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PAIDÓS IlDI,ICADOII
(Últinr,is títLrlos ¡ttrblicaclos)
Cristin¿r Colea
t5l.M.Sorrto-Lttsfontlucir¡nesgrupaIeseltlaenseña,nz'atlrcditl Ignacio I,ewkgwicz
152' E.I-ucareili (corrrp.) - EI usesrtr peclngógíco ett Ia ttttiversícla¿ i',
!.* n:f"lo5t\ ,, i,
153' F' Díaz Ilarligfl y M. Rtrecla Beltr'¿in (cornp.s.) - Eval.uaciótt cle
lo clocettcia' Prólogo cle Mariana Cantar-el ti
l54.4\.Rauclrit.Eltutol.:proCeSoSdetuteIttentreaItlnltrc¡'r
l-55. s. llool< - Jolm Dewey.. setrúlctnza itúere ctrctl
156. M. 'f. Yr,ren - Fonnac[órt y ¡tuesta a distancict
151. h. Willellls - El oírlo rnusicaL
158. s. sclllcrne'so' (cornp .) - Niños qrrc tto altrerrclert l
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Buenos Aires
Nombre y apelliclo, profesión y clirección Barcelona
cje e_maí1.
México
I
Capítulo 1
ESCUELA Y CIUDADANÍA-
Ignncio Leukouicz
-es decir, en la familia, la escuela, la fábnca, el hospitai, ei cuartel, se organiza por la suposición básica de que la ley es la misma pa-
ia prisión--. Ahora bien, estas institr-rciones apovaban en la mg- ra toáos . Si algttíen puede io que puede y no puede lo que no
-tainstijuci(in Estado-nación. Lese apoJ¿o era el que les lrovpí- puede, es porqu e todos pueden eso o porqlre nndie puede eso.
senticlo v consistencffi-tEE?áIlPero la articulación institucional El ciudádat-ro .orr,o subjetividad es reacio a 1a noción de privi-
no termrnaDa
terminaba al1l. disciplinarios (la
Los dlsposltrvos cLlsclPllnarros
alú. fu¡llspositivos (lu lamlila
lu¡ú]jgJy talu legio o de ley privada. La ley es pareja: prohíbe y_permite por
escuela, por eiemp e rela- igual a todos. Por sr-rpuesto, a algunos el aparato judicial les va a
bre las sociedades de control" deno- p-ermitir Lln campo de transgresiones, Pero eso se relaciona más
nlrna a esa relaclo annlógica Este funcionamiento, eue Fonsistí? con el aparato judicial concreto qlle con la institución básica que
- - es la tey. ft ciudadano es un individr-ro qLte se define por esta re-
cionales. habi io- lación áon la ley. Es, en principio, depositario de la soberanía, pe-
nes, baio las mlsmas oDeracronés. Dicho de otro modo, la expe-!' i ?-l ro ante todo es depositario de una soberanía que no ejerce. La so-
-t-
riencia discinlinaria foriaba subietividad disciplinaria. <-{-- berpnía emann del pueblo; no permanece en el ptreblo.
¡>T-tr o r a b i enffiffi sp on d enci a a n a I ó gffi tré I a s m a rc a s
ry ¡f utu ser ciucl.odu^o cte un Estado-nación hay qr-re saber dele-
' subjetivas producidas por las instituciones era ia que aseguraba la soberanfJaÉl acto ciudadano por excelencia es el acto de
la relación transferencial entre ellas. Así, cada Lrna de las institu- =--gu,
pi"p."sentación pó. el cual delega los poderes soberanos en el Es-
r
ciones operaba sobre, las marcas previamente forjadas. De alií taclo constitr-uidq. Y para poder delegar, el ciudadano tiene que
provenía sll eficacia/La escuela trabajaba sobre las marcaciones estar edr"rcado\fs clecir, se trata de educar las capacidades de cle-
familiares; 1a fábrica, sobre las modulaciones escolares; la prisión, legación\¿{)ué es, en este caso, "edlrcar las capacidades cle dele-
sobre las molduras hospitalarias. Como resr-rltado de esta opera- glción,,?Eslorjarlu@.E1sujetode.laconcien-
toria, se organizaba un encadenamiento institucional qLlQ asegu- óiu, qr" había sido instituido filoúficamente dos siglos antes, .
