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ABSOLUTISMO JURÍDICO Y DERECHO


PRIVADO EN EL SIGLO XIX
Paolo Grossi
Doctor en Derecho por la Universidad de Florencia
Los sistemas jurídicos Catedrático de historia del Derecho
en las universidades de Macerata y Florencia
Fundador de la publicación Quaderni fiorentina
de tradición romano-germánica perla storia del pensiero giuridico moderno

Hemos pasado todo el año anterior celebrando el bi-


-como el peruano- tienen a la ley escrita
centenario de 1789 y aún nos encontramos ensordecidos
por los discursos martilleantes y repetitivos que, tanto en
como principal fuente del Derecho. París como en el resto de Europa, desde la derecha y des-
de la i1quierda. se h~111 dedicado a restaurar viejos y un
poco deslucidos altarcillos apologéticos. Desde su punto
Es frecuente en ellos de vista, los juristas no han dejado olwtamente de subra-
yar la extrema relevancia de un hecho capital para la his-
toria del Derecho: aquella nueva forma de entender y re-
encontrar el principio de legalidad adapta- solver el problema de las fuentes. que poco después
desembocaría en la gran codificación general. Y se ha vuel-
to a subrayar, como se viene haciendo desde hace dos si-
do a diversas materias (penal, tributario, glos. el enorme valor hisllírico de una sistematil~lcicínuni­
taria profundamente pensada, esto cs. provista de sólidos
administrativo) como supuesto fundamen- fundamentos ideolúgicos y de una admirable sabiduría téc-
nica, absolutamente cierta. impecable en los principios
enunciados y en su redacciún.
tal para la aplicación del Derecho. Es una actitud la actual. que, mús de doscientos años
después de Muratori y Bccc~1ria. desearíamos a un tiempo
mis compleja y crítica. No cabe duda de que la codificación
Es a este proceso de primacía de la ley marca intemament¡; la historia del derecho continental, en
la que incide rompiendo a fondo e irremisiblemente su con-
tinuidad: tampoco hay duda de que no pueden ser se¡·ia-
escrita sobre las demás fuentes, al que el mente desmentidos los aspectos positivos sobre los cuales
JUStamente se insi.\te. lloy, sin embar¡!o. tks¡1ués de una
conv·ivencia tan prolongada con la cmlificaci(ln como fuen-
autor del artículo que presentamos en
te normal de reglas jurídicas. el histo1~iadm del De¡·ccho que
quiera asumir realmente su C\lmpromiso profesional no pue-
seguida atribuye los nefastos efectos de ser de eximirse de aceptarl:1 e intcrpretarL! como lo que fue.
sobre todo al inicio. y IUL'¡!O continuó siendo constantemen-
te: una enorme opl:raci(m de política del Dc:recho: meJor
destructor de la creación social de las nor- dicho, la mús colosal operación de política del Derc:cho en
todo el arco de la historia jurídica ot-cidental.
Constituyó, ciertamente, el sello dcfiniti vo de un re-
mas del sistema. sultado macroscópico, evaluable, en posit1vo. como í:i
consolidación de un riguroso monopolio. en negativo.
como la de una brutal expropiaciLín.
En este sentido, Paolo Grossi A la clase burguesa se le reconoce el mérito. no pe-
queño, de h~1ber sido Li primera en comprender cumpli-
reivindica a las otras fuentes del Derecho, damente el valor político del Derecho y de haber asimi-
lado la gran fuer/a de cohc:sión que el Derecho es capa;:
de suministrar al poder político: de aquí una atención
resaltando su importante rol de elementos inusitada por la dimensión jurídica, un~1 vigilanci~1 in-
usual de la producciún jurídica. Insólita por ser sustan-
cialmente nueva con respecto a la vic'ja psicnlogía del
democratizadores de las opciones normati- poder y al viejo modelo de su ejercicio. El príncipe del
Antiguo Régimen. incluso si desde el siglo XVI se nos
muestra cada \'C/. müs como legislador, j:nn~ís tiene la
vas del ordenamiento jurídico. pretensiLÍn de monopoli¡,ar el territorio de lo jurídico. que

