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Personajes:
Alejandra Sánchez: Es una mujer de 45 años, delgada, atractiva. Se desempeña
como ejecutiva de cuenta en una empresa de publicidad. Está casada hace 25
años con Julio Romero y a pesar de la cotidianidad, piensa que todavía ama a su
esposo. Tienen un hijo de 23 años llamado Camilo. Es una madre muy moderna y
liberada, pero en contraste, Camilo es similar a un ratón de biblioteca.
Camilo Romero: Tiene 23 años, es muy alto y delgado, con cabello negro, liso y
desordenado, y usa gafas de gran aumento. Tiene el aspecto ya estereotipado de
niño genio; es tímido y ensimismado en sus libros. Trabaja con su padre en un
despacho de abogados y cree que su familia es la perfecta muestra del amor. No
tenía muchos intereses diferentes a su trabajo como abogado, la lectura y la
música, hasta que Liliana Pantoja, una joven abogada de 23 años se unió a la
firma. Cree estar completamente enamorado de ella.
La Acción:
El escenario está dividido en dos espacios que semejan dormitorios, por una
pared delgada que tiene una puerta de madera lateral. Del lado izquierdo se
encuentra la alcoba matrimonial de JULIO y ALEJANDRA; tiene una cama doble,
estrictamente tendida, juego de nocheros con lámparas de vitral, fotos de
matrimonio enmarcadas en portaretratos de madera, un teléfono y en la cabecera
de la cama, una reproducción de los bebedores de Ajenjo de Van Gogh. Hay dos
armarios en la pared del extremo izquierdo que están cerrados.
Del lado derecho, está la habitación desarreglada de CAMILO. Hay un gran cartel
de la película Cyrano de Bergerac, una cama doble sin tender que tiene varios
libros en ediciones antiguas, entre ellos, dos de Derecho y dos o tres novelas, una
computadora moderna, un ministéreo y varios cd's de música clásica. CAMILO,
quien está sentado en una silla de cuero grande y cómoda, lee uno de estos libros
de edición antigua. Lleva jeans y camiseta negra; la camiseta tiene impresa una
foto de Beethoven.
ALEJANDRA- Lo mío también. (Ríe) ¿Nos va a tocar a cara y sello?. (Lo mira,
escrutándolo, él no se atreve a comenzar, y ella comienza a desesperarse de
nuevo) Bueno creo que me tocó a mi primero.
Mira Camilo, creo que ya lo has notado, en los últimos meses he tenido bastantes
problemas con Julio y creo que lo mejor es que nos separemos un tiempo. (Él
voltea a mirarla extrañado)
CAMILO- ¿Cómo?, ¡Separarse!, pero si ustedes se adoran mamá, no, no pueden
hacerlo.
ALEJANDRA (Sin poder fingir) Ya no hijo, esto es una decisión terrible, pero
creo que es lo mejor. (Vuelve a fingir) Tal vez sea un tiempo, veremos qué pasa,
pero por ahora es lo que más conviene. Esto es lo que te quería decir, voy a
hablar con Julio para que se vaya hoy. Ahora te toca a ti.
CAMILO- No pues, me has dejado como sin habla. (Voltea la mirada, no sabe
cómo comenzar) Yo... yo también me quiero ir mamá, pero no porque me sienta
mal contigo, es que me quiero independizar, ya tengo visto un apartamento por
acá cerca...
ALEJANDRA- (Lo mira asombrada, se burla de él porque no cree que tenga
coraje para tomar decisiones) ¿Y de cuándo a acá te dio por esas Camilo? No
eres capaz ni de tender una cama solo, aunque siempre te insití en ser
independiente. Suelta rapidito lo que tienes que soltar, que algo te tienes
escondido y debe ser bien grande para que andes con tanto rodeo.
CAMILO- (Afirma con la cabeza y no mira a Alejandra, toma aire
nerviosamente)- Si mamá tienes toda la razón, ¡pero es que me sales con
semejante noticia! No sé qué decir. La verdad mamá es... que... me quiero casar.
ALEJANDRA (Desdoblada, lo mira como si quisiera matarlo)
- ¿Con Liliana?
CAMILO- ¿Y con quién más mamá?
ALEJANDRA- No, ¡Camilo, tú no te puedes casar con esa muchachita!
CAMILO- ¿Cómo así que no puedo mamá?, estamos enamorados, si ya sé te lo
he dicho muchas veces. ¿Qué pasa con la madre liberada que siempre he tenido?
ALEJANDRA (Incorporándose de la cama, empieza a caminar nerviosa por la
habitación) No puedes, y lo vamos a dejar por ahora así Camilo, después
entenderás.
CAMILO- ¿Cómo que después mamá?, no podemos esperar más, Liliana, Liliana
está embarazada, tiene tres...