raba y reforzaba ia eficacia de la operatoria disciplinaria. \ deviene sujeto de la conciencia nacional a partir del siglo XIX. Et \
e1aparato juríclico ei que exige qtte los ciudadanos sedefinarl PorI
II su conclencla-
j'il;:::l";
Ilesta decir qtre el tránsito por las instituciones disciplinarias ,,*1",T'#:ii::::;iiff .:':1"ff i:lÍ:;:Jril1""ii
cattsaba las operaciones necesgrias para habitar la metainstitu- emana del pueblo, pero ¿cuántos pueblos hay? Particularmente
,-_ ción cstatal. De esta manera en Europa,'¿cuántoé puebios hay? IrIo se los puede definir por la
[1/ciispositivos institucionales la qroducción v reprodrrccj-ón de su raza, por lu religión ni por la lengua. Porque se encontrará que
soporte strb jetirylgiudadano\ Pero, ¿qué es un ciudadano de ,-,^ *ir*o puebl,o habia en dos lenguas o qlle dos pr-rebios distin-
los Estados nacionaies? ¿Cuáles son ios rasgos distintivos de esta
el- ' tos hablan la misma lengua. Lo mismo sttcede con la raza; otro
subjetividad producida por las instituciones disciplinarias? ¿Cuál tanto, con la reiigión.
es la relación entre escuela y ciudadanía en tiempos nacionaies? La instil;ución propia de los Estados nacionales para definir
/Et ciuaaclano es el tipo ulbl.ti,ro restiltantq {él principio revo- ese ser en conjunto que es el pueblo es la historia. La historia es
Iucionario qr-re postr-rla1a igualdad ante la ley[És el sujeto consti- una institución del siglo XIX que establece qtte un pueblo es tai
tuido en tonno de la le{Aliora bien, esta producción en torno de porque tiene un pasado ur, común. El fundamento del lazo social
la 1ey se apoya en dos instituciones primordiales: la familia nlr- es nüestro pasado en comúrn. Es una institución sltmamente po-
clear burguesa y 1a escuela. La escuela, en tándem con la familia, derosa porqLle, en la meclida en que el pueblo se define Por stt
prodtrce los ciudadanos dei mañan¿I. La subjetividad ciudadana pasad,o en iomúrn, la historia deviene el reservorio de las poten-
22 PEDACOCIA DEL ABURRIDO ESCUELA v ctUonnaNÍa 23
cias. Y la elección política dependerá de cr-rál de las potencias Estos espacios de encierro tienden a hacer coincidir la clasifi-
contenidas en germen en el pasaclo nacional es llevada al acbo. Se cación lógica con la distribución espaciai. I{osotros dibujarnos Lrn
entiende gu€, si un pueblo se clefine por un pasado en común, si conjunto como un círcuio que encierra a tOdos Sus elemenLos, pe-
ahí está su identidacl y slrs posibilidades, entonces la política no ro en realidad no tienen por qué estar juntos. Un conjunto es ttna
puede ser otra cosa que transformar en acto eso que era en po- colección de términos que verifican una propiedad; pero pertene-
tencia en el pasado nacional. Ahí radica e] fr-rndamento de la soli- cer lógicamente a un conjr-rnto y estar topológicamente dentro de
daridad entre historia y representaciónr/fl soberano se hará re- r-rn ltrgar no son sinónim os. Pertenecer y estar dentro sólo son sinó-
presentar a partir cle una comprensión'd"l ,., en comúr¡ como nimos en la lógica del encierro: pertenecer al conjunto de los ni-
determinado por slr historia. Entonces, deviene ciudadano\ ños es estar encerrado en la escuela; pertenecer al conjunto de los
trabajadores es estar encerrado en la fábrica.
III .,$ El pensamiento estatal tiende a distribuir a la población en
Iugares, en institttciones. Como figura, la institución no es una
/Lo ro"ieclacl cle vigilancia es Lrn tipo rle sociedad en la que se figura genérica de Ia humanidad sino del Estado-nación, sobre
clistribuyen espacios de encierro. La subjetividad se produce en todo la institución como productora de subjetividad de un con-
instittrciones qlre encierran una población homogénea y prodtr. jtrnto de términos que se homogeneizan por pertenencia. l.a vigi-
cen el tipo de sr-rbjetividad pertinente para ese segmento social\ lancia y el castigo producen normalización.
En la superficie del Estado se distribuyen círculos que encien:an a
la población en distintos lugares. El paraciigma de este tipo cie so-
ciedad es la prisión. Pero la familia, la escuela, la fábrica, el hospi-
tal, el cuartel y ia prisión tienen la forma de un punto dentro del partamos de una aseveración ,f--t",ñ¡ una afirmación ra-
cual se aloja una población homogénea: niños, alumnos, obreros, dical, y tratemos luego de avanzarhfurrernrdira situación actuai.
locos, militares, presos. Esa población homogénea se prodr_rce co- En la serie de conferencias Sobre eI poraenir de nuestras esutelns,
mo tipo específico mediante las práctica s de uigílnr y cnstígnr bajo Nlietzsche muestra que existe un nexo evidente entre la educa-
la figura del panóptico. Se los mira, se los controla, s" á.,ota la -.l\ ción y la utilización de la fuerza de trabajo intelectual por parte
normalidad, se castiga la desviación, se apuesta permanentemen- de la sociedad para slls ProPios fines. Estos fines consisten en
te a normalizar a los individuos dentro del espacio del encierro. prodr,rcir un tipo de individuo qlle se "revele 1o antes posible co-
Por ejemplo, ia normaiización estándar de los chicos en ia es- mo un empleado útil y en asegurarse de su máximo rendi.miento
cuela es tan sutii y tan precisa que cada niño queda individuali- incondicional".
