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¿CÓMO HACER UNA PRIMERA PARTE?

...

Porque tiene que tener una percepción, no sé que palabra


ponerle... una percepción, una luz sobre el Predicador, ayer dijimos: la
ciencia, la iglesia, todo eso ¿No es cierto?.
Tiene que tener una percepción, no sé sí Conocimiento (no es)
pero un poco más de luz. “Percepción” es... al predicador.
Por ejemplo: Yo hago la Primera Parte anoche, el Predicador
(Jordán) yo estoy muy dolorido de mi boca, no puedo comer, hace tres
días vivo a punta de agua, estoy mejorando... pero Jordán es el
Predicador que si yo le entrego un culto lleno de gritos, lleno de
saltos, él no va ha saber cómo iniciar el desarrollo de su Mensaje.
Entonces hay que entregarle un culto más calmado, tranquilo,
para que él lo tome y comience a mover la gente – que lo deje a punto.
En otras palabras, que ya tenga la sopa separada y que esté
hirviendo y que esté a punto de empezar a cocerse y él tiene que
llegar – oler, ponerle un poquito más de sal, mejorarlo. ¿Hum?.
El Primera Parte tiene que captar, casi no me atrevo a decirlo,
es necesario captar el estado, en preparación, el estado de
preparación y devoción (La otra cosa me la voy a reservar), del
Predicador a quien le va ha entregar el culto.
Si es un Predicador lleno de fuego, lleno de poder, entonces
usted tiene que ir y dejarle el culto a punto, de manera que él use su
Unción, use su Poder y no se sienta menos cavado, no se sienta con
las espaldas descubiertas.
Porque si me entrega un culto lleno de Unción, lleno de Poder
¿Qué hago yo?. Si es un Predicador que quiere bendecir a la iglesia,
quiere Ungirla – el Primera Parte tiene que llevar a la iglesia, que en
cuanto el Predicador la mira, la gente comienza a gritar ¡Aleluya!.
¿Me explico bien? O... ¡Bueno! Están entendiendo bien.
Entonces el Primera Parte es responsable de cómo va ha llevar el
Predicador el resto del culto.
Naturalmente la Palabra es el alimento, la vida, el entusiasmo,
el crecimiento de la congregación.
Pero, igual que la comida: quita el hambre, alimenta, satisface
¡Hay que sabe prepararla! - ¿Está bien?.
Trato de explicarme, estaba pensando ahora yo, en cómo
traerles esta parte, que es la parte más difícil del Primera Parte con el

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Predicador, porque tiene que venir una hermenéutica de conjunción,
de armonía entre la Primera Parte y el Predicador, para toda la iglesia.
Es responsabilidad del Primera Parte dejar a la iglesia
receptiva.
Por favor, si hay algo que no está claro, hágamelo ver porque
me queda mañana todavía de hablarles y yo quiero entrar bien en la
Primera Parte.
Así que si hay algo que no está claro, dígamelo y yo trato de
aclarar más adelante.
Algunos hermanos que estábamos ahí adentro, haciendo...
conversando, haciendo ese Ante reunión que tenemos siempre los
Pastores.
Y digo: ¿Quién está haciendo la Primera Parte? ¡No me diga! –
Porque yo le había dicho a Timo: Pone Primera Parte.
Porque cada uno de nosotros sacamos nuestra personalidad
en la Primera Parte.
¡No me digan nada!, Es Julián – Julián estaba haciendo la
Primera Parte, el Pastor Azabache.
Porque cada uno en la Primera Parte saca a relucir lo que tiene
por dentro.
¿Cómo?, Por ejemplo: Si usted es un hombre muy meditador –
muchos están de acuerdo con este pensamiento: La Meditación es
más importante que la oración.
Yo no estoy muy de acuerdo, porque la Oración (dice la Biblia)
es la que cambia todas las cosas.
Pero la Meditación viene a ser la Oración del Alma, en
conjunción con el Espíritu.
Por eso, para algunos Meditar es más importante que orar.
¡Bueno!.
Si usted es el Predicador ahora, y es un hombre que le gusta
Meditar – No, si usted es el Primera Parte y es un hombre que le gusta
meditar, canta: Sublime gracia, le dará un tono diferente al hermano
Magnu que no Medita, pero le gusta lo que dice y le impacta.
Su “Sublime gracia” y Su “Sublime gracia”, son dos “Sublime
gracia” distinta, aunque es la misma melodía, las mismas palabras.
Son diferentes, porque usted es un hombre que Medita, que le
impacta, más hormonal.
Se.... proyecta su personalidad. Por ejemplo el Coro de
Cochabamba cantó esta mañana, ese himno que aquí en mi iglesia
nosotros lo cantamos con mucho cuidado.

