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https://www.dw.com/es/el-modelo-de-braunschweig-alta-tecnología-contra-la-sequía/a-
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En el norte de Alemania se encuentra una planta depuradora que puede servir de modelo a
regiones áridas: limpia aguas residuales, produce abono, biogás, electricidad y es hábitat de
raras especies.
Más información:
"Lo que más falta hacía en la región era agua. Por eso se tuvo la idea de utilizar las aguas de
desecho de Braunschweig para dotar de líquido sus suelos de arena y a la vez, examinar los
nutrientes que se obtenían de las aguas residuales", afirma Bernhard Teiser, director ejecutivo
de la Asociación de Aguas Residuales de Braunschweig.
En el proceso de tratamiento de aguas residuales se obtiene lodo activado, que contiene una
gran cantidad de bacterias que son utilizadas para depurar el agua, que se mezcla con los
residuos provenientes de los hogares. Esto es recolectado en una planta depuradora y enviado
a un proceso de fermentación en los gasómetros para generar biogás. "Es un proceso biológico
en el que intervienen microorganismos, que con la ausencia de oxígeno transforman las
sustancias orgánicas que contiene el lodo en gas metano, biogás", afirma Teiser.
Una tercera parte del agua tratada llega a las lagunas de estabilización, que ocupan una
superficie equivalente a 240 campos de fútbol. El líquido llega a través de una red de nueve
kilómetros de extensión y entra a los depósitos por 25 distintos puntos. El regado continuo
conforma los estanques artificiales que se han convertido en hábitat de 302 especies de aves,
algunas nativas y otras migatorias.
Las otras dos terceras partes del agua reciclada es mezclada con el lodo activo y se transforma
en abono orgánico con el que se riegan las tierras de cultivo. Unas 2.700 hectáreas reciben
unos 15 millones de metros cúbicos de líquido. Ahí se cosechan unas 44.000 toneladas de maíz
y centeno.
El lodo orgánico se genera a partir de los residuos que desechan los hogares.
Debido a que con las aguas depuradas se riegan sembradíos de alimentos, las autoridades
recuerdan la importancia de no tirar viejos medicamentos ni tóxicos como pintura a la
canalización. Se exhorta a los habitantes a devolver viejos medicamentos a las farmacias o
tirarlas en la basura corriente que acaba siendo incinerada. Nunca tirarlas en el lavabo bajo el
chorro de agua corriente.
La planta de Steinhof tiene muchos visitantes de otros países interesados en la experiencia tras
varias décadas. "Con seguridad ésta es interesante para regiones donde hay poca agua y en
donde el agua reciclada podría destinarse a la demanda agrícola y así ahorrar agua potable y
de fuentes subterráneas", dice Teiser, que visitó México para presentar el modelo de
Braunschweig. Específicamente estuvo hace siete años en San Luis Potosí, capital del estado
del mismo nombre. Las autoridades locales escucharon la experiencia en Braunschweig en un
momento en el que las fuentes de agua potable provenientes de mantos freáticos no podían
cubrir las necesidades de líquido.
Entonces se pensó en tratar las aguas residuales para reutilizarlas para el riego de la
agricultura y así reducir el consumo proveniente de ríos subterráneos. Pero el contacto con
San Luis Potosí se perdió. "La distancia con México es grande, nuestro proyecto ha encontrado
suelo fértil en países europeos que necesitan agua, como España", añade.
La visita a la planta tuvo lugar en el marco del Año Dual México-Alemania. DW y Canal 44 de
México realizaron conjuntamente una serie de reportajes de video que abordan los temas del
Año Dual, entre ellos, el de sustentabilidad, en el que se enmarca el reportaje sobre la planta
de Steinhof. Canal 44 grabó en la planta de tratamiento de aguas residuales de Agua Prieta, en
Jalisco, en donde también se obtiene biogás a partir de residuos orgánicos. México tiene una
gran necesidad de desarrollar tecnologías como la utilizada por la planta de Steinhof. Según el
Centro Mexicano de Derecho Ambiental, cada litro de agua residual contamina ocho litros de
agua dulce de ríos, canales y lagos, lo que impacta en la desaparición de la vegetación y la
extinción de peces y otras especies acuáticas.
Según cifras de marzo pasado del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), México
cuenta con 941 plantas de tratamiento de aguas residuales del sector privado y paraestatal en
operación, que tienen una capacidad para tratar unos 159.090 litros por segundo. Sin embargo
el país somete a tratamiento sólo un 47,5 por ciento de las aguas residuales que generan sus
municipios. México firmó un convenio con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico (OCDE), en el que se comprometió, hasta el 2030, a tratar la totalidad de las aguas
recolectadas en los sistemas municipales de alcantarillado.
Global Footprint Network es una ONG internacional con más de 90 socios. Este centro de
pensamiento calcula cada año el llamado Día de la Sobrecapacidad de la Tierra, es decir, a
partir de cuándo agotamos los recursos naturales del planeta para ese año. En principio
funciona como una cuenta bancaria. A partir del 8 de agosto de 2016, el planeta está en
números rojos.
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