Tado
ppr su desviación respecto de la norma. Hasta la aparición -t Ahora bien, esta difusión cada vez mayor de la cultura, según
de la escuela moderna nunca hr-rbo un espacio clonde se pucliera ei ideal de la Ilustración de educar al soberano, resttlta ser a los
observar a los niños de la misma edad, tóclos juntos, aprendien- ojos de Nietzsche un propósito de opresión y explotación que
do y haciendo cosas,' y viendo los ínfimos graclos de áiferencia aparece como un correlato de la economía política tomad¿t en ttn
entre uno y otro, y menos aúrn se ha visto Lln espacio que convier* sentido amplio. Analicemos esta cuestión: la difr-rsión cada vez
ta esa desviación en identidad, individualiclad, personalidad. se más amplia de la cultura representaba, para Nietzsche, uno de
entiencle que se requiere el dispgsitivo experimóntal para pocier los "dogmas preferidos de la economía política de esta época
1:'"*': :T-::i:i:*: * :
ptreden caracterizar como sociedades
" e_n las qt'f se tiencle a nc,r-
nuestra".
¿Qué puede querer decir 1o anterior? En primer lugar, debe
malizar a los individuos en espacios de encie..o\ observarse que
ESCUELA v cti;neneniÍn 25
24 PEDAGoGÍa osL ABURRIDO
va sin política en nuestra época- implica la difusión cada vez Ahora bien, este interés por el hombre, el complejo de discur-
al hombre de la
mayor y a escala ampiiada de los productos como mercancías. En sos, saberes, prácticas e initituciones en torno
de po-
ffisentrcrffi rnrerecrlrar qebe esrar ai servrcto áe modernidad, constituye Lln modo de control, de dominio,
ver con la
esta circulación cada vez mavor de las mercancías. crue no sisni- áur q"u se desarrolla én la modernidad y que tiene que
cs decir,
fica otra cosa que el proceso de valorización del capital. Pero se- idea de hacer írtiles a los individuos Para la sociedad,
í-ía muy rústico si todo el asunto pudiera reducirse a esta imagen. hu.urlos utilizables para los propios fines de la sociedad'
Esa moclalidad plecle ,r"tiu claramente en la función
de la es-
Poroue. en sesun ls la exis- forrnas,
tencia de una especie cf_deconomíáEóIftica fiica del signo-
signo)en la que ctrela rnoderna. Aun con las nuevas técnicas, o nltevas
y al desarrollo de las Pro-
roducidas v controlá que aplrntan al proceso de aprendiz a)e
el examen sigue ftmcionando co-
roceso cte có?lficación que-iñte4ln hacglqqgivaler tales o cuales fi^r ápacidaaei aet educanclo,
ffnificaclos pará lof s ,gTficqnles dadoq, Esto podría ser conside- *o .rr-tá instancia de control y duplicación de un saber adquirido'
rado con mayor detenimGnto pe{a \os fines de la argumenta- También existe un controi a trávés de instancias que, a simple
ción, lo dicho puede ser sufictente/Lo que nos interesa marcar es vista, pueden parecer inocentes y que implican a quienes_ejercen
ta fuúión dirócta sobre los alumnos. Me estoy refiriendo
¿'r las
el ftrncionamiénto de una mis*u íógi.a social que se prur.r,ru ,o ¿!