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“Cuando puedo contemplar la inmensidad y la hermosura de
las cosas que me das...” (Canta el Señor).
Yo termino llorando, cuando lo cantamos aquí en la iglesia, y la
iglesia igual.
Lo cantó la Primera Parte y ni Fu, ni Fa, y yo le voy a pedir
autorización al Pastor Vega, de Cochabamba para hablar con él, con
respecto a su Coro, porque es un Coro que no tiene Espiritualidad,
tiene Oración, el Director con sus dirigidos.
¿Me capta cómo es?, Porque un Director de Coro debe orar
por sus hermanos, por sus voces, por las cuatro voces.
A veces a mí no me sale un himno: ¡Pare!, ¡Pare! Oremos
hermanos, y después seguimos el Ensayo, y las cosas mejoran.
Cada uno en su Primera Parte refleja lo que tiene por dentro. Si
es un hermano muy humilde, son los que hablan siempre en la
congregación.
Son muy humildes, el “Sublime gracia” lo va ha cantar con
mucha gratitud, porque yo siento que para mi la “Sublime gracia” es un
privilegio de los muy escogidos, ¡Que Dios me haya elegido a mi!.
¿Me entiende cómo es?, Entonces un Primera Parte en su
Primera Parte revela lo que tiene por dentro.
Porque nunca pierda en su Primera Parte, fuere como fuere.
Nunca pierda este concepto bíblico: “Dios mora en las alabanzas de
su pueblo”
Y “alabanza” no es solo cantar, muchas veces su alabanza es
una palabra.
“Sublime gracia” y un hermano se levanta, una hermana se
levanta, levanta los brazos y empieza a llorar – mientras otros están
cantando.
La mayor alabanza ha sido ese que levantó sus manos y
empezó a llorar, porque se sintió identificado.
A esa alabanza Dios no la deja pasar. ¿Me capta cómo es?. El
Primera Parte no debe olvidar que Dios mora en las alabanzas.
Hay hermanos, hizo la Primera Parte en Culto de Juventud, el
hermano Vaquero de Perú, y todos los himnos lo cantaba por las
nubes, nos mirábamos los unos a los otros, y yo le decía al que estaba
a mi lado. ¡Puje caramba!, ¡Puje!.
Le quita toda la unción a un himno, a un coro cuando lo canta
tan alto, ¡Le quita toda la Unción!, Se va la Unción porque la gente
puja y les salen chillidos y Dios no mora en los chillidos.

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Ustedes me van a escuchar a mi (si se quedaran aquí) –
hermanos, vamos a cantar a nivel de Coro, y yo levanto cuatro tonos
el himno en el Coro; Vamos a cantar a nivel de Congregación, lo bajo a
nivel de la Congregación.
Hay una armonía de alabanza. Por allá uno se levanta y grita,
por allá otro llora, por allá el otro corre al altar. Esas son las alabanzas
en las que Dios mora; no solamente en el canto.
No se para en el púlpito el Primera Parte - Bueno, en esta
noche vamos a cantar... ¿Cómo se llama ese himno?....este...
Yo tenía aquí un Ex Predicador; Waldo Carballo, lo hacía hacer
la Primera Parte y comenzaba a recorrer el himnario y después para
atrás...
Siempre que hacía una Primera Parte, ¡el culto un desastre!,
Porque él no sabía lo que quería que la congregación sienta.
Algunas vez, generalmente me hace la Primera Parte Timo, así
que ... cuando me las hace Ricardito me pregunta: ¿Qué coro?, ¿Qué
himno cantamos?, ¿Qué pasaje bíblico leo?, Él se prepara con mucho
temor.
Timo está más acostumbrado, más canchero, no me pregunta,
pero muchas veces le digo: Timo, cántate tal himno ahora, o necesito
tal himno.
Y a mi mismo Coro le digo: Hermanos, el culto del domingo va
ha tener este y esto, pero este himno lo necesito, para una armonía en
la alabanza.
Pero, como es la Primera Parte, ni dirige el culto. Porque eso
es lo que hace una Primera Parte.
Un Primera Parte dirige el culto – Oye, dirígeme la Primera
Parte, él dirige.
La mejor manera de dirigir la alabanza de la iglesia es que él la
sienta.
Yo tengo que sentir lo que estoy haciendo cantar a la iglesia,
yo tengo que sentir lo que le pido a la gente que haga, lo siento dentro
de mi.
Inspira, mueve, penetra en la Congregación. Les voy a repetir
otra vez.
El Primera Parte proyecta lo que tiene por dentro. No se si
usted como Pastor ha tenido un Primera Parte que es un desastre, y
usted ha tenido que hacer cantar a la gente, ha tenido que empujar a
la gente para que entre en el Espíritu, del tenor que va ha Predicar.

