Solo se evalúa el alumno: toma en cuenta rol fundamental el alumno, dando a conocer en base a sus capacidades de aprendizaje, lo que ha comprendido a lo largo del trayecto educativo, para ello se emplean recursos poco aborrecibles, para el otorgándoles conclusiones de lo que se espera obtener poco accesibles para él. El resultado de su evaluación será únicamente responsabilidad del estudiante, el profesor solo será el encargado de plantearle la información, caracterizándolo por rangos educacionales de aprendizaje según su calificación final. Para enmendar los resultados obtenidos el alumno tendrá responsabilidad absoluta, pues solo el lograra esforzarse y obtener un mejor resultado para la próxima evaluación. 2. SE EVALÚAN SOLAMENTE LOS RESULTADO: Es necesario tomar en cuenta los resultados dentro del proceso del evaluador, pero no solo los resultados. Los presupuestos de los que se parte, las estrategias que se ponen en marcha, las condiciones que se tienen, los procesos que se desencadenan, los ritmos de consecución, la proporción rendimiento esfuerzo…, son también elementos que deben evaluarse. En conclusión, no solo importa qué es lo que se ha conseguido, sino el cómo, a qué precio, con qué ritmo, con qué medios, con cuántos esfuerzos, para que fines, etc. Analizar solo los resultados obtenidos es, cuando menos parcial. Y la parcialidad suele ir acompañada de imprecisión y de tergiversiones. 3. SE EVALÚAN SÓLO LOS CONOCIMIENTO: El proceso de enseñanza/aprendizaje se realiza sobre un cuerpo de conocimientos más o menos estructurados, más o menos interesantes, lo cual es necesario ya que es imposible aprender del vacío, es decir sin conocimientos. No se puede, pues, rechazar el aprendizaje de contenidos, porque son necesarios para articular el pensamiento, para adaptarse a la realidad y para poder manejarla. Ahora bien, limitarse a la evaluación de conocimientos supone un reduccionismo escandaloso. Existen otra serie aspectos relevantes, que no se contemplan debidamente en el proceso del evaluador: actitudes, destrezas, hábitos, valores, etc. Un evaluador que solo se basa en el conocimiento, estará utilizando viejas prácticas de evaluación basadas en la memoria. 4. SÓLO SE EVALÚAN LOS RESULTADOS DIRECTOS, PRETENDIDO: Al poner en práctica los métodos de evaluación asía los alumnos, muchas veces no se toma en cuenta las repercusiones k estos criterios conllevan. La obsesión por que los alumnos adquieran un alto nivel de comprensión y aprendizaje muchas veces los llevan a tomar repulsión a los métodos estudiantiles empleados, basándose en la obtención de un resultado directo y no en los efectos secundarios que este otorgara. Para lograr un ambiente ameno hay que tener consideración en como plantear la solución al conflicto, pues da la posibilidad de tener enrarecimientos perjudiciales entre el directorio y los profesores. Para ello se debe tomar en cuenta que estas repercusiones no dañen la innovación empleada para el aprendizaje, sino la recapitalización de los resultados obtenidos englobándolos en un solo contexto ya sean perjudiciales o beneficiosos. 5. SÓLO SE EVALÚAN LOS EFECTOS OBSERVABLE: Existen efectos que no son observables, estos efectos –buscados o no- suelen pasar inadvertidos a los ojos del evaluador. Se podría objetar que no es posible evaluar los efectos no observables. No es así. Lo no observable no es equivalente a lo no existente. Ni a lo no relevante. Ni, por supuesto, a lo no evaluable. Al menos, desde una concepción del proceso evaluador que pretenda profundizar en la entraña educativa. Se debe utilizar un método de evaluación más exigente, para poder lograr interpretar los contenidos y los resultados de lo no observable. 