mo un inmenso arsenalpe mercancías pero también como un in- Bien es cierto que en elias ei profesor Propone su
menso arsenal de signo\ E" ambos casos, le pgsición qug se pJg- @ que además en ciertos medios 1o puede hacer
consumidores. De este modo, la , io^ mucha libeitad. Pero, por otra parte, es algo a lo cltal debe
del
ñ1ir"a" ue el mercaclo se ceñirse y que, a sll vez, funliona c.omo mecanismo de control
irnponga como modo universal para el consumo, va de la mano profesor, y no porqlle algr.úen lo haga de manera materialmente
con la difusión cada vez mayor de la cultura entendida como evidente sino q.,", r.ulidad., se genera una esPecie de panópti-
"., t"t obputrrudo OOto,t.t',tirtt nh*etvurio'
proceso cle significación. Así, la lógica mercantii hace q,ue todq co donclu *
"fu,.t"uut¡o está in-
pueda ser consumido como mercancía, incluso ia cultura. v. Dor las redes .1" pod"r f.,ncionan c1é manera tal que el control
SLIDUeSIO. tamDlen l2 prtrrcacton. troyectado eir los propios afectados por el poder'
Pero esta idea del acceso a la cuitura o a la educación para to- De este modo, más qu€j con un plan, la planificación tiene que
dos es propia de la modernidad: lo que subyace en esta concep- ver con un plano, porqlle hace aParecer Lln esPacio, un lugar en
ción es la idea de un saber del hombre, de unas ciencias humanas qlre se efectiviza ei ejeicicio del poder, cuadrículas que permiten
que sllponen una esencia humana cognoscible. De lo que se trata, .1.r..,' los controles áesde el momento en que el producto (1a pla-
entonces, es de desarrollar estas prácticas de modo tai que el nificación) se desliga de su autor y se transforma en un instrumen-
conjunto de los que biológicamenfe son hombres sean también to de la institución*para vigilar la adecuación/inadecuación de la
irombres en y por las prácticas sociales instituidas en el mundo propltesta, su desariolio, sti relación con ei saber pedagógico.
burgué¡: libertad e igualdad (la fraternidad puede esperar, al pa- Por otra parte, el rnismo plan/plano es utilizado por el profe-
recer)/Este mismo interés puede observarse en la preocupación sor para ejércer su función (disciplinar, controlar, examinar 1a
que se ilelsarrolla en la modernidad en el plano de la salud, que dupiicuciOn aet saber por parte de los alumnos). Pueden introdu-
t.o-sólB irnplica la gtención médica sino todo un saber acerca del cirse cambios en las ptut iiicuciones Pero deben justificarse redi-
(cuerpoldel hombrel noaríamos nombrar también, en esta enume- señando todos los componentes de la planificación: todo cambio
hilffií el modo en que se organizan las prácticas punitivas, slr 'de piano debe dejar claio la nueva distribución de los,lugares'
saber psiquiátrico-judicial acerca del hombre para rectificar, co- ., Lo anterior sóio puecie entenderse si se piensa cr'rái es la fun- \r/
rregir a quien se ha desviado, etcétera. (.i0" que 1a modernidad le asignó a la esctiela' A saber: generar
ESCUELA Y cluDADn¡¡Íe 27
PEDAGOGÍN OEL ABURRIDO
26
y la cultura actttamos Como si ése fue-
/l-,ábitos de disciplinamiento y cle normali zación
de moclo t.rt q:,\ - rn.anecemos en el mercado libres, iguales y fraternos, es decir ciue
poro por allí genere seres Úrtiles Para Ia sociedad, es d9cir, di:-\ -S ;;i;;"f unto c1e hombres
/0, de ia modernidad' salvo
seguimot f"rrrur,do desde los iciéales
\¡,.rártn, o o..,poi lor lugares debidos de manera incondicional./ que no todos los hombres forman
parte ahora de esta hr-rmanidad
Se me ocurre que pueden implementarse nuevos contenidos
y
intentar reformas ilevar a ca- en la modernidad tardía'
nuevas formas,-que se pueden Para
En este contexto con nuevas prácticas emergentes'
la escuela
bo prácticas educativas muy interesat',J".t, Pero en definitiva la institución, jerarqttías, profesores'
forma moderna de la escuela apunta al desarrollo de una cierta -y todo lo que eilo implica: seguir apuntando hacia la humani-
alumnos, inierrta
disciplina, disciplina que tiene que ver tanto con el ejercicio c1e1 "*á*"rres- sólo r"tna
dad en str senticlo clásico, PeIo én las prácticas_efectivas
control propio áe todl institución como con el desarrollo del ht manidad cae bajo la órbita de la educa-
aprendizaje. farte ¿u .ro supuesta progreso del iluminismo'
ción de la moderr',ic1ac1. Con la idea de
Pero vayamos a un punto más básico: el concepto de hombre' de volver
la educación aparecía como una forma fundamentai por su im-
I Ian opur"áido nllevas prácticas que comienzan a dar otro sentido del progreso
úrtiles a los individuos. Caída la cuestión
a la noción práctica de hombre, es decir, está surgiendo una nue- un lugar que vtrel-
posibilidad prácti9a,.a1igue siencio 1a escueia
va clefinición ontológica de ser hombre. sin embargo, las ideas fi- resignifica su
va írtiles a los individtás para la socied ad?, ¿se
losóficas sobre qué es el hombre siguen siendo las de la moderni-
frrnción?,¿quéqueremoshacernosotroscontodoesto?
