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TÍTULO DE DEUDA

La deuda pública en Venezuela es el conjunto de deudas que mantiene el Estado venezolano frente a los particulares
que pueden ser venezolanos o de otro país. Los principales títulos de deuda pública existentes actualmente son las
Letras del Tesoro, los Bonos del Estado y los bonos de PDVSA, atendiendo principalmente a su plazo de amortización. La
deuda pública ascendió en 2018 al 161% del Producto Interno Bruto.

Historia de la deuda pública en Venezuela

Siglo XX: Como resulta común en la mayoría de las economías subdesarrolladas, para comienzos del siglo XX, Venezuela
había acumulado un volumen de obligaciones con el exterior que no estaba en capacidad de cancelar. En opinión de
algunos historiadores parte de dichas obligaciones se encontraban todavía vinculadas con las deudas contraídas con
proveedores británicos durante la guerra de la Independencia, las cuales habían sido objeto de distintos arreglos,
refinanciamientos y consolidaciones.

Para comienzos del siglo la deuda externa se cifraba en 151,6 millones de bolívares. Por el solo concepto de intereses
vencidos se adeudaban 26 millones, cifra extraordinariamente elevada para la época y, en especial, para una economía
como la de Venezuela

Aporte fiscal del sector petrolero: El sector petrolero constituye una de las fuentes de generación de ingresos para las
finanzas públicas.

A través del aporte fiscal, la actividad petrolera genera ingresos al país que posteriormente son utilizados por el
gobierno que, de alguna manera, ayudan a que este cumpla con sus fines presupuestarios. La magnitud de la
dependencia del sector petrolero es tal que el presupuesto de la nación (Presupuestos de Gastos) se orienta sobre la
base de la cotización de los precios del crudo en los mercados petroleros internacionales.

Esta dependencia ha traído consecuencias negativas para la economía del país,[cita requerida] además de producir un
mayor endeudamiento público interno. A finales de 1997 esta situación comienza a volverse más crítica debido a la
fuerte caída de los precios petroleros a finales de este año, efecto que continuó acentuándose durante 1998.

Los efectos de la caída en la cotización del petróleo no se hicieron esperar: en materia de gestión presupuestaria
sucesivos recortes en materia de gastos condujeron a un aumento de la deuda pública interna venezolana, la cual cerró
en 2.837.000.000 mil millones de bolívares para el año 1997.

Deuda Pública

Deuda Externa: es el monto adeudado que tiene el Estado con los no residentes y que se reembolsa en Divisas, bienes o
servicios pueden ser a corto plazo (menor a un año) a mediano plazo (menor de cinco años) y a largo plazo (mayor a seis
años). En el caso de Venezuela al monto reflejado hay que agregar cuentas por pagar de PDVSA con contratistas,
proveedores y empresas mixtas y las cuentas de expropiaciones no canceladas de empresas extranjeras, además de la
parte correspondiente a préstamos de Gobierno a Gobierno como el fondo chino, los compromisos adquiridos con
Rusia. La deuda externa puede verse como un mecanismo de financiamiento al que todas las naciones acuden para
mantener su crecimiento económico.

Títulos de deuda pública: En el ámbito de las finanzas, se denomina título de deuda Pública a documentos que permite
la representación de un valor o de deuda pública con el respaldo de la Nación a cambio de un monto de dinero. Los
títulos públicos, de hecho, son los instrumentos financieros que representan la deuda que emite algún organismo
estatal. Estos títulos generan intereses anuales y contienen una fecha de vencimiento, pueden estar valorizados en
moneda nacional Bolívares o en moneda extranjera Dólares o Euros, también están sujetos a un periodo de gracia a su
vencimiento.

Letras del Tesoro: Título de deuda a corto plazo emitido por el Gobierno Central. Su vencimiento suele ser de tres, seis o
doce meses. Estos títulos, junto con los de Deuda Pública Nacional, son los más comunes y de mayor frecuencia y
volumen de emisión.

Bonos del estado: Son instrumentos emitidos por el Estado Venezolano para atender sus compromisos de pago e
inversión en el sector público. Estos instrumentos permiten que el estado venezolano obtenga el capital requerido a
través del ofrecimiento de un rendimiento competitivo que atraiga a posibles inversionistas que deseen canalizar sus
ahorros a través de este mercado.