PAOL() GROSSI
se le representa dema s iado vasto , reco-
rri do de zonas que no estima relevantes
para la cosa pública. Leg is l:t en aumento ,
pues lo exige una circulaci ó njurídica pro-
gre sivament e inten sa. pero -sin desmen-
tir una ciena continuidad hereditari a con
el príncipe medieval- cree firmemente
que JUnto a la voluntad sobera na deben
concurrir e n la producción del ordena -
miento fu e nt es paralel as má s aptas para
disciplinar como conviene aquellas zonas
irre levantes a las que antes no s referimos.
Durante todo el Antiguo Rég imen .
aunqu e en trance de debilitación , un sustancial pluralis- cia; el juri s ta pa só d e ser e l intérpret e dotado de una
mo domina e l panoramajuríJico, y cada rea lidad es tatal interprelotio qu e, rccué rJ cse, en e l mundo del derec ho
es, como expn ie nciajuríJica, una rea li dad basada e n una común era mediación entre un d ere cho justiniano dema-
:1utént ica pluralidad d e ordenamientos. Esta afirmación siado vetusto y las realidades más recientes , a se r relegado
se aplica en espec ial al derecho privado y s ingularme nt e al rango de exégeta con una funcilÍn meramente pasiva.
en aquel núcleo má s genuinamente pri vatístico que es e l La producción del Derecho con stituía una circunstancia
derecho c ivil. El d e re c ho privado e ra en buena parte, que no le afectaba: el ordenami ent o se empobrecía falto
usand o una fórmula sobre la que be ntos de vo l ver. el de- de las e ne rgías especu lativas de los maes tro s y de la expe-
recho de los s uj et os priv:tdos. esto es, una derecho pro- ri e nci a de los jueces: se empobrecía la casta de los juri s -
du c ido por los s uj e tos privados. po r una autoridad no ta s, dc svitali zada en su capacidad constructiva .
in ve stida de poderes ptíblicos. una re alidad que provi e ne Pero hay todavía más: el Derec ho , ahora Derecho legal ,
de abaJO, de matriz consuetudinaria, que encontraba su corría el riesgo de una scparaciún de la sociedad en virtud
dcfiniciún jurídica e n la i111er¡m·tatio de lo s doctores , de la falta de vúlvulas respiratorias, pues las de la norma
jueces y porqué no . también notario s . Tal derecho poseía legal se revelaban dem asiado riltrantes y selectivas.
do s car;tctcrcs esenciales: pro viniendo de fuera del Esta- Y aün más: e l Derecho, perdida la vieja dimcnsi,ín
do , se prcsentab;¡ como auténticamente "pri vado· ·. tér- plurali sta. encontraba :Jtcnuada su re lati va autonomía, qu e
mino bastante cercano a la sociedad en su ex pe riencia había sido e l gran pri vileg io del derec ho pri vado del Me-
jurídica cotidiana: g ra c ia s;¡ su matriz co nsuetudinaria y di oe vo: se unía al dcte nt adur del poder y a la c lase que lo
a una definición j urídic;t pLístic1 y móvil. c omo la rea li - había conquis tado , se arrie sgaba a transformarse en su vo:t.,
zada por la do ctrina y la jurisprudencia, este derecho a identi ricarse con su vo1..
mantenía un vital y cont inuo recambio. y se impedía. así, La codificacilÍn fue todo esto también , y e l historia -
un a de limit aciún de ma siado rígida e ntre e l .fáctun¡ y e l dor tien e el deber elemen tal de poner lo de reli e ve. Lo
ius. entre lo jurídicam c nt <~ re le vante y lo ir relevan te. pe or, s in embargo , estaba por suceder e n e l plano cultu -
La codificac ión significú para 1¡¡ hi storia jurídica. y ral: toda es ta gran opera c ió n de política de l Derec ho
