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Historia clínica
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Duración del cuadro clínico y contexto. En el niño, ante una disfagia aguda,
hay que descartar la presencia de un cuerpo extraño; en el adulto con odinofagia,
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506 Otorrinolaringología y patología cervicofacial
Exploración física
dos o sólidos. La deglución de alimentos (yogur, papillas, etc.) teñidos con ciertos
colorantes (empleados para dar color a los postres infantiles) constituye una prueba
útil, para valorar la integridad de la función orofaríngea, ya que la tinción del vestí-
bulo laríngeo, la tráquea o la nasofaringe señala la dirección anómala del flujo, así
como los puntos que posiblemente necesitan tratamiento. También se ha empleado,
para realizar esta prueba, el azul de metileno.
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Pruebas complementarias
Estudios radiológicos
Radiología de partes blandas. No aporta mucha información en el estudio de la
disfagia, excepto en la detección de cuerpos extraños. En ocasiones, las calcificacio-
nes de la laringe se confunden con huesos pequeños que hayan podido ser ingeridos,
lo que limita la utilidad de esta prueba.
Examen endoscópico
Para el estudio de la faringe y la laringe se utiliza el fibroscopio flexible. Se trata
de una exploración obligada en todo paciente que presenta molestias faríngeas, ya
que es una prueba sencilla y bien tolerada por éste. Permite examinar la faringe y la
laringe, aunque no es adecuada para valorar el esófago cervical o torácico. En oca-
siones, la fibroscopia se realiza durante la deglución de distintas sustancias (yogur,
gelatina coloreada, etc.), para ampliar el estudio de la función faríngea.
Clásicamente, la exploración endoscópica del esófago (esofagoscopia) se realiza-
ba mediante endoscopio rígido, bajo anestesia general. Hoy en día, ha quedado rele-
gado por el endoscopio flexible a la extracción de ciertos cuerpos extraños y a la
toma de biopsias fundamentalmente. La endoscopia flexible se realiza con el esofa-
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Manometría
La manometría se utiliza para medir las variaciones de presión intraluminales del
esófago y sus paredes y esfínteres, durante la deglución. Para realizarla se introduce
un catéter conectado a un manómetro por la fosa nasal hasta llegar al extremo dis-
tal del esófago y se va retirando centímetro a centímetro hasta la faringe, a la vez
que se efectúa un registro de la presión en cada etapa. Esta exploración se reserva
para los pacientes con disfagia en los que las pruebas radiológicas y endoscópicas
no son concluyentes. Con la manometría se detectan las alteraciones características
de la acalasia (flaccidez de las paredes del esófago con alteración en la relajación
del esfínter esofágico inferior) o de otras patologías, como lupus eritematoso o bien
artritis reumatoide, donde hay una caída en el tono del esófago distal y una dismi-
nución de las presiones intraluminales.
Historia clínica
Valoración psicoacústica
Al mismo tiempo que se realiza la anamnesis, debe hacerse una valoración sub-
jetiva de la calidad de voz del paciente, para formarse una idea de la patología que
éste presenta. Se considera voz normal aquella que tiene un timbre agradable, un
volumen adecuado y un tono correspondiente a la edad, el género y la complexión,
con capacidad de inflexión de tono y volumen para expresar énfasis, intencionali-
dad, significado, etc.
Existe un método, conocido como sistema GRABS, utilizado con frecuencia para
valorar las características de una voz disfónica. En inglés, las siglas de este vocablo
corresponden a las siguientes palabras: G: grade (grado), R: rough (ronquera),
A: astenic (asténica), B: breathy (aérea) y S: strain (tensa o constreñida).