Bonos PDVSA: El 22 de marzo de 2007, PDVSA convocó a la oferta pública de bonos internacionales, denominados en
dólares (US$), por un monto total de 1.000 millones de dólares.10 Estos se ofrecen en forma conjunta con vencimiento a
10, 20 y 30 años, y pueden ser negociados por separado luego de su liquidación (12 de abril de 2007). Pagan cupones
semestrales (12 de abril y 12 de octubre) de cada año calendario.

Desde Noviembre 2017 el gobierno lleva atrasado el pago de los Bonos Soberano y Bonos PDVSA en total son 17 tipos de
papeles 3 están en Default y los restantes en mora que suman un valor de 2.014 millones de dólares Marzo 2018. En
mayo 2019 El presidente Interino Juan Guaido paga los intereses de uno de los tantos, los Bonos 2020 por 71.6 millones
de dólares.

Bonos SOBERANOS: En noviembre de 2003 se anunció la primera emisión de Bonos Soberanos, denominados en dólares,
y pagados en bolívares al tipo de cambio oficial, con cupones semestrales con tasa variable entre 6,875% y 8,125%. El
monto de esta emisión fue de 1.000 millones de US$, con vencimiento al 1ro de diciembre de 2018, años después se
emitieron diferentes bonos soberanos.

Bonos ELECAR: Estos papeles fueron emitidos por $650 millones con un cupón de 8,5%. Son una deuda corporativa
adquirida por la empresa poco después de su nacionalización en 2008 y que no contiene cláusulas de incumplimiento
cruzado con los bonos soberanos ni con los de Petróleos de Venezuela.

Bonos DEL SUR: En Noviembre del 2006 se anunció la emisión conjunta de papeles entre la República Bolivariana de
Venezuela y la República de Argentina, por un monto total de 1.000 millones de US$. Se trata de tres instrumentos
financieros en un solo título motivados principalmente por la integración sudamericana.

HISTORIA FISCAL

La fiscalidad tiene antecedentes históricos que se remontan a la Antigüedad (primeras civilizaciones), pues estuvo
presente en todas las grandes civilizaciones. Pero sin duda fue evolucionado bastante con el devenir del tiempo,
presentando también notorias diferencias entre regiones. En esta cuestión de la arquitectura e ingeniería fiscal y de los
objetivos de la fiscalidad, ha influido el grado de desarrollo socioeconómico, medioambiental, e industrial, de las
distintas comunidades, así como también las necesidades circunstanciales estratégicas y financieras de los Estados, y
también la ideología o teoría económica dominante.

Desde que la fiscalidad existe y puede ser rastreada, ha integrado y combinado tanto la componente comercial y
aduanera, como los enfoques llamados directos e indirectos; otra constatación generalizada es que siempre parece
haber habido regímenes de excepción, los que según las épocas y los sistemas fiscales, a veces han favorecido privilegios
religiosos y/o político-sociales, mientras que a veces se han orientado a disminuir la presión fiscal sobre los más pobres
y/o sobre las actividades consideradas estratégicas y más importantes.
La fiscalidad puede quedar influida por la demografía, y también puede ser afectada por la especulación financiera y por
las devaluaciones monetarias.

Obviamente, varias diferentes formas de fiscalidad pueden coexistir en un mismo país o Estado (como por ejemplo la
fiscalidad pontificia generada en la Europa católica, y que se agregaba a la fiscalidad local).Según fueren las
particularidades propias del tipo de explotación y de la fiscalidad, la misma puede incitar a realizar una sobre-
explotación muy rápida, o por el contrario puede inducir a una explotación medida, parsimoniosa, y responsable de los
recursos (por ejemplo, recursos forestales).

La fiscalidad durante la Antigüedad

En la China milenaria y en la Grecia antigua (cf. Economía en la Antigua Grecia), y luego en el Imperio romano, la
fiscalidad frecuentemente estaba asociada con el territorio, y tenía por finalidad alimentar el "tesoro público" (o del
emperador o mandatario de turno…), lo que permitía desarrollar la vida en las ciudades, defender el territorio,
mantener las guerras, y concretar cierto tipo de alianzas.

