Sei sulla pagina 1di 13

Ampliación de Génetica 2019-20

Tema 0. Introducción a las técnicas de estudio del ADN.

La manipulación del material genético de los organismos es posible gracias a una gran batería de enzimas
capaces de actuar sobre los ácidos nucleicos. Estas enzimas se aíslan a partir de organismos diversos, en los
que cumplen una función biológica más o menos relevante. Su utilidad reside en la catálisis in vitro de
reacciones específicas que permiten la modificación controlada de las moléculas de ADN o ARN. El uso de
estas enzimas, junto con el desarrollo de técnicas de separación y análisis de sus productos, permiten
estudiar las moléculas de ADN y son la base de las técnicas de Ingeniería Genética o metodología del ADN
recombinante (que se describirán con mayor detalle en Técnicas Moleculares).
Entre las nucleasas, enzimas implicadas en la degradación de los ácidos nucleicos que hidrolizan los enlaces
fosfodiéster de las moléculas de ADN o ARN, destacan por su utilidad en el análisis del ADN las
endonucleasas de restricción de tipo II, también denominadas enzimas de restricción o restrictasas.
Las ADN polimerasas catalizan la adición secuencial de nucleótidos a un cebador en dirección 5´ a 3´.
Dependiendo de la naturaleza de la molécula que sirve de molde, las ADN polimerasas se clasifican en ADN
polimerasas dependientes de ADN y ADN polimerasas dependientes de ARN (transcriptasas inversas o
retrotranscriptasas). Las retrotranscriptasas se emplean para obtener ADN complementario o copia (ADNc)
a partir de ARN. Entre las aplicaciones de las ADN polimerasas destacan las de secuenciación de ácidos
nucleicos y la reacción en cadena de la polimerasa (PCR). Esta última permite obtener cantidades
considerables de ADN a partir incluso de mezclas en las que hay una sola molécula del ADN que se desea
amplificar. Las aplicaciones de esta técnica son múltiples y variadas y han supuesto una auténtica
revolución en el análisis y manipulación de los ácidos nucleicos.
Las moléculas de ADN y/o ARN pueden ser separadas por tamaños mediante electroforesis en geles de
agarosa o de poliacrilamida. La electroforesis se ha convertido en una técnica básica en el estudio y
manipulación de ácidos nucleicos, dado que puede aplicarse para identificar, cuantificar, purificar y
caracterizar los fragmentos de ácidos nucleicos obtenidos en los diferentes pasos del proceso de clonación.
Los ácidos nucleicos separados en una electroforesis pueden ser transferidos a una membrana de nylon o
nitrocelulosa, con lo que se consigue su fijación a un soporte sólido (tranferencia Southern, o “Southern
blotting”, en el caso de ADN; transferencia Northern en el caso de ARN). Esta membrana puede utilizarse
en experimentos de hibridación con sondas marcadas, permitiendo identificar, localizar y cuantificar
fragmentos de secuencia concreta.

Bibliografía básica
Genomas (T. A. Brown) Capítulo 2.
Genes: fundamentos (Krebs et. al) Capítulo 30.

1
Ampliación de Génetica 2019-20

Tema 1. Mapas de los genomas

El mapa de un genoma es una representación gráfica de la ordenación y la posición de genes y marcadores


dentro de dicho genoma. Estas representaciones, sobretodo en el caso de los genomas de gran tamaño y
alto contenido en secuencias repetidas, son de gran ayuda para el posterior ensamblaje de las secuencias
obtenidas en los Proyectos Genoma. Dependiendo de la estrategia utilizada para posicionar los diferentes
marcadores, podemos obtener mapas genéticos o físicos.
Los mapas genéticos o clásicos están basados en la frecuencia de recombinación entre los marcadores
utilizados, por lo que la medida de la distancia entre los marcadores se expresa en forma de distancias
genéticas (unidades de mapa). Los primeros marcadores utilizados para la obtención de mapas genéticos
fueron los propios genes. El empleo exclusivo de marcadores génicos da lugar a la obtención de mapas
poco precisos, dada la baja proporción de genes en los diferentes organismos cuyos fenotipos asociados
son distinguibles visual o bioquímicamente.
Los mapas físicos se obtienen mediante técnicas de biología molecular y son más precisos que los
genéticos al expresar la distancia entre marcadores en pares de bases (pb). La secuencia nucleotídica
completa de un genoma es el mapa más detallado que podemos obtener de dicho genoma.
A pesar de la mayor precisión de los mapas físicos, el análisis de recombinación y la elaboración de mapas
genéticos siguen siendo herramientas ampliamente utilizadas, donde la utilización de marcadores
moleculares (marcadores no génicos) ha supuesto una auténtica revolución. El enorme potencial de estas
técnicas se basa en la existencia de variación a nivel molecular entre diferentes individuos (polimorfismos
moleculares), que permiten su uso como marcadores genéticos. Los polimorfismos en las dianas de
restricción permiten el análisis de RFLP (polimorfismos en la longitud de los fragmentos de restricción).
Los polimorfismos en la longitud de secuencias altamente repetidas (llamadas minisatélites o
microsatélites) permiten el análisis de VNTR (número variable de repeticiones en tándem) ó STR
(repetición corta en tándem). Los polimorfismos más numerosos en un genoma son las variaciones en un
único nucleótido (SNP o Single Nucleotide polymorphism). Dado que los marcadores moleculares
localizados en los cromosomas nucleares siguen una herencia mendeliana, se puede establecer ligamiento
entre marcadores moleculares y genes asociados con enfermedades humanas, lo cual tiene interés tanto
para la clonación del gen (y su posicionamiento en el mapa del genoma) como para el diagnóstico
molecular de la enfermedad correspondiente.