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Esos Primera Parte deberían ayudar y orar a Dios para que los
guíe, porque son...en vez de bendición, son un problema.
Yo he tenido cultos así, donde mi Primera Parte me ha
desorejados completamente y me ha dejado la iglesia en un desastre,
confundida espiritualmente, y he tenido que entrar y alabar a Dios
hasta que la iglesia entra.
Porque le recuerdo, a todos los creyentes la Biblia nos los
considera como Ovejas, y ustedes son Pastores.
¿Cuál es la responsabilidad de un Pastor?, Sino cuidar, guiar,
defender su rebaño. ¿No es cierto?.
Entonces, un Primera Parte dirige las alabanzas del pueblo del
Señor.
Y no canta lo que le da la gana, lo que le parece, porque le
parece, porque lo canta...tiene que pensar que él tiene la
responsabilidad de traer a Dios a la escena, y él se está proyectando
en lo que esta llevando a la iglesia.
¿Me entiende?, ¿Me captan bien?. Entonces, recuerde esto, el
Primer Instrumento de alabanza en un culto, no es el himno, no es el
himnario, ¡Es el Primera Parte!.
Él es el que tiene que meterse en el corazón: Yo soy el Primer
Instrumento de alabanza.
De modo que la iglesia lo mira, y él mueve los brazos, o se
mueve, y la iglesia va siendo impactada, porque él es un Instrumento
de alabanza.
Usted puede hacer lo que hago yo a veces; A mi me gustaba
mucho cantar, y en mi tiempo yo cantaba bonito, cantaba fuerte –
ahora no puedo.
Entonces le digo a mi gente: Présteme su voz, quiero alabar al
Señor, pero no me alcanza la voz, ¡Présteme su voz!; hombres y
mujeres ¡Préstenme sus voces para alabar a Dios!, yo empiezo el
himno y en seguida me quedo... – me están ayudando a alabar a Dios,
y como no lo puedo hacer...
¡Muchas veces yo le digo a la iglesia!, ¡Présteme su voz!,
¡Ustedes pueden!, ¡Yo ya estoy cansado!, ¡Ya no puedo! Pero quiero,
quiero decírselo a Dios.
El Primer instrumento de alabanza es usted y puede (eso
también no lo debe olvidar), puede meter dentro de cada creyente su
deseo de agradarle a Él.
Así que la oración que usted tiene que hacer: “Dedicamos este
culto a tu alabanza, bendícenos, agradándote de tu pueblo”

