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Texto: Dr.

Ernesto Contreras
Porque así dijo nuestro Dios, que creó los cielos y formó y compuso la
tierra, y no la creó en vano, sino para que fuese habitada la creó: Yo
soy el único Dios Verdadero, y no hay más Dios que yo; Dios justo y
Salvador
(Is 45: 8 al 25).
Por eso es que los cristianos, por la fe, entendemos haber sido
constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se
ve fue hecho en seis días, de lo que no se veía (He 11:3).
Los humanos han inventado muchas formas de medir el tiempo, las
horas, los días, los meses, y los años. Pero ¿sabía usted que Dios fue
el que inventó la semana de 7 días?
El Génesis asegura que en el principio, la Tierra estaba desordenada y
vacía y el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas. Así, el agua fue la
primera materia inerte (sin vida) que Dios creó y usó, junto con el polvo,
para formar todas las demás criaturas vivas.
En el primer día, Dios quien es luz, creó la luz visible, aún antes de crear
los astros; pues su energía, radiación, y calor, son indispensables para la
vida. Y llamó al periodo con luz día, y al periodo sin luz noche.
En el segundo día creo la atmósfera y el aire terrestre, con las
proporciones exactas de vapor de agua, oxígeno, carbono, hidrógeno,
y nitrógeno, también indispensables para sustentar la vida.
En el tercer día, quedó descubierta la tierra seca, y con ello se inició el
ciclo del agua, otro factor indispensable para la vida, y que a partir de
los mares evapora el agua, que en las nubes se condensa y purifica, y
regresa a la tierra en forma de nieve o lluvia que llena los estanques,
forma los lagos y los ríos de agua dulce, y por ellos regresa el agua al
mar.
Fue hasta entonces que se inició la vida vegetal, desde el plancton
formada por miles de millones de seres vegetales unicelulares que
alimentan a los grandes animales acuáticos, como las ballenas, y llevan a
cabo el 70% de la fotosíntesis que purifica el aire terrestre, transformado
el bióxido de carbono en oxígeno, cosa indispensable para que
sobrevivan los seres vivos aerobios (que respiran oxígeno).
Fue también cuando fueron creadas todo tipo de plantas terrestres
bisexuadas, con sus flores, frutos, y semillas, según su género y
especie (Clasificación adoptada por Lineo en 1735), que se sabe son
los primeros e indispensables eslabones de la cadena alimenticia, y los
llamados productores primarios; únicos que pueden transformar la
tierra y el agua inorgánicos e inertes, en materia orgánica (azúcares,
grasas y proteínas) y nutrientes.
Fue hasta el cuarto día en que el sol, la luna, y las estrellas, se
colocaron a la distancia exacta de la Tierra, para que esta pudiera
permanecer y tener vida. Ahora se sabe que basta con que el sol, o la
luna, hubieran sido colocados un 5% más lejos o cerca, para que la
vida hubiera sido imposible en la Tierra.
El efecto del sol en la temperatura de la Tierra, las estaciones, y la vida
de plantas y animales, cada vez es mejor conocido. El efecto de la luna
sobre las mareas de los mares, ya también está perfectamente
estudiado.
También se ha descubierto que una variación de menos del 10% en la
velocidad de rotación y de translación tanto de la Tierra, como de la luna,
el sol, y las estrellas, podrían hacer imposible la existencia del mundo y
de los seres vivos. El “Principio Antrópico” dice que si hoy podemos
contemplar y admirar los astros celestes ahí donde están, es porque si
estuvieran de cualquier otra manera, no estaríamos aquí para mirarlos.
Ya con todo listo, en el quinto día se crearon los animales acuáticos,
desde los microscópicos hasta las enormes ballenas, y también, las
aves de los cielos (los ovíparos).
Y fue en el sexto día que se completó la creación con la formación del
resto de los animales terrestres en su gran mayoría bisexuados, que
completan la cadena alimenticia: Reptiles y mamíferos (vivíparos);
herbívoros, carnívoros, y carroñeros (que comen animales en
descomposición), e inclusive los grandes monstruos marinos y terrestres
(que desde apenas hace unos 150 años, se les llamó dinosaurios).
Todo según su género y su especie inmutable.
Como corona de la creación, fue entonces que dijo Dios: Hagamos al
hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en
los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la
tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó (con
espíritu inmortal); varón y mujer los creó; del polvo de la tierra los hizo, y
sopló en su nariz aliento de vida, y fue el humano un ser viviente.
Y vio Dios todo lo que había
hecho, y he aquí que era
bueno en gran manera. Y
fueron acabados los cielos y
la tierra, y todo el ejército de
ellos, en el día séptimo, y
reposó en el día séptimo de
toda su obra creada, y
bendijo Dios el día de reposo
y lo santificó
(Gn 2:1-3).
Es por eso, que lo mejor y más saludable y conveniente, es que
siguiendo el consejo de Dios, en la semana de siete días, trabajemos
seis, y descansemos uno.

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