por vet pr·imera . un hrusm c;rmhio de sent ido . El detenta- que he mos ll amado abso luti s mo JUrídi co. una operación
dor de l poder políti co denwstr<Í una psi cología pmfunda- de pod e r. hi stóri c tme nt c relati va . de so luci ún contin-
me nt c di sti nta en relac·i,ín con el Derecho: comp rend ió su ge nt e que era propia de un juego determinado de fuer -
importancia. se atribuy,·, su pruducci,ín. estableci(l un ri - zas hi stlÍricas, gracias a la s pote n c ialid ades
gidís imo monopolio sobre el mismo. La expericnciajurí- iu s natur a li stas de las qu e se impreg nó , fue pro yec tada
dica que. por lo que res pecta al derecho pri vado. suponía ha cia el paraíso de lo s modelos ab solutos , y se convir-
efec ti vament e una pluralidad de ordenamientos dentro de tió en 1<1 mejor solución posibl e para e l hoy y el mañ<t -
la propia experi e nci a estatal . se vio obligada a coincidir na. Pros eguía y h<tsta se intensificaba. transformcíndos c
con el Es tado y quedú comprendida dentro de él. ahora en ord e nación jurídi c a positiva y opcr<ttiv ;t. el
anquilosada. La s fuentes. que ayer· habían concurriJo conjunto de a priori ideado por la refl ex ión ilustrada: e l
plural mente a la formaciún del Jerecho privado. se vieron prín c ip e. intérprete de la natural eza de las cosas soc ia-
dr·ás ticament e eliminadas o forzadas ¡¡ sobrev ivir a la som- les y garante de la fe licidad pública: la ley, fu e nt e de
bra de la norma autoritaria de l príncipe: de ellas restó un cualiJad superior por ser la única c ap az de aseg urar en
hipócrita simulac ro de pluralidad. solamente formal por- su generalidad y a bstracc iú n una rigurosa imparciali-
qu e e staba ordenada en un rigidís imo si stema jcr;írquico. dad y un riguroso respeto de lo s intereses ge nerales de
La edad de la burgues ía en el pod e r. la edad del libera- la com unid ad . C u al quier otra solución d e l probl ema de
li smo et·otHímico. co incide en el mundo del De rec ho co n las fu e nt es - por ej e mpl o, la soluci\ín bastant e m(rs co m-
el má s sinie stro de los absolutismo s: y el viejo De rec ho pl eja y compli cad a tambi é n del pluralisnw jurídico del
qu e h;thía encarnado -según se d e cía. subrayando su Anti g uo Régim e n medi eva l y postmcdie va l- fu e mani -
extrae stat:tli cLtd - la r;mín civil. preso crt las redes de una queamente desprec iada y cond e nada s in pos ibilidad de
itlle lit!enle pe ro coanan le codificaci ó n. de derecho de lo s a pe lac ilÍn . en tanto qu e insul.ici c nt e para ordenar JUrídi-
su¡et os pri v;tdos ruc redu c ido a una porción de derecho c a me nte de modo adecuado una soci edad moderna. Se
ptíbltco cu yo objeto eran las relaciones pri vadas. Los in- propuso com o conforme a la naturaleza lo q ue so lnm entc
diYiduos. actores y prota~onistas. habí<l n sido las víctimas era el in strumento int e li ge nt e y lúcido para e l manteni -
Jc lo que ;mtcs llamamos una brutal expropiac ión. esta es miento del poder fatigos a m e nt e conquist ado.
l:r primer·;¡ consec ue ncia que el histori ;tdo r de l Derecho Lo peor es que así se entendió. La propaganda fue tan
t1ene e l d eber de seiial;u· como negativa: la esfera de que lo persuas iva que ll evó a cabo uno de los plagios más llamati-
jmídico se anquilosaba en la es fe ra de lo lega l. mientra s vos Je la hi storia jurídica: e l Juri sta . tanto doctor como pr;íc-
qu e lo extrale~;rl sufría la dr<ística condena de la irrelcvan- ti co , primera víctima de la operac ión política que le somc-