clad, de modo q'-te 1o que existe es algo así como un "Concepto
práctico " d.e hombre q.," t o cuaja, no Se adecua a ningttna de las
id"ur filosóficas conocidas. Lo que ocurre es que se signe respon-
cliendo a la pregunta acerca de qué es el hombre o bien con las *D Bajo la hegemonía política del Estado-nación,
el discurso his-
ideas de la modernidad o bien con las de la posmodernidad, las válidos Para
tórico deterrñinó los procedimientos considerados
qlle, son un espejo en negatlvryooer-
9n rigor, só1o Son
que, grr negativo od d'ispositivo central
proclucir verdad, pero también flrncionó como
;W;;:;'l;", ro to
:tj"gü:':ri,8,6¿'no, só-13 o'1.}¡1
en la producción y reprod.ucción del lazo social nacional" Aqr-rí
impoita centralmente io seg¡ndo>'
Ei sigro xrx ;;;i ;;i" .fuggg*, descte su intervención en la
ficar que sólo es ho@ tnserta en la-s-Tedes oel t""t" t*-d."iry' Todo el
ctrittrra, se aslrme qG "t t"f.;
,-nur.ui.o, Quien participa def coñjunto de los consllrnidores, devenir ru .orr se quiefiei susceptible de
quien se ,ré reflejado y se espeja en una pantalla de televisión, la determinación
ser historizad,o. Desde Hegel -dice Chatélet-,
qtrien accede a la salud. si este conjunto es de 10 millones, L5 mi- La Historia Pasa r-ro só-
de las esencias es asunto ae nstoriadores.
llones, o si sobran L0 miilonesr poco importa en esta ntleva con- Es decir
lo a detentar str sentido, sino el cte todos los fenómenos'
cepción práctica. Si esto eS así, en algúrn momento segtlramente se hace inteligible a partir de srr devenit
históric9'
o,r"
selntentárá delinear un concepto con la claridad filosófica qlte se "7m.iáiEé@íIá
"lr.,..,.ndr-., n.g.*onía del discurso hist
merece. Mientras tanto, la vieja idea de educar al soberano sigue lado, conocer -c1e aqr-rí e^
vigente, aunque las prácticas sociales son otras actualrnente, y ¿;;'il.Ju i.,stituida. A sabJr: p_or -ul las filosofías y las
más- es conocer históricamente.'se historizan
tañ clistintas que hasta se tornan disolutivas de 1os conceptos de cultura toda' Por
ciencias, se histo tizala política, se historizala
la modernidaÁ. Sin embargo, con nuestra vieja y querida idea de a par-
otro lacio, la consistencii colectiva de un pueblo -también
ectucación estamos intentando dar cuenta de una situación en la co-
{- tir de aquí- descansa en la ficción icleológica de Lin Pasado
que la humanidad ya no es el conjunto de todos los humanos
'tbio1ógicamente" definidos. Mientras tanto, qttienes todavía per-
ún que hace lazo en el Presente'
28 PEDAGOGÍa oel ABURRIDo ESCUELA v cluonnnruÍa 29
Otro recltrso ccrrtral cle intervención en ia consistencia del se destituyen Ltnas condiciones con capacidad de organizar signi-
Lazo soci¿rlnacional remite a los símbolos patrios o, más precisa-
ficación sin que se constituya nada equivalente con virtrtcl simbo-
rnente, a sLr clefinición e imposición social, es decir, sll uso obliga- Lizadora. Ahora bien, esta destittrción no termina aquí. Httérfanas
toric'r. [.a reglamentación buscaba la diferenciación para la identi-
del Estado-nación, las instituciones también ven afectadas sus
ficación v resaltar la enseña nacional por sobre las particulares o
relaciones entre sí, porque el suelo que Sostenía esos vínculos
cle otros Estados nacionaies.
transferenciales se desintegra a1 ritmo del agotamiento del Esta-
con esto intentamos precisar sólo aigunos de los modos que do-nación. Sin paternidad estatai ni fraternidad institttcional, la
adqtriere la inscripción práctica del discurso histórico dtrrante la
desolación prospera. Y el sufrimiento en ias viejas instituciones
vigencia política del Estado-nación. Estos recursos materiales,
no se deja de sentir.
significados por el discurso histórico, adquieren. sentido social El hecho de que las instituciones sin Estado procluzcan sufri-
conlo r:egistros de Ia memoria del Estado-nación/D e abí
miento no significa que las instituciones chsciplinarias -en plena
van identiclad y ciudadanía: de la relación entre lá:escuela v la -fodo 1o
era nacional- no fueran caPaces de semejantes efectos.