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Así: Bendícenos, agradándote del esfuerzo que hacemos para
ti, porque lo dedicaremos a la gloria del Señor.
Necesitamos entender, que cuando nos paramos ahí,
queramos o no, nos propongamos o no, vamos a influir sobre
muchos, ¡Es indefectible!, Usted va ha influir sobre todos los que están
aquí.
El Primera Parte es casi más que el Pastor, más que predicar.
Nunca olvide eso: Yo me paro aquí, y quiera o no, me proponga o no
hacerlo va ha derramar sus hondas y va ha influir sobre el grupo que
está ahí.
De repente lo van a mirar, y va ha sentir cómo se está metiendo
el Espíritu del Primera Parte en la iglesia, en la Congregación.
Esa es la responsabilidad de un Primera Parte, preparar todos
los elementos para hacer una buena comida.
Así sucede, a igual que yo, cuando el toca hacer una Primera
Parte – Señor, úsame como instrumento de tu alabanza, saca de mí
sonidos Señor.
Entonces va ha llevar a su Congregación a la alabanza a Dios y
el culto va ha ser bendecido, la gente va ha tener ese imán para venir
a la iglesia.
Porque no hay ninguna cosa más, que atraiga al creyente como
la presencia de Dios.
Puede ser, sucede muchas veces, que se olvide
completamente el sermón, pero recuerdan los himnos, los coros, que
fueron ungidos y lo llevaron a la presencia de Dios. ¿Me capta cómo
es?.
Oh, tu eres mi gran amigo Dios, por eso yo quiero caminar
contigo, cuando me falten las fuerzas ¡sostenme!.
Estoy diciendo con mis alabanzas: No puedo, ni quiero que te
alejes ni un minuto de mi, en lo alto, en lo bajo ¡Sé mi Compañero fiel!.
Amén. Esa es una parte de la alabanza, de un Primera Parte,
un instrumento que Dios toma, si es violín le saca arpegios, si es
guitarra le saca pisadas, si es piano le arregla el teclado, y va sacando
la Unción, la alabanza.
Recuerde, cuando usted toma una Primera Parte (esta va ha
ser la parte de mañana, pero se la adelanto).
Pero yo...yo no soy digno... y hermanos...me privilegiaron, yo
no soy digno de estar parado aquí.
La Biblia dice: Dirá el instrumento, el hacha... ¡Que se yo! ¿Por
qué me haces así?.

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Si Dios me empleó...¡Gloria a tu Nombre!, ¡Ayúdeme a
desarrollar este privilegio que Dios me ha dado!, ¡Póngase en armonía
conmigo!.
Nunca se pare y le diga a la iglesia: Es que ... yo no lo
merezco.
¿Entonces Dios se equivocó al ponerlo ahí adelante?.
Recuerde un Primera Parte es un Instrumento.
Y el Instrumento, sería muy raro que le llegara a decir al que lo
va ha tocar: No merezco, no tengo esto, no tengo lo otro...me falta
aquí, me falta allí.
Sería muy raro, ¡No lo haga!. Yo he escuchado a muchos
hermanos hacer eso, y es malo.
Porque se está revelando en contra del lugar que Dios le da,
está despreciando, y poniendo en entre dicho la elección que hizo
Dios de este Instrumento para dirigir este culto.
Mañana hablaremos de esto, y “Déjese fluir” porque de repente
está ahí alabando a Dios y siente una especie de ...una orden de
dentro: Cantá tal coro, canta tal himno, hace tal cosa.
Siéntase libre, porque donde está el Espíritu de Dios, hay
libertad.
Ya pasamos de la media hora, de la Primera Parte, pero
hermanos recuerden: Ustedes son los instrumentos de alabanza que
Dios ha elegido para dirigir al pueblo, para agradar a Dios.
Dije y reitero: Un Primera Parte tiene mas responsabilidad del
culto que el Predicador.
El Profeta en el tiempo antiguo iba adelante, “Dios ha dicho” si
el pueblo recibía Dios venía de atrás, lo perdonaba, lo bendecía.
Si no lo recibía, Dios venía de atrás - ¡Paf!. Pero el Profeta era
el más importante, porque revelaba la voluntad de Dios.
Un Primera Parte es muy importante, revela lo que Dios trae
atrás, usando al Predicador.
¿Está bien?, Hagamos lo que hicimos ayer, que haga práctica
esto, hoy, mañana.
Ore hermano Alcides. (Ora el hermano).

...
Estaba yo pensando ahora. Una Primera Parte es como la
preparación de una comida.