Bibliografía básica
Genes: fundamentos (Krebs et. al) Capítulos 4 y 6.
Genomas (T. A. Brown) Capítulo 3 (3.1 y 3.2).

2
Ampliación de Génetica 2019-20

Tema 2. Contenido y organización de los genomas

El estudio de la arquitectura molecular de los genomas ha revelado una gran diversidad entre organismos,
abriendo el debate sobre el papel que la organización de las secuencias de ADN tiene sobre el fenotipo.
El tamaño mínimo del genoma aumenta con el filum, aunque existe discrepancia ente el potencial
codificante de un genoma (número de genes que contiene) y el contenido total de ADN de dicho genoma
(paradoja del valor de C). El tamaño de los genes también aumenta al aumentar la complejidad del
organismo, reflejo en cierta medida de las diferencias en la estructura de los genes en procariotas y
eucariotas. En los genomas eucarióticos son muy frecuentes los genes interrumpidos por segmentos de
ADN no codificantes o intrones, que son los que, por su número y longitud, determinan en gran medida el
tamaño de los genes. Las secuencias codificantes reciben el nombre de exones (de expression on)
Los experimentos de reasociación de ácidos nucleicos permiten definir varias clases cinéticas en el ADN
(secuencias únicas, moderadamente repetidas y altamente repetidas), poniendo de manifiesto que, sobre
todo en los genomas eucarióticos, una gran parte corresponde a segmentos repetidos. La complejidad de
la fracción no repetitiva es la que mejor refleja la complejidad del organismo.
Los genes que codifican para polipéptidos suelen ser de copia única, aunque existen varios ejemplos de
familias multigénicas, como las de los genes de las globinas o las tubulinas, cuyos componentes tienen
secuencias estrechamente relacionadas y dan lugar a productos génicos cuyas funciones son también muy
similares y en algunos casos intercambiables. En muchos casos, las familias génicas están compuestas de
genes y seudogenes (segmentos genómicos similares a genes concretos que no dan lugar a productos
génicos funcionales). Por el contrario, los genes que codifican para ARNr están representados un alto nº de
veces por genoma.
Es frecuente que las secuencias de ADN relacionadas o repetidas estén situadas en tándem. En algunos
casos se trata de genes construidos a partir de elementos repetidos, y en otros muchos de secuencias no
codificantes de función desconocida (microsatélites, satélites centroméricos y teloméricos). Muchos
genomas contienen familias muy numerosas de secuencias repetidas (retroelementos, elementos LTR,
retroposones, transposones de ADN), cuyos miembros están esparcidos a lo largo del genoma, llegando a
veces hasta el millón de copias (secuencias intercaladas o dispersas).
Además del material genético nuclear, las células eucarióticas contienen genomas extracromosómicos que
residen en las mitocondrias y, en el caso de las plantas, también en los cloroplastos. Los genomas de
orgánulos suelen presentarse en alto nº de copias y son circulares. Estos genomas codifican unas cuantas
de las funciones del orgánulo, siendo el resto codificadas en el núcleo (control dual).
El modelo clásico de organización de los genomas procarióticos está basado en la organización del genoma
de E. coli. Esta bacteria posee un único cromosoma superenrollado y organizado en un nucleoide. La
compactación del cromosoma en esta estructura es posible gracias a la acción de un serie de proteínas
(ADN girasa, topoisomerasa I y proteínas tipo HU). Actualmente, se ha descrito en diferentes procariotas la
existencia de cromosomas lineales, de plásmidos lineales o circulares o de proteínas tipo histonas
implicadas en la compactación del cromosoma (arqueas). Otra característica relevante de los genomas
procarióticos es su organización en operones. Un operón consiste en un conjunto de genes contiguos en el
genoma y que se expresan como una única unidad a partir de un ARNm policistrónico. Los genes
pertenecientes a un mismo operón, por lo general, están relacionados funcionalmente.