Ah.1 olutisnw ju ridico r derecho ¡ni vado en el siglo XIX DEREcllo & SociEdAd
HISTORIA

tió a una total ex propiación, qucd0 XIX es la discu siún sobre las fuentes : se abre con e l discur-
convencido, aceptó las cadenas Jc so vivo y punzante qu e da luga r a la polémica entre Thibaut
um pasividad completa y se llegó y Savigny a propósito de la codificación y se cierra con esa
a conformar con elaborar, cuando meditadísima y v ivís im<:~ rellcxióro sohrc las fuente s que es
hiciera falta, los aparatos ortopédi- " La méthode d'ini<'I]Jrétmion el sources en droit privé
cos necesario s para e nmend a r y JIOsiti{" 2 publicado por vez primem justamente en 1789.
COITOborar técnicamente los entuertos del legisl ador. El abs oluti smo jurídico sa lió, adem ás. sin duda ven -
La víctima aceptó el pa pel modesto que le fue impues- cedor en la psi co logía del jurista mediant e el sutil engaño
to por su pe rseguidor y accedió a colaborar en perfecta que, al ritmo de las es trofas de la Mane/lesa. había arrai-
subordinaci0n. El viejo intérprete no se rebeló ante tal es- ga do profundamente en las conciencias; cierto, tambi é n.
clavitud y aceptó s in pestañear transformarse e n exégeta. que en e l á nimo del juri sta la mitol ogía de la ley se tran s-
Recientemente un brillante civili sta francés, Jean formó co n demasiada frecu e ncia e n acrítica !egolatría, y
Philippc Rcm y, ha elaborado un fuerte y apasionadoé/oge no s in razón c ua lquier observador s uperficial idc ntifi ca
de / 'exégese. ' Con la dec larada intenci ón de mostrar una mentalmente la ciencia jurídica decimomíni<.:a por su acti -
imagen dive rsa de la que. después de Bonnecase, conside- tud exegética; pero el hilo de una conciencia activa y críti-
ra Re my qu e se It a <.:onvertido en lugar co mún , me parece ca , enterrada por la codi fic ac ión, no se interrumpilÍ ni si -
que se ofrece una visión del todo invertida pero oleo gráfica quiera e r. la ti e rra de los códigos victoriosos , y pudo
y artificiosa, por elusiva, d..: las opc iones cultura les de Ion- despuntar en e l insta nte en que profundos cambios soc ia-
do de los exégetas. les , ecolllí micos y tecnológi cos, unidos a logros culturales
Quienes hemos leído siempre con provecho su s níti- y metodológi cos de mayor madurez, mode laron a fo ndo la
das páginas no tendríamos dificultad en adherirnos alelo- imagen del panorama continental europeo, lo qu e aconte-
g io, con la condición de que quedaran bien claros tres c ió en los dos últim os decenios d e l s ig lo.
puntos incuestionables: que est a prolífic a cohorte está y En la inevitable complicación de las relaciones socia-
queda siempre marcada -unitari a mente , a unque no puede les, ec onó mic as y jurídicas su bsi gui ente s. el castillo de
hablarse de escuela uni- naipes de l absolut isnw se
taria-, de Delvincourt a nos prese nta crud ~lmCIII C
Laurent en Francia. de como lo que en gran me-
Precerutti a Franeesco did :l había sido : una in -
Saverio Bia nc hi en It alia, teli geme y habilísi rna fic-
por una psicología clau- ción, un e sce nario
dicantc y por lo tanto ese nc ial para só lo dos
rcduct i va de l fen ómeno protagoni stas. el Estado y
JUrídico. pu es el Derec ho el individuo. Un Estado
qucda allá , incluso por con cc bido co mo la es -
encima de ellos; es una tructura más simple que
pro yecc ión autoritaria pudiera pe nsa rse y, por lo
cuya producción se entrega en pi es y manos al poder polí- tanto, monopolística; un urd e nami e nto reducido a la ley y
tico y respecto a la cuai doctrin a y juri sprudencia son los a la ley madre dc todas las leyes. e l Códi go: un Códi go
destinatarios pasivos (peor aún: son terceros). En segundo C ivil. por su parte. sostenido por una (mica pil astra. la
lugar, que esta cohorte, demo~trando una absoluta insen- p¡üpiedad individual, y articulado de man era muy simple
sibiliJad hac ia el problema epi stemol ógico de la ciencia co n la intcnci6n confesada de re,di;.ar Li tutela y la libre y
Jurídica , ha oblig<Jdo al Derec ho a correr e l riesgo má ximo ág il circulación de la propi edad med iante el comrato , cl
de ve r puesta en duda su mism a cientificidad en el mo- tes tament o y la riguro sa responsabilidad co ntractu al. -¡(Jda
mento en el c ual el jurista , como operador teórico, adqui- esta simple y armoniosa construcción de líneas casi gayanas
ría una gravosa hetemnomía de la que se daba por sa ti s lc- se cnfre ntiÍ a un mun do a lbo ro tado d e hec hos, y pareció
cho. Finalmente, que esta cohorte exegética al menos ha una suene de Arcadia jurídica incapa1: de ordenar realid a-
pecado de pe reza intelectua l dominada co mo está por una des íntimamente nu evas. En contraposición a la hermosa
psicología no activa y ha ofrecido una visión elemental y fábula ilustrada construida so bre modelo s cada vez mas
s impli sta, es decir, sustanc ialme nte aprohlemá tica , del estatuarios , se redescubrió la complejidad de lo jurídicn y
u ni verso JUrídico, y ha impedido, así, cualquier perce p- se institu yó qu e so lam e nte e l descubrimiento de tal com-
ción de la mutació11 y del movimi ento. plejidad s umini straría a l juri sta, ya fuese profesor o juez.
He aquí un ejemplo principal y archiprobad,J: p~1ra el la posibilidad de una c iudada nía renovada .
juri sta de siempre, e l probl e ma central y fund amcnt <.ll que Los dos últimos decenios del siglo debL·n intcrprctarsc
da vida a sus di scurso c ie ntífi co y lo calilica en el ámbito prec isa mc nte co mo una tom a de <.:OIJCicncia de la creCien-
episte mológico es e l de las fuent es , pero por parte del ex é- te complicaci ó n del universo socioeconómi co, con el con-
geta nada se dice sobre las fuentes o se dice demasiado poco, s ig uiente redesc ubrimi e nto de la complejidad de In jurídi -
porque nad a hay que discutir al tratarse de una cuestión ya co y de la todav ía más clara consecuencia de la insuficiencia
complctamcntc resuelta en o tra sede superior. Y éste es, sin de la ley, fuente mon ocnítica del Derecho. par;¡ expresar y
embargo, e l problema que engrandece a Savigny, que en- ordenar una sociedad tan compleja. Co mo telón de fondo
grandece la rev isión germanística de Georg Beselcr y Otto aparecía e l espec tro de una disyunciiÍn entre soci edad en
von Gierke e n una Alemania que tiene e l privileg io de ser rá pido des arn.> ll o y De recho lcgil l.
todavía un laboratorio experimental abierto al máximo; es En és te el sentido más cxacto que ha y que dar, en mi
el proble ma que engrandece a finales de sigl o a Fran<,:o is o pinión , al so no ro toque d e trompe ta -mucho más sono-
Gen y, profesor de derecho civi 1en ti ciTa francesa, queman- ro que e l del ambigu o 8ülow cn Geset:: und Rid Jii'IWIII
ticne abierto todos los días sobre su cátedra el COl/e napo-
N. on E : Elogio d~ la exégesis
leónico. Sin fronteras, lo más vivo de este complejo siglo N. JEL E.. El método de interpretación y fu entes en el dered1o priva do positivo