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Usted para preparar una comida, lo primero que hace es: ¿Qué
voy a cocinar ahora?, ¿Qué voy a cocinar ahora?...este... bueno, voy a
hacer una sopa de verduras, voy a hacer una sopa de verduras.
Y ¿Se compra de todas las verduras que conoce?...¡No! No se
compra de todas las verduras que conoce, sino que se compra las
verduras con las que piensa hacer la sopa de verduras. ¿No es
cierto?.
Entonces, cuando usted va ha hacer una Primera Parte dice:
¿Qué es lo que quiero lograr?.
Porque hay cultos de avivamiento, de tomar decisión, de
devoción, de constricción, de arrepentimiento, de meditación.
Hay diez diferentes cultos. Entonces usted viene aquí y
comienza a cantar lo primero que salga.
Vamos a cantar el coro tal, vamos a cantar el himno tal, vamos
a cantar...
Usted lo que tiene que hacer es pensar - ¿Qué quiero lograr
con mi Primera Parte? – quiero lograr que la gente se conmueva,
quiero lograr que la gente tenga un espíritu de recogimiento, de
constricción, que sea continua la presencia de Dios.
Entonces usted tiene que elegir los coros, los himnos
adecuados a lo que pensó; igual que para la sopa de verduras.
¿Hum?, ¿Me está captando bien?. Comienza un culto de
avivamiento; como a usted le gusta mucho el himno 175 “Oh Cristo
mío...” (canta el Señor).
¿Sirve para avivamiento ese himno? – absolutamente ¡No!;
¿Cómo va ha cantar “Oh Cristo mío, si se propone un culto de
avivamiento?, Si ese es un reconocimiento – Mi vida en la presencia
de Dios, tú eres mi amigo fiel, por mucho que yo te.... - ¡Bueno!...
Entonces usted tiene que buscar coros, himnos, que le den lo
que usted se ha propuesto del culto, porque usted está preparando la
sopa de verduras.
¿Está bien?, Quiero que me capte, porque si no me capta me
levanta la mano y se lo cambio, se lo repito de nuevo.
Entonces esa es la primera cosa que usted tiene que hacer. Es
en vano hacer esto –
¡Hermanos!, ¡Tenemos que estar ahí! ¡Todos nos avivamos!,
¡Llenos del Espíritu del Señor!, ¡Porque vinimos al culto a cantar y
alabar a Dios por todas las bendiciones que Él nos ha dado!!, ¡Así que
alabemos el nombre del Señor!!, ¡Que Dios bendiga su santo nombre!,
¡Aleluya!, ¡Gloria a Dios!...

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Cuando los hermanos van a cantar, lo quedan mirando...y
cantan al divino disparate.
Porque usted la enredó, en vez de comprar las verduras
adecuadas, echó todo lo que había dentro de la olla y hierves, si
querés.
No va ha lograr ¡Nunca! La comida que se propuso. ¿Está
bien?.
Entonces, la primera cosa que usted tiene que hacer ¿Es?...
¿Qué?... ¿Qué? ... – Meditar en lo que va ha hacer – después busca
en la casa las verduras, sino tiene que ir a comprar.
¿No es cierto?, busca si hay o no hay, o sino voy a comprar,
me falta esto, me falta esto...
¿Cuál es el lugar donde tiene que ir a comprar?... ¿Ah?... El
Primera Parte, tiene que ser un hombre de más oración que el
Predicador.
El Primera Parte tiene que orar más que el Predicador, porque
tiene que comprar los elementos para preparar el culto.
Entonces usted se va ha orar: Señor, yo quiero un culto de
avivamiento, para tener un culto de avivamiento yo tengo que tener
dentro de mi ese avivamiento.
Comprar las verduras con las que voy a hacer la sopa. ¿Está
bien?.
Entonces, como yo hago; Yo... me gusta mucho hacer sopa de
pito, creo que los peruanos aprendieron a comer sopa de pito
conmigo, y algunos de acá también.
¿Qué hago?, El apio, la zanahoria y el ajo; todas las verduras
duras de cocer las echo primero, mientras pico y echo las verduras,
ahí que se vaya calentando el agua; yo estoy haciendo la carne, que le
voy a poner a la sopa de verduras o sino el chicharrón está ahí.
Cuando empieza a hervir le pongo la carne dentro y eso se
cose bien, las verduras dura de coser, se cose bien ahí. ¿Hum?, La
cebolla es blandita, de un hervor de medio minuto está lista la cebolla,
porque es lo último que yo echo.
Los malos cocineros, hacen la cebolla y se la echan ahí
adentro de inmediato, y no sirve, no da sabor.
Entonces usted pone lo más duro que tiene - ¿Qué es lo más
duro?, La gente llega al culto cargada de problemas, ha peleado en la
casa, le han cobrado el alquiler y no tiene como pagar, le llegaron los
recibos de la luz y del agua, y el teléfono y no tiene plata, el patrón lo
estafó, se peleó con su compañero de trabajo.