Bibliografía básica
Genes: fundamentos (Krebs et. al) Capítulos 1-6 y 21.
Genes IX (Lewin) Capítulos 1-6 y 21.
Genomas (T. A. Brown) Capítulos 7, 8 y 9.

3
Ampliación de Génetica 2019-20

Tema 3. Estudio de la función de los genes

El desarrollo de los diferentes Proyectos Genoma nos ha permitido identificar y secuenciar la totalidad de
los genes codificados en el genoma de algunos organismos modelo. El resultado ha sido la identificación de
multitud de genes de los que conocemos su secuencia nucleotídica, pero de los que desconocemos su
función (aproximadamente el 10% de los genes codificados en el genoma de E. coli siguen siendo de
función desconocida). Este fenómeno ha llevado a la aplicación de estrategias diferentes al análisis
genético clásico (donde se parte de un fenotipo/mutante para llegar a la identificación del gen causante de
dicho fenotipo) que permitan deducir la función de un gen partiendo de su secuencia. Las mutaciones
proporcionan información de los genes a los que afectan al alterar o inactivar su función, lo que permite
hacer inferencias sobre la función normal de la versión silvestre del gen correspondiente.
El estudio de la función de un gen puede abordarse mediante métodos experimentales cuyo objetivo puede
ser tanto profundizar en la caracterización del gen como perturbar su actividad o regulación. Esta
aproximación al problema, del gen al fenotipo, recibe el nombre de genética reversa (genética inversa).
Entre las estrategias experimentales utilizadas para aportar datos sobre la función de un gen están la
inactivación (pérdida de función) o la sobreexpresión (ganancia de función) del gen y la mutagénesis.
La forma más sencilla de inactivar un gen es mediante la inserción in vitro de un fragmento exógeno en la
secuencia de dicho gen, generalmente una cassette con un gen de resistencia o algún otro marcador
seleccionable. Esta copia inactivada del gen se introduce en el cromosoma mediante recombinación
homóloga para estudiar el efecto in vivo de la pérdida de función del gen. Esta técnica se conoce como
inactivación dirigida de genes (“knock out”).
La introducción en la célula del gen clonado en un vector de expresión multicopia bajo el control de un
promotor apropiado nos permite estudiar in vivo el efecto de su sobreexpresión.
La sustitución de la variante silvestre de un gen por variantes mutantes obtenidas mediante mutagénesis al
azar o dirigida nos permite obtener detalles sobre la relación estructura/función en dichos genes o sobre la
regulación de su actividad.
El análisis informático de secuencias permite en muchos casos identificar homólogos de función conocida
en las bases de datos. En el caso de no existir homólogos, la identificación de dominios conservados nos
puede dar pistas sobre la función o el tipo de proceso celular en que se haya implicado.
El patrón de expresión espacial y/o temporal de un gen (dónde y cuándo se expresa) o la localización
subcelular del producto génico correspondiente aportan información indirecta sobre su posible función.
Para determinar cuándo, dónde y cuánto se expresa un gen podemos utilizar técnicas que detecten y
cuantifiquen directamente los productos de dicho gen (ARNm ó proteínas) o bien emplear fusiones entre el
promotor del gen de interés y diversos genes testigo, cuyos productos son de fácil detección, como lacZ ó
gfp.
La relación de la proteína de interés con el resto de proteínas celulares, por ejemplo a través de la
existencia de interacciones físicas entre ellas, también aporta datos sobre la función y/o regulación de la
proteína en cuestión. La técnica del doble híbrido permite la identificación in vivo de interacciones entre
proteínas.
Las interacciones específicas entre proteínas y sus sitios de unión están mediadas por motivos de unión a
ADN. El motivo estructural hélice-giro-hélice es la forma más utilizada por reguladores procarióticos para
interaccionar de forma específica con secuencias consenso. También está presente, aunque no de forma
tan extendida, en factores de transcripción eucarióticos. Otros motivos muy utilizados en estas últimas
proteínas son: el motivo hélice-lazo-hélice, el homeodominio, los dedos de Zinc y las cremalleras de
leucina. Las interacciones entre proteínas y secuencias específicas de ADN (elementos en cis relevantes
para la regulación de la expresión génica) pueden ponerse de manifiesto mediante la técnica de retraso en
gel. Los experimentos de protección o footprinting (más precisamente protección frente a modificación o
4
Ampliación de Génetica 2019-20

interferencia con la modificación por parte de la proteína de interés) aportan detalles moleculares sobre
estas interacciones proteína-ADN.

Bibliografía
Genomas (T. A. Brown) Capítulo 5.
Genes: fundamentos (Krebs et. al) Capítulo 30 (30.7).