6. SE EVALÚA PRINCIPALMENTE LA VERTIENTE NEGATIVA: En la práctica habitual del docente la evaluación está marcada por las correcciones. Una evaluación rigurosa requiere un tratamiento balístico de los fenómenos y de los productos. La comprensión de un proceso adquiere sentido en un análisis estructurado, en el que la interconexión de todos los elementos permite la explicación y el significado. El desequilibrio de perspectiva hace que la escuela esté más atenta a los errores que a los aciertos de los alumnos y que los equipos de evaluación externa se apresten más a describir problemas y deficiencias que a resaltar valores y logros. Además de factores actitudinales puede influir en esta dinámica selectiva la mayor facilidad que existe de describir la tensión que la calma, el error que el acierto, la guerra que la paz, etc. 7. SÓLO SE EVALÚA A LAS PERSONAS: Es un error someter a los alumnos o a los profesores de un Centro o a los coordinadores de una reforma a una evaluación conclusiva (lo cual encierra juicios de valoración, no meras descripciones de actuación) sin tener en cuenta las condiciones, los medios, los tiempos, los contextos en que se mueven. También es necesario evaluar los establecimientos, hogares, familias, el entorno que rodea al estudiante y profesor para mejorar sus condiciones de estudio. 8. SE EVALÚAN DESCONTEXTUALIZADAMENTE: Se evalúa descontextualizadamente, en forma incoherente con el proceso de enseñanza-aprendizaje, lo que se hace para controlar sus actuaciones. La evaluación no posee un sentido pedagógico sino que se ha transformado en un elemento de control y de selección que se encuentra en manos de la persona que evalúa dependiendo de sus criterios, los que generalmente son subjetivos. En su estado actual, antes que personalizar deshumaniza. A partir de este contexto me encuentro en desacuerdo con la evaluación tradicional porque fragmentada y no evalúa de manera integral para lo cual planteó una evaluación holística. 9. SE EVALÚA CUANTITATIVAMENTE: La pretensión de atribuir números a realidades complejas es un fenómeno cargado de trampas en el área de la educación. El peligro de la evaluación cuantitativa no es solamente la imprecisión sino la apariencia de rigor. Pero, como aparentemente tiene objetividad, genera en los profesores y estudiantes satisfacción en que todo se evalúa bien, pero no es así porque donde quedan las evaluación sicológicas, de formación, de actitud, aptitud, etc. O sea el estudiante esta solo en el colegio solo para sumar puntos y ser el mejor en el ranking, pero como persona sigue siendo un niño. 10. SE UTILIZAN INSTRUMENTOS INADECUADOS: La mayoría de los establecimientos públicos no cuentan con los instrumentos adecuados para una óptima educación de sus estudiantes, esto quiere decir que las herramientas que utilizan son viejas, obsoletas, están en mal estado o simplemente no tienen. Una mala infraestructura de un colegio no ayudara al estudiante a rendir su 100% en las evaluaciones ya que no lo motivara, tal vez pasen frio y se mojen, los libros en mal estados, bibliotecas en malas condiciones, etc. Es necesario que el gobierno entienda que la educación debe ser estatal y mejorar las condiciones de los colegios más necesitados. 11. SE EVALÚA DE FORMA INCOHERENTE CON EL PROCESO DE ENSEÑANZA/APRENDIZAJE: La incoherencia se establece cuando se quiere realizar un aprendizaje por comprensión y se realiza luego una prueba de carácter memorístico, rígido y repetitivo. Un proceso de enseñanza basado en la explicación oral, se cierra con un modelo de examen escrito. Un modo de trabajo asentado sobre el grupo concluye en una evaluación individual. Un proceso de enseñanza/aprendizaje teóricamente asentado sobre el desarrollo integral del individuo, acaba con una evaluación exclusivamente preocupada por los conocimientos adquiridos. Otras veces, el enfoque exclusivo en el aprendizaje de contenidos intelectuales pretende concluirse con una evaluación que va mucho más allá de lo que se ha trabajado. 12. SE EVALÚA COMPETITIVAMENTE: En este sentido la evaluación puede ser utilizada como una forma de estigmatizar a los alumnos, clasificándolos como buenos o malos estudiantes. Se evalúa estereotipadamente. Esto permite a los alumnos saber a qué atenerse. Es decir, los alumnos pueden saber de antemano cómo estudiar para una prueba y en algunos casos, sentirse frustrados antes de enfrentar el examen. Todos estos estereotipos son parte de una cultura evaluativa que se ha instalado en nuestra sociedad y que atañe no sólo a la postura de los profesores y alumnos sino que además a los directivos, a los padres y apoderados y a diferentes estamentos sociales, ya sea de orden académico como económico o productivo, debido, en gran parte a las demandas que la sociedad hace de la educación. 