DEREclto & SociEdAd


y mucho más pos itivo que las viejas ( 1X72) propuestas
filosofantes de Adickcs sohrc las Rechtsquellen- que el
alemán Joseph Kohler lanzó en 1886 en la revista viene-
sa de Grunhut con el "voluminoso y sustancioso ensayo
Ueber die fnler¡m'lalúm von Gesetzen. ' Se banal iza so-
bre si se le condena o se le exalta como manifiesto del
poder creativo de la jurisprudencia (según se titulará un
ensayo suyo del año siguiente) y precursor del iuslibera-
lismo; pero si extraemos su mensaje más significativo,
lo percibimos como indicio de la insatisfacción que cau- un proyecto ele refundación y, como tal, un discurso sobre
sa un derecho puramente legal y como intento de delimi- el método , gracias al cual la refundac ión se hace posible.
tar el territorio formalmente jurídico con márgenes más En ello muestra una profunda capacidad de observación;
espaciosos: tal es el sentido de la contraposición entre todo se quiere di>culir, liberando los probl e mas de sagrarios
vo luntad del legislador y voluntad de la ley, entendida trabajosame nte construidos donde yacían encerrados.
esta última "i111 leologischen Sinrze als orgwzisclzes No puede desconocerse el carácter libe rador de la o bra
Zweckbeslrehen .. 111il allem seine111 unmillelbaren wui ele Gen y, patente al agudo in genio de Sal e illes, cuando, en
111illclharen reduli chen Folgen , di e 111iiglicherweise el préface de la primera edición, habló sin rodeos ele una
ausserhalh sl'ines Goichtskreis lieg en ":" es és te e l sen- "mwre de .fi·a,chise",' donde franqueza significa hablar
claro, pero también 1iberarse ele equívocos y ma lentendidos
tido del prin c ipio , que anima toda disertación , de la el as -
lraslaticios. No hay iconoclastia, pu es escribe un jurista
ticidad potencial ele la ley, con el necesario cambio de
pos iti vo con su calma característ ica ; se aprecia más bien
atención de la ley -mónada cerrada en el momento de su
un examen franco , desapasionado, clcs mitificador, que in-
formación autoritaria- a la vida ele esa ley en el espacio y
daga por doquier sin respetar ni ídolos artificiosos ni es-
e n el tiempo , o sea, en el momento d e aplicación.
pacios antes pro hibidos. Con un criterio e fectivamente li-
A favor de Kohl er y su grito de verdad podía jugar el
bre se exa mina a contraluz el primero y más vene rado ele
c lima libre ele una tierra alemana fertilizada por la admira-
estos ídolos , la ley, la ley escrita positiva, y no se duela en
ble rcllcxión de panclcclistas y germanistas y donde se había
iniciado ya el debate , clialécticamentc acentuado, a propó- constatar que la misma representa tan sólo "la révélmio11
sito del futuro RGB, pero una idé ntica tensión podemos i111pwj"aite" '' de un enorme continente sumergido, el De-
constatar también en Francia, donde se realizó y regía la recho , que sumergido queda. La ley "ne peUI é1re le11ue
codificación madre y maestra de todas las demás , la de
pour autre e hose, qu 'une informa/ion, tres limirée, du
estructura más sólida y coherente: sed Édouard Lambcrtm droi!''. 1 Y la dialéctica "droil - loi écrile" ' se hace pre-
sente en el momento ele construir la estructura a veces ocul-
ser;í Raymoncl Salcillcs, será sobre todo Frant;ois Geny.
La obra ele Geny ya recordada , "La m é rhode ta, a veces diáfa na, pero siempre constante, ele toda la obra,
d'illli'Jjiréuaioll el sources en droir ¡msilij"", pertenece al una estructura que representa su tensión interior.
escaso número de tes timonios señeros del pensamiento Dos convicciones de salvación c ultural atraviesan el
escrito ele Gcny: en primer lugar, que el te rritorio del De-
JUrídico moderno. E scrit a en las postrimería s ele un siglo
recho es enorme con res pecto al de la ley y que ésta es
fecunclísimo y atormenladísimo para la historia de la re -
fle x ión sobre las fuentes del Derecho, es un compendio impote nte para represe ntarlo (gracias a la beneficiosa bre-
cha abicrt¡¡ por este autor, años de sp ué s la idea de
de las fa tiga s e insat is facciones acumuladas en el espíri-
tu libre de un sabio de altura , a causa de la cerrazó n y la im¡missa11 ce de la loi'1 mereced el honor de convertirse
asfixia consiguiente creadas por el absolutismo jurídico. en título d e l opúsculo ele un inteligente ¡mllicien francés);
Permítasezne una breve pau sa en torno a uno de los mo- en segundo lugar, que la mutaci ó n soc ioeconómica va al
galope a finales del s iglo XIX y que es frente a esta carrera
mentos más liberadores de la historia de la ciencia jurí-
dica europea. como se manifiesta " la législation propremenl dile,
Observemos que nuestro autor es un civilista de pro-
a
l/lalli{es/el/1 e/ll im¡missante suivre d'un pas égal el sür
fesión , no un fi lósofn ; un civilista, además , que quiere i'évolulion incessanle des nécessites juridiques " .10 Al igual
mantenerse en el preciso reci nlo del estricto derecho po- qu e para otros muchos juristas con los pies firmem e nte
pues tos sobre la tierra, la conciencia del cambio social es
siti vo, aunque se trate de un técnico que diserta preva-
lente y competentemente sobre el método. Quie n escribe la verdadera tabla ele salvación, pues será la mutación mis-
ma la que revele la inadecuación del derecho legal.
es un pe rsonaje de lengua y cultura francesa , pero que
habita en aquella Lorcna que. a finales del siglo XIX, ¿Ha llegado quizá el momento de desembarazarse del
más que nunca es tierra de co lisión y encuentro con la poco confortable entarimado codifi cador? El realismo de
nu estro singular jurista sabe que no puede permitirse el
coiné germánica.
lujo de la existencia ele lagunas en el sistema positivo,
Los dos volúmenes de Geny son efectiva mente un
sabe que siempre deberá rendir cuentas al é!a1 social , es
minucioso cxw11en de conscience. Un año antes del nuevo
decir, al compl ejo de ideas . hechos y fu e rzas que consti-
siglo, el juri sta se ni ega a danzar el Excélsior y prefiere
realizar un rctlc xión interna ; como todos los c x;1 menes ele tuían la Fra ncia de 1X99 y que no permitirían de ma sia-
das de moliciones. El Código se respeta aunque se sienta
conciencia que aspiren a ser fructíferos , el suyo es un diag-
nóstico clcspiaclaclo ele pasado y presente, pero también es confcsadamente como un.fai1accompli, 11 es además obra