Tema 4. Expresión génica: interacciones y elementos relevantes en la transcripción


y la traducción.

La unidad de transcripción comprende el segmento de DNA entre el promotor y el terminador. La ARN


polimerasa bacteriana es un multímero compuesto por un núcleo α2ββ´ responsable de la elongación y una
subunidad o factor σ, responsable de la especificidad en el reconocimiento de los promotores. La mayoría
de los promotores bacterianos poseen dos cortas secuencias consenso localizadas a –35 y –10 en relación
al inicio de la transcripción que son reconocidas por el factor σ universal (σ70, el producto del gen rpoD).
Existen además factores σ alternativos que permiten la activación de promotores específicos con sus
propias secuencias consenso. Así, en enterobacterias, el factor σ54 permite la transcripción de diversos
operones implicados en el metabolismo del nitrógeno, σ32 permite la transcripción de promotores en
respuesta a choque térmico y diversos factores alternativos participan en las distintas etapas de
esporulación en B. subtilis.
La organización estructural de las unidades de transcripción eucarióticas es bastante más compleja que la
procariótica. Los genes estructurales cuentan con tres sistemas de transcripción independientes, lo cual
permite clasificarlos en genes de tipo I, II y III.
La ARN polimerasa I transcribe un precursor de los ARN ribosómicos de 5.8S, 18S y 28S. Los genes
correspondientes (cientos o miles, según la especie) se localizan en regiones denominadas organizadores
nucleolares. A pesar de que las características estructurales y funcionales de la ARN polimerasa I de
distintos organismos parecen muy similares, existen notables diferencias en las características de los
elementos de control de la transcripción de los genes de tipo I, a veces incluso entre especies
emparentadas.
La ARN polimerasa II transcribe los precursores de todos los ARN mensajeros y los ARN U de las snRNP
(excepto el U6). Todos los transcritos de los genes de la clase II poseen modificaciones características en el
extremo 5´(CAP) y casi todos los ARN mensajeros poseen cola poli-A en el extremo 3´, siendo las
excepciones todos los ARN U y algunos ARN mensajeros que codifican histonas. La transcripción de los
genes de la clase II está sometida a muy diversos controles de carácter ambiental, espacial o temporal. En
estos controles, la interacción entre distintos tipos de secuencias reguladoras y factores de transcripción
juega un papel fundamental.
La ARN polimerasa III transcribe los precursores de los ARN 5S, ARN transferentes y algunos ARN pequeños
de diversas funciones. Las señales que dirigen la iniciación y terminación de los genes de la clase III están
muy conservadas en eucariotas: Una de las características más distintivas de las secuencias que controlan la
iniciación de la transcripción de estos genes es que algunas están situadas en la región codificante (ICR, de
Internal Control Regions).

5
Ampliación de Génetica 2019-20

La terminación de la transcripción por la ARN polimerasa de bacterias tiene lugar en sitios específicos de
dos tipos distintos (dependientes e independientes del factor Rho). Los terminadores pueden ser objeto de
regulación, lo cual permite transcribir o no las secuencias localizadas aguas abajo del terminador. Los
terminadores eucarióticos, mucho peor caracterizados y en general más complejos, presentan
características diferentes según se trate de genes de las clases I, II o III.
Los ribosomas son grandes partículas ribonucleoproteicas con dos subunidades, compuestas
fundamentalmente por ARN. Los ARN mayores son 16S y 23S para procariotas y 18S y 28S para eucariotas.
El ARN 5S participa en la subunidad mayor. Los apareamientos entre bases de ARN tienen una gran
importancia funcional. Cada subunidad tiene varios centros activos en la traducción (P, A, E).
En la iniciación de la traducción bacteriana es fundamental la interacción entre secuencias (Shine-
Dalgarno) que preceden al codón de iniciación (AUG) del ARNm, y el extremo 3´del ARNr 16S. El
reconocimiento de los ARNm eucarióticos implica la unión de la subunidad menor al cap 5´, seguida de su
movimiento en dirección al codón AUG, donde se reúne con la subunidad mayor.
El código genético es universal (además de degenerado, 64 codones para 20 aas), aunque algunos cambios
han ocurrido durante la evolución mitocondrial. Varios ARNt responden a un mismo codón, de forma
distintiva según los organismos. Cada uno de estos grupos de ARNt es reconocido por una única aminoacil-
ARNt sintetasa, que también reconoce al aminoácido correspondiente.

Bibliografía
Genes: fundamentos (Krebs et. al) Capítulos 8, 11, 25 y 26 (26.5).
Genes IX (Lewin) Capítulos 8, 11, 24 y 25.
Genomas (T. A. Brown) Capítulos 11, 12 y 13.