ry contrario: si es cierto qLle no hay sufrimiento httmano en sí, sino
respecto de unas marcas determinadas, cualqr-rier marca en la
subjetividad *sea estatal o mercantil o institucional- será pade-
La escuELA coMo GALpóN
cida. En este sentido, los ocup¿rntes de las instituciones sufren,
( pero sobre todo padecen por el carácter normalizador de las ins-
I
tancias disciplinarias. Ahora. bien, los ocupantes de las escuelas
posnacionales (maestros, alumnos, directivos, padres) hoy sufren
sin Estado-nación que aseglrre las condiciones de op,srativi- por otras marcas. Ya no se trata de alienación y rePresión, sino d" ¡ ,
dad, la escuela en particular -y las instituciones disciplinarias en
clestitución y fragmentación; ya no se trata del autoritarismo de
t'*
general- ve alterada su consistencia, su senticlo, srl campo de im- las autoridades escolares, sino del ciima de anomia que impicle la
plicación, en definitiva, sll propio ser. De esta manera.-gl agota- producción de algún tipo de ordenamiento. Dicho de otro modo,
miento del Estado-nación como principio general de artiCtiiiciOn los habitantes de la escuela nacional sufren Porque 1a normativa
sim¡¿tica trastoca radicalmente é1 estaiuto de las instituciones de limita las acciones; los habitantes de 1as escuelas contemporáneas
encierro. Suponiendo qr-re esto sea así, indaguemos las conse- sufren porque no hay normativa comPartida.
cuencias, en la escuela y en las institnciones, del agotamiento de Retomemos el asunto antes presentado: ¿cuál es el estatttto ac-
esa metainstitución regulatoria.
tuai de las instituciones? En principio, será conveniente decir que
FtJe agotamiento implica ei desvanecimiento del suelo donde nna institución, para ser tal, necesita c1e una metainstitución que
se aPoyaban las instituciones discipiinarias. El tablero que regula-
reproduzca las condiciones donde apoya. Dicho de otro modo, no-.aJ
ba los movimientos de las piezas institucionales se áesintegra. hay instituciones disciplinarias sin Estado-nación, no hay escuela
Sin_tablero que unifique el juego,
l*s- instituciones se transfot*u., nacional sin Estado-nación. Si esto es así, el agotamiento del Esta - i ^f
en fragmentos sin centro. Como consecltencia de esto, la consis- do como práctica dominante implica el desvanecimiento de Ltna 1
tencia institucional queda afectada. Del encadenamiento transfe- condición ineliminable para la existencia institucional. Sin embar-
rencial a la segmentación, las instituciones ven alterarse su esLa- go, la observación del paisaje sociai parece arrojar otras conclttsio-
ttts. Por otra parte, esta aiteración describe unas configuraciones nes. A pesar de la muerte clel Estado-nación como práctica domi-
eüe, desarticuladas de la instancia proveedora de senii.to y con- nante, hny instituciones (entre otras, hay escr:elas). En este sentido,
sistencia, se desdibujan como producción reglada. En definitiva, la evidencia más inmediata pondría en cuestión la definición.
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32 pEDAGoGÍ.¿r
ogt Anur{RIDo
ESCUELA y crUDADaruÍn 33
Ahora' si bien es cierto que persisten
tales o cuales institucio- ne de una serie de términos'constituidos por Lrna misma regia, si
nes/ no es menos cierto
9u€, en las nuevas condiciones, su senti- una instittrción cualquiera dispone de un instituido gu€, si bi".,
clo es otro. Claro está quá huy
uu.,,,"tu$ craro está que no se trata
de instituciones disciprina.ias, aliena a sus componentes, también los enlaza, el gnlpón carece de
d" *lutos productores y repro_ semejante cohesión lógica y simbólica. En este sentido, se trata de
ductores cle subjetividad ciudadanuirura,
bien, parece tratarse de un coincidir puramente material de los cuerpos en un espacio fí-
organizaciones ligadas a ra prestación
de un slrvicio (capacita_ sico. Pero esta coincidencia material no garantiza una repiesenta-
ción)' En este s"niido, ra subjeti"i;;
que resulta de estar en una ción compartida por los ocupantes del galpón. Más bien, cada
escttela cuando el mercado ás la
instan.iu ao*in"rl,. de Ia vida Lrno arma su escena. De esta manera, el pasaje de la institución al
social es absolutamente otra.
Por lo planteado, la producción galpón implica la suspensión de un supuesto: las condiciones cie
y reproducción de ciudadanos nn gncuentro no están garantizadas.
era tarea de las institucior:g
discipúnuriur, y esta tarea sóro es po-
sible cuando el Estado-nación reproduce
las condiciones generales il
donde descansan tales institució.,"r.