El financiamiento de la Royal Navy y la primera revolución inglesa

En oportunidad de la Primera Revolución inglesa (1641-1649) inicialmente orientada por John Pym, durante el reinado
de Carlos I de Inglaterra, el parlamento británico que entonces estaba dominado por los protestantes idealistas
(conocidos como los puritanos), implantó dos nuevos impuestos que sin duda tuvieron una repercusión importante en la
historia fiscal británica: el Excise Tax (un impuesto especial) y el Assessment Tax (este último fue reimpuesto con
similares características en oportunidad de la Gloriosa Revolución de 1688, con el nombre de Land Tax).

El llamado Assessment Tax creado en 1643 fue el primer impuesto en la historia que recayó sobre las clases superiores
propietarias (entre 1643 y 1646 representó el 25 % de los ingresos fiscales).19 Con posterioridad a 1946, su monto se
dividió por dos, y más tarde pasó a ser la octava parte.

La Royal Navy (o sea la Marina Real Británica) tuvo un fuerte crecimiento ligado a las guerras contra los realistas que se
habían refugiado en las colonias, con el bloqueo de Barbados y la conquista de Jamaica, política que se conoce con la
denominación genérica de Western Design, y que representó un costo total de unos 80 millones de libras en las décadas
de 1640 y 1650,20 o sea y en promedio, unos 4 millones de libras por año21 (lo que obviamente involucró grandes
inversiones en los astilleros navales).

La fiscalidad en Europa durante el Medioevo

En la Edad Media, la fiscalidad es real y/o señorial y/o religiosa, y el impuesto puede ser pagado en especies (trabajo
directo, integración en la armada…).

Dos sistemas diferentes en Francia y en Inglaterra durante el siglo XVIII

Cuando el crecimiento económico se debilitaba en España y cuando la unidad nacional aún no existía ni en Alemania ni
en Italia, Inglaterra y particularmente Francia (esta última tres veces más poblada que su rival del otro lado del Canal de
la Mancha), eran los dos grandes Estados de la época. Y en esos días, en Inglaterra la fiscalidad era indirecta, mientras
que en Francia era directa. El aumento de la fiscalidad durante la llamada revolución financiera británica, contribuyó
entre 1710 y 1715, a la cólera manifestada durante los llamados disturbios de Sacheverell. Un impuesto territorial del 20
%, la Land Tax, fue instituido a partir de 1692,23

Nacimiento del impuesto progresivo sobre los ingresos


Todos los revolucionarios del siglo XVIII, ya fuere cuando actuaron en una asamblea o convención constituyente, o en
una asamblea legislativa, o en alguna otra asamblea regional o preparatoria, insistieron en variadas oportunidades y
formas, que más que un cambio lo que se necesitaba en Francia era una ruptura en lo relacionado con la fiscalidad, y
legislaron en este sentido, votando en 1790 la llamada taxe mobilière (o tasa mobiliaria calculaba sobre la presumida
fortuna del contribuyente), y luego aprobando en 1791 la taxe Foncière (o tasa raíz sobre tierras y edificaciones pagadas
por sus propietarios o usufructuarios), y en 1792 aprobando la patente (o tasa profesional pagada por comerciantes e
industriales), lo que se conoce como las "Quatre Vieilles" (o Cuatro Viejas), que en realidad inicialmente fueron
solamente tres (luego complementado en 1798 por el llamado impôt sur les portes et les fenêtres o impuesto sobre
puertas y ventanas); todos estos tributos afectaban a las colectividades locales.24

DEFICIT GUBERNAMENTAL

El déficit es lo que le falta al Estado para cubrir sus gastos porque los ingresos no son suficientes (cuando hablo de
Estado me refiero a todas las administraciones, Estado central, comunidades, ayuntamientos). Es decir, el Estado ingresa
cierto dinero, vía impuestos básicamente, y se gasta otra cantidad. Si el Estado gasta más de lo que ingresa, tiene déficit
público.