6
Ampliación de Génetica 2019-20

Tema 5. Regulación de la expresión génica en procariotas

Los diversos mecanismos de regulación de la expresión génica permiten modificar la cantidad o actividad
de los productos génicos para adecuarlos a los cambios ambientales o a los distintos estadios del ciclo vital.
En procariotas, donde los procesos de transcripción y traducción están acoplados y la vida media de los
ARN mensajeros es muy corta, la regulación se ejerce fundamentalmente a nivel transcripcional,
particularmente a nivel de iniciación. Este control afecta a uno o varios genes consecutivos que se
transcriben a partir del mismo promotor (operón). La actividad de un promotor dado es regulada por
interacciones (DNA-proteína y proteína-proteína) que tienen lugar en su proximidad y que estimulan o
inhiben la capacidad de la ARN polimerasa de iniciar la transcripción en un promotor dado. Dependiendo
de la naturaleza de tales interacciones, se habla de control positivo (mediado por activadores) o de control
negativo (por represores).
Estas modificaciones en la expresión de un promotor dado suponen la síntesis regulada de los productos
génicos correspondientes y suele responder a la presencia de determinadas moléculas o efectores. Según
el efecto de estas moléculas sobre la expresión génica, los operones pueden ser inducibles o reprimibles.
En muchos casos no existe una interacción directa entre la molécula efectora (o la señal en general) y un
regulador transcripcional, sino que otros componentes celulares hacen de intermediarios entre el estímulo
y el regulador transcripcional (sistemas de transducción de señales). La función de estos intermediarios es
transmitir, y en muchos casos amplificar la señal. Con frecuencia, la transducción de señales en bacterias
implica fosforilación entre proteínas que pertenecen a los denominados sistemas de dos componentes.
Es frecuente que un mismo operón esté sujeto a más de un sistema de regulación. En el caso del operón lac
y otros operones relacionados, a sus sistemas de regulación específicos hay que superponer un sistema de
control más general (represión catabólica).
La antiterminación se basa en la utilización de factores que permiten continuar la transcripción más allá del
sitio del terminador. Esta estrategia es utilizada por algunos bacteriófagos para programar cambios en la
expresión génica necesarios para la progresión de su ciclo vital.
La regulación por proteínas se basa en cambios alostéricos, mientras que la regulación por ARN se basa en
cambios en la estructura secundaria relacionada con los apareamientos entre moléculas complementarias.
Los RNAs funcionan como reguladores porque cambian las propiedades de la molécula diana (típicamente
un mensajero). La regulación se puede ejercer también en cis, sobre la propia molécula (apareamientos
intra-catenarios). Cuando la región 5ÚTR del ARNm tiene actividad catalítica en función de su unión a un
ligando o efector se habla de riboswitch.
Las bacterias poseen un sistema de defensa frente a infecciones por fagos (y ADN exógeno) basado en el
uso de un tipo de ARN interferente: el sistema CRISPR-CAS. La región CRISPR (formada por repeticiones en
tándem separadas por espaciadores que presentan homología de secuencia con genes víricos) se transcribe
en forma de un ARN largo (pre-cARN), que posteriormente se procesa produciendo CRISPR ARNs cortos
que aparean con el material genético del fago e inducen su degradación. Con ciertas modificaciones, el
sistema se puede aplicar para interferir con la transcripción de genes específicos y bloquear su expresión
(CRISPRi).
La atenuación implica regulación de la terminación, en este caso relacionada con la posibilidad del ARN
mensajero de adquirir estructuras secundarias alternativas. Es frecuente en operones que codifican
enzimas implicadas en la biosíntesis de aminoácidos, donde la atenuación es consecuencia de la
abundancia del aminoacil-ARNt correspondiente. En otros casos la atenuación es debida a la interacción de
una proteína reguladora con ciertas regiones del ARN mensajero.
En muchos casos existen mecanismos de regulación de la traducción, que pueden estar mediados (control
intrínseco) o no (control extrínseco) por el propio producto génico, siendo el mecanismo más frecuente la
interferencia con la iniciación de la traducción.
7
Ampliación de Génetica 2019-20

La organización policistrónica de los operones bacterianos proporciona un sistema apropiado para ejercer
la regulación a nivel de la traducción basada en la posición de los genes en el operón (polaridad), de tal
forma que los genes más alejados del promotor son los que menos se traducen en un operón dado. Muchas
mutaciones polares se explican por la interrelación entre los procesos de transcripción y traducción y la
presencia de terminadores dependientes de ρ (Rho) que normalmente no son funcionales.
Un mecanismo general de regulación traduccional es la respuesta estricta, provocada por la deficiencia en
aminoacil-tARN y que además genera una drástica reducción en los niveles de transcripción (iniciación y
también elongación de algunos transcritos).
El análisis genético y molecular de las mutaciones que resultan en expresión no regulada (constitutiva, no
inducible) proporciona información relevante sobre los componentes (proteínas, ADN, ARN) y las
interacciones moleculares (proteína-proteína, proteína-ADN, ARN-ARN....) implicadas en el control de la
expresión génica. En este último contexto son particularmente interesantes las mutaciones puntuales y
otras que conducen a fenómenos como complementación intragénica o interalélica, la supresión o la
dominancia negativa o dominancia en trans.
El ciclo de vida del fago λ, con su alternativa ciclo lítico-lisogenia, permite integrar varios sistemas y
mecanismos de regulación a la vez que proporciona un sistema sencillo para el estudio de problemas
fundamentales de la biología del desarrollo: la regulación de la expresión génica en el tiempo y la toma de
decisiones alternativas.