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Así llegó la gente a la iglesia, ¡Y así llega! A todos los cultos la
gente llega así.
Entonces usted tiene que cocinar esa verdura. – Los problemas
de hoy hermanos, usted tiene que dejárselos al Señor – Hermano en
medio de las alabanzas Dios mora...- No le echemos un sermón...
¿Cuántas veces con Nelson hemos renegado y se nos ha
retorcido hasta los callos, escuchando al hermano Casimiro hacer una
primera parte, echando a perder el culto?, Lo echa a perder.
Entonces – Hermanos, ustedes que llegaron con problemas,
pero estamos en la Casa del Señor., Deje todo en la presencia del
Señor, Él mora en medio de las alabanzas ¡Alabémosle!, Deje toda su
carga en Él, ¡Cantemos!.
Comienza... ¿eh?...esa es la parte más dura, la parte más dura
que, han ido para allá, han piropeado a una mujer, se han ido y se han
corrido una aventura con una que no es la señora, no llegaron a la
cama, pero bueno...la dejaron casi, casi...y bueno...llegaron así sucios.
Esas cosas sucias, hay que tener el agua hervida, que se
vayan cocinando en la presencia del Señor.
Dios ¿Por qué esto?, Dios ¿Por qué lo otro? ....
¿No le gusta? – Es que yo tengo..., ya se va ha meter por el
terreno que...
Quiero meterme por el terreno que ... si alguna cosa le
molesta ¡Bueno pues!, ¡Arréglelas!, Pero no me resista porque yo lo
siento acá.
Ya les he dado muchas, muchas demostraciones, que no
necesito que nadie me chismee para saber lo que usted hace.
Ahora las hermanas de Tarija entraron a mi oficina ahí – Señor,
¿le contó el Pastor como eran nuestras vidas?, Porque él está fuera
del lugar.
Yo le dije a una hermana: Bueno, lo que le pasó a usted fue
culpa de una borrachera, porque vos te vas y te emborrachas...
¿Sigo? - ¡No, no!.
Bueno, eso es lo que les digo a ustedes, para hacer una
Primera Parte tenemos que estar lo mejor preparados.
Tenemos que ver donde vamos a cocinar y como. Porque a
veces podemos tener todos los elementos y hacer una comida mala,
fea, de mal gusto.
A veces podemos tener pocos elementos y si somos buenos
cocineros hacemos una buena comida.

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Y el sazón de la comida es la presencia de Dios, que venga
Dios a mi vida, que venga su Unción.
No debe olvidar que el Primera Parte es casi, más importante
que el Predicador.
Yo cito eso de la comida, porque es lo mejor que entendemos.
En la hermenéutica Ministerial, y en la filosofía de la
predicación. Se llama de otra manera pero ¡Para que vamos a citar
eso!, Estamos aquí y entendemos eso.
Nosotros tenemos que entender que el instrumento Primera
Parte, es un Ungido casi más que el Pastor.
El Pastor tal vez lo puede usted cubrir, porque a lo mejor no
sabe bien lo que va ha decir, tantas cosas que vamos a hablar
enseguida.
Y el Primera Parte es el que tiene que cubrirlo todo. Es como
cuando usted le pone la zanahoria, el apio, el ajo, y le coloca los
chicharrones, bien sazonaditos ahí a la sopa, de modo que la
pruebe... sin que le ponga el arroz, el fideo, el pito, ya está con
sazón...
Una Primera Parte tiene que tenerlo en su corazón, yo para
enseñarte tengo que vivirlo hermano.
No me puedo pararme ahí como un palitroque a hablar
burreras, porque sé hablar, ¡Tengo que vivirlo!.