Financiación del déficit público

Como ocurre en las economías domésticas si no hay ahorros (y los Estados no ahorran en general, con algunas
excepciones como la Seguridad Social o Estados con muchos recursos naturales o superávit a través de los SWF) y
encima gastan más de lo que ingresan, hay que pedir prestado (otra forma es vender activos, es decir, privatizar). Es
decir, tienen que financiar el déficit. Y como le ocurre a todo el mundo cuando pide dinero prestado, tiene que pagar
intereses por este dinero prestado. Si eres solvente te lo dejarán a un tipo de interés bajo, si no lo eres el interés será
alto o directamente no lograrás suficiente dinero para financiar el déficit.

Si un año un Estado tiene mucho déficit, al año siguiente tendrá no sólo que pagar sus gastos comunes, sino también los
intereses de la financiación (aparte de devolver el capital prestado). Esto es una simplificación, ya que los Estados se
financian a muchos plazos distintos, seis meses, un año y así hasta cincuenta años. Pero lo que está claro es que tener un
préstamo te obliga a dedicar dinero al pago de intereses.

Por ejemplo, en el gráfico superior vemos como los Presupuestos del Estado para 2008 se dedicaban 16.600 millones de
euros al pago de deuda pública. En cambio en 2011 para esa misma partida hemos tenido que dedicar 27.400 millones
de euros. Una subida espectacular. Y si el déficit sigue disparado, esta partida seguirá subiendo.

Reducción brusca del déficit, la única salida a no hacer nada

Al final, si tenemos el déficit disparado siempre, tarde o temprano no tendremos dinero ni para pagar los intereses. Por
tanto nos quedan dos salidas: reducir el déficit o dejar de pagar a los que nos prestaron dinero (lo que se denomina
default). Si hacemos un default automáticamente los inversores dejarán de prestarnos dinero, porque nadie quiere
prestar a quien no devuelve, y por tanto no podemos financiar nuestro déficit. Es decir, habría que cortar el déficit de
golpe porque nadie nos lo financiaría. En conclusión, no hay salida. Si no se reduce el déficit al final hay que reducirlo a
lo bestia.

Reducir el déficit tiene un problema: es muy impopular. No por lo que representa en sí, sino porque para hacerlo hay
que tomar decisiones que afectan a la gente. Está claro que hay dos vías para reducirlo: ingresar más o gastar menos.
Las dos medidas se usan: por ejemplo, subir impuestos logra subir los ingresos, y reducir el sueldo a los funcionarios baja
los gastos (estoy poniendo dos ejemplos de cosas que ha hecho el Gobierno de España). Este tipo de medidas, repito,
son muy impopulares, pero me voy a reiterar en la alternativa.

Solución para controlar el déficit público

La alternativa a reducir el déficit es cada vez gastar más dinero en el pago de la deuda, con lo que la capacidad de gasto
se merma. Es decir, el Estado tendría que tomar medidas de reducción de gasto (como bajar el sueldo a los funcionarios)
y ni siquiera estaría reduciendo el déficit, sólo cumpliendo con los compromisos de pago. Al final, si no queda dinero, se
llega al default y hay que reducir el déficit a lo bestia, de un día para otro, y eso conlleva medidas muy bruscas y
dolorosas. Esto es lo que está a punto de ocurrir en Grecia, si no logran una refinanciación de la deuda.

Realmente, ¿cuál es la verdadera solución al déficit? Lo que estamos haciendo ahora en España es poner parches, bajar
gastos y subir ingresos vía impuestos para mantener la confianza en que no llegaremos a una situación extrema. Pero
realmente el problema del déficit se solucionará cuando baje el paro (esto es un estabilizador automático). Si baja el
paro el gasto social (desempleo básicamente) se reducirá y los ingresos crecerán (los impuestos al trabajo). Por tanto,
aparte de tener que tomar medidas inmediatas de reducción del déficit, mediante acciones sobre el gasto e ingresos, el
Gobierno debe aprobar reformas para que se cree empleo. Es fácil decirlo, claro. Hacerlo, y bien, es más complicado.

¿Por qué es importante reducir el déficit público?

Para entender por qué el déficit público es un lastre en las economías si este déficit es continuado, debemos partir de la
base de que todo el dinero que se gaste por encima del que se ingrese, debe obtenerse mediante los recursos a la
financiación externa a la economía pública para cumplir el objetivo de déficit.

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