Bibliografía
Genes: fundamentos (Krebs et. al) Capítulos 11 (11.16), 12, 13, 14.
Genes IX (Lewin) Capítulos 11 (11.23, 11.24, 11.25), 12, 13 y 14.
Genomas (T. A. Brown) Capítulos 11, 12, y 14.3.

8
Ampliación de Génetica 2019-20

Tema 6. Regulación de la expresión génica en eucariotas

Al igual que en procariotas, la frecuencia de iniciación transcripcional en eucariotas depende de las


interacciones entre secuencias en cis y proteínas reguladoras en trans (factores de transcripción) y de
interacciones entre proteínas. La mayoría de los promotores eucarióticos están sometidos a regulación
positiva por los factores de transcripción. Para esta regulación transcripcional es necesario tanto
especificidad en el reconocimiento de las secuencias reguladoras correspondientes como capacidad de
interaccionar con el aparato transcripcional para estimular (en ocasiones inhibir) la iniciación. Los dominios
o regiones en los que se localizan estas funciones pueden estar localizados en la misma o en distintas
proteínas. La naturaleza modular y flexible de los activadores transcripcionales eucarióticos ha sido
explotada, en el caso de GAL4, para la detección y análisis de interacciones entre proteínas. El sistema del
doble híbrido de levaduras permite la activación de genes testigo a partir de los promotores GAL1UAS
cuando los dos módulos de GAL4 son acercados mediante la interacción de las proteínas a las que han sido
fusionados.
Las características estructurales de los intrones y los mecanismos de splicing (procesamiento de intrones o
corte y empalme de exones) sirven de base para la clasificación de los intrones. Por lo general el
procesamiento de intrones ocurre en cis, conectándose entre sí secuencias de ARN que formaban parte de
la misma molécula. Sin embargo, en unos pocos casos el procesamiento de intrones tiene lugar en trans,
conectándose entre sí secuencias de ARN pertenecientes a distintas moléculas precursoras. Algunos genes
dan lugar a más de un ARN mensajero a partir del mismo pre-ARN. Esto es posible debido al procesamiento
alternativo de intrones, un mecanismo importante en la regulación de la expresión de muchos genes.
Aunque se conoce relativamente poco de los mecanismos que regulan la estabilidad de los ARN mensajeros
y su traducibilidad, se conocen en detalle unos cuantos casos en los que estos mecanismos son
fundamentales para la expresión regulada de los genes correspondientes.
Si bien la disponibilidad o el estado funcional de los elementos reguladores de la transcripción o
procesamiento de genes concretos es determinante sobre su expresión, existen otros factores
(empaquetamiento del DNA, topología, grado de metilación) que actúan no sobre genes individuales sino
sobre regiones cromosómicas y que pueden ejercer una influencia decisiva sobre la expresión génica
(influencias globales en la expresión génica) al producir cambios permanentes o semipermanentes en la
actividad de los genomas. Así, las complejas interacciones entre distintos componentes del genoma pueden
dar lugar a cambios heredables en la actividad génica que no se corresponden con alteraciones en la
secuencia de nucleótidos del DNA (cambios epigenéticos). Algunos ejemplos son la impronta génica y la
inactivación de uno de los dos cromosomas X en las células de las hembras de los mamíferos.

Bibliografía
Genes: fundamentos (Krebs et. al) Capítulos 26, 27 y 28.
Genes IX (Lewin) Capítulos 25, 26 y 31.
Genomas (T. A. Brown) Capítulos 10, 11, 12, y 14.