¡Entra en mi ser!, ¡Ser un buen Ministro!, Nos equivocamos


porque no sabíamos.
Eso es lo que estoy haciendo con ustedes, no con él, no con
algún otro, sino con los que se están dejando ganar, que son la
mayoría.
A veces hay carnes o nervios muy duros, todo está bien y eso
sigue duro, hay que sacarlo de lado, no sirve, perjudica nomás, está
muy duro, tengo que hacer otra cosa con él.
Así es, por ejemplo Lázaro de Pampas, el hermano, así es el
hermano Enrique, así es el hermano, así es el hermano Vaquero, así
son algunos, así es Danny, así es el Pastor Vega, usted mírelos, ¡No
les entra!
¿Quiere ser usted uno de ellos?...porque yo soy el cocinero y
en este instante Dios me lo dio para bendecirlo.
No vale eso de que – Yo soy colla, yo soy quechua, y nosotros
somos así – En Dios ¡No existe eso!.
Y la cosa no es gritarlo, sino vivirlo.

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Yo diría, algunos que los nombré, y algunos otros que se han
quedado – No nos tomes como un nervio duro, una carne dura, no nos
metas en el tacú porque entonces vamos a sufrir y llevar golpes
(Todos caen de rodillas).
Me propuse hablarles media hora de Primera Parte y media
hora de Predicación.

LA PREDICACIÓN

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Se habrán dado cuenta ustedes que en los días que ha
transcurrido de Reunión, Dios viene vivificando la Palabra.
No sé si ustedes vieron en esta mañana cómo Dios ha venido
vivificando en la Palabra, que está más de dos mil años escrita, pero
que nadie la ha conocido.
El intérprete de la Palabra es el Espíritu Santo, y esta mañana
a muchísimos de nosotros nos interpretó la Palabra.
Lo mismo voy a hacer yo ahora.
La primera pregunta: ¿Qué?, ¿Qué tengo para darle al pueblo?
.....
Ya pasó la media hora, ahora hablemos de un Predicador.

Independientemente de cómo usted programe el culto – Yo


programo por ejemplo el culto del día Martes “Cátedra”, los jueves los
hago de...siempre de enseñanza ¿No es cierto?, Los sábados los
dedico al “Descanso” (así se llama el culto), culto de “Descanso” y
hablamos todo eso, porque ya terminamos la semana, y llegamos por
fin al Descanso.
Pero el sábado le llamo culto de “Descanso”.
Independientemente de cómo usted programe los cultos, tiene que
prepararse.
Yo por ejemplo para Predicar Cátedra – la mayoría de ustedes
no sabe lo que es Cátedra, lo que significa la palabra - Cátedra se da
en la universidad... ¡Que se yo!.
“Cátedra” significa “Destapar” sacar la tapa. Eso significa
Cátedra.
Y está basada en aquel capitulo, cuando el Maestro llenó las
tinajas de agua y las convirtió en vino.
Agua la “Palabra”, buen vino la “Revelación” – Bueno, yo hablo
de Cátedra.
Independientemente usted, para preparar un Mensaje tiene que
hacerse estas cuatro preguntas - Anótelo, otros están grabando, ¡Muy
bien!.
¿Qué? – es la primera pregunta que tiene que hacerse:
¿Qué?.
La segunda: ¿Por qué?
La tercera: ¿Cómo?
La cuarta: ¿Cuándo?.