ALEJANDRA- (Totalmente furibunda) ¡No Camilo, eso sí no. Yo lo voy a matar,
ahora si lo mato, porque lo mato. Julio Romero: esta me la pagas, me la vas a
pagar. (Él la mira sin entender)
¿Dónde me habré equivocado? Siempre quise que fueras como un muchacho
cualquiera, pero no, tu siempre metido en tus malditos libros, cual geniecito.
Perdóname por esto que te voy a decir, pero llegué hasta a pensar que eras
maricón, pero apareció la niña perfecta, la mosquita muerta esa de Liliana
Pantoja. Julio y tu me tenían harta con el cuentico de Liliana, que es excelente
abogada, que es linda, para rematarla me tocó verla aquí metida todo el día,
porque le dio por ser tu novia, ¡pero que esté embarazada, si no lo soporto
Camilo!
CAMILO- Pero mamá, ¿qué pasa? Liliana te caía muy bien.
ALEJANDRA- (Histérica) Si hijo, me caía muy bien hasta hoy, cuando la vi
entrando muy dichosa a un motel con tu papá...
CAMILO- (Aterrado) ¿Qué?
ALEJANDRA- Maldita sea la hora en que me dio por seguir a tu papá. (Irónica) Y
tu, mi pobre muchacho, ¡no seas tan pendejo! ¡Ojalá no te estén endilgando un
hijo que puede ser tu hermano!
CAMILO- (Al borde del llanto) ¡No eso no puede ser!
ALEJANDRA- ¡Ah, no, dramas no me vas a hacer! No te vas a poner a lloriquear,
porque ahora voy a creer que te me volviste mariquita, (A Dios) Dame paciencia
señor mío! (CAMILO en actitud de mártir) Muévete más bien de ahí que nos
vamos ya a poner en su sitio a ese par de idiotas, pero muévete ya, ¡Carajo!
ALEJANDRA, con fuerza, agarra a CAMILO de un brazo. Lo arrastra,
mientras el sigue en su actitud de mártir. Salen del escenario por el lado
derecho. Las luces se apagan.
Acto Único: Pieza
Personajes:
Cristina Gamboa: Tiene 48 años, pero por sus atractivos físicos, se ve mucho
menor. Su tez es morena, cabello color caoba, muy delgada, de baja estatura y
rasgos fuertes en su rostro. Es diseñadora gráfica y trabaja para una editorial de
cuentos infantiles. Cuando tenía 20 años conoció a Guillermo Puentes en un
concierto de rock, se enamoraron al instante y decidieron casarse en una
ceremonia muy similar a la de Jim Morrison. Al año siguiente nació Orlando con
muchas dificultades. Después del embarazo Cristina tuvo que someterse a varias
operaciones para extirparle un tumor cancerígeno en la matriz. Razón por la que
sufrió una menopausia bastante prematura y no pudo tener más hijos. Al contrario
de la gran mayoría de las mujeres, este hecho le pareció la representación más
fiel de su liberación femenina.
Tanto él como ella, han tenido varias aventuras extramatrimoniales, pero las han
discutido "civilizadamente" y aunque algunas veces se han separado, vuelven a su
relación estable. No son los típicos Yuppies que dejaron de ser Hippies, no han
tenido graves problemas económicos y podría pensarse que esta familia es la
ideal, por los pocos conflictos que se presentan. De igual manera educaron a
Orlando, le enseñaron un sentido de libertad que muy pocos pueden tener, por
eso la relación es más de amigos, que de madre—hijo.
El conflicto real, se presenta ahora porque Guillermo ha decidido separarse
definitivamente de Cristina. Desde hace varios meses mantiene una relación con
Helena, una chica de 23 años que trabaja para él como asistente en su
consultorio odontológico.
En la escena vestirá bastante informal, pueden ser unas mallas claras con una
camiseta larga sin mangas, tenis y sin nada de maquillaje en su rostro.
Orlando Puentes: Tiene 27 años. Es alto, desgarbado, tez más oscura que la de
su madre. Es antropólogo e historiador. Trabaja en un centro de investigaciones,
es muy independiente y hace más de seis años vive fuera de su casa. Tiene una
relación muy afectiva con su madre, es muy franco y directo al hablar, puede
hasta parecer muy atrevido, pero su forma bastante pragmática de ver la vida, no
le permite andarse con rodeos. El amor había estado muy en segundo plano, pero
hace más de un año conoció a Patricia Ospina, una antropóloga de 24 años
recién graduada, que llegó al centro de investigaciones donde él trabaja. Sin
mucho alboroto, siente que puede ser una compañera ideal y más ahora que está
embarazada.
CRISTINA GAMBOA entra al espacio, arrastra dos pesadas maletas y las deja en
la parte derecha del escenario. Una luz dirigida entra por este lugar y se escucha
el sonido de un motor. CRISTINA se dirige hacia la poltrona, prende un cigarrillo y
toma brandy. Entra ORLANDO, mira las maletas, se sonríe, se acerca al lugar
donde está su madre, le da un beso en la frente, ella le responde con un abrazo.
Después se dirige a una de las sillas y se sienta cómodamente.