Ahora bien, esfa correlación
entre subjetividad ciudadana, dispositivos *,*
normalizadores y Esta-., Para precisar el estaiuto de los galpones, tal vez sea convenien-
do-nación en ia actualidad
si bien se verifican situa- te rastrear cómo quedan situadas las relaciones entre las i¡stitlr-
ciones do^cie siguen operando "rta "gorr*da.
uigrr,us de.las representaciones y
prácticas propias de la iogi.u tru.iJr,oi, ciones en condiciones de mercado. para esto, partamos cte una
su significación es otra.
las institucigr.ur ya no rá., lu, mismas. 'queja que se cleja escttchar, con regulariclaci sintomática, entre
-+' guracron
-,,,IL'llc*se¡statar quedan huérfanas de ra
sin meta-re- maestros y profesores cle esctrelas, colegios y universidacles. Los
función ;;. el Estado_ docentes dicen qr"re los estudiantes'no saben leer ni escribir, que
nación res,transfirió (producción
y reproducción de razo sociar son indisciplinados, que no participan en claser
ciudadano)' sin p-y".to general
áonde implicarse, será necesa- QLre son imp"iti-
rio pensar nlrevas funciones, tareas, nentes y maleducados, que no tienen "rriveI". gn ctefinitiva, que
sentidor. po, otra parte, tam_ carecen de las operaciones lógicas y sr-rbjetivas para habitar la si-
poco son las mismas porque las
condiciones gu*r;rus con que tuación aula. Así caracterizados, los alumnos no cuentan con ias
tienen que lidiar no són estatales
sino mercantiles, no son esta- habilidades con qlte, segírn la suposición docente, cleberían contar.
bles sino cambiantes. La velocidad
der mercado amenaza ra con- Algunos dirán que esa reacción docente no es nlreva; qlre, por
sistencia ya fragmentada de ras
instituciones, nacidas para ope_ oficio, suelen quejarse de las incapacidades de sus alumnos. po-
rar en terrenos sóridos. De esta manera
-sin función ni capacidad siblemente, esa cantinela sea tan vieja como la escol arización
+'e'riorl=4e adaptarse a ia nueva dinámica-, se transforman
gnlpones Ét4o es, en un tipo de en masiva, institución de los Estados nacionales. De toclos modos, la
funciolur].r.,t" aJadesti_ ,:., intensidad ensordecedora de ese murmuiio empieza a ser sospe-
-q:-,r--* de-lá--l(gica estatal y a ra hsüración de€fgg
tución
rlsrcada-v"ale decir que esta ceguera ra-dinámica de chosa de otro tipo de funcionamiento. En otroJtérminos,
.o;p;; u"'..l ¿la ie-
tuación d'r"rde ptospé.an suposicio^es oaro de si_ nttncia docente indica un defecto de tales o cuales estucliantes e
que
vidades desvincuraáas, representaciones no son taies, subjeti_ instituciones, o revela -más raclicalmente- otras condiciones v L;-^
e ideales anacrónicos, subjetividades que las supuestas por ros ciocentes?3
desregulaciones iegitimadás en ,,o*b*
de la libertad, opiniones
varias, etctitera. se trata, en definitiva,
de configuraciones anómi_
cas que res;ultan de la destitución
de iu, r"g.,la"ciones nacionales,
c1e reductos hostiles donde 3' Sobre la atrsencia de la sr-rposición y ausencia de operaciones entre la po-
la posibiliJad de producción vincular
deviene, a priori, imposible. si blación escolar, vale señalar los resultados de nna evahración reaiizada entre
una institución cualquiera dispo_ alumnos de la Educación General Básica sobre conocimientos históricos.
La tarea
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34 PEDACOCIA DIJL ABURR]DO ESCUELA Y CIUDADANIA 35
La suposición de unas mínimas operaciones lógicas y subjeti- ese registro podríamos pensar, entonces, la multiplicación <1e las
vas entre los esttrdiantes de escuelas, colegios y universidades ha Drotestas docentes. Entonces, talvez Sea Conveniente indagar có-
nacido en condiciones de Estado-nación. Más precisarnente, es ino q.,uda situada la relación entre instituciones ya agotada la 1ó-
Llna suposición que se verifica cuando la relación entre institucio- I eica Paninstitucional.
nes es analógica, cuando la estructura formal es compartida por i .*\ Sila subjetividad institucional, prodr-rcida por los disposiLivos
los agentes en cuestión. Siendo así, la intervención de una insti- ,f 13 , disciplinarios de los Estados nacionales, oPeraba como puente fa-
tución se apoya en las marcas previas de la subjetividacl, marcas .