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Lo desarrollamos; ¿Qué? Necesita mi iglesia en este culto, hoy,
¿Qué? Vienen a buscar los creyentes, ¿Qué? Yo voy a hacer en este
culto, ¿o voy a esperar que los hermanos vengan a perder el tiempo?.
Entonces ¿Qué? Necesita mi congregación. Cada Pastor
conoce a sus creyentes, como dijo el Señor: Los tengo en las palmas
de mis manos.
Un Pastor debe tener a sus creyentes en las palmas de su
mano(según Hebreos), porque tiene que orar por ellos
constantemente, orar por cada uno de ellos.
Así que usted sabe ¿Qué?, ¿Cómo?, ¿Dónde?, Qué forma de
vida, las finanzas que tiene, todo tiene usted que saberlo.
Entonces usted llega a la iglesia; ¿Qué quieren mis hermanos?
¿Qué necesitan?; ¿Qué les voy a dar?, ¿Qué me propongo darle a
mis hermanos?.
¿Qué luchas?, ¿Qué pruebas?, ¿Qué necesidad?, ¿Qué
enfermedad?, ¿Qué dolor?, ¿Qué incomprensión?, ¿Qué amargura
trae?,
Usted tiene que preguntarse: ¿Qué? – antes de pararse en el
púlpito, usted tiene que contestarse la primera pregunta: ¿Qué?.
Bueno pero eso se me está haciendo difícil porque tengo que
buscar en el Mensaje – si es que predica el Mensaje, porque hay
muchos aquí que no predican el Mensaje – sino que toman el Mensaje
y predican lo que les da la gana, hablan lo que les parece, tomando el
Mensaje.
Yo tengo aquí algunos (no los voy a nombrar), pero toman el
Mensaje y hablan lo que les da la gana, y a veces hieren a los
hermanos, porque están molestos con ellos por lo que le dijeron.
Eso está prohibido, y si usted lo ha practicado ¡Renuncie a
ello!, ¡Aquí y ahora!.
Entonces la primera pregunta - todos los días voy a volver
sobre lo que les dije de una Primera Parte, todos los días voy a volver
sobre el tema de la Predicación, hasta que se acabe la Reunión.
¿Qué necesita mi iglesia?, ¿Qué les voy a hablar?, ¿Qué
preparación tengo yo para resolver problemas?, y todo lo que implica
¿Hum?.
La segunda pregunta: ¿Por qué? Mi iglesia necesita esta
Palabra, ¿Por qué?
Entonces en el Por qué, usted dice: Le enseñé a Orar, le
enseñé Reverencia, le enseñé Temor de Dios; le enseñé a mi iglesia

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Amor al Señor, temor a Dios, que el nombre del Señor sea lo más
grande para ellos, ¿Por qué viven así?.
Y ¿Por qué Llegan los Ministro así?, ¿Por qué la situación del
hermano?, ¿Por qué este está enojado?, ¿Por qué aquel otro está
ahí...arisco?...
En la segunda pregunta usted tiene que tener tanta humildad,
para reconocer que usted se ha equivocado.
¿Por qué mis hermanos vienen allí todos molestos?, ¿porque
yo soy así?, ¿porque yo me porté mal?, ¿Por qué?, todo lo ve en Por
qué. ¿Está bien?.
Hay que contestarse la segunda pregunta ¿Por qué?, hacia la
iglesia y de la iglesia hacia mi.
Recuerde que nosotros estamos sujetos a los mismos
problemas, a las mismas aflicciones, a las mismas debilidades que el
grupo que tiene ahí.
¿Por qué yo tengo que herir a mi iglesia?, ¿Por qué yo los
tengo que ofender?.
Hay hermanos que vienen de distintas iglesias, de distintos
lugares – El Pastor me dijo esto y esto, me hirió, me dijo esto, me dijo
lo otro - ¿Lo sacó del Mensaje? - ¡Si, tenía el Mensaje ahí!.
Eso no está en el Mensaje, eso es Palabra Muerta. Entonces la
segunda pregunta contéstese ¿Por qué usted va ha hacer ese culto?,
les va ha hablar de esto, les va ha enseñar lo otro...
Está bien?, la tercera pregunta que necesita contestarse es:
¿Cómo?.
¿Les doy un ejemplo? - ¿Cómo estas anotando lo que yo te
dije?, ¿Cómo lo estás transcribiendo hermano?, ¿Cómo le digo a mi
iglesia lo que recibí?.
Sin herir, sin ofender, guiándola, ¿Cómo se lo digo? - ¡ES que
hermano!, ¡Aquí dice el Mensaje! ¡Yo no tengo la culpa!.
¡Cuidado! Con que usted saque sus odios, sus mal crianzas,
sus rencores, sus amarguras para afuera.
Más bien dígales: Aquí está así hermanos, esta es la Palabra
de nuestro Señor - ¿Por qué no se pone usted en la parrilla? – Esta es
la Palabra, nos guste o no este es el Mensaje.
¿No es mejor?. ¿Cómo se lo digo a mi iglesia?

(Incompleto)

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