13. SE EVALÚA ESTEREOTIPADAMENTE: Los profesores repiten una y otra vez sus esquemas de evaluación. Cada año los alumnos se preocupan de saber cuál es la costumbre evaluadora del profesor. De forma casi automática, el profesor repite sus fórmulas. Ni siquiera negocia con los alumnos el planteamiento habitualmente practicado. Al comienzo de curso fija el número, el momento, la forma y los matices. 14. NO SE EVALÚA ÉTICAMENTE: Además de los problemas técnicos acechan al proceso evaluador numerosos conflictos de carácter ético. La evaluación puede convertirse en un instrumento de opresión. ¿Qué sucedería en las aulas si el profesor estuviese desprovisto del «arma» de la evaluación? Cuando se articula el proceso de enseñanza/aprendizaje sobre el resultado de la evaluación -más que sobre la riqueza y profundidad del saber- se corre el riesgo de la manipulación y el sometimiento del alumno. 15. SE EVALUA PARA CONTROLAR: Se da cuando el docente utiliza el un poder sancionador mediante la evaluación; lo cual no constituye un avance o una esencia en el proceso de aprendizaje del alumnado. Además por este hecho se puede perder un buen elemento dentro de un curso; del cual se debe desarrollar su mayor potencial. Al poner en práctica cada decisión nueva por el docente para evaluar el aprendizaje de sus alumnos, también debe ser sometida a evaluación; para así lograr un proceso dinámico y que facilita un cambio y posibilita la mejora. 16. SE EVALUA PARA CONSERVAR: Otra patología presente en la evaluación es la que se da cuando en un proceso educativo no se están logrando buenos resultados y está presente un mal funcionamiento, esto se debe a que se conserva una sola manera de evaluar los procesos. Por eso se debe ir innovando las maneras de evaluar para así lograr un desarrollo óptimo de la evaluación. 17. SE EVALUA UNIDIRECCIONALMENTE Esta patología se está presente ya que la evaluación se desarrolla de manera descendente, ya parte, de un ministerio hasta el mismo alumno y en una educación democrática se supone que los interesados por ella, también tienen derecho a realizar análisis; por ejemplo a nivel de curso se pueden realizar: autoevaluaciones, evaluaciones heterogéneas (que son las realizadas por los alumnos) y la coevaluación donde también se puede realizar una evaluación a la docencia para así en conjunto mejorar la manera de evaluar. 18. NO SE EVALUA DESDE FUERA: La evaluación de un ente exterior como un observador también constituye un aporte para mejorar la forma de evaluar, ya que este goza de: -Una distancia afectiva de la dinámica y de los resultados. -unos criterios de independencia respecto al resultado. -unos puntos de referencia más amplios y complejos. -una mayor disponibilidad en el tiempo y la dedicación. El evaluador u observador no solamente mira sino también busca interpretar los resultados. 19. NO SE HACE AUTOEVALUACION: La autoevaluación es un proceso de autocrítica que genera unos hábitos enriquecedores de reflexión sobre la propia realidad. Muchas veces no se realizan las autoevaluaciones por el temor a que los alumnos no se evalúen con el criterio necesario y con la objetividad que requiere la autoevaluación. El alumno en su autoevaluación debe reflexionar y analizar su aprendizaje logrado durante un proceso educativo. 20. SE EVALUA DISTEMPORALMENTE: La evaluación debe ser sincronizada para así lograr los aprendizajes esperados. La discontinuidad en ella se produjo al tratar de mejorar la evaluación memorística y superficial, lo que se puede rescatar de todo esto es que para no caer en la discontinuidad se debe planificar para así lograr los objetivos planteados con un curso. 21. NO SE HACE PARAEVALUACIÓN: La paraevaluación es la revisión o evaluación, de los contenidos y de los programas de los cuales se regirá un proceso de aprendizaje. Además se debe analizar y ver la coherencia de este mismo. También esto no es tarea de los docentes, sino de la planificación del país respecto a la educación actual; el cual debe verificar la eficacia de estos programas. 22. NO SE HACE META-EVALUACIÓN: La meta-evaluación se puede definir como una evaluación a todos los factores que definen el proceso del alumnado de un curso. También permite un criterio para evaluar los mecanismos de esta