N. OH E.: En el prefacio de la primera edición, habló sin rodeos de una ·obra de


N. DEL E.: En éste el sentido más exacto que hay que dar, en mi opinión. al sonoro
franqueza" .
toqu ~de trompeta - mucho más sonoro que el del ambiguo Bülow en Leyes y
N. DEL E. : La revelación imperfecta.
mag1straruray mucho más positivo que las viejas (1872) propuestas filoso! antes
N. DEL E.: La ley no puede ser sostenida por otra cosa que una información muy
de Ad1ckes sob re las fuentes del Derechcr- que el alemán Joseph Kohler lanzó
limitada del Derecho.
en 1886 en la revista vienesa de Grunhut con el voluminoso y sustancioso ensa-
N. o€1 L Derecho . ley escrita.
yo Sobre la interpretación de las leyes.
N.. 001 E. :Impotencia de la ley
N. on E. : En el sentido teológico. pretende tener un fin orgánico ... con todas sus
10 N. DEL E.: La legislación propiamente dicha. manifiestamente flcapaz de seguir con
consecuencias, mediatas e inmediatas , observar la manera posible fuera de su
pasos constantes y seguros la evolución i1cesante de las necesidades juridicas
horizonte.
11 N. DEL E.: Hecho consumado.

Absolurismo jurídico v derecho privado en eL siglo XIX


HISTORIA

del legislador y por ende m ere ce En la lec ci6n inaugural romana de Enrien Cimbali. de
res peto. Por fortun:J para el juri s- 1881 , como consecuencia de habe r concebido al leg is la -
ta, dos circunstancias coinciden a dor "organu i11111 edimo del/a coscien:a ¡}()¡){)/ore", qucd;l
s u fa vor: un cambio qu e no pue- patente una idea-fu e r;.a: "t~ 111esriere al/ora clw la legge
de pararse y una proverbial so m- stcssa suhisca /'injlucn ; o e f'a::..ione d e !/'mnhientr·
nolen c i:J del legislador. Junto a la nr odi{icato (' di t¡ue/lc nwdcssinll' cang ia te rircos/(11/;.e ,.
ley escrita. vieja y envejec ida cada vez mcís, se encuentra che, ¡¡a l'irtitd del srw ujjicio, I ' Ú 'II chianwru a reg o!arc''.
el espacio ele la expe riencia cotidiana. la tierra del Dere- y se concluye que no puede faltar ''un·<'l ·olu z. iont'
cho vivo: es e l reino de la lib ert ad del jurista , dond e el ¡nogress il'(l dellaleggc" y que no ha de dejar de ampliarse
jurista puede interrogar. sin intermediarios ni co ndi ci o- " l'uflicio del/'inl<'l'/'~'~' le, d1e (~lo strwni'IIIO e il111inisrro
nantes. "la nalltrc des choses" , "fa IW/Un' des choses del/o .wa l'ila e del/o stw o : ionc in conrinuo di1·enire"."
¡wsiti1'e.1 ··." según puntualiza Geny pa ra supe rar la va- En la lec ción inaugural pisana de han ccsco Gahha.
guedad que este tér mino o concepto había prese ntado en de I RR7. a p:.tnir de la firme co nstata ció n de la acient -
las püginas de Adickes. Geny se percata de la inevitable iflcidwl ge neral de las codificaL·ioncs modernas y del oh-
imprec isión de di c ha expresión y tiene la honradez ele vio sentimi e nto de desco nfianza e'>pecírica hacia e l códi-
se tialar la d es preciativa calificación de Windscheid: go como fuente del Lkt'l~cho civil. se concluye sobre e l
''pcrschrieener Au.w lmck''. 11 pero reconoce en ella la fe- propós ito de "ani111are e inl<'r¡m'tare il COl/ice cil'i!e, <' il
cundidad que le dirillo civile iw/ia-
otorga su condi- 1/n in ge n e ral es.
ci6n de refere nci a col! 'o¡)(' /'I/ del/a
ontológica, al mar- snen :a constru -
gen de las fi cc io- ye ndo "un sistl'l/1(1.
nes y artificios del che ris¡wnda in
Derec ho legal y de ¡)(lri ten1¡w alfa re-
la momificaciones alrti del/e cose l '
de l Código. donde u/la rugione ".con-
finalm en te el intér- sidera ndo 11011
pre te , un intérpre- solo le up¡,fiuóo-
te verdadero y no ni e conseguell'::: e
s imple exégeta. se- fJUilich¡· Ul 'l'err ir e
guro únicam e nte giú dallegislutore.
de su mé todo cien- 111a t¡lll•lle e;.iandin.
tífico . puede afir- o ul111e11o le f!ÚÍ illl-
mar conjunt:.tmen- ¡wrranti di t¡uelle.
te libertad y res- che i! legisla/ore 1'
ponsabilidad. una non ¡nn·ide e non
y otra necesarias CO III I' IIIfi/!Í, l' ch l'
para construir el Derecho futuro. ¡ntn' hw1no iiii¡JOrlwl ~a n e /la real tú del l'il'l'l'l' socia/e "."
Pero lo que repugna a Geny del Derecho oficial y de En la le cci ón inaugural de Vicenw Sinwnce lli, de
su cienciajurídica. encarnada algunos años antes por ese Camerino ( 1RX0). con una visión genuiname nte kohlcrian a,
corifeo de los comentaristas que fu e Fran~ois Laurent. es la ley se co nforma como realidad pl;ística en manos de l
su simplicidad. Si algo debe se r re cuperad o es la co m- intérpt"ete , al que se L·onvocl, tarea imponante y act iva qu e
pl ejidad de lo jurídico , s u e x pa nsión müs allü del Estado lo convierte en proL1g:onista. "a colllf'h'(lln' la legg e. a
y de la ley. Esta re cu peración posibilitarü el engrandeci- disco¡n·ire t¡uel e h·~~ lutellle in t'SSa, o 111eglio. que/ che in
miento del juri st<l-intérprc le, pues és te sed el sujeto pri - esso si rallro\'O in¡hJ/ en::o".\!¡
vilegiado convocado a co nversar con la naturakza posi- E n fin. en 1R'J.'l Cesare Vi vante, luncladm de la mo-
ti va de las cosas y a ga rantizar una perfecta adaptación a derna ciencia italiana de derecho mercant il. en el prim er
las nuevas necesidades. volumen de su Tmllmo de dirillo conlntcrni!le, miclllras
También en el ámbito italiano la tmís sensibl e civilística in vita "a srn¡nin• la \'oce del dirillo che I'Ú'ne su dalle
demue stra impaciencia por la cc rradm de l orden jurídico cose". no duda en considerar la "nutum dei.fáui" entre
positi vo y exige re visar un viejo armamento conceptual ya las fu e nt es formale s de l De rec ho. 17
pesadamente dogm:ítico. Menciono de buena ga na algu- Semillas esp;1rcidas qu e indican una si e mbra difusa.
no s ejemplos, poco conocidos fuer a de Italia pero que vale Nos e ncontramos finalmente ante· una co iné ve rdadera men-
la pena alegar. te europea . Las institu c ion es y las propuesta s que advcni-