9
Ampliación de Génetica 2019-20

Tema 7. Control genético del desarrollo

Una cuestión clave en los procesos de desarrollo es cómo tiene lugar, en términos de patrones de
expresión génica, la generación de distintos tipos celulares a partir de una única célula. En algunos casos,
como en Drosophila, existe ya una simetría obvia en la distribución de los componentes citoplásmicos en la
célula huevo y la simetría del embrión en estadios posteriores viene determinada por este patrón. En otros
casos, tal y como ocurre en mamíferos, el huevo es esencialmente homogéneo y la asimetría aparecerá tras
una serie de divisiones celulares.
Desde el punto de vista molecular, el desarrollo puede explicarse en base a los patrones de regulación
espacial y temporal de la expresión génica. Los cambios que subyacen en los procesos de morfogénesis y
diferenciación son el resultado de la acción de genes controladores que actúan de forma jerárquica. Los
detalles moleculares sobre la identidad de estos genes reguladores clave y su modo de acción se conoce
con cierto detalle en Drosophila, donde el análisis genético ha permitido identificar tres grandes grupos de
genes en base al momento del desarrollo en que son requeridos sus productos y al efecto fenotípico de las
mutaciones correspondientes: genes maternos, genes de la segmentación y genes homeóticos.
Los genes con efecto materno se expresan durante la oogénesis materna y sus productos adoptan una
distribución espacial característica en el oocito, formando gradientes morfogenéticos. Esta asimetría en la
concentración de productos génicos es la base de la asimetría a lo largo de los ejes antero-posterior y
dorso-ventral en el adulto.
Los genes cigóticos son todos aquellos que se expresan tras la fertilización. Los genes de la segmentación
están regulados por los productos maternos y sus mutaciones alteran el número o la polaridad de los
segmentos. Se distinguen tres grupos de genes de la segmentación que actúan secuencialmente para
definir regiones cada vez más pequeñas en el embrión. Estos genes se clasifican atendiendo al tamaño de la
unidad a la que afectan las mutaciones. Las mutaciones de pérdida de función en los genes gap producen
deleciones en varios segmentos adyacentes. Las mutaciones en los genes de la regla de los pares (pair-
rule) provocan la eliminación de segmentos alternos. Por último, las mutaciones en los genes de polaridad
segmental causan la deleción de una parte de cada segmento, que es reemplazada por una imagen
especular de la otra parte del segmento.
Aunque existe una clara jerarquía reguladora, actuando los genes maternos sobre los gap, éstos sobre los
pair-rule y éstos a su vez sobre los de polaridad segmental, las interacciones entre estos genes reguladores,
que actúan de forma combinatoria, puede ser bastante compleja. Como resultado de estas interacciones
entran en actividad los genes homeóticos, responsables de la identidad de los segmentos y cuyas
mutaciones no afectan ni al número, ni a la polaridad, ni el tamaño de los segmentos. Las mutaciones en
estos genes dan lugar a transformaciones homeóticas, que reemplazan una parte del cuerpo por otra.
Los genes homeóticos y muchos de los genes de la segmentación contienen un motivo conservado, el
homeobox, que se corresponde a nivel proteico con el homeodominio, responsable de las interacciones
con las secuencias reguladoras de sus genes diana.
Los genes homeóticos de Drosophila están localizados en dos complejos génicos, el complejo
Antennapedia y el complejo bithorax. Los mamíferos contienen 4 copias de complejos homeóticos (Hox-a
a Hox-d) por genoma haploide. Los genes Hox de vertebrados participan en la identidad de segmentos al
menos en el cerebro y en el esqueleto. Los complejos Hox parecen ser característicos de todos los
animales, existiendo una correlación entre el orden de los genes en los complejos y su expresión a lo largo
del eje antero-posterior.
Aunque el desarrollo de los vertebrados es obviamente mucho más complejo que el de Drosophila e implica
un número mayor de genes y de interacciones reguladoras que dificultan su estudio, hoy sabemos que
muchos de los genes que juegan un papel importante en el desarrollo de la mosca tienen homólogos en

10
Ampliación de Génetica 2019-20

nuestra especie y que estos homólogos están también implicados en la toma de decisiones que tienen lugar
durante el desarrollo embrionario.

Bibliografía
Genes VII (Lewin) Capítulo 29.
Genomas (T. A. Brown) Capítulo 14 (14.3.4).

