detector de medida se genera una diferencia de resistencia entre ambos detectores que se representa
mediante un pico en el cromatograma.
A nivel de laboratorio se utilizan asimismo algunos detectores de mayor sensibilidad y selectividad como
son el detector de ionización de llama (FID), para el análisis de hidrocarburos, o los detectores
fotométricos de llama (FPD) o de quimioluminiscencia (SCD), para el análisis de compuestos de azufre.
Este gas portador debe ser de una elevada pureza, ya que la presencia de impurezas, como
hidrocarburos, origina ruido en la línea base del cromatograma disminuyendo la sensibilidad y los límites
de detección de la separación. De igual modo, las trazas de agua y oxígeno pueden descomponer la fase
estacionaria (y con ello provocar la destrucción prematura de la columna) o generar la corrosión del
filamento del detector.
Los detectores necesitan gases auxiliares de alta pureza para su funcionamiento. De este modo los
detectores FID, FPD y SCD requieren aire sintético e hidrógeno, mientras que, como ya se ha indicado, los
detectores TCD emplean el mismo gas portador del sistema.
Para la calibración del equipo se utilizan mezclas de gases, de composición certificada, que permiten
establecer una relación entre la señal que facilita el detector y la concentración.
Idealmente la composición del gas de calibración debe ser lo más parecida posible a la del gas a analizar.
No obstante, cuando se necesita analizar muestras variables dentro de un rango amplio de
concentración, se recomienda la utilización de varios gases de calibración que permitan definir la curva
de respuesta del sistema de medida para dicho rango.
Los gases de calibración utilizados deben ser estables en las condiciones de presión y temperatura de
uso y su concentración debe ser trazable a patrones nacionales o internacionales. La regulación española
[1] establece, además, que su composición debe ser certificada por un laboratorio acreditado [2].
8. Conclusiones
La cromatografía de gases se aplica en la industria del gas natural para la determinación de las
concentraciones de sus componentes y para la medida de la concentración del odorante que se adiciona
al mismo.
Aunque en sí misma no es una técnica analítica simple, los fabricantes han desarrollado modelos de
cromatógrafos que permiten realizar medidas de forma desatendida y en presencia de atmósferas
potencialmente explosivas.
Estos equipos pueden calibrarse de forma automática utilizando mezclas de gases de calibración que
sean estables y trazables a patrones nacionales o internacionales.