12 N nn E.. el jurista puede interrogar, sin intermediarios ni condicionantes, ,,a la Civil, y ef derecho civil italiano, en general. por medio de la cienci.1" construyendo
naturaleza de las cosas", "a la naturaleza de las cosas positivas" "un sistema , que responda al mismo tiempo a la realidad de las cosas y a la razón··.
13 N. DEl f.: Expresión de mala fama . considerando "no sólo las aplicaciones y consecuencias practicas de las que el
14 N. on E.: En la lección inaugural romana de Emico Cimbali. de 1881. como conse- legislador ya se haya percatado, sino - sobre lodo- aquellas. o las mas importan·
cuencia de haber concebido al legislador ··órgano inmediato de la consciencia po- tes de aquellas qu e el legislador no previO o no contemplO y que. sin embnrgo.
pula!'. queda patente una idea-fuerza: qes necesario. entonces. que la ley misma tienen importancia en la realidad del vivir social".
sufra la influencia y la acción del ambiente modificado y de las mismas y cambian· 16 N. DEL E : En la lección inaugural de Vicenzo Simoneelli. de Camerino (1889), con
tes circunstancias que, en virtud de su oficio, está llamada a regula!", y se concluye una vis~n gen uin ame nte kohleriana. la ley se conlo rma como realidad plástica en
que no puede faltar ·una evolución ~ de la le¡'" y que no ha de dejar de manos del intérprete. al que se convoca. tarea importante y activa que lo convierte
ampliarse" el oficio del intérprete , que es el instrumento y el ministru de su vida y de en protagonista. "a completar la ley. a describir lo que está latente en ella. o me¡or.
sus acciones. en continua transformación' aquello que en ella se encuen tra en potencia··
15 N DEl E..-En la lección inaugural pisana de Francesco Gabba. de 1887. a partir de 17 N. OC! E : En l1n. en 1893 Cesare Vivante. fundador de la moderna ciencia italiana de
la !irme constatación de la acientificidad general de las codificaciones modernas y derecho mercantil. en el primer volumen de su Tratado de derecho comercial, mien-
del obvio sentimiento de desconfianza especifica hacia el código como fuente del tras invrta ·a descubrir fa voz del Derecho que emana de lAs cosas". no duda en
derecho civ1l. se concluye sobre el propósito de ·animar e interpretar el Código considerar la ")laturaleza de los hechoS' enlre las luenles fonnales del Derecho