Cada uno de los apartados se valora en una escala de 4 puntos (0 = normal;
1 = ligero; 2 = moderado, y 3 = extremo). La suma de todos los apartados da una
idea del grado de afectación. Es importante darse cuenta de que no es posible
alcanzar el máximo de disfonía con 15 puntos, ya que algunas de estas caracterís-
ticas se contraponen; por ejemplo, una voz con pérdida aérea (B) no puede ser
tensa o constreñida (S). Los atributos R y B se asocian en mayor grado a lesiones
orgánicas en donde predomina la disminución de la vibración (R) y el defecto de
cierre (B); una voz ronca (R) puede producirse por una simple interposición muco-
sa entre los bordes libres de las cuerdas o bien por una infiltración tumoral de la
glotis. El caso más llamativo de voz aérea se produce cuando hay parálisis unilate-
ral de la cuerda vocal y se dificulta el cierre de la glotis para la fonación. En prin-
cipio, los atributos A y S se asocian más a lesiones funcionales, en donde hay can-
sancio vocal (A) y emisión hiperfónica (S). La voz asténica es aquella que no puede
mantener la fonación si no cambia el timbre, por lo general, hacia un tono más
grave. Algunas enfermedades neurológicas, como miastenia, esclerosis múltiple,
esclerosis lateral amiotrófica (ELA) o enfermedad de Parkinson, se manifiestan en
su inicio con debilidad de la voz (tabla S4-2).
Exploración física
blor esencial, etc.). Para visualizar la laringe se dispone de métodos más o menos
sencillos.
Se precisa un espejillo laríngeo, una fuente de luz, un espejo frontal para dirigir
la luz hacia el espejillo, y un sistema para calentarlo y, de esta forma, evitar que
se empañe. Debe colocarse al paciente sentado, con el cuerpo inclinado hacia
adelante y el cuello ligeramente extendido. El examinador ha de tomar la lengua
del paciente con la mano izquierda, ayudado de una gasa, y tirar de ella hacia
adelante y hacia abajo. Con la mano derecha se mantiene el espejillo previamen-
te calentado y se comprueba su temperatura, apoyándolo en el dorso de la mano.
Luego se introduce el espejillo en la boca del paciente, apoyándolo sobre el pala-
dar blando y la úvula, si bien hay que procurar evitar la faringe posterior, para no
desencadenar el reflejo nauseoso. A continuación se angula el espejo desde esa
posición, para enfocar las distintas zonas que deben valorarse, es decir: base de
la lengua, supraglotis, bandas y cuerdas vocales, senos piriformes y región retro-
cricoidea.
La laringoscopia indirecta constituye una prueba que no requiere gran cantidad
de aparatos, aunque aporta información muy valiosa en el paciente disfónico, ya
que permite valorar la existencia de lesiones orgánicas o funcionales. En la consul-
ta de ORL, esta prueba está siendo sustituida por otros procedimientos más senci-
llos y, a veces, mejor tolerados por el paciente, como la fibroscopia flexible o la
laringoscopia rígida, que ofrecen una visión semejante a la de la laringoscopia
indirecta, pero con la posibilidad de objetivar las imágenes por distintos procedi-
mientos (cámaras, vídeos, etc.) y de hacerse una idea más clara de las relaciones
espaciales.
existe un defecto del cierre glótico, dos causas importantes de disfonía que se esca-
pan a la exploración con otros medios que utilizan luz continua.
La estroboscopia resulta muy útil en el caso de los seguimientos de las laringitis
crónicas; así, cuando hay onda mucosa, existe una razonable seguridad de que no
hay carcinoma microinvasor, lo que evita realizar biopsias innecesarias.
DISFAGIA
No se Se identifica Se identifica
identifica lesión orgánica disfunción
lesión orofaríngea
Si no hay mejoría:
valorar tratamiento
quirúrgico
DISFONÍA
Observación ORL
Laringoscopia
Laringoestroboscopia
Si no hay mejoría:
microcirugía laríngea
Cuando no se detecta lesión alguna mediante los medios anteriores o bien hay
que descartar infiltración del grosor de la cuerda por una lesión leucoplásica se rea-
liza una laringoestroboscopia que, como se ha mencionado antes, permite valorar la
integridad de la onda mucosa, los defectos de cierre, la asimetría entre las cuerdas,
etc. Si se sospecha malignidad, hay que realizar una laringoscopia directa con toma
de biopsia, para decidir la actitud terapéutica que debe tomarse.
Bibliografía recomendada
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