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MISTERIO DE DIOS
TEMA 7
NOVEDAD ABSOLUTA EN EN LA PLENITUD DE LA REVELACION
CARACTERISTICAS INESPERADAS DE DIOS: PADRE-HIJO
LECTURA
Revelación en Cristo
Además del fenómeno religioso universal por medio del cual se interpreta al ser humano
y su destino trascendente o salvación en razón de su libre respuesta a una comunicación
histórica de Dios, podemos suponer que Dios puede haberse comunicado de una manera
mucho más explícita a la humanidad.
El cristianismo afirma que esa comunicación ocurrió en la historia inicialmente con una
preparación de siglos en la historia del pueblo de Israel y finalmente en una intervención
extraordinaria de Dios mismo en la persona de Jesús de Nazaret.
El judaísmo presenta una revelación de Dios a través de casi dos milenios de historia. Y
a través de complejos procesos de composición literaria consigna su experiencia
histórica de intercomunicación con Dios en los textos que llamamos del Antiguo
Testamento o Antigua Alianza.
Jesús de Nazaret aparece en la historia humana en los primeros años de la era cristiana
llamada así precisamente porque Jesús es reconocido por sus seguidores como el
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“Cristo”, palabra griega que traduce la expresión hebrea “Mesías” (el Ungido), personaje
prometido al pueblo hebreo como enviado de Dios que realizaría una Alianza nueva con
Israel y que sería ungido como Rey, como Profeta y como Sacerdote de ese nuevo pacto.
El cristianismo inicial recoge datos históricos de Jesús de Nazaret y los registra por
escrito en los cuatro Evangelios de Marcos, Mateo, Lucas y Juan, textos que juntamente
con otros relatos y cartas de los Apóstoles o compañeros y seguidores más cercanos a
Jesús, constituyen los escritos del Nuevo Testamento o Nueva Alianza. La Biblia cristiana
incluye los textos del Judaismo cuya compilación llama Antiguo Testamento.
es eros, sino ágape en el sentido típico del Nuevo Testamento. (El sacerdocio cristiano
en su realización existencial, 269-271).
De suerte que ahora el Verbo de Dios y la respuesta del hombre coinciden en un mismo
Dios-hombre, se han hecho hipostáticamente uno para toda la eternidad. Aquí se cierra,
pues, la historia del mundo, que se cumple propiamente en el diálogo con Dios. En
realidad, ya no puede acontecer nada inesperado. Por ello desciende sobre este
acontecimiento de Navidad el júbilo de los ángeles, el misterioso anuncio de la doxa de
Dios sobre la tierra, que hasta ahora había negado este honor a Dios, que en realidad
no podía dárselo, puesto que le faltaban la paz y la unidad interior de la eudokía divina.
Sigue abierta ahora únicamente la cuestión de cómo nos comportamos nosotros con
este Verbo definitivo de Dios al mundo, que es palabra de misericordia, de venida de
Dios al mundo y de aceptación de éste en la intimidad divina. El horizonte de nuestra
existencia es ahora indiscutiblemente este Verbo de Dios al mundo. Ante tal horizonte
cósmico no podemos permanecer neutrales. Dios en carne de mundo tiene que ser la
inquietud abrasadora y la alegría de nuestro corazón. Rumiemos este acontecimiento en
nuestro corazón, como lo hizo María» (Lc 2,19). (Meditaciones sobre los EE de San
Ignacio, 144-145).
Jesús deposita en cada cristiano como impulsor de sus acciones específicas y que es su
propio Amor divino e infinito al que designamos como Espíritu Santo.
Hay una gran diferencia entre los hechos en el Antiguo Testamento y el hecho
fundamental del Nuevo Testamento. Porque este acontecimiento excepcional y único de
revelación de Dios es la persona misma de nuestro Señor Jesucristo. Él es Dios-Palabra
que históricamente se encarnó, se hizo hombre en la historia. Así al hacerse humano
nos revela en forma humana cómo es Dios en su realidad íntima y cómo acontece la
salvación del ser humano por medio de Él mismo. Por eso el documento que estamos
comentando dice: “Pero la verdad íntima acerca de Dios y acerca de la salvación humana
se nos manifiesta por la revelación en Cristo, que es a un tiempo mediador y plenitud de
toda la revelación” (DV 2).
Todo esto indica la preeminencia del Nuevo Testamento sobre el Antiguo y cómo la
esencia de la comunicación reveladora de Dios y de su plan de divinización de la
humanidad, se encuentran en plenitud en la persona del Señor Jesús y en la predicación
de los Apóstoles consignada en los escritos del Nuevo Testamento, ordenado a suscitar
la fe en el Señor Jesús y a congregar la Iglesia.
Después de conocer las indicaciones tan claras del Concilio, no se entiende cómo en la
Iglesia Católica durante estos cincuenta años las cosas no cambiaron ni en la Liturgia, ni
en la Catequesis, ni en la educación religiosa que se imparte en las instituciones
educativas. Seguimos como en el período anterior al Concilio, leyendo la Sagrada
Escritura sin tener en cuenta la exégesis, repitiendo la historia y las narraciones del
Antiguo Testamento como esenciales para el cristianismo, presentando a Dios como
aparece en la revelación preparatoria de la revelación plena, definitiva y única acontecida
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en Cristo, exigiendo el seguimiento de las leyes de la Antigua Alianza como si fueran las
propias del Señor Jesús y de la Iglesia, tratando de ilustrar los graves problemas
humanos de la actualidad a partir de elementos del Antiguo Testamento como si tuvieran
validez por sí mismos y no a partir de su apreciación desde lo propuesto en la revelación
consignada en el Nuevo Testamento. Es como si la Constitución Dogmática Dei Verbum
del Concilio Vaticano II no hubiera existido jamás.
CUESTIONARIO
1. Frecuentemente se utiliza la frase "el Dios de Jesús". ¿Qué significa esta frase para Ud.?
2. También afirmamos abiertamente: "Jesús nos revela a Dios". ¿Qué significa esta frase
para Ud.?
4. En el Nuevo Testamento aparecen frases como éstas: "Dios que resucitó a Jesús";
"Cristo Jesús por voluntad de Dios"; "Te conjuro en nombre de Dios y de Cristo Jesús"; "Paz
de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo", etc. Todo esto pareciera indicar que
Jesús es un personaje distinto a Dios. Y la fe cristiana afirma que Jesús es Dios. ¿Cómo
piensa Ud. que se resuelve este problema?
5. El Nuevo Testamento nos habla de Dios "Padre". Según su opinión, ¿quién es este
personaje y qué relación tiene con Yahvéh: es el mismo Yahvéh o es alguien diferente? Si
el Padre es el mismo Yahvéh del Antiguo Testamento, ¿quiere decir que Yahvéh es el Padre
de Jesús? ¿Qué implicaciones trae esta afirmación?
6. ¿Qué cree Ud. que significan las afirmaciones del Nuevo Testamento que llaman a Jesús,
por una parte "el Señor", y por otra, "el Hijo", "la Palabra" o "el Verbo"?
7. ¿Piensa Ud. que el Jesús histórico fue un hombre común y corriente que fue poco a poco
adquiriendo la divinidad que Dios le concedió?
8. ¿Piensa Ud. que el Jesús histórico fue un hombre común y corriente que fue poco a poco
adquiriendo conciencia de una especial predilección de Dios para con él?