PAOLO GROSSJ
mos en Kohl er, Biilow. Ehrlieh , Sta m pe o Gen y
circulan por toda la Europa continental para
llegar intactas incluso a la provincia italiana,
donde el absolutismo jurídico domina sin opo-
sición. Si atendemos a la fecha de la lección
romana de Ci mbal i, 1XX 1, los manifiestos de
Kohler, Bülow, Ehrlich, Stampe y Geny son
ciertamente posteriores. Pero no alabemos así
estériles y falaces primogenitura s, pue s
Cimbali tiene un timbre de voz absolutamente
singular que rechaza cualquier mezcla indebi-
da ; se trata, m<ís bien , de que lo nue vo, antes
incluso que en los hombres , está en las cosas,
donde tmo s ojos inteligentes pueden leerlo, y extraer del y de su traducción en términos de construcción JUrídica.
mi s mo rellexiones instructi vas y consecuencias legítimas. La más atenta civilística italiana de fines de siglo es cons-
En los años ochenta se inaugura La nuova fas e del ciente del riesgo de diferenciar lo real y lo legal, con la
dirillo civile nei rapporli economiei e socia/i ," por usar ruinosa consecuencia de una irrecuperabl e pérdida de cre-
e l título de l maduro volumen prog ram<ítico del mi s mo dibilidad del De recho co mo instrumento de regulación. El
Cimbali. que se remonta a 1884. Un paisaje económico y universo jurídi co viviente, el que se prod uce en la socie-
social que cambia y se complica rodea a los civilistas de dad espontánea mente día tras día, tiene que tener, para
toda Europa: en los ochenta el mundo simple de ayer se ha evitar una crisis profunda en las conciencias, una cohe-
transformado en el complejo de hoy. Y sólo los ciegos y rente co rrespondencia con el Derecho oficial. Como dice
los so rdos no pueden darse cuenta. Gen y en un memorable capítulo de "La mé!lwde ... ":
Se complica el mundo de los sujetos y de los bienes. "avanl /oul, le droil posilif doil rester chose vivan !. 01;
A llora la condena no retórica de la abstracción de Jos vivre. e ' es/ se mouvoir el se transformer. Pour le dmit e' es!
modelos de la civilizac ión burguesa y de sus conquistas plus enco re: c'est /ut/eJ; en vue d 'une pwfaile el conslan-
pseudoliberadoras, y emergen a la superficie social y jurí- /e adaptation aux exigences de la vie socia/e".'"
dica sujetos concretos -empresarios, obreros, mujeres y Es un canon metódico que podemos atribuir legítim a-
niños trabajadores- que la nuovafase aprecia y valora. Se mente también a la corrientes innovadoras de aquel feli z
empieza, poco después, a vislumbrar un pulular cada vez momento de nuestra civilística, en cuyo nombre se deba-
Jm1s intenso de comunidades intermedias, con el consi- ten y cuestionan muchas de las viejas dogmáticas del ab-
guiente desplazamiento del centro de gravedad de todo el solutismo jurídico. Pe ro éste será el que se imponga en
ordenamiento sociojurídico. La reluctancia ilustrada ha- Italia a fines de siglo, sobre la mayoría silenciosa de los
cia las personas jurídicas, que las Luces transmitieron in- juristas, y la suerte de la ciencia jurídica italiana del siglo
tact a a la codificación france sa y que la codificación uni- XX, incluso hasta ayer, en su perenne tormento, en su
tari a italiana de 1865 superó no sin esfuerzo, se desvanece búsqueda perenne de nuevas vías dentro del territorio pro-
ante la cuntcmplacicín de un nuevo mundo de sujetos hibido de las fuentes, lo viene a demostrar. Aún hoy, cuan-
ontofísicos, de asociaciones y entes morales, destinados a do la actual Constitución permitiría opciones valientes para
multiplicarse y a ocupar los nudos de la circulación ceo- recuperar la experiencia jurídica en toda su complejidad,
nómica y jurídica, que ya no se podrá resolver en un mo- inclu so extraestatal , el absolutismo jurídico demuestra
nolito estatal, sino co mo compleja organización plural. habe r arraigado en el cínimo del jurista provocando un en-
Añádase el enriquecimiento en el elenco de los bienes: ya gaño mayúsculo. El derecho privado italiano se encuentra
no sól o importa la ti e rra y la propiedad inmobiliaria, sino bien lejos de ser aquel derecho de los sujetos privados,
sobre todo la mobili aria, y no solamente los bienes mate- como exigiría un auténtico pluralismo jurídico. ID&SI
riales, sino también Jos inmateriales, con un uso creciente
de los títulos de crédito y de la moneda fiduciaria. Añádase
también la exigencia de estatutos diferenciados para cier-
tos bienes, con la consecuencia de reglas diferenciadas para
su disciplina y tutela.
La impotencia de la ley -no solamente del Código
general unitario de 1865, sino también de las leyes espe-
ciales que el legislador italiano empezó a producir en nú-
mero creciente- abandona las páginas teóricas de los ju-
ristas y aparece como circunstancia efectiva y negativa en
la vida social del país. El viejo monopolio y la clásica ex-
propiación llevados a cabo por el absolutismo jurídico
parecen in adec uados para ordenar una realidad cada vez
más desbordante, por compleja. En el terreno de las fu en-
tes vuelve a considerarse la idea de comprometer doctrina
y jurisprudencia en su calidad de inlerpre!Cllio , es decir,
de observación de un pai saje socioeconómico cambiante

18 N. DEL E. : La nueva fase del derecho civil en las relaciones económicas y sociales.
19 N. DEL E.: Ante todo, el derecho positivo debe permanecer como una cosa viva.
Ahora bien. vivir es moverse y transformarse. Para el Derecho es más todavía: es
luchar, en busca de una perfecta y constante adaptación a las exigencias de la
vida social.

Absolwismo jurídico y derecho privado en el siglo XIX

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