11
Ampliación de Génetica 2019-20

Tema 8. Aspectos genéticos del cáncer

Una característica común a los eucariotas superiores es la duración definida de la vida de los organismos.
Esta propiedad, que es también aplicable a la duración de la vida de las células somáticas, es consecuencia
de mecanismos de regulación que operan en las células normales y que están alterados en las células
cancerosas. Estas últimas adquieren propiedades como la inmortalización, la transformación o la
metástasis, propiedades que permiten a las células dividirse indefinidamente, independizarse de la
necesidad de factores de crecimiento y perder la capacidad de anclaje.
El cáncer, un proceso que implica mutaciones somáticas, puede verse como el resultado lógico de la
selección que opera a nivel de células individuales. El cáncer resulta de la desaparición de varios sistemas
de control independientes, incluido un sistema que lleva a las células cancerosas a cometer suicidio
mediante un mecanismo de muerte celular programada o apoptosis.
Los genes que con frecuencia están mutados en cánceres pueden agruparse en tres grandes categorías:
Protooncogenes (oncogenes o genes promotores del crecimiento), genes supresores de tumores
(antioncogenes o genes inhibidores del crecimiento) y genes “mutadores”.
Los oncogenes fueron identificados en virus capaces de producir cánceres en animales y más tarde se
comprobó que son versiones mutantes de genes del huésped implicados en diversas funciones celulares
(receptores de membrana, factores de crecimiento, componentes de rutas de transducción de señales,
factores de transcripción, componentes del ciclo celular...). Los mecanismos que conducen a la activación
de protooncogenes suelen ser la amplificación genómica (ej.: el oncogén erbB en glioblastoma), la
mutación puntual (ej.: oncogenes ras en algunos carcinomas de pulmón, vejiga y colon) y las
reorganizaciones genómicas (translocaciones y transposiciones: ej: cromosoma Philadelphia en linfoma de
Burkitt). Estas mutaciones en los protooncogenes suelen ser mutaciones dominantes de ganancia de
función.
Los genes supresores de tumores suelen codificar productos cuya función normal es la inhibición del
crecimiento celular (pRB, p53, p16....). El análisis de ligamiento en los raros casos de cánceres mendelianos
junto con el análisis molecular y citogenético comparado de tumores y tejido normal ha permitido la
identificación de un gran número de genes supresores de tumores. En el caso de los cánceres que se
presentan en familias, algunos miembros heredan una mutación en un gen supresor en heterocigosis y más
tarde adquieren una segunda mutación que afecta al alelo sivestre y que supone la inactivación del gen
correspondiente. En estos casos el modo de herencia de la predisposición al cáncer es dominante, aunque a
nivel celular la manifestación del cáncer es recesiva, ya que se necesita la inactivación de los dos alelos.
Las mutaciones en los genes “mutadores” aumentan la inestabilidad genómica, incrementando la
frecuencia de mutación y por tanto también la probabilidad de obtener mutaciones en protooncogenes y
genes supresores. Los productos génicos silvestres suelen ser componentes de la maquinaria de replicación
o reparación (ej: hMSH2 en cáncer de colon). Las mutaciones en estos genes suelen ser recesivas. Este
grupo de genes, cuyas mutaciones juegan un papel muy importante en relación con el cáncer, ha sido el
último en ser investigado en relación con la producción de tumores.
Como cualquier proceso biológico (normal o patológico) el cáncer es el resultado de complejas
interacciones genéticas y ambientales. La enorme importancia de los agentes ambientales (dieta, tabaco,
exposición a luz ultravioleta....) en la aparición de determinados tipos de tumores (cáncer de colon, pulmón
o piel) se pone de manifiesto en los estudios epidemiológicos. Aunque los mecanismos de acción de
mutágenos y carcinógenos pueden ser muy distintos, el resultado de su acción es un aumento de la
frecuencia de mutación y de la inestabilidad genómica en general.
Bibliografía
Genética Humana (STRACHAN, T. y READ, A. 3ª Edición) Capítulo 17.
Genes VII (Lewin) Capítulo 28.
12
Ampliación de Génetica 2019-20

Bibliografía
Disponibles en castellano

BROWN, T.A. (2008). “Genomas” de Panamericana (traducción de la 3ra edición del libro en inglés). Muy interesante e
integrador, intenta reflejar el énfasis actual en la investigación genómica.
LEWIN, B. (2000). Genes VII. Oxford University Press. Cubre la práctica totalidad de los temas 4 a 8. Las ediciones
posteriores (a partir de la IX) han cambiado contenido y ya no cubren los temas 7 y 8.
LEWIN, B. (2008). Genes IX (en castellano). McGraw-Hill Panamericana.
KREBS, J.E. (2012) Lewin Genes: fundamentos (traducción de la 2da edición en inglés). México Médica Panamericana.
STRACHAN, T. & READ, A. (2005). Genética Humana (traducción al español de la 3ra edición en inglés) Ed. McGraw-Hill
Interamericana.

Disponibles en inglés

BROWN, T.A. “Genomes” Las dos versiones en inglés: “Genomes 3” (2007) o la más reciente “Genomes 4” (2017) de
Garland Science.
KREBS, J.E. (2014). Lewin’s Genes XI. Jones and Bartlett Learning.
rd
KREBS, J.E. (2013) Lewin´s essential genes (3 edition). Jones and Bartlett Learning.
STRACHAN, T. & READ, A. (2010). Human Molecular Genetics. 4ª Ed. Garland Science. Un libro excelente para
consultar los aspectos relacionados con la Genética Molecular Humana, seguido de un libro de problemas y soluciones
(Problems and solutions for Strachan & Read's Human Molecular Genetics. MATTHES, 2001).

13

Potrebbero piacerti anche