j''/ cihtador de las relaciones, hoy no hay nada eqr-rivalente a esa me-
efectuadas Por cualquier otro dispositivo normalizador. De esta tasubjetividad, a esas operaciones básicas que simplificaban el
manera, la experiencia institr-rcional preliminar, sea cual fuere, ingreso a un dispositivo. Más bien sttcede 1o contrario: ia sr-rbjeti-
oPera como condición de posibilidad de las marcas disciplinarias viáad dominante no es institucional sino mnssmediáticn. En este
ftttttras. En este sentido, si bien el pasaje de la institución familia sentido, sus operaciones básicas no son disciplinarias sino otras.
a la institución escuela, o de la institución colegio a la institución No se trata de normativa y saber, sino de imagen y opinión Per-
r-rniversiclad, inaugura posibilidades, saberes, operaciones, rela- sonal. Si las operaciones son éstas, se inicia el maientenido. ¿Por
ciones y complejidades diversas, se apoya sobre una estructura qué? Porque las institnciones disciplinarias (ya devenidas galpo-
formal armada con anterioridad. Se trata, en definitiva, de diver- nes) operan como si el sujeto interpelado estttviera constituido
sos dispositivos que forjan la misma subjetividad (institucional). por las marcas disciplinarias, Pero el que responde no lo hace con
Ahora bien, todo esto sólo es posible cuando el Estaclo-nación rna stibjetividad institucional sino mediática. Se arma, entonces,
opera como institución que unifica bajo un mismo régimen el el clesacople subjetivo entre la interpelación y la respuesta, entre
conjunto de las experiencias. Siendo así, la articulación institucio- el agente convocado y el agente qüe responde, entre el ah-rmno
nal está asegurada, más allá de las anomalías, patologías o tro- supiresto por el docente y el alr,rmno reai. El malentendido galo-
piezos de cualquier emprendimiento. pante es el sustento del galpón, como el sobreentendido institu-
Pero las quejas antes señaladas hoy no parecen tener estatus iional fue el soporte dei poder estatal. La relación entre institu-
de anomalía sino de indicio del agotamiento de una lógica. En ciones se deja describir como una Babel sin torre.
III
ofrecida a los eshrdiantes consistía en el ordenamiento cronológico de imágenes
de diversos personajes de la historia. No se requerían fechas sino qne establecie- Un viejo problema cle los docentes era cómo ir más allá de lo
ran una relación simple de orden: quién antes; quién después (Moisés, Cristo, instituido, cómo ir más allá de dictar clase, cómo salir d el aula
Maradona, Julio César, Da Vinci, Napoleón, Colón, etcétera). Los resultados del como espacio burocrático, rutinario, autoritario, etcétera. Esta-
ejercicio iro flreron graves; fueron catastróficos. No aparecía siquiera un patrón
de error,lparecía algo más que un déficit sustancial en la forma.ió.t de la disci-
mos de nuevo en la lógica del Estado, de la cual hay que ir más
plina historia. Entonces, ¿qué era? Si no se trata sólo cle atrsencia de saber para allá. Pero el gaipón es otra cosa. En el galpón, el problema es ante
ubicar las imágenes en una lúrea de temporalidad, se trata de la ausencia de la lí- todo cómo se instituye algo, y no cómo se va más allá de 1o insti-
nea misma. Es decir que lo que faltaba no eran unas fechas sino el concepto mis- tuido. Para esto, Llno de los problemas es qlle no hay reglas insti-
mo de tiempo secuencial. tucionales más o menos precisas -esto 1o digo Por exPeriencia-'
Formados estos alttmnos en condiciones de temporalidaci mediática y mer-
cantil (esto es, no sostenida en la secuencia sino en ia sustihlción de hechos sin .Áf En el aula -tomada como situación y no como parte cle una insti-
i
articulación entre pasado, presente y fttturo), la noción cle secuencia no puede tución- se plnen (y no se suponen) teglas Para compartir, para
ser supuesta por maestros y profesores sino producida cada vez. De no ser así, i op€rar, para habitar y no leyes trascendentes que rijan de ante-
no será posible ni ordenar las imágenes ni pensar(se) históricamente. \", marlo. En condiciones de galpón, ia única institución es la preca-
36 PEDAGoGÍa orl ABURRTDo ESCUELA Y
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cIUDADnTÍe J/
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40 PEDAGoGÍa o¡L ABURRTDo F
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torno a esite punto fueron liegando a la siguiente conclusión: que íti
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r-rna ley tmiversal y las dos leyes universales son contradictorias. ir PEDAGOGÍA Y COMUI\IICACIÓi{ EN LA
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